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Ensayo de Ética

Camila Alarcón Rosales

Introducción:

Históricamente, las enfermedades mentales se han visto con recelo, prejuicios y lejanía
de parte de la población general. Antiguamente, se creía que las personas que las
padecían tenían maldiciones o brujerías, por lo que eran sometidos a purificaciones y
otros procedimientos de la época. Luego, cuando comenzó a sospecharse que aquellas
enfermedades tenían un componente biológico, los estudiosos de la época sometieron a
los pacientes que las padecían a prácticas no éticas, donde intervenían el cerebro del
paciente, a través de las técnicas de ablación y lobotomías, que en muchos casos
terminaron perjudicando el estado del intervenido. Tras el descubrimiento de que estas
enfermedades tenían un trasfondo psico-biológico, se experimentó con los pacientes
psiquiátricos diferentes técnicas, sin antes conocer sus efectos, como lo fue la aún
controversial técnica electro convulsiva.

Además de los efectos negativos sufridos con la experimentación de técnicas en estos


pacientes, las personas que padecieron de enfermedades mentales en épocas anteriores
a la actual, vieron coartada su libertad, ya que la mayor parte fue ingresada a hospitales
psiquiátricos en contra de su voluntad. No tan solo individuos con enfermedades mentales
graves, sino que incluso homosexuales y transexuales de la época fueron ingresados a
estos establecimientos en los cuales existieron múltiples abusos por parte del personal
médico, situación que fue posible gracias a la exclusión de los enfermos mentales de la
sociedad.

Después de los graves abusos ocurridos durante toda la historia en contra de los
pacientes psiquiátricos, se establecieron normas éticas para el tratamiento de estos
individuos por parte del personal médico, que tenían como objetivo resguardar la
seguridad y bienestar de aquellos.

Pese a lo anterior, aún existen algunas prácticas antiéticas que pasan desapercibidas en
ciertas circunstancias, como por ejemplo el sobre diagnóstico de algunos trastornos, la
exclusión en algunos contextos de pacientes con diagnósticos psicológicos y/o
psiquiátricos, entre otras situaciones que analizaremos a continuación.
Desarrollo

Como se evidencia en lo expuesto previamente, transversalmente en la historia se han


vulnerado los derecho de las personas que padecen de enfermedades mentales. Si bien,
en la actualidad muchas de las malas prácticas han sido abolidas, aún quedan vestigios
de lo que han sido años de memorias de abusos, que se expresan de manera sutil, y
“adecuada”.

Esto se puede ver reflejado en la necesidad de etiquetar y sobre diagnosticar e intervenir


a los pacientes psiquiátricos, quienes en muchas ocasiones deben atenderse con
diferentes terapeutas o psiquiatras, debido a la alta rotación de personal que se da
especialmente en el sistema público, además de que en ocasiones son vistos por
múltiples profesionales a la vez, sin tomar en cuenta la opinión del paciente.

Frente a las prácticas de sobre diagnóstico, algunos trastornos mentales han ido
perdiendo el foco y su validez, diagnosticando e interviniendo equivocadamente a algunos
pacientes, y dejando fuera a quienes realmente lo padecen, como ha ocurrido
últimamente con trastornos como el Déficit Atencional con Hiperactividad.

Esto ha ocurrido debido a que en muchos casos la comunidad de psiquiatría tiene


diferentes puntos de vista sobre las conductas que se pueden definir como normales o
anormales, como el caso, por ejemplo, del homosexualismo, que hace alrededor de 30
años dejo de considerarse un trastorno. Además, de que existen imperfecciones en
algunos de los test que se utilizan para determinar esta normalidad-anormalidad de los
pacientes, los cuales no consideran el contexto en el cual el paciente está inserto.

Por otra parte, la clasificación de las enfermedades mentales como “trastornos” incita a
connotaciones negativas sobre estas, produciendo indirectamente la exclusión de estos
pacientes por parte de la sociedad, y con ello discriminación.

Conclusión

En función de lo anterior, parece relevante someter a una reevaluación los diferentes test
que se aplican, como a sí mismo, algunas conceptualizaciones y prácticas carentes de
rigor científico, que no aportan a la comprensión y solución de la sintomatología del
paciente, y que finalmente no conducen a la inclusión social del éste.

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