Sei sulla pagina 1di 17

¡

Osear Tell"állil osear'·· erá


Historia de las ideas en la Argentina
Historia de las ideas
En una síntesis lograda y transparente, Historia de las ideas en la
Argentina recorre las creencias y los discursos que permiten entender en la Argentina
de qué manera los argentinos han pensado su identidad, su pasado,
sus opciones políticas y su porvenir como sociedad, desde 1810 hasta Diez lecciones iniciales, 1810-1980
1980. Así, describe los climas de cada época y los temores
o las esperanzas que animaban a sus hombres: los sueños de la
Generación del 37, la democratización de la mano del yrigoyenismo,
las zozobras de la elite que ante el avance de la inmigración veía en biblioteca básica de historia
riesgo sus privilegios, la irrupción delliderazgo de Perón y la posición
de los intelectuales frente a él, la emergencia de las ideologías
revolucionarias y la politización de los años sesenta y setenta, hasta
llegar a la violencia y el terrorismo de Estado que siguieron.

El libro ofrece una cuidada selección de autores y temas: el tipo


de selección que sólo los verdaderos manuales, con la solidez de una
obra de referencia, pueden alcanzar. En sus páginas se advierte desde
el comienzo la inquietud de transmitir, con la mayor sencillez posible,
la trama política y cultural de cada período histórico haciendo oír las
voces de quienes fueron sus protagonistas.

Oscar Terán fue un intelectual destacado, un ciudadano comprometido


y un profesor atento a sus alumnos y a la función que la enseñanza
tiene en la iniciación intelectual. Con la soltura de un discurso oral,
estas lecciones, en..lasque quiso volcar su experiencia en las aulas
universitarias, reflejan su preocupación por transponer un análisis
riguroso y complejo en una exposición clara e incitante.

La Biblioteca Básica de Historia ofrece un panorama sistemático


de la historia argentina desde los pueblos originarios hasta el
siglo XX en sus dimensiones social, política, económica y cultural.
A partir de sólidas y actualizadas investigaciones, destacados
historiadores narran el pasado de nuestro país situándolo en su
contexto y en sus vínculos con América Latina y el mundo.
Los relatos combinan una perspectiva original y rigurosa con
una exposición sencilla y directa. Cada volumen incluye fuentes
e ilustraciones que contribuyen a hacer más vívida la historia.

~'~~~"-::,·2.';~~·:"--$ ¿Jt~;:~':::=~~
.: ...;.:~~~B~9i8-g87-629-06o-g

~
~
siglo veintiuno
editores @ @#ª~ 911']I~lIIIIU~Il~~11
siglo veintiuno editores argentina s.a,
Tucumán 1621 7· N (C1050AAG), Buenos Aires, Argentina

siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.


Cerro del agua 248, Delegación Coyoacán (04310), D.F., México

siglo veintiuno de españa editores, s.a.


clMenéndez Pida!, 3 BIS (28006) Madrid, España

A los estudiantes de Pensamiento Argentino y Latinoamericano


de la Facultad de Filosofia y Letras, Universidad de Buenos Aires.

OscarTerán
Historia de las ideas en la Argentina: diez lecciones iniciales,
1810-1980. - la ed. - Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina,
2008. 11 320 p. ; 23x16 cm. - (Biblioteca básica de historia 11
Dirigida por Luis Alberto Romero)

ISBN 978-987-629-060-9

1. Historia Argentina.
CDD 982

© 2008, Siglo )(,'<1 Editores Argentina S. A.

Edición al cuidado de Yamila Sevilla y Valeria Añón

Diseño de colección: tholón kunst

ISBN 978-987-629-060-9

Impreso en Grafinor 1 1 Lamadrid 1576, Villa Ballester,


en el mes de septiembre de 2008

Hecho el depósito que marca la ley 11.723


.Impreso en Argentina 11 Made in Argentina
.. ').'~
126 Historia de las ideas en la Argentina

será más inquietante cuando se encuentren rasgos semeJantes ¿~'ti" LeccfÓn 5


propia elite.

El positivismo:
Nuestros padres -escribió Cané en sus Ensayos- eran soldados, José María Ramos Mejía y José Ingenieros
poetas y artistas. Nosotros somos tenderos, mercachifles y agio-
tistas. Ahora un siglo, el sueño constante de lajuventud era la
gloria, la patria, el amor; hoyes una concesión de ferrocanil
para lanzarse a venderla al mercado de Londres. '

Ya sabemos que ese afán mercantilista para Cané va unido a la decaden- El positivismo -sus categorías, su lenguaje y su confianza en la
ci~ de las viejas virtudes republicanas. En el discurso de homenaje a Sar- capacidad de la ciencia para dilucidar el presente- atraviesa
miento en 1888, esta sensación se ha vuelto angustia: "Siento, señores algunos de los discursos más significativos que circulan en la
-confie.sa-, que estamos en un momento de angustioso peligro para el esfera pública durante la última década del siglo XIX y la prime-
porvenir de nuestro país", porqueJ.no se forman naciones dignas de ra del siglo XX. Entre ellos, cabe destacar el texto Las multitu-
, ese nombre sin más base que el bienestar material o la pasión del lucro des argentinas de José María Ramos Mejía y la Sociología
J
satisfecha;! . argentina de José Ingenieros. En el primero, el diagnóstico del
Hemos visto entonces en tomo de los escritos de Cané cómo se articuló presente se construye contando la historia de esas "multitu-
desde la Generación del 80 la problemática de las cuestiones política (de- des", tan exasperadamente visibles para la elite en la Buenos
mocracia), social (movilidad y conflicto en el mundo del trabajo) e inmi- Aires de ese entonces, En el segundo, la apelación a la sociolo-
gratoría ("marea invasora"). Esta última alentó la idea de que muchas de gía -esa ciencia nueva- legitima un discurso que, a pesar de los
las dificultades del presente se originaban en una sociedad "cartaginesa" problemas, ve en el presente la certeza de un futuro promisorio.
y también "excesivamente heterogénea" (así se la definió en diversas in-
tervenciones).Juan Alsina, quien trabajó sobre la base de la información El movimiento positivista argentino se desarrolla entre 1890
;ue I~s c~nsos empezaban a aportar sobre la realidad nacional, opinó: y 1910, aunque su legado seguirá operando hasta bien entrado el si-
La diversidad de razas coexistiendo en una nación crea problemas socia- glo XX. Nacido en la primera mitad del siglo .~I~, en Fran~ia, con la fi-
I~s gI:aví~i.mo~:~o~,s_~r;~:~?,Se~ n~estr~ república la l;.omogeneidad, p~ra ,.' 1~~oJí~.,~~/\1f~~,t~~,~);;.g~98-185?) '.~.~?OSItI::~:n0 rna~~?~c~n, s_u,f::~ .
disminuir coiiflictos que no dejaran de presentarse dentro de ella". sencia toda la cultura de ese siglo. Su recepcion entre nosotros es
. Súm~nle a todo esto el marco mundial de una época de agudos con- detectable en un conjunto de intelectuales vinculados a la formación
flictos ll1te~'nacio~ales, que exacerbaban las pasiones patrióticas, y el de la docencia del normalismo argentino, como Pedro Scalabrini, Al-
marco nacional signado por la i9minencia de una guerra con Chile. fredo Ferreira, Víctor Mercante y Rodolfo Senet. No obstante, su mayor
Comprenderán entonces por qué buena parte de las soluciones a estos influencia se desarrollará sobre la base de las obras del inglés Herbert
conflictos se trasladó a la última cuestión, la cuestión nacionaL Esto es, Spencer (1820-1903), las cuales abarcaron una reflexió~ sist~mática ~o-
a I~ construcción de una identidad nacional ca az de homogeneizar y bre una enorme variedad de aspectos: la naturaleza, la historia, la SOCIe-
unificar aquello que la extranjería, el mercantilismo y la modernidad dad, la cultura ...
~aban separando disolviendo. ----- Si se lo coteja con la Generación del 80, en el positivismo argentino
. E~éC;d~ de 1890, el. problema de la identidad nacional y la na- se destaca una mayor voluntad de sistematicidad, de profesionalismo,
CIOnalIzación de las masas adquirirá su máxima intensidad y estará pre- podríamos decir. Esto se percibe en las figuras de sus p,rincipa~es repre-
sente entre Ias princípales preocupaciones del estado y de los intelec- sentantes: José María Ramos Mejía y, sobre todo, Jose Ingemeros. En
t~les hasta el Centenario. De manera que volveremos a encontrarlo y ellos me basaré para delinear los rasgos fundamentales y específicos de
a tratarlo en las próximas lecciones.
+ • -. '" -- <~__
~.~' .: ~ ~l}~~±-"':i_~-~¿;-
:~ ~ ]..Q.t:.:;" •.' ~.:.':~ ,'..~:,:;.e~~~~:....~.~~~~":,, ..~;~:;.;:._~;:;ír"';t~,~~1"¡~¡:;'¿~~~
128 Historia de las ideas en la Argentina
Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejí~y oJosé Ingenieros 129

JOl?é,,~amos Mejía
cionario francés y europeo en general. Una presencia en la c.ual-:como
Ramos Mejía era miembro de una familia tradicional, proveniente de la dice Pierre Rosanvallon en su libro El momento Guizot-lo que inquieta es
época colonial, formado en las filas antirrosistas. Se graduó de médico en esa "visión de las multitudes revolucionarias incontrolables, masa indis-
la Universidad de Buenos Aires y se especializó en patología nerviosa. tinta e imprevisible, monstruo sin rostro congénitamente irrep:esenta-
Precisamente, su recepción del positivismo será a través una variante ble en tanto grado cero de la organicidad. El número, fuerza barbara e
desarrollada en Italia bajo la jefatura intelectual de Cesare Lombroso inmoral que no puede sino destruir", . .
(1835-1909), quien entre 1860 y 1870 funda la escuela de antropología Para entonces, y siguiendo los pasos del progreso del periodismo, la
positiva. Bajo su influencia, Ramos Mejía escribió La neurosis de los hombres opinión pública del mundo americano estaba ~n~o,ITI1adade ~sos acon-
célebresen la Argentina y Las multitudes argentinas. En cuan to a su actuación tecimientos; muchos de ellos -como los magnicidios anarquistas- pre-
dentro del estado, el cargo de mayor relevancia fue el de presidente del sentados con cierta espectacularidad. Pero además, fundamentalmente,
Consejo Nacional de Educación, desempeñado entre 1908 y 1912. En estas informaciones del extranjero se superponían con sucesos y pre-
esta última gestión, su pensamiento gravitó profundamente sobre un sec- ocupaciones que, dentro de la elite dirigente y dominante en la Ar-
tor tan estratégico como la enseñanza primaria en la Argentina. gentina, planteaban la pregunta "¿qué hacer con las masas?". Una
De su producción, seleccionamos Las multitudes argentinas, publicado pregunta, como veremos, que ya no dejará de aparecer en fOITI1arecu-
en 1899. Una lectura ceñida al texto nos permite ver que en ese libro rrente en el panorama nacional.
Ramos Mejía introduce una serie de conceptos novedosos que toma de Pero ¿qué son estas masas o multitudes en el momento en que Ra-
la "psicología de las masas", una disciplina que está surgiendo a partir mos Mejía escribe? Por cierto, ya no son las tradicionales masas rura~es
de algunos autores italianos y franceses, dentro de los cuales sobresale que animaron las luchas y guerras durante el siglo XIX. El estado ~~ClO-
Gustave Le Bon (1841-1931), quien había escrito un libro titulado Psico- nal centralizado tiene por fin el control unificado de la fuerza legítima.
logía de las masas. Allí, el escritor francés propone observar y analizar los Para entonces, las últimas montoneras están en franca retirada y el
colectivos humanos (secta, club, multitud) como conjunto, como per- campo está pacificado. . .
sona colectiva, dotada como tal de ciertos rasgos psicológicos: voluntad, De modo que las~~es que "hac~ problema" en el gIro del SI-

imaginación, etcétera. glo XIX al XX son ahora las ~,:ltitudes urbanas, que en ~l caso argen-
Aunque resulte algo obvio, es preciso remarcar que la emergencia de tino se hallan entremezcladas con el mundo de los trabajadores y, por
esta disciplina teórica se relaciona estrechamente con la preocupación ende, con la inmigración (dado que trabajador,e inmigranteson cat~-
que los sectores dirigentes experimentan ante la aparición de las mul- gorías qúe en su mayoría se superponen). Esa presencia novedosa, y~ VI'
titudes urbanas. Este tema recorre todo el siglo XIX en el arco occiden- vida muchas veces como amenazante (o al menos inquietante), motiva,
tal, por razones que derivan tanto de la Revolución Industrial como de aun desde miradores tan distantes. como el de Gustave Le Bon y el de
la presencia de las multitudes urbanas en el espacio público y político, José María Ramos Mejía, una pregunta: ¿cómo e~t~r que la presencia
presencia que marcará las sucesivas revoluciones francesas: 1789, 1793, de las masas afecte la gobernabilidad y el reconocimiento del papel rec-
1830, 1848, 1871. Dentro del campo de los intelectuales, la revolución tor de la minoría dirigente? Aquí es donde el saber positivista se ofrece
de 1848 constituye un parte aguas, ya que muchos intelectuales que ha- como respuesta, Porque para dominar ese fenómeno prin:ero ,hay que
bían apoyado estos levantamientos consideraron a partir de entonces conocerlo, y el positivismo cree haber .descubierto leyes Clenuficas so-
que se trataba de movimientos básicamente destructivos. Sonó entre bre los hechos sociales. En este proceso de conocimiento elabora toda
ellos la consigna de "vuelta al orden" y de "fin de la revolución". Otros, una representación, una visión de las masas y, como c~ntracara necesa-
como Marx o anarquistas como Bakunin, celebraron en cambio esta ria, una representación de la relación entre masas y elites,
irrupción de la masa en la escena pública. En concreto, podemos ver que los análisis y propuestas de Le Bon y
Lo cierto es que la figura de la "multitud" como una realidad amena- sus seguidores pueden enmarcarse perfectamente como respuestas a
zante forma parte de las representaciones reactivas ante el ciclo revolu-, ,."_0' un fenómeno político-social inscrip'~o a su·ve,~<l:ep.,tFo.d~J~.B9m~~4Y..'\:á;'Y.i::':_~
•• • 40-- • - • r '" ;; ..,:-- ~. ,r:i~;.~.. -' 'r';:::... ,l-s€~.ií.:ñrc?de la-secularización de los tiempos modernos. Resumiendo,
Lección 5. El positivismo: José Maria Ramos Mejía y José Ingenieros 131
130 Historia de las ideas en la Argentina

simbólica la reunión- de~na hinchada de fútbol en torno de una ban-


podemos decir que en una época de progresiva laicización, de p.rogre- dera, el símbolo de su club). Y la simbología que opera pertenece al
siva caída de las creencias religiosas como eje ordenador de la vida so- ám!2.i..t:o
no de lo racional (por ejemplo, un conjunto argumentado de
cial, es preciso contar con otros elementos simbólicos capaces de susti- principios), s~E-~lsie lo emocional, irracional, mítico.
tuirlas como cemento de la sociedad, como fuerzas capaces de organizar Concretamente, Le Bon mantiene para el individuo el carácter defi-
y orientar una voluntad colectiva. Piensan entonces que no se trata de nido desde Descartes en el siglo XVII y sostenido por el liberalismo en
lamentarse frente a ese ingreso sin retorno en "la era de las muche- los siglos siguientes, tal como hemos visto en lecciones anteriores. Esto
dumbres"; sino de aceptar este dato en toda su crudeza para extraer es, el individuo como un sujeto racional, consciente, dotado de una vo-
de su estudio objetivo las enseñanzas necesarias para gobernarlas. luntad libre, autónoma, que puede regular su comportamiento según
Gustave Le ,Bon había escrito al respecto: "Quien conozca el arte de normas racionales. Por el contrario, la multitud es una entidad incons-
impresionar laimaainación de las muchedumbres conoce también el- - ciente e irracional, que actúa por impulsos que ella misma desconoce y
;r;de gobernar~as". con finalidades que ~scapa~~~l~~ca raci9!!.al.
Sabemos, por lo demás, que se trata de un tema de muy larga dura- Se trata de un d"!to sorprendente no bien se lo coteja con las teorías
ción que nos remite hasta la Antigüedad. Sabemos asimismo que la contractualistas ya vistas. Recordemos que, en estas últimas, el lazo so-
manera de designar y valorar ese sujeto colectivo llamado "masa" o cial se construye sobre bases racionaks. Se dice por ejemplo que en
"multitud" ha variado a lo largo de la historia, y que esas valoraciones Hobbes aquello que lleva a los seres humanos a constituir sociedad se
habilitaron diversas denominaciones: "plebe", "pueblo", "chusma" ... debe a un cruce de temor (por el estado de inseguridad permanente
Cuando llegamos a Ramos Mejía y otros intelectuales de su grupo, ob- antes del pacto) sumado al cálculo racional (elijo racionalmente ce-
servamos que los nombres más utilizados son "masa" y "multitud"; con der parte de mis potencias para salir del estadio de "guerra de todos
ellos se designa un conjunto indiferenciado de personas, una realidad contra todos").
social magmática y confusa. En cambio, cuando Le Bon expone su Psicología de las masas, consi-
Es comprensible que ese fenómeno confuso se haya presentado dera que, al ser parte de una multitud, el individuo es distinto de
como un desafio a las nacientes ciencias sociales. Después de todo, el cuando está aislado, es decir, que el ingreso en estado de multitud pro-
positivismo confía en que la observación unida a la razón puede detec- duce efectos sobre su comportamiento. Fundamentalmente, el indivi-
tar un orden, una legalidad, que escapa a quienes están desposeídos de duo que mientras está aislado es un ser racional, al ingresar en una mul-
estos instrumentos intelectuales. Además, y esto es fundamental, quien titud actúa impulsado por móviles concebidos como irracionales. ..,....,
encuentre esa clave podrá prever y hasta encauzar el curso de las gran- Cualquier individuo que ing"rese ~n el seno de una multitud se enajena
des movilizaciones populares. (ya no decide Eor sí sino por al~~en aje~o, por <:>~_o),
pierde su auto-
Precisamente éstos son los desafíos teóricos a los que Le Bon (y Ra- nomía racional.
mos Mejía en su estela de influencia) trata de responder. Adopta ese en- Llamemos la atención sobre el hecho de que de este modo ,~o-
foque a partir de la p$icología de las masas, una suerte de subdisciplina 4J.lcía en las ciencias sociales la noción de "inconsciente", que en esos
dentro de la naciente sociología. Para ésta, se trata de analizar a las ma- mismos años estaba siendo adoptada por distintas fracciones de intelec-
sas o multitudes como si se tratara de un organismo colectivo dotado de tuales: médicos, psiquiatras, filósofos y escritores (Freud y su fundación
funciones psicológicas. Aquello que dota a esta disciplina de un objeto del psicoanálisis son el ejemplo ineludible). Proyectada esta idea sobre
propio es que esas masas, si bien son un conjunto de individuos, corn- el papel de las multitudes en la historia, producía efectos historiográfi-
p_onen algo más, distinto de la suma de esos individuos. Esto es, qu~ al cos en la línea de lo que en nuestros días se denominaría "el descentra-
i!:!gresar en el "estado de multitud", el individuo adopta...comportamlen- miento del sujeto". En efecto, se producía así un desplazamiento defin-
tos diferentes de los que desa12~<?!l~1:i~31.ac!~~rRor_sí solo. dividuo soberano de sus prácticas, tantas veces encarnado en los
Pero notemos que en la base de su razonamiento se halla un dato sor- grandes hombres. Grandes hombres, a su manera, habían sido Facundo
prendente: para el intelectual francés, el 'zazo social, aquello que reúne a para Sarmiento y BelgEaJ).? y. SanMartín para la historia escrita por B,!r-
• • - ,. '-r ••. ;.: .. _
los indivíduos. los aglutina; los cementa, es un "lazo simbólico (corno es
132 Historia de las ideas en la Argentina
ILecCión 5. El positivismo: José María Rarr1.OsMejía y José Ingenieros -1;3~'-
" , iante a uel desplazamiento, en Las mult~tudes .
tolome Mitre. Ahora, med ide d la historia de batallas y de heroes clásicas basadas en la autonomía individual dieron paso a teorías que
' Ra M' ía se despi e e
argentmas mos eJ fuerzas ciiegas que discurren en las en- --L___ _ al__..
construían individuo ". com-;;-parte
_ _ _ __ .
integral -=
del organismo social", Carl
l llama "las uerzas c . , , _-,-,
para atender a o que "1 d stino sin odios m cannos , ~horske, en Viena Fin-de-Siécle, ha descripto en los siguientes términos
/, trañas de la sociedad y que c~mp en, s~ ~ tesis acerca del móvil de las esa "c:..risisdel yo liberal":
' f ya esta enuncia a
En esta misma rase '1' las zuía: en otras palabras,
' d 11 que las moviuza, que "'_,
multitudes, e aque o " social (Esto es tenemos la hn nuestro siglo, el hombre racional ha tenido que dar I~gar
d l lógica de su accion , ,
tenemos el secreto e a , l e hacen') Ya sabemos que a esa criatura más rica pero más versátil y peligrosa, el hombre ~
' or que hacen o qu ,
respuesta a la pregunta cp lti d s no son movidas a la acción psicológico, Este nuevo hombre no es meramente un animal
l masas las mu titu e ,
la respuesta es que as, "les Ahora más concre- racional, sino una criatura de sentimientos e instintos! J
' 'por factores IrraClOna " '
por el razonamiento smo d b o pie~on conce2!,os
d' , la muche um re n
tarnente, se nos Ira que " ib Ramos Meiía las multitu- Tal ha sido para un autor como Robert Nísbet la magnitud de este giro
. , ',,, ·"AsI-escn e "
sino que "piensa por Imagenes, " s no se deja]ri] impresio- cultural que en La formación del pensamiento sociológico la ha equiparado
.~-- '" o por Imagene , "
des, no pudiendo pe~salr ~m, es las aterrorizan o las seducen, con- con aquella otra tan diferente que señaló la decadencia de la Edad Me-
nar sino por ellas, y solo as Imagen '"
" 'viles de sus ácctortes'. dia y el advenimiento de la Edad de la Razón, esto es, del Iluminismo,
virtiéndose en los umcos mo , , queda claro que el intelec- tres siglos antes,
' d tas consideraciones
En síntesis, en to as es M" cepta con un pretendido Pero ya sabemos que todo proceso de recepción implica traslaciones,
' , tal que es Ramos eJla a
tual y funcionario esta 1 asas más que la argu- desvíos, modulaciones diferentes, Así, si bien Ramos Mejía adhiere en
ecedor que, ante as m ,
realismo un tanto estrem d l lenguaje y las imágenes s~ges- términos sustantivos al mens<!ie de Le Bon, le introduc~- una corrección
', 'al alen los recursos e :J
mentacion ración v - tor establece que este fe- sintomática, Afirma en aquel texto que un miémbro de la elite posee la
'" l as" porque nuestro au
tivas, Y digo ante as mas d' " iluminista sólo se verifica en distancia crítica suficiente para no caer nunca en el estado de multitud;
-- 1 entera tra icion
nómeno de ruptura con a Estos sectores obreros y populares esto es, coloca en un plano superior de racionalidad a la elite respecto
el terreno de las clases subalternas , ., or elementos anónimos, sin
ti e RamosM eJla p de la multitud, Sin duda, reencontramos aquí inquietud y hasta una
están compuestos §()s en, , nervioso rudimentario, poco cierta alarma, como se ve al final del libro, donde se lee que si no se
'-- alidad de inteligencia vaga, sistema ,
person I , , - --;; ~l ~orazón):' a veces_~n el estomago, reacciona a tiempo la multitud conducida por líderes socialistas puede
educados, que lensan ~ --- -b -1 ta franqueza la que probable- tomar el poder, No Obstante, termina imperando una mirada que sigue .•...
I :;J- ••••••• __ ••
- , lada con a so u _ ,
Encontramos aqUl reve dif dida dentro de la minoría po- confiando en las capacidades de la clase dirigente para encauzar los
id pliamente I un I
mente fuera una I ea am , O E ' t esante esta comprobación efectos no deseados de la presencia de esas "multitudes argentinas".
lítica y cultural dirigente hacia 19 0 h', s I~ erultural es observar la rela-
f ' te en 1a Istona c Empero, es cierto que también en Le Bon se pone de relieve el papel
dado que un tema ascman, d 1 l dirigente y las de la cultura de los líderes en el seno de esas multitudes, En realidad, dicho término
. l id creenCias e a c ase .
"ción.
entre as I eas
iso ret
----- ---- ideración para retomarla cuando,
er esta consl eraCl _ aún no ha ingresado en el' diccionario político de los argentinos, De allí
popular, Es precIso re en did (de manera des-
!"-l"_. di te se vea sorpren I a que Ramos Mejía utilice el término francés: meneurs, que significa "con-
en 1916, esta misma clase mgen l der político de Hipólito ductores, gujas, Iíderes", .Esto es fundamentalporque en la concepción
~ d ) por el ascenso a po
favorable, a su enten er , .t medida a sectores funda- de Le Bon la multitud es necesariamente conducida por esos líderes
Yligoyen, quien vendría a expresar en cier a
(que Max Weber llamaría "líderes carismáticos"), Son ellos los que
mentales de aquellas cla~es subalternas, l' demos apelar a varias citas
d 'd n ziro fundamenta, po guían a las multitudes, y por eso puede concluirse que la clase dirigente
Se ha pro UCI o u ",. , a de la importancia cultu- debería dotarse de semejantes sujetos,
' , nos advierten acerc
que respaldan este V1n~JeY mado 01' la cultura occidental. En su Si seguimos pensando en esta línea, debe resultamos sintomático
ral de este nuevo derrotero to " LPt' (editada por la Universidad
' " 1 H' toria de Amenca a zna que un fenómeno noved~so dentro de la historia de las ~dea~.aTgen'~~~~~'f~~.t~>«L
contribución a a zs fi ue "las doctrinas liberales. nas que aparece en el peno do sea.la relectura de la figura dé Ju:an-~- .
de Cambridge), Cha~'les A. S, Hall a irma q
-Ó, -s:..
"= '. i. "''r''',.
-
. nuel .ge ~Qsa's"HásraTe~tbÍ{éés la imagen privilegiada-dentro de la elite
! I

134 Historia de las ideas en la Argentina


Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 135
-e.

dominante 'era la que habían introducido algunos miembros de la ge- ralidad republicana, se evidenció durante los episodios de la Recon-
neración unitaria y luego de la Generación del 37: Rosas había sido un quista de Buenos Aires contra los invasores ingleses. Entonces -escribe
déspota sanguinario. Para la década del 90, en cambio, nuevos miembros Ramos Mejía-, mientras "hervía en el seno de la muchedumbre el más
de la elite como Adolfo Saldías y Ernesto Quesada, elaboran algunos es- vivo entusiasmo por la venganza, las clases superiores y los burgueses ri-
, 1--_ '----'. .
tudios donde se s_eparan de esa versión unívoca, maCIza, comienzan a cos y meticulosos habían resuelto aceptar los hechos consumados".
~atiz<!r_su imagen. Es evidente que sobre ellos está operando un rasgo Si afinamos la lectura comprobaremos hasta qué punto el libro anali-
atractivo de la fisura
b
de Rosas,
~~_.

se personificaría elencuentro
que apunta a la concepción de que en él
de las masas con un líder. El propio Ra-
zado rnU!§~r:.~otr~ v~~que la J1is..t:.()_ria
se es~~..!>edesde]as inqui~~d_~~
del presente. Porque, de los dos fenómenos indicados, el primero se re-
(
mos Mejía escribirá en 19Cf7un extenso estudio titulado Rosas y su sume diciendo que la Argentina nació con una clase diligente más bur-
tiempo, donde afirma que, durante el gobierno del Restaurador de las guesa que republicana. Esto es lo que podemos interpretar cuando Ra-
Leyes, el pueblo -que según la psicología de las masas juzga siempre mos Mejía señala los males derivados de la inexistencia en Buenos Aires
más por el sentimiento que por la razón- encontrará en Rosas a su con- de "la culta y orgullosa aristocracia" que en el Alto Perú formaba el nú-
ductor necesario. Precisamente, Las multitudes argentinas es el escrito cleo social de una clase legítimamente dirigente. El segundo fenómeno su-
que servirá de prólogo a ese estudio sobre Rosas. braya, como contrapartida, la función altamente positiva de la Plebe ar-
Al retornar al análisis de este libro vemos de pronto que, junto con gentina en el proceso emancipatorio abierto en 1810. De hecho, las
aquella caracterización de irracionalidad, minoridad y afeminamiento grandes victorias en nuestra historia política provienen de ella: "La re-
(las multitudes son dibujadas con la ingenuidad de los niños y el apasio- volución argentina es la obra más popular de la historia y la menos per-
namiento gue una larga tradición androcrática o machista atribuye a las sonal de toda la América Latina". No es difícil concluir, en este tramo
mu'eresLjunto con su representación como una fuerza fenomenal va- de la lectura, que Ramos Mejía lamenta en su propio presente las clau-
ciada de inteligencia y raciocinio, surge inopinadamente la afirmación dicaciones de su propia clase dirigente y la ausencia de aquellas multi-
de que las masas son capaces de protagonizar actos de barbarie pero tudes de la emancipación.
también de heroísmo;junto con su espontaneidad y violencia, también ¿Pero es que acaso con ello este miembro de la elite invertía la visión
pueden contener el heroísmo de los seres primitivos. Es desde esta am- de la relación entre una elite dirigente y unas masas dirigidas? En abso-
bigua perspectiva que, en Las multitudes argentinas, Ramos Mejía pasa re- luto. Porque allí mismo aclara que el aporte de aquellas multitudes a la
vista al pasado nacional. . conformación de la nacionalidad consistió en una contribución literal-
En ese relato introduce algunas modificaciones significativas respecto mente material y energética. Leamos: las masas "no trajeron coElbora-
de las versiones historiográficas hasta entonces dominantes. Así, recor- ción intelectual a la civilización argentina, sino puramente física. [... ]
demos que los hombres del 80 habían denunciado un descenso de las Su función parece más bien biológica que política". Apela aquí a una fi-
virtudes republicanas incluso dentro de la propia elite, pero habían gura, a un tópico, que remite a las tradiciones universales más antiguas:
contrastado esas actitudes con un pasado patricio en el que aún impe- el papel vivificador de la barbarie ante una sociedad adormecida y co-
raban las viejas cualidades. Ramos Mejía, en cambio, considera que la rrompida por exceso de comodidades y de bienes materiales. Por eso,
ausencia de sentido republicano y nacional dentro de la elite se hunde en el pasado nacional Ramos Mejía admira a "esos bárbaros, física-
en una historia que se confunde con sus mismos orígenes. Más aún, y mente tan vigorosos en su musculatura de hierro", que aportaron su
sorprendentemente, entiende que ante este comportamiento degra- contingente de sangre aséptica a las ciudades exhaustas.
dado, fueron las masas, las multitudes, las que tuvieron actitudes más Desde estas filosofías y proclamas vitalistas se respondía entonces al
acordes con el civismo y el patriotismo, ya que desde la época colonial fantasma de la decadencia o de la degeneración que recorría el final
las clases elevadas habían aspirado sólo a un liberalismo egoísta, redu- del siglo XIX en todas las naciones occidentales. Esta decadencia era
cido a obtener beneficios personales. Para ello se habían aliado con "el asociada a ciertos supuestos males de la modernidad: exceso de civiliza-
gobierno mismo, en perfecta concordancia con la iniciativa de los veci- ción, sofisticación en el consumo y el confort, vida aI?-ti~.<3:turalt~n las
nos más influyentes de la ciudad". Esta actitud, que linda con la inm?- grandes ciúcl.ii;l?s, espíritu de análisis hiperracionalísta, abulia so' pér- .
. J.. ' ." _
Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 137
1 36 Historia de las ideas en la Argentina
".-
bre Rosas en tres volúme~es (publicados en 1881, Í884 Y-1887), seguida
dida de la-voluntad. Con estas interpretaciones adaptadas a su medio por la de Ernesto Quesada en 1898 con La época de Rosas. Es evidente
local, el autor de Las multitudes ... acompañaba también el motivo de que todos ellos encontraron en el Restaurador de las Leyes un ejemplo
época que denunciaba el exceso de civilización como causa de debilita-
deseado para sus propios tiempos, tiempos en los que ven el mismo in-
miento, y señalaba la necesidad de estímulos reenergizantes. En efecto,
'~uict;;:;;~divorcio entre ~nasas L~_li.t~s_q~ehabí~ s_eñaladoVicente Fid~l
la literatura y la filosofía del momento habían comenzado a exaltar las .!:-ópezen el prefacio de su Historia de la República Argentina.
fuerzas instintiv'as y a denunciar el ~náli~is intele~t~ali~la,,;c~mo~puesto
al.vigor de la a~ción. friedric~Ni~tzsche (1844-1..?90,tlUlen entre 1883
y 1885 publicó su muy exitosa obra Así habló Zamtustm) era para enton-
ces uno de quienes expresaban de manera más cabal esta reacción an-
La campaña de los ejércitos jibertadores es uno de los episodios más
tiintelectualista. En los escritos de Ramos Mejía se encuentran citas que
bellos de la gran guerra: es un drama de la escuela impresionista, un
registran sus lecturas del filósofo alemán. Dice, por ejemplo, que para
cuadro con los colores excesivos de Fortuna y las extravagancias
conducir y seducir a las multitudes heterogéneas del Río de la Plata fue
vesánicas de los aguafuertes de Gaya. Tiene de todo: la barbarie
preciso un superhombre criollo tallado en .:1 espíritu de Zaratustra. y
pujante y siniestra de los personajes de la Orestiada; la sencillez
justamente en Rosas se cumpliría ~_glorificación de los instintos rebel-
maravillosa de los Persas; la originalidad, el sabor y la tonalidad
des y agresivos contra toda convención social [ ... ], de conquista y de
vigorosa de las cosas indígenas, con su arritmia de actitudes y su calor
presa, [ ... ] una afirmación de la energía humana triunfante, brutal, im-
de ejecución. Y no me digáis que la escena es asaz modesta y los
placable para los otros". personajes oscuros para dar tanta sensación, porque todo el teatro de
Después de todo, según esta perspectiva, si Rosas triunfó sobre los de-
Esquilo, que ha enseñado al mundo que es la belleza trágica, no
más caudillos fue porque en su personalidad se produjo la síntesis de recurre jamás a otro procedimiento que al que le brinda la sublime
los hábitos urbanos con los instintos campesinos y bárbaros. Resumen sencillez de sus cuadros iluminados por el genio. A pesar de todo, la
de las bajas aptitudes morales de la plebe urbana, el Restaurador con-
barbarie de esa multitud tiene él simpático saber de todo lo que es
formaba simultáneamente un genuino producto de la multitud de los grande y original. iNO sé qué extraño efecto me producen aquellos
campos, y ambas encontraron en él a su líder, nacido de la más genuina
terribles tercios de Rosas, qué tan profundas impresiones hicieron
expresión de esa superabundancia de energía a la que Darwin -afirma
experimentar a Sarmiento cuando los vio después de Caseros! iQué
Ramos Mejía- atribuiría un despertar tan salvaje como vital de las pasio-
secretos los que encierra el alma de esasmultitudes! Gen~rosas pocas-,«,
nes más bravías. _.. - -e:
. - -: veces, in-~~nscientemente abnegadas muchas, bárbaras e impulsivas
AÍ i~scribir estos temas en la narrativa de la elite argentina, nuestro siempre, van a donde las llevan, como la fiera domesticada detrás del
autor oponía un pasado rural y bárbaro al mundo urbano de su tiempo domador. Esos soldados -dice Sarmiento en uno de sus párrafos
presente. En este último encontraba una inmigración con comporta- lapidarios- carecieron diez años del abrigo de un techo y nunca
mientos egoístas y afanes de enriquecimiento veloz que conspiraban murmuraron; la pasión del amor, poderosa e indomable en el hombre
contra los valores republicanos. Como contrapartida, tanto el mundo como en el bruto, pues que ella perpetúa la sociedad, estuvo
rural gaucho como el caudillismo del pasado (que en Facundo hemos comprimida diez años, y nunca murmuraron; la pasión de adquirir,
visto como causas y efectos del atraso argentino) adquieren una valora-
como la de elevarse, no fue satisfecha entre los soldados; las
ción claramente positiva. También, frente a una clase dirigente que a fi-
~
nes del siglo XIX ha perdido el rumbo, nuestro~utor rescatara la fi81:1ra
- afecciones de familia fueron por la ausencia extinguidas, los goces de
las ciudades casi olvidados, todos los instintos humanos
dejuan Manuel de Rosas, a quien en 907 le dedicará un vol'::.~inoso J atormentados, y nunca murmuraron.
esiudio titulado Rosas y su tiempo.
- Debo señalar que esta visión matizada y a veces reivindicatoria de
quien había sido condenado por las generaciones unitaria y del 37 no
. era original. ...fI~ab.fasido precedida por la historia de Adolfo ~aldfas 50-
-- _ ..•• " .•.••,:.\ •• ,1...,. __ '<I'.-'..~.,.•.
138 Historia de las ideas en la Argentina
Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 139

Por cierto, al igual que estos dos precedentes, Ramos Mejía condena el
masasy 'el estilo groseramente personalista de ciertos líderes de tenden-
terror rosista, al que califica de "brutal y excesivo". Pero de aquella
cia demagógica". Enseguida veremos de qué modo, para conjurar aquel
época, y frente a la "gruesa capa de elemento extranjero que ha incor-
riesgo, y desde la dirección del Consejo Nacional de Educación, Ramos
porado a la nuestra su sangre fría", aprecia en aql~ellas masas rural~~ la
Mejía apostó a la escuela pública como resorte de nacionalización de
abnezación y obediencia que las llevó a desempenar un papel pOSItIVO
las masas que obraraco;n; barrera ante la penetración-de ideas subver-
en las zuerras de la independencia y en las luchas civiles argentinas.
sivas del orden conservador.
Pero e~tiende' también que estas cualidades habrían sido una pura
Pero volviendo a Las multitudes argentinas, observamos que aquel
fuerza ciega sin un meneur o conductor, función que Rosas había cum-
movimiento de rein~erpretación del pasado nacional llevaba a inverti}"
plido en forma acabada. . .
también el ej~_~storiogt:áfico que colocaba a Buenos Aires en-el ce.::-
Es claro que se trataba en estos casos de diversas evaluaciones sobre
tro y origen del movimiento de la civilización que luego se habría ex-
la relación líderes-masas. Por consiguiente, estamos ante un tema con-
pandido por el interior. Ahora,- la revaloración del mundo rural lleva,
siderable, ya que esta relación es fundamental para comprender el
por el contrario, a co~siderar la ciudad de Buenos Aires como un fe-
curso de la historia política argentina prácticamente hasta el presente.
nómeno anómalo dentro del cuerpo nacional. No era por cierto una
Tenemos aquí un primer esquema valorativo de ese fenó~eno ~acia la
mirada novedosa, ya que Alberdi, antes de la federalización de Bue-
época que nos ocupa. Podemos ver así que para, Vic~nte Fldel Lopez, el
nos Aires, había desarrollado esta antinomia Buenos Aires-interior, la
caudillismo era un hecho negativo, mientras que Mitre encontraba en
cual construirá un tópico, un tema, que ya no abandonará las visiones
éste la expresión de sentimientos democráticos e igualitarios que con-
de los argentinos.
tinuaban entonando la consigna gaucha del "naides es más que naides",
Otro aspecto ya mencionado y presente en su libro es el tema inmi-
Claro que esos sentimientos espontáneos debían ser canalizados por
gratorio, que como vimos constituía una de las obsesiones del mo-
instituciones liberales y republicanas.
mento. Dentro del espíritu positivista, para su tratamiento Ramos Mejía
En cuanto a Ramos Mejía, ya se hallaba presente el temor de que esos
apela a unos criterios y una retórica provenientes del daruiinismo social.
sentimientos fueran aprovechados por líderes demagógicos para explo-
Se conoce con este nombre a las concepciones que adoptaba~ criterIÜs--
tar la ignorancia de las masas. De modo que, al hablar del pasado crio-
extraídos de las revolucionarias posiciones de Darwin sobre la evolu-
llo, puede aún celebrar aquel espíritu energético y aun b~rbaro como
ción de las especies para aplicarlas a la lectura de los hechos sociales. La
contribución a la nacionalidad argentina. Pero cuando se instala en su
traducción resultaba sencilla y tentadora en un momento de intensas
presente, tanto el fenómeno inmigratorio como la presencia del acti-
luchas sociales y de expansión colonialista de los países más desarrolla-
vismo político socialista lo hacen mostrarse temeroso y.cautel~so. Esto
dos en el planeta. Esta ideología funcionó como una racionalización,
aparece nítidamente en el final de Las multitudes argentmas. AlI.Il~e~os
t¿~'!.j~~tificación ~~plicación seooocientífic-a-del derecho de los
que hasta tanto surja una auténtica "multitud p~lítica" que sus~tUlra or-
gánicamente a las actuales agrupaciones artificiales y personalistas, por (más poderosos (ya fueran naciones o clases sociales) sobre los débiles.

no decir facciosas, permanecerá el temor de que "el día que la plebe


E~-posició~- tenía además ese simplismo que süeletofnaf mas-convin-
centes los razonamientos.
tenga hambre, la multitud socialista que la organice sea implacable y lo.s
No obstante, más allá de que el darwinismo social desarrolló una con-
meneurs que la dirijan representen el acabado ejemplar de esa canalla VI-
cepción anticientífica disfrazada de cientificidad, resultará útil echar
rulencia que lo contamina todo".
Nuevamente y para concluir, era el mismo sentimiento de temor ante una rápida mirada a la teoría biológica darwiniana para comprender el
clima intelectual que contribuyó a generar, dentro del cual florecieron
la invasión y el asedio que hemos ya detectado en algunos miembros de
las interpretaciones del positivismo argentino. Resumiendo estas ideas,
la Generación del 80. Sin ir más lejos, se trataba de lo que un autor con-
temporáneo como P. A. Taguieff ha marcado como rasgo do/una con- digamos que, en F;l origen tle las ::peci::sJ1859] , Charles Darwin postuló
una ley general según la cual las especies vivientes luchan por la super-
cepción liberal radicalmente antipopulista, que "se bas~ en ~l temor de
vivencia, y triunfan aquellas que mejor se adaptan al medio. Estas últi-
las elites tradicionales a la nueva alianza entre el poder irracional de las
o;· mas
: ~ se 4esarrollan:y ---.-. .expanden, mientras las demásse' extinguen. De
4If"" •• ';; -: _

- .. -~ '....... - -
140 Historia de las ideas en la Argentina Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 141

manera que la historia de la vida sobre la Tierra nos muestra una suce- extensas citas, una de fuente europea y otra argentina, donde se palpa,
sión de especies que se alternan en su desarrollo. A esto se lo llamará se percibe el admirado orgullo ante los logros de la ciencia.
"evolución" de las especies, término qu~~ c~rs~_ con la i<:leaent~.n-
~~s d<2.mina21tede "progreso" suele inducir a error.Porque la teoría dar-
winiana habla de "adaptación" y no de progreso, y nadie puede demos-
.trar que los mejor adaptados sean superiores a quienes -no pudieron [La ciencia] prolongó la vida; mitigó el dolor; extinguió enfermedades;

(
adaptarse. Un ejemplo clá;i~o lo ofre~ió el hall<lzgo de restos fósiles de aumentó la fertilidad de los suelos; dio nuevas seguridades al marino;
jirafas de_cuello corto. La explicación de Darwin es que en una época suministró nuevas armas al guerrero; unió grandes ríos y estuarios con
lejana éstas convivían con otras de cuello largo, tal como las que cono- puentes de forma desconocida para nuestros padres; guió el rayo
cemos. Al producirse cambios importantes en el medio, se habrían ex- desde los cielos a la tierra haciéndolo inocuo; iluminó la noche con el I
tinguido las pasturas del suelo y sólo habrían sobrevivido aquellas cuyo esplendor del día; extendió el alcance de la visión humana; multiplicó la ¡
largo cuello les permitió alimentarse de las copas de los árboles. Las de- fuerza de los músculos humanos; aceleró el movimiento; anuló las
más desaparecieron. No hay aquí, como verán, evolución o progreso, distancias; facilitó el intercambio y la correspondencia de acciones

)
sino simplemente supervivencia de hecho de una especie favorecida amistosas, el despacho de todos los negocios; permitió al hombre
por razones genéticas enteramente azarosas. (Azarosas en la medida en descender hasta las profundidades del mar, remontarse en el aire;
que no existe en este razonamiento un gran plan que garantice el me- penetrar con seguridad en los mefíticos recovecos de la tierra; recorrer
jor curso posible en el desarrollo de la vida.) países en vehículos que se mueven sin caballos; cruzar el océano en
Sin embargo, el efecto ya no científico sino cultural de la teoría dar- barcos que avanzan a diez nudos por hora contra el viento. Éstos son
winiana residió en cuestionar severamente el dogma creacionistajudeo- sólo una parte de sus frutos, y se trata de sus primeros frutos, pues la
cristiano inscripto en el Génesis bíblico. P().rq~ara Darwin no hay es- ciencia es una filosofía que nunca reposa, que nunca llega a su fin, que
_ pecies f~,:,..:.
inmutables creadas de una vez p~~ siempre, sino formas nunca es perfecta. Su leyes el progreso.
variables que se suceden a lo largo de millones de años, dado que se es-
taba entonces también mostrandoque ésa era la edad de la Tierra y no Thomas Macaulay (1837), "Ensayo sobre Bacon", en Ensayos sobre
los miles de años que había calculado la tradición bíblica. política y literatura, Madrid, Librería de Hernando, 1902.,1'
Para que se entienda este impacto cultural, citaré una opinión de Sig-
mund Freud. Según ella, el ser humano habría padecido tres grandes Casi seis.désadas más tarde y entre nosotros, en el número 1 de la re-
impactos narcisístÍcos, tres grandes heridas al orgullo de su yo. En pri- vista La Escuela Positiva, editada en Corrientes en febrero de 1895, Al-
mer lugar, las teorías de Copérnico y de Galileo, por las cuales se pos- fredo Ferreira extendía esta confianza y la convertía en sistema:
tuló que la Tierra no es el
cénirodel universo sino un fragmento entre
tantos otros girando en el espacio. Luego, la teoría de Darwin, que sos- El positivismo es la ciencia espiritualizada, sistematizada y ge- '
tiene que el ser humano no está hecho a imagen y semejanza de Dios, neralizada. Fuera de la ciencia no hay nada: después de abra- '1
sino que desciende de otras especies que no gozan de tal pretensión de zar el arte y la industria, ella puede llegar hasta predecir la \)
dignidad. Finalmente, la teoría del propio fu:eud, que afirma que los se- aparición de un grande hombre con el advenimiento de un
!:-eshumanos no nos ajustamos a la definición alistotélica de "animales acontecimiento social del futuro, como el paso de un cometa
racionales", )@ que buena parte de nuestra conducta está regulada por en el cielo.
las fuerzas ocultas del inconsciente.
Es cierto sin embargo que ~tos factores fueron..9p~.c:.ados ante los Florentino Ameghino (1854-1911) será entre nosotros quien, de modo
ojos de la intelectualidad eor un_a celebración sin duda narcisística. Era tal vez más entusiasta, adhiera a la celebración de la ciencia a partir de
la ~e}ebraci§E_de la cap~cidad de Ja ciencia para deve!ar los misterios dichos éxitos, tal como lo muestran sus palabras de 1881, que tanto re-
I?~s pr0.il~~os_d~ea!~da~:..veamos al respecto el siguieI?-te par de .cuerdan a.lacita ....de Macaulay ya referida. . ~ -t:~c~\_~ j" •.. -

. : ~"'"-~ . - ~«.- ~ --.:.. .:..-':..--.:..0/.-...- ....: .~.~ .•...•'"


142 Historia de las ideas en la Argentina Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 143

;- ",,!,;./-;;.;-,:; ~
·,.••,,:.\ ••d:<ft!l9~runa concepción que afirma una correspondencia entre ciertos- ", ,.~~~á)ifc~
AY4!TAY4T~.lIT.4'IJ?4TA1'¿Y4YI'""D caracteres físicos hereditarios y ciertas capacidades intelectuales y mora-
La ciencia ha llegado a investigar y conocer un grandísimo número de las les. A este universo pertenecen afirmaciones tales como: "los blancos son
leyes de la naturaleza que rigen en nuestro planeta y aun en la más inteligentes que los negros" o "los mestizos son mentirosos y ladi-
in~ensidad del espacio. Ahí podréis ver que los adelantos de la física, la nos". Tengamos en cuenta por fin que ~8d~v~rsión racig~~pone.g
qurruca y la mecánica han producido verdaderas maravillas que no progr~~a de !~Ilustración y a~?~ programa que soste,nga q~le I~ edu- ..
tendrían nada que envidiar a los famosos palacios encantados y demás cación p1::ledetran~<:>:2..na~I~~j~ra:..aJ?_s ~n~ivid~os:.porque justamente
obras que los supersticiosos pueblos orientales atribuyen a las hadas, a el racismo concibe la raza como una determinación que no puede ser
los magos y a los nigromantes. Allí veréis que, gracias a los adelantos de modificada por la educación y la cultura. Sea como fuere, concreta-
la mecánica, el hombre ha conseguido fabricar verdaderas ciudades mente, en los siglos pasados y aun en el presente siglo estuvo muy exten-
flot~ntes que atraviesan el océano en todas direcciones, transportando dida la creencia en la superioridad de la raza blanca sobre las demás.
naciones de uno a otro continente. Con los adelantos de la óptica ha En el texto de Ramos Mejía que hemos considerado, se encuentran
penetrado el secreto de otros mundos que se encuentran a millares de algunas afirmaciones racistas y sociodarwinianas, pero ellas están justa-
millares de leguas de distancia de la tierra. Por medio de la electricidad mente relativizadas y atenuadas por el papel transformador adjudicado
se ha adelantado al tiempo, ha arrebatado el rayo a las nubes, transmite a la educación. Es cierto que al referirse a los inmigrante s nuestro autor
I~ voz amiga a luengas distancias y reproduce la luz solar en plenas se está remitiendo a una población también blanca, lo que facilita la
tinieblas nocturnas. Con el descubrimiento del vapor y sus aplicaciones adopción de una dosis de integracionismo paternalista que considera a
ha multiplicado sus fuerzas a lo infinito, y en el día cruza la atmósfera c~n los extranjeros como un aporte conflictivo aunque imprescindible para
mayor velocidad que el vuelo de las aves, viaja por la superficie de la la construcción de una nación moderna. Según esta perspectiva, para ga-
tierra y del agua con pasmosa celeridad, desciende al fondo del mar y rantizar dicha integración bastará con la educación pública y con las
pasa por debajo de las más altas montañas. A cada nuevo oportunidades de progreso material que la Argentina ofrece en aque-
descubrimiento se hacen de él mil aplicaciones distintas y este mismo llos años a los extranjeros recién llegados. También con la potencia in-
conduce a otros de más en más sorprendentes. tegradora y pedagógica del ambiente argentino sobre la psicología del
inmigrante. "El medio -Ieemos en Las multitudes ... - opera maravillas en
Florentino Ameghino, Conceptos fundamentales, Buenos Aires, El la plástica mansedumbre de su cerebro casi virgen". Ese medio será una
Ateneo, 1928. ~ vieja conocida: la pampa, que ya no es entonces el espacio desértico seña-
, lado por Sarmiento y Alberdi, sino el medio que civiliza a los inmigran-
Por cierto que difícilmente pueda encontrarse en la Argentina a al- teso Podemos así ver en concreto cómo se resignifica unª-..y_otra vez ese
guie~ que haya .encarnado aquella figura de manera más cabal que Flo- tópico fundamental del imaginario argentino q~e es '~r~.-pampa~.
rentino Ameg.h~no, como lo seguirán revelando ya avanzado este siglo De todos modos, es cierto que en el texto mismo de Ram'ós Mejía se
t~~to su prest~glO como símbolo deLtJ.I:Qgresis~~i~, como la oposi- encuentran afirmaciones deheterofobia (esto es, de rechazo al dife-
cien que se gula cosechando entre los sectores católicos tradicionales. rente), sobre todo cuando sostiene nuestro autor que la presencia ex-
Por otra parte, provenientes del mundo europeo, libros de gran tranjera puede resultar a veces excesiva y hasta abrumadora. "Como son
venta como l!!!erza y materia de Luis BÜcl1Eer o Los enigmas.Ae0¿niverso tantos, todo lo inundan: los teatros de segundo y tercer orden, los pa-
de Ernst Haeckel divulgaron esa versión cientificista hacia sectores mu- seos que son gratis, las iglesias porque son devotos y mansamente cre-
cho más amplios que los específicamente intelectuales. Un hijo bas- yentes, las calles, las plazas, los asilos, los hospitales, los circos y los mer-
tardo de ese¿:spíritu cientificista fue el darwinismo social, esto ~s la ~x- cados." Empero, no se deja de observar con simpatía la voluntad de
tensión anticientífica de algunos postulados del evolucionismo a la integración de esos inmigrantes que se obstinan en disfrazarse de gau-
interpretación de las sociedades. Más aún cuando aquellos postulados chos para los carnavales. Aquella ingenuidad estimulada por la libertad
~e cl::p~~ron con el racismo. Aclaremos que por "racismo" debemos en- y el trabajo conforma para Ramos Mejía el signo positivo de un aporte
~- .:,..:,.;\.¿;.,'~~'.;,.;.::-::. ' .",- " -':';">.':' . - ,.,. , "
1 44 Historia de las ideas en la Argentina Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 145

sustancial para la nacionalidad argentina en construccion, hasta el Según estas afirmaciones, la educación no basta para legitimar una po-
punto de concebir a la primera generación de inmigrantes como la de- sición que sólo puede avalar la buena cuna, esto es, el linaje.
positaria del sentimiento futuro de la nacionalidad en su concepción Tres lecc~ones fundament~les extrae Ramos Mejía de este recorrido:
moderna. el mercado ~o produce lazo social, antes bien, ~ara a los indivi-
También aparece aquí otra obsesión de los escritos de la época: mar- duos: el predominio de los valores económicos atenta contra la virtud
car los límites, los bordes, dentro de ese mundo de extranjeros entre republicana, esencial para el desarrollo de una nación; finalmente, por
quienes asumen la función laboriosa y aun patriótica y otros compo- la escalera de esos valores ascienden los recién llegados, amenazando
nentes de una especie de fauna degenerada o peligrosa que crece en la las posiciones de la clase criolla tradicional.
confusión de las multitudes urbanas. En ese auténtico zoológico social, En estas co~0siones se encuentra un giro, un desvío del camino in-
Ramos Mejía describirá los tipos desviados: el guarango, el canalla, el dicado por Alberdi para la construcción de una nación. Recordarán
huaso y el compadre, y se detendrá en la denuncia del burgués, que se que el autor de las Bases había c~nfiado ~n las ¡:>rácticas económicas
enriquece con la usura y permanece impermeable a las virtudes de cari- <:9_mo in~tancia roductora de l'!.z~_soc}aly pertenencia nacional. Fue
dad y patriotismo, Cuando su deseo de acumulación inmoderada no re- así como difundió la máxima latina ubi bene, ibi patria, que quiere decir
sulte encauzado, "este burgués aureus, en multitud -advierte-, será te- "donde están los bienes económicos, allí está la patria". Contamos con
mible, ~i la educación nacional jig 10~Q.difica_~on el ceJ1illo de la un dato preciso para documentar ese giro: cuando en 1898 se formó
cultura y la infiltración de otros ideales que lo contengan en su ascen- 1<3:
Liga Patriótica Argentina, compuesta por miembros conspicuos de la
sión precipitada hacia el Capitolio". He aquí entonces claramente ex- elite entre los cuales estabaJosé María Ramos Mejía, en una de sus pro-
presado el temor casi paranoico ante esos extranjeros que rápidamente ex resamente a la consig~a del ubi bene,
clamas esta asociación s!:.::>.Euso
han comenzado la carrera del ascenso social y que ya para el Centena- ibi patria.
rio empiezan a ocupar destacadas posiciones en el país. ¿Sobre qué base entonces apoyar el lazo social, el sentimiento de per-
Otro peligro para la clase dominante lo ofrece el guarango porque tenencia a una comunidad? La respuesta ya la conocemos, y es la misma
ejercita la temida estrategia d~r;;:sirm.iIaCi6ñ) tema de época que se en- a la que apela Ramos Mejía: el sentimiento nacional. En esa línea, y
carna enla obseSiÓndela elite, qiie pretende detectar las calidades rea- desde su puesto al frente del Consejo Nacional de Educación, Ramos
les de quienes pujan por incorporal-se a los círculos prestigiosos. Al res- Mejía reglamentará las ceremonias escolares como procedimiento de
pecto, Ramos Mejía resulta tranquilizador para su propio sector, ya que nacionalización de las masas. Detalló su finalidad de este modo:
si bien el guarango ha recibido las bendiciones de la "!n§trucción" en la
forma habitual de "inyecciones universitarias", no dej~de ser ':uQ !!!en- ~stemáticamente y con obligada insistencia se les habla de la "
dicante de la cuh~ra". Le falta ese ab~le~~ --di~~- q~e §ólo p..!!eden patria, de la bandera, de las glorias nacionales y de los episo-
proporcionar "el hogar d~
tradición" o "la cultura universitaria" cuando dios heroicos de la historia; oyen el himno y lo cantan y lo re-
esta última "no es simplemente profesional y utilitaria como la nuestra". citan con ceño y ardores de cómica epopeya, lo comentan a su
Por eso, "aun cuando le veáis médico, abogado, ingeniero Q..p'eriodista, modo con ~echicera inge~u.idad, y en su verba accionada de/
le sentiréis a la legua ese olorcillo picante al establo y al asilo de g:t:!a- muestran como es de proplC1a la edad para echar la semilla de
:-;ngo cuadrado". Un retorno biologizado de lo reprimido tarde o tem- tan noble sentimiento/
prano lo desenmascarará:
Era el modo en que imaginó la construcción de multitudes menos pa-
Le veréis insinuarse en la mejor sociedad, ser socio de los me- sivas políticamente que las que creía ver en el Buenos Aires de fines del
jores centros, miembro de asociaciones selectas [ ... ], pero siglo XIX. Y digo "que creía ver", ya que recientes estudios demuestran
cuando menos lo esperéis, saltará inesperadamente la recalci- la presencia de una sociedad movilizada, "contradiciendo -como ha es-
trante estructura que necesita un par de generaciones para de- crito Hilda Sabato- ¡;-
difundid; imagen -del ~~tra~ero sólo interesado
jar la larva que va adherida a la primera. en sus asuntos_?-~vaº-os y_*_n9 ª" [ayida pública", Dichosea de p.aso,
. ~~..........;:. :.. ~- -
146 Historia de las ideas en la Argentina
Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 147
este desfase entre lo que los contemporáneos ven y aquello que se les
escapa plantea un problema clásico de la historia intelectual. Ya en El maciones lingüísticas del "cocoliche" y de una literatura acorde como
otoño de la Edad Media (1919), el gran historiador holandésjohan Hui- producto de la hibridación o mezcla del español con la lengua d 1
. li e os
zinga consideró este problema en términos convincentes. Reconoce allí Ha lanos: También fue el caso de Ramos Mejía en el capítulo final de
que los e~ropeys ?~
siglo XVI "no veían" en la n~cienJ:~ _burgu~ja una Las multztudes argentina! al ~ar cuenta de un "afuera" poblado de gua-
fuerza motriz de la sociedad, sino qu~ seguían atentos a la [l0Q1~~ y rangos
.
y nuevos
_
ncos. El mismo dedicó a ese "mundo de abaio":J ,en 1os
con ello desatendían a aquel sector social que efectivamente habría de pnmeros anos del nuevo siglo, un libro al que tituló Los simulad01'es del /
talento. ,'....., __
revolucionar la historia. Sin ~mbargo, concluye Huizinga, incluso aque- - , o , ---

llo que los humanos no ven forma p'!.rt~ c!~~l!.!p-a~era d~_p_erg@-.la La simu!~ció.n (ap.arentar ser lo que no se es) es un t~a~t::. época,
/
realidad y de a~tuar en ella.; en buena medida alimentado por el anonimato de las grandes ciuda-
Pero volvamos a Las multitudes ... Es evidente que si nos preguntamos ~es'.:n las c~~le,~ (a diferencia de los pequeños poblados) ya no se sabe
desde dónde está escrito este libro, desde dónde observa la realidad , qUl~n es quien . En Los simulado1JJ~gel talento, Ramos Mejía confiesa su I
\.
que describe, la respuesta es "de arriba hacia abajo". En efecto, Ramos l~qUletud ante lo que llama "l~ prensa de las paredes y de los muros ')' 1\

Mejía mira la sociedad argentina desde el vértice superior de esa pirá- ~~e~b~anqueados" y que nosotros llamamos graffiti. En ellos -dice- los
mide que imagina habitada por la elite a la que él pertenece, y desde sect~res populares se ~x~~esan en una lengua caótica de p~lotes y je-
donde interpreta el mundo de las masas, el mundo popular, el mundo de r~gl.!.ficos:
abajo. Por otro lado, la historia social nos enseña que ese mundo está en
un proceso de franca y veloz transformación por el formidable impacto Un pájaro dibujado con groseros contornos, un sol, una mano
de lo que se llamó el "aluvión" inmigratorio, y que llevó al historiador con cinco rayos, un sedicente caballo, una flecha o muchas ra-
contemporáneo José Luis Rome!?_a definir esa etapa como la de la "Al-- yas para arriba o para abajo, todo eso, combinado entre sí,
~ntina aluvional". Esa transformación no escapó a los ojos de la elite. mudo para nosotros, encierra sin duda alguna particular ri-
Concretamente, al observar los datos de extranjería del censo de 1895 q.ueza, de expresiones impenetrables a los que ignoramos esta
'l
I J'
Rodolfo Rivarola confesaba haber encontrado "una sustitución j.e la so- c~enCla popular sui generis, en que tanta vida desconocida pal-
~i~I:Jilida~ argentina2..Y ~~.!:lE~_~~olución". pita a cada momento.
I Hasta qué punto en tina sociedad entran en contacto la cultura de
I elite y la cultura popular es una cuestión que varía en cada nación. 'En Ramos ~ejía :mrma que ha conocido a quienes así se expresan: un sas-
la Argentina de fines del siglo XIX y principios del siglo pasado ese for- tre espanol, un obrero, una prostituta, algunos "scruchantes". Se le ocu-
midable laboratorio social tenía su dinámica y generaba sus propias for- ~re entonce.s que muchos de sus signos han de ser conjuros o arnuletos,
maciones culturales. Surgió así toda una literatura y una cultura criollista algo parecido a las palabras mágicas de que se servía la plebe romana
-estudiada por Adolfo Prieto en su ya citado libro El discurso criollista en la para hacerse invulnerable".
formación de la Argentina moderna- en las que la cultura gauchesca era Detengámonos un momento en este pasaje. Pensando en las sucesí-
apropiada y traducida por las nuevas camadas de inmigrantes, Es posi- v~ posiciones de la elite narradas hasta aquí, verificamos el significativo
ble imaginar que, a medida que avanzaba el proceso, estas mezclas de- giro respecto de la colocación de Sarmiento. Si en el Facundo el intelec-
ben haberse producido en casi todos los aspectos: casamientos mixtos t~_a~e ~sigñ~b~ el. señalado ,.rol de'intérprete y henlli:ne~~,-yesa cap;--
entre criollos y extranjeros o hijos de extranjeros, mixtura de hábitos cidad fijaba el lírnite entre la civilización y la barbarie, sesenta años des-
alimentarios (tal como se observa en las variadas comidas que se consu- pués Ramos M~.ía se encuentra frente a otro muro, no en los baños del
men hoy en día), incorporación y mezcla de juegos, de deportes, de va- ~onda sin.o en las paredes de la ciudad de Buenos Aires, y cq!1fi~sa su
lores, ideas y creencias. Imp9.te!}c..@..para comprender esos mensajes cifrados. Así de Sar-
De hecho, algunos de estos fenómenos atrajeron la atención de la miento a Ramos~jJ~ un miembro de la elite liberal siente cuestío- '!

cultura de elite. Así, Ernesto Quesada estudió detalladamente las for- I}ad~ su. ~pacid~ct. P~~~I~.a.!:,~1 vacíº-d~ sen.,tld? ~@e~ é~igmasy
~~4.s.signlfícades-' Entonces, cercenada su capacidad para comprender
148 Historia de las ideas en la Argentina Lección 5. El positivismo: José Maria Ramos Mejia y José Ingenieros 149

"'; "'~
•. !;
lenguas diversas, lo .9iferent~ ~ ton:~~ si!l~~n~<!?}! P_oI ende~~s- o porque escribe bien), y no será considerado en función de la 'p~s~-
ti~!lte y ~I!len<l_z~~~~.~~:tbre la base de esa sospecha, se instala la para- sión de otros "capitales". Una persona adinerada que practique una
noia: "¿No habéis observado en las paredes mil signos extravagantes mala literatura, por ejemplo, no resultará consagrada ni legitimada
~ ._---
pero obedeciendo algunas veces a cierto metódico plan?". dentro del campo intelectual.
En s~~a, por aquí y por allá aparecen síntomas que -revelan las pre- Decir que el intelectual moderno es alguien que se legitima en su
venciones de la elite ante lo que se llama los "efectos ~~3~c:.ridos" de la propia práctica intelectual implica que a la pregunta "¿qué lo autoriza
modernidad y de la modernización que ella misma había aceptado e a usted a hablar?", interrogante que otros han respondido: "mi linaj~",
impulsado: Esto es especialmente cierto en los intelectuales que cuen- "mi Eosición política" o "mi posiQ.9lJ.lipcial", la respuesta de un Ingenie-
tan con un linaje criollo y patricio, como es el caso de Ramos Mejía. ros sería: "mi
e_. saber". _

En la próxima lección veremos de qué manera ese campo intelectual


comienza a estructurarse en forma más sólida. Por ahora nos basta con
José Ingenieros saber que José Ingenieros se construirá con ese perfil de intelectual.
Además, resulta muy interesante descubrir que dicho perfil ~u..Yiene
No ocurrirá lo mismo con quien fue el más reconocido <jjscíp.!:,!10de ~on algunos rasgos que el positivismo pr.esep.ta comº_d~iLnitorios de un
~_mos Mejía. Se trata de José Ingenieros, él mismo del aluvión inmi- buen científico. --- ---
gratorio. Existe en su biografía un dato significativo: nacido eIl1lali:) Así, es evidente que Ingenieros se presenta como un investigador
SU apellido es [ngegnieros¿ al que posteriormente modifica: ¿para "na- "oJ2ietivo". y ocurre que para alcanzar dicha objetividad es preciso inde-
(
cionalizarlo", para "desitalianizarlo"? pendizarse de todo interés político, ya que en las visiones políticas im-
Fuera como fuese, su curva intelectual nos muestra a alguien que peran las pasiones, las cuales obnubilan la verdad y dan rienda suelta a
viene de otro lado en cuanto a sus orígenes nacionales y sociales. En la imaginación. Nótese que aquí la objetividad, esto es, la ciencia, apa-
efecto, Ingenieros Ilo posee linaJ~!_~_!:i9ueza, ni Eosi<jónpolítica. De rece en las antípodas de la actividad política, y de este modo se está di-
manera que nos encontramos ahora ante alguien que está librado a la ciendo que el saber debe ocupar un espacio autónomo respecto de ella.
carrera del ascenso apoyado en su práctica específicamente intelectual, Esto es así porque la ciencia persigue el valor de la verdad, mientras la
es decir, en su capital simbólico, en su saber, a diferencia de Ramos Me- política tiene como su dios el poder, y por ello obedecen a diferentes ló-
jía o Cané, por ejemplo, que se apoyaban en una herencia social pres- gicas de acción.
tigiosa y en posiciones económicas y políticas asentadas. Todos los textos de Ingenieros de su período de positivismo más or-
En este sentido, Ingenieros aparece en la constelación letrada como todoxo (entre fines deTsiglo XIX y 1910 aproximad;~ente) están -~~_
uno de los primeros intelectuales en el sentido moderno del término, cuadrados en un programa de conocimiento de la sociedad mediante
porl;-q~e se e~tiend~ a aquel sujeto que legitima su actividad y obtiene un método científico alejado de toda subjetividad. Su concepción más
su sustento del ámbito estrictamente intelectual. Esto es, su identidad perfilada al respecto puede leerse en un artículo de 1908 titulado "De
profesional y su prestigio social derivan del desarrollo de una serie de ~<!sociologíacomo ciencia natural'~ que luego incorporó a su libro So-
destrezas, saberes y prácticas letradas, es decir, destrezas y saberes lite- ciología arge,,!!ina. Allí propone
su proyecto científico, al que pretende,-
rarios, científicos, estéticos, etcétera. Para que esto ocurra, debe con- por ende, neutralmente valorativo:
formarse lo que se denomina un ".c:..amp~?.tele0ual", es decir, un
conjunto de instituciones (escuelas, universidades, ateneos) que cons- Las opiniones expuestas a continuación no pueden corres-
truyan una red con su propia lógica, en la cual se ubicarán precisa- ponder a las tendencias de ningún partido político o de tal
mente los intelectuales. "<:;9n su propia lógica" implica que la fun~jQ!l_ historiador. Una circunstancia de ese género no agregaría au-
intelectual no debe estar penetrada por las lógicas de otros caE:E.<?s, toridad a lo escrito. La interpretación de la experiencia social
Zo~o el de la econo¡-r{ía o lapolítica, por ejemplo. El intelectual se legi- no ha sido nunca la norma de la acción política colectiva, ge-
.tirna: así en ~u '~apítal ~im~~~~" (porque posee cienos copocimient?s . ~;eralmente,~ovida por pasiones e intereses~e 1.os.q'1~ sólo
;r-~,,~"-41,~ .- ....•.~ """-.-,..:.",,, "''C'''' •
150 Historia de las ideas en la Argentina Lección 5, El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 151

pocos tienen conciencia; los historiaciores suelen reflejar sus siglo XIX, Para entonces, los Estados Unidos' de América se están ca""¡{-
sentimientos personales o los de su grupo inmediato, supedi- virtien~o.en una p~tencia en el escenario mundial, mientras Centro y
tando a ellos los hechos, cuando no son desviados de la verdad Sudamenca expenmentan serias dificultades para emprender un ca-
por las naturales inclinaciones del temperamento imaginativo. mino de progreso, Para colmo, en 1898 estalla la guerra entre Estados
~nidos y E~p~ña, en la cual esta última sufre una ominosa derrota y
rAsimismol!os cambios sociológicos suelen operarse sin que las colecti- pierde sus últimas dependencias coloniales, incluida Cuba, Entre la
,vidades perciban el nuevo rumbo, de modo que los gmpos sociales son admiración y el temor, en toda Hispanoamérica las clases diligentes y
./ como ''bajeles que marchan sin brújula", arrastrados por corrientes que letradas se pr~:g~~~!l_cui~s J~cau~a d<J .!:.,el:!:..a§O
de esta parte del
continente,---- ---
l~~a
~onciencia social no sospecha. / - -
-De tal modo, Ingenieros se construye con el perfil del sabio cientí- 'En ~su -artículo "La j-ºrmación~e ...!,~naraza argentina", Ingenieros
fico, y este rasgo se muestra en todo su despliegue en su "voluntad de aplica su visión sociológica positivista para responder a esta cuestión. A
sistema". Es decir, ya no se trata de alguien que escribe guiado por su "' ~~te~~er, la explicación reside en ~res c~~~rincipales: ~ desigt2~1
inspiración momentánea, sino de quien practica una disciplina conti- cI~Iy;ac!On alc~zada por las sociedades indígenas preexistentes a la
nua y busca construir un conjunto de ideas y conceptos articulados en c.onquista, C:!, diferente tipo de ~o!:,(lui?t~Y c~ionización europea y la de-
un todo coherente, Tan es así que, sobre la base de dos influencias teó- slgualdaddel medio ií~ic~e sus ,<!!fe!:~!l_~e_Fegi_ones. Por ello, sostiene
ricas básicas, el 'p_ar~ismo y el ev_ol~_c.ionismospenceriano, Ingenieros que en el norte de América se produjo el resultado más feliz debido a
producirá una síntesis que. denominará "biceconomismo". D~?Eencer "la excelencia étnica y social de las razas blancas inmigradas, el clima
adopta lo que considera las nociones fundamentales del sistema: la ex- propicio a su adaptación y su no mestización con las de color". Por el
periencia ~mpil~i~a (fundada en datos percibidos por los sentidos) de- contrario, en la zona tropical de América del Sur se han producido las
termina el conocimiento; estos hechos están relacionados por l~es in- peores consecuencias, mientras que en la zona templada (a la que
flexibles (todo fenómeno responde a un g~t~n!linismo rilS!:!roso,~on lo pertenece la Argentina), si bien existieron núcleos numerosos de "ra-
!=ualla libertad es una ilusión) y la ~!1tera realidad evolucio~n forma zas inferiores" (como llama a indios y negros), el cruzamiento ha sido
permanente y se desarrolla hacia lo mejor. progresivo, dado que se ha operado un auténtico proceso de "blan-
De lo dicho s~comprende que esta concepción sostenía que el posi- queamiento" de la sociedad, a lo cual mucho ha contribuido el proceso
tivismo debía mantener una relación conflictiva con el liberalismo, Más inmigratorio, Sobre esta base étnica actúan las fuerzas económicas ,
de unavez, en efecto, Ingenieros se opondrá "desde la ciencia" al triple en~~emente. favorecidas por la fertilidad del medio argentino, que
dogma de la Revolución Francesa (liberté, egalité, fratemitej. A la ~bertad, permite una enorme creación de riquezas agropecuarias. A ellas se les
porque la ciencia muestra que en el universo impera un rígido deterrni- sumarán -pronostica-las provenientes de una industria aún incipiente.
r;ismo. A la igualdad, dado que el ~arwinismo señala con evidencias Siguiendo este esquema lineal, Ingenieros sostiene una suerte de
que los organismos vivientes de cualquier índole son naturalmente des- transparencia entre economía y política, y por eso pronostica que el de-
iguales, y que esas desigualdades son las que explican el triunfo de unos sarrollo productivo definirá clases sociales diferenciadas, que a su vez
y el fracaso de otros en su adaptación al medio, Por fin, a la fraternidad serán las condiciones de posibilidad para un funcionamiento político
porque lo que impera entre los individuos es la lucha por la superviven- moderno. De tal manera, en un escrito de 1904 prevé la emergencia de
~ia. Por todo esto considera que en la sociedad imperan leyes que rea- cuatro sectores políticos fundamentales: dos partidos de gobierno, uno
lizan una justa selección mediante "un trabajo de eliminación de los conservador y otro progresista (que representarán respectivamente a la
más débiles por los más fuertes", según afirma Ingenieros. clase rural y a la burguesía industrial) y, en los extremos opuestos, los
En síntesis, para Ingenieros existe una base biológica, un medio do- reaccionarios y los revolucionarios, definidos estos últimos como quie-
minante y unas prácticas económicas que interactúan en la evolución nes "no retroceden ante la eventualidad de una crisis revolucionaria
de las sociedades. Estas variables le permiten intervenir en un debate para apresurar la realización de sus ideas y suplir por la fuerza el nú-
que sehadesatado en toda Iberoamérica desde las últimas décadas del . mero que les falta",
-.:: : .••• ~_ .~' •• _. 'r"'
. " i.¡'~"~:'':',:¿~~~:,j;,:
152 Historia de las ideas en la Argentina
Lección 5. El positivismo: José María Ramos Mejía y José Ingenieros 153

"Entonces, se trata sin duda de uno de los períodos en los que el ho-
ab;~~'aban desde los sector~s nacionalistas y liber'ales hasta al!!u;;~~sO-
rizonte real acordado al socialismo se ha estrechado más profunda-
cialistas, y que en general giraban sobre argumentos de distinto"nivel. Es-
mente, lo cual coincide con uno de los momentos de mayor acerca-
tos argumentos podían referirse tanto a la responsabilidad del hombre
miento de Ingenieros a los círculos liberales. Resulta coherente por
blanco (esto es, una supuesta misión de tutela sobre las demás razas), así
tanto que estas nuevas adhesiones teóricas tuvieran lugar junto con la
como a que sólo las naciones capaces de convertirse en imperios resulta-
adscripción de Ingenieros a nuevos espacios institucionales. Hacia
rí.an finalmente vi~bles. Con todo, el imperialismo imaginado por Inge-
1899, abandona su militancia en el Partido Socialista y tres años más
n~eros se caractenzará por un expansionismo esencialmente pacífico y
tarde renuncia a su afiliación (aunque siempre, confiesa, "votará socia-
difusor de la civilización. Es decir, que también en este aspecto nuestro
lista"). En 1900 obtiene el cargo de jefe de clínica en el Servicio de Ob-
país sería un caso excepcional. El pronosticado imperialismo argentino
servación de Alienados de la policía de Buenos Aires, cuya dirección
sería virtuoso porque -a diferencia de los noratlánticos- será una ex-
desempeñará entre 1904 y 1911, Ydesde 1907 dirige el Instituto de Cri-
presión pacífica de la lucha darwiniana entre las naciones. La Argentina
minología anexo a la Penitenciaría Nacional. También en 1900 se hace
puede entonces aspirar a un liderazgo semejante al estadounidense en
cargo de la dirección de Archivos de Críminología, Medicina Legal y Psiquia-
este sector del continente.
tría, donde permanecerá hasta 1913.
Desde estos supuestos, el discurso positivista de Ingenieros interven-
Ingenieros coincide con una plena confianza en el futuro de gran-
drá en la polémica conocida como "querella por la nacionalidad" tra-
deza de la Argentina, ampliamente difundida en casitodos los sectores.
tando de definir "qué es ser argentino", tal como veremos más detalla-
Esa confianza se apoyaba en el formidable crec¡;;;'iento' económico, que
damente en la próximalección. Para concluir con este recorrido de la
colocaba al país entre los primeros del mundo, hasta el punto de que
primera parte de la carrera intelectual de Ingenieros (volveremos a en-
entonces se hablaba del "~il~gn:>-ª,!:geI?-tino"y en Europa se decía "rico
contrarlo en la lección 7), apuntemos que también en este punto existe
como un argentipo". --
congruencia entre sus orígenes socioculturales y su propuesta naciona-
Fiel al mito de la grandeza argentina, Ingenieros considera que tam-
lizadora. Porque, a diferencia de otros intelectuales de linaje criollo ya
bién en este aspecto el país ha sellado un pacto con el destino, ya que la
presentados en estas lecciones -como Miguel Cané o Ramos Mejía-, la
feracidad del medio nacional posibilita una enorme producción de
nación de Ingenieros no se encuentra en el pasado sino en el porvenir.
bienes agropecuarios, a los que se le añadirían en poco tiempo los pro-
Esto se debe a que Ingenieros piensa que, a partir de la mezcla que se
venientes de una industria todavía incipiente. Según el esquema seña-
está produciendo con el aporte extranjero, en un futuro aún indetermi-
lado, que se afirma en la transparencia de las relaciones entre economía
nado surgirá una nueva "raza" que definirá el tipo argentino.
y política, Ingenieros cree que las condiciones para un funcionamiento
Mientras ese futuro llega, sostiene que la clase gobernante debe en-
político moderno ya se encuentran en vías de realización. Podría de-
tender que, ante los conflictos que se producen en el mundo del tra-
cirse que en este momento Ingenieros retorna el etapismo alberdiano:
bajo, no debe implementarse una política coercitiva sino consensual.
~ partir de la economía se moldea la sociedad, y (ieésta emana l~'polí-
Para ello es preciso atender a l~~d-Ucación de la clase obrera y al mejo-
nca. Al cumplirse ese proceso gradualista, se extinguiría la denostada
ramiento de sus condiciones de vida, dado que -escribe Ingenieros- "la
política criolla, esto es, el fantasma que atormentaba al Partido Socia-
retórica antiburguesa y dinamitera es el plato favorito de las multitudes
lista al observar una cultura política en la que los ciudadanos resultaban
descontentas". Piensa asimismo que cuanto más civilizada es una socie-
cooptados por relacione~ clientel,:!"_esy p.<2.r_lid~r~zgoscarísmáticos en
dad, más se desarrolla la solidaridad social. De hecho, un episodio
lugar de ser~~.:y!ogramas de ideas y principios.
donde creyó encontrar las condiciones propicias para este tipo de pro-
Por todo esto, tendría lugar una confluencia virtuosa de esos diversos
puestas fue el proyecto de ley de reforma laboral planteado por Joaquín
factores, todos los cuales, según la perspectiva de Ingenieros, auguran
V.éGonzález. Por eso, Ingenieros lo saluda como uno de los "más osados
para la Argentina un destino de potencia imperialista. Para contextua-
reformadores del presente siglo" y entiende que la aprobación de dicho
lizar estas afirmaciones, debe tenerse en cuenta que estas creencias
proyecto prácticamente realizaría el programa mínimo del Partido So-
eran •.~utér:~cas .Eonvi~ciones. de época en el mundo occidental, que
c\i!l~"~fü-~~I.!~p.q. Resulta sumamente elocuente esta colocación de In-
'".. p. ";.... ':. ... . - ' - . -; ".~. ... -
'1"1

154 Historia de las ideas en la Argentina

genieros,. ubicado en el mismo terreno de un reformista liberal como Lección 6 -


González.
Por fin, sobre las bases así sentadas Ingenieros construye un modelo El Centenario
de sociedad jerarquizado en tres estratos o sectores. En la cima, las mi- El modernismo cultural (Manuel Gálvez
norías poseedoras de ideales y del saber científico, encargadas de lide- y Leopoldo Lugones) y El juicio del siglo
rar los cambios sociales; luego, las multitudes honestas, productivas y de Joaquín V. González
mediocres, auténticos baluartes del orden, y ambas separadas de los
márgenes donde pululan los sujetos de la locura y el delito (a veces en
las vecindades del anarquismo terrorista). De ese modo, Ingenieros en-
tiende que la nave de la argentinidad podrá alcanzar el destino de gran- El Q!9..9~~nismo
__
es un movimiento literario que renovó las letras
deza que la torna excepcional dentro del contexto latinoamericano. hispanoamericanas. Cabe recordar que el período de eferves-
cencia modernista ~ntre 1890 y 1910- se superpone con un
período de fuerte gravitación del discurso positivista en la esce-
na intelectual. Puede decirse que, durante estos veinte años, el
espac~Sli~~Elctu~L~s_t?_0C?..u~ad9
~!!j§!!!1J.i1ºs filosóJLcos P..9rel
P?s~ti~s~~ y ~.':ltér~~'2?_~~s.!.~.t!cC2.-literarios
.por el.rn.QQemisl]Jo
c~lt':lral. Uno de los rasgos que caracteriza a la modernidad es
la progresiva autonomización de las distintas esferas de compe-
tencia, proceso por el cual cada ámbito o campo de actividad
tiende a regirse en función de criterios propios. Así, vimos en la
figura de Ingenieros al intelectual científico que, distanciado de
la política, fundamenta su discurso en la posesión de un saber
dotado de métodos, de criterios y de leyes específicos. Ahora,
en el proceso de autonomización de la esfera artístico-literaria,
frente a la verdad de la ciencia, se va a afirmar la idea de que el
_arte -entendido en su acepción amplia, que incluye a la literatu-
_~ o'

ra- es portador de una verdad difer~nte~, i~luso, §.!:!!:leriºI~a


verdad del discurso racional o científico: la verdad de la fantasía
- --- .- --~-'- ----- --- ----
~de la imagina(;i~n _qu~I:l~~g!le el ideal de la beileza. Entonces,
correlativamente a la afirmación de la belleza como un valor cen-
tral en el modernismo, surge la figura del artista o del escritor. En
palabras de Real de Azúa, esta figura aparece teñld~ de aris!9-
. c!atismoi~te.!ec~al,_e.':l_ !~~t~
pued~ ca¡J~.r.~_g0....911~está
"Il}~
allá" de lo 9L!e (iparece ~La_ realidad.

Ahora vamos a desarrollar un tema menos presente en gene-


ral en las reconstrucciones históricas del pensamiento argentino. Se
trata de un curso de ideas producido dentro de un movimiento litera-
rio conocido como "!!1.29_~.!:..nis~_~i~!.ario:,cuyo adalid o guía fue el
-.,poeta Á1i{ar~gü~pse I).ubén Darío.
_~_)/~'" *~~"""'::1' Je~¿;:""'I' ------- .'~::;S;

Potrebbero piacerti anche