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Subtemas:
El miedo escénico, causas y síntomas
Cómo manejarlo
Desarrollo:
Causas
Este es provocado por el mismo orador:
Al imaginarse que, de alguna manera, las cosas van a salir mal. Esto puede suceder por
alguna mala experiencia que haya tenido o visto, y le haya quedado fuertemente
grabada.
Al subestimarse, porque piensa que no podrá hablar al público exitosamente.
Al sobre exigirse y no poder aceptar sus errores.
Al “sentir” que lo observan, lo juzgan, lo critican y, al final, no lo van a apreciar (lo van
a rechazar).
Este miedo le puede producir a quien lo padece ciertos efectos que pueden empeorar la
situación, pudiendo entrar en un círculo vicioso de miedo–efectos negativos–más miedo–más
efectos negativos–más miedo…
Dolor de cabeza
Rubor facial
Sequedad de la boca
Aceleración respiratoria y cardíaca
Malestar estomacal o náuseas
Necesidad de defecar u orinar
Escalofríos
Sudoración excesiva
Tensión corporal
Debilidad en las piernas
Evitación de la acción
Intentos de huida
Movimientos torpes
Tics nerviosos y otros automatismos
Falla del habla
Tartamudez
Atropellamiento verbal
Reducción de volumen de la voz
Silencios frecuentes o largos
Llanto o risa
En algunos casos, uso voluntario de licor y drogas tranquilizantes
Cómo manejarlo
X No mirar al público: Creer que no fijarse en las expresiones, las miradas y las
reacciones del público evitarán que la persona se ponga nerviosa.
X Imaginarlos desnudos: Pensar que al “ver” a las personas en una situación
incómoda o que les “dé” vergüenza no le observarán de manera crítica o les quitará su
poder hacia quien habla.
X Imaginarlos en el sanitario: Esta falsa técnica es similar a la anterior y consiste en
imaginar a todo el auditorio sentado en el sanitario haciendo una necesidad fisiológica
que les “ponga” en una situación vergonzosa.
X Aguantar la respiración: Realizar actos orgánicos que desvíen la atención del miedo
y la dirijan hacia otra cosa. Esta práctica es muy contraproducente debido a que
disminuye la cantidad de oxígeno del cuerpo y del cerebro, justo cuando más se
necesita.
X Tener algo en las manos: Usada para canalizar la energía nerviosa
hacia el objeto que se tenga en las manos. Aparenta ser una buena
práctica, pero realmente limita la expresión de las manos y, tarde o
temprano, el público notará el nerviosismo porque puede caerse el objeto,
temblar en las manos del orador o enredarse con él.
X Provocarse dolor: Es similar al de aguantar la respiración; la intención es desviar la
atención del evento y del miedo. Además de ser una técnica falsa, no se puede uno
infligir dolor en todo momento antes de la presentación, mucho menos durante esta.
X Tomarse un trago de alcohol: Una de las peores maneras de manejar
el miedo escénico. Entre los perjuicios están la mayor tendencia a la
adicción, dependencia negativa (cuando no haya alcohol, no habrá
control), y todos los perjuicios orgánicos que pueda traer el hacerse
asiduo a estas bebidas.
X Fijarse en una sola persona: Centrarse en una persona que esté atenta y que
apruebe la presentación. Esto perjudica en que la mirada se dirige mucho a ella y se
descuide al resto y, si la persona cambia de actitud, le quita la falsa seguridad obtenida.
Antes de la presentación:
5.- Practica todo lo que puedas. Hazlo tanto como te sea posible, con
familiares, amigos, solo, ante un espejo… Practica desde eventos que te den un
poco de miedo y que este sea controlable; luego ve ascendiendo en la cantidad
de asistentes y en exigencia. A esto puedes agregarle que le solicites a personas
positivas que te retroalimenten sobre cómo lo hiciste; si lo haces, que sea solo con personas
que te den comentarios que te motiven, no que vayan a desanimarte o preocuparte.
Usa el miedo a tu favor. El miedo te da energía que requieres dirigir. Usa esa energía
para generarte fuerza y entusiasmo; de este modo transformarás una desventaja en un
impulsor que te ayude a triunfar.
Prepárate en el tema y en las técnicas de presentación lo mejor que puedas.
A mayor preparación y dominio del tema, y en la forma de presentarte, mayor seguridad
te generarás y tendrás en todo momento.
No pongas expectativas demasiado altas. Es bueno dar lo mejor; lo que hay que
evitar es exigirse desmedidamente.
Durante la presentación:
Fíjate en alguien con actitud positiva hacia ti. Ubica en el público a una o varias
personas que sonrían o tengan un interés real. Su actitud te apoyará y te motivará. Por
supuesto, esta práctica que sea solo para que apoyes las técnicas anteriores y evita
concentrarte excesivamente en ella(s), puesto que debes dirigirte a todos de forma
equilibrada.
Vive tu presentación con pasión. Ama lo que haces y vive tu evento con toda la
alegría y el entusiasmo que puedas; esto te impulsará y potenciará todas las técnicas
que hayas aprendido, y le dará mucha fuerza a tu mensaje.
Finalmente, recuerda que el miedo es una emoción natural que te ayuda a prever algunas cosas
importantes. Lo que necesitas es manejarlo, canalizarlo y aprovecharlo. Usa las técnicas
correctas que te sugerimos, evita prácticas contraproducentes e innecesarias y concéntrate en
todo lo bueno que darás a tu público; de esta forma te enfocarás en lo importante y aumentarás
las posibilidades de presentarte exitosa y satisfactoriamente.
Bibliografía recomendada
Bados López, A., (2005), Miedo a hablar en público, Madrid, España: Pirámide.
Alban Alencar, A., (2007) Manual de oratoria, Edición electrónica gratuita. Texto completo
en www.eumed.net/libros/2007b/