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ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

El texto
Definición
Los textos forman parte de nuestra experiencia cotidiana, los oímos, los leemos, los decimos,
los escribimos con diferentes propósitos y en diversas circunstancias. Sin embargo, no resulta
tan sencillo proporcionar un concepto. El texto constituye el objeto de estudio de numerosas
disciplinas que, según su interés, se detienen en aspectos diferentes (psicología, historia,
crítica literaria, filosofía, etc.).
Por otro lado, no todas las formas textuales tienen como soporte el lenguaje verbal. Algunas
disciplinas consideran texto a "cualquier comunicación registrada en un sistema de signos". Así
lo serían una pintura, una escultura, un cartel en la calle, el diseño urbano, una película o una
murga, o sea, objetos culturales que comunican conceptos, valores o emociones (Rueda de
Twentyman, 1992: 25-26).
Nosotros nos dedicaremos al texto lingüístico y elegiremos la definición de E. Bernárdez, que
transcribimos. Aunque es compleja, tiene la virtud de reunir lo central de muchas otras
definiciones.
"(...) es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad verbal
humana, que posee siempre carácter social. Se caracteriza por su cierre semántico y
comunicativo, así como por su coherencia profunda y superficial, debida a la intención
comunicativa del hablante de crear un texto íntegro y, también a partir de su estructuración,
mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del sistema de la lengua"
(Bernández, E., 1982, pág. 85).
Con ayuda de Nelly Rueda de Twentyman (1999) y de Daniel Cassany (1994) desagregamos la
definición para aclarar cada aspecto:
• Unidad lingüística comunicativa fundamental: desde el punto de vista de la
comunicación, la unidad fundamental no es la oración sino el texto.
• Producto de la actividad verbal humana: se concibe a los textos como el resultado de
la actividad lingüístico comunicativa (resultado de un hacer, de una producción). El
texto tiene un carácter pragmático, ya que se produce en una situación que incluye un
contexto y un propósito y, en tanto acción, genera efectos.
 Cierre semántico y comunicativo: constituye una unidad cuyo sentido no depende de
otros textos, aunque sí pueda estar relacionada con ellos.
 Coherencia profunda y superficial: luego veremos en detenimiento este concepto,
pero adelantamos que se trata de continuidad de sentido y forma, unidad de tema y
conexión entre las partes. A la coherencia superficial muchos autores la denominan
cohesión.
 Estructuración, mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del
sistema de la lengua. Todo texto se compone de oraciones (aunque sea de una) que se
ajustan a las propiedades y exigencias del sistema de la lengua. Pero además existen
otras reglas que trascienden lo oracional y se refieren a la organización del texto como
un todo. Los textos tienen una organización interna que tiende a garantizar el
significado del mensaje y el éxito de la comunicación.
Indagando en la etimología de la palabra texto, encontramos algunas pistas para definir el
concepto. ¿Usted sabía que la palabra texto deriva del latín, de textum? Textum significa
tejido, entrelazado. El verbo texto, significa tejer. Le resultará familiar un repertorio de
vocablos utilizados para hablar del texto que evocan este origen del término: trama, hilo
conductor, red discursiva, entramado, etc.
Pensar en el texto como un tejido nos ayuda a comprender conceptos un tanto abstractos
como el de cohesión, que desarrollaremos luego, y que designa a los mecanismos de ligazón,
de articulación de los componentes en el nivel gramatical y lexical. Lo cierto es que componer
textos es entrelazar palabras en frases, organizar estructuras de párrafos, conectar partes para
componer una unidad de sentido y de comunicación.
Volvemos aquí al interrogante que nos formuláramos al iniciar estas páginas ¿por qué nos
ocupamos de los textos y no de las oraciones? El enfoque que propiciamos desde esta
asignatura apunta al desarrollo de la competencia comunicativa de los usuarios de la lengua,
en este caso, Ud. trabajador de la universidad, actualmente estudiante y futuro Técnico en
Gestión Universitaria. Según el enfoque comunicacional, es necesario trabajar con textos,
verdaderas unidades de comunicación, y no con oraciones aisladas como lo hacía la gramática
tradicional, la cual: "(...) hace abstracción de quiénes sean los sujetos de la comunicación así
como del espacio y el tiempo que puedan compartir" (Rueda de Twentyman y Aurora
1999:21).
En este sentido, vale rescatar lo que señalan algunos especialistas contemporáneos:
"Hasta hace unas décadas sólo se estudiaban las oraciones como expresión de la gramática.
(...) La oración es pura estructura, puede aparecer en diferentes contextos y puede
interpretarse por medios exclusivamente lingüísticos. Por ejemplo, la oración: "La puerta
estaba cerrada", puede tener antes otra oración que diga 'Intentó salir' o 'Golpeó hasta
cansarse' u 'Observé mi coche y me di cuenta de que había olvidado la llave' o 'Ema, Miguel y
Florita llegaron a la escuela'. El texto, en cambio, es siempre un texto en uso; está íntimamente
ligado a un contexto específico e individual (que se configura por múltiples parámetros y que
es irrepetible) y necesita del conocimiento general de los hablantes" (Porro, 2010).
Como vemos, si queremos centrarnos en el sentido que se produce en la interacción, que
depende tanto del texto como del contexto, necesitamos trabajar con unidades mayores que
la oración. De hecho, al comunicarnos generamos textos, no palabras ni frases sueltas. Incluso,
cuando en una conversación aparecen palabras sueltas, se infiere un texto mayor, que se
omite. Veamos los siguientes ejemplos:
a) El contexto ayuda a completar: por ejemplo en "-Hola, ¿dónde estás?"
-*Acá" (la voz, llegando desde el patio, o el altillo, o la vereda, informaba al que
escuchaba lo que la palabra omitió"
b) El interlocutor sabe de qué se habla: por ejemplo en -,” ¿Y?"
-*Bueno, yo le dije que así no me interesaba..." ("así": ¿en cuotas?, ¿dentro de unos
años?
Le: ¿el vendedor?, ¿un comprador?)
c) La situación lo requiere; por ejemplo en –… ¡AYYY...!... (Grito que pronuncio cuando
me voy cayendo y no tengo tiempo de decir en Forma completa: “Necesito ayuda, pisé
el hielo del alero y me resbalé”).
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PROPIEDADES DE LOS TEXTOS


Para que un grupo de enunciados o de oraciones encadenadas conformen un texto, deben
cumplir con algunas propiedades. Daniel Cassany (1994:315-330) propone que esas
propiedades sean la adecuación, coherencia, cohesión, gramática (corrección), presentación y
estilística.
Por su parte, Marta Marín (2000), plantea como requisitos la finalidad comunicativa, la
coherencia y la cohesión. Beaugrande y Dressler (1977 citado en Roqué Ferrero y Gallino,
2007), al igual que Marín (2000), consideran al texto un sistema comunicativo integrado por
diferentes niveles (la sintaxis, la semántica y la pragmática). En relación con estos niveles, los
autores afirman que todo texto bien elaborado ha de presentar siete características: cohesión,
coherencia, intencionalidad, aceptabilidad, situacionalidad, intertextualidad e informatividad.
Coherencia y cohesión se refieren al texto mismo y los restantes al destinatario y su contexto
situacional.
Estos autores coinciden con Avendaño y Perrone (2009), quienes sostienen que para que un
acto comunicativo sea considerado un texto deberá cumplir esas mismas propiedades o
condiciones de textualidad.
A partir de los autores relevados, sintetizamos las propiedades del texto teniendo en cuenta
todos sus aportes. En definitiva, los requisitos para que un conjunto de palabras se transforme
en texto son:

 Intencionalidad: apunta a la actitud del escritor. Es un principio de carácter


sociolingüístico, según el cual se asume que el productor del texto intenta obtener
unos objetivos o metas prefijados. Esta propiedad indica que el texto ha de contar con
una intención comunicativa, es decir, el emisor debe querer decir algo a alguien, y por
tanto hacer uso de estrategias pertinentes para alcanzar eficacia y eficiencia
comunicativa.
 Aceptabilidad: apunta al receptor. Es la aceptación del texto producido por parte del
destinatario, quien lo percibe claro, coherente. Se refiere a los factores que hacen que
un texto sea relevante con respecto a la situación comunicativa en que aparece.
 Informatividad: se refiere al grado de novedad que presenta un texto. En todo texto
se da una relación entre la información nueva y la ya conocida. Lo veremos más
adelante cuando expliquemos el concepto de progresión temática. Se asume que el
texto ha de poseer información suficiente para resultar novedoso e interesante.
Información suficiente, no excesiva, para que el destinatario sea capaz de
interpretarla.
 Situacionalidad: pertinencia del texto en un contexto de interacción. Los factores
temporales y espaciales de cada situación determinarán que un texto sea pertinente o
no. Inciden también la edad y el nivel sociocultural de los interlocutores.
 Intertextualidad: se refiere a la relación entre textos. Este rasgo fue estudiado por un
lingüista conocido, M. Bajtin, (1895 – 1975). Con el concepto de polifonía, da cuenta
de las diferentes voces que conviven en los textos, sea de manera explícita o velada. Se
supone que en la discursividad social unos textos dialogan con otros en el consenso o
en la polémica, o en la simple referencia, remiten unos a otros a través de diferentes
estrategias: comentarios, citas, reiteraciones, críticas, reseñas, etc. Ninguno existe
aisladamente. Esta propiedad de la textualidad se hace evidente en el discurso
académico, también en el discurso político ya que es muy frecuente en la
argumentación. En los textos administrativos se refieren habitualmente los
reglamentos y discursos propios del marco legal de la administración pública.
 Adecuación: se refiere a las variedades lingüísticas (regional, social, profesional, etc.) y
al registro (escrito, oral, formal, coloquial, etc.). Implica el conocimiento de la
diversidad lingüística: ser adecuado significa saber elegir entre todas las posibilidades
que ofrece la lengua, aquella más apropiada para cada situación de comunicación
(Cassany, 1994).
 Gramática o corrección: remite a la formación de frases y oraciones (nivel
microestructural). Incluye lo relativo a morfosintaxis, léxico, pronunciación y
ortografía. Esta propiedad apunta a las reglas del sistema de la lengua que todo texto
debe respetar en su elaboración.
 Estilística: se refiere a la capacidad expresiva general del texto. Contempla: riqueza y
precisión del vocabulario, recursos retóricos, complejidad y variedad sintáctica, etc.
 Cohesión: tiene que ver directamente con la forma de un texto y los enlaces entre las
partes. Se refiere a las articulaciones gramaticales y lexicales del texto, al modo en que
se relacionan y conectan las oraciones. Esta propiedad engloba todos los mecanismos
lingüísticos y paralingüísticos que sirven para relacionar las frases de un texto entre sí.
Para ser cohesivo, éste tiene que estar ordenado, tiene que asegurar continuidad de
forma. La cohesión es fundamental para darle a los textos la forma de un tejido, para
construir la textura.
 La coherencia: se refiere al dominio del procesamiento de la información, del
contenido, a la relación entre las ideas. Se manifiesta en un nivel más profundo y está
directamente relacionada con el sentido. Es la cualidad semántica que selecciona la
información y mantiene la unidad temática del texto. Supone la ausencia de
contradicciones lógicas. Constituye una estructura profunda que organiza el
pensamiento. Al decir de Cassany (1994), metafóricamente equivale a los planos de
una casa: la coherencia o sentido global asegura la estructuración del contenido del
texto en el marco de una estructura comunicativa ajustada a un contexto. Por ello,
algunos autores, como Marta Marín (2004), entre otros, sostienen que es a la vez
semántica y pragmática. Semántica, porque en primera instancia, está dada por la
relación que existe entre las ideas de un texto y, pragmática, porque es el receptor
(fuera del texto, como parte de la situación o contexto) quien tiene que reconstruir esa
relación.
Más allá de la diversidad de enfoques, hay consenso en cuanto a que no existe texto sin
coherencia ni cohesión, por eso profundizaremos el análisis sobre este tema en el próximo
apartado.
Dijimos que la coherencia global, entendida como una propiedad del texto, permite al receptor
percibirlo como una unidad, como un todo cuyas partes están relacionadas entre sí. Un texto
se reconoce como tal si le podemos asignar un tema o asunto, es decir si podemos captar su
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significado global o bien la macroestructura semántica en términos de van Dijk (1978).


Volveremos a trabajar este concepto (en la presente unidad y en la unidad 3) ya que
comprender un texto exige -entre otras habilidades- poder enunciar el tema.
Hasta aquí hemos desarrollado una aproximación general a la noción de texto y sus
propiedades, nos ubicamos en el tema, en las aristas que lo componen. Señalamos que la
mayoría de los autores consultados coinciden en cuanto a la importancia de la coherencia y la
cohesión. Ahora, para profundizar, lo invitamos a estudiar el capítulo de la obra de M. Marín
(2004) como bibliografía obligatoria. La exposición es clara y se acompaña con ejemplos, a fin
de facilitar una comprensión acabada del concepto de texto y de tres de sus propiedades
centrales.

TEXTUALIDAD, NIVEL SUPERFICIAL Y PROFUNDO


Líneas atrás comparamos al texto con un tejido para graficar la idea de entramado, de ligazón
interna, de integración de partes en un producto con unidad. Ahora bien, para explicar las
propiedades textuales, muchas veces se habla de nivel superficial para diferenciarlo de otro
nivel, el profundo. Ahora bien, ¿qué es lo superficial? ¿A dónde está lo profundo?
En los textos, hay información visual (impresos, imágenes y pantalla) o audible, o ambas, por
eso decimos que aparecen como una superficie organizada en una determinada forma. A
través de ella accedemos a la información no perceptible, no visual, no audible, los significados
estructurados en el nivel profundo. Dentro de la información no visible, por ejemplo, están
todos los saberes que el receptor activa al interpretar y que exceden la mera decodificación.
Pensar el texto, imaginarlo, como un territorio por recorrer nos servirá a la hora de explicar las
señales o pistas que allí se ubican y que constituyen ayudas, colaboraciones con el lector que
lo recorre. La imagen de un objeto con una capa superficial y una profunda nos ayuda a
comprender nociones que, de otro modo, resultan un tanto abstractas.
De acuerdo con Cassany, líneas arriba mencionamos el concepto de adecuación como una
propiedad textual importante, y si a ello le sumamos lo visto en unidad uno acerca de la
competencia comunicativa, concluimos en que elaborar un texto adecuado, con probabilidad
de ser aceptado y comprendido, requiere el conocimiento de registros y variedades y una
correcta evaluación de la situación comunicativa. Adecuación y aceptabilidad, entonces, van
de la mano.

Las funciones de los textos


La lingüística del texto es una disciplina ocupa un lugar importante para el estudio de la
estructura de los textos, su función y los intentos de clasificación en tipologías. Vamos a
trabajar ahora en esa dirección.
Para comenzar, recuperemos el concepto de función. Recuerde las funciones del lenguaje que
estudiamos a través de Marta Marín en la Unidad 1, ahora las aplicaremos al análisis de las
funciones de los diferentes tipos de texto.
Hemos insistido en que el texto constituye una unidad de sentido, y también de comunicación.
La función de un texto es su finalidad comunicativa global. Esa finalidad se
denomina ilocución y, puesto a circular, un texto puede presentar más de una finalidad e
incluso puede ser interpretado indirectamente de diversos modos (actos de habla indirectos).
Por eso, se asume que cuando hablamos de función, nos referimos a aquella predominante.

“(…) sería difícil encontrar un mensaje que cumpliera con una sola función. La diversidad de los
mensajes no estriba en el monopolio de una u otra función sino en la diferencia de je- rarquía
entre éstas. La estructura verbal de un mensaje de- pende, ante todo, de la función
predominante” (Jakobson, R y Barthes, R. citado en Rueda de Twentyman, AÑO 1999: 90).

Dado que tanto en el desempeño laboral como en el cursado de la carrera Ud. se enfrenta con
textos no ficcionales, dejaremos de lado en este caso la función poética, para centrarnos en las
otras tres que se dan en los textos que abordamos con frecuencia en la universidad:

Caracterizar la función predominante en un texto e identificar la forma en que está organizado


(su estructura) contribuye a su correcta interpretación. Es decir,
función y estructuración deberían orientar nuestra estrategia comunicativa. Si no sabemos lo
que pretendemos como emisores (decidir, ordenar, disponer, o bien, informar, certificar, dejar
sentado, etc.) y si no analizamos si el tipo de texto que vamos a utilizar sirve o no para la
situación de comunicación en que nos hallamos, difícilmente encontraremos el mejor modo de
organizar nuestras ideas para expresarlas a través de textos coherentes y eficaces. Volveremos
sobre este tema en el apartado 4, donde trabajaremos alrededor de los textos administrativos.
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Por ahora, es importante que Ud. tenga en cuenta lo siguiente: lo que un texto dice es su
contenido y el cómo lo dice es la forma, y esta dependerá en gran medida de la función que
esos textos cumplan. Según qué función cumplen podremos tener diferentes tipos de textos.
Luego veremos que además de la clasificación según la función, se agrupan los textos
pensando en su estructura y el tema que abordan, esto es, por el contenido, o bien, por la
esfera social en que se producen.
Con estas ideas en claro, ha llegado el momento de poner la lupa en la organización interna de
los textos desde una perspectiva analítica. Al comienzo insistimos en que la característica
principal de un texto es su unidad, lo percibimos como un todo. Entonces, ¿en qué consiste el
análisis como operación de pensamiento?, ¿cómo se construye ese efecto de integración, de
totalidad? ¿Qué quiere decir que los textos poseen estructuras?

La estructura de los textos


Cuando hablamos de estructura pensamos en un andamiaje, en una disposición organizada de
componentes o partes que mantienen relaciones jerárquicas. En esos términos nos
representamos otros fenómenos a los que concebimos como sistemas. Así, decimos estructura
de gobierno refiriéndonos al aparato del estado,estructura ósea para nombrar científicamente
el esqueleto humano completo, oestructura familiar, para denominar el conjunto de miembros
de un grupo organizado por roles y relaciones de parentesco.
Una estructura es impensable sin los elementos que la componen dispuestos de manera
integrada, global. Los textos, dijimos, para serlo, tienen que estar estructurados. La
organización del texto se logra por estructuración de sus componentes en diferentes niveles.
Entre los componentes, distinguimos por ahora entre forma y contenido, claro que esta
distinción obedece a la necesidad didáctica de facilitar una descripción, porque en la realidad
funcionan juntas.
Para una explicación conceptual, tomamos ahora los aportes del Diccionario de términos clave
del Centro Virtual Cervantes:
“Se entiende por estructuras textuales los modos de organizar globalmente la información en
un texto, tanto en cuanto a la forma como en cuanto al contenido. En otras palabras, las
estructuras textuales hacen referencia a las partes que com- ponen un texto, la
denominada superestructura textual, y también al tema que aborda, la
denominada macroestruc- tura textual. La superestructura y la macroestructura tienen una
propiedad común: no se definen con respecto a oracio- nes o secuencias aisladas de un texto,
sino con respecto al texto en su conjunto o a determinados fragmentos de este. Esta es la razón
por la que se habla de estructuras textuales o globales, diferenciadas de las estructuras
locales o mi- croestructuras en el nivel de las oraciones.
(…) el texto es descrito como una unidad de comunicación que organiza su contenido en el
plano global en dos tipos de estructuras: la macroestructura y la superes- tructura textuales.
La macroestructura textual da cuenta del contenido semántico que representa el tema del
texto; por ejemplo, el título de una noticia constituye muchas veces la macroestructura de ese
texto periodístico, si resume efectivamente la información presentada en el cuerpo de la
noticia. En cambio, la superestructura textual representa el esquema de composición del
texto, esto es, la forma como el contenido se organiza en partes reconocibles; así, en el texto
de un relato periodístico, la superestructura estará constituida por las siguientes partes:
episodio, antecedentes, reacciones verbales y conclusiones. (Centro Virtual Cervantes,
consultado en 2010).
En síntesis, en el texto se distinguen tres niveles de estructuras (Rueda de Twentyman, 2007)
micro, macro, super. Las describimos a continuación:

 Microestructura: serie de proposiciones cohesionadas localmente (nivel de las


oraciones al que se dedicaba tradicionalmente la gramática oracional).

 Macroestructura: conjunto de proposiciones que sintetizan el significado global del


texto. Contenido semántico de la información ordenado lógicamente.

 Superestructura esquemática: forma esquemática global en que se organizan las


partes del texto, forma en que se presenta la información en un texto determinado.

Siguiendo a Cassany (1994: 321) podríamos citar como ejemplo el caso del relato de un
accidente de tránsito: la macroestructura ordena los actores, los hechos, las circunstancias, las
causas, las consecuencias. Luego, dependiendo de a quién se tienen que comunicar los hechos,
en qué situación, soporte y registro, cambiará la superestructura. Así, si el texto aparece como
una noticia en el diario tendrá título, encabezamiento, etc. En cambio, si se presenta como una
denuncia, seguramente se deberán completar las partes fijadas oficialmente: autor, hechos
alegados, etc. Si se convierte en el testimonio oral de un testigo que narra lo sucedido en una
conversación informal, probablemente el relato se detenga en detalles no cronológicos,
describa aspectos anecdóticos, etc. y hasta incluirá comentarios personales, impresiones del
testigo y comentarios del interlocutor, porque la superestructura esquemática allí será la del
diálogo/conversación. (Avendaño, y Perrone, 2009: 44-45)
Hasta el momento, planteamos las características de los textos y nos interesamos a
especialmente en conocer estructuras y funciones. También dijimos que la estructuración se
logra por niveles, como si fueran capas. Vamos a dar ahora un paso adelante en ese sentido.
Nos ocuparemos primero de la estructuración del contenido, para luego abordar
la estructuración de la forma.

EL CONTENIDO
Estructuración del contenido
Un texto es el resultado de un proceso de articulación de componentes en organización por
niveles. En ese proceso se han aplicado reglas. El lector o el oyente intentarán percibir
(buscarán) esa unidad de sentido a la que hemos llamado coherencia y lograrán una
interpretación de acuerdo con sus saberes previos; pero también de acuerdo con las pistas que
el texto le aporte. Si un texto no ajusta su contenido en una dirección, no articula las ideas, no
las hace converger en un hilo temático, no se presenta como una trama, como un tejido,
diremos que hay fallas en su organización, que hay fallas en la estructuración.
Para estudiar este tema le sugerimos el material de las profesoras Fabiana Castagno y
Mercedes Dennler (2004). Allí Ud. encontrará una visión general de los principales fenómenos
que intervienen en la organización de las ideas y la construcción del tema en los textos. Se
abordan sintéticamente las nociones clave de cohesión y coherencia, vinculada a esta última,
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también, las de progresióntemática y de párrafo. Le proponemos que lea el


apartado Relaciones de contenido (Castagno y Dennler, 2004:50-53) y que consulte el esquema
de síntesis sobre las formas prototípicas de relaciones de contenido en los textos
expositivos (Delgado y otros. 1997: 25-26).
Para apuntalar el estudio independiente, nos detenemos aquí en aspectos clave de
la coherencia y la cohesión, propiedades necesarias para que el texto pueda funcionar como
un todo, como una unidad de sentido, y no como partes aisladas, inconexas. Recordemos: la
coherencia es unidad de sentido del nivel profundo y la cohesión, unidad de forma del nivel
superficial. El siguiente ejemplo, nos muestra la relación entre ambas propiedades (Rueda de
Twentyman, 1999: 55).

“Tres delincuentes a rmados asaltaron ayer u n comercio de indumentaria femenina que está
ubicado en calle Ituzaingó, a metros de San Jerónimo. Los asaltantes ingresaron al local
aproximadamente a la hora 17, intimidaron al personal y exi- gieron el dinero. Ante la negativa
del dueño, los individuos lo amenazaron de muerte con una pistola. Inmediatamente, el
propietario reaccionó y abrió la caja fuerte, la cual fue vaciada por los ladrones, quienes se
dieron velozmente a la fuga”.

Observe. El texto tiene coherencia global, su tema sería: “asalto en comercio céntrico”
(macroestructura, en términos de Van Dijk). Pero además hay varios elementos lingüísticos
que van relacionando cada oración con las siguientes, dándole cohesión. Así, asaltantes,
individuos y ladrones, se refieren a delincuentes; local, remite a comercio y propietario, a
dueño; que, se refiere a comercio; lo remite a dueño; la cual, a caja fuerte y quienes,
a ladrones.
Conviene advertir que no basta la cohesión entre oraciones para garantizar la coherencia
global necesaria para convertirlas en un texto. Nótelo aquí:

Abro la puerta de calle y salgo al dormitorio donde guardo gran cantidad de leña que siempre
viene bien cuando el día está caluroso o cuando los peces se han quedado sin su alimento
especial que mi mujer les prepara con disgusto mientras sonríe encantada de hacer esa tarea.

Ud. habrá comprobado que, si bien los elementos subrayados conectan las proposiciones y
elementos del texto, por lo cual hay cohesión, no es posible asignar un tema a esa
secuencia. Por lo tanto, es incoherente y, sin coherencia, no hay texto.
La coherencia textual nos ayuda a buscar y producir (según el rol que ocupe) esquemas
globales y no sólo fragmentos, párrafos aislados, ni mucho menos, oraciones. Cuando a Ud. le
toque hablar o escribir, le ayudará a no irse por las ramas sino más bien a tejer un hilo
conductor que vaya ligando unos contenidos con otros en forma ordenada. A la hora de
estudiar, le servirá para elaborar esquemas y resúmenes, tan útiles para el aprendizaje
significativo (tal como estudiamos en el módulo introductorio a esta carrera) ¿Por qué? Pues
porque:“Los resúmenes y esquemas, trabajan sobre la coherencia de los textos: seleccionan la
información relevante, analizan su estructura, la formulan con pocas palabras y de una forma
gráfica” (Cassany, 1994:349).
Cuando un texto es coherente el receptor puede reconocer el significado global, tema, o
macroestructura semántica (el significado).
¿Recuerda qué significa macroestructura?: “es el núcleo informativo fundamental del texto, al
que se deben subordinar de forma articulada los diversos componentes (…) se trata del asunto
o de aquello que es semánticamente común a todas las partes que lo integran.” (Avendaño y
Perrone, 2009:40).
Dijimos que la macroestructura textual equivale al tema. Dijimos también que para que en un
texto haya unidad de tema, continuidad del sentido, entran en juego procesos de coherencia y
mecanismos de cohesión. ¿Cuáles son las maneras de ir dando pasos en el desarrollo del tema,
en la presentación de las ideas, sin perder coherencia? ¿Cómo se organiza la información en un
texto para que resulte estructurado, integrado como un todo? ¿Se sigue un orden?
El texto, al menos el texto tradicional, exige linealidad, secuencialidad y también referencias
internas, remisiones a lo ya dicho, de modo que se logre una continuidad, una unidad de
sentido, un hilo conductor. Para que ello se logre, para construir la coherencia global,
necesitamos relacionar lo que se va diciendo con lo que sigue, a través de oraciones
articuladas en párrafos. Estamos hablando de la progresión temática.

PROGRESIÓN TEMÁTICA
En un texto distinguimos dos tipos de información, la que se aporta al comienzo, que puede
ser más o menos conocida por el receptor y que va a conformar la base, el punto de partida
para el desarrollo del tema; y la que se va agregando luego, párrafo tras párrafo. Ese modo de
ir tejiéndose la trama, desenrollando el ovillo, se conoce como progresión temática. Los
especialistas denominan tema a la primera información y rema a la que va sumándose. La
progresión temática se relaciona con el criterio elegido para exponer la información: qué se
dice primero, qué luego, dónde se agregan detalles, dónde me explayo, cuánto aclaro, si
anticipo información que se presenta más adelante, si me detengo o no a recapitular lo dicho,
etc.
No todos los textos desarrollan el procedimiento de la misma manera, los modos más
comunes son:
 Lineal: la información nueva se va sumando a la anterior sin alteraciones en la
secuencia.

 Con tema constante: a un mismo tema se le agregan en cada enunciado


informaciones nuevas.
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 Con tema derivado: también a un mismo tema se le agregan informaciones nuevas,


pero cada información nueva se convierte en tema con cierto desarrollo.

Los siguientes ejemplos nos ayudan a verificar esos procedimientos en textos concretos
(Rueda de Twentyman y Aurora, 1999), nos muestran el avance del tema dentro de un mismo
párrafo. Más que las denominaciones tema/rema, nos interesa que advierta modos comunes
de ir adicionando información en la sucesión, tanto en el interior de los párrafos, a través de
las oraciones, cuanto en el marco general del texto, a través de los párrafos.

 Progresión temática lineal: el rema de una oración o de un párrafo pasa a ser el tema
de la siguiente unidad. Ejemplo:

Después de largos años, Alberto ha venido a visitar a su abuelo. Es un viejito laborioso que se
pasa la mayor parte de su tiempo atendiendo la quinta. Allí cultiva legumbres y hortalizas de
las más variadas especies. La producción es tan importante que destina sólo una parte para
consumo propio, y el resto, para la venta.

En este caso, se advierte cómo “viejito laborioso” es el tema de la segunda oración, mientras
que en la primera funciona como rema (“abuelo”); “allí” es el tema de la tercera, en tanto que
aparece como rema (“quinta”) en la anterior; “producción”, tema de la última oración, oficia
de rema (“variadas especies”) en la precedente.

 Progresión temática con un tema constante: aparece un solo tema alrededor del cual
se van acumulando los distintos remas. Ejemplo:
Hoy estuve conversando con mi nuevo vecino. Supe que se llama Luis y que el mes próximo va
a cumplir treinta y dos años. Trabaja en la Municipalidad de Córdoba y estudia ciencias
económicas. En sus horas libes se dedica a su único hobbie: leer novelas policiales. Como buen
sagitariano, es un tipo paciente y ordenado.

En el ejemplo propuesto, todos los remas se le asignan al miso tema: mi nuevo vecino.

 Progresión con temas derivados: se presentan distintos temas parciales a partir de un


tema más general. Ejemplo:

La nueva casa de Eduardo está en un barrio muy tranquilo. Tiene dos dormitorios bastante
amplios, de los cuales únicamente el principal da a la calle. El comedor es pequeño y muy
cálido. Lacocina, en cambio, es de grandes dimensiones y con alacenas muy bien dispuestas.
Cuenta con dos baños: uno zonificado y el otro de servicio. El lavadero, que está a continuación
de la cocina, es el paso obligado hacia el patio.

En este texto, los diferentes temas (dormitorios, comedor, cocina, baños, lavadero) son
aspectos parciales del tema general (“la nueva casa de Eduardo”).

LOS PÁRRAFOS

El texto progresa a través de oraciones que a su vez se organizan en bloques por tema, o sea,
en párrafos. Los párrafos se consideran elementos fundamentales de la organización
semántica y formal del texto. En la construcción de la estructura equivalen a bloques o ladrillos
y cumplen el rol de pasos sucesivos en la progresión temática, donde siguiendo a Aguirre, el
párrafo es una unidad de sentido de un texto y está constituido por oraciones relacionadas
entre sí porque responden a una idea semejante y porque tratan de un determinado tema o
asunto. (Aguirre y ot., 1995).
En la comunicación oral, la finalización de un párrafo se indica a través de la entonación y de la
pausa. En la comunicación escrita, por medio del punto y aparte.
La mayoría de los párrafos de textos no ficcionales respetan una mínima estructura interna.
Por lo general, una frase introduce el tema o idea central y se presenta al comienzo. Se
llama frase organizadora, también frase temática. Luego, frases intermedias desarrollan el
tema. Esas frases se articulan y ligan con conectores. Dependiendo del tipo de párrafos, la
frase organizadora puede aparecer también al final.
Se puede decir que los párrafos cumplen funciones dentro de un texto. Entre otras:

 Ayudar a clasificar la información y a identificar la estructura.


 Marcar los diversos puntos de que consta un tema, distinguir opiniones a favor y en
contra o señalar un cambio de perspectiva.
 Ampliar una idea anteriormente expresada (relaciones, analogías).
 Definir /explicar un concepto.
 Presentar un ejemplo, un caso, una aplicación.
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

 Comparar/contrastar ideas, situaciones, objetos, etc.


 Resumir/reformular párrafos anteriores.
 Servir de nexo o transición entre párrafos.
 Exponer una serie de causas y efectos.
 Proponer justificaciones y argumentos, refutar.
 Introducir.
 Concluir.
 Citar y comentar otros textos.

La estructura y organización de los párrafos está condicionada por la finalidad comunicativa


del texto y, por lo tanto, también por el tipo de texto de que se trate. En los textos que Ud.
redacte como empleado universitario deberá ser lo más clásico y ordenado posible, ya que su
finalidad será dar cuenta de información objetiva; desde su rol de estudiante universitario, por
lo general, interpretará y producirá textos expositivos en los que predominan cinco tipos
principales de organización del contenido, las cuales se expresan en cinco tipos principales de
párrafos: descripción, causalidad, problema-solución, comparación u oposición, seriación o
secuencia.
Siguiendo la propuesta de María Teresa Serafíni (2005), proponemos algunos ejemplos de los
tipos más comunes de párrafos.

 Párrafo de secuencia/serie: típico de los instructivos, los elementos (fases, pasos


operativos) se presentan en orden temporal. Por ejemplo:

1. Colocar una cinta grabada en la casete A y una cinta virgen en la casete B.

2. Seleccionar el mando adecuado para optar, en la repro- ducción, por la velocidad


normal o la alta velocidad.

3. Oprimir las teclas de Pausa y Record (grabación) en la casete A.

4. Oprimir la tecla Play (puesta en marcha) en la casete B.

5. Soltar la tecla de Pausa en la casete A.

 Párrafo de comparación/contraste: consigna semejanzas y diferencias entre dos o


más objetos, situaciones, personas, ideas con respecto a indicadores o categorías.

Todos nosotros estamos acostumbrados a ver películas en dos contextos diferentes, en salas o
en la televisión en casa. Veamos cuáles son las ventajas y desventajas de cada situación.
La gran pantalla ofrece sin duda imágenes y sonido mejores que los que proporciona la
televisión. En el cine, la oscuridad y el silencio permiten concentrarse en el espectáculo,
mientras que en casa ocurre con frecuencia que los ruidos y elementos perturbadores como el
teléfono interrumpen la visión del filme. No es posible negar, con todo, la gran ventaja de la
pequeña pantalla casera: no nos hace falta desplazarnos y podemos estar cómodamente
sentados en nuestra butaca preferida.
 Párrafo de enumeración: está constituido por una lista de propiedades que describen
un mismo objeto, situación, fenómeno o idea.

Tengo cuatro razones para festejar: la primera, es haber aprobado el examen, la segunda,
haber aprobado con buena nota, la tercera es que mi familia está contenta y la cuarta es que
por fin podré dormir.
En nuestra sociedad las mujeres suelen clasificarse según unos estereotipos fijos. La mujer niña
reparte alegría y risas a su alrededor, pero no parece alcanzar nunca la edad adulta. La mujer
compañera pasa todo su tiempo ocupada en los problemas de su marido y acaba por anular su
personalidad. La mujer de negocios, se dedica enteramente a su profesión y descuida a veces
sus sentimientos. Finalmente la mujer seductora sitúa en el centro de su atención las relaciones
sentimentales.

 Desarrollo de un concepto/idea: está presente una idea principal que por lo general
aparece al principio o al final; los elementos que la desarrollan pueden ser frases
breves u oraciones completas pero se tienen que presentar ordenadamente.

Un niño recién nacido tiene emociones. Sabe distinguir los estímulos visuales, sonoros y
táctiles; interactúa con el ambiente y con los padres. Recientemente Daniel Stern, pionero de
las investigaciones sobre la infancia, ha registrado y reconstruido lo que un niño ve, siente y
piensa desde los 0 a los 4 años. Es el material de su próximo libro.

 Causa/efecto: presenta una situación o acontecimiento seguido por las razones que lo
han originado. A veces puede presentarse al final.

Las consecuencias del desempleo se proyectan como problema en el matrimonio y, por ende,
en el grupo familiar. Esto provoca la disolución de familias y la consecuente falta de seguridad
y contención para los hijos. En consecuencia, se deberían tomar recaudos para revertir esta
situación, a partir de políticas de empleo que aseguren la estabilidad laboral.

Si no ha podido comprender hasta aquí el concepto de coherencia o le surgieron dudas en el


desarrollo del material o las actividades, realice las consultas necesarias a su tutor para poder
continuar: pasaremos ahora a ocuparnos de la cohesión.

LOS PROCEDIMIENTOS DE COHESIÓN

Por cohesión se entienden las relaciones de conexión que se establecen entre los diferentes
elementos del texto. Esta propiedad se refiere a las articulaciones mediante las cuales se logra
la interrelación entre los enunciados. Existen diferentes procedimientos para lograr la
cohesión en un texto. Aquí mencionaremos sólo algunos, de manera que Ud. pueda aplicarlos
cuando realice sus producciones escritas y apoyarse en ellos a la hora de leer, comprender e
interpretar textos.
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

Como lo indica el esquema y como se desarrolla en la bibliografía, dentro de los


procedimientos o mecanismos de cohesión diferenciamos entre gramaticales y léxicos. Entre
los gramaticales, a su vez, se diferencia entre cohesión referencial (remisión de unos
elementos a otros) y cohesión secuencial (tipo de ordenamiento lógico que se sigue en la
relación de unas partes del contenido con otras).

REFERENCIA
La relación de referencia se establece en dos direcciones:

a. hacia afuera del texto, es la relación que se entabla entre las expresiones
contenidas en el texto y las entidades del mundo real;

b. hacia adentro del texto, la relación que se establece ente las expresiones
contenidas en un texto.

ELIPSIS
El término elipsis significa omitido, tácito o sobreentendido. El procedimiento de cohesión
denominado elipsis consiste en omitir (elidir) términos o construcciones que ya han aparecido
antes en el texto y que el receptor puede reconstruir.

 ¿Dijo el Decano que firmaría el convenio? Sí. Lo dijo (lo eludido/suprimido: que
firmaría).
 El profesor no vino a tomar examen. Está enfermo (lo eludido/suprimido: él, el
profesor).

Lea los siguientes ejemplos de recurrencia y sustitución. Advertirá que en la segunda oración
de cada caso se aplicó algún mecanismo para evitar repeticiones.

 Los encontramos en el laboratorio de informática. Allí estaba también el otro alumno.


 El profesor titular y la profesora adjunta rindieron el concurso. Él aprobó, pero ella no.
 Estudió de memoria la guía. Lo cual no quiere decir que la haya entendido.
 Los consiliarios se retiraron del salón al terminar la sesión. Algunos se quedaron
discutiendo en el pasillo. Otros, lo hicieron en el bar de al lado.
 El escritorio estaba repleto de expedientes, fotocopias, notas, boletines y
revistas. Tenía que revisar todo ese material para elaborar el informe.

CONECTORES
Ya dijimos que los textos no se arman con oraciones aisladas sino que constituyen un todo
articulado. De lo contrario, no son textos.
Los conectores son eslabones que van relacionando distintas partes de un texto y ayudan al
lector a seguir el hilo facilitando su comprensión. Nos dan pistas, muestran una marca, la señal
de una conexión, por eso también se los denomina marcadores textuales, por eso son tan
importantes cuando leemos y redactamos.
Existen varias clasificaciones de conectores. Le sugerimos la que proponen Rueda de
Twentyman y Aurora, 1999:73). Note que en la columna de la función se consigna qué tipo de
conexión lógica establecen.

CLASIFICACIONES DE CONECTORES
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

Cuando un texto está bien tejido decimos que es cohesivo. De lo contrario, parecerá
telegráfico y lo que es peor, el receptor no tendrá orientaciones para interpretar de qué modo
se han unido las ideas. Se corre el riesgo de que complete por sí mismo las relaciones lógicas y
las articulaciones gramaticales y de vocabulario y que lo haga en un sentido alejado o
diferente, del que quisimos expresar. Un texto poco cohesionado pondrá en riesgo su
coherencia y por lo tanto, sus posibilidades de ser eficazmente interpretado.

MECANISMOS LÉXICOS
Otro procedimiento de cohesión es la reiteración léxica que se describe como la repetición
idéntica de un término o la reiteración conceptual por medio del uso de sinónimos, antónimos,
hiperónimos, hipónimos.
Sinónimos: por ejemplo, por universidad, casa de altos estudios.
Antónimos: por ejemplo, ausente-presente; sabiduría-ignorancia.
Hiperónimo: por ejemplo, planta docente de la facultad (abarca a todos las categorías de
profesores).
Hipónimo: profesores titulares, adjuntos, asistentes, ayudantes, ayudantes alumnos (cada una
de esas categorías, implica un detalle, una parte incluida en una categoría abarcadora).
Cadena semántica: es un mecanismo de cohesión que opera entre términos que pertenecen al
mismo campo de sentido, se conectan conceptualmente contribuyendo a crear el efecto de
continuidad y unidad de tema. Por ejemplo: en una nota, o resolución, referida al trámite de
un concurso docente, seguramente aparecerán expresiones conectadas habitualmente a ese
tema como: postulantes, pruebas, jurados, actas, dictámenes, impugnación, entrevista,
puntaje.

LA FORMA

Secuencias esquemáticas, los textos según la forma


Todos los textos organizan el contenido de alguna forma. En el apartado anterior nos
referimos a la estructuración del contenido, veamos ahora el modo en que la información
toma forma en un esquema básico que determina ordenamiento, jerarquía y coordinación de
las partes.
Se han reconocido formas más o menos fijas de organización, que se reiteran en los textos y se
ajustan de acuerdo con determinaciones de otro tipo como el ámbito, el registro, la función. A
esos moldes los llamamos superestructuras esquemáticas. Son esquemas mentales, esqueletos
vacíos que pueden ser llenados con diferentes contenidos: “son las formas en que aparecen
ordenadas las informaciones que transmiten los textos. Actúan como patrones de
organización, como moldes” (Rueda de Twentyman y Aurora, 1999: 87). En esas formas
estandarizadas, las partes guardan relaciones de jerarquía.
Algunos autores (Adam, 1992) prefieren hablar de secuencias textuales para caracterizar estos
esquemas regulares de organización de la información en los textos, que se pueden presentar
alternadas o entrelazadas a lo largo del mismo, y que conllevan una serie de características
lingüísticas. Se tiene en cuenta que no se dan en forma pura en textos reales sino como
armazón que orienta un ordenamiento, jerarquía y coordinación de las partes.
En general existe consenso en cuanto a los siguientes tipos de secuencias: conversacional,
narrativa, descriptiva, expositiva (explicativa) y argumentativa. Desarrollos recientes suman
otra secuencia: la instruccional. Los intentos por clasificar y agrupar tipos de textos según su
forma se han basado en estas secuencias básicas.
Hemos seleccionado para el estudio de este tema otro fragmento de material elaborado por
las profesoras Fabiana Castagno y Mercedes Dennler. Las autoras sostienen que la función
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

discursiva predominante de la exposición (explicación) es hacer saber a otro, hacer


comprender, buscar la modificación de un estado de conocimiento.
Reconocemos entonces en la exposición, la función referencial, ya que remite a objetos o
fenómenos de los que pretende dar cuenta. Respecto de la descripción, afirman que comparte
con la exposición la función de “hacer saber” (referencial) pero se concentra en presentar
información concreta y precisa acerca de objetos, personas o fenómenos para dar cuenta de
sus características principales. Los textos de estructura descriptiva son aquellos cuya intención
comunicativa es representar por medio de signos lingüísticos la imagen de una persona o de
objeto de la realidad (exterior o interior, natural o social), de un proceso, o de un
acontecimiento. Por su parte, la argumentación cumple la función de persuadir al
receptor/destinatario. Para ello, quien ocupa el lugar de emisor apela al otro, lo convoca
directa o indirectamente utilizando una serie de recursos y estrategias. La función
predominante es la apelativa.
Tal vez Ud. reconozca tales secuencias en los textos que frecuenta en el cursado de esta
carrera, ya que son las propias del ámbito académico, de los textos que transmiten
conocimiento. También puede identificarlas en los textos administrativos: la argumentación,
por ejemplo, es un tipo de secuencia obligadaen los textos normativos. Y también aparece
toda vez que, en una nota o un informe, se deben fundamentar o justificar conclusiones o
propuestas. Argumentamos para dar razones, para decir por qué y lo hacemos con la intención
de resultar convincentes. Exponemos pruebas y razonamientos lógicos. El ámbito institucional,
claro está, restringe el tipo de recursos argumentativos que utilizaremos; así, serían
inaceptables estrategias de tipo emocional en un documento decisorio y bien receptadas, en
cambio, analogías y demostraciones racionales.
Como vemos, la condición de esquemas, de esqueletos, de moldes de este tipo de secuencias
prototípicas, las hace utilizables, rentables, en diferentes contextos y con diferentes
contenidos. De allí su alcance general. Pero de ahí que también requieran de nuestra
competencia para poder aplicarlas de manera pertinente a cada situación comunicativa. Por
caso, si Ud. ante la necesidad de argumentar para sostener una determinada posición, punto
de vista o tesis, se extiende en una narración llena de anécdotas, estará aplicando mal el
molde organizativo para su discurso. Lo dijimos al comienzo, conocer los tipos de textos según
su estructura esquemática, aumenta su competencia discursiva y su competencia
comunicativa general.
La noción un tanto abstracta de superestructura esquemática muestra gráficamente su
carácter de silueta dependiendo de las diferentes formas de organización que se opten para la
construcción del texto. Le recomendamos que se familiarice con los principios organizativos de
la exposición en todas sus variantes, ya que su presencia es transversal en los tipos de textos
académicos y también en los administrativos. Constituyen la base para la presentación y el
desarrollo de cualquier tema en el registro oral o escrito.

Principios organizativos de la exposición. Variantes problema – solución / causa –


consecuencia / comparación – descripción / secuencia o serie.
Además de las secuencias textuales reseñadas, es necesario que Ud. conozca y aplique
correctamente la secuencia instruccional. En el ámbito administrativo -y también en el ámbito
educativo- es frecuente encontrar textos que se organizan en forma de instructivos, cuya
función principal es orientar la acción de otros siguien do una serie de pautas, pasos o consejos
ordenados.
También en esos mismos ámbitos, interaccionamos a través del discurso oral elaborando e
interpretando textos diversos, entre los cuales predominan los de estilo dialogal. Por eso, para
completar el estudio de las secuencias esquemáticas, lo invitamos a leer un fragmento de la
obra de Avendaño y Perrone (2009:37- 61). Para concluir y orientar su estudio independiente,
le recordamos que al finalizar la lectura del material en lo relativo a este apartado, Ud. deberá
reconocer con claridad seis tipos textuales básicos según su estructura formal o esquemática.

Además de los tipos generales de textos, replicando el patrón de organización esquemática del
contenido en moldes fijados por el uso en ámbitos y situaciones estandarizadas, encontramos
subtipos de textos, que también se producen repitiendo un modelo conocido.
Por ejemplo:
 Una receta organiza su contenido al menos en dos partes: ingredientes y
preparación, puede incluir otra: advertencias, sugerencias, recomendaciones.
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

 Un prospecto de un remedio: composición, prescripciones, posología,


contraindicaciones, presentación.
 Una noticia periodística: resumen (con titular y copete) relato (episodios, o hechos, y
comentarios)

TEXTOS ADMINISTRATIVOS
Tal como hemos advertido, los textos se clasifican según distintos criterios (Avendaño y
Perrone, 2009: 37-62) y no existe clasificación alguna que contemple la enorme diversidad
posible de textos en la práctica social. No obstante, ligada a la voluntad clasificatoria y
ordenadora de los textos reales que circulan en los diferentes ámbitos de la actividad humana,
aparece también la noción de géneros discursivos, categoría todavía más amplia e inclusora:

“Cada esfera de la actividad humana elabora tipos de enunciados relativamenteestables que co


nforman un género. Se configuran por repetición, regularidad y previsibilidad de sus rasgos. O
sea, conjunto de caracteres comunes. Dentro de cada género, a su vez, se distinguen diferentes
tipos de documentos, casos particulares. Ej. Textos administrativos, y dentro de él, cartas,
informes, actas, etc., que cumplen diferentes propósitos comunicacionales (Botta, 1994:20).

Nos detendremos ahora en un tipo especial de textos, los propios de géneros


administrativos. Siguiendo el criterio de agrupamiento por el ámbito de circulación señalado
por Avendaño (2009), diremos que son textos laborales, con temas especializados y se refieren
al mundo de la administración pública. Luego, veremos los textos académicos que asumen
rasgos muy diferentes.
Los documentos administrativos son textos, por lo tanto, deben cumplir con las propiedades
básicas de todo texto ¿las recuerda?: unidad semántica global (se le puede asignar un tema),
unidad sintáctica global (forma o esquema que organiza los contenidos) y una finalidad
comunicativa también global (informar, persuadir, prometer, etc.).
Por su función social e intención comunicativa, ubicamos los textos administrativos entre
aquellos destinados a informar y también a prescribir. Por la esfera en que se producen y
circulan, adquieren rasgos propios reconocibles por quienes participan de esos ámbitos, se
vuelven parte del saber institucional (competencia sociodiscursiva y competencia estratégica
de los sujetos de la interacción) y se ubican entre los de tipo jurídico, técnico y administrativo,
también llamados textos funcionales o especializados. Conozca las características de los textos
administrativos en el siguiente apartado.

CARACTERÍSTICAS DE LOS TEXTOS ADMINISTRATIVOS


Según Castellón Alcalá (2000) los textos administrativos forman parte de los lenguajes del
poder. De hecho, se emparentan con los textos legales y jurídicos y toman de ellos fórmulas y
estilos. En este caso, del poder público. Las manifestaciones textuales administrativas están así
impregnadas de marcas discursivas de los otros lenguajes relacionados con los principios
jurídicos. También reciben influencias del lenguaje político y de lenguajes técnicos. La inclusión
de los lenguajes técnicos generalmente se reduce a la terminología.
Para visualizar este aspecto, vamos a retomar los elementos del proceso de comunicación para
aplicarlos al análisis particular de estos textos.
El emisor
Todos los escritos administrativos reconocen un emisor institucional un tanto abstracto; al
margen de quien los ejecute materialmente y de quien los firme, el emisor se presenta como
una entidad mayor: la organización, la que se enviste de un determinado poder. En nuestro
caso: la Universidad, la Facultad, la Secretaría y el Área correspondiente. El emisor es un
emisor institucional que se despersonaliza tras el cargo administrativo o técnico. Es natural
entonces que se evite la subjetividad, el estilo expresivo y que se utilicen fórmulas
desfocalizadoras del emisor, o sea, impersonales.

¿Qué señales de los textos dan cuenta de esto que decimos? Entre otros:

 la tercera persona singular y/o de la primera personal plural (nosotros).


 oraciones en voz pasiva o impersonales con “se”.

Por ejemplo:
 “Este Decanato dispone (certifica, ordena, hace pública, convoca, etc.)”: 3ra persona.
 “Estimamos conveniente reducir los pasos de los procedimientos administrativos”:
1ra. persona plural.
 “La autorización fue concedida por el Jurado”- “El expediente fue enviadoel día de la
fecha”: voz pasiva, o sea, el sujeto de la oración “autorización” no es quien realiza la
acción indicada en el verbo. En voz activa sería “el Jurado concedió la autorización”.
 “Se concede un plazo máximo de 30 días para la presentación de los certificados”:
impersonal con “se”.

La eficacia comunicativa del texto administrativo depende precisamente de que el emisor se


ajuste al esquema previsto de antemano, para lo cual se sirve, entre otros recursos, de giros y
fórmulas que ocupan un lugar preestablecido en la estructura del texto.

El código
Se emplea lenguaje verbal técnico. Constituye un tecnolecto, esto es, una variedad lingüística
especializada para usos específicos (pertenecen a esta clase, por ejemplo, términos como
consignar, protocolizar, conformidad, conducto, elevar un escrito, epigrafiado, decaer en su
derecho, dejar sin efecto, providencia).
Por otra parte, predomina el registro escrito, de eso depende la validez del mensaje como
documento oficial. La actividad administrativa necesita de este tipo de mensajes para
concretarse e intervenir normativamente sobre la realidad ya que los únicos documentos con
valor legal son aquellos que quedan registrados por escrito. Por ejemplo: el Decano de una
facultad puede prometer oralmente en una reunión que abonará horas extras al personal de
bibliotecas, o que adquirirá nuevo equipamiento para el área informática, pero esas promesas
verbales no podrán reclamarse laboralmente sino cuando se concreten a través de una
disposición escrita. La elaboración textual está sujeta a convenciones.

El receptor
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

Pese a que los textos administrativos de entes públicos tienen por lo general un destinatario
amplio y poco acostumbrado a esas formas discursivas, el modo en que están redactados no
acerca al lector no especializado. Más bien, todo lo contrario, entonces, el mensaje resulta
oscuro y pierde eficacia. La comunicación muchas veces fracasa por exceso de tecnicidad.
Notará que lo que aquí decimos se conecta con lo visto en unidad uno sobre la necesidad de
modernizar el estilo comunicacional de la administración pública, de acuerdo con los principios
del lenguaje claro/llano. Veamos este ejemplo que propone Castellón Alcalá para ilustrar la
oscuridad del discurso:

“La presidencia plantea a la Cámara el acuerdo de la Junta de Portavoces, de conformidad con


la Mesa, de incluir al final del Orden del Día, una Comparecencia solicitada urgentemente por
el Gobierno -Comparecencia del señor Consejero de Agricultura y Pesca, a efectos de que
informe sobre los acontecimientos en relación con las artes de pesca en la Comunidad Europea-
, acordándose su inclusión en el Orden del Día del Pleno próximo, convocado para el día
veintidós de diciembre corriente, en el supuesto de que sobre las trece horas del día de hoy no
terminase el debate del punto que nos ocupa, lo que es aceptado por la Cámara” (Álvarez,
1995: 34).

La autora considera que como los escritos administrativos tienen habitualmente intención
prescriptiva, normativa, plantean una desigualdad entre emisor yreceptor. Según sostiene, el
receptor por lo general ocupa una posiciónsubordinada con respecto al texto, que se le
impone, tanto cuando es un texto preceptivo como cuando es informativo. El contenido del
mensaje en este tipo de texto es específico, se refieren a temas objetivos y concretos, no
admiten anécdotas, ni una historia de ficción, ni un chiste; y la intención del emisor es
fundamentalmente práctica, no busca convencer, a la manera del lenguaje publicitario o del
político, ni le mueve un objetivo estético, como ocurre con el lenguaje literario.
Los rasgos descriptos muestran un estilo un tanto rígido (De Mi- guel, 2000). De hecho,
tradicionalmente el texto jurídico-administrativo se caracterizó por ello, por la utilización de
esquemas invariables establecidos de antemano para cada modalidad (contrato, instancia,
sentencia, etc.). En términos de la lingüística del texto, diríamos superestructuras muy
estereotipadas, fijas. También por la utilización de vocabulario conservador, lleno de
tecnicismos y fijado de antemano a través de fórmulas y frases hechas, distan tes de las que
usamos en la lengua estándar. Expresiones alejadas de la lengua común, incluso artificiales,
impersonales, con las que se expulsa al otro: el lenguaje se vuelve jerga que entorpece, en vez
de facilitar la comunicación eficaz.
Pero se advierten aires de cambio. Es saludable saber que se viene intentando corregir esas
fallas comunicativas, como el dictamen de normativas para modificar sus estilos oficiales de
comunicación que han realizado gobiernos de varios países del mundo. También en nuestro
país se registran antecedentes: el Gobierno de la Pcia. de Buenos Aires dictó en 2006 la Guía
para la gestión de la comunicación escrita en la administración pública de la Provincia de
Buenos Aires. Dicho documento reemplaza a las disposiciones que regían en ese ámbito desde
la década del ‘70.
Entre otros fundamentos, allí se expresa:

“El cambio normativo aspira a desterrar viejas rutinas y a sentar las bases de nuevas formas de
comunicación de los asuntos públicos, con el fin de colaborar, desde la escritura, con una
mayor y mejor inclusión de las personas alcanzadas por la acción del Estado, a partir de la
comprensión de textos que ya no podrán ser, bajo ninguna excusa, cerrados y accesibles sólo
para quienes manejen lenguajes crípticos y elitistas” (Gobierno de buenos Aires: 2006).

La guía contiene una serie de recomendaciones sobre el estilo administrativo, destinadas a


unificar criterios y facilitar la producción de textos en el ámbito público. Recomienda evitar las
formalidades propias de los textos administrativos que afecten su comprensión y los
preámbulos o expresiones que no agreguen información al texto. Ofrece herramientas tales
como: sugerencias para lograr textos claros y precisos, construcción de oraciones y párrafos,
uso de nexos y proposiciones, concordancia de género y número, uso de gerundio, de
pronombres, de elementos paratextuales, formas de citar en los documentos, entre otros.

Clasificación de textos administrativos

Veamos ahora algunas clasificaciones. Tomaremos dos, una del Gobierno de la Provincia de
Buenos Aires y otra de Castellón Alcalá (2000). En el documento elaborado por el Gobierno de
Bs. As. se diferencian las actuaciones administrativas que se canalizan a través de los textos
según: finalidad, contenido, ámbito de aplicación y destinatarios. Así resultan cuatro grandes
grupos de documentos:

 Documentos administrativos (Documentos de juicio, convenio, circular y nota)


 Documentos que promueven decisiones (Anteproyectos, proyectos de resolución)
 Documentos que deciden (Resolución, ordenanza, disposición)
 Documentos técnicos (Los documentos que presentan planes, programas y proyectos
institucionales, las piezas comunicativas gráficas o virtuales tales como folletos,
carteleras, etc.).

Por su parte, Heraclia Castellón Alcalá (2000), clasifica los textos administrativos en dos
grandes grupos según la función determinante: textos normativos o de decisión y textos no
normativos. A los textos no normativos, a su vez, los clasifica en: textos de constancia, textos
de juicio y textos de transmisión.
Tal como señala Castellón Alcalá (2000), en los textos administrativos los esquemas, los
modelos, están fuertemente delimitados, sus rasgos estructurales son bien claros. A propósito
de las resoluciones, la autora explica por qué esos textos dedican una parte específica de su
desarrollo a fundamentar, justificar las decisiones que se adoptan. Las estrategias que se
utilizan corresponden a la secuencia que usted estudió como argumentación.

TEXTOS ACADÉMICOS

Para el estudio de este tema le recomendamos leer el artículo Los textos académicos: una
aproximación a su estructura y especificidad, de Longo y Rodeiro. Bajo el rótulo de textos
académicos se agrupa una serie de textos que circulan en el ámbito de instituciones
educativas. Se incluyen artículos científicos, manuales, apuntes de cátedra, evaluaciones, tesis,
tesinas, ponencias, etc. También las producciones escritas que realizan los alumnos: sus
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

resúmenes, trabajos prácticos y monográficos, parciales, exámenes, etc. En cuanto a sus


características, intentan ser objetivos y tienen por función transmitir información.
A continuación, las notas que los distinguen (Elaborado a partir de Supisiche, P. y otros,
2004 y Giammatteo y Basualdo, 2008).

 Predominio de la información sobre la interacción.


 Predominio de la información abstracta o lógica sobre la situacional.
 Predominio del estilo objetivo sobre el expresivo.
 Escaso o nulo componente narrativo.
 Propósito comunicativo: hacer saber, divulgan conocimiento.
 Autores: el alumno, el profesor, el investigador.
 Estilo que facilite la transmisión de información científico- técnica: precisos, claros y
objetivos. Se tiende a emplear terminología técnica.
 Uso de la variedad de lengua estándar. Registro formal.
 Estructura expositiva y argumentativa. La selección de la información es muy precisa,
contiene sólo aquella que es relevante.
 Intertextualidad: Se construyen siempre en relación con otros textos. Por diversos
procedimientos, la palabra ajena, de otros, ingresa en el texto propio. Los mecanismos
más conocidos son la cita directa y la cita indirecta. Esta última aparece como
comentario o paráfrasis que reitera lo dicho por otros, pero no de manera exacta. Los
géneros académicos utilizan, en gran parte, este procedimiento para polemizar con el
otro, para establecer concesiones, para debatir, para reafirmar el propio texto, para
ubicarnos en un modelo teórico/conceptual.
 Según sea el destinatario (a quien se dirigen los textos) se distinguen:

o • Los que se escriben para sí mismo: apuntes, borradores, esquemas,


resúmenes para estudiar o preparar la clase, etc.
o • Los que se escriben para un destinatario externo (los colegas, el profesor):
trabajos escolares, reportes, tareas, exámenes, libros de texto, ensayos, etc.

En la bibliografía de Longo y Rodeiro (2009), Ud. encontrará una descripción de los principales
subtipos dentro del género académico que incluye: fichas, monografías, ensayos. Para ampliar
el tema recomendamos la lectura del texto de Dalmagro en Cuando de textos científicos se
trata (2007); y también el de Teberosky El texto académico (2007:17-45).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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2010].
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