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El texto
Definición
Los textos forman parte de nuestra experiencia cotidiana, los oímos, los leemos, los decimos,
los escribimos con diferentes propósitos y en diversas circunstancias. Sin embargo, no resulta
tan sencillo proporcionar un concepto. El texto constituye el objeto de estudio de numerosas
disciplinas que, según su interés, se detienen en aspectos diferentes (psicología, historia,
crítica literaria, filosofía, etc.).
Por otro lado, no todas las formas textuales tienen como soporte el lenguaje verbal. Algunas
disciplinas consideran texto a "cualquier comunicación registrada en un sistema de signos". Así
lo serían una pintura, una escultura, un cartel en la calle, el diseño urbano, una película o una
murga, o sea, objetos culturales que comunican conceptos, valores o emociones (Rueda de
Twentyman, 1992: 25-26).
Nosotros nos dedicaremos al texto lingüístico y elegiremos la definición de E. Bernárdez, que
transcribimos. Aunque es compleja, tiene la virtud de reunir lo central de muchas otras
definiciones.
"(...) es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad verbal
humana, que posee siempre carácter social. Se caracteriza por su cierre semántico y
comunicativo, así como por su coherencia profunda y superficial, debida a la intención
comunicativa del hablante de crear un texto íntegro y, también a partir de su estructuración,
mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del sistema de la lengua"
(Bernández, E., 1982, pág. 85).
Con ayuda de Nelly Rueda de Twentyman (1999) y de Daniel Cassany (1994) desagregamos la
definición para aclarar cada aspecto:
• Unidad lingüística comunicativa fundamental: desde el punto de vista de la
comunicación, la unidad fundamental no es la oración sino el texto.
• Producto de la actividad verbal humana: se concibe a los textos como el resultado de
la actividad lingüístico comunicativa (resultado de un hacer, de una producción). El
texto tiene un carácter pragmático, ya que se produce en una situación que incluye un
contexto y un propósito y, en tanto acción, genera efectos.
Cierre semántico y comunicativo: constituye una unidad cuyo sentido no depende de
otros textos, aunque sí pueda estar relacionada con ellos.
Coherencia profunda y superficial: luego veremos en detenimiento este concepto,
pero adelantamos que se trata de continuidad de sentido y forma, unidad de tema y
conexión entre las partes. A la coherencia superficial muchos autores la denominan
cohesión.
Estructuración, mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del
sistema de la lengua. Todo texto se compone de oraciones (aunque sea de una) que se
ajustan a las propiedades y exigencias del sistema de la lengua. Pero además existen
otras reglas que trascienden lo oracional y se refieren a la organización del texto como
un todo. Los textos tienen una organización interna que tiende a garantizar el
significado del mensaje y el éxito de la comunicación.
Indagando en la etimología de la palabra texto, encontramos algunas pistas para definir el
concepto. ¿Usted sabía que la palabra texto deriva del latín, de textum? Textum significa
tejido, entrelazado. El verbo texto, significa tejer. Le resultará familiar un repertorio de
vocablos utilizados para hablar del texto que evocan este origen del término: trama, hilo
conductor, red discursiva, entramado, etc.
Pensar en el texto como un tejido nos ayuda a comprender conceptos un tanto abstractos
como el de cohesión, que desarrollaremos luego, y que designa a los mecanismos de ligazón,
de articulación de los componentes en el nivel gramatical y lexical. Lo cierto es que componer
textos es entrelazar palabras en frases, organizar estructuras de párrafos, conectar partes para
componer una unidad de sentido y de comunicación.
Volvemos aquí al interrogante que nos formuláramos al iniciar estas páginas ¿por qué nos
ocupamos de los textos y no de las oraciones? El enfoque que propiciamos desde esta
asignatura apunta al desarrollo de la competencia comunicativa de los usuarios de la lengua,
en este caso, Ud. trabajador de la universidad, actualmente estudiante y futuro Técnico en
Gestión Universitaria. Según el enfoque comunicacional, es necesario trabajar con textos,
verdaderas unidades de comunicación, y no con oraciones aisladas como lo hacía la gramática
tradicional, la cual: "(...) hace abstracción de quiénes sean los sujetos de la comunicación así
como del espacio y el tiempo que puedan compartir" (Rueda de Twentyman y Aurora
1999:21).
En este sentido, vale rescatar lo que señalan algunos especialistas contemporáneos:
"Hasta hace unas décadas sólo se estudiaban las oraciones como expresión de la gramática.
(...) La oración es pura estructura, puede aparecer en diferentes contextos y puede
interpretarse por medios exclusivamente lingüísticos. Por ejemplo, la oración: "La puerta
estaba cerrada", puede tener antes otra oración que diga 'Intentó salir' o 'Golpeó hasta
cansarse' u 'Observé mi coche y me di cuenta de que había olvidado la llave' o 'Ema, Miguel y
Florita llegaron a la escuela'. El texto, en cambio, es siempre un texto en uso; está íntimamente
ligado a un contexto específico e individual (que se configura por múltiples parámetros y que
es irrepetible) y necesita del conocimiento general de los hablantes" (Porro, 2010).
Como vemos, si queremos centrarnos en el sentido que se produce en la interacción, que
depende tanto del texto como del contexto, necesitamos trabajar con unidades mayores que
la oración. De hecho, al comunicarnos generamos textos, no palabras ni frases sueltas. Incluso,
cuando en una conversación aparecen palabras sueltas, se infiere un texto mayor, que se
omite. Veamos los siguientes ejemplos:
a) El contexto ayuda a completar: por ejemplo en "-Hola, ¿dónde estás?"
-*Acá" (la voz, llegando desde el patio, o el altillo, o la vereda, informaba al que
escuchaba lo que la palabra omitió"
b) El interlocutor sabe de qué se habla: por ejemplo en -,” ¿Y?"
-*Bueno, yo le dije que así no me interesaba..." ("así": ¿en cuotas?, ¿dentro de unos
años?
Le: ¿el vendedor?, ¿un comprador?)
c) La situación lo requiere; por ejemplo en –… ¡AYYY...!... (Grito que pronuncio cuando
me voy cayendo y no tengo tiempo de decir en Forma completa: “Necesito ayuda, pisé
el hielo del alero y me resbalé”).
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
“(…) sería difícil encontrar un mensaje que cumpliera con una sola función. La diversidad de los
mensajes no estriba en el monopolio de una u otra función sino en la diferencia de je- rarquía
entre éstas. La estructura verbal de un mensaje de- pende, ante todo, de la función
predominante” (Jakobson, R y Barthes, R. citado en Rueda de Twentyman, AÑO 1999: 90).
Dado que tanto en el desempeño laboral como en el cursado de la carrera Ud. se enfrenta con
textos no ficcionales, dejaremos de lado en este caso la función poética, para centrarnos en las
otras tres que se dan en los textos que abordamos con frecuencia en la universidad:
Por ahora, es importante que Ud. tenga en cuenta lo siguiente: lo que un texto dice es su
contenido y el cómo lo dice es la forma, y esta dependerá en gran medida de la función que
esos textos cumplan. Según qué función cumplen podremos tener diferentes tipos de textos.
Luego veremos que además de la clasificación según la función, se agrupan los textos
pensando en su estructura y el tema que abordan, esto es, por el contenido, o bien, por la
esfera social en que se producen.
Con estas ideas en claro, ha llegado el momento de poner la lupa en la organización interna de
los textos desde una perspectiva analítica. Al comienzo insistimos en que la característica
principal de un texto es su unidad, lo percibimos como un todo. Entonces, ¿en qué consiste el
análisis como operación de pensamiento?, ¿cómo se construye ese efecto de integración, de
totalidad? ¿Qué quiere decir que los textos poseen estructuras?
Siguiendo a Cassany (1994: 321) podríamos citar como ejemplo el caso del relato de un
accidente de tránsito: la macroestructura ordena los actores, los hechos, las circunstancias, las
causas, las consecuencias. Luego, dependiendo de a quién se tienen que comunicar los hechos,
en qué situación, soporte y registro, cambiará la superestructura. Así, si el texto aparece como
una noticia en el diario tendrá título, encabezamiento, etc. En cambio, si se presenta como una
denuncia, seguramente se deberán completar las partes fijadas oficialmente: autor, hechos
alegados, etc. Si se convierte en el testimonio oral de un testigo que narra lo sucedido en una
conversación informal, probablemente el relato se detenga en detalles no cronológicos,
describa aspectos anecdóticos, etc. y hasta incluirá comentarios personales, impresiones del
testigo y comentarios del interlocutor, porque la superestructura esquemática allí será la del
diálogo/conversación. (Avendaño, y Perrone, 2009: 44-45)
Hasta el momento, planteamos las características de los textos y nos interesamos a
especialmente en conocer estructuras y funciones. También dijimos que la estructuración se
logra por niveles, como si fueran capas. Vamos a dar ahora un paso adelante en ese sentido.
Nos ocuparemos primero de la estructuración del contenido, para luego abordar
la estructuración de la forma.
EL CONTENIDO
Estructuración del contenido
Un texto es el resultado de un proceso de articulación de componentes en organización por
niveles. En ese proceso se han aplicado reglas. El lector o el oyente intentarán percibir
(buscarán) esa unidad de sentido a la que hemos llamado coherencia y lograrán una
interpretación de acuerdo con sus saberes previos; pero también de acuerdo con las pistas que
el texto le aporte. Si un texto no ajusta su contenido en una dirección, no articula las ideas, no
las hace converger en un hilo temático, no se presenta como una trama, como un tejido,
diremos que hay fallas en su organización, que hay fallas en la estructuración.
Para estudiar este tema le sugerimos el material de las profesoras Fabiana Castagno y
Mercedes Dennler (2004). Allí Ud. encontrará una visión general de los principales fenómenos
que intervienen en la organización de las ideas y la construcción del tema en los textos. Se
abordan sintéticamente las nociones clave de cohesión y coherencia, vinculada a esta última,
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
“Tres delincuentes a rmados asaltaron ayer u n comercio de indumentaria femenina que está
ubicado en calle Ituzaingó, a metros de San Jerónimo. Los asaltantes ingresaron al local
aproximadamente a la hora 17, intimidaron al personal y exi- gieron el dinero. Ante la negativa
del dueño, los individuos lo amenazaron de muerte con una pistola. Inmediatamente, el
propietario reaccionó y abrió la caja fuerte, la cual fue vaciada por los ladrones, quienes se
dieron velozmente a la fuga”.
Observe. El texto tiene coherencia global, su tema sería: “asalto en comercio céntrico”
(macroestructura, en términos de Van Dijk). Pero además hay varios elementos lingüísticos
que van relacionando cada oración con las siguientes, dándole cohesión. Así, asaltantes,
individuos y ladrones, se refieren a delincuentes; local, remite a comercio y propietario, a
dueño; que, se refiere a comercio; lo remite a dueño; la cual, a caja fuerte y quienes,
a ladrones.
Conviene advertir que no basta la cohesión entre oraciones para garantizar la coherencia
global necesaria para convertirlas en un texto. Nótelo aquí:
Abro la puerta de calle y salgo al dormitorio donde guardo gran cantidad de leña que siempre
viene bien cuando el día está caluroso o cuando los peces se han quedado sin su alimento
especial que mi mujer les prepara con disgusto mientras sonríe encantada de hacer esa tarea.
Ud. habrá comprobado que, si bien los elementos subrayados conectan las proposiciones y
elementos del texto, por lo cual hay cohesión, no es posible asignar un tema a esa
secuencia. Por lo tanto, es incoherente y, sin coherencia, no hay texto.
La coherencia textual nos ayuda a buscar y producir (según el rol que ocupe) esquemas
globales y no sólo fragmentos, párrafos aislados, ni mucho menos, oraciones. Cuando a Ud. le
toque hablar o escribir, le ayudará a no irse por las ramas sino más bien a tejer un hilo
conductor que vaya ligando unos contenidos con otros en forma ordenada. A la hora de
estudiar, le servirá para elaborar esquemas y resúmenes, tan útiles para el aprendizaje
significativo (tal como estudiamos en el módulo introductorio a esta carrera) ¿Por qué? Pues
porque:“Los resúmenes y esquemas, trabajan sobre la coherencia de los textos: seleccionan la
información relevante, analizan su estructura, la formulan con pocas palabras y de una forma
gráfica” (Cassany, 1994:349).
Cuando un texto es coherente el receptor puede reconocer el significado global, tema, o
macroestructura semántica (el significado).
¿Recuerda qué significa macroestructura?: “es el núcleo informativo fundamental del texto, al
que se deben subordinar de forma articulada los diversos componentes (…) se trata del asunto
o de aquello que es semánticamente común a todas las partes que lo integran.” (Avendaño y
Perrone, 2009:40).
Dijimos que la macroestructura textual equivale al tema. Dijimos también que para que en un
texto haya unidad de tema, continuidad del sentido, entran en juego procesos de coherencia y
mecanismos de cohesión. ¿Cuáles son las maneras de ir dando pasos en el desarrollo del tema,
en la presentación de las ideas, sin perder coherencia? ¿Cómo se organiza la información en un
texto para que resulte estructurado, integrado como un todo? ¿Se sigue un orden?
El texto, al menos el texto tradicional, exige linealidad, secuencialidad y también referencias
internas, remisiones a lo ya dicho, de modo que se logre una continuidad, una unidad de
sentido, un hilo conductor. Para que ello se logre, para construir la coherencia global,
necesitamos relacionar lo que se va diciendo con lo que sigue, a través de oraciones
articuladas en párrafos. Estamos hablando de la progresión temática.
PROGRESIÓN TEMÁTICA
En un texto distinguimos dos tipos de información, la que se aporta al comienzo, que puede
ser más o menos conocida por el receptor y que va a conformar la base, el punto de partida
para el desarrollo del tema; y la que se va agregando luego, párrafo tras párrafo. Ese modo de
ir tejiéndose la trama, desenrollando el ovillo, se conoce como progresión temática. Los
especialistas denominan tema a la primera información y rema a la que va sumándose. La
progresión temática se relaciona con el criterio elegido para exponer la información: qué se
dice primero, qué luego, dónde se agregan detalles, dónde me explayo, cuánto aclaro, si
anticipo información que se presenta más adelante, si me detengo o no a recapitular lo dicho,
etc.
No todos los textos desarrollan el procedimiento de la misma manera, los modos más
comunes son:
Lineal: la información nueva se va sumando a la anterior sin alteraciones en la
secuencia.
Los siguientes ejemplos nos ayudan a verificar esos procedimientos en textos concretos
(Rueda de Twentyman y Aurora, 1999), nos muestran el avance del tema dentro de un mismo
párrafo. Más que las denominaciones tema/rema, nos interesa que advierta modos comunes
de ir adicionando información en la sucesión, tanto en el interior de los párrafos, a través de
las oraciones, cuanto en el marco general del texto, a través de los párrafos.
Progresión temática lineal: el rema de una oración o de un párrafo pasa a ser el tema
de la siguiente unidad. Ejemplo:
Después de largos años, Alberto ha venido a visitar a su abuelo. Es un viejito laborioso que se
pasa la mayor parte de su tiempo atendiendo la quinta. Allí cultiva legumbres y hortalizas de
las más variadas especies. La producción es tan importante que destina sólo una parte para
consumo propio, y el resto, para la venta.
En este caso, se advierte cómo “viejito laborioso” es el tema de la segunda oración, mientras
que en la primera funciona como rema (“abuelo”); “allí” es el tema de la tercera, en tanto que
aparece como rema (“quinta”) en la anterior; “producción”, tema de la última oración, oficia
de rema (“variadas especies”) en la precedente.
Progresión temática con un tema constante: aparece un solo tema alrededor del cual
se van acumulando los distintos remas. Ejemplo:
Hoy estuve conversando con mi nuevo vecino. Supe que se llama Luis y que el mes próximo va
a cumplir treinta y dos años. Trabaja en la Municipalidad de Córdoba y estudia ciencias
económicas. En sus horas libes se dedica a su único hobbie: leer novelas policiales. Como buen
sagitariano, es un tipo paciente y ordenado.
En el ejemplo propuesto, todos los remas se le asignan al miso tema: mi nuevo vecino.
La nueva casa de Eduardo está en un barrio muy tranquilo. Tiene dos dormitorios bastante
amplios, de los cuales únicamente el principal da a la calle. El comedor es pequeño y muy
cálido. Lacocina, en cambio, es de grandes dimensiones y con alacenas muy bien dispuestas.
Cuenta con dos baños: uno zonificado y el otro de servicio. El lavadero, que está a continuación
de la cocina, es el paso obligado hacia el patio.
En este texto, los diferentes temas (dormitorios, comedor, cocina, baños, lavadero) son
aspectos parciales del tema general (“la nueva casa de Eduardo”).
LOS PÁRRAFOS
El texto progresa a través de oraciones que a su vez se organizan en bloques por tema, o sea,
en párrafos. Los párrafos se consideran elementos fundamentales de la organización
semántica y formal del texto. En la construcción de la estructura equivalen a bloques o ladrillos
y cumplen el rol de pasos sucesivos en la progresión temática, donde siguiendo a Aguirre, el
párrafo es una unidad de sentido de un texto y está constituido por oraciones relacionadas
entre sí porque responden a una idea semejante y porque tratan de un determinado tema o
asunto. (Aguirre y ot., 1995).
En la comunicación oral, la finalización de un párrafo se indica a través de la entonación y de la
pausa. En la comunicación escrita, por medio del punto y aparte.
La mayoría de los párrafos de textos no ficcionales respetan una mínima estructura interna.
Por lo general, una frase introduce el tema o idea central y se presenta al comienzo. Se
llama frase organizadora, también frase temática. Luego, frases intermedias desarrollan el
tema. Esas frases se articulan y ligan con conectores. Dependiendo del tipo de párrafos, la
frase organizadora puede aparecer también al final.
Se puede decir que los párrafos cumplen funciones dentro de un texto. Entre otras:
Todos nosotros estamos acostumbrados a ver películas en dos contextos diferentes, en salas o
en la televisión en casa. Veamos cuáles son las ventajas y desventajas de cada situación.
La gran pantalla ofrece sin duda imágenes y sonido mejores que los que proporciona la
televisión. En el cine, la oscuridad y el silencio permiten concentrarse en el espectáculo,
mientras que en casa ocurre con frecuencia que los ruidos y elementos perturbadores como el
teléfono interrumpen la visión del filme. No es posible negar, con todo, la gran ventaja de la
pequeña pantalla casera: no nos hace falta desplazarnos y podemos estar cómodamente
sentados en nuestra butaca preferida.
Párrafo de enumeración: está constituido por una lista de propiedades que describen
un mismo objeto, situación, fenómeno o idea.
Tengo cuatro razones para festejar: la primera, es haber aprobado el examen, la segunda,
haber aprobado con buena nota, la tercera es que mi familia está contenta y la cuarta es que
por fin podré dormir.
En nuestra sociedad las mujeres suelen clasificarse según unos estereotipos fijos. La mujer niña
reparte alegría y risas a su alrededor, pero no parece alcanzar nunca la edad adulta. La mujer
compañera pasa todo su tiempo ocupada en los problemas de su marido y acaba por anular su
personalidad. La mujer de negocios, se dedica enteramente a su profesión y descuida a veces
sus sentimientos. Finalmente la mujer seductora sitúa en el centro de su atención las relaciones
sentimentales.
Desarrollo de un concepto/idea: está presente una idea principal que por lo general
aparece al principio o al final; los elementos que la desarrollan pueden ser frases
breves u oraciones completas pero se tienen que presentar ordenadamente.
Un niño recién nacido tiene emociones. Sabe distinguir los estímulos visuales, sonoros y
táctiles; interactúa con el ambiente y con los padres. Recientemente Daniel Stern, pionero de
las investigaciones sobre la infancia, ha registrado y reconstruido lo que un niño ve, siente y
piensa desde los 0 a los 4 años. Es el material de su próximo libro.
Causa/efecto: presenta una situación o acontecimiento seguido por las razones que lo
han originado. A veces puede presentarse al final.
Las consecuencias del desempleo se proyectan como problema en el matrimonio y, por ende,
en el grupo familiar. Esto provoca la disolución de familias y la consecuente falta de seguridad
y contención para los hijos. En consecuencia, se deberían tomar recaudos para revertir esta
situación, a partir de políticas de empleo que aseguren la estabilidad laboral.
Por cohesión se entienden las relaciones de conexión que se establecen entre los diferentes
elementos del texto. Esta propiedad se refiere a las articulaciones mediante las cuales se logra
la interrelación entre los enunciados. Existen diferentes procedimientos para lograr la
cohesión en un texto. Aquí mencionaremos sólo algunos, de manera que Ud. pueda aplicarlos
cuando realice sus producciones escritas y apoyarse en ellos a la hora de leer, comprender e
interpretar textos.
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
REFERENCIA
La relación de referencia se establece en dos direcciones:
a. hacia afuera del texto, es la relación que se entabla entre las expresiones
contenidas en el texto y las entidades del mundo real;
b. hacia adentro del texto, la relación que se establece ente las expresiones
contenidas en un texto.
ELIPSIS
El término elipsis significa omitido, tácito o sobreentendido. El procedimiento de cohesión
denominado elipsis consiste en omitir (elidir) términos o construcciones que ya han aparecido
antes en el texto y que el receptor puede reconstruir.
¿Dijo el Decano que firmaría el convenio? Sí. Lo dijo (lo eludido/suprimido: que
firmaría).
El profesor no vino a tomar examen. Está enfermo (lo eludido/suprimido: él, el
profesor).
Lea los siguientes ejemplos de recurrencia y sustitución. Advertirá que en la segunda oración
de cada caso se aplicó algún mecanismo para evitar repeticiones.
CONECTORES
Ya dijimos que los textos no se arman con oraciones aisladas sino que constituyen un todo
articulado. De lo contrario, no son textos.
Los conectores son eslabones que van relacionando distintas partes de un texto y ayudan al
lector a seguir el hilo facilitando su comprensión. Nos dan pistas, muestran una marca, la señal
de una conexión, por eso también se los denomina marcadores textuales, por eso son tan
importantes cuando leemos y redactamos.
Existen varias clasificaciones de conectores. Le sugerimos la que proponen Rueda de
Twentyman y Aurora, 1999:73). Note que en la columna de la función se consigna qué tipo de
conexión lógica establecen.
CLASIFICACIONES DE CONECTORES
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
Cuando un texto está bien tejido decimos que es cohesivo. De lo contrario, parecerá
telegráfico y lo que es peor, el receptor no tendrá orientaciones para interpretar de qué modo
se han unido las ideas. Se corre el riesgo de que complete por sí mismo las relaciones lógicas y
las articulaciones gramaticales y de vocabulario y que lo haga en un sentido alejado o
diferente, del que quisimos expresar. Un texto poco cohesionado pondrá en riesgo su
coherencia y por lo tanto, sus posibilidades de ser eficazmente interpretado.
MECANISMOS LÉXICOS
Otro procedimiento de cohesión es la reiteración léxica que se describe como la repetición
idéntica de un término o la reiteración conceptual por medio del uso de sinónimos, antónimos,
hiperónimos, hipónimos.
Sinónimos: por ejemplo, por universidad, casa de altos estudios.
Antónimos: por ejemplo, ausente-presente; sabiduría-ignorancia.
Hiperónimo: por ejemplo, planta docente de la facultad (abarca a todos las categorías de
profesores).
Hipónimo: profesores titulares, adjuntos, asistentes, ayudantes, ayudantes alumnos (cada una
de esas categorías, implica un detalle, una parte incluida en una categoría abarcadora).
Cadena semántica: es un mecanismo de cohesión que opera entre términos que pertenecen al
mismo campo de sentido, se conectan conceptualmente contribuyendo a crear el efecto de
continuidad y unidad de tema. Por ejemplo: en una nota, o resolución, referida al trámite de
un concurso docente, seguramente aparecerán expresiones conectadas habitualmente a ese
tema como: postulantes, pruebas, jurados, actas, dictámenes, impugnación, entrevista,
puntaje.
LA FORMA
Además de los tipos generales de textos, replicando el patrón de organización esquemática del
contenido en moldes fijados por el uso en ámbitos y situaciones estandarizadas, encontramos
subtipos de textos, que también se producen repitiendo un modelo conocido.
Por ejemplo:
Una receta organiza su contenido al menos en dos partes: ingredientes y
preparación, puede incluir otra: advertencias, sugerencias, recomendaciones.
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
TEXTOS ADMINISTRATIVOS
Tal como hemos advertido, los textos se clasifican según distintos criterios (Avendaño y
Perrone, 2009: 37-62) y no existe clasificación alguna que contemple la enorme diversidad
posible de textos en la práctica social. No obstante, ligada a la voluntad clasificatoria y
ordenadora de los textos reales que circulan en los diferentes ámbitos de la actividad humana,
aparece también la noción de géneros discursivos, categoría todavía más amplia e inclusora:
¿Qué señales de los textos dan cuenta de esto que decimos? Entre otros:
Por ejemplo:
“Este Decanato dispone (certifica, ordena, hace pública, convoca, etc.)”: 3ra persona.
“Estimamos conveniente reducir los pasos de los procedimientos administrativos”:
1ra. persona plural.
“La autorización fue concedida por el Jurado”- “El expediente fue enviadoel día de la
fecha”: voz pasiva, o sea, el sujeto de la oración “autorización” no es quien realiza la
acción indicada en el verbo. En voz activa sería “el Jurado concedió la autorización”.
“Se concede un plazo máximo de 30 días para la presentación de los certificados”:
impersonal con “se”.
El código
Se emplea lenguaje verbal técnico. Constituye un tecnolecto, esto es, una variedad lingüística
especializada para usos específicos (pertenecen a esta clase, por ejemplo, términos como
consignar, protocolizar, conformidad, conducto, elevar un escrito, epigrafiado, decaer en su
derecho, dejar sin efecto, providencia).
Por otra parte, predomina el registro escrito, de eso depende la validez del mensaje como
documento oficial. La actividad administrativa necesita de este tipo de mensajes para
concretarse e intervenir normativamente sobre la realidad ya que los únicos documentos con
valor legal son aquellos que quedan registrados por escrito. Por ejemplo: el Decano de una
facultad puede prometer oralmente en una reunión que abonará horas extras al personal de
bibliotecas, o que adquirirá nuevo equipamiento para el área informática, pero esas promesas
verbales no podrán reclamarse laboralmente sino cuando se concreten a través de una
disposición escrita. La elaboración textual está sujeta a convenciones.
El receptor
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
Pese a que los textos administrativos de entes públicos tienen por lo general un destinatario
amplio y poco acostumbrado a esas formas discursivas, el modo en que están redactados no
acerca al lector no especializado. Más bien, todo lo contrario, entonces, el mensaje resulta
oscuro y pierde eficacia. La comunicación muchas veces fracasa por exceso de tecnicidad.
Notará que lo que aquí decimos se conecta con lo visto en unidad uno sobre la necesidad de
modernizar el estilo comunicacional de la administración pública, de acuerdo con los principios
del lenguaje claro/llano. Veamos este ejemplo que propone Castellón Alcalá para ilustrar la
oscuridad del discurso:
La autora considera que como los escritos administrativos tienen habitualmente intención
prescriptiva, normativa, plantean una desigualdad entre emisor yreceptor. Según sostiene, el
receptor por lo general ocupa una posiciónsubordinada con respecto al texto, que se le
impone, tanto cuando es un texto preceptivo como cuando es informativo. El contenido del
mensaje en este tipo de texto es específico, se refieren a temas objetivos y concretos, no
admiten anécdotas, ni una historia de ficción, ni un chiste; y la intención del emisor es
fundamentalmente práctica, no busca convencer, a la manera del lenguaje publicitario o del
político, ni le mueve un objetivo estético, como ocurre con el lenguaje literario.
Los rasgos descriptos muestran un estilo un tanto rígido (De Mi- guel, 2000). De hecho,
tradicionalmente el texto jurídico-administrativo se caracterizó por ello, por la utilización de
esquemas invariables establecidos de antemano para cada modalidad (contrato, instancia,
sentencia, etc.). En términos de la lingüística del texto, diríamos superestructuras muy
estereotipadas, fijas. También por la utilización de vocabulario conservador, lleno de
tecnicismos y fijado de antemano a través de fórmulas y frases hechas, distan tes de las que
usamos en la lengua estándar. Expresiones alejadas de la lengua común, incluso artificiales,
impersonales, con las que se expulsa al otro: el lenguaje se vuelve jerga que entorpece, en vez
de facilitar la comunicación eficaz.
Pero se advierten aires de cambio. Es saludable saber que se viene intentando corregir esas
fallas comunicativas, como el dictamen de normativas para modificar sus estilos oficiales de
comunicación que han realizado gobiernos de varios países del mundo. También en nuestro
país se registran antecedentes: el Gobierno de la Pcia. de Buenos Aires dictó en 2006 la Guía
para la gestión de la comunicación escrita en la administración pública de la Provincia de
Buenos Aires. Dicho documento reemplaza a las disposiciones que regían en ese ámbito desde
la década del ‘70.
Entre otros fundamentos, allí se expresa:
“El cambio normativo aspira a desterrar viejas rutinas y a sentar las bases de nuevas formas de
comunicación de los asuntos públicos, con el fin de colaborar, desde la escritura, con una
mayor y mejor inclusión de las personas alcanzadas por la acción del Estado, a partir de la
comprensión de textos que ya no podrán ser, bajo ninguna excusa, cerrados y accesibles sólo
para quienes manejen lenguajes crípticos y elitistas” (Gobierno de buenos Aires: 2006).
Veamos ahora algunas clasificaciones. Tomaremos dos, una del Gobierno de la Provincia de
Buenos Aires y otra de Castellón Alcalá (2000). En el documento elaborado por el Gobierno de
Bs. As. se diferencian las actuaciones administrativas que se canalizan a través de los textos
según: finalidad, contenido, ámbito de aplicación y destinatarios. Así resultan cuatro grandes
grupos de documentos:
Por su parte, Heraclia Castellón Alcalá (2000), clasifica los textos administrativos en dos
grandes grupos según la función determinante: textos normativos o de decisión y textos no
normativos. A los textos no normativos, a su vez, los clasifica en: textos de constancia, textos
de juicio y textos de transmisión.
Tal como señala Castellón Alcalá (2000), en los textos administrativos los esquemas, los
modelos, están fuertemente delimitados, sus rasgos estructurales son bien claros. A propósito
de las resoluciones, la autora explica por qué esos textos dedican una parte específica de su
desarrollo a fundamentar, justificar las decisiones que se adoptan. Las estrategias que se
utilizan corresponden a la secuencia que usted estudió como argumentación.
TEXTOS ACADÉMICOS
Para el estudio de este tema le recomendamos leer el artículo Los textos académicos: una
aproximación a su estructura y especificidad, de Longo y Rodeiro. Bajo el rótulo de textos
académicos se agrupa una serie de textos que circulan en el ámbito de instituciones
educativas. Se incluyen artículos científicos, manuales, apuntes de cátedra, evaluaciones, tesis,
tesinas, ponencias, etc. También las producciones escritas que realizan los alumnos: sus
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
En la bibliografía de Longo y Rodeiro (2009), Ud. encontrará una descripción de los principales
subtipos dentro del género académico que incluye: fichas, monografías, ensayos. Para ampliar
el tema recomendamos la lectura del texto de Dalmagro en Cuando de textos científicos se
trata (2007); y también el de Teberosky El texto académico (2007:17-45).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ADAM (1992) en Superestructura textual. Centro Virtual Cervantes. [fecha de consulta: julio
2010].
AGUIRRE, LAURA [et ál]. De Puño y Letra; sugerencias para redactar mejor. Bs. As.: Ed. Aique,
1995. ISBN: 9507012087.
BEAUGRANDE, ROBERT DE y DRESSLER, Wolfgang (1977) en ROQUÉ FERRERO. MARÍA
SOLEDAD Y GALLINO, MÓNICA. Más allá del texto y el hiper-texto, una cuestión de sentido.
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