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Este debido proceso, como se evidencia de lo dicho por el TC, está íntimamente ligado
al derecho de defensa que posee la persona, este derecho a la defensa le permite a la
persona, efectivamente, defenderse y hacer uso de la protección conferida por la
Constitución Política peruana y la Ley. Pese a ello, este derecho de defensa que tiene la
persona no se evidencia en la práctica, precisamente en el recurso de reconsideración,
ya que si por error no se invoca en la presentación de este recurso el requisito de la
nueva prueba exigido por Ley, dicho recurso es denegado inmediatamente, sin darle la
oportunidad al recurrente de poder subsanar su error y otorgarle de esta manera la
tutela y protección necesaria por parte de la administración pública.
La solución a este impase, que configuraría una verdadera protección a los principios
y derechos del recurrente, sería la de advertirle previamente acerca de la falta de la
nueva prueba requerida por la ley, brindándole un plazo razonable para poder
subsanar dicha omisión, teniendo en cuenta que sólo al término del plazo, podría
admitírsele o negársele el recurso. Con ello, se estaría cumpliendo lo exigido por la ley
y a su vez se estaría resguardando los principios y derechos otorgados a la persona.
Del mismo modo, es necesario manifestar que el requisito de la nueva prueba exigida
por la Ley de Procedimiento Administrativo General, no solo debe admitir la
posibilidad de presentar una nueva prueba obtenida por el recurrente, es decir, de
crear una nueva prueba para ser presentada por el recurrente y poder interponer el
recurso de reconsideración, sino también admite la posibilidad de ofrecer una nueva
prueba que deba ser actuada o conseguida por la administración, por ejemplo
ofreciendo un expediente administrativo de fecha anterior como sustento a favor de lo
solicitado, no quedándonos conforme solo con el ofrecimiento hecho por el
administrado, sino brindándole la oportunidad a que sea, a pedido del administrado,
la propia administración la encargada de obtener dicha prueba, siempre que al
menos se demuestre su relevancia con el caso. Esto porque el derecho a probar
comprende los de ofrecer pruebas y actuar las mismas, por lo que uno puede ofrecer
una prueba que será el Estado el encargado de actuarla, porque está dentro de su
ámbito de actuación.
(*) Abogada por la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo. Montes Delgado
– Abogados SAC.