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Más allá del importante desarrollo del Derecho Ambiental desde la década del 60´ de la mano de la aparición
de los llamados derechos de tercera generación, sin lugar a dudas el hecho de haber sido receptado
expresamente en nuestra Constitución Nacional en 1994, le ha otorgado una alta relevancia jurídica, de la cual
aquí damos cuenta brevemente de sus características salientes.
a) Su carácter de orden público. Su defensa del interés público. En todo caso en que se encuentre
comprometida la preservación y cuidado del medio ambiente, su tutela será siempre de orden e interés público,
lo cual obviamente da lugar a la existencia y ejercicio de un poder de policía ambiental por parte de las
autoridades públicas . Para ser más precisos, es de orden público ya que fija estándares mínimos e imperativos
normativos invulnerables.
b) Su carácter de derecho–deber. Tal carácter surge de la simple lectura del propio Artículo 41 de la
Constitución Nacional cuando expresamente nos dice que: “Todos los habitantes gozan del derecho a un
ambiente sano… y tienen el deber de preservarlo” 4. Por lo tanto, dicho artículo se ha hecho eco del texto
elaborado en el marco de la renombrada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente de
1972 en Estocolmo, en la cual se dijo que: “El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, y a la igualdad,
dentro de condiciones de vida satisfactorias, en un ambiente cuya calidad le permita vivir en dignidad y
bienestar. Asimismo tiene el deber fundamental de proteger y de mejorar el ambiente para las generaciones
presentes y futuras”.
f) Su temperamento herético. Sin lugar a dudas el derecho ambiental se define por su falta de ortodoxia,
porque opera siguiendo sus propias reglas, sus propios principios y hasta sus propios métodos 8 . Por lo tanto,
en razón de su carácter saludablemente dinámico, flexible, original y a veces, hasta transgresor de las formas
y contenidos tradicionales del cuerpo del derecho toda vez que éste (por encontrarse fosilizado) pierda de
vista su propia finalidad y objeto, el derecho ambiental de seguro actuará con los mencionados bríos y recursos
propios de su carácter.
g) Es un derecho humano. “Las cosas son o no son. El derecho humano al ambiente sano, ya existe entre
nosotros. Cuán lejos pueda llegar su reconocimiento en la jurisdicción internacional dependerá de los casos
que sean articulados y de la sensibilidad no sólo de los jueces sino también de todos aquellos que conforman
el sistema interamericano como una totalidad. Desde esa perspectiva, el reconocimiento del derecho al
ambiente terminará siendo un test del estado evolutivo de nuestro sistema jurídico”.
i) Su permanente búsqueda del equilibrio. Porque más allá del fundamental carácter tuitivo del Derecho
Ambiental, no por ello caeremos en planteos extremistas que nos hagan olvidar de otras necesidades básicas
del hombre y la vida en sociedad, como el derecho al trabajo, al ejercicio de toda industria lícita, así como al
desarrollo económico. Lo cual, por cierto, no se corre un ápice de la finalidad perseguida por el propio Art. 41
de la Constitución Nacional.
III- Colofón. En síntesis, creemos que la razón de ser del Derecho Ambiental pasa principalmente por proteger
y reparar el medio ambiente cualesquiera sea la fuente de su agresión, así como en conciliar las necesidades
humanas de contar con un desarrollo económico sustentable con un medio ambiente que indudablemente
también lo sea.
Ver: El interés público como fundamento de la legitimación activa en el Derecho Ambiental. BASTONS, Jorge
Luis. RAP. Año XXVI – Nº 310. Pp.15/17. Buenos Aires. 2004. “El interés público es el resultado de un conjunto
de intereses individuales compartidos y coincidentes de un grupo mayoritario de individuos, que se asigna a
toda la comunidad como consecuencia de esa mayoría, y que se encuentra su origen en el querer axiológico
de esos individuos, apareciendo con un contenido concreto y determinable, actual, eventual o potencial,
personal y directo respecto de ellos, que pueden reconocer en él su propio querer y su propia valoración,
prevaleciendo sobre los intereses individuales que se le opongan o lo afecten, a los que desplaza o sustituye,
sin aniquilarlos”. “La definición propuesta… sólo nos brinda una noción formal de la noción de interés público,
carente de todo contenido, pero que –por ello mismo- tiene validez general, y puede ser aplicada en todo
tiempo y lugar para distinguir el objeto definido”.
Artículo 41 de la Constitución Nacional: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental
generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán
a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las
provincias las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales. Se
prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radioactivos”.
Publicada en el Boletín Oficial al 28/11/2002.
CAFFERATTA, Néstor. Revista de Derecho Ambiental. Lexis Nexis. Noviembre de 2004. Buenos Aires.
BADENI, Gregorio. Tratado de Derecho Constitucional. Tomo I. P.437. La Ley. 2004. Buenos Aires.
CAFFERATTA, Néstor. Los derechos de incidencia colectiva. La Ley. Suplemento de Derecho Administrativo.
Febrero de 2005. Buenos Aires.
ROSSI, Alejandro. Algo más sobre la protección del derecho humano a un ambiente sano. Suplemento de
Derecho Ambiental. VALLS, Mario. Director. www.elDial.com Editorial Albremática. 2005
ESCOLA, Héctor Jorge. El Interés Público -como fundamento del derecho administrativo-. Pp.249/251.
Depalma. 1989. Buenos Aires.
Ver asimismo El contralor provincial de los servicios públicos de competencia nacional. Su análisis conjetural
desde el derecho ambiental. BASTONS, Jorge Luis. Pp.155/167. Revista de Derecho Ambiental. Lexis Nexis.
Julio/Septiembre de 2005. Buenos Aires.