Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Ernesto Navarrete
Introducción
Los conceptos fundamentales: lenguaje y raciocinio ......................................................................... 2
Semiosis o el Proceso de la Significación .......................................................................................... 11
El lenguaje ha sido una de los más fascinantes objetos de estudio para el ser
humano, y su interpretación a lo largo de la historia de la ciencia lingüística ha
dependido siempre de las escuelas científicas imperantes en cada época.
Las teorías innatistas han ganado gran popularidad hoy en día, pues han dado
respuesta a muchas de las interrogantes en cuanto a la adquisición y la relación
entre el lenguaje, el pensamiento y la genética; existen explicaciones y teorías
brillantes que apuntan a comprender el lenguaje, pero el problema que subyace en
éstas es de tinte conceptual.
Este libro propone una serie de disertaciones que abarcan los aspectos
conceptuales del conjunto de términos inherentes al lenguaje entendiéndolo como
una facultad resultante de los sentidos en cuanto procesos fisiológicos de
recepción y reconocimiento de estímulos, partiendo de las concepciones más
destacadas en la historia de la lingüística, pues en ellas existen elementos que
pertenecen a un acervo perdurable en el estudio del lenguaje y que siempre
deberán ser puestas en la escena cuando éste salga a flote.
Su autor, Platón, es uno de los pensadores más influyentes de todos los tiempos y
si a esto aunamos la presencia de Sócrates en el diálogo, podemos dar cuenta de
una obra de alto impacto y simbolismo casi mitológico. El Crátilo despierta por
primera vez el interés en la capacidad de los seres humanos para designar y
conocer las cosas, y en ella se desentraña por primera vez el enigma del origen
del lenguaje:
Sócrates.- Pero dime a continuación todavía una cosa: ¿cuál es, para
nosotros, la función que tienen los nombres y cuál decimos que es su
hermoso resultado?
Crátilo.- Creo que enseñar, Sócrates. Y esto es muy simple: el que conoce
los nombres, conoce también las cosas.
Este texto destaca porque hace evidente que el lenguaje es un digno objeto de
estudio para la ciencia, y es que es en Grecia donde se origina la ciencia misma.
Fue en Grecia, seiscientos años antes de Cristo, que evolucionó el pensamiento; y
fue ahí donde comenzaron a abandonarse las creencias en leyendas y mitos para
dar paso a la observación, la experiencia y la razón, pues fue la primera sociedad
en darse cuenta de que la mitología no tenía el alcance necesario para explicar
contundentemente la realidad.
Hacia 1873, miles de años después del Crátilo, Nietzsche escribe un ensayo
deslumbrante, un texto que anunciaría el advenimiento de la filosofía del lenguaje
en el siglo XX al que tituló: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral.
El hombre posee un misterioso impulso hacia la verdad que lo lleva a inventar una
designación “válida y obligatoria de las cosas”. Pero es él mismo quien ha creado
las palabras y las convenciones sobre los significados de las palabras.
Creo que (la función de los nombres es) enseñar… el que conoce los nombres,
conoce también las cosas.
Pero proponer el concepto “lenguaje” como sistema es un error conceptual que los
lingüistas de estos tiempos pueden notar, pues la concepción de éste como
facultad ha sido ya ampliamente aceptada casi sin resistencia. Ahora bien, aquello
de “naturaleza metafórica” sí tiene que ver con funciones cerebrales superiores
que fueron estudiadas años después.
Aquí cabe hacerse una pregunta: ¿por qué comenzó ese desplazamiento hacia el
aprendizaje complejo que caracteriza al ser humano, hacia aquello que Nietzsche
conceptualizó como intelecto? Aunque se acepta la afirmación de que, aunque sea
muy elemental, sí existe lenguaje en animales, (o cuasilenguaje como lo llama
Aleksander Luria) la complejidad del lenguaje humano tiene que ver con el hecho
de que somos gracias al lenguaje, y en palabras del propio Pinker: “conscientes de
ser conscientes”.
Las facultades de la mente las posee todo ser vivo, sin embargo no todas ellas
requieren de las mismas contingencias cerebrales y por ende no todas precisan de
una capacidad cerebral superior, facultades como la sensibilidad organoléptica, la
que nos permite distinguir el frío del calor, si tenemos hambre o si nos falta cobijo,
si tenemos dolor, serán aquí llamadas facultades mentales primarias o básicas.
Mucha polémica hubo entre filósofos y psicólogos por establecer si las facultades
superiores están subordinadas a las básicas o lo contrario, el ejemplo típico es el
hambre: si uno tiene hambre y hambre de verdad porque no ha comido en mucho
tiempo, las facultades mentales superiores se ordenan en función a resolver este
problema pero si uno lo que tiene es hambre para satisfacer sus necesidades del
día, es muy posible que las facultades superiores se orienten a resolver otros
problemas.
Raciocinio
Lenguaje
Imaginación
Cognición
SUPERIORES Afectividad
Memoria
Atención
Voluntad
Consciencia
(superior)
Percepción
(superior)
Inhibición
Orientación
Conservación
Movimiento
Sensibilidad PRIMITIVAS
Percepción
(primitiva)
Consciencia
(primitiva)
Así pues, tal como los animales son superiores a las plantas en la cadena
evolutiva dado que acumulan una mayor cantidad de facultades, la supremacía del
ser humano radica en que posee las facultades más altas de esta cadena
jerárquica.
Entiéndase este último como una facultad (inherente a las aquí llamadas
facultades superiores) que permite tanto formular juicios como producir
conocimientos, la facultad del raciocinio permite a la mente humana estructurar
lógicamente antecedentes y consecuencias, constituir pensamientos abstractos y
lograr predicciones así como suposiciones acerca de los objetos del mundo real.
Un esbozo de cómo ocurre dicho fenómeno, es lo que ocupa las líneas del
siguiente capítulo.
Ilustremos el ejemplo anterior con un objeto tan cotidiano como puede serlo una
mesa. Cuando atribuimos significado a la palabra “mesa”, es decir, al crear un
significante a partir de las características esenciales del objeto, la “imagen mental”
que corresponderá a la secuencia de sonidos /m/ /e/ /s/ /a/ no tiene que ver con
imaginar una mesa, puesto que diferentes personas imaginarían una mesa diferente y
con características diversas. Sin embargo todas ellas compartirían entre sí algunas
características que pueden permanecer invariables entre interpretantes; y son
precisamente éstas las que debiéramos entender de lo que Ferdinand de Saussure
llamó “significado”.
Las hay redondas, de una sola pata, de tres patas, bajas, altas, de metal y plástico, y
todas estas características forman parte de las atribuciones variables de significado
para el objeto, pero no del significado per se, que solamente debe referirse a la
esencia, a aquello que permite distinguir al objeto que corresponde con el signo
/m//e//s//a// (que en este ejemplo es un signo acústico, pero que puede serlo manual
como lo es en el caso de las lenguas de señas, icónico o de cualquier otro de los tipos
de signos que se describen más adelante).