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Evo Morales y Michelle Bachelet conversaron en la ONU
¿Evo hasta 2025?: Las claves de esta polémica posibilidad
La semana pasada fue de particular júbilo para el presidente boliviano, Evo Morales. No solo
porque la Corte Internacional de Justicia se declaró competente para dirimir el fondo de la
demanda marítima presentada por el país altiplánico en el 2013 contra Chile, sino también
porque el sábado pasado el Congreso de ese país habilitó al presidente Morales para una
nueva reelección a través de una reforma parcial de la Constitución. La propuesta será
sometida a voto popular en febrero del 2016.
Con la modificación, el señor Morales podría mantenerse en el cargo hasta el 2025 (en caso
fuera reelegido por tercera vez en el 2019). Lo curioso es que ante sus ojos, los de su partido
y los del Tribunal Constitucional esta sería solo su segunda reelección, pues alegan que su
mandato del 2006 al 2010 no es válido para el conteo al haberse producido antes de la
“refundación” del país con la nueva Constitución –una interpretación legal familiar para los
peruanos–.
La reforma constitucional para mantenerse en el poder está lejos de ser novedosa entre los
líderes latinoamericanos afines al ‘socialismo del siglo XXI’. Los actuales gobernantes de
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua han seguido este camino con éxito. En Bolivia, como
en otros casos, la estrategia incluyó el debilitamiento progresivo del Poder Judicial.
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Tremenda desconfianza: opinión ciudadana sobre instituciones
Editorial: La segunda certeza
Para atender procesos en que intervenga la Sunat, el Tribunal Fiscal o el Indecopi, el Poder
Judicial dispuso en el 2012 la creación de salas y juzgados especializados en temas
financieros, contables y tributarios. Esto para disminuir la carga procesal, acortar tiempos y
hacer los fallos más predecibles y acertados.
Según Enrique Mendoza, ex presidente del Poder Judicial, las salas y juzgados especializados
resuelven controversias por más de S/.12.000 millones, por lo que contar con jueces
capacitados para resolver disputas que requieran un dominio de información técnica parece
ser una medida acertada. No obstante, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial podría decidir
en los próximos días eliminar estas instancias, lo que llevaría a que los procesos judiciales
que involucren temas tributarios sean resueltos en otros juzgados.
Esta decisión traería consigo dos problemas principales. Por un lado, aumentaría la carga
procesal para los jueces que reciban estas demandas. Y, por otro, se dejaría la resolución de
litigios tributarios a magistrados que no necesariamente poseen la capacidad técnica ni los
conocimientos adecuados para resolverlos.
De hecho, lo que se requiere no es la eliminación de estas salas, sino una reforma que
solucione sus limitaciones para que puedan cumplir cabalmente con la función encomendada.
En primer lugar, al haber sido creadas mediante transferencias realizadas por la Sunat al
Poder Judicial, la independencia de los magistrados está legítimamente cuestionada.
Respecto a este problema se ha pronunciado la Cámara de Comercio de Lima, al igual que un
gran número de abogados tributaristas, alegando que ello implica un claro conflicto de
intereses. Apunta en la misma dirección que la última edición del Índice Global de
Competitividad nos coloque en el puesto 124 de 144 países en lo que respecta a
“Independencia del Poder Judicial”.
En segundo lugar, son pocos los procesos tributarios que llegan a ser tratados en salas
especializadas. Esto no solo porque para llegar al Poder Judicial deban pasar primero por
instancias administrativas (las cuales pueden significar años de contienda), sino además
porque el planteamiento de una demanda no impide el cobro de la misma. Es decir, incluso si
se llega a demandar en el Poder Judicial, la Sunat puede ejecutar un fallo del Tribunal Fiscal e
iniciar acciones de cobranza respecto a una deuda. Por lo tanto, para llevar un caso al Poder
Judicial y evitar un embargo, un contribuyente debe primero pagar la deuda, afianzarla u
obtener una medida cautelar (un proceso complejo y tedioso).
Asimismo, la posibilidad de eliminar las salas especializadas llega cuando el sistema jurídico
para el sector privado parece atravesar por un mal momento. A la propuesta del Consejo
Ejecutivo del Poder Judicial, se suma, además, la iniciativa de algunos congresistas para
regular el arbitraje (un sistema utilizado por privados para resolver disputas y reconocido por
su celeridad en relación con los procesos judiciales corrientes).
En lugar de limitar las herramientas que podrían ayudar a resolver las diferencias en materia
tributaria, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial debería ajustar aquellos detalles que impiden
un ejercicio independiente y eficaz de la profesión. A fin de cuentas, un fallo tributario mal
emitido es similar a un diagnóstico médico equivocado: un error que puede salir más caro que
la enfermedad.
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Ministros discrepan por crímenes con uso de granadas de guerra
No está mal hacer propuestas y discutirlas. Aunque varios ministros del mismo Gabinete
tengan posiciones distintas, siempre será bueno discutir sobre medidas para combatir la
delincuencia. Lo importante es resolver y actuar de manera rápida, eficaz y eficiente. Para el
ministro Pérez Guadalupe “el uso de granadas por parte de delincuentes para atemorizar a las
víctimas permite la calificación de terrorismo”. No es necesario, agrega, que se trate de una
“organización criminal ideologizada”.
Hay gente que piensa que se necesita “mano dura” contra los extorsionadores. Cree que a los
terroristas se les trata duramente y que, por eso, habría que extender ese trato a otro tipo de
delincuentes. Pero si la sociedad civil, a lo largo del tiempo, cambia de estándares en relación
con las penas, lo que corresponde es hacer una reforma de las mismas. Usar el tipo penal de
un delito para castigar otro delito, solo porque la norma está a la mano, es una distorsión seria
del ordenamiento jurídico.
La aplicación de un tipo penal no debe depender de una disposición del Ejecutivo. Tampoco
debe responder a la necesidad de aumentar la severidad de una pena. Menos, debe ser un
recurso emocional frente al estado de inseguridad que se vive.
La delincuencia está ganando terreno en la calle. No dejemos que gane terreno frente al
Estado de derecho. Ningún ordenamiento jurídico puede funcionar si no hay certeza de la ley.
Y si la ley castiga el terrorismo con unas penas y, con otras, la extorsión, el sicariato o el
crimen organizado, debe respetarse tal ordenamiento.
La pena tiene relación con la naturaleza del delito. La extorsión sigue siendo extorsión, al
margen de los medios materiales que utiliza. Una llamada telefónica, una bala en un sobre o
una granada pueden usarse en una guerra, en una intervención policial, para una extorsión o
en un plan terrorista.
El terrorismo está definido como el delito de quien “provoca, crea o mantiene un estado de
zozobra, alarma o temor en la población”. Ello incluye “actos contra la vida, el cuerpo, la
salud, la libertad y seguridad personales”, entre otros (D.L. 25475, art. 2). Sin embargo, si solo
se tomara como terrorismo este último extremo, todos los delitos contra la vida, el cuerpo y la
salud deberían ser igualmente calificados de terrorismo.
El Tribunal Constitucional resolvió el tema señalando que “los jueces no pueden condenar, al
amparo de dicho artículo 2 del Decreto Ley 25475, a una persona por el solo hecho de que se
haya lesionado o puesto en peligro los bienes jurídicos señalados… sin tomar en cuenta la
culpabilidad” (Exp. Nr. 010-2002-AI/TC). Esto quiere decir que se debe tener en cuenta la
intencionalidad del autor.
En otras palabras, si un delincuente quiere crear temor en su víctima para obtener dinero de
ella, no es terrorista, aun cuando de paso cause zozobra en el resto de la población. De
hecho, también causan zozobra en la población los crímenes pasionales, los delitos de
corrupción política y las barras bravas. No decimos, sin embargo, que esos casos deban ser
encausados como terrorismo.
Frente a las amenazas de la delincuencia hay que responder con mayor apego al derecho.
Hay que responder enérgicamente, pero dentro de la ley. Un sistema de leyes perforado por
excepciones, interpretaciones subjetivas y dilataciones semánticas solo conviene al que quiere
evadir una ley clara y un derecho cierto.
La respuesta ante la delincuencia está en manos de las autoridades encargadas de la
seguridad ciudadana y en manos de quienes administran justicia. Si queremos una reforma de
las penas, discutamos una reforma penal. Y exijamos a las autoridades que cumplan
estrictamente su papel.
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Congreso continúa hoy debate sobre reformas electorales
El jueves pasado, el pleno del Congreso volvió a postergar uno de los temas más importantes
de la agenda legislativa pendiente: la reforma política y electoral. Pese a que los proyectos y
las propuestas están ya listos para el debate, parece que los padres de la patria tienen poca
voluntad de sacar adelante estos cambios. Una actitud que hace pensar en la popular
expresión: Queremos que las cosas cambien, pero no para nosotros.
Esto último debido a que muchos de los proyectos que permanecen en carpeta se refieren a
temas que podrían determinar un cambio de las reglas de juego que regirán en las elecciones
presidenciales y congresales del próximo año; y, en esa medida, afectar su eventual
reelección.
Es importante notar, por supuesto, que entre las reformas a debatirse existen algunas buenas
y otras no tanto. En editoriales anteriores, hemos señalado la urgencia de establecer
mecanismos transparentes de democracia interna en las agrupaciones políticas, supervisados
por el Organismo Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el JNE, así como la
conveniencia de implementar un financiamiento público, asignado a cada organización política
sobre la base del número de su representación parlamentaria, que contribuiría a disminuir el
ingreso a la política de dinero proveniente de la delincuencia. Y nos hemos pronunciado,
asimismo, a favor de la institución de distritos uninominales, que fortalecerían la
representatividad de cada legislador elegido y harían, de paso, innecesario el voto
preferencial.
Nos hemos opuesto, en cambio, a otras posibles reformas, como la que busca sancionar el
“transfuguismo”, pues la libertad de conciencia y expresión de nuestros representantes es un
valor que se debe proteger. Sobre todo en contextos en los que, habida cuenta de la debilidad
de los partidos por los que postulan, existen altas probabilidades de que sean más bien estos
últimos los que muden de postura ideológica.
Sin embargo, aunque no todas las propuestas sean idóneas, no se puede ignorar, como lo
viene haciendo el Parlamento, la necesidad de empezar este debate con seriedad y prontitud.
El Legislativo, en efecto, parece enfocarse en los avatares de la coyuntura electoral. Es decir,
en las idas y venidas de las diversas comisiones investigadoras (muchos de las cuales
parecen no llegar a conclusiones relevantes sobre la materia de sus pesquisas); o en la dación
de leyes inconstitucionales con ánimo demagógico y populista, como la referida al lote 192.
Hace falta lo que nuestro columnista Carlos Meléndez ha denominado un ‘shock institucional’.
De lo contrario, los beneficios de los recientes años de crecimiento podrían pronto disiparse
por culpa de nuestra precariedad política. Y es que, en un sistema en que no existe confianza
en las instituciones representativas y en el Estado, se hace muy difícil generar un clima
auspicioso a la inversión privada y, en consecuencia, a la creación de empleo y aumento del
consumo. Ejemplos de esta precariedad han sido los casos de Conga, Tía María y los
diversos conflictos sociales que han evidenciado la debilidad con la que funciona nuestro
sistema político, con graves consecuencias para la economía del país.
No está de más, por cierto, recordar que la aprobación de estas reformas fue una de las
principales promesas del actual presidente del Legislativo, Luis Iberico, cuando expresó su
voluntad de acceder a ese cargo. Por lo que cabe demandar que le dé a su debate la prioridad
que merece.
De nada servirá eso, sin embargo, si una mayoría de nuestros congresistas no está dispuesta
a dejar de lado algunos de sus intereses inmediatos –en lo que a la forma de conseguir la
reelección concierne– y aceptar, en bien del país, que el cambio pueda afectarlos.
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(Foto: Serenazgo de Trujillo).
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‘Chapa tu choro’: ¿Promotora sería responsable si hay muertes?
“Chapa tu choro” nos habla de ciudadanos que exigen su derecho a la seguridad, al disfrute
de sus bienes y su tranquilidad. Es bueno que no seamos pasivos, pero es malo que eso nos
lleve al abismo de la turba.
La tarea de restablecer los derechos de las personas no pasa por la conculcación del Estado
de derecho. El linchamiento no es justicia, así como la venganza no restablece la paz. El
gobierno ha querido ver la inseguridad ciudadana como un abuso mediático o estadístico para
así pasar por agua tibia la gravedad del problema y el protagonismo que le toca para
combatirlo.
En Santa Anita hay un policía por cada 2.748 personas: diez veces menos que la tasa
recomendada internacionalmente, de un policía por cada 250 habitantes.
Tenemos un déficit de varios cientos de comisarías. Pero, además, más de la mitad no cuenta
siquiera con teléfonos operativos. Más de la mitad no tiene acceso a la base de datos del
Reniec. El 76,5% de las comisarías no tienen equipos de radios para comunicarse y el 68,2%
no tiene acceso al Sistema de Denuncias Policiales. Y no solo es un problema logístico.
Cuando los ciudadanos hacen sus denuncias muchas veces la respuesta es “no lo podemos
atender”, “investiguen ustedes”, “regrese mañana”.
Cómo no entender la indignación de los pobladores. Cómo no querer encauzarla dentro del
Estado de derecho. “Chapa tu choro” no debe poner en riesgo la integridad de los pobladores
ni desatar una cadena de violencia delincuencial. El derecho a capturar a un delincuente está
reconocido en nuestro ordenamiento legal. Pero capturar no es juzgar y, menos, castigar.
No hay que confundir el derecho “vivo” o “intuitivo” con el recurso primario del “ojo por ojo” o el
bárbaro sistema del linchamiento. Para que haya justicia, por informal que sea, debe haber un
proceso con rutinas previamente establecidas. Debe haber una autoridad consagrada y un
sistema de penas proporcionales a los delitos.
No debemos dejar que la delincuencia gane esta batalla de fondo, la batalla por la legitimidad
y la civilidad. No debemos dejar, tampoco, que la falta de autoridad nos seduzca en favor de la
anarquía y la barbarie.
La ciudadanía está quedando casi sola en su lucha por la seguridad. Exigimos a las
autoridades que cumplan su rol básico y principal. Esperamos una respuesta del gobierno. No
hay más tiempo que perder.
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Los pimientos peruanos tienen permiso de ingresar a EE.UU
El resultado del debate respecto a la participación de Petro-Perú en el lote 192 puede haber
marcado de manera oficial el peligroso inicio de un período preelectoral en el que congresistas
de varias bancadas competirán por presentar los proyectos más desatinados.
El martes pasado, por ejemplo, el presidente de la Comisión Agraria, Wuilian Monterola, indicó
que en octubre se retomará la discusión de los proyectos de ley que proponen limitar la
propiedad de tierras agrícolas para personas naturales y jurídicas (un tema que viene dando
vueltas en dicha comisión desde hace varios años). Con esto, las propuestas presentadas por
los congresistas José León, de Perú Posible, y Wilder Ruiz, de Dignidad y Democracia,
vuelven a colocarse en la agenda del Legislativo.
Como hemos señalado en editoriales anteriores, sin embargo, los problemas a los que estas
iniciativas buscan hacer frente no son sino algunos de los mitos y errores de concepción que
existen respecto al agro en nuestro país.
Esto nos lleva al segundo error de concepción: la subestimación de las economías de escala.
Los emprendimientos agrarios tienden a ser más eficientes conforme dispongan de escalas
más grandes. De hecho, uno de los principales problemas del sector rural es que los
minifundios no tienen el tamaño suficiente para invertir en tecnología y equipamiento
adecuado, situación que no se repite en operaciones de extensión mediana o grande. Y si
bien es cierto que no es necesario alcanzar más de 1.000 hectáreas para ser eficiente, la
arbitrariedad de los límites propuestos desconoce que, para diversas zonas del país, lo que se
quiere incentivar es la inversión en grandes operaciones. ¿O deberíamos prohibir, por
ejemplo, la conversión de desiertos en zonas fértiles –como ha sucedido en Ica–, que necesita
de grandes espacios para ser rentable?
Finalmente, el cuarto error en el que incurren los parlamentarios es asumir que los pequeños y
medianos agricultores estarán mejor si se les limitan las opciones para decidir qué hacer con
su tierra. Así, si un pequeño agricultor quisiera –por cualquier motivo– vender su propiedad a
una gran empresa, esta transacción podría estar prohibida en caso exceda el límite permitido.
Las propuestas para restringir la propiedad agrícola parecen entonces descansar sobre mitos
que alimentan el desafortunado rechazo a la libertad de empresa y la inversión para privilegiar
una visión equivocada, bucólica e idealizada de la agricultura y el sector rural en el Perú.
Visión que, por cierto, es la misma que ha condenado al campo nacional al atraso y la pobreza
durante décadas.
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Gladys Tejeda: se le realizará investigación disciplinaria
Como explicó su hermano, Tejeda sufre un problema de retención de líquidos que produce
malestares renales y le provoca hinchazón en las piernas cuando realiza viajes largos: un
problema que la tuvo internada en una clínica en octubre del año pasado. Por ello, su médico
le recetó un diurético que evitaría molestias durante la competencia.
La OMA, sin embargo, objeta el uso de esos productos al considerar que pueden esconder la
presencia de otras sustancias prohibidas o permitir una rápida reducción de peso en los
competidores. En consecuencia, cualquier persona que quiera participar en lides deportivas y
por razones de salud tenga que tomarlos debe obtener una autorización de uso terapéutico.
Nada de esto, por supuesto, exime de responsabilidad a la propia deportista, que debía estar
enterada de las implicancias de su situación y actuar en consecuencia. Pero la circunstancia
de que el suyo haya sido el segundo examen de dopaje que dio positivo en la delegación
peruana que viajó a Toronto (el primero fue el del nadador Mauricio Fiol) apunta a que no
existe una política institucional que permita detectar estos casos y actuar a tiempo.
Gladys Tejeda pagará su error perdiendo la medalla que obtuvo con tanto esfuerzo. En
nuestras instituciones deportivas, en cambio, parece que nadie sufrirá el costo de tanta
improvisación.
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(Foto: AP).
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Hungría usa gas pimienta contra los desesperados refugiados
El drama de las familias del Medio Oriente y de África que han llegado a Europa a buscar un
nuevo comienzo lejos de la violencia y del descalabro de sus países de origen tiene
proporciones inusitadas. Según las autoridades de Austria y Alemania, solo durante el fin de
semana pasado arribaron al menos 14.000refugiados, quienes se suman a los más de
350.000 que se han presentado en las puertas de la Unión Europa desde comienzos de año.
Por supuesto, esta no es la única situación de tensión migratoria en desarrollo. En las últimas
semanas miles de haitianos han huido deRepública Dominicana ante la amenaza del gobierno
de esa parte de la isla de deportar a los más de 180.000 naturales de Haití que ahí residen sin
documentos. Al mismo tiempo, la campaña electoral de Estados Unidos, atizada por las
controversiales declaraciones del precandidato republicano Donald Trump, ha puesto en
discusión duras políticas en contra de los inmigrantes latinoamericanos.
La mayor movilidad de personas entre países es, en general, una excelente idea económica.
Nuestro columnista Ian Vásquez, del Cato Institute, señalaba en estas páginas que eliminar
las barreras migratorias a escala mundial generaría un aumento de entre 50% y 150% del PBI
global; una muestra del formidable potencial de hacer más porosas las fronteras. No son
solamente los capitales financieros los que encuentran el destino más productivo cuando son
libres, sino también las personas.
La libertad que defendemos desde este Diario no puede ser entendida solo desde el libre
movimiento de capitales, sino también de personas. Más allá de las razones económicas que
puedan justificar –y que efectivamente justifican– la inclusión de diferentes culturas en una
sociedad, existen motivos humanitarios de fondo. Como dice Bryndís Björgvinsdóttir, escritora
islandesa y activista a favor de recibir tantos inmigrantes sirios como sea posible: “Los
refugiados son nuestros futuros esposos, mejores amigos, nuestra próxima alma gemela, el
baterista de la banda de nuestro hijo, nuestro próximo colega, Miss Islandia 2022, el carpintero
que finalmente arregló el baño, el chef en la cafetería, el bombero y el presentador de
televisión. Gente que nunca podrá decir: ‘Tu vida vale menos que la mía’. Abran las puertas”.
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Niña de 5 años fue encañonada durante asalto en San Borja
Más de un analista político ha resaltado lo paradójico que resulta que un presidente elegido en
parte gracias a la imagen de ser duro y efectivo contra el crimen y la delincuencia termine su
mandato contra las cuerdas en materia de seguridad. A estas alturas, el 90% de peruanos se
siente inseguro en las calles y el 59% no se siente a salvo ni siquiera en su hogar. La situación
ha llegado a tal nivel que, por distintos puntos del país, han empezado a proliferar iniciativas
para imponer ‘justicia’ a través de linchamientos y castigos populares.
Frente a esta situación, y con las elecciones generales a poco más de siete meses, muchos
políticos han percibido en este tema una gran oportunidad para posicionarse o fortalecerse en
las encuestas. Para varios, parece haber una suerte de carrera por aparecer como el más
duro contra la inseguridad bajo la idea de que aquel que logre izar esta bandera de forma más
convincente en abril próximo tendrá la mitad de la batalla ganada, lectura que no deja de tener
cierta verosimilitud dadas las significativas tasas de victimización reportadas.
En este camino, los políticos apuestan –previsiblemente– por aquellas soluciones que puedan
granjearles los mayores aplausos, con prescindencia de su viabilidad legal o su potencial
efectividad. Entre las alternativas con fuerte arraigo popular, y que han sido propuestas por
autoridades vigentes y por candidatos, destacan tres: la pena de muerte, la militarización de
las ciudades y el incremento de las penas para diversos crímenes.
Respecto de la pena capital, que goza de la aprobación de nada menos que el 79% de los
ciudadanos, según la Universidad ESAN, los congresistas Humberto Lay, Luisa María
Cuculiza, Lourdes Alcorta y Juan Carlos Eguren, además del ex presidente Alan García, han
opinado a favor. La propuesta, sin embargo, es poco realista legalmente porque requeriría, por
un lado, una enmienda constitucional a través del Congreso –los derechos fundamentales no
pueden someterse a referéndum– y, por otro lado, apartarse de tratados y compromisos
internacionales asumidos por el país –en particular, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, también conocida como Pacto de San José–.
Además, la evidencia que apunta a que la pena de muerte efectivamente disuade a las
personas de cometer crímenes es bastante endeble. La mayoría de estudios serios al
respecto indican que, si existe algún efecto de la pena capital sobre, por ejemplo, la tasa de
homicidios, este es reducido o nulo.
Finalmente, el aumento de las penas a los que delinquen tampoco parece ser la bala de plata
contra la inseguridad. El equilibrio y proporcionalidad entre el crimen cometido y el castigo
recibido es un componente clave del sistema penal y, en general, de todo procedimiento para
administrar justicia. La clave para reducir la inseguridad no está en aumentar las penas, sino
en que los delincuentes sientan que existe una mayor probabilidad de ser capturados si
cometen un crimen. La dureza de las sanciones no reduce la delincuencia; mayor efectividad
de la policía y del Poder Judicial, sí.
Y es justamente por esto último que resulta lamentable que sean estas propuestas –
populares, pero inviables e ineficaces– las que estén ganando vigencia en la clase política. Su
facilidad, notoriedad y efectismo deja relegada la discusión sobre las soluciones de fondo que
el país necesita para combatir la inseguridad. Mejor equipamiento de la policía; inversión en la
infraestructura de las comisarías; coordinación rápida y eficaz entre la PNP, el Ministerio
Público y el Poder Judicial; involucramiento de la ciudadanía en denuncias y labores de
vigilancia; fiscales especializados; son todas alternativas serias para enfrentar la inseguridad
ciudadana, pero que reciben menos atención que aquellas en las que se percibe un caudal de
votos atractivo. Mientras la única seguridad que importe sea la de conservar la curul o las
preferencias electorales, es poco lo que se puede esperar en los próximos meses.
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(Foto: Juan Ponce/ Archivo El Comercio)
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¿Alianza cerca? Alan García también elogia a Lourdes Flores
La lideresa del PPC, Lourdes Flores, sorprendió el último domingo con una entrevista en la
que estrenó una afinidad con el Apra y Alan García que contrasta con la tensa confrontación
que protagonizaron ambos las dos veces que compitieron por la presidencia (las elecciones
generales del 2001 y del 2006). “Yo dije con el Apra ni a misa… hoy hasta comulgaría”, fue
exactamente lo que declaró la política socialcristiana, recurriendo a las metáforas litúrgicas a
las que es afecta.
El pañuelo que lanzó fue, por cierto, rápidamente recogido por el ex presidente, quien contestó
escribiendo en su cuenta de Twitter que “Lourdes Flores expresa el socialcristianismo,
comprende el Estado y coincide en las metas del desarrollo social y económico [del PAP o de
él mismo, se entiende]”. Aprovechó, además, para recordar la circunstancia en que, allá por
1978, la izquierda le propuso al fundador del PPC, Luis Bedoya Reyes, presidir la Asamblea
Constituyente, pero él y todos los miembros de bancada votaron por Haya de la Torre. “Con
nobleza”, puntualizó García. Y las especulaciones sobre una inminente alianza electoral entre
los dos partidos no se hicieron esperar.
Por supuesto que la cordialidad y las buenas maneras entre dos tiendas políticas antes
antagónicas son bienvenidas en medio de un ambiente tan hostil como el que se respira
actualmente entre quienes pugnan por alcanzar el poder en las elecciones del próximo año,
pero no por eso deja de llamar la atención el radical cambio registrado en la opinión que cada
una de ellas guardaba hasta hace poco respecto de la otra.
Así, por ejemplo, es difícil olvidar la fórmula con la que Alan definió a Lourdes Flores durante
la campaña del 2006. ‘La candidata de los ricos’, la llamó. Y agregó con frecuencia a esa
caracterización frases como: “Su discurso promueve el libre mercado y la inversión, pero no se
pronuncia en torno a la situación de los trabajadores”.
Flores, por su parte, respondió a los ataques alegando cosas como que “para hablar de
política social hay que ser eficientes y no demagogos”, en recuerdo del desastre económico y
moral en que el primer gobierno de García sumió al país. Y lo menos que cabría pedirles
ahora es que expliquen cómo así las percepciones recíprocas han variado tanto.
Sin embargo, como decíamos hace poco a propósito de los reacomodos del congresista
Carlos Bruce con respecto a Pedro Pablo Kuczynski (a cuyo proyecto político se ha sumado
hace poco, a pesar de que solo cuatro años atrás lo había llamado “mentiroso”), no se puede
asumir que las campañas son temporadas durante las que el apego a la verdad de los
candidatos y sus promotores está de licencia. Y eso vale tanto para las diatribas como para
los elogios.
En ese sentido, está muy bien que Lourdes Flores quiera comulgar ahora con el Apra y con
Alan García, pero nos debe primero una confesión. Una en la que detalle qué es lo que ha
cambiado en su juicio sobre el ex presidente y por qué.
Y de la misma manera, el líder aprista nos debe una explicación sobre cómo así coincide
ahora en las metas del desarrollo social y económico con ‘la candidata de los ricos’. Porque ya
que empieza la campaña, no sería mala idea que esta vez, para variar, la verdad sea su
marca distintiva.
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Afirman que sector azucarero no resistirá sin franja de precios
Una de las mayores ventajas del libre mercado es que, al abrir las fronteras al comercio
internacional, tanto empresas como consumidores se benefician. Por el lado de las empresas
nacionales, estas pueden dirigir su producción hacia enormes mercados con demanda por
bienes en los que el país tiene ventaja comparativa. Por el lado de los consumidores, estos
obtienen productos importados a menor precio o de mejor calidad que si estuviesen
restringidos a comprar solo de la oferta doméstica.
El libre comercio, sin embargo, no siempre es tan libre. En el Perú ello se hace patente en el
caso de la franja de precios, una medida utilizada por el gobierno con el fin de “estabilizar el
valor de las importaciones” de arroz, azúcar, leche y maíz. En el contexto actual –en que el
precio de estos productos ha caído en el mercado internacional– la banda de precios favorece
únicamente a los productores locales, pues implica exigirles onerosos aranceles a los bienes
importados que compiten con ellos.
Para acatar la decisión tomada por la OMC, la ministra de Turismo y Comercio Exterior,
Magali Silva, ha indicado que la franja será modificada en un plazo de hasta 18 meses. Esto,
luego de una primera reducción ocurrida en el mes de mayo, en la cual se fijó un límite de
20% a la tasa arancelaria de productos relacionados al maíz, la leche y el azúcar.
Quienes pagan estos precios inflados son, finalmente, los consumidores. De acuerdo con un
informe preparado por la Dirección General de Competitividad Agraria del Ministerio de
Agricultura, en el año 2013, debido a los controles de precio, las familias pagaron 129% más
que el costo promedio de producción de azúcar.
No deja de resultar curioso que la propuesta, orientada según el señor Julca a proteger a “los
sectores vulnerables como los pequeños agricultores”, favorezca significativamente los
intereses de compañías de gran tamaño. Según un estudio del Instituto Peruano de Economía
(IPE), en el 2009 solo seis grandes empresas concentraban el 73% de la producción de
azúcar en el país y durante los últimos años su rentabilidad ha sido positiva a pesar de la
caída de precios en el ámbito internacional. En el caso de la agroindustrial Casa Grande, por
ejemplo, las utilidades del 2014 –de más de S/.8 millones– duplicaron las del 2013.
A pesar de las presiones, intereses y propuestas de algunos legisladores, hace bien el
Ejecutivo en mantener firme su posición sobre la reducción de la franja de precios y debería
continuar disminuyéndola, aunque a algunos azucareros aún les sepa a trago amargo.
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Alan García.
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Alan García defiende ‘narcoindultos’: “Todos fueron legales”
La campaña electoral ya empezó. Uno de los síntomas inequívocos de que tal cosa ha
sucedido es siempre el brusco advenimiento de una primavera de ofertas demagógicas,
dirigidas a bolsones específicos de votantes. Y en nuestro país ese momento claramente ha
llegado.
Esta semana, por ejemplo, Alan García, probable postulante a la presidencia por el Partido
Aprista, ha desempolvado su vieja iniciativa de crear un ministerio de la juventud y el deporte,
y la ha empezado a promover en las redes y en la prensa. Y seguramente el próximo paso
será hacerlo en la plaza pública.
¿Quién puede, en efecto, estar en contra de organizar programas que podrían estar dispersos
en la estructura del Estado o de darles un sitial de importancia a quienes de cualquier manera
tomarán las riendas del país unos años más tarde y pueden imprimirle energía a lo que la
gente madura realiza quizá de una manera cansina o rutinaria? Y si eso viene acompañado de
alguna forma de aliento al deporte, que según el lugar común ayuda a que las mentes sanas
estén alojadas en cuerpos sanos y trae alegrías y honores al país, mejor.
En su artículo García dice que el referido ministerio “ejecutará sus programas sin aumentar la
burocracia pues trabajará con los municipios y regiones”, pero eso se dice más fácilmente de
lo que se hace. Trabajar con municipios y regiones, por otra parte, es una tarea a la que ya
tendrían que estar abocados los sectores mencionados.
¿Cómo explicarse, entonces, la propuesta del líder aprista? Muy fácil, se calcula que un tercio
del electorado peruano está compuesto por jóvenes de 18 a 29 años. Y si en los comicios del
2016 votarán más de 21 millones de personas, eso quiere decir que el 10 de abril del próximo
año los jóvenes con una cédula de sufragio en la mano serán alrededor de 7 millones: un
tesoro electoral que difícilmente un candidato presidencial puede contemplar sin que se le
despierte la codicia.
Daría la impresión, en consecuencia, de que lo que sucede es que García quiere agradar a
ese bolsón de votantes con ofertas que pueden ser muy rentables en campaña, pero costosas
una vez que se llega al poder. Los jóvenes enfrentan ciertamente problemas en el país, pero
también los enfrentan los ancianos, los obesos, los que tienen el tipo de sangre RH negativo y
los niños hiperactivos. Y no se puede estar creando un ministerio para atender las dificultades
de cada uno de los segmentos en los que es posible dividir una población.
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Paro nacional en Ecuador dejó 67 heridos y 47 detenidos
Esta semana diversos movimientos populares del Ecuador salieron a protestar en contra del
régimen del presidente Rafael Correa, en una clara manifestación del descontento social que
se vive en nuestro vecino del norte. Se trata de las mayores protestas que le ha tocado
enfrentar desde que subió al poder en el 2007 y a las que se han sumado importantes líderes
políticos opositores, como el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, y el de Guayaquil, Jaime
Nebot.
A pesar de todo ello, Correa sigue siendo un presidente popular. Si bien su apoyo ha caído de
60% a 40% en los últimos meses, este continúa siendo muy superior al que otros mandatarios
de la región –el nuestro incluido– pudieran siquiera soñar. Y, al parecer, Correa pensó que
podía utilizar ese importante respaldo popular para realizar algunas reformas muy
cuestionables al modelo económico y político de su país, en una maniobra que no daría la
impresión de haberle salido como quería.
Una de las más polémicas reformas que viene impulsando el mandatario es la incorporación
de la reelección indefinida en la Constitución ecuatoriana, en la línea de lo que hicieron otros
presidentes ‘bolivarianos’ como Hugo Chávez en Venezuela o Evo Morales en Bolivia, en su
afán de perpetuarse en sus cargos. En combinación con procesos electorales controlados
desde el poder para dar ventaja del postulante oficial, esta medida, como se sabe, produce
regímenes nada democráticos.
A esa enmienda, sin embargo, se suman otras de similar gravedad. Por ejemplo, la que
propone reducir el poder de la contraloría para exigir cuentas sobre el cumplimiento de los
objetivos nacionales o la que autoriza a las Fuerzas Armadas a apoyar en la seguridad integral
del Estado (ya no solo en la del territorio, como es actualmente). Además, a través de un
cambio del artículo 384 del texto constitucional, se propone declarar los medios de
comunicación como un “servicio público”, lo que abriría la puerta a intervenciones del Estado –
es decir, del gobierno– en salvaguarda del ‘interés público’.
Por otro lado, el gobierno de Correa ha lanzado también un proyecto de ley para gravar las
herencias (llamado sugestivamente ‘ley para la redistribución de la riqueza’). En este se ha
planteado que los patrimonios heredados superiores a US$35.400 tributen de forma
progresiva. Es decir, a mayor legado, mayor el porcentaje del impuesto a pagar, lo que ha
desatado la reacción de empresarios, políticos y ciudadanos comunes y corrientes. En la
exposición de motivos del citado proyecto se lee que “la acumulación desmedida de capital,
fomentada por las grandes fortunas heredadas, produce desigualdades que quebrantan los
cimientos de justicia social sobre los que se construye toda sociedad democrática moderna”.
Una afirmación en la que cada consideración es objetable y que revela que la medida busca
despojar a las personas que heredan patrimonios medianos o grandes antes que conseguir
fondos para financiar las obligaciones del Estado.
Esta idea, tan presente en los regímenes que reivindican el socialismo del siglo XXI, de que la
propiedad es un derecho accesorio y la riqueza un veneno que corrompe a las sociedades, no
comprende que la solución al problema de estas últimas no es hacer que todos seamos
igualmente pobres, sino que seamos, más bien, siempre un poco más ricos. Lo demás
conduce a la envidia y a una confrontación como aquella en la que hoy vive envuelta la
sociedad ecuatoriana.
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(Foto: Jorge Coaguila)
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Ex jefa de Sunat Tania Quispe representará al Perú ante el BID
Por el lado de la eficacia, la Sunat llevó la presión tributaria –estimada como el porcentaje que
representan los tributos recaudados sobre el PBI nacional– de 15,4% en el 2010 a 16,6% en el
2014 a pesar de la desaceleración económica. Lo meritorio de los esfuerzos acometidos es
que se orientaron a ampliar la base tributaria, que pasó de 5,1 millones de contribuyentes en
el 2010 a 7,1 millones en el 2014.
Pese a estos avances, el señor Ramos tiene enormes retos por delante. Por ejemplo, la
amplia discrecionalidad de la que dispone la Sunat –a través de la llamada ley antielusión y
otros instrumentos– para interpretar normas, determinar faltas y sancionar promueve la
inestabilidad jurídica de los contribuyentes. Asimismo, la antigüedad de los sistemas
informáticos usados –algunos de la década de 1990–, la complejidad innecesaria de los
trámites y la demora consiguiente presentan la imagen de una institución renuente a
modernizarse y a hacer más fácil el pago de impuestos a los ciudadanos. Según el Banco
Mundial, por ejemplo, mientras que los contribuyentes de los países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) –club al que el Perú quiere pertenecer–
destinan 175 horas al año en promedio en pagar impuestos, los contribuyentes nacionales
destinan 293 horas al mismo fin.
Benjamín Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, decía que hay solo dos
cosas seguras en la vida: la muerte y los impuestos. Para la mayoría de peruanos, por el
momento, existe una sola certeza, y depende en parte de la Sunat que alcancemos la
segunda.
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La panza es lo de menos, por Raúl Castro
"Es bueno tener policías aptos, no hay que temer al ejercicio"
Hace algunos días, en su discurso por el Día de la Sanidad Policial, el ministro del Interior,
José Luis Pérez Guadalupe, anunció que se exigirá nuevamente el examen físico para los
suboficiales que busquen ascender en la carrera policial: una disposición razonable, que no
merecería mayor comentario de nuestra parte, si no fuera porque parece una broma en un
contexto en el que la ciudadanía espera, desde hace tiempo, medidas concretas para acabar
con la inseguridad ciudadana que campea en el territorio nacional.
Máxime si el anuncio viene acompañado por consideraciones como “en nuestras comisarías
ya no habrá más policías gorditos que no puedan perseguir a los delincuentes, porque la
ciudadanía exige policías ágiles y en buen estado”. Y luego el presidente Humala refrenda
todo sentenciando que “la policía está directamente involucrada en el tema del mantenimiento
del orden público y la seguridad ciudadana” y “es bueno tener a estos policías físicamente
aptos”.
Después de cuatro años de gestión morosa en este rubro y tras un mensaje por Fiestas
Patrias en el que el tema fue abordado marginalmente, ¿es esto todo lo que el gobierno tiene
para ofrecer para combatir el problema que, de acuerdo con la última encuesta de Ipsos, el
64% de los peruanos considera el principal del país?
El presidente y el ministro del Interior parecen haber olvidado, por ejemplo, que, según el
Censo Nacional de Comisarías 2014, de los 1.854 distritos del país, 820 no cuentan con una
comisaría (aproximadamente el 44%), y que el 38% de estas no tiene servicio de agua
potable, desagüe y energía eléctrica en forma permanente, o que el 60% no cuenta con
Internet y el 10%, ni siquiera con teléfono propio. Y esto para hablar solamente de los
problemas de equipamiento, porque tanto o más serios que estos son los de corrupción al
interior de la institución policial o el de la ausencia de una estrategia para lidiar con el avance
de la criminalidad.
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Minedu lanzará programa de crédito para estudios superiores
Y merecen ser destacados pues, desde hace ya algunos años, la educación pública en el país
se encuentra en emergencia. Los resultados de la prueba PISA en matemáticas, ciencias y
comprensión lectora, por ejemplo, nos colocan en el último lugar entre los 65 países
evaluados. Adicionalmente, según el Índice de Competitividad Global, el Perú se encuentra en
el puesto 136 de 144 en lo que respecta a calidad educativa.
Así, en poco menos de dos años, el ministro ha abierto camino en un sector que hacía
suponer a muchos que semejante tarea era poco menos que imposible. Y se han alcanzado
logros que han permitido enmendar parte del daño producido por la inactividad de los años y
las gestiones previas.
Cabe resaltar, en primer lugar, que el presupuesto en educación alcanza hoy el 3,6% del PBI,
habiéndose incrementado en 70% desde el 2012. La cifra, si bien lejana aún de la media de
6,3% que muestran los países miembros de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) –a la cual el Perú aspira pertenecer–, hace evidente que
existe un compromiso por el desarrollo de la educación pública.
Como el propio ministro afirmó durante el Foro Mundial de la Educación en mayo pasado, la
meta es elevar este porcentaje hasta un monto mínimo equivalente al 6% del PBI. Esto como
parte de una meta conjunta de todos los países de América Latina. Por ello, Saavedra ha
comprometido al gobierno a continuar aumentando el presupuesto del sector en 0,25% del PBI
cada año. Algo que, durante más de 12 años, el Acuerdo Nacional no logró concretar.
Además, sus esfuerzos han estado dirigidos a promover una revalorización de la carrera
magisterial, al retomar sin complejos la reforma meritocrática iniciada por el gobierno anterior
(que la actual administración había dejado de lado) y buscando con ello mejorar de manera
gradual la condición económica de los maestros y el respeto por la profesión. El resultado,
hasta el momento es que 55 mil profesores han obtenido un aumento salarial promedio de
30%. Hay que decir, no obstante, que a pesar de esto, la valoración social de la carrera aún se
encuentra muy por debajo de países como Chile o Costa Rica.
Por otro lado, son encomiables también sus esfuerzos por reducir la brecha en infraestructura.
Para este fin, en el 2014 fue ejecutado más del 99% del presupuesto del Minedu. En
comparación, durante el 2012, antes de su llegada, la misma cartera logró ejecutar solo el
43,4% del presupuesto que le fue asignado.
Asimismo, de las más de 50.000 escuelas públicas en el país, el 30% no tiene electricidad,
40% carece de agua y el 75% no cuenta con acceso a Internet, por lo que el haber recurrido al
sector privado a través de asociaciones público-privadas (APP) resulta una alternativa
plausible. Con esto, el ministerio podrá desarrollar con ayuda del empresariado, entre este y el
próximo año, 70 obras de construcción, mantenimiento y equipamiento en 173 escuelas
públicas, con una inversión aproximada de S/.1.050 millones. Igualmente, a través del
mecanismo obras por impuestos, el ministerio ha presentando 264 proyectos que buscan
atraer una inversión de S/.1.335 millones.
Así las cosas, no es de extrañar que los últimos meses hayan estado acompañados por cierto
optimismo en lo que concierne a la educación en el país. Según una encuesta de Ipsos, hoy
en día el 58% de la población considera que se está progresando en este aspecto.
El camino para salir del agujero es bastante largo; y el tiempo perdido por la ineficiencia de
gestiones pasadas hace de esto un trabajo arduo. Pero el hecho es que la gestión del ministro
Saavedra ha avanzado en recorrerlo lo que ninguna otra y es un mérito innegable de este
gobierno haberle nombrado y haberle dado el apoyo necesario para traer esperanza a uno de
los sectores a la vez más claves y más crónicamente fallidos del Estado Peruano.
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César Acuña calificó con "veinte" su gestión en La Libertad
Como se sabe, finalmente APP integró el famoso ‘sancochado’ que llevó como candidato a
Kuczynski en ese proceso electoral, pero la anécdota tiñó la imagen política de Acuña.
Algo parecido sucedió en la última campaña municipal, cuando, durante un mitin en Pataz, se
le ocurrió decir que si el alcalde que resultaba elegido en esa localidad no era de su partido,
no haría convenios con él y no recibiría recursos de su parte. Una afirmación que daba por
descontado que el futuro gobernador regional de La Libertad sería él.
Lo cierto es que Acuña obtuvo, efectivamente, el respaldo mayoritario de los liberteños en las
urnas y en enero de este año se estrenó en su nuevo cargo. Pero, aparentemente, no quedó
contento con eso, pues esta semana ha anunciado que tiene planes más ambiciosos y que,
por lo tanto, piensa renunciar en octubre al puesto que le confiaron a fin de postular a la
Presidencia de la República. Y en lo que ya parece un supremo ejercicio de ironía involuntaria,
añadió: “Si no renuncio, soy irresponsable”.
Como es claro, no obstante, lo irresponsable es más bien haberle pedido el voto a una
importante comunidad de ciudadanos para luego dejarlos con una gestión que ni siquiera ha
sido cumplida en un 25%. ¿No supone acaso un compromiso con los electores postularse a
desempeñar cierto cargo de representación política por un tiempo determinado? Y si los
votantes acceden a esa solicitud y le dan al aspirante el triunfo, ¿es legítimo que, por la
aparición de apetencias de un poder más encumbrado, este abandone sin miramientos el
puesto ya logrado y se lance en pos de su nueva aspiración?
De continuar con su proyecto, Acuña no sería ciertamente el primer político que se aventura a
hacer un canje de esta naturaleza. Como se recuerda, en el 2010, Luis Castañeda Lossio dejó
sin culminar su segundo período al frente del municipio de Lima para tentar también la
Presidencia de la República. Y en su momento, Yehude Simon y César Villanueva renunciaron
a las presidencias regionales de Lambayeque y San Martín, respectivamente, para convertirse
en presidentes del Consejo de Ministros (el primero, durante el segundo gobierno de Alan
García; y el segundo, en este gobierno). Y, con prescindencia de lo mal que le fue a cada uno
de ellos en esas experiencias, sería interesante saber cómo se sintieron los votantes con la
deserción de sus líderes electos.
Lo grave en este caso, además, es que, por lo dicho en otras oportunidades por él mismo,
queda la sensación de que este fue el plan de Acuña desde el principio. Es decir, que la
victoria en las elecciones regionales fue vista siempre como un trampolín; como una forma de
ganar notoriedad o, como se decía en ciertos contextos políticos de antaño, ‘acumular fuerzas’
para dar a continuación el salto sobre la posición de poder que realmente se deseaba.
Y si eso era así, ¿no habría sido más justo y limpio advertir a los liberteños que su voto, si
llegaban a emitirlo a favor de su candidatura, solo tenía ese sentido? Porque de otra forma, es
como si se lo hubiesen pedido para determinado fin y luego, con él ya en la mano, el triunfador
hubiese torcido su propósito o se lo hubiese llevado a otra parte.
La carrera política de César Acuña, nos tememos, podría terminar pronto tan rápidamente
como empezó.
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(Foto: Andina).
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Indecopi busca reforzar lucha contra concertación de precios
Para que la economía de mercado funcione como debe, son necesarias ciertas condiciones.
Una de las más importantes es que las empresas que en ella operan tengan los incentivos
para competir entre sí por captar más clientes mediante la constante producción de bienes y
servicios de cada vez mejor calidad a precios cada vez más asequibles. Cuando esto no
sucede, y las empresas acuerdan dejar de competir entre ellas para dividirse cómodamente el
mercado en perjuicio de los consumidores, estamos ante la ilegal práctica de la concertación o
cártel.
Del 2006 al 2014, el Indecopi –entidad nacional responsable de investigar y corregir estos
acuerdos– ha sancionado 17 casos de concertación. Para reforzar sus capacidades, la
institución publicó la semana pasada un anteproyecto de ley que modifica la norma de libre
competencia. Entre las iniciativas concretas se cuentan algunas que pueden resultar efectivas
para encontrar y sancionar cárteles sin necesariamente vulnerar los derechos de las
compañías investigadas, y otras que, si bien podrían ser útiles para las pesquisas, lo son a
costa de trasgredir garantías constitucionales a la privacidad y el debido proceso.
Entre las primeras iniciativas se cuenta aquella que “propone que se reduzca al 100% la multa
que correspondería a una empresa que ha participado en una concertación, a cambio de que
esa compañía presente información relevante” que permita sancionar al cártel en cuestión. Es
decir, se incentiva a que las empresas denuncien la práctica ilegal a cambio de la potencial
anulación de las sanciones que le corresponderían por participar de la concertación. Una
suerte de colaborador eficaz para casos de conducta anticompetitiva.
Si bien las concertaciones son por naturaleza difíciles de sostener en el tiempo –cada
empresa participante, individualmente, tiene incentivos para obtener una mejor porción de
mercado si pudiese vender a un menor precio–, esta propuesta busca que romper el ilegal
acuerdo sea aun más atractivo para los involucrados.
Pero no todas las iniciativas son de este tipo. El Indecopi propone también que, en su
capacidad de investigador de actos ilícitos empresariales, le sea posible requerir copias de
comunicaciones (lo que incluye correos electrónicos enviados o recibidos por trabajadores)
relacionadas con las actividades comerciales de las empresas sin necesidad de pedir permiso
judicial. Con la normativa actual, esta institución requiere de un permiso otorgado por un juez
para acceder a los registros de comunicaciones de las empresas.
No es simple capricho legal que el acceso a las comunicaciones requiera de una orden
judicial. El derecho al secreto y la inviolabilidad de las comunicaciones y documentos privados
–consagrado en el artículo 2 de la Constitución– garantiza el balance de poderes en el Estado
y protege a la sociedad de intromisiones públicas injustificadas. No deja de llamar la atención,
en este sentido, que el Indecopi parezca capaz de identificar a empresas involucradas en un
cártel con un grado de certeza suficiente como para levantar su derecho a las
comunicaciones, y que esto lo logre sin las pruebas que justamente requiere para probarlo.
¿Trataría alguna entidad pública la presunción de inocencia con igual desdén si el investigado
fuese una persona natural? ¿O esta presunción no aplica a las empresas, extensión
productiva natural de las personas?
No es la primera vez que durante la presente administración se intenta sortear los controles y
balances constitucionales. Este año, la Contraloría General de la República solicitó también
facultades para intervenir entidades públicas y acceder al secreto bancario y de las
comunicaciones sin autorización judicial a través de una reforma constitucional.
Como hemos mencionado en anteriores editoriales, aprobar estos atajos al debido proceso es
equivalente a claudicar ante el problema de fondo: la inoperancia y lentitud del Ministerio
Público y del Poder Judicial. Si estas instituciones se convierten a veces en un escollo para
identificar y sancionar cárteles, la solución no debe ser sacrificar los mecanismos de balance y
control, sino mejorar sus competencias y eficacia.
En la medida en que las instituciones públicas decidan intentar cubrir por su propia cuenta los
vacíos que deja un poder del Estado y vulneren derechos básicos en el camino, es en realidad
poco lo que se puede ganar en beneficio de la sociedad, se hallen cárteles en el proceso o no.
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Karina Beteta (Foto: Congreso).
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Karina Beteta: “Hay más corrupción hoy, pero no hay videos”
En la práctica, sin embargo, las cosas no se presentan de un modo tan amable. Para
empezar, la señora Beteta está volviendo en realidad al Parlamento, pues en el 2006 lo hizo
en la lista del partido Unión por el Perú (UPP), que en esos comicios sirvió de albergue al
nacionalismo. Cinco años después, curiosamente, estuvo dispuesta a postular por una
organización ubicada en las antípodas políticas de aquel –la fujimorista Fuerza Popular–, lo
que no constituye una manifestación exacta de transfuguismo, pero se le parece bastante.
Una vez en el Legislativo, además, ella acumuló méritos cuestionables. Los memoriosos han
evocado, por ejemplo, que, en su condición de presidenta de la Comisión de la Mujer y
Desarrollo Social, concedió un galardón a Magaly Medina por su “labor emprendedora y
representativa de la mujer peruana”. Y lo hizo sin contar con la aprobación del grupo de
trabajo parlamentario que presidía y a solo semanas de que la periodista hubiera dejado la
cárcel tras cumplir una condena por difamación.
A todo esto hay que sumar las investigaciones por lavado de activos que la fiscalía inició en
relación con ella en el 2009, debido a una presunta vinculación con el narcotráfico. Si bien la
pesquisa fue archivada por el fiscal Luis Arellano Martínez –hoy investigado por sus vínculos
con la red Orellana– y luego por la Cuarta Fiscalía Penal, tras la apelación de la Procuraduría
Antidrogas, el caso se encuentra ahora en la Fiscalía Especializada de Lavado de Activos a la
espera de una nueva investigación.
Bien vista la situación, entonces, no se puede decir que el nivel general de la representación
nacional haya mejorado sensiblemente con el cambio. La curul no ha sido reparada, sino
apenas remendada. Y la pregunta que surge de inmediato es si esto es consecuencia de
algún defecto del sistema electoral o pura desidia del partido concernido, que integró
candidatos a sus listas sin preocuparse demasiado por su performance anterior o la reputación
que los precedía.
Un persistente rumor sostiene en estos días que, en el 2016, uno de los recursos del
fujimorismo para cambiar las imágenes negativas que arrastra del pasado será el nivel de
exigencia con el que integrarán sus listas parlamentarias. Y la idea parece buena. Pero a la
luz de lo que hemos visto en este caso, resulta claro que tienen un arduo trabajo por delante.
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Presidente Ollanta Humala, cuya agenda se extiende en España hasta mañana (Foto: Presidencia).
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Los principales investigados por la Comisión Belaunde Lossio
Curiosamente, sin embargo, fue esa la frase que, durante una entrevista con la agencia Efe, el
presidente Humala eligió la semana pasada para aludir a quienes desde el Congreso y la
prensa insisten en investigar a la señora Nadine Heredia por sus vínculos con Martín
Belaunde Lossio. “Como dice una novela, ‘Don Quijote de la Mancha’, cuando ladran es señal
que estamos avanzando [sic]”, fue la versión exacta que el mandatario ensayó de la trajinada
fórmula.
Pese a todo, la fallida identificación con ‘El Caballero de la Triste Figura’ que intentó el jefe del
Estado se puede entender. Después de todo, al igual que don Quijote durante sus andanzas,
de un tiempo a esta parte él va leyendo la realidad que se ofrece a sus ojos en una clave
personalísima y, además, siente que lo persiguen.
En la frase que comentamos, por ejemplo, no solo vuelve a asociar a los que promueven la
investigación de los movimientos financieros de la primera dama con perros (“jauría” los llamó
hace unos meses y ahora ha dicho que “ladran”), sino que adicionalmente habla de “avance”
en un contexto en el que su aprobación y la de su señora –según la última encuesta de GfK–
han caído a niveles de 10% y 11%, respectivamente. Es decir, una perfecta combinación de
delirante denuncia de acoso e interpretación caprichosa de la realidad.
Su gran objeción a las mencionadas investigaciones, por otra parte, fue que “no hay nada que
demuestre algún tipo de vinculación” entre la señora Heredia y Belaunde Lossio. Pero olvidó
que, para ser iniciada, una investigación no requiere de pruebas, sino de indicios. Si todo
estuviera demostrado, la investigación sería innecesaria.
Es decir, en apenas tres días, se inmiscuyó en las labores de fiscalización del poder del
Estado llamado a controlarlo y comparó a algunos de sus miembros con la peor caterva de
asesinos que ha dejado huella en nuestra historia, al tiempo de insinuar que la prensa libre
está dominada por salvajes cuyas actividades podrían ser constreñidas en cualquier momento
desde el gobierno.
¿Pudo acaso haber pronunciado un cúmulo de frases más desafortunadas y que lo
malquistasen tanto con dos componentes esenciales del sistema democrático? Difícil. Y lo
peor de todo es que lo ha hecho a solo semanas de la llegada de Fiestas Patrias y el inicio de
su último año de gobierno. Es decir, cuando más cerca debería tenerlos. Una triste figura, sin
duda, y sin siquiera el atenuante de comportar una evocación adecuada del Quijote.
-Cuentan que Augusto B. Leguía respondió “durar” a un ministro que le preguntó cuál
era su plan de gobierno tras su segunda reelección (1929). En algo así ha terminado
esta administración humalista, tal como igualito le pasó a Toledo (y antes a Belaunde
y García). Cinco años son demasiado desgastantes y de ahora en adelante el periodo
presidencial no debe pasar de cuatro años, sin reelección.
-Hoy el Congreso debe prorrogar la Ley del Libro y sus facilidades tributarias. No
resulta onerosa y ha traído efectos beneficiosos evidentes al mundo editorial, además
de permitirle sobrevivir a la piratería.
-Acertijo para mis lectores más “moscas” y enterados: de todo nuestro himno nacional
completo… ¿por qué la parte favorita de la pareja presidencial es “por doquier San
Martín inflamado, / ¡libertad, libertad!, pronunció”?
Dos recientes encuestas me han dejado enfermo, peor aún que algunas entrevistas
que uno ve por la TV. Lo primero es enterarme por el último Latinobarómetro que el
41% de peruanos no está satisfecho con su vida, ergo es infeliz (blue), frente a un
promedio latinoamericano de 23%. Si bien el Perú también aparece allí como uno de
los menos satisfechos con la democracia (24%) y la economía (20%), hay otros
países con índices menores en eso o mucho más jodidos (Venezuela u Honduras, por
ejemplo, que registran 77% y 70% de satisfacción con la vida). ¿Por qué el peruano
es tan quejoso, apático, pesimista y melancólico? Los cínicos dirán que es por la falta
de más plata en los bolsillos, la tristona idiosincrasia andina, el pésimo futbol, el cielo
gris, los rarísimos triunfos nacionales (que vienen con su doping más), la baja
autoestima nacional, nuestra proverbial envidia, el crimen, los políticos, el tan poco
sexo practicado en comparación con otros países latinoamericanos… Renuncio a una
explicación, pero temo que esa tan alta infelicidad peruana con la vida se manifestará
feo en las próximas elecciones.
Si la solución contra el crimen es volver una gigantesca Ilave a Lima y esa salvajada
la apoya más de la mitad de la supuesta élite nacional, no queda más que aconsejar a
los jóvenes que se vayan a Australia, una tierra feliz, pacífica y de oportunidades,
donde no van a estar rodeados de infelices y de cafres (wild).
-Va a traer mucha cola esta derrota, por goleada (14-2), de Chile ante Bolivia en La
Haya. Les confieso que siempre pensé que La Haya no iba a aceptar dilucidar sobre
el reclamo boliviano a una negociación porque asumía que el tratado de 1904, por el
cual Bolivia renunciaba para siempre a su salida al mar, taponaba definitivamente
toda pretensión de La Paz. Sin embargo, ya el solo hecho de que La Haya acepte
examinar este pedido boliviano inclina a pensar que estos algo van a sacar.
El gran triunfador aquí es Evo Morales, cuya próxima reelección parece garantizada
con la euforia nacionalista desatada, aunque el proceso tomará años. Y el gran
perdedor es Chile, particularmente la “salada” presidenta Bachelet, cuya aprobación
ya está en mínimos locales, así como la diplomacia chilena y su canciller Heraldo
Muñoz, cuya renuncia es justamente exigida tras esta segunda derrota en La Haya,
que duele allá, más aún después de la anterior victoria peruana. Particularmente, me
inquieta el fallo, porque como que da el mensaje que los tratados ya son
eventualmente renegociables, lo que abre una caja de Pandora que puede repercutir
eventualmente en nuestra paz fronteriza.
Espero que todo esto sea falso. Y pensar que Espinoza pudo ser magistrado gracias a
que Mulder le dio el voto final que le faltaba…
-Los japoneses siempre tan sabios: me cuentan que allá le imponen automáticamente
la pena de muerte al que mate con dolo a más de una persona. Corresponde cadena
perpetua si solo ha habido una víctima. Suena muy justo.
-El real brasileño rompió este martes la barrera de 4 unidades por dólar, y así su
devaluación supera el 30% en lo que va del año. Como en Venezuela, Ecuador y
Argentina, el populismo y la corrupción izquierdistas están pasando la factura (en
Bolivia aún no, porque su economía es enana y vive sobrada del dinero negro de la
cocaína). Es que los zurdos roban también y “el chancho flaco come más que el
chancho gordo”.
-Gareca debería convocar como defensas de la selección a César San Martín, Eloy
Espinoza, Pablo Talavera y Joel Segura…
-¿Saldrá la “garante” Mónica Sánchez, esa Juana de Arco criolla, a lavar la bandera
con tanto escandalete inmoral de este régimen que ayudó a elegir?
-No me sorprende que ahora al chilcano le quieran llamar “chilecano”… ¿Sabían que
“la chalaca” la inventó en El Callao un ágil moreno? La copiaron allá y le pusieron “la
chilena” y así se le llama ahora en español por todos lados. No tienen remedio…
-Con Odebrecht con su dueño preso en Brasil por corrupción, como que hasta suena
poco creíble que esta firma NO le haya dado US$ 400 mil a Humala para su
campaña…
-Una demostración de lo poco moscas para levantar expectativas que son Ollanta,
Cateriano y Segura es que se realiza una operación impresionante de US$700 mllns.
por Inca Kola y ni aprovechan para jamonearse que así se demuestra que nuestro
país es aún atractivo para los inversionistas foráneos. ¡Tienen que ser más
“waripoleras”! Silva Ruete era un artista para eso.
-¿Ángel Páez, es verdad ese malévolo rumor de que La República le pagaba mil
dólares por columna a Nadine? ¡Cuente pues, tovarisch!
-Seamos serios… ¿Qué pergaminos nos muestra Sergio Tejada en su web para
pretender ser presidente? Guitarrista punk, campeón de skate, bachiller en
Sociología… Como congresista no ha hecho mucho más que ser un acusete contra
Alan García y mostrar un fuerte interés por el chamanismo. Tampoco encuentro un
solo trabajo estable en su C.V., aunque creo que laboró algo en una ONG. Y leo que
es un padre indiferente con una niña no firmada (lo que demuestra cómo debe de
querer al resto de sus prójimos). ¿Y qué experiencia laboral encuentro en la web de
Verónika Mendoza? Nada más que profesora de castellano en París, Puno y Cusco…
¿Estas dos supuestas nuevas estrellas de la izquierda quieren gobernarnos con esos
‘backgrounds’ tan pobres? ¡Yehude Simon tiene un CV espectacular al lado de estos
dos!
¿Han tenido el gusto ustedes de escuchar hablar del empresario puneño Wilfredo
Choque Arapa? Yo tampoco hasta ayer, en que me enteré por La República (y, a
propósito de LR, ¿Ángel Páez, qué tanto le pagaron allí a Nadine que no quieres
contarlo?) de que este caballero lleva exportados nada menos que US$360 millones
en oro este año y que en 2014 y 2013 exportó sendos US$256 millones y US$110
millones (con ciertas sospechas de LR de que mucho de ese metal provendría de la
minería ilegal)? Antes la broma para definir a estos magnates desapercibidos era
llamarles “el rey de la papa”. Ahora es “el rey del oro”. ¡La SNMPE debería presentarlo
en sociedad, con esmoquin y todo!
-A ver: mi amiga Milagros no le cuenta, como debió, a su jefa que le ha dado plata
(suya) al pintoresco Curaca Blanco para obtener documentos atómicos de Martín
Belaunde, que además ni consiguió. Difícil que una jefa te perdone que no le hayas
tenido por meses al corriente de ese pago y que, encima, no tengas los papeles por
confiada. Ahora Nakazaki anuncia que sí poseen esa nuclear información. Si esto de
Nakazaki no es un bluff de póker, entonces… ¿por qué Milagros no le manifestó eso a
su jefa y se evitaba así el despido? ¡“Mí no entender nada”!
-Con una aprobación bajísima (20% y bajando) para Chile y entre rumores de
depresión y alcoholismo, ya el diputado chileno Kast ha especulado que Bachelet no
finaliza su mandato. Y Rousseff con este 8% de aprobación, riesgo de destitución y la
reciente calificación de “bonos basura” en Brasil… ¡Estas socialistas van a acabar
como la Villarán!
-Marisol Espinoza está allí de vicepresidenta porque tiene tanto mérito como Ollanta
para haber sido presidente. Ninguno. Así que no sea felona.
- Hace mal el BCR en subir su tasa en soles en pleno frenazo: la inflación está aún
baja y generada básicamente por la devaluación. Tampoco por allí detendrán la
devaluación, que es por culpa de la caída de los precios de los metales y de la
izquierda (Santos, Arana, etc.), que no dejó desarrollar más minas en el momento de
gloria para, por lo menos, ahora tener más producción y compensar precios.
Que el BCR no vuelva a meter la pata: acuérdense de cómo nos sumergieron con
Germán Suárez en una recesión horrorosa de 1998 hasta el 2003 por no soltar
masivamente dólares a tiempo cuando recién comenzaba la “tormenta perfecta” (crisis
rusa, crisis asiática y El Niño). Hoy enfrentamos otra “tormenta perfecta” (frenazo de
China, otro El Niño, Nadine). ¡Segura es de campeonato!
Panorama analizó este domingo pasado unas anotaciones de una supuesta libreta de
Nadine, en donde se registra que un tal “Ojitos” habría tenido contactos con un tal San
Martín para tratar el caso “Madre Mía” que afectaba a Ollanta.
Panorama conjetura que el primero sería el juez César San Martín y que “Ojitos” sería
el ojiverde Eloy Espinoza, actual miembro del TC promovido por el humalismo (y
electo por el voto decisorio de Mulder) y ex jefe de asesores de la presidencia del PJ
(donde sirvió a su ex titular San Martín).
Sabemos que el caso “Madre Mía” se resolvió el lunes 21/12/09 a favor de Ollanta, lo
que corresponde correlativamente a las anotaciones. Según lo que figura en la libreta
“Torre” (página 65), la vista de la causa habría sido el anterior miércoles (16/12) y el
tal “Ojitos” habría llamado por teléfono desde el Congreso a ese “San Martín” al día
siguiente (jueves 17/12) y “fueron a Corte Sup (¿Suprema?)”. Después se anota:
“Ojito habló con San Martín no te preocupes, va a salir + (nota: positivo)”.
De ser cierta esta especulación que refiero de Panorama, sería muy grave: nada
menos que un aún vocal supremo y un actual magistrado constitucional implicados en
una maniobra contra la justicia y los DD.HH.
Lo que me sorprende tras este informe es el silencio del usualmente locuaz Ronald
Gamarra, quien precisamente llevó este caso a laCIDH. Tampoco le he escuchado
nada a Ernie de la Jara o Glatzer Tuesta (ONG IDL), a la ONG Aprodeh, a Rocío Silva
Santisteban, a los diarios La República y La Primera o a los tuiteritos rojimios, etc…
No quiero creer que sus actitudes serían distintas si un sospechoso en una cuasi-
presidencial libreta aprista o fujimorista respecto a un caso de DD.HH. fuese el juez
Villa Stein.
Aldo Mariátegui: El Fenómeno de la Niña
(Nadine)
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- Tal como me comentó un amigo, antes del climático fenómeno de El Niño, estamos
ya en el “Fenómeno de la Niña Nadine”, que también complica la economía.
- La jueza María Cornejo emitió un voto decisivo contra el hábeas corpus de Toledo.
Ahora el juez Abel Concha ya tiene que examinar de una vez el caso Mansión
Ecoteva.
- ¿Quiénes serán los 4 afortunados colegas que, según Caretas, la asediada Nadine
citó a Palacio este lunes para exponerles su defensa?
- Otro amigo me dice “Parece que Capeco no aprendió la lección con Lelio Balarezo.
Condenan allá a varias empresas constructoras brasileñas por una corrupción
rochosa, que abarcaría al Perú, y aquí siguen campantes en Capeco”. ¡Habla,
vecinito!
- Mohme y Castro volvieron ayer a abrir su portada en LR con el Lote 192… ¿Por qué
el socialista Mohme no le regala su parte del Canal 4 al Canal 7?
- Esa salida de la presidencia de Guatemala del militar electo Otto Molina por
corrupción debe haber inquietado a muchos… Cuando las barbas…
- Una persona que no paga arbitrios y está en capacidad de hacerlo no debe reclamar
por la seguridad. Que se cobren con la luz, como antes.
- Emerson Fasabi, ese muchacho que su familia dice que trabajaba en la casa de la
pareja presidencial, apareció muerto con los pulmones y el páncreas reventados. Le
pregunto a un prestigioso médico sobre qué pudo originar esas hemorragias
simultáneas en dos órganos distintos y me responde: “Definitivamente, un agente
externo. Sea por trauma por golpes, sea por un envenenamiento inducido
Hasta Chile está experimentando una inusitada ola de crimen, pese a tener la mejor
Policía de Latinoamérica. Tampoco es una guerra perdida: Colombia y EE.UU. han
logrado bajar sustantivamente la criminalidad que los azotaba. Yo aún recuerdo el
Nueva York de los 80, cuando caminar por Central Park o tomar el subway después
de las 7 p.m. era muy peligroso y Times Square era un supermercado abierto de
drogas y golfas a toda hora. Toda Latinoamérica pronto volverá a la pena de muerte.
Acuérdense…
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda
- Me confirman que Verónika Mendoza tiene pasaporte francés por su madre, así que
la izquierda ya no podrá seguir incordiando a PPK con su pasaporte yanqui. Otro dato
curioso: el rojo/oficialista Diario Uno funcionó hasta hace no mucho en un edificio de la
miraflorina avenida Pardo, donde también tiene sus oficinas nada menos que Siomi
Lerner. ¿Casualidad?
- El Diario Uno, que muchos testigos afirman que es de propiedad de Nadine y no del
padre de Belaunde Lossio, ha dedicado 17 portadas en agosto a atacar a Alan García
(así como ayer el primero de setiembre y probablemente hoy). ¡Más de la mitad de las
ediciones del mes abriendo con la foto de García! ¿Les parece normal eso? Me dirán
‘Alan no es la madre Teresa’, pero no es evidentemente noticia diaria ni se merece
una campaña sistemática de este extraño diario-zombie, que vende menos de 8 mil
ejemplares y no tiene publicidad. ¿Su director, César Lévano, va a seguir teniendo el
cuajo de sermonear a los demás, de enseñar esta carrera y de hacerse el as de la
profesión cuando está remedando a la demoledora prensa chicha de los 90 y a los
mastines de Velasco de los 70? ¿Y el Consejo de la Prensa en qué anda? ¿Por qué
no se pronuncia si Diario Uno es asociado suyo? Me imagino que en el próximo
gobierno se investigará esta nueva versión de prensa rara (Diario Uno y el extinto D-
16), dedicada a demoler opositores.
- Suscribo desde aquí la primera parte del comunicado de apoyo a Cipriani en cuanto
se quiere “silenciar su valiente voz” (no la segunda parte porque no soy religioso y hay
muchos temas –matrimonio gay, eutanasia, control de la natalidad, sacerdocio
femenino, divorcio, etc– con los que discrepo con la Iglesia). Uno puede o no estar de
acuerdo con la inflexible ortodoxia de Cipriani, pero es un tipazo: es virilmente frontal,
tiene carácter, rezuma liderazgo, posee un gran olfato político, es cultivado, no le
corre a la polémica, no sucumbe ante la censura de los “políticamente correcto”,
nunca ha caído en esa demagogia católica de exaltar la pobreza y no se ha amilanado
jamás un centímetro ante los intentos de dictadura académica y mediática del rojerío y
la caviarada (por eso lo aborrecen, como lo demostró el “vómito negro” en su contra
de Portocarrero este lunes, en El Comercio). Cipriani, guste o no, es todo un potente
príncipe de la Iglesia, no como esos curitas tan medianos y caviarones que fueron sus
antecesores Landázuri y Vargas Alzamora. Y en términos de Realpolitik, ha sido un
necesario equilibrio frente a tanto clérigo rojo y demagogo local. Last but not least: me
fue delicioso que le haya ganado el obispado limeño al velasquista de Bambarén. Erró
sí con las comillas, pero es de muy mala leche considerar esa metida de pata como
un plagio por provecho propio o malicia, más aún si tal es el mensaje clerical
acordado desde el papado. Gran torpeza de sacar así de las páginas de EC a un
actor social tan relevante, todo un personaje que refleja el sentir de mucha gente. Y
sin picarse, que ya somos adultos.
- Bien graciosa Nadine de meterse a atacar a otros partidos por nexos con el
narcotráfico cuando su partido tiene ex congresistas cocaleras encarceladas… O de
reclamar que García declare por los brasileños cuando estos estuvieron metidos hasta
las narices en la campaña humalista del 2011…
- ¿Cómo puede alguien con un IQ mediano participar en un paro o salir a protestar por
algo desastroso como Petroperú? Dada la experiencia hipercontaminante de
Centromin… ¿puede alguien sensato creer que una empresa, solo por ser estatal, va
a contaminar menos?, ¿comprender que casi ningún privado quiere operar el Lote 192
por este alicaído precio del petróleo, la producción baja, un crudo pesado y una
ubicación lejana?, ¿entender que Petroperú con las justas puede abocarse a la
absurda renovación de Talara?, ¿asumir que a nadie le interesa trabajar con
Petroperú de por medio? ¿Podrá el cerebro del demagogo gobernador regional de
Loreto asimilar todo esto? Y, claro, el rojo congresista Dammert detrás de la agitación.
Estos no cambian: su misión en la vida es fregar y manipular a los desinformados. Por
eso aborrezco a la izquierda.
- Cómo estará de caída la izquierda local que muchos de ellos consideran a Verónika
Mendoza, que no es gran cosa, como su esperanza para el 2015. ¡Ahora resulta que
una chiquilla extremista que no ha gestionado ni un chifa, que ni tiene muchas horas
de vuelo político ni equipo está ya lista para tomar las riendas de este complicado
país! Como Alan García en 1985, ella con las justas va a tener la edad para postular a
la presidencia (y ya vimos allí los resultados de elegir a un mocoso radical…). Mis
coleguitas le dieron la semana pasada una excesiva vitrina (ellos, en realidad, son los
que crean estos monstruitos radicales) y mucho bombo. Y de lo que leí y escuché, no
hallé más que una elemental chavista antiminera, que no condena el desastre político
y económico venezolano (Fujimori sí fue dictador para ella, pero Chávez y Maduro,
que hicieron cosas iguales o peores, son demócratas) y a una irresponsable que se
alucina una refundacionista que quiere convocar a una nueva Constitución… ¡Una
idiota aventura política así, encima en plena recesión, paralizaría la inversión
absolutamente (como ha pasado ahora en el más civilizado Chile), pues nadie
movería un sol hasta ver qué tanto de rojimia sería la huevada que redactarían!
¡Encima, no sé qué se cree cuando dice “con PPK ni a la esquina”! ¡Ella que en
trayectoria –estudios, experiencia, éxito profesional– no es ni un pelo de la nariz
de PPK! ¡Fuiiira!
Aparte de que me sorprendió mucho que El Comercio abra toda una portada este
sábado con una simple especulación de PPK sobre que Keiko sería japonesa, no sé
por qué se hace tanto lío con los pasaportes y los políticos cuando –por la
globalización– estos se han convertido básicamente en unos documentos más
cómodos para pasar fronteras sin tanto maltrato por ser peruano. Yo sospecho que el
mismo Vargas Llosa se inventó eso de que Fujimori le iba a quitar la nacionalidad
para dramatizar su situación y así obtener más rápido el pasaporte español,
suspicacia que se refuerza con unas declaraciones a El País (edición de Mallorca,
03/07/93), donde manifestó: “Un pasaporte peruano –creo que suramericano en
general– hoy en día está, por desgracia, muy mal visto. Es muy difícil para alguien
que tiene un pasaporte peruano desplazarse por el mundo y obtener visado. Cuando
lo consigue, lo conceden apenas por unos días y tomando toda clase de
precauciones. La inseguridad, desde el punto de vista legal, para un expatriado
peruano o suramericano es enorme. Esta es una de las razones que me han inducido
a solicitar esta doble nacionalidad (…)”. ¡Y ahora podrá ser filipino por la Preysler!
Alan tampoco está para ponerse tan exquisito con PPK. Es un secreto a voces que
Francois Mitterrand, su amiguete de los Mirages, le concedió un pasaporte francés
durante su exilio dorado entre París y Bogotá, y que la cancillería colombiana –la de
su amigueta Noemí Sanín– emitió un comunicado (14/10/93) en que se reveló que
Alan les había solicitado nacionalizarse y que quedaban a su disposición…
-Diario Uno (Arturo Belaunde, Lévano y Wiener), cumpla con los derechos laborales
de sus maltratados colaboradores Soto, Solís, Mayo y Ventocilla.
Tras el Gral. FAP Pedro Sala Orozco (Velasco) y el democristiano Carlos Blancas
(Alan I), no ha existido un ministro de Trabajo más rojimio que Rudy, hombre de Siomi
Lerner que incluso colocó al cegetepista Pablo Checa como viceministro y que llenó
de rojos de la ex PUCP –como el radical sociólogo Enrique Fernández Maldonado– el
ministerio que ocupó a comienzos del humalismo. La CGTP no puede decir que el
régimen de Humala no le fue favorable, pues el número de trabajadores sindicalizados
se ha duplicado en este gobierno, que fomentó eso. A este paso, ya no sorprendería
que Risco, Villarán, Huamán, la caviarona vargallosista Beatriz Merino o García Sayán
acaben en la plancha de PPK.
-Hoy hay un paro general en Ecuador, país que, según The Economist, se puede
convertir en la próxima Grecia porque su falso crecimiento se ha basado en usar una
moneda ajena –dólar– sin prestamista de último recurso y ya sin reservas que
respalden los depósitos bancarios, en un descomunal gasto público (44% del PBI) y
en una galopante deuda externa (que más que se duplicó con Correa, quien se ha
hipotecado a China: por eso, allá dicen “Ecuador pasó del Tío Sam al Tío Chang”. ¡Y
tienen que pagar 10.5% –Perú solo 5%– por colocar bonos externos!). El precio del
petróleo se les ha desplomado, así que Correa está sin plata y un populista misio ya
está frito. Ojalá allá no acaben como Venezuela, donde la gente está ahora usando
medicamentos veterinarios por la escasez.
Añadiría a lo anterior que siempre me fue muy extraño cómo Villarán pasó de ser muy
crítica en su campaña con la obra Línea Amarilla –que ejecutaba la brasileña OAS,
cuyos directivos han sido ya condenados por corrupción hace poco en su país– a
renegociar el contrato y darle diez años más del peaje más recaudador del país
aOAS a cambio de un fideicomiso de US$74 millones para Parque Rímac/Río Verde,
que costaba S/.370 millones. Mmm… ¿Y quién le pagó sus honorarios a Favre
durante la revocatoria?
- Que por hacerse el “socialista” no vaya PPK a cometer un disparate como ese de
Lourdes Flores, de poner al sindicalista rojo Risco de vicepresidente, que la pobre no
ganó nada más que burlas.
- Ese rector sanmarquino Cotillo actúa como un reyezuelo al no querer acatar la ley y
convocar ya a elecciones. ¡La demagogia de la “autonomía” universitaria debería ser
eliminada de una vez! Todos mantenemos los claustros públicos con nuestros
impuestos y estos deben dejar de ser unas pésimas universidades, encima
capturadas por estas “argollitas” feudales.
- Las “maras” o bandas salvadoreñas han llegado a tener tanto poder que desde este
lunes tienen paralizado el transporte público en esa capital centroamericana, sin que
el gobierno izquierdista del ex guerrillero FMLN –quienes también fueron otros
criminales en su tiempo– atine a resolver eso. Cortemos de una vez el crimen o de
aquí a unos años vamos a vivir eso.
- Que Mohme y su redactora Magda Quispe lean los efectos que ha tenido en Seattle
la última alza de la RMV allá (a US$15 la hora): despidos, cierres, aumentos de
precios… Aquí sería peor, dada la falta de caja de las empresas.
- Mis saludos a mis admiradores tuiteros Manuel Baldoceda, Gilma Rivera, Germán
Vivar Romero, Roberto Bruno, Alejandro Lengua, Eduardo Paredes y Carlos Luque
Portillo.
- Amablemente, el ex premier Carlos Ferrero me corrige sobre que el último titular del
Congreso bajo el toledismo, no fue Ántero sino Marcial Ayaipoma. Flores-Aráoz lo fue
el año anterior.
- Los vecinos de SJL, Comas y VES se quejan de la falta de serenazgo para combatir
la delincuencia, pero en esos distritos existe un promedio de 80% de morosidad en el
pago de arbitrios, que llega a un increíble 90% en SJL. ¿Cómo creen que su alcalde
va a poder pagar los sueldos, el equipo, la gasolina o las camionetas si no tiene plata?
Y no es tampoco que les cobren una fortuna anual por arbitrios (eso se suma a que
eligen a tipos como Burgos o poco mejores que este).
Los derechos son correlativos a los deberes, como un espejo que refleja uno al otro:
un derecho existe porque también hay un deber correspondiente que cumplir para
sostenerle, algo que el peruano promedio no entiende. Por eso, siempre que hay un
problema, la respuesta es “el Estado debería de”, como si el Estado no fuera un ente
que financiamos todos…
“Mortal, no hagas tu odio inmortal”, advertían los romanos. Aquí los odios entre
periodistas/intelectuales y líderes políticos han sido famosos, en diversas
intensidades. González Prada contra Piérola (“enano Perinola”). Alberto Hidalgo
contra Sánchez Cerro (al que le atribuyó ser fruto del coito de un cerdo con su madre),
Luis Miró Quesada contra Haya (por el asesinato de su hermano). Zileri contra Odría.
Igartua contra Alan.
Eso continúa hoy y me parece que aquel que en intensidad –que fue el más profundo
de todos– iguala al de Luis MQ con Haya es el que Mohme tiene con los Fujimori. Me
dirán que RMP o Hildebrandt abominan a Alan, pero lo de Mohme es sideral, ya es un
odio de esos del Medio Oriente. Dicen que el origen de tanta inquina es esa
convicción de que el montesinismo asesinó a su padre. No lo sé, pero así como el
antiaprismo de don Luis fue malo al final para el Perú, la decisión de Mohme de atacar
implacablemente a Keiko, que representa el intento meritorio de intentar civilizar al
fujimorismo, tampoco nos va a resultar sano. Como los hermanos griegos Eteocles y
Polinices, que se odiaban tanto que el fuego de sus piras funerarias se atacaban, la
obsesión de Mohme es épica (todo esto escrito por un conchudo, porque yo ya he
confesado que aborrezco a la izquierda). Ese primer puesto de Keiko en los sondeos
¡ya desató la yihad de Mohme!
- Mi amigo el columnista David Rivera ya linda con lo sádico. Eso de que le parezca
una “ventaja competitiva” que miles de seres humanos malvivan en un helado páramo
como nuestra puna es escalofriante. Tampoco creo que las exportaciones de maca o
alpaca justifiquen económicamente subsidiar ese sufrimiento. ¡Solo los esquimales
subsisten peor! No es lógico ni humano.
Una segunda instancia para el
arbitraje, por Héctor Becerril
Comentario al artículo “Justos por pecadores”, de Alfredo Bullard.
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Rodolfo Orellana.
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Justos por pecadores, por Alfredo Bullard
El 30 de mayo, el profesor Alfredo Bullard publicó un artículo en este Diario (“Justos por
pecadores”) en el cual ironizaba sobre nuestra propuesta legislativa que busca incorporar la
segunda instancia en los procesos de arbitraje. Se olvidó mencionar que cuando presidió la
comisión técnica que culminó con el Decreto Legislativo 1071, nueva Ley de Arbitraje, se
excluyó de la derogada Ley 26572, Ley General de Arbitraje, el recurso de apelación ante una
segunda instancia arbitral. En la exposición de motivos del Decreto Legislativo 1071, no se
explican las razones por las cuales se tomó esa decisión. No sabemos hasta ahora por qué
Bullard y su equipo omitieron estas razones.
Como se sabe, la mafia de Rodolfo Orellana utilizó las debilidades del sistema arbitral para
crear una red delincuencial que, a través de laudos arbitrales, se adueñaba ilícita e
injustamente de decenas de propiedades inmuebles. La comisión investigadora del Caso
Orellana ha señalado que por inmuebles despojados (como las 25.000 hectáreas de terrenos
en Tumbes, el polideportivo de la Municipalidad de San Borja, el inmueble del hospital
Hermilio Valdizán, entre otros) esta mafia perjudicó a sus propietarios por más de S/.200
millones. Asimismo, se defraudó al Estado con más de S/.564 millones y se sobornó a jueces
y fiscales por más de S/.45 millones. A estos hechos, Bullard los llama “excusa”.
Asimismo, se afirma que –con nuestro proyecto de ley– atacamos las ventajas del arbitraje.
En primer lugar, se indica que esta institución dejaría de caracterizarse por su celeridad, pues
la apelación sería obligatoria. Bullard confunde el verbo “podrá” con “deberá”. Nuestra
propuesta señala: “Las partes podrán interponer recurso de apelación”. Nunca obliga a nadie,
siempre es facultativo. Además, los plazos que se mencionan en el proyecto dan cuenta de 32
días hábiles, totalmente razonables para brindar mayor seguridad jurídica a los propietarios de
bienes inmuebles en el país.
En segundo lugar, se señala que atacamos la flexibilidad del arbitraje porque se prohíbe que
las partes puedan escoger el tipo de arbitraje. Nuestra propuesta pretende que solo en los
casos en que la controversia se refiera a la propiedad de bienes inmuebles o bienes muebles
registrables, el arbitraje será institucional. La mafia Orellana utilizó para sus ilícitos penales los
arbitrajes ad hoc, totalmente direccionados. Hay que recordar a nuestros críticos que las
reglas tienen excepciones, como casi todo en el derecho.
En tercer lugar, se afirma que atacamos el carácter interpartes del arbitraje porque se obliga a
la intervención de terceros que no pactaron ir a un arbitraje. Lo que buscamos con nuestra
iniciativa es dar la posibilidad a los terceros propietarios de bienes a intervenir en un proceso
arbitral en que se discute precisamente su propiedad. La mafia Orellana falsificó documentos y
les dio un velo de legitimidad a través de procedimientos notariales y registrales, excluyendo al
verdadero dueño de la controversia arbitral. ¿Será justo eso?
En cuarto lugar, se precisa que vulneramos la confidencialidad del arbitraje porque se obliga a
publicar el inicio de un arbitraje. Totalmente errado, la confidencialidad se vulneraría si
hubiésemos propuesto que se haga pública la decisión contenida en el laudo arbitral. Solo
proponemos que se haga público el inicio del procedimiento a través de un diario de
circulación nacional, para que las personas tengan la posibilidad de conocer anteladamente si
un bien de su propiedad será ventilado en un proceso de arbitraje. Pregunto: ¿con la
publicidad alertamos a la sociedad sobre un probable ilícito penal o no?
Ante estos hechos, es imposible no hacer nada. Tenemos que mejorar los vacíos del sistema
arbitral que utilizó Orellana y sus secuaces para apropiarse de casas, terrenos y otras
propiedades. Hemos puesto en debate un tema sensible y perfectible. Agradecemos cualquier
crítica, pero sí sugerimos a nuestros detractores que profundicen sus estudios sobre los
principios generales del derecho, pues tanta especialización –a veces– hace perder de vista
las cosas realmente importantes.
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Juventud robada, por Alfredo Bullard
“A quien madruga Dios lo ayuda”. ¿Ha escuchado este refrán? Posiblemente muchas veces.
Es más, hasta es posible que lo haya utilizado. Refleja lo que consideramos “sabiduría
popular”: significa que actuar con celeridad da mejores posibilidades de un buen resultado.
“No por mucho madrugar amanece más temprano”. Sin duda, también lo ha escuchado y
utilizado. Es otra frase que refleja la “sabiduría popular”: significa que no es bueno
apresurarse, porque ello no asegura un buen resultado.
Sin embargo, ambos refranes son contradictorios. Uno sugiere actuar rápido y el otro no
apresurarse. ¿Cómo pueden ser ambos “sabios” al mismo tiempo si dicen exactamente lo
contrario?
Este tipo de frases no pueden ser elevadas al nivel de axiomas o principios que tienen que ser
aceptados sin necesidad de demostración. No son, en sí mismos, ni ciertos ni falsos. Su valor
depende de las circunstancias en las que se apliquen.
Los seres humanos nos hemos llenado de este tipo de frases que repetimos como principios
cuando no son más que ideas tan generales que en el fondo, así solas, no dicen nada. Nadie
puede decir que siempre es bueno apurarse, ni que siempre es bueno esperar.
Una de esas frases comunes, muy usadas en todo tipo de debate (político, económico,
científico, etc.) es “los extremos nunca son buenos”. Si planteas una posición en defensa de
alguna libertad y en contra de alguna forma de intervención, tu posición es equivocada
simplemente porque es extrema.
Lo cierto es que los extremos, en (no pocas) ocasiones, pueden ser la mejor alternativa. En
otras quizás no. Decir que simplemente algo es malo porque es extremo es una
generalización que trata de convertir una frase popular en un axioma.
No se puede decir que el agua hirviendo no es buena. Tampoco se puede decir que el agua
helada es mala. Son extremos, pero ello no significa que solo el agua tibia es admisible. Para
cocinar un huevo, el agua hirviendo es la mejor alternativa. El agua helada lo es para refrescar
la sed y el agua tibia para tomar un baño.
Lo tibio tampoco ha sido tratado muy bien por esas “frases populares”, pues “a los tibios los
escupiré de mi boca”, reza el libro del Apocalipsis. Ni las frases bíblicas se salvan de tener que
ser colocadas en un contexto.
Lo que ocurre es que la posición “tibia” suele ser cómoda. Te permite criticar ambos lados de
toda ecuación, parecer ecuánime o centrado y ser políticamente correcto. Pero muchas veces
significa también que alguien simplemente no quiere definirse o que no tiene posición. Muchas
veces conduce o refleja inacción o resistencia al cambio.
De hecho, otra frase común plantea las bondades del extremismo: “A problemas extremos,
soluciones extremas”. Y también puede ser correcta según las circunstancias, ¿o cree usted
que combatir la corrupción o la violación de menores con tibieza es una buena alternativa?
Otra frase similar es “no confundir libertad con libertinaje”. Esta es otra forma sencilla de
criticar a quienes creen que solo la libertad garantiza la auténtica dignidad del hombre. Sin
embargo, para quienes entienden la libertad en ese sentido no existe libertad sin
responsabilidad, es decir, sin el sentido de asumir las consecuencias de nuestros
actos. Nunca he tenido muy claro qué significa ‘libertinaje’ en ese contexto, pero entiendo que
un libertino es quien actúa en contra de la ley o la ética o la moral. Es una libertad
irresponsable, lo que en sentido liberal no es auténtica libertad.
Muchas frases fáciles hacen que confundamos la sencillez de una idea con su contundencia.
Lo cierto es que sonar bien no hace que la frase sea cierta. El dicho de que “los extremos son
siempre malos” no es por sí solo un argumento, de la misma manera como decir que los
extremos son buenos tampoco lo es. Finalmente, como bien decía Karl Hess, “el extremismo
en la búsqueda de libertad no es vicio. La moderación en la búsqueda de justicia no es
virtud”.
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Errarum es humanum, por Damita de Hierro
Si el proyecto de ley propuesto por el congresista Marco Tulio Falconíhubiera sido aprobado,
podría haberse sancionado a este Diario y a mí con una multa que va entre S/.76 y S/.760 por
el título de este artículo.
El proyecto faculta al Indecopi “…para que asuma las funciones de revisión de la ortografía de
las publicaciones efectuadas en diarios, revistas, semanarios, libros y anuncios públicos o
publicitarios por el daño que causan a la cultura los errores ortográficos”.
Para ello se establecen multas de entre 1% y 10% de la UIT, que en caso de reiterancia
pueden llegar hasta un 50% de la UIT (es decir, la multa podría subir hasta S/.1.900).
Se dice que se viene toda una cartera de proyectos similares al del mismo Marco Tulio. Entre
ellos se menciona uno que encargará a Indecopi multar por no tener buenos modales (por
ejemplo, con S/.100 por comer con la boca abierta, S/.200 por no decirle “salud” al prójimo
luego de un estornudo y S/.300 por limpiarse los mocos con la mano).
En otro proyecto se propone multar a quien cuenta chistes rojos, siendo las multas más altas
las que sancionan menciones inapropiadas a órganos genitales y prostitutas en los chistes. En
caso de reiterancia, el infractor deberá permanecer en silencio por períodos que van desde 2
horas hasta 6 meses.
Y como la puntualidad es importante, se propone en otro proyecto que las personas que
lleguen tarde a una cita queden detenidas en una comisaría por el triple del tiempo de su
tardanza.
Lo que sí debería haber es una ley que multe por presentar proyectos estúpidos, que se
tramitan usando nuestros impuestos. Sobre todo porque ya existen muchas leyes aprobadas
que padecen del mismo vicio del proyecto reivindicador de la ortografía.
Esa tendencia proviene de lo que Hayek llamaba constructivismo: alguien diseña un régimen y
pretende que todos lo sigan al margen de su legitimidad social. Proteger estándares como la
ortografía con multas estatales es atentar contra el proceso evolutivo natural.
Lo que propuso el congresista Falconí no es tan distinto a muchas regulaciones estatales que
van contra el carácter evolutivo de la acción humana. Usar multas y sanciones para forzar la
forma de calcular la tasa de interés en un crédito o la de cambiar de celular, impedir el pacto
que prohíbe el prepago de una deuda, obligar a que un doctor tenga que hablar dos idiomas
extranjeros, prohibir que se pueda cobrar por cubierto en un restaurante, impedir la publicidad
comparativa, impedir el uso de personajes de ficción en productos con muchas grasas o
azúcares, entre otras leyes y regulaciones, castigan la evolución y sus ventajas como proceso
de descubrimiento continuo. Tratan de imponer un constructivismo asfixiante sepultando la
espontaneidad en los órdenes que los seres humanos creamos interactuando unos con otros.
Y es que la sociedad no es producto de ingeniería social planificada, sino de un proceso
caótico en apariencia pero que crea un orden por medio de la interacción. El lenguaje es
razonablemente predecible a pesar de que no ha sido creado por nadie en particular sino por
todos en general. Lo mismo se puede decir de las prácticas comerciales, de los mercados e,
incluso, de las reglas de convivencia a las que llamamos Derecho.
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Revive el picante debate sobre anular aporte forzoso a las AF
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Urresti: "La falta de seguridad es un problema real en el Perú"
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El conversatorio Retorno a la Bicameralidad es organizado por la Comisión de Constitución del Congreso, presidida
por el parlamentario Omar Chehade.
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De tin marín…, por Alfredo Bullard
ALFREDO BULLARD
Abogado
De una lectura de las parcas dos y media páginas que le sirven de base,
solo tres párrafos se dedican al sustento técnico. La referencia señala
“conforme señalan estudios…” y adjuntado a esta hay un link que te
envía a una página web. Por curiosidad decidí entrar. Cuando esperaba
encontrar un voluminoso y sofisticado estudio de alguna universidad o
centro de investigación, este link me llevó a una noticia en un periódico
mexicano. Y cuál no fue mi sorpresa cuando me percaté de que los
párrafos de la exposición de motivos del proyecto no eran sino una copia
literal (y sin entrecomillado) de una mera noticia de un periódico
extranjero, que a su vez no indicaba cuál era su base técnica. Ni siquiera
pirateó una fuente científica.
Más bien quisiera plantear una propuesta alternativa: sugiero una ley que
prohíba el consumo de bebidas energizantes a congresistas y añado a la
prohibición la Coca-Cola, el café, té, mate de coca, la maca y toda
sustancia que tenga como efectos hacer que los parlamentarios estén
más tiempo despiertos y les dé más energía para tener más iniciativa.
Con ese tipo de proyectos mejor que duerman lo más posible y se
queden tranquilitos.
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Editorial: Justicia 2.0
La siguiente historia me la contó un abogado. Su cliente se reunió con un juez que iba a
resolver su caso. Sin el menor empacho, el juez le pidió una cantidad por resolver
favorablemente: “Usted me da el dinero y en una semana lo notifico con la sentencia”. La
persona accedió pero estaba preocupado de desembolsar el dinero y que luego el juez no
cumpliera con su promesa. Ante ello sugirió lo siguiente: “Que le parece si usted notifica la
sentencia y entonces yo le doy el dinero”. El juez dibujó en su rostro aquella indignación
generada por un insulto. “¡Por favor, señor! ¡Estamos entre caballeros!”.
El incidente (no creo que debamos llamarlo anécdota, porque las anécdotas son hechos
extraños y excepcionales) pinta de cuerpo entero la seriedad del problema: muchos de sus
protagonistas no son conscientes de lo que son. Son tan inmorales que reclaman como moral
su propia inmoralidad. Desde corrupción hasta ignorancia, tarjetazos y mercados de favores,
escasez de recursos y capacitación, el Poder Judicial convierte la justicia en su antónimo.
Mi buen amigo Enrique Mendoza, presidente del Poder Judicial, hace esfuerzos
sobrehumanos para resolver un problema eterno porque no recordamos en el pasado su
origen y no imaginamos en el futuro su solución. Admiro la heroicidad de aquellos buenos
jueces que tienen que luchar contra todo para ser honestos, porque en el mundo de la
corrupción y la ignorancia, la honestidad y el conocimiento son pecados.
En el editorial publicado en este Diario el jueves pasado se sugiere que aquellos que puedan
pagar no puedan recurrir al Poder Judicial y tengan necesariamente que recurrir al arbitraje.
Varios han salido a criticar que se quiera privatizar la justicia.
Lo cierto es que en el pasado ocurrió precisamente lo contrario. La justicia nació como privada
y fue estatizada. El arbitraje era la forma natural de resolver controversias. Desde los primeros
grupos humanos hasta los comerciantes en virtualmente toda la historia vieron en la elección
por acuerdo del árbitro la mejor forma de resolver sus problemas. Solo se está planteando
regresar las cosas a su origen: si tenemos un contrato, tenemos un problema privado. Y si es
un problema privado, debe tener una solución privada. ¿Por qué gastar dinero de nuestros
impuestos en problemas privados?
Por supuesto que entre los principales opositores estarán los abogados. A río revuelto,
ganancia de pescadores, y los abogados somos especialistas en aprovechar las aguas
turbias.
Como bien relata Bruce Benson, fueron los abogados los que hicieron lobby en los años 20 en
Estados Unidos para que aprobaran leyes que permitían la ejecución y revisión judicial de los
laudos por las cortes ordinarias y así estatizar la justicia arbitral. Antes si no cumplías un laudo
la sanción era el ostracismo: nadie comerciaba contigo. No se necesitaban jueces.
El golpe de gracia al arbitraje totalmente privado alejado de las cortes y los abogados lo dio la
decisión judicial en el Caso Paramount, en el que se declaró como boicot, y por tanto contrario
a las normas antimonopolio, un acuerdo que permitía dejar de contratar con exhibidores de
películas que se negaran a arbitrar o aceptar lo ordenado por el laudo. La sanción del
ostracismo a quien no cumplía un laudo fue prohibida.
Un árbitro siempre tendrá una ventaja sobre un juez: su responsabilidad nace de la libertad de
los que van a ser juzgados. Y nada nos hace más responsables que la libertad.
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La militarización policial en EE.UU., por Ian Vásquez
Hace una semana mi buen amigo Ian Vásquez se refirió en su columna en esta página (justo
debajo de la mía) a la militarización de la policía en EE.UU. Comentaba cómo es cada vez
más común (como acaba de ocurrir recientemente en Ferguson a raíz de la muerte de un
joven afroamericano) ver a civiles enfrentados contra vehículos armados de guerra y policías
vestidos de camuflaje en plena ciudad usando tácticas militares para reprimir al público
Ian citaba en su artículo el trabajo de Radley Balko, un investigador que ha documentado los
excesos de las fuerzas policiales de EE.UU. actuando bajo una mentalidad militar que ve a los
ciudadanos más como enemigos que como personas a ser protegidas. Balko recopila
información del uso exagerado e innecesario de escuadrones SWAT(supuestamente
reservados para emergencias contra delitos de alta peligrosidad como secuestros o captura de
asesinos en serie) para perseguir a menores de edad bebiendo alcohol o a personas jugando
póker ilegalmente. En su camino, estos escuadrones han matado a inocentes –incluyendo
ancianos, niños y bebes–, han destruido la propiedad privada y han violado derechos civiles
básicos de las personas.
Sin embargo, el trabajo de Balko llamó muy poco la atención de la opinión pública y no
despertó mayor interés… hasta que decidió incluir en sus investigaciones los abusos de la
policía contra… los perros.
Aparentemente, dentro de las tácticas tomadas de los militares, estos escuadrones, al hacer
una intervención, suelen disparar a los perros que encuentran en el local que allanan, quizás
para evitar que delaten su presencia o ser atacados por los pobres animales.
Las nuevas revelaciones de Balko causaron estupor y reacciones de todo tipo, mucho
mayores que las de los organismos de protección de los derechos humanos por los atentados
contra las personas.
Como comenta el propio Balko en un artículo publicado hace unos años: “Un colega me
comentó que cuando él y otros liberales hablaron sobre el operativo en 1993 en el complejo de
la Rama Davidiana en Waco, muchas personas pusieron en duda que el gobierno se hubiera
excedido de sus límites cuando invadió, demolió y prendió fuego a una casa de gente pacífica
y, en su mayoría, inocentes. Pero cuando el orador menciona que el gobierno también
masacró a dos perros durante el ataque, los ojos de los asistentes se salen de sus órbitas, los
indiferentes se indignan, y los escépticos se interesan. El cachorricidio es ir demasiado lejos”.
¿Por qué uno recibe en las redes sociales más solicitudes de apoyo para salvar a animales
que para evitar los abusos de los derechos de las personas? ¿Qué hay en la naturaleza
humana que hace que nos preocupemos más por la experimentación de medicinas en
animales o evitar las corridas de toros que en evitar la prostitución de menores o la
desnutrición infantil?
Es difícil saberlo. Parece que la frase “el perro es el mejor amigo del hombre” nunca fue más
cierta. El mejor amigo de un ser humano no parece ser otro ser humano. Nos preocupa más la
vida de perros de los perros que la vida de perros de las personas.
Parafraseando el mismo artículo de Balko, se puede dar un buen consejo para aquellos que
quieran oponerse a los excesos de la militarización de la policía y sus violaciones de derechos
fundamentales: lo mejor es poner énfasis antes que en las personas en la difícil situación de
los perros. Parece que la población no está preparada para condenar que escuadrones
armados hasta los dientes revienten a golpes a un muchacho que fuma marihuana, incluso
cuando un equipo SWAT allana periódicamente la casa equivocada o accidentalmente le
dispara a un niño. Finalmente, alguien estaba posiblemente violando la ley, ¿no? ¿Pero el
perro? ¿Ese ser peludo que babea sobre su dueño? ¿Esa bolsa de pelos con ojos juguetones
que destila amor incondicional? No. Eso sí que no. Él merece algo mejor.
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OIT planteará reducir pobreza y desigualdad en reunión en Lima
“Todo tiempo pasado fue mejor” es una frase que siempre repetimos . ¿Es cierta? ¿Estamos
peor que antes? Gracias a un link enviado porLampadia puede revisar una
conferencia TED de Hans Rosling y de su hijo Ola. Hans Rosling es el creador de Gapminder,
un sistema que integra de manera evolutiva y comparativa las estadísticas de la mayoría de
países del mundo.
Los Rosling hacen tres simples preguntas al público y las comparan con las respuestas en
encuestas en Suecia y Estados Unidos a personas y las hipotéticas respuestas random de
chimpancés.
Las tres preguntas son: 1) ¿Cómo ha cambiado el número de muertes por año a causa de
desastres naturales en el último siglo? ¿Se duplicó, se mantuvo más o menos igual o decreció
a menos de la mitad? 2) ¿Cómo ha cambiado el porcentaje de personas en el mundo que
viven en la pobreza extrema en los últimos 20 años? ¿Se ha duplicado, se ha quedado más o
menos igual, o se ha reducido a la mitad? 3) ¿Por cuánto tiempo las mujeres de 30 años de
edad en el mundo han ido a la escuela: siete años, cinco años o tres años?
¿Qué hubiera contestado usted? Es probable que a la primera pregunta haya dicho que las
muertes por desastres naturales se han duplicado. Después de todo, los noticieros están
llenos de esos eventos todos los días. A la segunda quizás haya dicho que el número de
pobres extremos se ha duplicado. Todos los días escuchamos que los sistemas económicos
están empeorando la situación de la gente. A la tercera es probable que haya contestado
tres años. Es lógico. La discriminación de género hace que las mujeres estén en una situación
realmente desventajosa frente a los hombres.
Si esas fueron sus respuestas, lo felicito. Usted piensa lo mismo que los suecos o los
norteamericanos. El 50% de los suecos contestó que las muertes por desastres se han
duplicado, el 38% que siguen más o menos igual y solo el 12% que se han reducido. Pero los
chimpancés estuvieron más cerca de la respuesta correcta. El 33% pensó que se habían
reducido. La realidad es que en el último siglo las muertes por desastres naturales se han
reducido de medio millón al año a alrededor de 50.000 en el último siglo (mucho menos de la
mitad). Hemos mejorado sustancialmente. Los chimpancés ganaron porque no ven noticieros.
Si usted pensó que la pobreza extrema se ha duplicado, coincide con los norteamericanos.
Solo el 5% de ellos cree que se ha reducido a la mitad en los últimos 20 años. Pero lo cierto
es que eso es lo que ha ocurrido en el mundo. La pobreza extrema se ha reducido en 50%.
¿Por qué entonces creemos que hay más pobres que antes?
¿Consideró usted que las mujeres van en promedio en el mundo solo tres años a la escuela?
De nuevo coincide con los suecos, pero está equivocado. La respuesta correcta es siete. Los
hombres van ocho. Las mujeres casi los han alcanzado en los últimos años y de seguir la
tendencia pronto no habrá diferencia. Lo que ocurre es que pensamos en las peores partes
del mundo, donde existe efectivamente una gran discriminación. Pero lo cierto es que, como
dicen los Rosling, esos sitios son cada vez más extraños. Ignoramos lo que pasa a la mayoría.
Estamos llenos de prejuicios que nos hacen pensar que el mundo está peor cuando en
realidad estamos mejor que nunca. Y el ejercicio se puede repetir con cientos de indicadores:
mortalidad infantil, expectativa de vida, acceso a servicios públicos, niveles de ingreso, etc.
Lo malo es que ese pesimismo equivocado es usado todo el tiempo para impulsar políticas
que nos llevan precisamente en contra de lo que queremos lograr. Por eso la próxima vez que
le hagan una pregunta como las que nos hacen los Rosling, piense en positivo. Piense que
estamos mejor. Es casi seguro que acertará.
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¿Qué dirían Hitler y Barrabás?, por Alfredo Bullard
Hace algún tiempo, en España, se hizo una encuesta entre un conjunto de jueces. Se les puso
un caso hipotético. Una viuda con cinco hijos dejó de pagar la renta de su casa como
consecuencia de su precaria situación económica. El propietario la demanda para obtener el
desalojo y recuperar su inmueble para poder alquilárselo a otro.
El juez está a punto de dictar sentencia. Se le daba dos posibles respuestas. La primera,
declarar nulo todo lo actuado en base a un defecto procesal que, aunque discutible, admitía
una interpretación que llevaba a tal consecuencia. Con ello se garantizaba la permanencia de
la viuda en la casa por cerca de un año más. La segunda era proceder al lanzamiento.
La inmensa mayoría de los jueces contestaron que acogerían la interpretación que protegería
a la viuda de la intemperie. Justificaban su decisión en la equidad y en las terribles
consecuencias que ello tendría para la señora y sus hijos.
Pero para sorpresa de los encuestadores uno de los jueces contestó que procedería a
efectuar el desalojo. Cuando se le preguntó la razón, dijo que lo hacía por equidad. Si
acogiera la otra interpretación, lanzaría el mensaje a los arrendadores de que los jueces
protegen a las viudas. Esto implicaba reconocer que las viudas podrían, eventualmente, dejar
de pagar sus obligaciones y demorar el lanzamiento más de lo que demoraría con el resto de
los ciudadanos. La consecuencia: los propietarios de inmuebles estarían reacios a alquilar sus
propiedades a viudas con hijos por temor a no poder desocupar el predio cuando su inquilino
incumpliese, y los que aceptaran alquilar cobrarían rentas más altas para compensar los
riesgos que asumían. Prefería una viuda en la calle por no pagar, que cien viudas en la misma
calle, pero esta vez por no poder encontrar quien les arriende un techo donde vivir.
El juez comprendió que la justicia y la equidad no se agotan en la relación del propietario con
la viuda concreta, sino que favorecer a esta viuda perjudicaba a las demás. Se obligaba a las
viudas sin hogar a soportar el costo de los beneficios que recibía la viuda con techo, pero que
no pagaba la renta.
El juez tenía razón. La protección de una viuda visible genera la desprotección de muchas
viudas invisibles que simplemente no tienen donde vivir porque nadie quiere alquilarles.
La reciente aprobación por parte del Congreso de una nueva Ley de Inquilinos nos plantea un
problema parecido al que enfrentó el juez. La ley establece que un inquilino puede ser
desalojado si no paga la renta o se vence su contrato. Para ello tiene que incluirse en su
contrato una cláusula de allanamiento. La ley pretende acelerar un desalojo (que puede tomar
hoy más de 5 años) por un mecanismo expeditivo para recuperar el inmueble en solo 15 días.
Hemos sido testigos en los últimos años de la proliferación de edificios de departamentos. Eso
es bueno. Pero todas esas construcciones son para venta. En el Perú nadie construye para
alquilar. La razón es sencilla. Alquilar no es un negocio porque todos saben que los jueces
protegerán a los inquilinos del desalojo así no paguen o no tengan contrato. El resultado es
que quien no tiene dinero o crédito para comprarse una casa tendrá mayores problemas para
conseguir vivienda.
Como en el ejemplo de las viudas, el sistema, a través de los jueces, protege a unos pocos
inquilinos visibles para desproteger a muchas personas invisibles y sin techo. Si no
cambiamos, muchos ocuparán, impropiamente, casas que no les pertenecen. Y muchos más
se quedarán, impropiamente, en la calle.
Hipocresía seudoliberal, por
Martín Santiváñez Vivanco
Una respuesta a Alfredo Bullard
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¿Qué dirían Hitler y Barrabás?, por Alfredo Bullard
Cipriani: "Quieren silenciar a la Iglesia y eso es un error"
La paradoja suprema del seudoliberal consiste en utilizar la demagogia ramplona para atacar
a las personas que expresan una postura contraria a ese relativismo que él mismo defiende.
Eso ha sucedido cuando Alfredo Bullard (un abogado que no cree mucho en el Derecho,
según sus propias palabras), decidió perpetrar un artículo equiparando al cardenal Cipriani
con Hitler y Barrabás. Semejante bajeza es más propia de la desviación jacobina que del
espíritu auténticamente liberal, un espíritu, al menos en el papel, basado en el consenso y la
tolerancia, en el respeto mutuo y la proposición de ideas, no en la imposición autoritaria de
adjetivos.
Se equivocan los que sostienen que un paso hacia la civilización es la proscripción de toda
noción, también jurídica, sobre lo bueno y lo malo, sobre lo justo y lo injusto. Es precisamente
al revés. Una sociedad es más civilizada cuanto mayor es su adhesión a las nociones de
bondad, belleza y justicia. Cuando todo se ha tergiversado o nivelado, el resultado, en el
ámbito jurídico, es la deshumanización del Derecho y, en el mundo artístico, novelas de
escribidores que pocos leerán tras una generación y espasmos de mal gusto, como aquél
descrito en el artículo vargallosiano: “Caca de elefante”.
Hoy, una concepción mal definida o, mejor dicho, no definida, de libertad, provoca
contradicciones como el insulto en boca de seudoliberales y la destrucción paulatina de los
principios jurídicos. La confusión sobre qué es “libertad” con mayúsculas y qué configura una
licencia irresponsable provoca un dogmatismo violento que balbucea “Hitler”, “Barrabás”, y
otras estupideces impropias de un jurista, cuando no se encuentran argumentos sólidos para
explicarnos por qué la democracia es buena a veces y por qué no cuando contradice tu
postura.
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YouTube: mujer con tumor cerebral elige la fecha de su muerte
Todos tenemos días malos o buenos. Los malos a veces son realmente malos. Deseamos que
el día se acabe pronto. Un consejo: ese día que desea no haberse levantado, aproveche el
atardecer. Ir a ver la puesta del sol a un lugar tranquilo como una playa o una colina puede
relajarnos y hacer más vivible lo que parece no serlo. Tratar de despedir un mal día sonriendo
puede ser difícil, pero es mejor que acabar amargado o renegando. La paz parece el mejor
remedio a un mal día.
Brittany Maynard tuvo un mal día. Un día que se volvió muy largo. Un día que duró varios
días. Un día de enero pasado. Se levantó como cualquier otro. Se había casado
recientemente. Tiene 29 años. Amaba a su marido. Quería tener un hijo y estaba tratando de
hacerlo. Le dolía la cabeza. Ya llevaba varios días con esos dolores.
Ese día fue al médico. Le mandaron varios exámenes. Cáncer al cerebro. Incurable y
doloroso. Solo quedaba esperar al atardecer que acabara con el mal día. Un atardecer
incierto. No se sabía bien cuándo llegaría pero sería relativamente pronto. Una espera sin
esperanza.
Brittany decidió con su familia que serán ellos quienes escojan el atardecer. Eligió así saber
en qué momento se pondrá el sol. Se acerca el cumpleaños de su esposo. Quiere pasarlo con
él. Escogió que el atardecer sea dos días después de su cumpleaños, el primero de
noviembre próximo. Solo falta un par de semanas.
Acabar con la propia vida no está permitido en la mayoría de lugares. El derecho ha decidido
que nuestra vida no es nuestra vida. Es de otros. En realidad es de todos, lo que significa que
en realidad no es de nadie. Así que vivir tampoco es una verdadera opción. Es finalmente una
imposición del sistema.
Bajo tal lógica, los demás tratan de evitar que quien quiere acabar con su vida lo haga. Y las
personas que la asistan pueden terminar presas. Su deseo tiene color de delito. Pero Brittany
tiene suerte. En Estados Unidos hay cinco estados en los que el suicidio asistido por médicos
está permitido. Por eso se mudó de California a Oregon. Allí las personas pueden elegir su
atardecer.
Más de 750 personas han hecho uso de su derecho a un atardecer digno en Oregon. La edad
promedio es de 71 años. Solo seis han sido menores de 34.
Si la vida es un derecho, no puede ser una obligación. Puede ser triste tener que tomar una
decisión así. Pero es más triste no poder decidir. Eso de hablar de derechos indisponibles es
bastante absurdo. Entonces no son derechos.
No pretendo convencerlos de que tomar esa decisión es bueno. No sé si lo es. Uno puede
tener creencias religiosas o morales en contra. Pero ese no es el punto. La gente es libre de
creer que no lo debe hacer. Pero debe ser libre de no creerlo. No les corresponde a los demás
imponer ese tipo de creencias. Finalmente vivir en contra de mi voluntad puede ser una forma
bastante inhumana de morir.
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Decano de Notarios del Callao: "No defiendo el monopolio"
Hace cerca de un año publiqué un artículo en esta misma página. Recordaba un relato de
Frédéric Bastiat escrito en Francia en el siglo XIX. El gremio de fabricantes de velas exigía al
gobierno la adopción de medidas contra la perversa competencia de un proveedor de luz que
la producía en volumen descomunal a un precio con el que no era posible competir: el sol.
Dado el impacto que tenía en sus ventas, solicitaban una ley que ordenara que en toda casa y
edificio se tapiaran las ventanas, claraboyas, tragaluces y similares a fin de evitar la
competencia desleal.
En España, hace pocos años atrás, el gremio de abogados consiguió una regulación que
impidiera a los abogados tener oficinas con puerta a la calle. Si querías tener un estudio de
abogados, debías comprar o rentar oficinas en el interior de los edificios. ¿La razón? El
prestigio y dignidad de la profesión no admitía que los abogados se instalen como tenderos o
bodegueros, en pequeños locales. Al menos esa es la razón declarada. La verdadera era
proteger de la competencia a los estudios de abogados grandes y establecidos, evitando que
abogados independientes, sin recursos para alquilar o comprar oficinas sofisticadas, pudieran
encontrar la oportunidad de establecerse a bajo costo.
El mercantilismo es, desde el punto de vista económico, una forma de robo. En lugar de
ofrecerle al consumidor mejores servicios a precios competitivos, prefieres ir al funcionario
público para, mediante lobby, tráfico de influencias o corrupción, conseguir medidas
gubernamentales que limiten la competencia. La nefasta complicidad entre los mercas y el
Estado generan, en los hechos, precios más altos. Y ello genera una reducción en la cantidad
producida de un bien o servicio porque varios no podrán pagarlo. Dichas medidas permiten al
proveedor meterle la mano al bolsillo del consumidor para sacarle más dinero que el que
podría en un mercado competitivo. Y es que no hay peor monopolio que el legal: la ley puede
matar la competencia.
Y ningún caso de mercantilismo es tan brutalmente grosero como el de los notarios. Esos
señores usan una formula común a todos los mercantilistas desde épocas anteriores a Bastiat:
se autoproclaman como una actividad especial. No son “como cualquier otra actividad
económica”. Ello abre a un sinnúmero de argumentos que en realidad son excusas: la
protección de la industria nacional, la dignidad de la profesión, la particularidad económica de
la actividad, el que los competidores potenciales (como el sol) son demasiado poderosos.
Los notarios no son la excepción. Han conseguido que la ley cree barreras de entrada a su
mercado. El número de notarios es limitado y el proceso de admisión es tan complejo que
excluye una competencia efectiva. E incluso, con toda esa protección, acuden, como ha
ocurrido hace unos días, a acciones judiciales para impedir que lo poco que puede entrar
entre y se suspendan los concursos para cubrir nuevas plazas. Mercantilismo puro y de la
peor especie.
Lo cierto es que la seguridad jurídica no depende del número de los notarios, sino de la
calidad de los servicios que dan. Como en toda actividad, cumplir con la ley depende de un
adecuado sistema de sanciones y de cumplimiento de la ley. Por el contrario, una seguridad
jurídica no competitiva solo eleva los precios de esta, y hace que menos peruanos puedan
acceder a sus beneficios. Finalmente, los notarios no solo nos meten la mano al bolsillo para
sacar más dinero por sus servicios, sino que reducen el volumen de seguridad jurídica
impidiendo, en especial a los peruanos más pobres, el derecho a acceder a ella.
Hombre Digno
El doctor Alan García le ha llamado la atención severamente a su ministro de Defensa,
embajador Allan Wagner. Le ha dicho que hay cosas que no deben decirse en público y que
una de esas cosas es la verdad. Es decir, lo que el doctor García le ha dicho al embajador
Wagner es que debe adoptar su doctrina personal (la de García): todo, menos la verdad; el
pueblo ni se la merece ni la entenderá.
Porque lo que hizo Wagner fue decirnos la verdad: nuestras Fuerzas Armadas, saqueadas
por el fujimorismo, maltratadas presupuestalmente por el ciudadano norteamericano
Pedro Pablo Kuczinsky durante el gobierno del norteamericano expectaticio Alejandro
Toledo, ya no dan más, están inoperativas, son una suma de chatarra y carencias.
Hay helicópteros y aviones viejos que debían repotenciarse –es decir hacerles el milagro de
lograr que vuelen- y que pueden ser embargados por facturas de repuestos no pagadas en
Bielorrusia y Ucrania.
Los tanques de nuestro ejército tienen escasez crónica de aceites, lo que quiere decir que
son parte de la decoración suasoria de alguna base en la frontera sur. La flota de superficie
tiene a cuatro misileras italianas reencauchadas como emblema. Nuestros submarinos
están decrépitos o han sido dados de baja en ceremonias avergonzadas.
Y esto fue lo que apenas insinuó el honorable Allan Wagner, un extraño diamante en el
collar de cuentas del gabinete.
La lección le hizo bien al doctor García. Se encontró con alguien que sabe respetar y que se
hace respetar. Y que respeta en la medida en que es respetado. Se encontró, en suma, con
un hombre digno que no toma el servicio público como el suplicio de aguantar las crisis de
un desaforado sino como el servicio que se le hace al país, que es lo que también queda
después de los discursos. Y la mejor manera de servirlo es con la verdad, que es un valor en
sí y no una mercancía a escamotear.
Allan Wagner soltó su verdad, además, luego de las mentiras infantiles proferidas por un
petimetre vestido de Miguel Grau (el presidente del Comando Conjunto). Este señor dijo
que las Fuerzas Armadas estaban listas para repeler cualquier provocación de cualquier
enemigo interno o externo. Es decir, mintió como un marrano. A él sí que no le llamó la
atención el doctor García: sintonizaba con su capacidad para la fantasía facciosa, la
delusión armada y las alucinaciones auditivas de cañones que no tenemos y destructores
que perdimos hace décadas.
Qué gusto me dio ver ayer al embajador Allan Wagner recibiendo el asustado respaldo del
presidente de la República. Demostró que la dignidad paga más que el chicheñó de tanto
tragasapos.
P.D. La doctora Martha Hildebrandt, suma intelectual de eso que la crónica policial insiste
en llamar fujimorismo, dice que se educó en su casa hasta el segundo de secundaria.
Bueno, pues: si eso no es educación privada –la que recibe uno en casita-,¿qué cosa es,
entonces, educación de tal naturaleza?
Dice que los tres últimos años de la secundaria los hizo en un llamado Colegio Nacional de
Mujeres “porque no había colegios privados en esa época”. Lo que no dice es que el
régimen del que fuera después Colegio Rosa de Santa María era uno que no excluía el pago
de matrícula, pensiones y, por supuesto, útiles.
Tampoco dice que la ley de gratuidad de la enseñanza se dio bastante después de 1939, año
en el que ella terminó su ciclo de colegiala.
De modo que la doctora Hildebrandt está mintiendo tan bien como cuando recibía la orden
de su jefe de decir inmundicias sobre el Tribunal Constitucional al que había que enlodar y
derribar para que el Chino volviera a candidatear (y para que Augusto Álvarez Rodrich
siguiera haciendo negocios desde alguna Cepri, cómo no).
Porque no podemos olvidar que ambos personajes tuvieron su choque y fuga en 1990,
cuando Alan asesoró a Kenya, lo instruyó para el debate con Vargas Llosa, lo convirtió en
discípulo del callejón de las 7 puñaladas y hasta le prestó para todos los fines a Montesinos,
que ya era asesor de Inteligencia nombrado por García antes de que Fujimori le
descubriera sus mejores talentos en el arte de matar y en la destreza menor de picar los
bolsos del Estado.
Ese romance fue tórrido, conoció de mil enjuagues en el Congreso, de otros mil enredos en
la comisión que investigaba el origen de la fortuna del doctor García, hasta que un pequeño
malentendido, instigado por Montesinos, hizo que Fujimori fuera en pos de García con la
ayuda de algunos tanques y con el propósito de llevarlo a su despacho a preguntarle cómo
había hecho para no dejar huellas y cuál era el truco para dejar el BCR con menos 130
millones de dólares (–US$ 130 millones) y luego aparecer dando algunos consejitos sobre
economía.
Pero el canalla de Montesinos llamó al doctor García diciéndole que el japonés, que todos
los días veía Tora,Tora, Tora para inspirarse, lo quería muerto. Y allí nació la desavenencia
que terminó desemparejándolos por un tiempo.
Pero ahora no. Ahora no está Montesinos para interponerse. A este amor que los años no
estropearon, que los cadáveres de uno y otro lado terminaron por blindar –Rodrigo
Franco, de un lado, Colina, del otro; el Frontón como dote, Barrios Altos como
contraparte– ya nadie lo puede parar.
Y allí están, como testigos de estas bodas de sangre, la lucha feroz en contra de las ONG –
masacre solicitada por el fujimorismo y a punto de ser ejecutada por el Apra–, el
desmantelamiento de la lucha anticorrupción –gesto que conviene a ambos contrayentes–,
y el sabotaje descarado a la extradición de Fujimori, requisito casi físico para la
consumación de la boda dado que un novio de tan altas cualidades no puede venir con las
esposas puestas, qué se han creído.
Todo esto envuelto en la misma cueca prochilena, empezada por Fujimori al firmar los
vergonzosos y traidores acuerdos de 1998 y continuada hasta el exceso por García al poner
a la Gallina Turuleca en Torre Tagle. Los que, como Cipriani, creemos en la santidad del
matrimonio sólo podemos esperar que sean felices. (Una nube de arroz de Enci sobre los
novios).
¿Canal 7 privatizado?
Mi colega Federico Salazar quiere privatizar el Canal 7 y lo ha propuesto en su leída
columna de Perú 21. Como se sabe, ya privados son todos los otros canales.
Si el siete se privatizara no habría una sola ventana verdaderamente distinta de las de ojo
de buey por las que los ivcher y los genaros otean el horizonte, ordenan sus rutas, driblean
a los guardacostas y se alegran cuando ven flamear, a lo lejos, las otras banderas de piratas
de la flota hermana.
Y ponen proa rumbo al mar de los sargazos, pasando por las islas guaneras de tanta
inspiración, y luego al tour de Alcatraz para la melancolía, al mar negro de sus
contabilidades, al muerto para rendirle homenaje a sus editores, al rojo para los
acreedores, y de regreso, con cocinero egipcio a bordo, al mar de basura, de creación
propia, que baña el balneario de sus noticieros y afines.
En fin, si por mi colega Salazar fuera habría que privatizarlo todo. Ahora bien, para Salazar
y su club de liberales tipo Aldo –que no es una marca de carteras sino una patente de corso
para decir cualquier idiotez– privatizar quiere decir entregarle al primer carroñero que
pase por la esquina lo que quiera que fuese siempre y cuando sea del Estado, ese enemigo
al que, sin embargo, le exijo policía y ejército para que ponga en su sitio a la cholería
embravecida.
Porque si invertimos la lógica, la pregunta sería peliaguda para la patronal que Salazar
encarna hasta en las publicidades a las que se ha prestado como si nada:
¿Por qué diablos la TV que ven nuestros hijos, que forma opiniones, que orienta
conciencias, que embarra gustos y ensucia los colores está en manos todavía de los genaros
y los ivcher?
¿Quiénes son los genaros y los ivcher –y todos los demás, incluyendo al tal gonzález que
viene de algún cártel fronterizo– para tener más poder que todos los ministros de
Educación que en el Perú han sido?
¿Y quiénes son para no dar cuenta de sus actos a nadie? Y, sobre todo, ¿quiénes son ellos
para hablar de la libertad de expresión cuando todos sabemos que sus intereses no vuelan
sino que reptan?
El Canal 7 es, en serio, una magnífica opción para diversificar un poco la oferta de la
pantalla con una programación en la que intervengan los productores cinematográficos y
de videos, las universidades dignas de llamarse así, encargadas de investigaciones sociales,
los periodistas como Gorriti que fueron excluidos de la TV privada por no dejarse pisar el
poncho y, en general, el mundo de la inteligencia exiliado para siempre de la tele desde que
se murió Pablo de Madalengoitia y Lima empezó a parecerse a un casino panameño
regentado por la mafia coreana.
¡Al contrario! Si lo privado es genaro o ivcher, hay que alejar, hoy más que nunca, al 7 de
esos cantos de raya con espolón. Hay que hacer una BBC chola, un PBS casado con lo
mejor de La Católica; una televisión pública, en resumen, que demuestre a todo el mundo
que la TV puede ser bastante más que lo de hoy.
Someter al único canal potencialmente distinto a la visión de los escarabajos coprófilos que
producen para la tele privada sería un paso más del Apra hacia su regreso filogenético al
Apra de los sesenta, esa versión degenerada que casó con Julio de la Piedra en las cavas
pulguientas de un ron norteño.
En el momento de aquel naufragio por incompetencia el capitán del barco tenía el nombre
de nuestro ilustre colega, Arturo Salazar Larraín, o sea el daddy de Federico. ¡Habla,
memoria!
Ese era Grau, el mismo Grau que, a pesar del consejo de todos, emprendió proa a Iquique
sin haber hecho las reparaciones debidas en el Callao.
Porque a finales de septiembre de 1879 ya el Huáscar había hecho todas las proezas que
podía esperarse de su capitán y el estado mayor aliado, todavía peruano-boliviano,
demandaba que la mágica nave se tomara un descanso, limpiara fondos y curase las averías
que el desgaste de los años y la intensidad de su aventura le habían causado.
No olvidemos que el Huáscar había sido adquirido en astilleros ingleses en 1864, a la luz
del conflicto creado por el neoimperialismo español “y justamente para defender a Chile,
conforme el pacto de alianza de Prado, todo lo cual fue echado al olvido por el país del sur a
la hora de apoderarse de nuestro suelo”, según escribe Mariano Felipe Paz Soldán en su
insuperable Guerra de Chile contra el Perú y Bolivia.
No olvidemos también que el Huáscar tenía 300 caballos de fuerza mientras que el
Cochrane y el Blanco Encalada, blindados chilenos construidos en 1875, tenían 2,920
caballos de fuerza. El Grau podía desplazar 1,300 toneladas. Los barcos chilenos podían
con 3,560 toneladas.
El Huáscar tenía dos cañones Armstrong de 300 libras. El Cochrane y el Blanco Encalada
tenían seis cañones de 250 libras, otros de menor calibre y ametralladoras para el combate
cercano. La munición artillera de los blindados chilenos era de acero perforante, ventaja de
la que también careció el Huáscar.
¡La armada invencible en versión pirata! Chile sabía que, muerto Grau, el camino hacia la
invasión de Lima y el saqueo de la odiada capital quedaría allanado.Habrá recordado el
almirante Luis Giampietri que Grau murió, destrozado, cumpliendo su deber.
Para recordar cómo fue esa muerte digna que el destino juzgó inexorable recordemos las
palabras de un periodista chileno, el corresponsal de guerra de El Mercurio, de Valparaíso:
”Los efectos del otro proyectil fueron todavía más terribles. Dando de lleno al lado de
estribor de la torre de combate del comandante, hizo en ella un grande agujero y fue a
azotar contra la pared del lado opuesto… Al comandante Grau… lo destrozó
instantáneamente.
Todo lo que quedó de él fue el pie derecho y una parte de la pierna, algunos dientes
incrustados en el maderamen interior, y menudos trozos confundidos con los hacinados
restos de la torre. Eran las 9 y 32 de la mañana.” (Crónica publicada el 12 de octubre, vía
telégrafo, por El Mercurio de la capital chilena).
Así mueren los que se asoman al mayor de los corajes: al del deber cumplido. ¡Y pensar que
el Huáscar, agujereado por todas partes, acribillado desde todos los ángulos, resistió hasta
las 10 y 55 de aquella mañana! ¡Una hora y trece minutos de resistencia admirable en la
que se sucedieron, al mando de la nave mártir y luego de la muerte de Grau, Aguirre, Ferré,
Rodríguez y Carbajal, todos muertos en su puesto de mando!
Algunos de ellos, entre los cuales se cuenta el oficial de la guarnición, gritaban: ¡Los
peruanos no se rinden! El capitán Peña, que iba animado de la intención de dejarlos en
posesión de sus espadas, pues bien lo merecía aquella porfiada resistencia, les dijo en tono
seco:
Tienen ustedes cinco minutos para embarcarse en el bote… Por todo el interior del Huáscar
no se podía dar un paso sin tropezar con algún resto humano y materialmente se
chapoteaba en la sangre…”
¿Qué pensaría Grau de marinos que matan a rendidos? ¿Qué pensaría de un compañero de
armas tan valiente con los desarmados?
Fotografiados por Mario Testino, impresos por millones en la revista Hola, clonados en
todos los cuchés de las revistas rosas, amadrinados por Luis Alva Castro en Balenciaga de
lamé (para la boda) y rabioso Versace (para la fiesta), y bendecidos por el capellán general
de prisiones, don Vladimiro Montesinos, ambos lucieron serenos y felices embutidos en
sendos Armani, regalo de Asbanc por haber empezado la liquidación del Banco de la
Nación, y dispuestos a hacer todo lo posible para que esta vez la cosa sí funcione.
Porque no podemos olvidar que ambos personajes tuvieron su choque y fuga en 1990,
cuando Alan asesoró a Kenya, lo instruyó para el debate con Vargas Llosa, lo convirtió en
discípulo del callejón de las 7 puñaladas y hasta le prestó para todos los fines a Montesinos,
que ya era asesor de Inteligencia nombrado por García antes de que Fujimori le
descubriera sus mejores talentos en el arte de matar y en la destreza menor de picar los
bolsos del Estado.
Ese romance fue tórrido, conoció de mil enjuagues en el Congreso, de otros mil enredos en
la comisión que investigaba el origen de la fortuna del doctor García, hasta que un pequeño
malentendido, instigado por Montesinos, hizo que Fujimori fuera en pos de García con la
ayuda de algunos tanques y con el propósito de llevarlo a su despacho a preguntarle cómo
había hecho para no dejar huellas y cuál era el truco para dejar el BCR con menos 130
millones de dólares (–US$ 130 millones) y luego aparecer dando algunos consejitos sobre
economía.
Pero el canalla de Montesinos llamó al doctor García diciéndole que el japonés, que todos
los días veía Tora,Tora, Tora para inspirarse, lo quería muerto. Y allí nació la desavenencia
que terminó desemparejándolos por un tiempo.
Pero ahora no. Ahora no está Montesinos para interponerse. A este amor que los años no
estropearon, que los cadáveres de uno y otro lado terminaron por blindar –Rodrigo
Franco, de un lado, Colina, del otro; el Frontón como dote, Barrios Altos como
contraparte– ya nadie lo puede parar.
Y allí están, como testigos de estas bodas de sangre, la lucha feroz en contra de las ONG –
masacre solicitada por el fujimorismo y a punto de ser ejecutada por el Apra–, el
desmantelamiento de la lucha anticorrupción –gesto que conviene a ambos contrayentes–,
y el sabotaje descarado a la extradición de Fujimori, requisito casi físico para la
consumación de la boda dado que un novio de tan altas cualidades no puede venir con las
esposas puestas, qué se han creído.
Todo esto envuelto en la misma cueca prochilena, empezada por Fujimori al firmar los
vergonzosos y traidores acuerdos de 1998 y continuada hasta el exceso por García al poner
a la Gallina Turuleca en Torre Tagle. Los que, como Cipriani, creemos en la santidad del
matrimonio sólo podemos esperar que sean felices. (Una nube de arroz de Enci sobre los
novios).
¿Canal 7 privatizado?
Mi colega Federico Salazar quiere privatizar el Canal 7 y lo ha propuesto en su leída
columna de Perú 21. Como se sabe, ya privados son todos los otros canales.
Si el siete se privatizara no habría una sola ventana verdaderamente distinta de las de ojo
de buey por las que los ivcher y los genaros otean el horizonte, ordenan sus rutas, driblean
a los guardacostas y se alegran cuando ven flamear, a lo lejos, las otras banderas de piratas
de la flota hermana.
Y ponen proa rumbo al mar de los sargazos, pasando por las islas guaneras de tanta
inspiración, y luego al tour de Alcatraz para la melancolía, al mar negro de sus
contabilidades, al muerto para rendirle homenaje a sus editores, al rojo para los
acreedores, y de regreso, con cocinero egipcio a bordo, al mar de basura, de creación
propia, que baña el balneario de sus noticieros y afines.
En fin, si por mi colega Salazar fuera habría que privatizarlo todo. Ahora bien, para Salazar
y su club de liberales tipo Aldo –que no es una marca de carteras sino una patente de corso
para decir cualquier idiotez– privatizar quiere decir entregarle al primer carroñero que
pase por la esquina lo que quiera que fuese siempre y cuando sea del Estado, ese enemigo
al que, sin embargo, le exijo policía y ejército para que ponga en su sitio a la cholería
embravecida.
Porque si invertimos la lógica, la pregunta sería peliaguda para la patronal que Salazar
encarna hasta en las publicidades a las que se ha prestado como si nada:
¿Por qué diablos la TV que ven nuestros hijos, que forma opiniones, que orienta
conciencias, que embarra gustos y ensucia los colores está en manos todavía de los genaros
y los ivcher?
¿Quiénes son los genaros y los ivcher –y todos los demás, incluyendo al tal gonzález que
viene de algún cártel fronterizo– para tener más poder que todos los ministros de
Educación que en el Perú han sido?
¿Y quiénes son para no dar cuenta de sus actos a nadie? Y, sobre todo, ¿quiénes son ellos
para hablar de la libertad de expresión cuando todos sabemos que sus intereses no vuelan
sino que reptan?
El Canal 7 es, en serio, una magnífica opción para diversificar un poco la oferta de la
pantalla con una programación en la que intervengan los productores cinematográficos y
de videos, las universidades dignas de llamarse así, encargadas de investigaciones sociales,
los periodistas como Gorriti que fueron excluidos de la TV privada por no dejarse pisar el
poncho y, en general, el mundo de la inteligencia exiliado para siempre de la tele desde que
se murió Pablo de Madalengoitia y Lima empezó a parecerse a un casino panameño
regentado por la mafia coreana.
¡Al contrario! Si lo privado es genaro o ivcher, hay que alejar, hoy más que nunca, al 7 de
esos cantos de raya con espolón. Hay que hacer una BBC chola, un PBS casado con lo
mejor de La Católica; una televisión pública, en resumen, que demuestre a todo el mundo
que la TV puede ser bastante más que lo de hoy.
Someter al único canal potencialmente distinto a la visión de los escarabajos coprófilos que
producen para la tele privada sería un paso más del Apra hacia su regreso filogenético al
Apra de los sesenta, esa versión degenerada que casó con Julio de la Piedra en las cavas
pulguientas de un ron norteño.
En el momento de aquel naufragio por incompetencia el capitán del barco tenía el nombre
de nuestro ilustre colega, Arturo Salazar Larraín, o sea el daddy de Federico. ¡Habla,
memoria!
POSTED BY PERÚ 21 AT 9:30 A. M.
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5:14 P. M.
Mantener un show como el de Irwin cuesta mucho. Y el pobre Irwin, que hacía algún
tiempo había acercado a su propio bebé a las fauces de un cocodrilo para ganar unas
décimas de audiencia, lo sabía.
Después de adormecer cobras, gritar como un colono inglés que acaba de matar a un
zulú, susurrarle cosas feas a las ballenas, aburrir a los pingüinos, ponerse anacondas de
collar, conferenciar con caimanes y provocar a todos los gaznates con escamas que
quisieran ser filmados, ¿qué se podía hacer para que la teleaudiencia no te degradara al
rating de la madrugada y a una rebanada en el sueldo? ¿Qué se podía hacer para que la
productora no te mirara con compasión y te dijera “los jefes están preocupados”?
Pues lo que podía hacer Irwin para seguir cautivando a su audiencia era morirse, que es
lo que hizo con extrema diligencia. Su audiencia póstuma, digamos, será una maravilla.
Le bastó nadar encima de una mantarraya de aguijón tóxico para lograr ser grabado en
el supremo instante. Su director de TV, David Ireland, que lo monitoreaba desde una
embarcación submarinista llamada Poseidón, sabía el peligro que Irwin corría, pero el
negocio era precisamente ese: que una de las estrellas de la TV ecológica se jugara el
pellejo en cada secuencia.
“Si la cola de una raya golpea un órgano vital, es como si te impactara una bayoneta”, le
dijo Ireland a la Southern Cross Broadcasting minutos después de la tragedia.
O sea que todo el equipo de filmación sabía qué se jugaba Irwin excitando el instinto
territorial de la manta.
Estoy seguro de que la primera pregunta que se formuló en las salas más ejecutivas de la
cadena donde Irwin trabajaba debió ser:
–¿Pero lo habrán grabado todo? Porque así de cruel y bárbaro es este asunto de la
sintonía, la vigencia, los pescaditos que te ven y los peces gordos que te mandan a Port
Douglas, para que te encares con la muerte, o a la mierda si no haces lo que resulte
rentable a la corporación.
El mismo día en que Irwin moría con el corazón atravesado, la empresa Hitwise,
especializada en medición de audiencias en Internet, informó a la IBL News que el
suceso de Irwin había superado todas las marcas entre los internautas australianos.Y cito
a IBL News:
Irwin siempre creyó que le pagaban tan bien por ir a la caza de cocodrilos. No, le
pagaban así de bien porque su juego consistía en acercarse a la muerte con cada vez
más confianza. Le pagaban así de bien por el morbo que ese encuentro con la muerte,
muchas veces diferido pero en el fondo inexorable, producía.
Irwin tenía una cita con la muerte. Y la TV debía grabar ese zarpazo que trajo forma de
raya y que sucedió cerca de uno de los arrecifes de coral más bellos de la tierra. Irwin,
en suma, se pensaba cazador de cocodrilos.
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