¿Qué es filosofía?

Patricio Galleguillos Muñoz

Filosofía Educacional
Pedagogía General Básica
Universidad de La Serena

La Serena, 08 de septiembre de 2010

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Para iniciar mi reflexión acerca de la filosofía me gustaría proponer la siguiente
situación:

“Son las 3 de la tarde y acaban de autorizar el ingreso a la unidad infantil de cuidados

intensivos del hospital. A esta hora se autoriza en ingreso de familiares para ver a sus
hijos que se encuentran internados. Mi hijo se encuentra ahí hace 6 meses, desde que
cayó a la piscina y no ha vuelto a despertar. Todos los días rezo para que vuelva, para
que despierte, pero sigue conectado a esos tubos que lo mantienen artificialmente en
vida. Estos meses han sido terribles. El dolor de la madre, de sus hermanos y,
obviamente, el mío. ¿Y su dolor? ¿No estará sufriendo? ¿No será mejor que muera?
¿Por qué lo hemos mantenido conectado a esos tubos? ¿Es por su futuro o porque yo no
quiero estar sin él? ¿No será por mi egoísmo que lo he hecho sufrir durante 6 meses? Y
si soy yo el que lo amo, ¿No debería dejarlo partir para que no siga sufriendo? Si
además soy creyente ¿No debería cree que su muerte lo llevará donde Dios padre?”

Durante el transcurso de nuestra vida, nos vemos comúnmente enfrentados a situaciones

como esta y no tenemos respuestas a estas preguntas fundamentales. ¿Sería más fácil
reaccionar ante estas situaciones si hubiese reflexionado acerca de estas cuestiones?
Supongamos que sí hemos reflexionado respecto a estas preguntas y que, en esa
reflexión, llegué a la conclusión que jamás sería capaz hacer sufrir a mi hijo durante seis
meses, simplemente por mi deseo de estar con él muchos años más. Además, estaba
seguro que después de la muerte, el alma se va al cielo y llega a los brazos de nuestro
Dios. Si esas hubieran sido mis reflexiones, no debería dejarlo partir y aceptar su muerte
con resignación, como parte de la vida.

Si la vida fuese una fuente inagotable de alegrías, es probable que estas reflexiones
fuesen irrelevantes. Sin embargo, todos los días tenemos que tomar decisiones frente a
situaciones complejas de la vida, que incumben los afectos, las creencias, los valores,
los conocimientos, etc.

Ciertamente, la persona que se ve enfrentada a estas situaciones, y tuvo la suerte de

haberlas reflexionado profundamente con anterioridad, contará con principios que
guiarán sus decisiones en dichos momentos y estará mejor preparado que aquél que no
lo ha hecho.

De mi punto de vista, la filosofía es esto. Un proceso reflexivo, íntimo, de cada ser

humano, que le permite establecer principios válidos que guíen su acción, cada vez que

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se enfrente a situaciones críticas. Esto último es lo que diferencia a la filosofía de una
reflexión cualquiera. Las definiciones que entrega la filosofía, es decir, ese proceso
reflexivo que vive todo ser humano, corresponden a aspectos fundamentales del
hombre.

Como tal, a la filosofía la podemos encontrar en toda la naturaleza humana, en todas las
culturas, en todas las edades y en todas las clases sociales. He aquí una muestra:

“Yo nunca lloro miseria

fui criado a todo pasto
y teniendo todo lo que tenga
todo lo mío es pa` gasto

Yo tengo una fortuna

Que es muy bonita
Lo que sé y lo que soy
¿Quién me lo quita?

Quién me lo quita, sí
Porque a los cuicos
Cuando Dios los castiga
Los vuelve ricos

Levanta la cabeza
Que eso es grandeza”

Esta es una cueca que pertenece al folclor chileno y de la cual se desconoce su autoría,
pero que se ha transmitido oralmente por más de cien años. Esta cueca representa la
filosofía del roto chileno. Para el roto chileno, la acumulación de riquezas no tenía
importancia, la vida se vivía día a día, en un presente que había que gozar intensamente,
sin darle mucha importancia al porvenir y que, frente a su realidad de pobreza, no se
avergonzaba.

Esta sabiduría popular a la cual se le llama folclor ¿No es simplemente filosofía

popular? Nuestro folclor, nuestra música latinoamericana, su poesía, sus mitos y sus

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creencias están llenas de estas definiciones que guiaban y siguen guiando el accionar de
muchas personas que aún conservan dichos principios.

Es impresionante cuando uno puede observar que intelectuales y científicos de la talla

de Humberto Maturana coinciden en sus reflexiones con una pequeña cantautora
popular nacida en Chillan como es Violeta Parra1. El primero, sigue el camino del
método científico para llegar a la filosofía, mientras Violeta parte de la experiencia con
su pueblo para llegar igualmente a la filosofía. Dos caminos distintos, pero llegan al
mismo lugar. Mientras Maturana manifiesta que el amor es esencial a los hombres y es
el punto de partida de cualquier actividad humana, Violeta escribe:

“El amor es tobellino

de pureza original
hasta el feróz animal
susurra su dulce trino
detiene a los peregrinos
libera a los prisioneros
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño
lo vuelve puro y sincero”

La filosofía está presente en toda actividad humana cada vez que debemos enfrentarnos
a una decisión importante de la vida, ya que, esa decisión, implicará tener definiciones
acerca de la vida, la muerte, el amor, la justicia, la honradez, la felicidad, lo bueno, lo
malo, etc. Por ello, mientras más tiempo hemos destinado a reflexionar respecto a estos
aspectos fundamentales, mejor preparados estaremos para afrontar situaciones difíciles.
Afortunadamente, la evolución de la especie humana nos enfrenta a nuevos escenarios,
cada vez más complejos, obligándonos a reflexionar continuamente acerca de las nuevas
dificultades de la vida, de lo contrario, nos bastaría con buscar la respuesta de Sócrates,
Heidegger o Kant sobre el calentamiento global.

1
Intencionalmente utilizo la conjugación “es” y no “fue” porque para mí la existencia de una persona
supera la existencia de su cuerpo y su existencia esta dada por la relación que establece con otras personas
y Violeta Parra existirá para cada persona que lea y cante sus canciones, porque su mensaje seguirá
vigente.