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c ARTÍCULOS

Aportes de la
teología de la
liberación a la
FERNANDO MONTES, S.J.
doctrina social de
la Iglesia
En el marco del primer congreso latinoamericano con las enseñanzas del Evange-
de doctrina social de la Iglesia, fue presentada esta ponencia lio, de la tradición viva y del peren-
ne Magisterio de la Iglesia- esta-
cuyo tema fue solicitado por los organizadores y
mos convencidos, tanto vosotros
que ha sido levemente retocada para su publicación. como yo, de que la teología de la
A veinte años del surgimiento de la teología de la liberación liberación es no sólo oportuna sino
y superado ya el primer enfrenamiento con la doctrina útil y necesaria. Debe constituir
social de la Iglesia, este artículo trata de discernir los aportes una etapa nueva -en estrecha
conexión con las anteriores- de
directos e indirectos que la primera hizo a la segunda esa reflexión teológica iniciada con
a través de los temas nuevos que desarrolló o de las nuevas la Tradición apostólica y continua-
posiciones y afinamientos que adoptó el maqisterio social de la da con los grandes Padres y
Iglesia. Doctores, con el Magisterio ordi-
nario y extraordinario, y en época
El autor es licenciado en filosofía, teología y sociología.
más reciente, con el rico patrimo-
nio de la doctrina social de la Igle-
sia expresada en documentos que
van de la Rerum Novarum a la
o es m¡ objetivo presentar en oportunidades se intuye esa teo- Laborem Exercens"2.
N paralelo la teología de la li-
beración y la doctrina social
de la Iglesia y detectar sus diferen-
logía como una interlocutora no
siempre nombrada. Baste recor-
dar la Evangelif Nuntlandí de Perspectivas para
cias y mutuas relaciones. Una es Paulo VI, y las encíclicas y alocu- abordar el tema
tarea de teólogos y la otra, fruto ciones de Juan Pablo II, en parti-
del magisterio. Hay, desde un cular la Sollicitudo Rei Socialls, Presupuesto de San
punió de vista epistemológico, la Laborem Exercens y la Cente- Ignacio
fundadas diferencias entre ellas. simus Annus.
Nos han pedido señalar los even- Soy consciente de que ambas
En su mensaje a la Conferen-
tuales aportes hechos, después disciplinas no siempre han ido de
cia Episcopal brasileña, el Papa
de veinte años por la teología de la dice que "en la medida en que se
liberación a la doctrina social. Se esfuerza por encontrar esas res- 1 Distinto, como es obvio, sari a el tono do este
trata de una visión sintética1. puestas justas -penetradas de
articulo ti se nos hubiera pedido lo contrario, vate
decir, cla/üicar «I aporto da la doctrina social a la
Es un hecho que el magisterio comprensión para con la rica teología de la liberación. En ese caso debelarnos
Seflalar las corrección*» y adveitandas que el
se ha referido explícita o implícita- experiencia de la Iglesia en este magisterio ha hecho » M I teología.
mente a la teología de la liberación país, tan eficaces y constructivas 2 Juan Pablo II, Mensaje a la Conferencia Episco-
pal de Brasil, sn L' Oss&valora Romano {edición
para discernir, corregir y asumir cuanto sea posible y al mismo semanal). 27 de abril de 1986. p. 11. Posterior men-
muchos elementos. En diversas tiempo en armonía y coherencia te «I Papa hablará de 'una- teología de la líber ación.

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la mano y de que no resulta fácil mente, a crear un nuevo estilo. mente propiciada por los pastores
"abordar el tema de este artículo Ella ha sido una mediación para la dedicados al trabajo con los más
con total ecuanimidad. Por eso toma de conciencia de la necesi- pobres. Ella surge en un medio
hago explícito mi deseo de enca- dad de nuevos horizontes; a tra- universitario, aunque no en las
rarlo teniendo presente el PRE- vés suyo - y puede ser éste su facultades de teología -sus prime-
SUPUESTO con el cual San Igna- mérito- hemos debido releer el ros gestores fueron capellanes
cio comienza los Ejercicios Espiri- Concilio Vaticano II y asumir sus universitarios- para responder al
tuales3. aportes en una perspectiva nues- desafío que significaba el desen-
El nos invita a ©star siempre tra, latinoamericana, recogiendo canto ante la Iglesia por parte de
dispuestos y prontos, como bue- de paso las contribuciones de la los jóvenes más inquietos y sensi-
nos cristianos, a salvar la proposi- renovación bíblica y los datos ofre- bilizados en lo social.
ción del prójimo antes que conde- cidos por la teología postconciliar, La revolución cubana, junto con
narla, evitando apasionadas dis- sobre todo en lo referente a cristo- agudizar la conciencia de los pro-
cusiones semánticas. Y, en una logia y eclesiología. Los aportes blemas sociales del continente,
actitud de búsqueda de la verdad, de la T.L., sin dejar de tener impor- parecía ofrecer una alternativa
ir alfondode las cosas con espíritu tancia, no son exclusivos y, lógi- latinoamericana, eficaz y rápida
de caridad, asumir las intenciones camente, deben ser asumidos en para enfrentar los problemas de la
profundas y, al mismo tiempo, conjunto con otras influencias. región. La mayoría de esos jóve-
corregir responsablemente tos nes con se ¡entizados por la Iglesia
errores. Se trata de una aplicación Aportes directos e ante las injusticias, se siente iner-
práctica del principio de Santo Indirectos me para hacer frente a esa situa-
Tomás que nadie está tan lejos de ción. Carentes de mediaciones
la verdad que no posea algo de Finalmente creo importante socioanalíticas, no se sienten
ella. señalar que hay aportes que pue- capaces de proponer estrategias
Los tiempos han cambiado den venir directamente de laT.L., adecuadas. El marxismo descu-
desde la década de los sesenta en aunque tal vez no exclusivamente bierto en tales circunstancias los
que nació la teología de la libera- de ella (p.ej., la opción preferente lleva a abandonar en forma masi-
ción (T.L.), y hoy podemos, con por los pobres)... y existen otros va la Iglesia o al menos a poner
mayor distancia, actuar sin desca- que podemos llamar indirectos "entre paréntesis" su fe y a silen-
lificaciones. La doctrina social porque se han derivado de la ciar su doctrina social.
(D.S.I.), profundamente renovada, necesidad de volver a las fuentes La T.L. nace como una alter-
ha sido redescubierta en su honda al hacer precisiones ante algunas nativa pastoral para llenar ese
verdad. Por su parte, la T.L., junto inexactitudes, errores o ambigüe- vacío. Aunque no es un sustituto
con conservar el "pathos" que le dades (p.ej., una mejor definición de la D.S.I, cumple sin embargo
dio origen, ha debido revisar sus de la auténtica liberación cristia- algunas de las tareas de esa doc-
mediaciones socioanalíticas, fuen- na). Entre los aportes indirectos trina que se presentaba inadecua-
te de sus mayores problemas4. cabe señalar el necesario y pro- da para las nuevas circunstan-
fundo discernimiento que debió cias. Ella pretende resituar la Igle-
Dificultad para aislar las hacer la Iglesia frente al marxismo sia y presentar la fe con una reno-
variables y que le permitió axplicitar con vada vitalidad. Busca dar vigencia
mayor fuerza su propia antropolo- histórica a un cristianismo que
En temas tan complejos, don- gía y quedar mejorpreparada para parece irremisiblemente ligado al
de se relacionan la teología, la enfrentar la crisis que con poste- pasado y que es juzgado, no siem-
filosofía, las ciencias sociales y la rioridad ha experimentado esa pre con justicia, como un elemen-
cambiante situación histórica, ideología. to regresivo en la lucha ideológica.
resulta muy difícil aislar las varia- No se ha insistido suficientemente
bles para indicar qué aspectos de Una nueva vigencia en esta vertiente pastoral, en este
una disciplina están influyendo en histórica remezón que obliga a la Iglesia a
otra. De hecho, en la formulación enfrentar la renovación de su len-
actual de la doctrina social han Señalamos tres aportes he- guaje frente a la nueva situación y
influido la renovación teológica chos por laT.L. para dar una nueva frente a una presentación no ca-
posiconciliar, los cambios socia- vigencia histórica de la D.S. I. en el rente de ambigüedades y erro-
les e históricos acaecidos en el continente.
mundo en las últimas décadas y 3 San Ignacio de Loyola, Ejercicios espirtualm,
n. 22.
los aportes de la filosofía para Alternativa pastoral 4 Han contribuido a esto, por una parto, las adver-
pensar la historia. Ninguna de ante un vacío tencias bochas por al magisterio, particularmente
estas variables influye aisladamen- en las dos ínstr ucciones de la Cong ragación para la
doctrina de la Fe: Lbertatis Nuntius da 19&4 y
te. En ese contexto se puede decir A diferencia de lo dicho co- Lbsnaiie Consciente de 1906; y, por otra, lo*
que la T.L. y otras corrientes han múnmente, la T.L. no nace en las hachos acaecidos en el mundo a partir de 1969.
comentados recientemente por Juan Pablo II en
contribuido, influyéndose mutua- comunidades de base ni es inicial- Cenleeimos Annus.

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res... Es un hecho que el magiste-


rio eclesial en los últimos años ha
adquirido un tono marcadamente
pastoral. p m
La T.L. contribuyó a ahondar
una corriente ciertamente mani-
festada, si no iniciada, por el
Concilio Vaticano II y por corrien-
testeológicaspreconciliarescomo
la llamada teología kerigmática.
Aladistancia.ysinentraradar
un juicio de valor sobre los conte-
nidos de la T.L., es importante
reconocer su contribución a que la
Iglesiaformulara una doctrina con
la suficiente mordiente histórica
como para encarar los graves
conflictos de América latina.
Medellín, Puebla y las ulteriores
tomas de posición de! magisterio
de los obispos, y de Paulo VI y 41

Juan Pablo II han enfrentado este


desafío, poniendo en guardia y
corrigiendo los errores a los que
pudo llegarse... pero asumiendo
el fondo de verdad allí existente.
La Ig lesia dejó de estar a la "defen-
siva" ante los cambios del conti-
nente. Sin duda la T.L., por discu-
tibles que puedan ser algunas de
sus afirmaciones o sus métodos, La temática aera más bien el escándalo de ver a! hombre, imagen de
ha contribuido a la nueva "sensibi- Dios, oprimido y deshumanizado
lidad eclesial"... actitud pastoral
que permite enfrentar hoy la evan- destinatarios enfrentados a pro- mas más elementales de la justi-
gelización con un renovado vigor. blemas y tareas nuevos para la cia. Eltemafeyjusticiadejade ser
Por tratarse de un cambio de acti- reflexión teológica. La T.L. intro- un ieina secundario, aunque
tud, no es fácil resumir sus ele- duce un factor de renovación al importante, y se convierte en tema
mentos, pues en cierto modo lodo cambiar el interlocutor de la teolo- central para la vigencia de la mis-
queda afectado. La pastoral en su gía y al acentuar una nueva pro- ma fe. La teología fundamental se
conjunto, la catcquesis, las comu- blemática para el imperativo cre- replantea, al menos en el conti-
nidades, las mismas instituciones yente de dar razón de la fe. En nente, en buena parte a partir de
- pensemos en la Vicaría de la efecto, los principales interlocuto- este nuevo eje. El tema teológico
Solidaridad en Chile- y por cierto res de la teología no serán, como adquiere una relevancia social y
ia enseñanza social han recibido en Europa, el mundo universitario llega a interesar y hasta apasionar
un nuevo impulso. erudito, las facultades de teología a la opinión pública.
Podemos hacer una primera o los científicos, sino el pueblo Al poner el eje de la reflexión
afirmación: la T.L., al menos en creyente. La temática no será tan- en la relación justicia-fe, necesa-
América latina, ha ayudado a ubi- to los problemas que surgen en la riamente se renovaron temas tra-
car históricamente las formulacio- relación entre la ciencia y la fe, dicionalmente abordados por la
nes de la doctrina social y a gene- sino el escándalo de ver al hom- doctrina social. Por eso, pensa-
rar una mayor sensibilidad res- bre, imagen de Dios, oprimido y mos que, indirectamente, la T.L.
pecto de su lugar de origen, sus deshumanizado. El problema no ha contribuido al redescubrimien-
destinatarios y sus consecuencias será tanto enfrentar la fe cristiana to de la doctrina social como una
pastorales. con el mundo moderno científico y dimensión indispensable de la
tecnológico o con las nuevas co- nueva evangelización5, y ha coo-
Cambio de Interlocutor y de rrientes filosóficas. El radicará más
eje de la reflexión teológica bien en ía dificultad que se produ- 5 Juan Pablo II on Cenias/mus Annus. n. 5 afirma
ce al constatar que un continente que la nu«va «vangstización -debe incluir antre sus
elementas esenciales «I anuncio de la doctrina
Los teólogos de la liberación cristiano, acunado en la fe, no ha social de la Iglesia. Ver también SaMcKuda Reí
se vieron obligados a responder a sido capaz de superar los proble- Soaalts n. 41.

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perado, supuesta la profunda las aristas pelagianas que esta conjunto se insiste en la dimen-
renovación producida, a dar hoy visión podría tener. sión de conflicto que acompañó la
una extraordinaria vigencia histó- vida de ios verdaderos profetas y
rica a la enseñanza social. Hacía un verdadero que llevó a Jesús hasta la muerte.
En Europa se estableció en los círculo hermenéutico Y esa misma muerte se explica a
años 60 un diálogo, en cierto modo partir de la vida y de las enseñan-
académico, entre cristianismo y La conciencia de la necesidad zas del Maestro.
marxismo; se confrontaron sus hermenéutica surge cuando la La Iglesia puso posteriormen-
postulados para establecer las tradición deja de ser obvia y cuan- te en guardia contra esa relectura
compatibilidades y desencuentros. do ya no es claro que hay que e interpretación global que, usan-
En América latina el proceso fue seguirtransmitiendo esa tradición do acríticamente ciertos elemen-
diverso. La T.L. directamente se porque parece no responder a las tos del marxismo, dejaba en silen-
enfrentó con la injusta situación de necesidades del presente6. cio y hasta mutilaba aspectos
los pobres y con lo que se estimó esenciales del cristianismo. En el
era la "praxis de su liberación". Se El círculo incompleto de la intento por limpiar la fe cristiana de
usó el marxismo como una media- teología de la liberación cierto lastre ideológico, la nueva
ción, como un método de análisis. interpretación introducía numero-
Pero su uso poco crítico y sin el La T.L., impactada por la de- sos y más graves elementos de
debido discernimiento provocó una serción de vastos sectores que no ideología.
praxis que merece múltiples repa- encontraban en la doctrina social, El nuevo círculo hermenéuti-
ros. y finalmente ni en el mismo evan- co, por las mediaciones socioana-
gelio, una fuente de inspiración y líticas usadas, no era en verdad
Importancia de la acción una guía para su praxis, e impac- perfectamente circular. El concep-
tada por la situación de pobreza e to de praxis asumido del marxis-
La T.L. surge como una teolo- injusticia, emprende una "nueva mo, en su deseo de excluir cual-
gía de la acción. Ella reflexiona interpretación". Relee la Escritura quier extrinsecismo, rechaza toda
sobre la praxis y además quiere y descubre en ella un mensaje de normatividad previa, y en la prác-
responder a todas las búsquedas liberación. Se produce un nuevo tica, de un modo ahistónco dejada
que ha tenido la Iglesia desde la círculo hemenéutico que va de la inspirarse en la antropología cris-
renovación de la teología moral praxis liberadora a la Escritura y tiana y se desarraiga de la fe reci-
por el redescubrimiento del prima- reencuentra la palabra de Dios bida. La "praxis" propuesta inspira
do de la caridad. desde los pobres y la nueva lectura
Ella no sólo es una mediación desde la praxis de • • • • 1• ™ • • peronoesretroa-
entre la revelación y la realidad, su liberación. Eso limentada, critica-
sinoque desea contribuir a la trans- permite destacar "La da, ni normada
formación de esa realidad. Hay ciertos textos y por la fe. En ese
aquí, tal vez, un influjo de la tesis darles una nueva
interpretación de contexto, la rica
marxista de que no basta enten- centralidad. Es así
como se revalori-
los signos de los tradición de la
Iglesia, de la cual
der el mundo sino que es necesa-
rio transformarlo. • za y comenta tiempos lleva a hemos recibido y
Esta tarea es urgente dada la muchas veces el una relectura fiel en la cual hemos
gravedad de la injusticia que afec- libro del Éxodo leído la Escritura,
ta mortalmente a tanta gente y la subrayando los de la tradición y pierde su fuerza
misma referencia central al Reino aspectos de libe- de inspiración, su
entendido, tal vez demasiado uni- ración social y po- de la Escritura vigor orientador y
lateralmente, en su sentido de lítica que allí se atenta a los su capacidad crí-
nuevas relaciones sociales. narran; se hace tica. La mediación
La instrucción Llbertatis resaltar la figura de cambios socioanalítica ha
Conscientia recuerda que la los profetas, sobre históricos" sobrepasada su
doctrina social es una enseñanza todo en su aspec- intención para
orientada a la acción y le da así to de denuncia; se H B M M I M B l H • convertirse en un
particular vigencia en un continen- busca la inspira- referente último,
te cansado y que no puede seguir ción en el Jesús en una visión glo-
esperando. Por todas partes se histórico que evangeliza a los bal de la existencia. Se ha demos-
escucha el anhelo de ir más allá de pobres, que comparte la vida con trado de hecho que no es fácil
las teorías, sobre todo cuando se ellos hasta identificarse con los realizar la pretendida división que
trata del compromiso cristiano. Hay hambrientos, los encarcelados y se quiso establecer entre el mate-
conciencia de que la Iglesia tiene los que tienen sed, más que en el rialismo histórico y el dialéctico.
una doctrina y que ahora falta su Cristo de la fe o el de las ulteriores
concreción. Será necesario evitar fórmulas cristológicas. En ese 6 a . H. G. Gadamer. Ventad y método.

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Hacia un verdadero círculo: comunidades toca discernir, con temológicos y hermenéuticos y no


tradición, historia y la ayuda del Espíritu Santo, en es nuestro objetivo referirnos a
discernimiento. comunión con los obispos respon- este importante tema. La Iglesia
sables, en diálogo con los demás se ha hecho consciente de la
Puesta en duda la nueva inter- hermanos cristianos y con todos necesidad de un aporte interdisci-
pretación, queda, sin embargo, los hombres de buena voluntad, plinario11 que, bien situado, ayuda
como un aporte para la pastoral de las opciones y los compromisos a hacer un correcto análisis de la
la Iglesia y para la D.S.I. la con- que conviene asumir para realizar realidad y hace posible unaacción
ciencia que se establece de la las transformaciones sociales, que permite realizar los cambios
urgencia de realizar en verdad un políticas y económicas que se exigidos por la caridad. Pero es
nuevo círculo hermenáutíco au- considera de urgente necesidad claro que las ciencias, en su nece-
ténticamente tal. Este debería en cada caso".0 Surge de ahí saria parcialidad, no pueden ser
estar enraizado en la concepción necesariamente una doctrina fuente de sentido último.12
cristiana del hombre y en la tradi- social que tiene diversos niveles
ción de la Iglesia, enfrentar la de universalidad y hasta cierto Necesidad de profundizar
realidad social, la situación de in- punto de obligatoriedad.10 la antropología cristiana
justicia y de pobreza y profundizar
aquellos aspectos de la Palabra Las mediaciones El uso menos crítico de las
de Dios que son buena nueva para socioanalíticas ciencias sociales, en particular del
el hombre de hoy en este conti- marxismo, ha obligado a profundi-
nente. La interpretación de los Introducción de estas zar la antropología cristiana, a
signos de los tiempos lleva a una mediaciones descubrir la verdad sobre el hom-
relectura fiel de la tradición y de la bre en la cual la Iglesia es experta.
Escritura atenta a los cambios La D.S.I. en sus orígenes fue Con tal antropolog ía se hace posi-
históricos. ampliamente deudora de la reno- ble discerniré! uso de las ciencias
Esta tarea la ha emprendido el vación del tomismo y usó en bue- y utilizarlas críticamente. Es éste
Magisterio, con renovado vigor. na parte la escolástica en sus for- tal vez uno de los aportes indirec-
Elemento importante para este mulaciones y sistematización. Al tos más valiosos que nos deja la
trabajo es la conciencia del carác- constituirse como un "corpus" T.L. La referencia cada vez más
ter necesariamente histórico de la doctrinal decarácter universal tuvo explícita a la verdad del hombre,
D.S.I. y de la necesidad de supe- dificultad en encontrar las media- conocida en Cristo, es uno de los
rar la formulación abstracta y uni- ciones necesarias para confron- progresos mayores que ha experi-
versal de los principios que, sien- tarse con la mutable realidad. mentado la doctrina social. Es ella
do válidos, necesitan confrontar- En su propósito de realizar una su criterio supremo de discerni-
se con las realidades cambiantes teología que no fuese meramente miento.
de tiempos y lugares diversos7. Se deductiva y al intentar partir de la
toma conciencia de que la D.S.I. realidad, la T.L. introduce la me-
no sólo ha tenido diversas inter- diación de las ciencias sociales.
pretaciones, y que sus sistemati- Estas posibilitan no sólo describir
zaciones globales, fruto del traba- con acuciosidad los hechos socia-
jo de expertos, pueden diferir, sino les sino también detectar sus 7 La instrucción Ltxtrtalis Consctentia n. 72, nos
que las mismas proposiciones de causas inmediatas y relacionarlos dice: "Esta ensártenla orientada esencialmente a
la acción se desarrolla en 1 unción de las circunstan-
la D.S.I, han experimentado con el con las estructuras. cias cambianies de la historia, por eco aunque
tiempo variaciones de importan- Entre los diferentes instrumen- basándose en principios siempre válido» Cumporta
cia8. El Papa Pablo VI introduce tos de análisis que se ofrecen, la también juicios contingentes".
8 C1. J. C. Sean nono. Teología de la ¡iteración y
con toda su fuerza la necesidad de T.L., dada la realidad conflictiva doctrina social de la Igleeia, Cristiandad-Guadalu-
un atento discernimiento al decir- del continente latinoamericano, pe. Buenos Aires. 1087, pp. 153-163.
9 Paulo VI. Octogésima Adventeas, n. 4.
nos: "Frente a situaciones tan asume ciertos elementos del lOJuanPabloll.en CentesimueAnnus.afirma:"La
diversas nos es difícil pronunciar marxismo. De un modo especial solicitud pastoral me ha movido además «proponer
una palabra única, como también el análisis de algunos acontecimientos de ia h n toria
hace uso de la teoría de la ideolo- reciente. Es superfluo subrayar que la considera-
proponer una solución con valor gía y de los conceptos de lucha de ción atenta del curso de los acontecimientos, para
universal... incumbe a las comuni- clases, de alienación y de praxis. discernir las nuevas exigencias de la evangelba-
cion, tormo parte del dober de los pastores. Tal
dades cristianas analizar con ob- Al pretender separar el materialis- examen s In embargo no pretende dar j u icios detini-
jetividad la situación propia de su mo dialéctico del histórico, confie- trvos. ya que por sí no atañe a¡ ámbito específico del
Magisterio.
pais, esclarecerla mediante la luz re un carácter científico indiscuti- 11 Es conocido el texlo de la Instrucción Lbartatls
de ia palabra inalterable del Evan- ble a las categorías usadas. Conscienlia. n. 72. que dice textualmente: "La.
gelio, deducir principios de refle- en&ananza social de la Iglesia nació del encuentro
La mediación de las ciencias del mensaje evangélico y de s us exigencias con lo*
xión, normas de juicio y directrices sociales, tan necesaria para una problemas que surgen en la vldade la sociedad. Se
de acción según las enseñanzas visión objetiva de la realidad, ha constituido en doctrina utilizando los recursos
del Saber y de las ciencias humanas..."
sociales de la Iglesia... a esas comporta serios problemas epis- 12 O. Paulo VI. Octogmrma Adveniens, nn. 38-40.

MENSAJE N° 406, ENERO-FEBRERO 1992 13


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Del cambio de las La manera de exponer hoy la Numerosas tomas de posición


estructuras a la doctrina sobre la propiedad refleja de los episcopados del continente
evangellzación de la bien este cuidado. La formulación y de los sumos pontífices mues-
cultura de una antropología con hondas tran que han asumido a fondo la
raíces bíblicas responde también opción preferencial por los po-
El uso de las ciencias sociales a este intento de evitar los ele- bres.15 En esos documentos cons-
llevó a la T.L. a una mayor con- mentos ideológicos del discurso. tatamos no sólo la centralidad del
ciencia de las situaciones macro- pobre sino también un tono y una
sociales y en particular a la impor- La opción preferenclal fuerza al referirse a ellos que no se
tancia de las estructuras. Consi- por los pobres encontraban, como cosa natural,
deró fundamental su transforma- antes de los años sesenta.
ción para liberar at hombre apri- Pathos y precisiones El propio Papa Juan Pablo II
sionado en ellas. asume como propia la actitud del
La Iglesia asume en parte esta Sería injusto y poco serio decir episcopado latinoamericano. En
posición pero insiste en la impor- que la Iglesia se ocupó de los su discurso a los cardenales de la
tancia de la persona frente a las pobres gracias a la T.L.. Del mis- curia dice: "He confirmado en
estructuras y en la necesaria con- mo modo, tampoco es correcto repetidas ocasiones, siguiendo,
versión de! corazón humano para afirmar que la D.S.I. recién ahora por lo demás, el ejemplo de mi
la renovación de la vida social.13 se volvió hacia los más desposeí- inolvidable predecesor, el Papa
Consciente de la necesidad de dos.14 Pablo VI, esta opción hoy tan
cambios macrosociales y a la vez Es sin embargo correcto pen- subrayada con particular energía
de salvar una sana antropología sar que la actual formulación que por los episcopados de América
que salvaguarde la autonomía del asigna una especial atención a los latina. Aprovecho gustosamente
hombre, se ha lomado conciencia pobres haciéndolos objeto de una esta oportunidad para repetir que
de la importancia de la cultura opción preferencial y punto de el compromiso con los pobres
como un lugar donde hombre y so- partida de una reflexión teológica constituye una razón dominante
ciedad se articulan. Desde Paulo sistemática, ha sido influida por de mi acción pastoral, la constante
VI, pasando por Puebla, hasta los postulados de la T.L. solicitud que acompaña mi servi-
Juan Pablo II, se habla cada vez La categoría de "pobres" no es cio cotidiano al pueblo de Dios. He
más de la evangeiización de la una categoría de análisis marxis- hecho y sigo haciendo mía esta
cultura. Probablemente existe en ta. El pobre no coincide necesaria- opción y me identifico con ella. Y
este punto un influjo indirecto de la mente con el proletario, que en siento que no puede ser de otra
T.L. América latina ha sido, en cierto manera, porque ésta es el mensa-
modo, un "privilegiado". En gran je eterno del Evangelio. Así lo hizo
parte el rostro de los pobres mos- Cristo, así lo hicieron los apósto-
Nueva sensibilidad hacia el les, así lo ha hecho la Iglesia en el
discurso ideológico trado por Puebla nos señala la
larga lista de los marginados, de- curso de su historia dos veces
Asumiendo la categoría marx- jados de lado por los sistemas milenaria. Frente a las formas
ista de ideología como distorsión productivos, carentes de lo míni- actuales de explotación del pobre,
ocultadora de la realidad, la T.L. mo para vivir. Hacer propia su la Iglesia no puede callar... Sí, la
emprende una tarea de "desideo- causa parece connatural con el Iglesia hace suya la opción por los
logizar" las diferentes expresio- espíritu del Evangelio. pobres".16
nes de la fe cristiana. Ella fue Muchas precisiones se han El "pathos"del pobre es hoy un
particularmente sensible a los debido hacer para que esa opción dato clave para entender la pasto-
elementos ideológicos que podía no se hiciera exclusiva ni exclu- ral de la Iglesia latinoamericana y
tener la doctrina social en lo refe- yeme, para no caer en categorías él se refleja en buena parte de los
rente a la propiedad privada. Veía meramente sociológicas y para no documentos del magisterio uni-
en la doctrina sobre la propiedad entender esta opción en la línea versal.
intromisiones indebidas del capi- de la lucha de clases marxista.
talismo en la conciencia cristiana. Pero es un hecho que existe una 13 Cf. Instrucción Ubertalis Conscientia, n. 75.
El magisterio reaccionó mos- nueva toma de conciencia de la 14 Juan Pablo 11 sn la Centesimos Annus n. 11 dice
situación inhumanizante de las q j e U lectura de la Renim Novamm mu asirá que "«I
trando los elementos ideológicos contenido del texto os u n I ssli monlo excelente déla
que ocultaba el discurso de la T.L. grandes mayorías del continente; continuidad dentro <3B la Ig les ¡a de lo que ahora se
basado en una pretendida cientifi- de la realidad estructural de esa llama "opción prelerencúil por los pobres".
15 CU. Juan Pabb II. SollicHudo Reí Sociabs, n. 42.
cídad de las categorías marxistas. situación y de la urgente necesi- La Instrucción Lbertatis Conscientiann. 66-68 haoo
Esta "polémica" ha creado una dad de encontrar una actitud que una lectura evangélica del amor preferente par los
peores. (Algunas han preterido hablar de amor
nueva sensibilidad. Es evidente vaya más allá de lo meramente preferente en tugar de opción pre1ernnd.il Puebla
que el discurso de los últimos docu- asistencial hasta llegar a la reali- uso la segunda formulación y el Papa Juan Pablo II
dad política y a los mismos siste- usa indistintamente una u otra).
mentos eclesiales es notablemen- 16 LVsservalore Romano (edición semanal en
te más cuidadoso en esta materia. mas económicos. esparto!) n. 635. p. S6S.

14 MENSAJE N'406. ENERO-FEBRERO 1992


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Importancia del principio


de solidaridad
En este punto cabe señalar la
importancia creciente que ha ido
adquiriendo el principio de solida-
ridad que junto con el de subsidia-
riedad son pivotes de la D.S.I. En
una sociedad donde el mercado
tiene cada vez mayor relevancia,
la Iglesia insiste en los deberes del
estado y de la sociedad frente a
los más desposeídos, a los margi-
nados y a los que entran en el mer-
cado en desigualdad de oportuni-
dades. Los últimos documentos
del Papa Juan Pablo II dedican a
este importante principio un rol
que se entiende bien a partir de
esta opción preferente por los más
pobres.17

Conflíctividad y lucha de
clases
La categoría
"lucha de clases":
escándalo y rechazo
La toma de conciencia de las
hirientes diferencias sociales y de
las injusticias, que Medellín llegó a
llamar "violencia institucionaliza-
da", llevó a numerosos teólogos
de la liberación a usar la categoría
marxista de "lucha de clases". Ella
no sólo ofrecía un instrumento para
analizar y describir la situación Hacer propia la causa de los pobres parece connatural con el espíritu
antes mencionada, sino que pare- del Evangelio
cía proporcionar una vía para
superar las desigualdades y la que pocos llegaron a propiciar la gue reaccionando contra tal posi-
explotación existentes. Por más violencia en esa lucha, de hecho ción que ha perdido ciertamente
que los teólogos hicieron algunas fácilmente se llegó a justificarla fuerza debido a la evolución del
distinciones para afirmar que el como una oposición a la llamada propio marxismo que en sus va-
amor universal quedaba a salvo, y "violencia institucionalizada". No riantes eurocomunistas y en la
que no se creaba la oposición sino olvidemos que en el momento de! misma versión soviética la ha ido
que se la reconocía porque era un origen de la T.L. existían focos abandonando.
dato de la realidad, al asumir la guerrilleros que tenían en su seno
categoría maodsta de "lucha de algunos cristianos o pretendían Descubrimiento de la
clases", de hecho, se propiciaba ¡a inspirarse en el mismo cristianis- conflictividad
confrontación como vía de solu- mo, como el grupo que murió en
ción de los problemas. Algunos Teoponte (Bolivia). Nos interesa indicar qué que-
hablaron de agudizar las contra- Pocas cosas escandalizaron dó de todo eso y señalar el influjo
dicciones para hacerlas más pa- tanto a la conciencia cristiana como
tentes. El diálogo y el consenso esta opción que parecía contrade-
parecieron caminos tibios y "ter- cir derechamente el mandamiento
ceristas". La lógica de la lucha se del amor al prójimo que, junto con 17 Cf. Juan Pablo II, Cenresimus Annus, n. 10 y
n. 15 (en este último número se relacionan los dos
impuso; pero ella, concebidacomo ei amor a Dios, es la suprema ley principios) y Sollicituda fíei Sociaüs nn. 33-40. Para
motor de la historia, lleva a la ani- del cristianismo. unaprolundizacíón de la solidaridad, sobretodo en
el lema del Irabjo, ver el importante discurso del
quilación del adversario. Y aun- El Magisterio reaccionó y si- Papa actual en la OIT, nn. 8-12.

MENSAJE NM06, ENERO-FEBRERO 1992 15


c IGLESIA

que tales posiciones tuvieron en la culturales y económicoscomparti-


D.S.I. dos, sino más profundamente en
Por la vocación cristiana a la la dignidad humana que nos her-
fraternidad y a la comunión, no mana por tener un origen común
siempre los teólogos dieron sufi- como creaturas hechas a imagen
ciente relevancia al problema de de Dios, rescatados por Cristo y
la conf lictividad. Con todo, la rea- con una vocación acompartireter-
lidad del conflicto tan presente en namente la Vida como hijos del
América latina no pudo escabullir- Señoren Jesucristo. Esta solidari-
co se. Esta áspera disputa sensibili-
zó a la iglesia frente al problema
dad obliga a ubicar los conflictos a
un nivel superior de respeto y de
del conflicto social que existe y caridad.
seguirá existiendo mientras haya En una reflexión más a fondo
dificultades en la comunicación, sobre la conflictividad, la Iglesia
ideologías diferentes, choque de ha insistido en que la dignidad
intereses y egoísmos propios del humana exige a las personas li-
hombre pecador. El tema del con- bres someterse a una verdad ob-
flicto no puede ser evitado en una jetiva que no puede estar dejada
doctrina que quiere ser histórica y al juego de estrategias en una lu-
seguir el camino de la incultura- cha.20 No hay libertad posible si
ctón y encamación. las clases o partidos absolutizan
La Iglesia ha debido releer la su punto de vista y manejan a su
propia experiencia de Jesús para antojo la verdad. Esta afirmación
hacer operante la ley de la caridad que ha sido constante en la Iglesia
en la organización social. ha sido reafirmada con fuerza por
Por de pronto reconoció que el Papa Juan Pablo II en múltiples
no tocio conflicto es malo18; que es ocasiones y de un modo especial
necesario no ocultar el conflicto en la Centesimus Annus.
cuando él existe y debe encontrar-
se una forma humana y civilizada Recurso a la Escritura y
de enfrentrentamiento para hallar "teologizaclón" de la
una solución justa. El dialogo y la doctrina social
búsqueda de consensos son
caminos que no deben abando- Una doctrina social con
narse; son una vía preferida para escasa referencia a la
el cristiano1*, pero proporciona- Escritura y teología
das medidas de fuerza debida-
mente reglamentadas pueden lle- La D.S. I. en su primera formu-
gar a ser necesarias. En éstas lación tuvo un carácter marcada-
jamás ha de buscarse la supre- mente filosófico. El recurso a la
sión del adversario o el uso de me- Escritura fue escaso y la misma
dios ilegítimos. La confrontación referencia a la teología y a los prin-
no puede ser la ley suprema de la cipales misterios del cristianismo
vida en sociedad. no abundaron. La D.S.I. no tuvo
un lugar orgánico en la reflexión
Solidaridades parciales y teológica. En la formación del cle-
sumisión a la verdad ro era descuidada porque no esta-
ba armónicamente trabada con el
Una correcta antropolog ía nos resto de la teolog ía. Su mismo mé-
lleva a revabrizar la noción de todo la distanciaba del quehacer
bien común que supone la exis- teológico. De algún modo se la re-
tencia de "solidaridades parcia-
les" excluidas en una visión de 16 Cfr Juan Pablo II, Cemasimus Anrws, n. 14.
clases radicalmente antagónicas. También el n. 35 donde se traía sobre el vasto y
fecundo campo de acción y de lucha.
Por opuestas que sean las clases 19Cl. Instrucción LbertatisConscienlían. 77. Vale
en la sociedad, existe siempre un la pena recordar lo dicho en Centesimus Annus n.
23 a propósito da la lucha Inteligente y pacHica para
sustrato común, lo que en la teoría ent rentar y der rolar al bloq ws marekta. Cl. lambían
de conjuntos llamaríamos inter- n. 25.
20 Juan Pablo II, siguiendo la ensartarla do León
sección. Esta solidaridad parcial XIII. Insista numerosas veces en esta unión entre
se funda no sólo en elementos Ifoertad y verdad. Cfr. Centesimos Annus n. 17.

16 MENSAJE N«406. ENERO-FEBRERO 1992


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lacionaba con la teología moral Es interesante notar el profun- quirir una dimensión religiosa que
pero sus lazos no estaban claros. do sentido teológico y el amplio no ha sido frecuente hasta ahora.
No es extraño que la crítica uso de la Palabra de Dios que Es interesante a este respecto que
protestante haya hecho notar es- exhibe el magisterio de Juan Pablo el Papa Juan Pablo II en la Sollicl-
tas carencias, afirmando que la II.21 El mismo ha insistido en darle tudo Reí Socialls y en la Labo-
D.S.I. era de corte racionalista, a la doctrina social un status den- rem Exercens apunte a una ver-
iusnaturalista y poco inspirada en tro de la reflexión teológica." dadera espiritualidad del trabajo y
la palabra de Dios. de la actividad social.25 El cristia-
El tema de la liberación: no percibe hoy la necesidad de
Nuevo entronque con la ¿Hada una unificar religiosamente su fe, su
teología y recurso a la espiritualidad de lo teología y su compromiso social.
Escritura social?
Conclusión
La definición de la m isión de la Dejada de lado la susceptibili-
Iglesia en la constitución Lumen dad nacida en el tiempo de la Hemos hecho un largo recorri-
Gentlum, abrió un camino para polémica, es importante recono- do para indicar aspectos de la T.L.
reflexionar teológicamente su cerque el tema de la liberación es que han podido influir en la actual
misión en el mundo. Gaudium et rico para articular en profundidad formulación de la D.S.I. Más que
Spes fue un paso notable en esta la doctrina social. No sólo tiene contribuciones temáticas especí-
línea. resonancias bíblicas evidentes ficas, lo más importante es aquello
La T.L. ha hecho en este punto sino que, si se siguen las indica- que ha acercado la doctrina a los
una contribución importante. Ante ciones de la iglesia, no tiene por dos polos que ella por esencia
la crisis que experimentaba la qué limitarse a lo meramente debe confrontar: la revelación y
D.S.I. en la década del sesenta, y sociopolítico. Permite una lectura los problemas concretos. Sería un
por la preocupación pastoral que antropológica radical donde los error creer que sólo la teología ha
antes señalábamos, ¡mentó una diferentes niveles en que se juega influido en estos puntos, sin em-
reflexión teológica que articulara la existencia humana pueden arti- bargo ella ha despertado una
la praxis social con el conjunto del cularse. La humanización plena sensibilidad que ciertamente ha
dogma. Los conflictos y las espe- que pasa por la liberación del contribuido, al menos indirecta-
ranzas del hombre fueron más pecado y de todo tipo de alienacio- mente, a la búsqueda de caminos
directamente confrontados con la nes sociales, políticas y culturales nuevos.
revelación. En una primera etapa puede contribuir a formular la Finalmente quisiéramos aña-
la reflexión se situó en problemas doctrina social. Es un concepto dir que el mayor aporte de la teo-
de método y en el uso de las dinámico que puede tener en logía de la liberación a la doctrina
mediaciones. En las etapas pos- cuenta los procesos históricos. Por social ha sido el introducir en ella
teriores se profundizó sobre todo eso no es extraño que el término todo un continente. En parte debi-
en la línea de la eclesiología y de haya sido asumido en los docu- do a ella América latina, sus pro-
la crislolog ía hasta llegar a la espi- mentos del magisterio social.23 blemas, su modo de pensar y de
ritualidad. El estudio del Cristo his- Finalmente, el tema de la libe- vivir la fe han ido encontrando una
tórico, de su enseñanza, del modo ración, que enfrenta al hombre a carta de ciudadanía en la Iglesia
como enfrentó los conflictos y en- sus diferentes alienaciones, ha ido Universal, a la cual este continen-
caró a los hombres se convierte expresándose cada vez más en te de la esperanza es, por sobre
en pauta privilegiada de reflexión una espiritualidad.24 Hablar de todas las cosas, profundamente
social. La concepción de la Iglesia espiritualidad no sólo comporta se- fiel, a
comunitaria y cercana al pobre ñalar un ángulo desde el cual se
tendrá también múltiples conse- lee la Escritura; en lo más hondo, 21 Cff. SoHctuóo Raí Sociaüe, nn. 30-31 y sobre
cuencias. se trata de recrear una experien- lodo <u admirable capitulo quinto.
22Cfr. Sotictudo R* Sociato. n .41 y CftiitmM
Una particular mención debe cia religiosa donde el contacto con Armut, n. 65.
hacerse del recurso a la Escritura. Dios, la oración, los sacramentos, 23 Juan Pablo II en CéñteamM Annut n. 26 aflrma
la liturgia, el servicio atosdemás y 'El tierrpo presante, a la voz qu» ha Superado todo
La nueva hermenéutica llevó a la lo qu» habla da caduco en «sos intentos (de com-
T.L. a un uso más y más frecuente la misma vida se ordenan en lo promiso impaeibi» entre marxismo y cristianismo).
de la biblia que por el tipo de profundo de la fe. Fe y teología se llsva a reafirmar la positividad de una autentica
teología d« la Iteración humana integrar Cir
experiencia humana que transmi- potencian permitiendo enfrentar también SoMctudo Reí SodaSs, ti. 46. La Instruc-
te está más cerca del pueblo que los problemas más radicales del ción Ltwrlalis Nurtius, en el capitulo tercero, trata
da la Iberaclón como tema cristiano e investiga en
las disquisiciones metafísicas. sentido de la vida y todos los con- el capitulo cuarto k> lundamenlot bíblico* de tal
Aunque ese uso de la Escritura ha flictos. loma.
sido vivamente criticado por ser La T.L. ha buscado una autén- 24 Desde la aparición de la obra de Gustavo Gutié-
rrez Beber an su propio pazo, muertas publ cacto-
parcial, se ha introducido un estilo tica espiritualidad para poder en- nes han insistido en la nucos ¡dad de u na espiritua-
nuevo para enfrentar tos hechos frentar la pasión del pobre. De lidad del trabajo.
25 Clf. Laborem Exercens. capitulo V: Elementos
sociales. esta manera lo social intenta ad- para una espiritualidad del trabajo.

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