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1)

Una oración como esta sin ninguna coma hace que sea casi imposible saber en donde el lector
debe hacer una pausa o incluso en donde detenerse y lo hace sentir como si el punto final no
llegara nunca y como si debiera haber llegado muchas palabras atrás.

2)

Me senté en un banco. Abrí mi libro. Quité el separador.

Me senté en un banco, abrí mi libro y quité el separador.

3)

Me dijo que me parecía a un viejo novio de ellla entonces se dio la vuelta y se fue.

Me dijo que me parecía a un viejo novio de ellla, entonces se dio la vuelta y se fue.

4)

Levantó su rifle lo apoyó en su cuello y puso al venado en la mira pero cuando estaba a punto
de jalar el gatillo su mano comenzó a temblar de nuevo un temblor igual al que había tenido
todos los días por las últimas dos semanas o tal vez tres no podía estar seguro.

Levantó su rifle, lo apoyó en su cuello y puso al venado en la mira, pero cuando estaba a punto
de jalar el gatillo su mano comenzó a temblar de nuevo, un temblor igual al que había tenido
todos los días por las últimas dos semanas, o tal vez tres, no podía estar seguro.

5)

Juan pensó en eso y dijo...

Juan pensó en eso, y dijo...

6)

Desde las paredes esqueléticas, desde las tablas podridas del suelo y las sólidas vigas de
madera de roble de la fábrica de algodón de antes de la guerra, llegó el crepúsculo.

7)
La ventana con el tratamiento especial se sostiene bien.

La ventana, con el tratamiento especial, se sostiene bien.

8)

Con el medicamente adecuado y ejercicio una pareja puede asegurar una vida saludable.

Con el medicamente adecuado, y ejercicio, una pareja puede asegurar una vida saludable.

9)

Me gusta el chocolate y a ella le gusta la vainilla.

Me gusta el chocolate, a ella la vainilla.

10)

Una calle recta y estrecha profundamente sombreada, altos edificios, innumerables ventanas
con celosías venecianas, un silencio de muerte, hierba entre las piedras, imponentes garajes
abovedados a derecha e izquierda, inmensas puertas dobles, pesadamente entreabiertas. Me
introduje por una de esas aberturas, subí una escalera limpia y sin ningún motivo ornamental,
tan árida como un desierto, y abrí la primera puerta que encontré.

11)

Para ser un hombre de su edad, cincuenta y dos años, divorciado, él ha, a su juicio, resuelto
bastante bien el problema del sexo.

12)

Es el tipo de aire que se pega, el tipo que deseas sacar de ti, lejos de tu piel, o limpiar en
grandes movimientos y de nuevo sumergirlo en el agua donde seguramente pertenece, porque
este no es el tipo de aire que nadie podía respirar. Podrías morir, ahogarte, tratando de respirar
esto.

13)

Lo leí en el periódico, en el metro, de camino al trabajo. Lo leí y no pude creerlo, así que lo leí
de nuevo. Entonces tal vez simplemente estuve mirándolo con fijeza, mientras las letras
impresas deletreaban su nombre, detallaban la historia. Lo miré fijamente en las luces
oscilantes del vagón del metro, y en las caras y los cuerpos de la gente, y en mi propio rostro,
atrapados en la oscuridad que rugía allá afuera.
14)

Giulio era un gran vago. Podías siempre verlo barrer los peldaños de la entrada o pulir los
picaportes, deteniéndose para chismorrear con los vecinos. Era un hombre delgado y arrugado,
de sesenta y ocho años, perfectamente calvo, vestido con pantalones pesados, una camisa
deportiva brillante, con una corbata y un suéter de anciano, de color hígado, y colgado hasta
las rodillas.

15)

La florista, la del cabello rojo, la que tiene la única tienda en el pueblo, a la vuelta de la calle,
estaba teniendo una venta de garage, por lo menos una venta parcial, de sus árboles, de los
cuales la mitad estaban muertos, y varios con sobreprecios para comenzar con eso.

16)

Algunos dirían, en cierto modo, que, hablando en el contexto del antiguo imperio griego, y en el
contexto de los asuntos internacionales, que Alejandro, a la luz de sus tiempos, fue un gran
guerrero.

Alejandro fue un gran guerrero.

17)

Me dijo que, si trabajaba duro, me daría el sábado libre.

Me dijo que si trabajaba duro me daría el sábado libre.

18)

Revisé el filtro, cambié el agua, apreté el botón tres veces, y la condenada cosa seguía sin
servir.

Revisé el filtro cambié el agua apreté el botón tres veces y la condenada cosa seguía sin servir.

19)
“Del macizo de flores ovalado surgían centenares de tallos, transformados a mitad del camino
en hojas de forma de corazón o de lengua para desplegar en la cima una profusión de pétalos
rojos, azules o amarillos, grandes manchas de color diseminadas sobre la superficie...”

Jardines Kew, Virginia Woolf

20)

Dijo que vendría si llovía para ayudarme a levantar una fogata.

Dijo que vendría, si llovía, para ayudarme a levantar una fogata.

21)

Dentro de sesenta días, los rebeldes estarán aquí y estaremos listos para pelear.

Dentro de sesenta días los rebeldes estarán aquí, y estaremos listos para pelear.

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