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Guía de Comprensión Lectora

Lee el siguiente relato histórico.

La reina del papagayo


Isabel Clara Eugenia era una niña a la que le gustaba jugar
y divertirse como a las demás. Pero ella no era una niña
cualquiera. Su padre era Felipe II, un poderoso rey que gobernó
en España hace 450 años. Isabel Clara Eugenia, por tanto, era
infanta de España, y desde pequeña tuvo que prepararse
duramente.

Isabel aprendió a soportar incomodidades, a conversar en


varios idiomas y a comportarse de forma exquisita, sin meter
nunca la pata. Pero, como tenía muy buen carácter, siempre estaba contenta:
bailando, estudiando geometría, aprendiendo a disparar, montando a caballo o
leyendo libros en latín. Y todos los que la trataban, admiraban lo lista y simpática
que era.

Sucedió que su madre, la reina, murió joven y la infanta, que entonces tenía
catorce años, tuvo que hacerse cargo de los asuntos de la corte. Al principio se
encargaba de organizar la complicada vida del palacio. Era como si Isabel Clara
Eugenia dirigiese una orquesta, cuidando de que cada instrumento sonara en el
momento adecuado. Y lo hizo tan bien que su padre la nombró su ayudante.

Durante muchos años, la infanta Isabel fue consejera de Felipe II. Como sabía
varios idiomas, traducía las cartas y documentos que llegaban desde lugares remotos.

Pronto Isabel empezó a comprender que ser poderoso también acarreaba


problemas. Los más poderosos son los más temidos y los que más enemigos tienen.
A su alrededor siempre había traiciones y peligros. Entonces, la joven infanta
imaginó un reino ideal donde todos pudieran vivir mejor.

A Isabel Clara Eugenia la llamaban “la novia de Europa”, porque todos los
príncipes europeos querían casarse con ella. La infanta se casó finalmente con
Alberto de Austria. Como regalo de bodas, Felipe II les entregó una parte de su reino,
los Países Bajos, y allí se fueron a vivir.
La infanta se sentía feliz pensando que ahora podría hacer posible su reino
imaginado. Isabel abrió escuelas, protegió a los artistas y mejoró las condiciones de
vida de sus súbditos. A menudo, salía a la calle disfrazada para poder mezclarse con
la gente y conocer sus problemas. Y así supo que a muchos no les gustaba que
los gobernase una extranjera.

En aquella época, en los Países Bajos se celebraba todos los años una
competición popular de tiro, en la que había que derribar la figura de un papagayo
colocada sobre una torre. Solo concursaban los mejores arqueros, porque el blanco
era muy difícil de alcanzar. Quien derribara la figura de un disparo de ballesta, sería
proclamado “rey papagayo”.

Isabel decidió participar en la competición. Esto causó un gran alboroto y


muchos se reían de ella. Pero cuando llegó el día, la infanta armó la ballesta con
maestría y dio en el blanco al primer disparo. El público aplaudió entusiasmado.
Isabel Clara Eugenia había hecho diana en todos los corazones.

Los arqueros acordaron suspender aquella competición


para siempre. Así, la infanta pudo conservar con orgullo,
durante toda su vida, el título de “reina del papagayo”.
Rossetti, A. (2008). De buena tinta lecturas 4. Madrid: Editorial Santillana.

Vocabulario
infanta: así se le dice en España a la hija del rey
remotos: muy lejanos
súbditos: habitantes del país bajo el mando de un rey
derribar: botar
ballesta: arma portátil que dispara flechas
hecho diana: acertado

Después de leer, responde las siguientes preguntas en tu cuaderno:

1. ¿Por qué Isabel era infanta?

2. Señala dos características de la infanta Isabel.


3. ¿Qué hacía Isabel para conocer los problemas de la gente de los Países
Bajos?

4. ¿Por qué fue importante que Isabel hablara varios idiomas?

5. ¿Qué hizo Isabel cuando llegó a los Países Bajos?

6. ¿Qué opinas acerca de todo lo que realizó Isabel para conseguir su reino
ideal?

7. ¿Qué semejanzas y diferencias existen entre la vida de la pequeña Isabel


Clara Eugenia y la tuya?

8. ¿Qué hubieras hecho tú en el lugar de la infanta cuando supo que su pueblo


no la quería?

9. Busca en la sopa de letras cinco palabras que aparecen en el texto.

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