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ISSN 0120-8349 • Tarifa Postal Red. 801 • Vol. XI - Número 22 • I Trimestre 1998 • Precio $10.

000
¿Escisión o
integración
psíquica?
-Yoga y psicología-

JAVIER SÁENZ OBREGÓN


BOGOTÁ. COLOMBIA

" La materia y la mente no son cosas separadas, son aspectos


de una misma energía. Mira a la mente como una función de la
materia y tienes la ciencia; mira a la materia como producto
1
de la mente y tienes la religión"

Aunque ejerzo como psicólogo académico y por lo tanto se


podría esperar que hablara desde una mirada de la psicología
hacia el yoga, este escrito será más bien una mirada desde el
yoga hacia la psicología. En cuanto al yoga, todo lo que puedo
hablar de ella lo aprendí con mi maestro, Krishna Daryanani,
yogui de origen indio quien llegó a Colombia en 1960 para
enseñar yoga, siguiendo las indicaciones de su maestro

1. Sri Nisargadatta Maharaj. "I Am That". Talks with Sri Nisargadatta Maharaj. Traducido de
las grabaciones en Marathi por Maurice Frydman, revisado y editado por Sudhakar S. Dikshit.
Durham: The Acorn Press, 1973.

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Paramahansa Yogananda. Llegué antes al yoga que a la psico-
logía, cuando después de un viaje a la India al terminar el
bachillerato, regresé a Colombia y conocí a Krishna en su ashram
—escuela de yoga— en Chapinero. Esa fue una primera lección,
luego de seis meses de peregrinaje de los Himalayas al Cabo
Comorin en el extremo sur de esas lejanas tierras, resultó que
mi maestro enseñaba a no más de veinte cuadras de donde yo
vivía. En cuanto a la psicología, cuando me enfrenté a la
decisión de qué carrera proseguir, me pareció la disciplina
académica más cercana al yoga, ya que en mis primeras lecturas
sobre esta compleja y fragmentada ciencia, me había topado
con la obra del psicólogo suizo Cari Gustav Jung, quien desde
ese momento se convirtió para mí en un puente entre occidente
y oriente. Puente tanto de ida como de regreso.
En toda mi trayectoria académica la experiencia vivida como
resultado de practicar el yoga así como de escuchar de labios de
2
Krishna la filosofía Vedanta, la cual estuvo inextricablemente
ligada a las prácticas de Hatha yoga y de meditación, me han
señalado los límites de la psicología moderna en occidente; los
límites de esa disciplina más no los de occidente, ya que como
lo señaló Swami Vivekananda, son enormes las potencialidaes
de la cultura occidental. Además, es claro que la vocación de
autoconocimiento no es exclusiva de oriente. Se pueden cons-
tatar experiencias de individuos occidentales cuya trayectoria
comparten los principios del yoga y otros caminos orientales de
realización del Ser para el logro de la libertad, el desapego, la
trascendencia y el amor desinteresado. Para sólo mencionar
algunos están: el poeta inglés William Blake, los filósofos
norteamericanos Ralph Waldo Emerson y Henri Thoureau, los
místicos de la tradición cristiana como Meister Echkart, San
Juan de la Cruz y San Francisco de Asis, así como el mismo
Jung.

2. El Vedanta es uno de los seis sistemas de "filosofía" o darsana - visión directa - de la India. El
Vedanta es el sistema monista, los otros son Nyaya, Vaisésika, Sámkhya, Yoga, Mimamsa.

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El yoga bien puede ser pensado como una psicología; —eso
es, una forma de conocimiento de la psiquis— una psicología
emparentada filosóficamente con algunos elementos de la
psicología clásica de occidente, especialmente en cuanto a su
postulado de la existencia de una dimensión psíquica que tras-
ciende el cuerpo y la mente. Sin embargo, el yoga y la psicología
occidental se distanciaron radicalmente en el momento de la
constitución de esta última, a finales del siglo diecinueve, como
disciplina científica a imagen y semejanza de las ciencias natu-
rales. Esta nueva "psicología sin alma" del occidente moderno
no era más que un reflejo del espíritu de la época, el cual estaba
dirigido a metas de indudable importancia como el desarrollo
científico y tecnológico, pero signado, en palabras de Jung por
3
una "aterradora falta de sabiduría e introspección" . Para la
psicología moderna, "todo lo que no podía verse ni tocarse se
tornó dudoso; más a t n , sospechoso, por pertenecer a la esfera
4
de la metafísica". Se trató de un cambio radical de paradigma:
el paso de la creencia en la sustancialidad de lo espiritual a la
convicción de la sustancialidad de lo físico, hasta que se llegó a
considerar el espíritu —la psiquis o el alma— en absoluta
dependencia de la materia y de las causas materiales. Esta
trasformación condujo a la psicología occidental —con la
excepción de la "psicología profunda" del psicoanálisis y la
psicología analítica de Jung— a un reduccionismo que la llevó a
cuestionar no sólo la existencia del alma, sino también de la
conciencia, la mente, la personalidad, la intencionalidad y la
subjetividad.
Esto ha tenido unos efectos claros sobre la disciplina
psicológica: una pobreza enorme en cuanto a los análisis de lo
que podemos denominar la "conciencia" o la "experiencia"
espiritual o mística de tradiciones milenarias como el yoga, así

3. Jung, C.G. Psicología y Religión, Buenos Aires:1972, Editorial Paidós, cuarta edición, p.35.
4. Jung, C.G. Realidad del Alma, Buenos Aires:1968, Editorial Losada, cuarta edición, p.7.

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como en cuanto a sus aportes a los procesos del desarrollo
humano y de la salud mental. Lo paradójico de esta situación es
que si aceptamos las divisiones arbitrarias entre las ciencias
humanas, sería la psicología como ciencia, en términos de Jung,
del estudio de la psiquis por la psiquis, la llamada a dar cuenta
de la universalidad de la experiencia religiosa, en tanto práctica
de auto-conocimiento, en tanto esfuerzo por unir los elementos

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escindidos de lo humano: la intuición y la sensación, el senti-
miento y el pensamiento, lo femenino y lo masculino, lo
consciente y lo inconsciente, lo personal y lo suprapersonal, lo
determinado y lo trascendente.
Decíamos que el yoga puede ser concebido como una
psicología y lo sostenemos porque es tanto una teoría como una
práctica sobre la dimensión psíquica del ser humano. Vale la
pena aclarar aquí un posible equívoco de una mirada occidental:
el yoga es uno de los seis sistemas filosóficos de la tradición
hindú, pero su naturaleza es bien diferente a la que ha predo-
minado en la tradición filosófica de occidente. Se trata de un
sistema integral que a diferencia de las filosofías y las ciencias
occidentales no compartimentaliza los distintos aspectos de la
vida en disciplinas separadas: integra campos del saber y de la
práctica tan diferenciados para una concepción moderna, como
la metafísica, la epistemología, la ética, la psicología y la
5
filosofía.
Para el yoga, teoría y práctica son inseparables, y desde su
perspectiva no tendría sentido formular un sistema filosófico
cuyo único criterio de validación fuese la coherencia interna de
sus conceptos y postulados, puesto que el conocimiento teórico
que no tenga aplicación en la vida diaria, es para el yoga, no
una filosofía, sino mera especulación metafísica. En este sentido
el yoga es simultáneamente una descripción rigurosa de los
procesos y los estados de autoconocimiento —o desarrollo
psicológico si prefieren— del ser humano, así como un sistema
de prácticas que le permiten al individuo transitar la senda de
este autoconocimiento. El yoga es una práctica sobre sí mismo
que corrobora sus postulados teóricos, así como una teoría que
se construyó a partir de las experiencias directas de los
individuos que hicieron uso de sus prácticas. Este argumento

5. Ver, Pandit Rajmani Tigunait, Ph.D. Seven Systems of Iridian Philosophy, Pennsylvania: s.f., The
Himalayan International Institute of Yoga Science and Philosophy of the U.S..A.

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es ciertamente circular, pero es la mejor forma en que puedo
expresar que el yoga trasciende la secular separación occidental
entre teoría y práctica psicológica.
Mantengamos, de todas formas, la separación con propósitos
explicativos. El yoga es una teoría acerca del desequilibrio y el
equilibrio psíquico, acerca de la escisión y la integración de la
psiquis, acerca de la salud y la enfermedad física y mental y
acerca de las posibilidades del desarrollo humano. Es también
una práctica, la cual a través de procedimientos y métodos
perfeccionados durante miles de años se convierte en una
experimentación del individuo sobre sí mismo. El camino del
yoga presupone y produce una profunda transformación psico-
lógica; su meta es trascender la conciencia psicológica cotidiana
del ser humano y lograr que éste deje de identificarse con su
cuerpo y con su mente. Pero no se trata de dejar de utilizar el
cuerpo y la mente en la vida cotidiana, sino de dejar que éstos
actúen y cumplan sus funciones. En palabras de Krishna
Daryanani, el yoga: "Es la revelación en el hombre de su propia
trascendencia". Es "La cognición perfecta de la esencia del ser",
lo cual "es la culminación de todo conocimiento y ese conoci-
6
miento es sabiduría".
En sus diferentes aspectos el yoga es además una filosofía y
una práctica integral, la cual se dirige a diferentes dimensiones
del individuo: a la dimensión física —el Hatha Yoga, a la dimen-
sión mental— el Laya Yoga, a la dimensión de la acción —el
Karma Yoga, a la dimensión emocional— el Bhakti Yoga y a la
dimensión del equilibrio psíquico —el Raja Yoga.
Podemos señalar entonces una serie de similitudes y diferen-
cias entre el yoga y algunas concepciones psicológicas contem-
poráneas.
En primer lugar, al igual que la psicología científica contem-
poránea, el yoga reconoce la estrecha relación entre el cuerpo y
6. Krishna Yogananda. "Yoga". Kriya Yoga Magazine. No.2. Bogotá: abril-junio 1975,
Asociación para el Desarrollo de la Salud Mental.

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la mente. Pero va más allá, no sólo la reconoce sino que la
demuestra de forma empírica, como lo han constatado los
experimentos de mediciones fisiológicas con sujetos en estados
de meditación, en los cuales el estado de profunda calma mental
se refleja en una disminución sustancial de los signos vitales
del organismo. De otra parte, el practicante del Hatha Yoga
puede constatar subjetivamente los estados de calma mental
que son producidos por los ejercicios de relajación y por los de

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respiración, a través de los cuales el efecto de regulación y
equilibración de las funciones orgánicas afecta directamente la
regulación de los procesos emocionales y mentales.
En segundo lugar, en la misma forma que la psicología está
dividida en diferentes áreas de estudio y campos de aplicación,
el yoga, como hemos visto, aborda las diversas dimensiones de
los procesos psicológicos humanos. Como la teoría de los tipos
psicológicos de Jung, el yoga reconoce que una de las funciones
psicológicas tiende a predominar en la personalidad consciente
del individuo: la acción, el sentimiento, el pensamiento y que,
por lo tanto, como punto de partida para la integración y el
equilibrio de la psiquis, el individuo seguirá el camino que más
corresponda a las tendencias dominantes de su psiquis. Pero el
yoga, a diferencia de la psicología que sigue siendo en lo
fundamental una disciplina fragmentada, se plantea la nece-
sidad de integrar vivencialmente las diferentes dimensiones de
la psiquis como parte del proceso de autoconocimiento.
En tercer lugar, una diferencia clara. El campo de la psico-
logía clínica, el cual se ocupa de la salud mental de los indivi-
duos, en general tiende a limitarse a los efectos que pueda
tener la intervención del psicólogo sobre el individuo. El yoga,
en cambio, se constituye en una intervención del individuo
sobre sí mismo, intervención que no se limita a las horas al día
en que se practica Hatha Yoga o meditación. Cuando se avanza
en la práctica del yoga, el individuo debe mantener una actitud
de auto-observación, de introspección permanente. Tal como lo
señala Nisargadatta Maharaj, se debe ser un "testigo" perma-
nente de la actividad del cuerpo y de la mente.
En cuarto lugar, las principales teorías psicológicas sobre el
afecto parten del supuesto de que el vínculo afectivo saludable
entre los seres humanos, y más específicamente en la pareja, es
el apego. La relación ideal sería una de dependencia en relación
con el ser amado. El yoga, por el contrario, considera que la
máxima expresión del afecto y el amor es el amor desinteresado,

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es decir el desapego. El apego implica la confianza en que el
amor hacia el ser amado es recíproco, que tenemos la seguridad
de que el otro va a estar disponible si lo necesitamos y que va a
hacer esfuerzos por satisfacer nuestras necesidades psicológicas
y físicas. Como lo señalaba Krishna Daryanani, para el yoga, el
amor debe ser un fin en sí mismo y no un conjunto de
expectativas sobre el ser amado, el amor superior sería como el
calor del sol o el aroma de una flor, indiferente a quien lo
recibe y si lo agradece o no. En este sentido, para el yoga, el
apego, ya sea a los padres o a la pareja, es un obstáculo en el
desarrollo del individuo ya que implica una identificación con
el Yo personal y sus necesidades. Sin embargo, el desapego,
para el yoga, no significa cerrarse a los sentimientos propios y
de los demás, lo que implica es que el amor no se restrinja a
aquellos individuos que esperamos que nos correspondan en
este sentimiento.
Por último, el yoga privilegia la introspección, el dirigir la
atención y la energía psíquica hacia dentro y no hacia afuera,
como forma fundamental para el desarrollo del conocimiento
del ser humano. En esto hay una diferencia central con las
tendencias dominantes de la psicología moderna —exceptuando
la llamada psicología profunda—. La psicología moderna, al
pretender erigirse como ciencia "objetiva", abandonó en buena
medida la introspección, por considerarla un método subjetivo
y por lo tanto no validable científicamente para el desarrollo
del conocimiento científico. La psicología ha enfatizado el
estudio de las respuestas cuantificables a los eventos externos,
excluyendo la introspección como método de estudio del ser
humano, mientras que el yoga considera que la introspección
es el único medio para conocer la psiquis directamente.
A nuestro juicio, la psicología como disciplina del sujeto
humano —que no del reduccionismo de lo humano, ya sea
como organismo biológico, como instrumento, como conducta
o como efecto de las determinaciones de lo social— no puede

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renunciar a la auto-reflexión, al autoconocimiento por la vía de
la introspección. Tanto para potenciar sus aportes al conoci-
miento de la psiquis, como para hacer una contribución más
efectiva a la salud mental individual y colectiva, la psicología
deberá retomar la introspección como uno de sus métodos. Pero
consideramos que en esta empresa, como lo señalaremos a
continuación, son insuficientes las formas de autoconocimiento
que ha desarrollado la psicología profunda, tanto la de
orientación psicoanalítica como la junguiana. Lo que se requiere
es un acercamiento de la psicología a las tradiciones históricas
de autoconocimiento como el yoga. La psicología contem-

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poránea no podrá salir de su crisis si no se apropia de las
formas directas y experienciales de conocimiento de la psiquis.
Analicemos sólo un caso de los aportes que puede hacerle el
yoga a la psicología: aunque la conducta ha sido un problema
de estudio y de intervención de la psicología desde principios
de este siglo, es evidente la pobreza de la conceptualización de
la disciplina acerca de esta dimensión de la acción humana. En
el campo del trabajo, por ejemplo, la psicología no ha logrado, a
nuestro juicio, formular una teoría o unos principios para una
práctica que conjugue el desarrollo individual con el desarrollo
del bienestar colectivo. Es sintomático que en este campo una
de las tendencias de mayor acogida y éxito haya sido la
desarrollada por unos profesores de la Universidad de Stanford,
en la que proponen la apropiación de la filosofía y las prácticas
del yoga como forma de desarrollar la creatividad en las
empresas. Lo que plantea el Karma yoga o yoga de la acción
sobre el trabajo, y en general sobre la acción, supera con creces
las formulaciones de la psicología organizacional o del trabajo.
Los postulados más precisos sobre el yoga de la acción las
encontramos en el Bhagavad Gita; —el texto de cabecera de
Mahatma Ghandi. En el Gita, Krishna le dice a Arjuna: "Usted
tiene el derecho al trabajo, pero sólo por el trabajo mismo. No
tiene derecho sobre los frutos del trabajo. El deseo por los frutos
7
del trabajo nunca deben ser su motivación para trabajar."
Y más adelante, un verso que por su sabiduría psicológica,
debería ser de estudio obligatorio en todos los lugares de trabajo
y facultades de psicología y administración:

"Pensar en los objetos de los sentidos


te apegará a los objetos de los sentidos;
Crea el apego y te volverás adicto;

7. "The Song of God, Bhagavad-Gita". Translated by Swami Prabhavananda and Christopher


Isherwood. Introduction by Aldous Huxley. New York: Mentor Books, 1973, p.40

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Obstaculiza tu adicción y se convierte en ira;
Ponte furioso y confundirás tu mente;
Confunde tu mente y olvidarás las lecciones de la experiencia;
Olvida la experiencia y pierdes la discriminación;
Olvida la discriminación, y te perderás del
8
único propósito de la vida."

No pretendemos analizar a profundidad el Karma yoga,


solamente señalar que demuestra las falacias de una de las
corrientes dominantes en la psicología y la filosofía moderna: el
pragmatismo. El pragmatismo propone que el individuo debe
evaluar sus acciones a partir de sus resultados. Pero ahí esta el
problema: el individuo sólo tiene control y sólo es responsable
por su acción y nunca por sus frutos. Actuar en función de los
resultados de la acción es convertirse en esclavo, pendiente de
unos resultados que están por fuera de los alcances de la acción
individual. Si se actúa en función de la satisfacción de las
necesidades individuales, sólo se crea apego hacia los satisfac-
tores de la acción, lo cual, como lo demuestra la experiencia, es
el camino al desequilibrio mental ya que ninguna acción puede
garantizar que esta satisfacción se logre. Si se actúa de manera
menos egoísta, en función del bien común, aparece el mismo
problema: los frutos o los resultados de la acción no dependen
del individuo que actúa, sus efectos entran en una compleja red
de mediaciones que rompen la continuidad entre las intenciones
y las expectativas del individuo frente a su acción y sus efectos
finales. Como lo dijo hace dos siglos el poeta inglés William
Blake: "El camino hacia el infierno está cubierto de buenas
intenciones".
El Karma yoga propone, en efecto, una forma de romper la
cadena entre la acciones y sus resultados, entre las causas y los
efectos de la acción humana. Y lo propone de la única forma en

8. Ibid. p.42

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que esto es posible, rompiendo con la expectativa psicológica
de que una acción tenga unos resultados específicos, los cuales
claramente no dependen de las intenciones del individuo. La
acción por la acción misma es la única forma de romper el
egocentrismo, el cual hace que el individuo se considere
inmensamente más importante en el juego de la vida de lo que
realmente es. En palabras de Nisargadatta Maharaj: "(...) Se
debe hacer lo que debe ser hecho, dejando el éxito y el fracaso a
lo desconocido. Puesto que todo es causado por innumerables
factores, entre los cuales su esfuerzo personal es sólo uno. (...)
La misma idea de hacer algo correcto le viene al individuo
desde lo desconocido. Déjele a lo desconocido el problema de
los resultados, sólo efectúe la acción. El individuo sólo es uno
9
de los nodos de una larga cadena de causalidad."
Hemos mencionado ya la llamada psicología profunda,
representada por el psicoanálisis y la psicología arquetípica
junguiana. Se trata de las dos enfoques psicológicos que podrían
ser más cercanos al yoga, ya que reconocen la importancia del
autoconocimiento y han diseñado unos métodos para facilitarle
al individuo la autorreflexión. Pero si bien a nivel teórico se
podrían encontrar algunas similitudes con la filosofía yoga,
consideramos que estos enfoques psicológicos son limitados ya
que carecen de un método que permita profundizar de manera
directa en el auto-conocimiento. Ambas tendencias presuponen
la mediación de un terapeuta y desconfían de las posibilidades
de que, como en el yoga, el individuo de manera autónoma —
aunque con las orientaciones iniciales de un maestro— deba y
pueda emprender la aventura del autoconocimiento.
El psicoanálisis tiene un problema adicional. Su método de
análisis de los contenidos desconocidos de la psiquis, o incons-
cientes como los denomina, pasa por interpretaciones de la
razón analítica. Desde la perspectiva del yoga la razón y el

9. Nisargaddata Maharaj. op.cit. p.203

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pensamiento son limitados y si bien
pueden ser un instrumento útil para
la adaptación al mundo externo, se
convierten en un obstáculo para el
autoconocimiento. No es que el yoga
niegue la importancia de la razón,
pero tiene claro que ésta debe ser
trascendida para lograr la meta del
desarrollo humano.
De otra parte, la concepción
psicológica de Jung es, desde una
perspectiva filosófica, mucho más
cercana al yoga. Jung incorporó en
su sistema psicológico la experiencia
y la visión de lo sagrado, fue el gran
compensador ante el materialismo
científico de la primera mitad de este
siglo, colocándose del otro lado de
los principales dogmas de su tiempo
y lugar. Para Jung, la insistencia
occidental en limitarse a la razón,
excluyendo otras dimensiones de la
vida, degrada y aprisiona al ser humano. En sus palabras: "Entre
mas domine la razón crítica, más se empobrece la vida; pero
entre más de lo mítico, de lo inconsciente, seamos capaces de
hacer conciente, más de la vida integramos. La razón
sobrevalorada tiene esto en común con el totalitarismo político:
bajo su yugo el individuo se pauperiza"
Jung fue un pionero de los estudios sobre la cultura
occidental pre-cristiana tales como la mitología europea y la
alquimia, las culturas tradicionales y la filosofía y religión de
Oriente. Consideraba que las concepciones cosmológicas de los
pueblos orientales, indígenas y europeos precristianos, descri-
ben, no el universo externo, sino el cosmos interno de la psique.

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Jung concibió el mundo de lo
religioso, no como producto de
fuerzas sobrenaturales externas a la
psique humana, sino como una
forma de describir la experiencia
individual del autoconocimiento.
Para Jung el conflicto y la unión de
la diosa Shakti y el dios Shiva de la
cosmogonía hindú, por ejemplo, es
una forma de señalar la oposición
inicial y la posibilidad de unión de
los contrarios al interior del ser
humano. Se trataría de formas
premodernas de describir —perso-
nificando elementos de la psiquis
que hoy en día serían nombrados
por conceptos— el proceso de
conocimiento del Sí mismo.
Es esta concepción de lo religioso
—a la que Aldous Huxley se refiere
10
en su libro Filosofía Perenne como
la religión universal o profunda,
presente en todas las tradiciones religiosas— de la que trata
Jung: una religión psicológica basada en el autoconocimiento,
la cual, lejos de buscar someter e infantilizar a sus seguidores,
busca fortalecerlos en su autonomía como seres humanos. Para
Jung, la individuación —el término que le dio al proceso de
autoconocimiento— es la meta ideal de la vida humana, en
tanto movimiento hacia una totalidad psíquica integrada y
armónica de todos sus componentes y oposiciones. La
individuación es un proceso difícil que implica una actitud de

10. Huxley, Aldous. La Filosofía Perenne, Buenos Aires: 1977, Editorial Suramericana.

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introversión de la actitud consciente para abrir el diálogo entre
el inconsciente y la conciencia, el cual posibilita que no sólo "la
luz que ilumina las tinieblas sea comprendida por ellas, sino
también, que la luz comprenda las tinieblas". Se trata, en el
fondo, de un proceso de recentramiento de la propia persona-
lidad, desplazada de su verdadero centro y por lo tanto alienada
en el Yo. Individuarse es encontrarse a Sí mismo.
La trascendencia de lo dual, la reconciliación de los opuestos /

los contrarios que se juntan: es ésta una de las preocupaciones


centrales de la psicología de Cari Jung. En esto es clara la
continuidad de la psicología junguiana y la meta del yoga,
simbolizada en la unión de Shiva y Shakti. Para Jung el principio
de los opuestos se constituye en un principio psicológico
fundamental. Se trata de una forma de pensar los fenómenos
del mundo, tal como éstos se presentan desde el punto de vista
de la psique. Desde la perspectiva de la psique es posible
comprender todas las formas de vida como una lucha entre
fuerzas antagónicas. La presencia de opuestos en la psique
individual representa una tensión; las energías humanas surgen
como resultado de las tensiones creadas por los opuestos en
conflicto.
Para Jung como para el yoga el destino del ser humano es
trascender la dualidad. La unión de Atman y Brahmán para el
yoga es análoga a la unión del consciente y el inconsciente
individual con el inconsciente colectivo en Jung. Así como en el
Bhagavad Gita, Krishna le dice a Arjuna: "Debes liberarte de
los pares de opuestos", Jung consideraba que el destino del
desarrollo psíquico era la trascendencia de los opuestos. Pero
Jung se resistió a dar un paso lógico —y psicológico— dentro
del desarrollo de su pensamiento y experiencia psicológica;
hasta el final de su vida siguió sosteniendo que la terapia y la
develación del sentido de los contenidos del inconsciente eran
el mejor camino del hombre occidental hacia el conocimiento, y
que era peligroso adentrarse en las formas directas de

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autoconocimiento del oriente, tales como el yoga. Razón por la
cual debemos reconocer que si bien tendió un puente entre
occidente y oriente, nunca tuvo la curiosidad o la voluntad
para cruzarlo.
Para los que no estén convencidos de la importancia por sí
misma del yoga como camino espiritual del autoconocimiento
sería legítima y comprensible la pregunta: ¿Qué tiene que ver el
yoga con la condición y los dilemas del mundo moderno?
De una parte, se puede señalar que el yoga no contradice los
ideales del pensamiento moderno de occidente, tales como éstos
se derivan de la filosofía de la democracia que es uno de los
mayores logros de la modernidad. Estamos pensando en valores
tales como autonomía, libertad, tolerancia, responsabilidad
individual y respeto a la diferencia. Pero aquí se presenta un
problema que, como hemos señalado, es característico del
pensamiento occidental: ¿Cómo alcanzar, cómo practicar, en la
vida cotidiana estos ideales? Son claramente insuficientes las
reformas legales y los reordenamientos institucionales, ya que
para que estos valores se arraigen en los individuos y en la
cultura se deben convertir en formas de ser, de sentir, pensar y
actuar, lo cual requiere de una transformación radical de la
psicología individual y colectiva. A nuestro juicio, la única
forma de vivir efectivamente estos valores es por medio de las
prácticas de autoconocimiento y autotransformación de tradicio-
nes como el yoga.
El yoga comparte con el pensamiento moderno el sentido de
la pluralidad de la vida humana, basado en la experiencia
individual, al reconocer la multiplicidad de caminos para
acceder a la experiencia religiosa o espiritual. De una parte, a
diferencia de tradiciones basadas en un sólo libro sagrado, tiene
un variado conjunto de textos y le da preeminencia a la tradición
oral y espiritual pasada de maestro a discípulo dentro de una
inmensa gama de "escuelas" o "tradiciones" que enfatizan dife-
tes elementos de la práctica espiritual. Esta vocación pluralista

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del yoga se evidencia claramente en la siguiente imagen del
futuro espiritual de la humanidad:

"Llegará un tiempo en que cada uno tendrá su propia


religión; cada uno dará su propia forma al Conocedor;
cada uno andará con la mano del otro en la suya,
11
pero cada uno en su propia forma de adoración."

El yoga no va en contravía de las concepciones modernas. A


diferencia de algunas ilusiones del movimiento de la "Nueva
Era", que ofrecen vías rápidas para el logro de la sabiduría, la
salud mental y física y la felicidad —tales como la regresión a
otras vidas y el uso de sustancias psicoactivas—, el yoga no es
una fórmula mágica que convierte de un día a otro a un
individuo enfermo y angustiado en un dechado de virtudes
espirituales. En concordancia con lo que postularía el pensa-
miento moderno el yoga exige tiempo, voluntad, esfuerzo,
disciplina y creatividad.
De otra parte, si bien consideramos que lo mejor del pensa-
miento moderno es sabio y legítimo, es igualmente evidente la
distancia entre las promesas de la modernidad y el atribulado
mundo en que vivimos: un mundo signado por la violencia, la
intolerancia y la enfermedad mental. Ya le dimos su oportu-
nidad a los dogmas racionalistas y materialistas de la moder-

11. Daryanani, Krishna. En Kriya Yoga Magazine, Bogotá: 1975, Asociación para el Desarrollo de
la Salud Mental, No.3, julio-septiembre 1975, p.18.

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nidad y para muchos de nosotros es claro que han sido un
fracaso. Este fracaso es el resultado de haber dirigido
unilateralmente nuestra atención y esfuerzos hacia el mundo
externo. ¿No será que si le prestamos la misma atención y el
mismo esfuerzo al mundo interno, encontraremos las respuestas
a los dilemas del mundo moderno?

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