usted conoce; los segundos, a las parejas desdichadas.
Al
Importancia de
la Felicidad Matrimonial
El conferenciante había presentado una magistral
disertación acerca de la felicidad matrimonial. Al despedir
a los concurrentes, una dama se acercó y le dijo: "¿Porqué
darle tanto énfasis a la preparación para el matrimonio?
Después de todo, el matrimonio es como el juego de lotería.
Si usted gana, ¡dichoso sea! Si pierde, es usted quien pierde
y a nadie le importa".
En realidad, las cosas no son tan simples. "Perder" o
"ganar" en la relación matrimonial tiene repercusiones en
todas las áreas de la vida, y afectará tanto el presente como
el futuro. La elección sabia y la preparación adecuada son
fundamentos esenciales para la felicidad matrimonial. Pero
para poner en acción los principios que rigen la elección y
la preparación exitosas, es necesario tener conciencia de
su importancia.
Permítame invitarle a pensar en dos parejas imaginarias.
Joel y Nora por un lado, y Efraín y Teresa por el otro. Los
primeros representan a las decenas de parejas felices que
compararlos, ¿nos parecerá que valió la pena el esfuerzo
de Joel y de Nora de interesarse en elegir bien, prepararse
adecuadamente, y esforzarse por poner en su matrimonio
los ingredientes de la felicidad? Consideremos algunas áreas
de comparación.
Tanto Joel como Efraín son profesionales. Ambos dan
a su trabajo un lugar prominente en sus vidas. La satisfacción
que alcanzan en sus respectivas profesiones guarda una
proporción muy directa con el éxito de su matrimonio. Joel
asegura que su trabajo le produce constantes satisfacciones.
Con todo, no tiene obsesión por su tarea. Sabe llevar una
vida equilibrada y, por lo general, cuando llega la hora de
dejar el trabajo y regresar a casa, lo hace con la emoción
de saber que tiene una esposa y tres hijos que lo esperan en
un ambiente de alegría y paz, aunque no siempre de quietud.
A su vez, su esposa constantemente se interesa en sus
realizaciones profesionales y lo estimula.
Efraín, por el contrario, considera su trabajo desde otra
perspectiva: es un medio para escapar de la insoportable
situación de su hogar. Muchas veces se queda trabajando
largas horas adicionales a fin de demorar su llegada a la
casa. Esto complica peor las cosas, pues despierta en su
esposa sospechas, celos e incomprensión. Por lo tanto,
Efraín no es feliz ni exitoso en el trabajo. Los constantes
sentimientos de hostilidad, resentimiento, ansiedad y
culpabilidad le impiden obtener agrado. Su situación es
desesperada.
 En sus relaciones interpersonales. Efraín y Teresa llevan
una pesada carga de infortunio. A decir verdad, siempre
han tenido dificultades en su trato con los demás. Teresa
siente que él es desconsiderado, desatento y grosero. Como
resultado de la continua tensión que hay entre ellos, ambos
pasan malhumorados la mayor parte del tiempo. Los vecinos
los evitan porque los consideran como personas de trato
dificil. Sus padres y familiares procuraron al principio
mantener buena relación con ellos, pero finalmente optaron
por dejarlos solos. Ellos se resentían fácilmente por cosas
insignificantes y así fueron alejando hasta a los más
cercanos. Los progenitores de ambos sufren mucho al pensar
en ellos, pero han llegado a la conclusión de que es muy
poco lo que pueden hacer en su favor.
Joel y Nora, en cambio, gozan del respeto, la simpatía
y el aprecio de todos aquellos con quienes se relacionan.
Son amigables, corteses y considerados. Sus vecinos los
admiran porque se tratan entre sí con tierna amabilidad.
Sus familiares se sienten a gusto visitándolos de cuando en
cuando. Los niños se deleitan en visitar su hogar porque
siempre son bien recibidos y tratados con amor y respeto.
Hasta los animales de la casa respiran la atmósfera de
contento que permea el hogar.
Los hijos de Joel y Nora los aman, respetan y admiran.
El mismo interés que estos padres se tomaron en elegir bien
y prepararse para el matrimonio, lo manifiestan también en
lo tocante a la crianza de los hijos. Procuran aprender más
acerca del desarrollo de los hijos y los mejores métodos
para criarlos bien.Reconocen la importancia de enseñarles
obediencia y dominio propio y hasta ahora han tenido éxito.
Naturalmente, en ocasiones les han desobedecido; son niños
traviesos y a veces Nora ha perdido la paciencia con ellos.
Pero no han tenido que depender de métodos violentos,
pues han sabido comunicarse bien con los hijos y hacer
claras sus expectativas. Sobre todo, el hecho de que hay
armonía y unidad entre los padres transmite a los hijos un
sentido de seguridad y confianza.
Como es de esperarse, Efraín y Teresa tienen serios
problemas en la crianza de sus hijos. Esta es un área en la
que Efraín siempre aspiró a la perfección; antes de casarse
leyó varios libros sobre este tema. No obstante, su elección
desacertada de la madre para sus hijos ha frustrado sus
anhelos. Teresa trata a sus hijos con dureza y utiliza en forma
excesiva el castigo corporal como recurso disciplinario.
Efraín procura compensar la rigidez de la madre y
ofreciéndoles demasiada flexibilidad. Es imprudente y
discute con Teresa los problemas de crianza en presencia
de los vástagos. Como es irritable, muchas veces se cansa
de las acciones de los niños y como consecuencia es muy
inconstante. Los hijos están confundidos en cuanto a lo que
se espera de ellos y viven en tensión y total confusión.
La insatisfacción personal de Efraín y Teresa afecta
especialmente sus relaciones con Dios. Procuran ser
religiosos. Asisten a la iglesia. Pero la situación en que viven
 los ha absorbido de tal modo que nubla su percepción de ayudado a ver la importancia de prepararse bien y de luchar
las cosas espirituales. Sus vidas están llenas de temor, de por lo mejor. Pero no lo hicieron, y su hogar es desdichado.
duda, de inseguridad y culpabilidad. Perciben de vez en En el mundo hay incontables Efraínes y Teresas. ¡Cuán
cuando vislumbres fugaces del amor de Dios y su disposición bueno sería que los jóvenes observaran su situación y
de ayudarles, pero la magnitud de sus problemas no les aprendieran de ésta, por contraste! A la vez, que la juventud,
permite apreciarlo en plenitud. Dios está con la mano y aún los mayores, consideran para imitiar a las muchas
extendida, dispuesto a realizar los milagros que ellos tanto
parejas que como Joel y Nora sienten que su matrimonio
necesitan. Pero eligieron sin considerar lo que dice Dios,
ha contribuido a llenar su vida de paz y armonía. Esta obra
hicieron planes sin tomarlo en cuenta a él, se casaron sin su
procura explorar los factores que debieran guiar la mutua
bendición (aunque lo hicieron en una iglesia para cumplir
elección; los elementos necesarios en la preparación para
con la costumbre) y han vivido mayormente sin él. No se
el matrimonio y los principios fundamentales de la dicha
puede decir que no hay esperanza para ellos; pero tendrían
que realizar un gran cambio. Los patrones negativos de conyugal.
conducta que han cultivado por años deberían ser
reemplazados. La lucha no sería facil, pero Dios puede
hacer el milagro. ¡Ojalá se lo permitieran!
Nora y Joel viven inmensamente satisfechos con su vida.
Empiezan cada día con Dios y no les es dificil poner todos
sus planes en sus manos. Cuando yerran, saben que pueden
encontrar en Dios perdón y alivio para su culpabilidad.
Sienten además que Dios les da poder para vivir cada día y
vivirlo bien. Aceptan los problemas del diario existir como
desafos estimulantes. Tienen esperanza, amor, y una
profunda confianza en Dios.

Reconocer la importancia de una buena elección tal

vez, hubiera estimulado a Efraín y a Teresa a descubrir y
superar los rasgos negativos de su personalidad. Les habría

Madurez para el matrimonio
Enrique tiene 17 años de edad y planea casarse dentro
de dos meses con su novia que es un año más joven que él.
según ellos, tienen ya la madurez necesaria para el
matrimonio. Usted conocerá otros casos semejantes. Tal vez
usted sea uno de ellos. ¿Qué indica que alguien tiene la
debida madurez para casarse?
Evelyn Duvall, famosa por su enfoque al estudio de la
familia centrado en el desarrollo, opina que es más
importante saber cuándo es que usted está listo para asumir
las responsabilidades que conlleva el matrimonio.
La edad corno índice de madurez
Por lo general, lo primero en que se piensa es la edad.
Ciertamente se trata de un factor importante que conviene'
considerar. Muchos países tienen leyes que establecen la
edad mínima para contraer nupcias. En algunos casos es al
alcanzar l os 21 años; en otros, al cumplir los 18.
Sofonías, un joven universitario serio, inteligente y
10
exigente intelectualmente, dice: "Yo no me conformo con
saber qué dicen las leyes. ¿No hay e studios científicos que
señalen cuál es la mejor edad para casarse?".
Sí que los hay. Los investigadores emplean métodos
altamente confiables para buscar respuestas a preguntas
como éstas. Un investigador examinó a 792 parejas, otro a
526, otro a 409 en una ocasión y a 544 en otra. Se indagó a
qué edad se casaron y se determinó qué grado de satisfacción
han alcanzado en su vida matrimonial. Todos los estudios
coinciden en que, cuando los hombres se casan antes de los
20 años y las muj eres lo hacen antes de los 1 8, existe mayor
propensión a fracasar en el matrimonio.
Una explicación de esto es que antes de estas edades la
persona no tiene ideas bien definidas en cuanto a sus
preferencias. De modo que el joven que a los 16 escogería
a un tipo de persona como esposa, pensaría diferente si
esperara cinco años o más.
El Dr. Judson T. Landis, prestigioso investigador social
y especialista en relaciones familiares, afirma que a quienes
se casaron antes de los 20 años les costó muchísimo llegar
a un entendimiento satisfactorio en áreas tales como las
relaciones sexuales, el uso del dinero, las amistades, las
relaciones con los parientes políticos, las actividades
sociales y la recreación.
Pero eso no es todo. Estas investigaciones también
indican que cuanto mayor es la edad al casarse, hasta
 alrededor de los 30 años, tanto mayores son las posibilidades
de lograr un matrimonio_bueno o aun excelente. Además,
los riesgos de divorcio son menores cuando la edad al
casarse es mayor.
Con frecuencia los matrimonios de adolescentes están
de antemano encaminados al fracaso por razón de los
motivos por los que se establecieron. En el caso de Enrique,
al que mencionamos al principio de este capítulo, tanto él
como su novia provienen de un ambiente familiar infeliz.
Sus relaciones con sus respectivos padres son
extremadamente desafortunadas. Ellos sueñan con el
matrimonio como un medio para escapar de situaciones
hogareñas desagradables.
En otros casos, como ocurrió con Armando y Elena,
de 18 y 15 años respectivamente, el matrimonio ha sido
impuesto por la presencia de un embarazo. Varios estudios
indican que un alto porcentaje de los matrimonios de
adolescentes se realiza por esta razón. No es extraño que
posteriormente haya entre los cónyuges resentimiento,
hostilidad y mutuas recriminaciones. Con frecuencia, el
matrimonio termina en fracaso total.
Si fuéramos a decir que hay una edad ideal para contraer
matrimonio, diríamos que tal edad oscila en los hombres
entre los 23 y los 28 años y en las mujeres entre l os 20ylos
_25. Pero no es la edad cronológica el factor más
determinante de la madurez para el matrimonio. Hay, por
12
cierto, una relación entre la edad y otros factores más
cruciales para determinar si una persona tiene madurez para
casarse. El que una persona haya alcanzado la edad en que
se espera madurez, no es garantía de que la haya logrado.
Criterios superiores para evaluar la madurez
El matrimonio es la más íntima de las relaciones
humanas. De este hecho se deriva su potencial explosividad
por un lado o la posibilidad de una vida pletórica de
felicidad por el otro. El resultado depende en gran medida
del grado de madurez que los contrayentes hayan alcanzado.
Moisés, un joven de 26 años, nos pregunta: %Cómo
puede saber si tengo la madurez necesaria para el
matrimonio? ¿Hay criterios definidos que pueda utilizar
para evaluarme"?
Los expertos en asuntos matrimoniales responden a esta
pregunta de diversas maneras. El Dr. Henry Bowman habla
de control de sí mismo e integración personal, como
criterios para evaluar la madurez. Evelyn Duvall habla de
aceptación propia, autodirección, autocomprensión,
confianza propia y dominio propio. Otros autores enumeran
cualidades que en su opinión la persona madura debe poseer.
Nosotros utilizaremos los siguientes diez criterios.
1. Usted tiene madurez para el matrimonio si ha
alcanzado un grado razonable de objetividad. Esto implica
tener la habilidad de diferenciar entre los hechos y los
13
 sentimientos que los acompañan, y actuar sobre la base de
los primeros en vez de ser guiados unicamente por las
emociones. Significa que uno sabe evaluarse a si mismo,
reconociendo sus puntos fuertes y sus debilidades.
Si usted es objetivo, sabrá reconocer aquellos aspectos
de su historia personal y trasfondo familiar que podrían
influir negativamente en su vida matrimonial. Además, sabrá
aceptar tal realidad y reconocer en ella un desafío que debe
ser superado, en vez de un obstáculo insalvable.
2. Usted es suficientemente maduro para el matrimonio
si tiene el grado de estabilidad emocional de un adulto
normal. La persona estable emocionalmente sabe hacer
frente a la realidad con serenidad y calma. Sus estados de
ánimo no fluctuan con facilidad. Ejercer control sobre sus
emociones. Sabe vivir dominando las circunstancias en vez
de permitir que las circunstancias la controlen.
El profesor Lewis M. Terman, celebrado psicólogo de
l a Universidad de Stanford, hizo un estudio pionero, hoy
considerado clásico, acerca de los factores psicológicos que
intervienen en la felicidad matrimonial. Esa investigación
acerca de 792 parejas casadas revela la importancia de la
estabilidad emocional en el matrimonio.
Terman encontró que en los matrimonios felices, los
hombres manifiestan un tono emocionnal estable; tienen un
espíritu de cooperación que se hace evidente en su actitud
hacia sus superiores, las personas del otro sexo y los menos
14
privilegiados; tienden a no ser tímidos y más bien un tanto
extrovertidos; manifiestan mayor iniciativa, una mayor
tendencia a asumir responsabilidad y una mayor disposición
a darles atención a los detalles del trabajo diario; gustan de
los procedimientos metódicos y de la gente ordenada; son
cuidadosos en sus finanzas, y tienen una actitud favorable
hacia la religión, hacia las normas morales en cuanto al
sexo y hacia otras normas impuestas por la sociedad.
Los esposos no felices, por su lado, son descritos por
Terman del siguiente modo: tienden a ser temperamentales
y un tanto neuróticos; son propensos a sufrir de sentimientos
de inferioridad; se incomodan ante la idea de ser notados
en público; son extremadamente sensibles a la opinión de
los demás; a menudo procuran compensar sus sentimientos
de inferioridad con actitudes dominantes; se complacen en
tomar el papel de jefes, particularmente de mujeres, con
frecuencia tienen sueños y fantasías de preponderancia; son
esporádicos e irregulares en sus hábitos de trabajo; les
fastidia ser metódicos y cuidar de los detalles; no gustan
de ahorrar; les gusta apostar; tienden a ser irreligiosos, e
inclinados hacia ideas radicales en lo referente a normas
acerca del sexo y la política.
Las esposas felices son amables con otras personas, y a
su vez anticipan amabilidad por parte de los demás; no se
ofenden con facilidad; no se preocupan indebidamente por
la impresión que causan; no perciben las relaciones sociales
como situaciones de rivalidad; son cooperadoras; no se
15
molestan porque otros les den consejo; a menudo
manifiestan actitudes misioneras; se complacen en brindar
oportunidades educativas y de contentamiento a otras
personas; les agrada hacer bien a los menos privilegiados;
son metódicas y concienzudas en su trabajo; son cuidadosas
en el uso del dinero, y manifiestan actitudes de seguridad
personal y una perspectiva optimista de la vida.
Las esposas no felices, en cambio, se caracterizan por
su tirantez emocional; tienen frecuentes alteraciones en sus
estados de animo; sufren de profundos sentimientos de
inferioridad que se proyectan en actitudes agresivas; tienden
a ser irritables y dictatoriales; desarrollan mecanismos de
defensa que las hacen inquietas, agresivas y acongojadas;
se afanan por tener un circulo amplio de amistades, mientras
están más preocupadas por ser importantes que por gustar
a los demás; son egocéntricas; tienen poco interés por
actividades de benevolencia a menos que las mismas les
reporten reconocimiento, gustan de actividades cargadas
con oportunidades de romance; son más inclinadas a tener
actitudes conciliatorias hacia los hombres que hacia las
mujeres; como trabajadoras, son impacientes y caprichosas;
no gustan de personas cuidadosas y metódicas; les
desagradan las ocupaciones que requieren método y
meticulosidad, y tienen ideas radicales en cuanto a política,
religión y ética social.
Al meditar en estas conclusiones, usted no vacilará en
reconocer la importancia de la disposición alegre, el ánimo
16
tranquilo, la adaptabilidad y la flexibilidad, cualidades
todas que caracterizan a la persona estable emocionalmente.
3. Usted tiene madurez para la vida matrimonial si tiene
un concepto acertado de la relación que hay entre el amor
y el matrimonio. Jorge y Matilde concluyeron su relación
matrimonial porque no se amaban más. Ignoraban la
existente relación entre el amor y el matrimonio.
El amor verdadero es un principio. Los sentimientos
agradables, resultantes de ponerlo en acción, pueden
fluctuar según las circunstancias. Una ley del amor establece
que el matrimonio es una relación indestructible mientras
dura la vida de sus componentes. De esto se deriva que la
duración del matrimonio no debe depender de la
persistencia de los sentimientos resultantes del amor (y que
a veces confundimos con el amor mismo). La relación entre
el amor v el matrimonio debe más bien funcionar en modo
inverso.
Esto quiere decir que el punto de partida debe ser el
matrimonio. Este pacto inviolable establece la obligación
de ejercer el principio del amor en la relación con el
cónyuge. De ese modo, el descubrimiento de que no
experimentaban sentimientos agradables no debiera haber
sido para Jorge y Matfde una indicación de que debían
concluir su matrimonio. Tendría que haber sido, más bien,
una clarinada de alerta, una señal indicadora de que la
responsabilidad de ejercitar el amor había sido descuidada
y de que debían ponerla nuevamente en acción.
17
 4. Usted es maduro para el matrimonio si ha desarro-
llado sentido de responsabilidad. Al tal, lo tiene la persona
que adquiere compromisos plenamente consciente de lo que
i mplican, y con plena disposición de cumplir con ellos.
Tienen sentido de responsabilidad quien tiene una adecuada
perspectiva de los desafios de la vida. y no solo eso, la
persona responsable sabe aceptar sus equivocaciones sin
buscar a quién o a qué culpar por ellas. A partir de sus
errores adquiere experiencias que le serán de gran utilidad
en su vida futura.
5. Usted es maduro para el matrimonio si mantiene
relaciones interpersonales altruistas. Altruismo es lo
contrario de egoísmo. Significa no hacer girar el mundo en
torno de nosotros mismos. Es proyectar nuestra existencia
para hacer bien a los demás.
A David y Rosario les costaba entender la importancia
del altruismo. Con frecuencia los deseos de uno estaban en
contraposición con los del otro. En vez de ser oportunidades
para complacer al cónyuge, estas situaciones tendían a
amargar su vida matrimonial.
La persona altruista sabe ser compasiva ante las debili-
dades de otros. Sabrá también manifestar benevolencia y
espíritu de cooperación. será una persona receptiva y
manifestará empatía en su relación con los demás, especial-
mente con los más cercanos.
6. Usted tiene madurez para la vida en matrimonio si
18
tiene capacidadpara resolverproblemas. Los problemas
son emocionantes desafios en manos de personas maduras.
Pedro reaccionaba ante los problemas con sentimientos de
depresión y confusión. La menor frustración lo
descorazonaba. Su perspectiva de la vida cambió totalmente
cuando aprendió a identificar los problemas, enumerarles
posibles soluciones, analizarlas hasta decidirse por la mejor,
e implementarla con fe, valor, optimismo y determinación.
7. Usted es maduro para el matrimonio si lleva una vida
temperante. Las personas temperantes saben diferenciar
entre lo que les es dañino y lo que les es beneficioso. Han
logrado desarrollar el dominio propio necesario para
abstenerse de lo perjudicial, y tienen buen juicio para usar
con moderación lo que es beneficioso. Saben postergar el
placer cuando no ha llegado el momento apropiado, cuando
no están en capacidad de alcanzarlo dentro de los límites
de lo que es lícito o cuando el mismo debe estar precedido
por esfuerzo y sacrificio futuros.
8. Usted tiene madurez para el matrimonio cuando
posee actitudes sobrias acerca del sexo. Hay en cuanto a
esto dos extremos que deben cuidarse. Uno de ellos es
ilustrado en el caso del joven que está tan obsesionado por
lo sexual que le da un valor excesivo a este aspecto de la
vida. El otro extremo, no menos peligro, es el de quien
percibe el sexo como algo sin importancia y lo trata
descuidadamente.
Las personas maduras reconocen que la sexualidad es
19
un aspecto positivo de la personalidad humana. Juzgan, Muchas parejas felices han reconocido en el
además, que las relaciones sexuales son expresiones cristianismo auténtico la filosofia de vida que imparte no
saludables de amor entre dos personas casadas. solo los conceptos sino el poder para una existencia plena
9. Usted es una persona madura para el matrimonio si de felicidad y armonía conyugal. Cristo no es una idea: es
ha desarrollado pensamiento independiente. Los niños una persona viva que le da al matrimonio sentido de
tienden a ser meros reflectores de los pensamientos de otros. dirección y estabilidad. Quienes lo han probado, han
Hay también una etapa en el desarrollo de los seres humanos comprobado la inmensidad de su poder y de su amor.
en que se pretende ser independiente y se manifiesta rebelión
contra las ideas de la generación anterior. Desafortunada-
mente lo que ocurre en la mayor parte de los casos es que
quienes manifiestan tal rebelión, son serviles seguidores de
los pensamientos de aquellos con quienes se identifican.
La persona madura es sensata. Sabe apreciar las
opiniones de otros, evaluarlas desapasionadamente y tomar
decisiones propias con un sentido de profundo respeto hacia
los demás.
10. Finalmente, usted es maduro para el matrimonio si
tiene una correcta filosofia de la vida. La gente madura
reconoce la importancia de tener conceptos filosóficos,
religiosos e ideológicos que sirvan de base para su entendi-
miento del universo y sus orígenes, la conducta a seguir y
sus responsabilidades, y las connotaciones futuras que de
ello se desprenden. Las personas maduras son suficiente-
mente flexibles como para someter continuamente sus
conceptos al escrutinio del pensar iluminado. De esta
manera, aquilatan la importancia de entrar al matrimonio
con una sana filosofia rectora de su vida.

20 21

Homogamia versus Heterogamia
Salomón, un universitario de 19 años, estaba disgustado.
Al salir del salón de clases, después de una sesión del curso
de Noviazgo y Elección del Cónyuge, le dijo a Karen:
"Hasta ahora, había disfrutado al máximo del curso. Todo
me parecía fantástico. La materia no sólo había sido amena
sino también constructiva. ¡Pero hoy he salido sintiendo
que no la resisto! ¡Me molesta tener que aprender términos
tan raros para referirme a cosas tan sencillas!"
Cierto es que los especialistas utilizan a veces palabras
extrañas. Es interesante la ristra de términos que terminan
con "gamia": Monogamia, que se refiere a la unión
matrimonial entre un hombre y una mujer; poligamia, que
se refiere a la unión de una persona con dos o más del otro
sexo (¡y para complicar las cosas, hay que distinguir entre
poliginia, unión de un hombre con varias mujeres, y
poliandria, que es la unión de una mujer con varios
hombres! ¡No serían necesarios tantos términos si la
humanidad viviera según el plan de Dios!).
Se habla también de endogamia, palabra que define al
22
grupo dentro del cual se espera que alguien se case; y de
exogamia, que se refiere al grupo fuera del cual se espera
que la persona se case. Además, heterogamia que se refiere
a matrimonios entre dos personas diferentes, en contraste
con homogainia que se refiere a uniones entre personas
semejantes. (¡Llegamos a las palabras de nuestro título!)
¡ Superemos estos términos raros! ¡Vayamos a lo
práctico! Ha sido común que las personas se casen con
quienes les son semejantes en diversas características. Esto
ha respondido a un fenómeno social conocido como
propincuidad (¡que significa simplemente cercanía o
proximidad!). Es decir, que al asociarse con personas
cercanas, especialmente desde el punto de vista residencial,
los jóvenes tienden a formar matrimonios con quienes son
semejantes a ellos. Esto se debe a que los conglomerados
residenciales están generalmente formados por personas
semejantes en diversos aspectos.
Pero en otros casos, como por ejemplo las oportuni-
dades de estudio que en muchos países latinoamericanos se
han abierto para jóvenes de todas las clases, han hecho que
la escuela secundaria y la universidad sean campo de acción
común para todos. En consecuencia, se asocian en el mismo
plantel personas dispares en muchos sentidos, dando así
lugar a posibles matrimonios entre personas diferentes
(¡ ¡heterogamia!!).
Ha sido generalmente aceptado que los matrimonios
entre personas semejantes tienen mayores probabilidades
23
de éxito. Las investigaciones parecen corroborar esta
afirmación. Hay aspectos en que la heterogamia no
representa tal vez mayores riesgos. Pero en todos los casos,
los que escogen esta forma de unión matrimonial deben
estar plenamente conscientes de los peligros que puede
representar para su felicidad matrimonial. Consideremos
algunos factores que deben pesarse con cuidado.
1. Edad. La tendencia general es la de matrimonios de
hombres que son unos pocos años mayores que sus esposas.
Ocasionalmente escuchamos de personas que se casan con
alguien que es considerablemente mayor. Los psicólogos
dicen que muchas mujeres que se casan con hombres que
tienen una edad mayor que la de ellas en diez años o más,
han sido condicionadas a respetar a hombres mayores o a
idolatrar a su padre. Dicen también que entre los hombres
que se casan con mujeres considerablemente mayores, hay
muchos que lo hacen por suplir la necesidad de tener
siempre a una "madre" que cuide de ellos.
Con frecuencia, una gran disparidad de edad entre los
cónyuges puede traer dificultades por razón de valores
conflictivos, particularmente en áreas tales como intereses
culturales y recreativos.
Un problema particular en los matrimonios muy
dispares en cuanto a edad está en el hecho de que la
ancianidad de uno puede colocar al otro, más joven, en
situación muy desventajosa. En ocasiones, la alegría normal
24
de la vida puede ser devastada por los achaques de un
paciente que necesita continuos cuidados. De modo que si
usted decide entablar una relación de esta naturaleza, debe
hacerlo en plena conciencia de lo que le puede esperar.
Es oportuno mencionar aquí que la noción popular de
que la felicidad del matrimonio es superior cuando el
hombre es mayor que la esposa, no ha sido verificada en
los estudios realizados. Al contrario, Ernesto Burgess y
Leonardo Cottrell distinguidos investigadores que indaga-
ron acerca de los factores que pueden utilizarse para
predecir las posibilidades de éxito o fracaso en el matrimo-
nio, han provisto información que indica que el grupo de
parejas con mejor ajuste matrimonial fue aquel en que la
esposa era un poco mayor que el esposo. Los alcances de
este escrito no permiten discutir este tema a fondo, pero
diremos que hay muchas razones por las que se pueden
anticipar mejores matrimonios en los casos en que la esposa
es un poco mayor. No deben los jóvenes, por otro lado,
hacer caso omiso a las presiones de su familia si esta tiende
a preferir el arreglo tradicional, ya que la relación con la
familia es también un factor en el éxito del matrimonio.
2. Clase social y trasfondo familiar. Mario e Isabel se
conocieron en la universidad. Ella procedía de una familia
de clase social elevada. Los padres de Mario eran
campesinos con poca educación formal. Los jóvenes
buscaron a un consejero profesional para discutir con él su
situación. Se habían enamorado y hablaban de casarse.
 Deseaban saber cómo hacer frente a lo que ellos
consideraban oposición irrazonable por parte de los padres
de Isabel, que aun amenazaban con enviarla fuera del país.
El consejero los invitó a discutir sus puntos de vista en
cuanto a la importancia de buenos modales en la mesa; sus
tipos de recreación preferidos; sus definiciones en cuanto
al papel del hombre y el papel de la mujer en el hogar; sus
actitudes en cuanto a discusiones acaloradas entre esposos;
sus opiniones en cuanto a la celebración de los días feriados
y sus pareceres en cuanto a la autoridad en el hogar. ¡Los
jóvenes quedaron pasmados¡ ¡Nunca había pasado por su
mente el pensamiento de que pudieran tener conceptos tan
divergentes en tantas áreas de la vida! ¡Eso fue suficiente!
Al considerar este factor, debe tomarse muy en cuenta
que, como dice . un escritor, nos guste o no, la boda nos
entrega completamente gratis un paquete de parientes
políticos. Las tensiones con ellos tenderán a afectar
negativamente la relación matrimonial. Y esas tensiones
pueden ser mayores cuando hay gran disparidad en clase
social y trasfondo familiar.
3. Educación. En sociedades en desarrollo como las
nuestras, no se puede equiparar clase social con nivel de
educación. Aun a las clases humildes se les están abriendo
las puertas para recibir educación avanzada. Debemos
reconocer, por otro lado, que aún hay incontables personas
que por una u otra razón reciben poca o ninguna educación
formal.
26
En casi todos los países que nos ha tocado visitar hemos
escuchado algún caso de una persona con estudios que se
ha casado con alguien de poca preparación escolar. Uno
que particularmente nos llamó la atención fue el de Dora,
una maestra de escuela, casada con un chofer de tractor.
Aunque se trataba de un hombre honrado y trabajador, las
diferencias de educación que había entre ellos dos eran
fuente constante de conflictos.
Varias investigaciones revelan que los mayores
problemas para el matrimonio residen en hogares donde la
esposa es más instruida que el esposo. Cuando las diferencias
son menores, o cuando el marido es el que tiene el más alto
nivel cultural, la estabilidad matrimonial no es
significativamente afectada.
4. Inteligencia. Nadie ignora que el nivel de educación
de una persona no es necesariamente un índice de su nivel
de inteligencia. Hay personas altamente inteligentes que
por una circunstancia u otra no alcanzan estudios superiores
y viceversa. La inteligencia de una persona no es fácil de
determinar. Los psicólogos han desarrollado técnicas
avanzadas para medirla, pero generalmente no se obtienen
los resultados en forma precisa. Sin embargo, cuando entre
dos personas hay marcadas diferencias en nivel intelectual,
la persona más dotada debiera estar en capacidad de percibir
la diferencia.
Roberto Lewis y Graham Spanier en un estudio
publicado en 1978, informan que cuando los niveles de
27
inteligencia de los cónyuges son marcadamente distintos,
existe el peligro de que se desarolle entre ellos gradual
distanciamiento en su comunicación. Tal aislamiento puede
ser particularmente tedioso para el más inteligente. El
estímulo intelectual es tan importante como la satisfacción
emocional para el éxito del matrimonio. Su ausencia puede
causar insatisfacciones insospechadas.
La persona menos inteligente puede también sufrir,
inclusive, al punto de llegar a desarrollar sentimientos de
inferioridad. Esto puede traer como resultado infelicidad,
inseguridad y frustración, especialmente si el más inteligente
es exigente e inflexible y no sabe reconocer las habilidades
especiales del cónyuge.
5. Raza. El asunto de matrimonios entre personas de
distintas razas no ha despertado tanto interés entre los
investigadores latinomericano. En Estados Unidos ha
recibido considerable atención, a pesar de que menos del 1
por ciento de los matrimonios son formados por personas
de razas distintas. Tampoco ha habido en Latinoamérica
los intensos conflictos raciales que han existido en el país
del norte.
No se puede dudar el hecho de que hay muchos
matrimonios mixtos en cuanto a raza que son felices. No
hay duda de que seguirá habiéndolos. Sin embargo, harán
bien los que deseen embarcarse en una unión tal, tomar en
consideración los posibles problemas que tengan que
28
afrontar. De ese modo tendrán la disposición apropiada para
hacerles frente cuando surjan.
Un problema que hay que considerar es la actitud de
las familias y de las comunidades de procedencia de los
dos involucrados. Hay países en que la unión mixta es
aceptada como algo normal donde grandes sectores de la
ciudadanía están fonnados por personas mulatas o mestizas
en general.
Pero hay ambientes en que la actitud de la familia y la
comunidad puede ser explosiva. Existen áreas en América
Latina en que la población es tan sensible a diferencias
raciales que se toman el trabajo de investigar a los
antepasados de un pariente político en potencia para
asegurarse de que no haya vestigios de sangre de otra raza.
Y aunque en muchos casos finalmente se lo acepte, no se lo
hace sin primero amenazar repetidamente al hijo o a la hija
con condenarlo al ostracismo.
En línea con esto mismo, se deben tomar en cuenta los
sentimientos de hostilidad que a veces manifiesta la
comunidad. Particularmente contenciosas pueden ser en
ocasiones las damas que se sienten traicionadas por uno de
su raza que escogió como esposa a alguien de una raza
distinta.
Por último, en este aspecto, está el problema de los
hijos. Con frecuencia, componentes de ambas razas los
tratan con prejuicio. Esto puede causar intensos sufrimientos
29

a los hijos y a los padres. A menudo, los hijos mismos
guardan resentimiento hacia sus padres, lo que aumenta los
padecimientos de los progenitores. Si el matrimonio no
había anticipado contingencias como éstas, las
consecuencias pueden ser nefastas.
6. Religión. No hay área más crucial para la estabilidad
del matrimonio que la fe religiosa. Landis asegura que
investigaciones realizadas en unas veinticinco mil parejas,
revelan que hay tres veces más fracasos matrimoniales entre
personas no religiosas que entre quienes lo son. Otros
estudios revelan la misma tendencia. Y es que las creencias
son poder, si se trata de la religión auténtica, es decir, la
religión de Cristo.
Investigaciones efectuadas por diversos autores revelan
que los matrimonios realizados entre personas que
comparten la misma fe religiosa siempre son más estables
que aquellos en que hay discrepancia de religiones. Más
aún, los matrimonios de personas que practican una religión
con personas que no practican ninguna, son considerable-
mente menos estables que todos los demás.
Aun cuando la unión matrimonial resulte permanente,
los matrimonios mixtos en lo tocante a religión tienen que
afrontar serios problemas. Las tensiones que puede haber
en estos matrimonios no sólo se deben a sus propias
diferencias sino también a que las ideas, opiniones y valores
de los miembros de las respectivas familias pueden tener
efectos negativos en la relación de hogar.
30
El que escribe realizó para su tesis doctoral una
investigación acerca de las variables que afectan el concepto
que una persona tiene de su propia familia. Un hallazgo
pertinente tiene que ver con el hecho de que las personas
religiosas casadas con quienes practican una fe diferente, o
con quienes no practican ninguna religión, tienen una imagen
considerablemente más negativa de su familia que aquellos
casados con los de su misma fe.
Víctima seguras de este tipo de matrimonio son los
hijos. Si ambos padres son leales a su respectiva fe, querrán
que los hijos la adopten. Esto es frecuentemente fuente de
serios conflictos que pueden causar en los hijos confusión,
ansiedad y escepticismo.
La Biblia condena explícitamente los matrimonios entre
cristianos leales y aquellos que no lo son. San Pablo dice:
"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos" (2
Corintios 6:14).
Los jóvenes harán bien en considerar con cuidado la
experiencia de aquellos que han formado uniones
desafortunadas. Los casos incontables, por otro lado, de
aquellos que le dieron al Creador el lugar de honor en su
unión matrimonial, son un viviente testimonio del poder de
Cristo para dar felicidad, armonía y paz matrimonial.
31

Temperamento, personalidad
y matrimonio
Víctor asistió a un seminario sobre el temperamento,
que mi esposa y yo impartimos, con la esperanza de que le
dijéramos exactamente qué temperamento debía tener su
futura esposa para que su matrimonio fuera dichoso.
Desafortunadamente no es fácil dar respuestas categóricas
a una inquietud como esta. El que escribe y un grupo de
colaboradores estamos actualmente realizando en
Centroamérica una investigación a gran escala sobre la
relación entre el éxito matrimonial y las combinaciones
temperamentales. Esperamos poder dar en el futuro
respuestas más definidas a esta pregunta.
Pero aunque se desconocen varias cosas, no se debe
llegar a la conclusión de que no se sabe nada en cuanto a la
relación de la personalidad y el temperamento con el
matrimonio. De hecho, podemos afirmar con acierto que
una persona madura según los criterios presentados en el
capítulo 2, tiene derecho a esperar madurez semejante en
su futuro cónyuge. Hay ciertos aspectos de la personalidad
32
que son componentes indispensables para un matrimonio
de éxito. La estabilidad emocional, la disposición positiva,
la flexibilidad y la docilidad entran indudablemente en esta
categoría.
Es concepto generalmente aceptado entre los estudiosos
de la conducta humana que el temperamento se refiere a
aquellos aspectos de nuestra personalidad que traemos en
nosotros al nacer y que permanecen durante nuestra vida.
A pesar de que muchas veces ha sido puesto en duda,
uno de los enfoques más útiles para el estudio del
temperamento es el de los cuatro grupos conocidos como
colérico, sanguíneo, melancólico y flemático.
El psicólogo británico H. J. Eysenck ha provisto un
acopio impresionante de evidencia científica en favor de
esta teoría. Y los norteamericanos Peter Blichington y
Robert Cruise, científicos de la Universidad Andrews, han
l ogrado desarrollar un instrumento con el cual mensurar la
tendencia temperamental de una persona.
¿Qué importancia tiene esto para el matrimonio?
Mucha. Es cierto que aún no tenemos toda la información
confirmada para determinar cuáles son las mejores combina
ciones matrimoniales desde el punto de vista temperamental
(aunque teóricamente sí existe tal información). Pero si una
persona puede dentro de lo razonable conocer sus tenencias
temperamentales y las de su futuro cónyuge, este
conocimiento enriquecerá la relación, le resultará más
33
 natural aceptarse como persona, y le ayudará a ser más
comprensiva y receptiva con las características de su
cónyuge.
Dada su importancia, pues, consideremos las caracterís-
ticas de los cuatro temperamentos básicos. Hagámoslo sin
olvidar que relativamente poca gente pertenece a un solo
temperamento. En la mayoría de los casos se combinan
características de dos temperamentos en el mismo individuo.
Tim LaHaye, quien tal vez ha insistido más que cual-
quier otro en la validez de la teoría de estos cuatro grupos
temperamentales, sugiere que no es apropiado considerar
que haya temperamentos superiores o inferiores. El muestra
a cada grupo temperamental con virtudes y defectos
característicos. Y considera que hacemos bien en procurar
descubrir el grupo al cual pertenecemos y entregarle al
Señor nuestras virtudes y defectos para que nos ayude a
cultivar las primeras y vencer los segundos.
1. El temperamento colérico. Los coléricos tienden a
ser intrépidos, agresivos, insensibles y enérgicos. El colérico
es el más agresivo de los cuatro temperamentos. De estas
características fundamentales se derivan formidables
virtudes y enormes defectos. El colérico es de voluntad firme
determinado, independiente, optimista, práctico,
productivo, decidido y confiado. Pero puede también ser
cruel, sarcástico, dominante, desconsiderado, orgulloso,
autosuficiente, frío y taimado.
34
2. El temperamento sanguíneo. La persona sanguínea
es sociable y expresiva, distraída, desorganizada, alegre y
despreocupada. En consecuencia, puede adolecer de volun
tad débil; puede ser una persona inestable e indisciplinada,
inquieta, inconfiable, exagerada y temerosa. Al mismo
tiempo tendemos a admirar en los sanguíneos su habilidad
de conversar, su expresividad y entusiasmo, su afectividad
y su habilidad para ganar amigos. Sobre todo, un sanguíneo
puede saber tomar la vida con una actitud de fe y confianza
carente de preocupaciones indebidas.
3. El temperamento melancólico. Se caracterizan los
melancólicos por poseer gran intensidad emocional; son
creativos, concienzudos y perfeccionistas, a la vez que
sumamente sensitivos. Estos rasgos generales dan lugar a
los más grandes talentos: los melancólicos tienden a ser
particularmente dotados. Son analíticos, de inclinaciones
estéticas, idealistas, leales y dispuestos a sacrificarse por
una causa o persona amada. A la vez pueden ser egocén-
tricos, de emociones fluctuantes, negativos, pesimistas,
teóricos, imprácticos, insociables, criticones, rígidos y
vengativos.
4. El temperamento flemático. Las personas flemáticas
tienden a ser calmadas, pacíficas, diplomáticas, blandas y
flexibles. Son tranquilas, confiables, eficientes, prácticas,
llenas de tacto y de buen humor. Pero tienden también a ser
individuos tacaños, temerosos, indecisos y espectadores
pasivos. Tienden a autoprotegerse y a carecer de motivación
para la acción.
35
 ¿Logró clasificarse? Sin duda habrá logrado colocarse
a grandes rasgos en alguna de las categorías descritas. ¡No
olvide que la mayor parte de las personas combinan dos
temperamentos en su personalidad! ¡Y recuerde que no hay
temperamentos superiores o inferiores l.
Cuando logramos entendernos a nosotros mismos es más
fácil establecer relaciones interpersonales satisfactorias. En
el matrimonio, es indispensable aceptar al cónyuge tal como
es sin esperar cambiarlo. Tal aceptación es la mejor
motivación para cultivar una personalidad agradable y
balanceada. Con frecuencia se atraen personas de tempera-
mentos opuestos.
Si se tienen en mente las características de cada grupo,
esto será una bendición más bien que un motivo de discordia.
Las faltas de uno de los cónyuges son compensadas por los
puntos positivos del otro, de modo que el matrimonio se
convierte en una empresa de mutuo crecimiento.
La escritora Elena G. de White dice con su singular
penetración: "Concuerda con lo ordenado por Dios que se
asocien personas de diversos temperamentos. Cuando esto
sucede, cada miembro de la familia debe considerar y
respetar como sagrados los sentimientos y derechos ajenos.
Así se cultivarán la consideración y la tolerancia mutuas,
se subyugarán los prejuicios y se suavizarán los rasgos toscos
del carácter. Se asegurará la armonía, y la fusión de los
variados temperamentos beneficiará a cada uno" (El hogar
cristiano, pp. 386-387).
36
El noviazgo feliz
Humberto llegó a la oficina del consejero evidente-
mente emocionado ¡ Sara le había dado el "sí"! Sentía que
no cabía dentro de él mismo "Doctor-le dijo— queremos
hacer las cosas bien. ¿Tiene algunos consejos que darnos?"
El consejero conocía a Humberto y a Sara y sabía que
tenían algunas cosas en su favor. En primer lugar, el inicio
de su noviazgo no era el principio de su relación, sino una
fase de un proceso más amplio de gradual acercamiento.
Pertenecían a dos familias que se conocían y se apreciaban
desde que ellos eran niños. Los padres de sara habían
trabajado lejos de su lugar de origen desde que ella tenía
siete años, pero habían regresado cuando cumplió los once.
Durante su adolescencia, Humberto y Sara tuvieron
múltiples ocasiones de relacionarse en actividades de grupo
con chicos y chicas de su edad. Ambos pares de padres
habían animado a sus respectivos hijos a disfrutar de las
oportunidades de recrearse mediante las actividades de un
grupo de unos veinte muchachos y chicas. Es más, ellos
mismos se involucraban con los padres de los otros
37

muchachos para planear paseos, caminatas, y fiestas que
contribuyeran a la felicidad del conjunto. Mientras tanto,
no se promovía la idea de establecer noviazgos a temprana
edad.
Con el paso de los años la consistencia del grupo fue
cambiando. Se formaron subgrupos constituidos por aque-
llds que por diversas razones se sentían atraídos mutuamente.
Cuando las edades de los componentes oscilaban entre los
17 y los 19 años, comenzaron a formarse relaciones
amistosas mas definidas entre parejas de ambos sexos.
Este proceso contribuyó a la madurez, aptitud social y
pe_ aonalidad agradable de Humberto y Sara. Los protegió,
además, de pasos imprudentes durante sus años de
adolescencia. Humberto tenía ahora 21 años y Sara 19. Uno
dos años antes, él había estado de novio con otra chica del
grupo, pero no tardaron ambos en descubrir que no había
entre ellos intereses comunes. Y ahora estaba Humberto
frente al consejero, palpitante de emoción porquei Sara le
había dado el "sí".
El consejero se sentía orgulloso de Humberto. No
dejaba de reconocer que él era parte de un grupo de jóvenes
cristianos de altos ideales. El desarrollo de la amistad entre
Humberto y Sara difería de los coqueteos tan comunes entre
los adolescentes y jóvenes de nuestra época. No había
incluido tampoco la fase del "dating" norteamericano, que
tendría sus puntos positivos si no fuera porque en la gran
38
mayoría de los casos, promueve la irresponsabilidad y abusa
del acercamiento fisico. Humberto y Sara habían sido muy
afortunados. Muchos matrimonios felices se forman entre
personas que no tuvieron la oportunidad de conocerse desde
los años de la adolescencia, pero el tenerla es siempre una
bendición muy especial, y ellos la tenían.
Mientras el consejero invitaba a Humberto a sentarse,
pensaba en cuán bueno sería que todos los padres de nuestros
días se ocuparan en proveer a sus hijos adolescentes con el
ambiente y las oportunidades para desarrollar relaciones
sociales sanas y constructivas.
El consejero pensó que Humberto y Sara merecían un
noviazgo lleno de gozo y alegría. Después de felicitar a
Humberto por su buena elección le ofreció seis consejos
valiosos.
1. Sean creativos. Hagan todo lo que esté a su alcance
para disfrutar al máximo de esta época tan especial de la
vida. Dentro de lo razonable, eviten ser rutinarios. Asistan
a conciertos de música sana y elevadora. Continúen
participando de las actividades de su grupo social, de la
iglesia y de los clubes a los cuales pertenecen. Aprovechen
ocasiones tales como caminatas, paseos y salidas diversas
para recrearse sanamente.
Lean buenos libros y comenten entre ustedes su
contenido. Conversen acerca de sus respectivas familias.
Hablen acerca de sus idea, planes y aspiraciones. Exploren
39
 sus puntos de vista sobre los problemas del mundo. Discutan
sus opiniones en cuanto a política, problema sociales y las
múltiples facetas de la religión. Vean por televisión
programas. constructivos y utilícenlos como puntos de
partida para estimulantes intercambios. Cultiven juntos
alguna afición como la fotografia, la filatelia, coleccionar
poesías, cantar o tocar instrumentos musicales.
Sobre todas las cosas conversen, conversen, conversen,
Esfuércense por establecer patrones efectivos de comuni-
cación. Aprendan a escucharse mutuamente y a aceptar la
opinión del otro como valiosa aunque no coincida con la
suya. Sean creativos y disfruten al serlo.
2. Tengan siempre en mente la naturaleza del noviazgo.
No es simplemente una manera de pasar el tiempo. Conrec-
tamente entendido, el noviazgo es un p eríodo de amistad
especial establecido con el propósito específico de proveer
lás-Wñd-iciones que permitan tomar decisiones inteligentes
en favor o en contra del compromiso matrimonial que por
lo común antecede al matrimonio. No debe entenderse que
el noviazgo debe necesariamente conducir al matrimonio.
Pero entablar un noviazgo revela que se considera seria-
mente que el matrimonio es una posibilidad.
Mientras el consejero hablaba de estas cosas. Humberto
recordaba haber leído en uno de sus libros que "jugar con
los corazones es un crimen no pequeño a la vista de un
Dios santo" (El hogar cristiano, p. 48). Y se apresuró a
40
sugerir que una manera caballerosa de transmitirle a Sara
el sentido de seriedad que él quería imprimir a su noviazgo
seria comunicarse con los padres de ella respecto al progreso
de su amistad. A esto el consejero asintió.
3. Sean honest os el uno con el otro. El noviazgo
requiere absoluta sinceridad. Deben decir siempre la verdad
aunque les duela (evitando, por supuesto, ser rudos o
crueles). La absoluta honestidad en la relación dará a ésta
seguridad y un sentido de confianza mutua. No esperen que
otros sean mensajeros de incid entes desagr adaU es o
`-
so spechosos. Actueñ sUempe de modo que sus acciones
puedan ser puesta a la luz del sol sin temores ni ansiedades.
Expliquen con claridad lo que haya que explicar. No actúen
nunca como si quisieran probar el amor o la sinceridad_ del
otro. La, confañza despierta con lanza y Tá absoluta
honestidad evitará muchos olores.
4. No se apresuren. Actúen con serenidad y calma. No
tomen decisiones al impulso de los sentimientos. Tomen el
tiempo necesario para dejar que la relación progrese a un
paso prudente. Por regla general, se necesitan por lo menos
unos seis mese s entre el comienzo del noviazgo y el
momento en que se decid e formalizar el compromiso
matrimonial. Y a partir del compromiso, pueden necesitar
- or les antes del matrimonio.
entre seis meses y d os años aicí
A~ñ~los preparativos para la boda toman sólo
de dos a cuatro'Xneses si se los realiza con cuidado. Y la
boda es solamente el inicio o__de la_ vida matrimonial. Así,
pues, ¡no se apresuren!
 5. Conserven siempre el respeto mutuo. Una manifes-
tación de respeto en el noviazgo consiste en guardar la
debida distancia-en la relación con otras personas
de sexo xo
opuesto. El no
o demanda monopolio de afectos. Debe
evitarse el herir los sentim tos de a otra
——persona mediante
acciones imprudentes.
El respeto mutuo se conserva también cuando se evitan
fam iliaridades nde id as. Sería bueno que los novios
establecieran límites
=claros en su relación, a fin de evitar
caídas morales o indiscreciones. Las relaciones sexuales
detén reservarse para el matrimonio. Además, cualquier
caricia o expresión de afecto que sea conducente a la
intimidad sexual debe ser evitada. Esto asegurará que el
matri~ _no, se vea arruinado por sentimientos ,de de
culpabilidad oriZinados en _ acciones_del no viazgo. Aún más,
se evitarán situaciones potencialmente incómodas en la
eventualidad de que el matrimonio no llegare a realizarse.
b. Mantengan los ojos abiertos. Eva cuidado-
samente los sentimientos y el carácter del otro. Pesen las
acciones y pregúntense constantemente si esta unión
matrimonial elevará a los contrayentes o si los rebajará.
Obsérvense en situaciones comunes de la vida y pregúntense
si se sentiran a gusto diez años más tarde casados con una
persona que actúa así.
Observe el joven cómo se desempeña ella en los asuntos
del hogar, cómo trata a su padre y a sus hermanos (si los
42
tiene). Procure descubrir si es paciente, noble y cariñosa,
pura y femenina.
Estudie la joven el carácter de su novio. ¿Es puro, noble
y de sentimientos elevados? ¿Cómo trata a su madre y a sus
hermanas? Por lo general, esto es un índice de la manera en
que tratará a su esposa. Procure descubrir si es reverente, si
es viril, si tiene dominio propio y si ama Dios.
Particularmente deben estar atentos si los padres por
una u otra razón expresan preocupaciones e intranquilidad.
Es cierto que hay muchos padres egoístas que piensan más
en sus propios intereses que en el bienestar y la felicidad
de sus hijos. Pero cuando se trata de padres que han
demostrado que aman a sus hijos y desean su bien, hay que
tomar muy en cuenta su desasosiego. Aun cuando hayan
cometido errores graves en la crianza de sus hijos, los padres
anhelan su dicha y su paz. Aunque muchas veces pueden no
tener la habilidad de explicar con claridad las causas de su
desagrado, no obstante, los hijos inteligentes y respetuosos,
procurarán comprender y tomar en cuenta sus observa-
ciones.
Los jóvenes deben también mantener los ojos abiertos
cuando el novio o la novia exterioriza defectos de los que
ellos no tenían noción. Claro está que no se puede esperar
perfección en ningún ser humano. Pero conviene observar
cuidadosamente cuán arraigado es el problema, cuán grave
es y cuál es la actitud del cónyuge en potencia, cuando se le
habla al respecto. Hay que tener mucho cuidado si responde
43
 con indiferencia y despreocupación o si reacciona con
hostilidad y a la defensiva.
Al hablar del problema, hay que tener cuidado de no
hacerlo con espíritu acusador y recriminatorio. No se deben
herir los sentimientos de la otra persona ni hablarle de tal
modo que pueda sentir que se la rechaza. Hay que actuar
en todo momento con delicadeza, consideración y respecto.
La conversación entre Humberto y el consejero fue a
la vez amena y constructiva. Humberto salió con el profundo
sentimiento de que había aprovechado el tiempo. Al
despedirse, el consejero le entregó a Humberto una tarjeta.
"Lea esto -le dijo-. Saqué esta cita de uno de mis libros
favoritos: El hogar cristiano, por Elena G. de White. Haga
de estos pensamientos su lema en su relación con Sara y
contará con la bendición de Dios". La_ cita dice: "Cada
paso dado hacia el matrimonio debe ser acompañado de
m`bdestia, sencillez y sinceridad, así como el serio propósito
de agradar y honrar a Dios. El matrimonio afecta la vida
ulterior en este mundo y en el venidero. El cristiano sincero
no hará planes que Dios no pueda aprobar" (p. 39).
44
Preparativos para el matrimonio
Ricardo e Inna se habían comprometido en matrimonio.
Como estudiantes universitarios, tuvieron la oportunidad
de participar del programa "Conversaciones Prematrimo
niales", impartido por una pareja de profesores, especialistas
en esta rama del saber. Cuando supieron que el programa
consistía en diez sesiones semanales de dos horas cada una,
además de lecturas, ejercicios y actividades varias,
preguntaron sorprendidos: "¿Hay tanto que hablar en cuanto
a la preparación para el matrimonio? ¿No se puede cubrir
todo en una charla de dos horas?" A medida que el programa
avanzaba, descubrían que la preparación abarcaba
muchísimo más de lo que ellos sospechaban.
1. La preparación para el matrimonio comprende una
definición clara de las expectativas que cada uno tiene en
cuanto a los papeles que desempeñarán en el matrimonio.
A pesar de los estereotipos que a menudo establece la
sociedad, hay frecuentemente mucha confusión en cuanto a
este asunto. Escuché del caso de una pareja que tenía grandes
problemas porque la esposa creía que era responsabilidad
del esposo sacar la basura, mientras él creía que eso era
trabajo de mujeres.
45

Aunque en algunos países ocurre a menudo que el
hombre percibe que su palabra debe ser ley y que la esposa
no tiene derecho a expresar sus opiniones, lo cual constituye
una actitud extremista que debe evitarse, lo ideal es que el
esposo tome posición de liderato en el hogar. La Biblia le
atribuye el papel de cabeza de su esposa. Deben recordar,
sin embargo, que esto es cuestión de funciones. La esposa
debe someterse a su marido en el sentido de que debe
facilitarle el derecho de tomar la iniciativa de asumir la
dirección del hogar. Pero a',- vez, nunca debe el hombre
sy~-)oner que la posición de sumisión de la mujer la hace
pk eso inferior. Al contrario, dará a su esposa amplia
participación en las decisiones que se tomen.
En todo caso vale la pena explorar a fondo los puntos
de vista que ambos tienen respecto a esta cuestión. Si tienen
un entendimiento claro de sus expectativas y si aceptan
plenamente la opinión del otro, será más fácil lograr el ajuste
necesario en la relación matrimonial.
2. La preparación para el matrimonio abarca aprender
omunicarse efectivam ente. Los matrimonios felices
tienen la habilidad hablar de cualquier tema sin sentirse
amenazados emocionalmente. Han desarrollado la
capacidad de escuchar atentamente a los mensajes~erbales
y a los mensajes no verbales del cónyuge. Tienen tacto,
prudencia y discreción en su comunicación. Han aprendido
a escoger el momento apropiado para comunicarse. Son
U
46
G
hone stos sin ser crueles ni sarcásticos. Tienen gran c onside-
ración ha cia los sentimientos del otro y le dan a la
comunicación un matiz eminentemente positivo.
y
Los esposos maduros reconocen el derecho de la otra
persona de tener opiniones que no estén necesariamente
1- de
acuerdo con la-suyas. Reconocen también que el compañero
puede a vece yestar indispuesto o aun de mal humor. Con
consideración y tacto deberán hacer freñte á situaciones
como esas, sin dejar que las mismas engendren en ellos
sentimientos de hostilidad, rencor u odio.
3. La preparación para el matrimonio incluye
desarrollar buenas relaciones con los parientes políticos.
Muchos matrimonios tienen serios problemas porque no
han sabido manejar las relaciones con ellos en forma
prudente y atinada. Con frecuencia se ha caracterizado a la
suegra con las más sombrías particularidades. Pero muchos
sinsabores podrían evitarse si los yernos y las nueras
recordaran que la suegra es la madre de la persona a quien
escogieron por amor como a su más cara mitad. Y claro
que ayudará mucho también si los padres del cónyuge
adoptaran la actitud que tuvo una suegra muy querida, quien
cuando se le preguntó si no sentía tristeza al perder a su
hija única que estaba por casarse, respondió: "¡De ninguna
manera! ¡No estoy perdiendo a mi hija! ¡Al contrario, estoy
ganando un hijo!"
Judson y Mary Landis han sugerido que los novios no
piensen en qué calidad de parientes políticos adquirirán,
47
sino más bien procuren responder a la pregunta: "¿Qué clase
de pariente político soy yo?" ¿Hay sentimientos o actitudes
inmaduros hacia sus futuros parientes políticos, que puedan
estorbar la relación? ¿Está usted considerando las
preferencias y deseos de ambas familias al planear la boda?
¿Procura generalmente ver las mejores cualidades de su
futuros parientes y habla de ellos con sus familiares y
amigos? ¿Considera que sus futuros parientes son sus
amigos? ¿Calcula que le será fácil hablarde nuestra familia,
en vez de tu familia y mi familia? ¿Ha dado usted a sus
futuros parientes la oportunidad de conocerle verdadera-
mente y les conoce usted a ellos? Como pareja, ¡pueden
ustedes comunicarse libremente con sus familias sin perder
la independencia que les permita tomar sus propias
decisiones como unidad familiar separada?
Cuando surgen dificultades en el trato con los parientes
políticos, las siguientes sugerencias que los esposos Landis
brindan pueden ser muy valiosas: Trátelos con la misma
consideración y el mismo respeto que da a sus amigos.
Cuando dan algún consejo sígalo si es bueno; agradézcalo
e ignórelo si no lo es. Cuando dan la impresión de estar
demasiado preocupados en sus asuntos, procure reconocer
que tienen un sincero interés en su bienestar más bien que
un deseo de intervenir en su vida. Procure ver los asuntos
positivos que hay en ellos.
Cuando los visita, hágalo en forma razonablemente
corta, y se tan considerado, cortés y cooperador como sería
48
si estuviera de visita en casa de amigos. Acéptelos como
son; recuerde que hay cosas en usted que tal vez ellos
querrían que fueran diferentes. Tome en cuenta que las,
suegras vivieron muy cerca de sus hijos antes que ellos se
casaran; déles tiempo para encontrar nuevos intereses.
Confie en que está asociándose con una buena familia,
y tenga una actitud positiva que le permita disfrutar de esta
nueva relación. Déles consejo sólo si se lo piden, y hágalo
con cordura. Nunca discuta las faltas de su cónyuge con
otros miembros de la familia. No presente a su propia
familia como modelo. Recuerde, finalmente, que se
requieren dos personas para crear un problema; nunca una
sola puede llevar toda la culpa.
4. La preparación para el matrimonio exige considera-
ciones financieras. Con frecuencia se hacen preparativos
económicos para la boda pero no para el matrimonio. Es
cierto que hay que pensar en los gastos de la boda. Pero es
mil veces mejor tener una boda muy sencilla, que sacrificar
la seguridad económica del matrimonio a expensas de gastos
excesivos en torno a la fiesta de casamiento.
Al pensar en las finanzas del matrimonio, los jóvenes
cristianos harán muy bien en darle a Dios el primer lugar.
Si se hacen el propósito fiel de apartar desde el principio
una porción de sus entradas regulares para la obra de la
iglesia, pueden contar con prosperidad y con la bendición
de Dios.
Claro que la bendición de Dios no es un resultado
49

automático de la entrega del diezmo y de las ofrendas a la
iglesia. Hay otros principios financieros que también deben
practicarse a fin de que el hogar sea mantenido sobre buenas
bases.
Es importante que desde el principio de la vida
matrimonial los esposos se hagan el firme propósito de
utilizar sus recursos según sus planes definidos. Esto exige
la elaboración de un presupuesto que les sirve de guía para
las erogaciones. El presupuesto debe estar basado en las
entradas de la familia. Es buena norma proponerse vivir
según las entradas, aunque esto represente sacrificio.
Las deudas, las tarj etas de crédito, las compras a plazo
y los préstamos pueden ser una enorme maldición si se
descuidan. No hay duda de que habrá ocasiones en que será
necesario echar mano de estos recursos, pero hay que
hacerlo con enorme cautela, asegurándose de que los
compromisos nunca excedan a las posibilidades. Es
importante tener una clara definición de prioridades y un
buen entendimiento de lo que como familia considerarán
indispensable, necesario, útil, deseable o sobrante.
Antes de casarse, los comprometidos deben estar de
acuerdo en cuanto a si la esposa trabajará fuera de casa o
no. Si lo hará, deberán llegar a un entendimiento claro en
cuanto a si dependerán de esa entrada adicional para
terminar de cubrir los gastos del hogar; si la utilizarán como
un suplemento para proyectos especiales o si la consideraran
como recursos pertenecientes exclusivamente a ella.
50
Vale la pena ahorrar. El ahorro es una fuente valiosa
de bienes para las emergencias. La educación de los futuros
hijos, en un tiempo cuando es tan costosa, puede garantizarse
en gran medida por medio de un plan definido de ahorro.
Alguien ha sugerido que después de haber hecho las
deducciones por concepto de contribuciones a la iglesia e
impuestos, se debe apartar religiosamente un 10% de lo
que queda para ahorros. Esta práctica sin duda alguna
producirá incalculables beneficios.
5. La preparación para el matrimonio implica conoci-
miento del significado y procedimientos de la vida sexual.
La reproducción no es la única función del sexo. La relación
sexual en el matrimonio es eminentemente una expresión
de amor. Realizada según los propósitos de Dios, contri-
buirá al compañerismo, la comunicación, la intimidad, el
gozo y la felicidad de la pareja.
El acto sexual, para que sea lo que debe ser, no es un
mero acto fisico. Debe involucrar a la persona total. Implica
entrega total, dedicación total y fidelidad total.
Los alcances de ese trabajo no permiten entrar en
detalles en cuanto a la técnica de la vida sexual en el
matrimonio. Otras obras publicadas por esta editorial tratan
este tema con la amplitud necesaria. Aquí nos limitaremos
a mencionar solamente algunos aspectos sobresalientes.
La luna de miel es un período particularmente preciso
para poner las bases de un ajuste sexual satisfactorio; por
51
lo tanto, conviene hacer las provisiones necesarias a fin de
facilitar este ideal. Vale la pena escoger un lugar donde
puedan estar completamente solos y en el cual la intimidad
no sea entorpecida por la cercanía de personas conocidas.
Se debe planear el viaje de boda de tal manera que evite
fatigarse en demasía. Particularmente hay que cuidarse del
agotamiento excesivo durante el día del casamiento. En
relación con esto llama la atención que muchos novios
planean contraer nupcias en las horas de la noche. Parecen
pensar únicamente en la elegancia que se le atribuye a una
boda nocturna. Afortunadamente muchos recién casados
eligen deliberadamente postergar sus primeras experiencias
sexuales por un día, cuando en el de su casamiento están
muy cansados al llegar al hotel. Tal vez las bodas celebradas
en las horas diurnas harían tal posposición innecesaria.
El novio debe asegurarse de hacer con anticipación las
reservaciones de hotel a fin de evitar tensiones, nerviosismo
y pena a último momento. Al planear el período de luna de
miel, deben procurar disponer de una semana aproxima-
damente. También es bueno trazar planes para que el progra-
ma de esos días no esté demasido cargado de actividades.
Más bien procuren disponer de abundante tiempo libre para
dormir y llevar un ritmo de vida más lento que el normal.
Los recién casados necesitan ir a la cama temprano y
levantarse tarde.
Es importante que los comprometidos conozcan la
anatomía y la fisiología de los órganos sexuales masculinos
52
y femeninos. Deben reconocer que por mucho conocimiento
que tengan, el matrimonio será una escuela constante que
brindará a lo largo de los años nuevas aventuras y mayores
emociones.
Deben tomar en cuenta el hecho de que generalmente
la mujer es muchísimo más lenta que el hombre para
responder a la estimulación sexual. Eso demandará de parte
de él paciencia, dominio propio, abnegación y la disposición
de dedicarle tiempo a la relación sexual. Despójense de la
falsa modestia que les impida comunicarse con amplitud y
libertad. Y especialmente, despréndanse de todo egoísmo
que les impida buscar la felicidad y el goce pleno del otro
más que el propio.
Vale la pena someterse a un examen médico prenupcial.
El facultativo considerará la historia de ambos y buscará
descubrir si hay posibles problemas hereditarios. Un examen
fisico general, con énfasis particular en la región pélvica,
puede ser de gran utilidad. El examen de laboratorio para
detectar la existencia de enfermedades venéreas es de gran
i mportancia. El médico indicará si hay otros exámenes que
convenga hacer.
Toda pareja comprometida debe leer alguna buena obra
sobre la vida sexual en el matrimonio. De ser posible, hará
bien en buscar la orientación de algún experto en hogar y
sentirse en plena libertad de preguntar todo lo que no
entiendan claramente. Es preferible hablar con una pareja
de consejeros y reservar un tiempo para que el joven pueda
hablar con el esposo y la joven con la esposa".
53
 6. La preparación para el matrimonio requiere
planificación responsable de la paternidad. En la mayoría
de los casos, los novios descubren relativamente pronto sus
preferencias en cuanto al número de hijos que desean tener,
y no siempre coinciden. A medida que se aproxima la boda
es importante tomar decisiones también en cuanto al tiempo
en que desearían tenerlos.
Antes de traer hijos al mundo, los esposos deben asegu-
rarse de que han alcanzado entre ellos un grado aceptable
de ajuste social, emocional y sexual. Las complicaciones
de la gestación y el parto muchas veces impiden que lo
l ogren si no lo han conseguido antes del primer embarazo.
Puede ser necesario utilizar algún método anticoncep-
tivo durante un tiempo después de la boda. El consejo del
médico será muy valioso en este asunto. Hay anticonceptivos
que deben comenzar a utilizarse antes de la boda. Por eso
conviene visitar al facultativo por lo menos antes de la
menstruación anterior a la fecha del casamiento.
Es muy importante que estén preparados financiera-
mente para la paternidad. La noción de que los hijos traen
un pedazo de pan bajo el brazo no pasa de ser ilusoria y
romántica. Hay quehacer planes cuidadosos para asegurar
alimento, abrigo y educación para los retoños. Que al llegar
a la vejez puedan los padres contemplar con satisfacción el
fruto de su planificación prudente y esfuerzos generosos.
7. La preparación para el matrimonio demanda hacer
planes para el cultivo de la vida espiritual. La boda religiosa
54
es un importante aspecto para un buen comienzo de la vida
de casados. Recibir la bendición al comenzar la aventura
matrimonial le dará a la pareja un sentido de seguridad y
satisfacción.
La costumbre de celebrar cada mañana y cada tarde un
culto familiar dedicado al Todopoderoso será como hacer
del hogar un altar en su honor. Si desde la noche de boda
los contrayentes realizan este acto de adoración, será más
fácil formar el hábito de hacerlo diariamente.
f l culto familiar es un acto religioso sencillo. Básica-
mente comprende leer o estudiar las Santas Escrituras y
orar a Dios agradeciéndole por sus bondades y pidiéndole
sus bendiciones. Aunque sencillo, el culto no tiene que ser
rutinario. Si cada miembro de la familia participa, si se
adaptan a las circunstancias y a las necesidades de los
componentes del hogar, y si se procura hacerlos variados,
los cultos serán una experiencia altamente significativa para
cada uno de los participantes. En cuanto a variedad conviene
hacer notar que hay mil y una maneras de lograrlo. Si se lo
matiza con música, poesia, dramatización de incidentes
bíblicos, estudio de problemas reales del grupo familiar, el
culto será una verdadera bendición.
La celebración diaria del culto hogareño no debe
sustituir la relación personal de cada componente del núcleo
familiar con Dios. El esposo y la esposa, y posteriormente
l os hijos, necesitan dedicar tiempo, en forma individual,
para conocer a Dios y su voluntad revelada en las páginas
55
de la Santa Biblia. Deben cultivar una amistad personal
con el Señor mediante la oración. Cuando cada uno esté
cerca de Dios, será más fácil que estén cerca los unos de
los otros. Cristo es un imán que atrae hacia él a todos
aquellos que se lo permiten. El es el centro de atracción
donde todos se encuentran y forman un núcleo armonioso Como lograr que el amor perdure
y feliz. Cuando el hogar lo tiene a él de fundamento, la
dicha conyugal y familiar queda asegurada.
Ferenc Aginuz en su poema "Nuestro Hogar" vierte
los anhelos de su corazón describiendo el hogar que aspira
formar. Dice así:

Un pedazo de cielo aquí en la tierra;

dulce recuerdo del Edén perdido;
un tranquilo rincón donde se pueda
tener lo que se anhela, y lo querido.

Lugar do reinen paz, orden, cariño,

cortesía, ternura y comprensión:
escuela de virtudes para el niño,
pilar de la nación, altar de Dios.

Punto de intersección de los caminos

que lleven nuestro afecto a los parientes,
amigos y vecinos... y enemigos.

Que en él no se profiera dicho hiriente...

Y que sea tu pecho un tibio nido,
y el mío, árbol frondoso -siempre verde-

donde trine el amor cada alborada

y cada atardecer de la jornada.

56 57
 Todo joven de nobles ideales desea formar un hogar
como éste. Muchos comienzan bien, pero tarde o temprano
se cansan y desisten. ¿Cuál es el secreto para la felicidad
plena y la dicha siempre fresca y perdurable? Está en
cultivar el amor verdadero.
El amor es como una planta delicada. Necesita ser
cuidada y cultivada con esmero y dedicación. Y a decir
verdad, sólo si tenemos a Dios podremos manifestar el
sublime amor que hará que el matrimonio perdure a toda
prueba.
Ese amor es sufrido. Tiene longanimidad a toda prueba.
Conserva la paciencia a través de las más violentas tormentas
de la vida.
Ese amor es benigno. Su bondad y cortesía no son
virtudes pasivas. Está activamente interesado en el bienestar
de la persona amada y se ocupa diligentemente en rodearla
de actos de bondad.
Ese amor no tiene envidia. Como siempre desea lo
mejor en la persona amada, no hay acción o posesión de
ésta que le despierte envidia o celos. No es posesivo ni
permite que los celos arruinen la belleza che ai -relación.
Ese amor no es jactancioso. No permite que las acciones
de sus manos o las palabras de su boca proclamen el mensaje
de la exaltación propia.
Ese amor no se envanece. No deja que el corazón se
hinche con pensamientos de grandeza. En él sólo hay lugar
para amar a Dios y al prójimo con todo el ser.
58
Ese amor no hace nada indebido. Reconoce la importan-
cia de las leyes de Dios y las respeta. No es indecoroso ni
inmodesto. No actúa con rudeza. No es grosero ni
descomedido.
Ese amor no busca lo suyo. No es egoísta sino altruista.
No insiste en sus propios derechos. Coloca a la persona
amada en primer lugar y por encima de sus propios intereses.
Ese amor no se irrita. Nunca permite que pequeñas o
grandes cosas le hagan perder la paz. No se ofende con
rapidez. No da lugar a la ira. No es quisquilloso.
Ese amor no guarda rencor. No toma en cuenta el mal
ni piensa en él. No guarda resentimientos. No lleva cuenta
de las ofensas recibidas ni cultiva sentimientos de hostilidad
hacia los demás.
Ese amor no se goza de la injusticia, más se goza de la
verdad. Tiene un claro concepto de lo que es recto. Se
regocija cuando triunfan la verdad y la justicia.
Ese amor todo lo sufre. Sabe disimular los errores. Sabe
guardar silencio en cuanto a los defectos y las faltas. Sabe
ser leal a toda costa.
Ese amor todo lo cree. Tiene plena confianza en la
persona amada. Ejercita fe en toda circunstancia y sin poner
condiciones.
Ese amor todo lo espera. Nunca pierde la esperanza.
La mantiene a toda costa. Tiene la habilidad de ver no lo
que es sino lo que puede llegar a ser.
59
 Ese amor todo lo soporta. Todo lo tolera. Nunca se
desanima. Sabe ejercitar una paciencia insondable, inefable,
sublime.

Para
Ese amornunca deja de ser. Nunca muere. Nunca falla.
Nunca desaparece. Es eterno.

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