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A TAMBORA BATIENTE
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A TAMBORA BATIENTE, un libro que
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tiene como gran tema Ia maravillosa visión de €a
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experiencia vivencial de .[,os Tamborileros de
Linares. ,C)
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¡r

En él hay un diálogo con Pedro Hinojosa Lerma *o


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en el que a través de Ia ficción se recrea la historia .o
de este importante grupo musical del sur del pr

estado de Nuevo León.


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Aparecen también artículos periodísticos que se a) Prólogo, Recreación Histórica
generaron en la última década y una investigación y Compilación
gráfica sobre cómo confeccionar una tambora. \
Dirección
Generol de Carlos Jesús Gómez Flores
PACMyC te7
Fi
CULTURAS POPULARES a
UNIDAD REGIONAL NORIE
Monierey 3
Pedro y José Hinojosa Lerma

Nacieron en la
Hacienda de Do-
lores y San Ju-
lián, en e1 muni-
cipio de Linares,
Nuevo León, des-
de temprana edad
se dedicaron a las
(l¿trlos Jesús Gómez Flores, nació en la ciudad labores del campo
rlc IVlrirrtcrrey, Nuevo León. Es econotnista ¡'politólogo y
las que combina-
rnr rr¡»rsionado promotor de Ia Cultura Popular. Le han
¡rrrlrli<:rrrlo textos sobre historia, tradiciones y costumbres.
ron con la prác-
l,ln l f)lt(i apareció su biografía dentro del libro Personajes tica musical.
l'o¡trtltrr<'s en La CuLtura cle Nueuo León, edttado por la Pedro Hinojosa Lerma
Sr,r'rt't,rrría de Educación; fue nominado para obtener en
ll)u(i t'l "l'remio Nacional de Arte y Tradiciones Populares" En 1953 emigraron a la ciudad de Linares donde
y t,rr 1987 fue nombrado Ciudadano Honorario por el integraron el grupo Los Tamborileros de San
Ilr'¡rrrlrlicano Ayuntamiento de Linares, N.L., por haber
corrt ribuido al rescate de la Feria de Villaseca. Julidn, también llamado Los Tamboríleros de
l,ln 1t)lt| fue reconocido por parte de la Universidad de Linare s, para interpretar orgullosamente música
( l¡rlifirrni¿r en Los Angeles y de la Universidad Autónon.ra
de tambora y clarinete en el país y fuera de é1,
rlt. Nrrcvo [,eón por sus aportaciones para el rescate de Ia
nrtisi<:a popular; recibió reconocimiento en 1990 por parte
siendo su música grabada en discos y cassettes.
rlcl (lt'rrtro Regional de Investigaciones Históricas de la
tlANl,, por su labor para redescubrir Ia identidad histórica
rlt, los rnunicipios de Nuevo León. Pedro falleció en
Orgar.rizó en 1992 el "Primer Congreso Interuacional mayo de 1995.
tlt'l (lorrido" y en agosto de 1997 fue uombrado ciudadano José recibió
hon<¡r¿rrio por parte del Republicano Ayuntamiento de
l\rst.lnrante, N.L., por ser promotor de su cultura e historia.
posteriormente 1a
t)t' 1984 a 1995 condujo el programa de televisión medalla al mérito
('/ri.s¡..r<rs Norteñas, diseñado para proyectar el folciore
cívico "Presea
rntrsit:¡rl de la región.
l)t' ll)Hll a 19E6 encabezó una cruzada para diseñar Estado de Nuevo
Ios r,st'rrrlos de armas de Ia mayoría de los municipios de León", otorgada
Nrrcvr¡ l,rrin y para confeccionar los trajes representativos por primera Yez
\'('olr)l)onor los corridos de la totalidad de las
ici¡rr Iidades.
rrr rr rt
en la categoría de
l,lrr lrr irctu¿rlidad sigue pugnando para que se consolide Música Popular.
cl S:rlrin rlc l¿r Fnma de la Música Norteña.
A TAMBORA BATIENTE

Prólogo, Recreación Histórica y Compilacrón


Carlos Jesús Gónlez Flores

Montemey, I{.L.
t991
A mis hijos:
Carlos Israel y
Nelson Emilio

A tambora batiente, primera edición, 1997.

Dercchos reservados.

O Dirección Gener¿rl tlc (lul(uras Populares / Unidad Regional Norte / Monterrey


O PAIJMyC
O Carlos Jesús Gómez Flo¡es

lrnpreso y hecho cn Monterrey. México


Prinfed and tnode in Monterrey, Mexico
A TAMBORA BATIENTE

Prólogo, Recreación Histórica y Compilación


Carlos Jesús Gómez Flores

Monterrey, N.L.
t991
A mis hijos:
Carlos Israel y
Nelson Emilio

A tamt¡ora batiente, primera edición, 1997.

Dercchos reservados.

O Dirección Gener¿rl de Culturas Popularcs / Llnidacl Rcgi«rnll Norte / Monterrey


O PACMyC
O Carlos Jesús Gtimez Flores

Irriprcsu y hccho en Monterrey, México


I'rinttl utul nrude in Monterrey, Mexico
Prólogo

Carlos Jesús Gómez Flores

levantó más temprano que toclos los días. Fue a la ase-


EI;; para limpiar su cuerpo. A las seis de Ia mañana, des-
pués de haber desayunado huevos de gallo-gallina, pasaría su
hernrano José a Ilevárselo en la vieja fortinga de don Edelmiro
Leal.

La tambora estaba lista. Perfectamente revestidos sus cueros


de cabrita sin pecado. ¡Qué tiempos los de Dolores Cueva (se-
gundo cle los Dolores)! ¡Cuánto me enseñó y cuánto aprendí! -
se decía Pedro Hinojosa Lerma- al recordar al hombre que le
trasmitió el oficio artesano de forjar el cuerpo pleno de redonde-
ces, de esa herramienta percusiva que al convocar con su sonido
franco comunicaba a la gente Ios grandes acontecimientos. Sin
necesidad de volantes o periódico, ni mucho menos de un anun-
cio radial; al oír la tambora los hombres del campo escuchaban
el pregón del espíritu de la tierra, una tierra seca por fuera pero
con ricos tesoros en sus adentros. Esa misma tierra en la que con
el poder de las rnanos campesinas, crecían las cañas de azúcar, el
frijol, y el naíz que en época de levantamiento de cosechas, pro-
vocaban la excusa para la celebración. Ardiente lugar en el que
también había sabinos, nogales y encinos, qlle esa misma tierra
sLlstentara y que luego servirían para que, convertidos en aros y
vaso circular, darle cuerpo al instrumento de Pedrito, aquel que,
por Io menos desde hace un siglo, habían tocado los hombres
que lo precedieron.
Y llegó José con su picota. y aderllírs. una viantla de pancs dc Pasan los años, y ahora los tamborileros de San Julián, dejan
su ejido natal para irse a vivir al meritito Linares. Sus vástagos
-para que el h¿rmbrc nos los sorprentliera cn el
¿rcero carnino-.
tlllas horas clc sll ll¿I- iban creciendo y ocupaban la Universidad; los hermanos Hinojo-
iliría su espos¿I. Irán al c-iido Clerro Pricto. rI
sa tenían cuarenta años en el ambiente; ya habían recorrido mun-
tal, Dolorcs y San Jullirn (cl prirrlerg cle los Dolo¡cs). pllra tocar.
do; tocaron hasta en el sur del continentc. Sc habían sorprendido
tocar y tocar, todrt el clía. parte clc la llgchc. e I clía slgr"ricnte y la
del tercer tlía. de las alfombras, de los hoteles, y hasta se llegaron a quitar, res-
rnañ¿ln¿r
petuosos, los zapatos p¿rra no mancharlas. Le hicieron fiesta has-
t¿l a un prcsidente de México que en cstos lnornentos vive en al-
Se c¿ts¿rba Aclelitrr. la rlc Espi¡rctirirl. ctltl Fitlel. cl tnuchacho
gún lado fuera clcl país, porque ahora y¿r no serían los señores
mayor cle- Tobías lzaguirrc. Y para jolgolios...' los clc Linares' y
quc acompañaban a l«rs jinetes cn el "pasco del gallo" o en las
para tantbol'ileros. los dc allít mislno. -¡Vierritl cle ver cuíitltas sc-
sucrtcs de "la chrva colgacla o cnterrada". Ahora ya les habían
ñoras cle esas tatlalotas cstaban brincandtr colllo si fueran "llLte-
hecho homenaje cl pueblo y cl gobierno. Hasta en Ia Plaza de
vecitas"l Hasta la abuela cle la novi:r le clltró a "los petlclien-
Villaseca hay una placa donde se les rccuerda corlo ejernplo de
tes"... y al rnezcal. porqLlc dondc se balla se tol.l-l¿l'
la identidad regional. Concepto c¡uc quizá ellos no comprenden,
pcro igual, son los rlismos que siernpre han sido.
El Comisariaclo Eiiclal pidici "Como trtc las pongan brinco";
nombró a la sul¿rintita. pariente retirada clel sulairnitcl. al qtte an-
f cs lc tlccí¿tltttts "la coyLlllta" y qtle ftre baittiz.ado ct-rll
e I tlotllbre Sin embargo. José y Pedro siguielon extrañando las noches
ct'istitulil tlc (ltuttltrlttpc tlc.lcsús. tlcl c¡tlc llaclic se acuerda. [-a tal consteladas al amparo de la soledad; la cinra del cerro de "La
s¡ltril¡itlt sc t.e('()gc llts ttltgLtits hl'i lllrrltcs, y al clar vttelt¿rs ¿ll cOm- Tortuga" desde la que anunciaban un nLlevo mitote; las inconta-
¡lis tlc "l.lr l'lt,stttltitllt". sc lc vctt lits cltlztltter¿tS blancaS. titll bles rancherías de General Terán, Montenrorelos, Bravo, Allen-
ltltult'lrs ('()tll() stts ¡rict.lttts, t¡ttc clttttllian tlC cllteñO nOChC a llOChe, de, Hualahuises y Linares que recorrieron con emoción y juven-
rrllli t.lt r.l "str¡rlritlo". ('l¿ttrr r¡ttc llts 9tt'lts lltgarcñas, tnuy prelsig- tud, y luego, con voluntad y experiencia para entregar su ritmo
campero y alegre: los humildes amigos que fueron haciendo en
lllrrllrs y totlo lo tlcltttis. Ilablarl pcstes del cotttisariado y cle "esa
cada sitio; aquellos que los invitaban al trago, o los que les ofre-
giiila l'ucrci¡r"- qrrc ntÍts vale se vaya pronto, porqlle está por lle-
gar lu rnttjct'cle su cliente tllírs asiduo que cncittlLt cle tener fuertcs cían un "tente en pié"1 extrañaban también los bal¿rzos qL¡e emer-
gían como pirotecnia ruidosa en la oscnridad cuando alguno de
llanos por la orcleña de vacas, cs la bruja n)ás afaln¿Icla de "L¿i
sus corridos transportaba a los trasnochadorL:s a los brazos de la
Pctaca". Peclro sigue clánclole a los tambol'¿tzos, elnulando ¿rl mí-
tragedia, y luego. a cantarle al difuntito las alabanzas preferidas
tico Arnaclor Villanueva, y José, casi ni siente Ios labios de tanto
de sus deudos.
echarle aire al clarinete. Entoces, José se acuerda de que en las
fiestas del Cristo de Villaseca, le espera un¿r "función" más dif'í-
cil y se encomiencla a las ánimas de valentc y Erneterio Prado, Un día llegaron a ser los venerables Don José y Don Pedro;
señores de canas, de arrugas y de achaques.
sus maestros cle musicada, para poder seguir tocando en el brtilc'

IO ll
Pedrito murió en cl 9-5. un nueve de mayo, ya casi para cum- Finalmente, la invcstigación de c¿rmpo sobre el arte de elabo-
plir los 53 años de músico. Tal vez fue ese el tercer de los dolo- rar una tambora, realizada por el mismo Montes de Oca Leal,
res para los Tamborileros, pero al fin, se debe sufrir para mere- con fbtografías de Libia Zulelna Fernández Alanís y producción
cer. El buen Pedro no esperará más a Jclsé para lanzarse al mun- del Grupo Cultural Gatos de Azotea.
do de los vivos con su tambora radiante. No sabemos si se ha-
brán de encontrar en algún punto del universo, a lo rnejor hasta ¡Que suene la tamboral
ya se rnultiplicó en la hr:erta do su casa y nos dír su cariño en for-
ma de higo o granada; o tal vcz esté presc-nte ahora mismo, cn
este nicho para lectores. y se desdoble en las irnírgcnes de los es-
critos en doncle se le menciona. Pcro cle cluc est/r con nosotros,
está, pues cu¿rndo un talnborilero canta, su alma brota y sc h¿rcc
infinita.

José se sabe inmortal porque está hecho de pueblo, y lo c¡r-rc

de pueblo es, pertenece al Dios que suma todas las vidas.

Prepara sus maletas mientras tanto, y antcs cle il'se atestiguarít


el nacimiento de otros Pedros y Josés para que el rito continúe.
Ambos vivieron a tamborazo lirnpio en su hacer y quehacer. Al-
gunos de los que han escrito sobre ellos, como sr.rjetos de cultu-
ra, interpret¿rndo su historia, están presentes en las páginas que
se incluyen en este compendio de textos. Aquí se hilvanan las
palabras cargadas de poesía del rnaestro Manuei José Peña Do-
ria, quien los conoció a fondo y forma por ser linarense; la ópti-
ca academicista deljoven historiador Raúl García Flores: la ver-
sión del Profr. Ismael E,squer; el trabajo periodístico de Edmun-
do Derbez. Juan José Cerón, Xardiel Padilla, Eduardo Crisósto-
mo, Josefina B. Longoria, Héctor Maza y Benjamín Valencia
Frieventh. La visión nostálgica de Celso Garza Gr"rajardo, la en-
trevista en la que Andrés Montes de Oca Le¿ll, vital promotor de
la cultura popular de Nuevo León, deposita en blanco y negro y
con nitidez absoluta, las propias frases, afirmaciones y dudas de
los Hinojos¿r Lernra.

t2 r3
Presentación

Manuel José Peña Doria

f)edro y José Hinojosa Lerma son pcrsonajes que emergieron


I. de lil entraña más profunda de nuestro pueblo; su genio y fi-
gura como excelentes ejecutantes de la música de tambora y cla-
rinete que identifica a la región de Linares, ha perrnitido con sus
nrás de 50 años cle trayectoria artística que esta expresión musi-
cal, tan,nuestra, se conozca en muchos lugares del mundo.

En José se entremezclir su propia historia-testirnonio con el


clevenir de nuestras costumbres y tradiciones. De humilde cuna
campesina que se inicia en el Ejido de Dolores y San Julián, se
aventura tempranamente con su clarinete a cllestas a recorrer la
.legua, acompañado en diferentes etapas de su vida artística por
Pedro, su siempre recordado hermano fallecido el 9 de mayo de
199-5, a quien por cierto. siempre le resultó doloroso desligarse
del cordón umbilical que lo ataba a su terruño; por ello en varias
ocasiones cuando José se fue con su música a Norteamérica, a
Europa o Asia, se hizo acompañar en la tambor¿r por diversos
ejecutantes como Pablo Medina y antes por Emilio Marín, tam-
bién recientemente fallecido.

Pero en sí, José y Pedro, siendo hermanos de sangre, lo fue-


ron también en el espíritu; después incorporarían a su sobrino
nieto Adriíur. y de esta manera, llegaron a consolidarse como

l-s
conjunto cle gran categoría que prestigia y universaliza la mústca I. Primeras palabras
de tambora y clarinete. tan entrañablenlente nuestra'
l-a polémica sobre una manifestación popular
José carga consigtt sus recuerdos, los atesora y tto solamente
recorre los caminos geográficos, sino los del pasado legenda|ic-'.
El rememora los días de fiesta de nuestros campesinos alegrados
con el son de tambora y clarinete. Ias suertes a caballo y los cti-
vertintientcls sencillos de nuestro pucblo, la boda y funciótt. etl
especial la de Villasec¿; tantbién será testigo cle tragcdirls cllrc
generan corridos como el de "Ezequiel Rodríguez"' que llos rc- Arttigo Pedrr¡:
lata lo que suceclió un día de cliciembre de l94l cultnclo éste ret<i
en el Rancho Lozatltt. a los agraristas ¡-rorqrte... uizá ttunca fue ulgo que ocupara tu tiempo. Ilc-sal'u saber
cómo es qlle sc Ilc-qaron a conrbinar los sonidris de [a tar-n-
Felicitaciones a los que hicieron posible el rescatc de esta hls- lrora y el clarinetc. Sirnplerncnte "le dabas" durcl a tu cornpariera
toria, qne es en sí la historia cle todos nosotros, c¿lntada con trlú- y la hracías batir para quc todos le escucharamos. Estoy seguro
sica de tambora y clarinete . de qr"re te hubieras nlolestado al saber qlle tu música favorita. al-
gLlnos aseguran que es una rnanifestación 1'olclorista.
Munuel Jr¡stt Pcñu Doria
Cronista de Linares ¿,Y con qué se corne eso'? -dirías tú-.
otoño cle 1996
Sí mi tamborilero: que lo que tú tocabas enr algo así como
una ocurrencia del pueblo, una curiosidad fotograliable pilra (lue
los giieros del otro laclo lo metieran en sLls álbumes clc vacacio-
nes por el tercer mundo. Pero no... tu mirsica era la rnúsica cle la
clase trabajadora de las ltreas rurales. de los hombles y rnujeres
clue le sacaban jugo a la tierra hasta hacerla floreccr.

¿Cómo ves? Ahora está por definirse si lo que para ti fue el


pan de todos los días, se originó en General Terán, en Linares o
en San Carlos, Tamaulipas. Mas no con habladas. -que para ha-
blar cuirlquier perico clc' barrio es bueno-, sino con clocutnentos
provenientes de archivos históricos siemprc y cuanclo lto sc cnl
badunlen o acomoden para darle la razón a alguien.

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Finalmente tu música que acompañaste con voz ladina no se l)e tambora y clarinete*
originó en los Andes chilenos ni en los Alpes suizos. Tuvo que
nacer cerquita de la Sierra Madre Oriental, -que tanto te gusta-
ba-, a donde corrías muy seguido para darle gusto al gusto.

Dejémosle el problema del origen a los expertos, tu sabes que Raúl García Flores
cuidaste lo mejor que pudiste la música de tambora y clarinete, y
csa fue en vida tll mayor responsabilidad.

Por lo pronto, escuchemos las voces del dinámico Raúl Gar- ¡Vamos onde la tambora!
cía Flores, de Ismael Esquer, del incansable Celso Garza Guajar-
do, de mi persona y de tu amigo y mi amigo Anastacio "Tacho" pr'r.. sitlida del alma de cualquier habitante de Linares, Mon-
Carrillo, que por cierto le hace también a la actuada, cantada y I temorelos y General Terán: también (no seamos chauvinis-
hasta a la talla de madera -que pelao tan talentoso-. tas) entre los campesinos de la Sierra de San Carlos en Tamauli-
pas. Y es que la música no sabe de fronteras estatales, propieda-
cles o registros de autor. Es un producto más del pueblo como el
rnaí2, los compadrazgos por amistad y el coraje diario de ser tra-
bajador.

¡Pos vamos!

Jamás sabremos dónde nació esta tradición. Por sus instrumentos


(uno o dos clarinetes y tambor) evidencia una raíz colonial, he-
rencia de aquellos tiempos cuando abundaban los conjuntos con
instrumento melódico parcado y un continuo rítmico. Aún exis-
ten hermanos de la tambora como el Mayapnslr o el conjunto de
rninuetes en Quintana Roo y Querétaro. respectivamente. inte-
grados por violines, caja y bombo. Más parecido todavía es la
agrupación de música azteca repartida entre Tlaxcala y Puebla

r' Ilxtraído dc la rel'ista Motttetttr¡ I Metttoria.

l9
que se compone de dos chirimías y redoblante, acompañados por nuestros norteños bailes. O la diversidad de figuras imitativas
el infaltable tambor prehispánico huehuétl. Al conjunto de tambo- (de gallito, de gavilán, de caballito) que los bailadores de ran-
ra y clarinete habremos de considerar, no tanto una banda disminuG cho exhiben cuando se revienta un huapango. O la modestia de
la tambora de los peones frente a la "sociedad decente" que su-
da, sino un vestigio que ilustra una etapa prevra a su fomación.
pongo envidia silenciosa un buen zapafeo. O la anécdota de
aquel músico que dcjaba su herramienta para sacrar a bailar a
En cuanto a su designación, existen diversas opiniones. Se le las plantadas porque cn una fiesta nadie debe aburrirsc.
puede llamar sin metáforas, clannete (o pito) u tambora. AlgLr- O...cu¿rntas cosas más que no tuvo ticnrpo de rclatar nucstro
nas personas dicen que antaño eran llamados tahualiles o tlahua- cronista volunt¿rrio dc ojos, oídos y mcntc abicrta.

lilos. En Durango localizamos Llna población con ese nombre;


así como en Sahuayo, Michoacán se conoce una danza. Tal vez Quedan en Nuevo León una treintena de conjuntos estables,
tmén de otros que recurren a la tambora y clarinete para comple-
la palabra proveng¿I del náhuatl de Occidente, v sólo por presen-
lnento de su programa. Los más conocidos radican en Linares,
tar una hipótesis, recordemos que en dicha lengua teuwi.listli sig-
como ejemplo los Tamborileros del Noreste de José Hinojosa,
nifica causar broma o chanza alegre. Un infbrmante comentó a
pero todos son igual de buenos. Los viejos recuerdan cuando se
la maestra Ludivina Mancilla que sll apelación antigua era de
podían escuchar muchos grupos hasta China, Allende y Los
rnariachi. sorprendente dato que nos llevará a una discusión pro-
Ramones. Todos prefieren interpretar polcas, redovas y hua-
l'unda y nada despreciable. Por último hay quien, tamaulipeco de
pangos; más atrás quedan los estilos o canciones, chotises, tal
preferencia, le bautiza como picota. Pudo ser el apodo de Don Mar-
vez un pasodoble, un vals. Hacia los años cuarenta se abando-
cos González, un renombrado cladnetista linarense; sin embargo,
naron géneros como la cuadrilla (danza de evoluciones fijas)
así era nombrado el pilar central de la plaza de amas colonial. Des-
cle las plazas sc leían proclamas y noticias después de llamar la aten-
y el vinuete (asociado al velorio). De tanto se c¿rntan coplas
cle reto, y si el ambiente se presta, no faltarír cn la cantina un
ción ¿.por qué no'/ con tambores o Lln instrumento de aliento.
bailador que se luzca.
De cualquier firnna fenómeno es el mismo y un minuto de
vivencia vale rnás quc etimologíars. -Cuando son las fiestas, corremos el gallo. ¡Bonito que se po-
ne! La tambora está tocando... este... "El Gusto"... y se canta; di-
Sr,r 'u'crdaclcnr nonrblc cs 'l'acho. lo dc Anastasio Carrillo es ce: "Kikirikí dijo el gallo I arriba de una escalera / cuanta mu-
su npoclo. Sus palablas nos rclrontan a la sabiduría popular, a la chacha bonita / lástima que yo me muera". También dice: "An-
crudicirin cliscrcta, gozos¿I. sin prcsuncioncs. Sc le encucntra en claba pasiando un gallo / se me reventó el arsión / esos de caba-
un linctin clcl INEA (luc lransti)nra en bil¡lioteca sin lihros, llería I válidos de la ocasión".
clondc los lirlios a cstudiar son irtnut'ncrahlcs libretas (sicmpre
hay una quc no cncLlcntra) dc hqas nt¿rnuscrilas. plcnas clc cx-
pcricncia c historia. Por ól su¡rintc)s quc en cl Alchivo dc Gcnc- Creemos saber mucho de la tambora y el clarinete, pero nos
ral 'l'cr'¿in c()nsta l¡ r:xistcncia dc la tanthora clcsdc ntecliaclos dcl cngañamos. Lo mejor nos está esperando en el campo, al igual
siglo ¡rasackr: a los l.rics clcl nrrisico cayri cl ¡¡tttcrtito ohligacltl a que otras cosas dignas. Afortunadamente hay salud y voluntad,

2t
I
I
l

por lo que este vicio de investigar, seguirá empujando hasta bus- música de clarinete y tambora de
I-,a
car nrás y más... hasta que nos canten un vinuete.
San Carlos, Tamaulipas^
i

I
Prolr. Ismael Esquer
l

f)urante el ejercicio gubernamental del Dr. don Norberto


I

l
L¿lTreviño Zapata(1951-1963) se creó un baile supuestamen-
te regional tamaulipeco denominado "La Picota" nombre toma-
do al parecer ciel estado de Nuevo León principalmente de Ia
Ciudad de Linares -inspirado en la "música de clarinete y tam-
bora"", que se toca desde hace más de 100 años en la Villa de
San Carlos y en las comunidades rurales de su jurisdicción.

El supuesto baile regional es ridículo, estéticamente hablan-


do. Ridículo porque se trasplantaron en él modalidades y atuen-
clo.s irnpropios de la conrarca sancarlense, o linarense en su caso.

Por lo que toca a San Carlos, en primer lugar, al son de la


"música de clarinete y tambora" se bailaba en parejas, como es
la costumbre desde los tiempos del so.juzgamiento de los españo-
les no en grupos ejecutando el mismo paso, con cambios de rit-
mo en momento debidamente medidos. El baile ha sido el medio
aceptado pro la sociedad para qlre el hombre le declare su amor ¿r
la mujer: nada mejor que ambos estén cerca u pueda él hablarlc
de sus intenciones y ella escuchar y acceder a los propósitos clcl

* Tcxto sin l'ccha proporcionado en Linares en cl año cle l9tt5

22 23
varón o rechazarlos. No hay pruebas de que en la región de San Estos se verificaban en el segundo piso del Palacio Mr,rnicipll
Carlos se actuara de otro modo que no fuese el tradicional. t'onstruido de 1770 a 1780 dicho sea de paso en los que se [ocn-
lxr nrúsica de cuerda -violines, guitarrones, contrabajo, fal vez
En segundo lugar, los sancarlenses nLinca hlrn usado vestidos rnandolina y violoncello-. Mi pueblo se divirtió en la plaza prin-
cle manta. Su atuendo es el norlnal c-le las regiones templadas, t'i¡ral con "la música de clarinete y tambora" ¡tiempos de riguro-
principalmente los habitantes de la sierra chiquita y sus estriba- srr clivisión de clases sociales!
ciones. Hay lugares corlo el Gavilán cabcccra municipal de San
Nicolits, Boca de Alanios y otros donde hace lnucho frío y la Ei Dr. don Egidio Torre Repeto, cuando fue Presidente Muni-
gente usa ropas que les ayudan a conserv¿tr s,¡ calor. Los trljes cipal de la Villa de San Carlos -1927- tienrpos de gobiernos re-
de manta los vistieron y visten aún los indígcnas cle varias regio- volucionarios dispuso que se tocara la "música de clarinete y
nes del país, pero nunca en San Carlos. En Tantaulipas, stilo en tiunbora" en el salén municipal, razón suficiente para que las fa-
ei ex cu¿rto distrito v antes de l¿r revolución ntexicana. los peo- lnilias de la llamada "prirnera sociedad" abandonaran, sumamen-
nes de las haciendas o los rancheros hulnilcles usaban el calzón tc contraídas, el lugar que fue de su predilección hasta que "el
de manta, y sus mujeres la falda de I misnlo material. sobre todo ¡rcladeaje" invadió sus dominios.
dc la Villrr de Jaulnave y su rnunicipio.
Ahora bien, se sostiene que "la nrúsica de clarinete y tambo-
En cuanto al nombre de "La Picot¿r" seguramente se le dio es- nf' se originó en Linares, N.L. Yo encontré pruebas de que ya
ta aceptación de l¿r palabra: "parte superior en punt¿r de una torre cra ejecutada en la Villa de San Carlos antes de 1880. Hélas
o montaña muy alta", porque no concuerd¿rn sus otros signif icn- aquíl en la caus¿r iniciada en eljuzgado te rcero constitucional de
clos que son, un sitio de castigo o se¿r una columna en que se ex- l-inares, N.L., contra Pablo Pesina, Benigno Guerra e Ignacio
ponía en tiempos no muy antigr,tcls la cabeza del a-justiciado, los Leal por la fuga de los presos que custodiaban, uno de aquellos
reos expuestos a la vergüenza pírblica. Tantbién se nombraba así declaró que el Juez lo. Constitucional de Ia Villa de San Carlos,
al aparato en que se ataba a los delincuentes para darles azotes. Tamps., el 26 de febrero de 1880..." rodearon por el Gavilán;
laltándoles ya casi una legua conocieron que había baile pues se
En la Villa de San Carlos "la música de clarinete y tambora" oía la tambora (mayúsculas mías) y entonces dispuso Pesina,
amenizaba los bailes populares (de parejas no de grupos vestidos clue la hacía de Jefe, no llegar a San Carlos, Tarnps., clave AHS-
uniformemente). En el archivo histórico de esta localidacl que CS203, en el año correspondiente).
acabo de clasificar encontré un impreso en papel cartulina, es-
tampado en un taller de Linares, N.L., en que se anunciaban l¿rs Si los linarenses tienen pruebas que por su antigüedad anulen
fiestas del Santo Patrono San Carlos Borromeo, en 1900; parte e'l valor de ésta, se les puede acreditar que allá se tocaba la "mú-
de las cuales eran los "bailes populares" y los "bailes de salón". sica de clarinete y fambora" antes que en San Carlos.

24 25
Mientras tanto, lo afirmado subsistirá para sostenerse que ésta
Ingenio musical en la región citrícola de N.L."'
se originó en la Villa de San Carlos o en los ranchos y haciendas
de sr,r jurisclicción h¿ce más de un siglo, por lo mcnos. -Linares y su cultura popular-

Carlos Jesírs Gómez Flores

a cultura popular comprende un mosaico de símbolos que


representan un factor de identidad. La heráldica. los usos y
costurnbres, la qastronomía, l¿r vestime¡lta, Ias artesanías, la líri-
ca tr¿rdicional, las danzas y canciortes regionales son manifesta-
ciones que constituyen la rica diversidad de sentimientos y acti-
tudes cle un pueblo.

En Nuevo León, y a pesar de que su 1l'onter¿t geográficzr con


los Estados Unidos de Norteamérica se limita ¿t pocos kilóme-
tros. se padece de una alta penetración cultural. Considerando
esta panorámica, dirigimos nuestra atención hacia la región citrí-
cola que ha sido una de las principales fuentes de cultura popular
clel Estado. Particularmente nos transportamos a Linares, muni-
cipio ubicado a cientos de kilómetros de la fiontera norte y que
aún así, puede perder elementos neurálgicos de su cultura popu-
lar. San Felipe de Lin¿rres: mística y magia, criollismo que en los
primeros pasos del XVIII escapó de los naturales "güalagüises"
para crear una estampa de villa española. Gener¿rciones de hotn-
bres que acompañaron la evolución de su hábitat. Piedra sobrc
piedra, esfuerzo sobre esfuerzo. La villa dejó de serlo para con-

+ Conf'crcncia dictada cl día l9 dc julio de 1985, en el Teratro tlc lrt ('it¡tl:rtl


de Montcrrey, N.L.

26 21
el primer grupo de "tamboreros" que adoptó redobas, chotises,
vertirse el 19 de mayo de l7l1 en la ciudad de San Felipe de Li-
huapangos; valses, pasos dobles, "estilos y danzadoches", fue el
nares y luego en el año de 1825 en ciudad Linares.
de los "Hermanos Prado", hijos del picotista Mónico Prado
quien era oriundo del ejido Guadalupe "La Joya" del municipio
Entonces los caminos de Linares olí¿rn a lana y azúcar. Hoy
de General Terán. Emeterio Prado fue autor de la famosa redoba
saben a naranja y a "glorias" y se visten de talabartería. pero su
gente, la gente que antaño en las fiestas de Villaseca taconeaba Los Caballos Panzone.§, cuyo nombre original era Las Yeguas
Panzonas. Redoba inspirada en el vaivén de su coche Ford sobre
Los Tecolotes y Las Tres Retamas para levantar el polvo hasta
las nubes, está agotando las fuerzas y el sentido de la tradición.
un camino de terracería y en un conjunto de yeguas preñadas, y
que ahora forma parte del patrimonio musical de Nuevo León.

Linares se localiza en la zona sureste del estado. Junto con


Hualahuises, General Terán, Montemorelos y Allende, integra la Cabe aclarar que Ia consigna popular, fecha en los finales del
llamada región citrícola. El cultivo de la naranja se introdujo siglo pasado, el génesis de los "tamboreros". Por otro lado, los
Prado a su vez heredaron su conocimiento a unos sobrinos de
contemporáneamente y desplazó al cultivo de la caña de azúcar.
Ha representado una fuente de riqueza económica para los luga- apellido Hernández, quienes son los que han titulado muchas de
las melodías populares interpretadas por sus antepasados como
reños, quienes a la par del desarrollo de la producción, le han sa-
es el caso del chotis La Musulunga.
bido cantar con gran ingenio, a sus cosas simples. Porque siem-
pre habrá una relación directa entre las actividades de la socie-
dad y su cultura popular.
Hubo un personaje conocido como Marcos "La Picota"; alto y
obeso con su clarinete de latón, Este famoso hombre acompañaba
en su danza a la legendaria Petra "La Colorada", quien improvisaba
Muchos nos hemos preguntado cómo se integró la combina-
un taconazo vivazy único en las fiestas del Cristo de Villaseca y te-
ción melódica de tambora y picota. La primera de origen agreste
nía el encanto de las mujeres de "La Petaca". Por cierto, la tierra de
y revolucionario y la segunda de raigambre europeo. Pudiéramos
Petra tiene Ia fama de ser lugar de brujas. Filiberto Medina, músico
especular sobre su encuentro y pensar que algún hombre de tam-
linarense, hizo al respecto los siguientes versos:
bora a la cintura, en un espacio y tiempo dados, admiró el tono
festivo del clarinete. Luego quizá se confrontaron la percusión
de la tambora con el aliento de la que se nombraría picota. Soni- De boca en boca una leyenda
sob re Linare s se .fo rmó.
do de tambora y picota al comenzar la unión civil de una pareja
o en un sitio bohemio de etílico y "díceres"; al terminar las piz- Que tiene brujas que aconse.jan
y que danfiltros que sirven para el omor.
cas en las faldas de la Sierra Madre Oriental o en las competen-
cias campiranas de júbilo y algarabía.
En la Petaca clavan monos
o dan hierbas a tomar
porque se piensa que los nc¡vios
Según don Pedro Hinojosa, un hombre de 66 años que es
fuerza motriz de uno de los grupos más típicos de tamborileros, con un embrujo ya no se vut...

29
28
A "La Colorada", la cultura popular de Nuevo León le debe Quiquiriquí dijo el gallo
la inspiración de muchos de los pasos de las actuales coreogra- cuando k¡ andaban paseando
fías conocidas como de la región Linares. si me han de quitar la vida
no me anden martirizando.
En la actualidad los tamborileros o "tamboreros" existen. La
tambora resuena y la picota aún aparece con su sonido agudo y Voy a casar mi gallina
feliz. Sin embargo, han de§aparecido las prácticas campiranas con un gallo copetón
que enmarcaban el lenguaje musical del pueblo linarense. pa'que salgan los pollitos
con la pistola en la mano
Vayamos al pasado y describamos a ritmo de tambora y notas
de picota una realidad que espera su redescubiimiento. En Villa- Después de pasear al gallo, los jinetes se 1o disputaban cada
seca, como parte de las fiestas populares en honor al cristo, se uno de ellos con una mano en la brida y la otra en una pata del
practicaban: carreras de gatos, chiva enterrada, chiva colgada, animal y lo estiraban hasta llevarse la mayor parte del ave.
gallo enterrado y gallo estirado. En esta última competencia el
dominio sobre el caballo y la fuerza y habilidad del jinete otor- Los huapangos, con ritmo de 6x8 tiempos, eran bailados por
gaban el triunfo. Un par de hombres en sus respectivos equinos la concurrencia y tenían gran arraigo por sus letras jocosas.
"paseaban" en el terreno de la competencia el gallo a disputar. Cuando los contendientes lo deseaban, se cantaban uno al otro, y
Generalmente era un terreno de 200 metros de largo con un an- viceversa, coplas como las que siguen:
cho suficiente para que los caballos pudieran atravesarlo a galo-
pe. Tras los contendientes, iban los tamborileros entonando el Quién es ese compctñero
huapango El Gallo. que me quiere a mí empatar
parece muleto tierno
Andando paseando un gallo que empieza a rebuznar.
se me reventó un arsión
esos de caballetía Cállate víbora prieta
validos de la ocasión. cabeza de Lucifer
quieres hacerte poeta
Pc¡r esta calle me voy sin saberlas componer.
y por la otrct doy vuelta
la mujer que a mí me quiera De rtrriba de aquel cerrito
que deje la puerta abierta. tengo una cazuela ardiendo
para quemarle la boca
al que me esté respondiendo.

30 3l
En meclio de aquel charco ',rrlríirn al coche y el resto de la comitiva los seguía
hasta la fics-
trisfe contaba una rann t.¡ lintonces se entonaban huapangos como EI Gusto.
y en el cántico decía
échame pa'ca tu hermana.
Dcl gusto tl1c nu(:( el gtt.slo
v del gu,sto lu ulcgríu
De arriba de ac¡uella lomrt
cclttt tus bra:.t¡.s nti ulntu
vengo urra.stranclo utt guttruclrc
.t' u¡triéturrrc t,idu tttíu.
¡clue Íe uttdus cotrt¡turuuttlo
rabutlillu tle tktcuu<.lt c !
Del gusto ntc nilcc al grt.tlo
I' del gu.sfo ntc t,;Íú g,tt.sf rttttlo
Zucutifo ycrtle yertlc
qLta por durl(, g,uslo ul gu:to
i.rtt:utifodcfurjau sitt gttsto nte (stov quctlutrclo.
ttontó.s esf os t.,ersos tli.je
lt0 v"{,n§0 0 s0c0r t0rcu.
Ma puse tt sanil¡rttr urrr¡a.
ett t.trt tttuéganr¡ tle 0ren0
El perspicaz ingenio de lo.s Iinarenses quccla clc nranifie.sto en
\) tne contestri el lugurto
las letras de sus canciones populares. La picarcría y el reproche
tto sientbrcs en ti(rru ajctrct
alegrón son parte de su espíritu.
la verlts lo que te pasl
cott lu'ntrtr'tle ?sa tnlrenl.
En las bodas y en los levantamientos cle cosechas no podían
faltar la picota y la tambora, que se escuchaba de una ranchería a
Lt li.jo rutu ltonnigu arriartt
otra como invitando al guateque.
le dijo a Ltna pasctjera
si quieres vivir honradu
cuando Ios desposados se tenían que trasladar de los pobla-
tto te junle.s c:ott ctmlc1uierct
dos en los que residían hasta la cabecera municipal, iban acom-
que ln J'ruta ntanoseuclu
pañados sólo de sus padrinos.
se pudre y no hay c1uien lu quieru;

Los padres se quedaban en casa para preparar el fideo y affoz


Me ,sttbí ctl ytlo ser¿n()
con carne de borrego, el asado de puerco y el picadillo con clulce
a sucudir el rocío
que se daría a los cornensales. Cuando se calculaba
-a tanteo de se. nte hoce que en buen terreno
sol- que los novios regresarían de la ceremonia religiosa, la gen-
no hay cora?.ón conn el núo,'
te y la "cab¿rll¿rda" del rancho los iban a topar en el camino con
porque me gusÍo lo bueno
música de tambor¿r y picota. Después del encuentro, ros nlúsicos y tle lo rlenú.y nte río.

33
Se recuerda todavía cuando se "topaba" a los novios en el Yo sct\ comr¡ el guayactirt
rancho "El Canelo", "Pomona", en los ejidos "El Alto" y "El del corctz.ón amurío
Carmen" y en Ia Hacienda de Guadalr"rpe. soy sabroso como el ¡ttut
y agrito cr¡mo el membrío
Por otra parte, en el levant¿rmiento de cosecha después de c¿rr- conto soy hi.jo de Adán
gar el maíz en la última carreta, los campesinos ponían sobre una por eso ni me upolío.
gavrlla de maíz una yoga de vino. Detrás de la carreta caminaban
f os f abriegos con el "tamborazo". cantando huapangos como La P re s mtt i cla, pre s umida
presutnitla. ojos tle garu.o morena
si tú nte diercts un beso
Le di.je a lu preswnicla yo te daría una docena.
que si me lctvaba eL paño
nte dice lu muy bottita Volvamos al presente para declarar que la mayoría de la po-
si u.sté quiere husra lo buño lrlación de Villaseca Linares no recuerda y mucho menos canta
¡t e ro v én g as e I en'tp rano los huapangos que les dieran fama. Este hecho implica la "mLler-
porqLte Íarde le hace tktñr¡. rc" de una tradición musical que debe redescubrirse.

Le di.je a la presmnida Si las danzas linarenses han logrado preservarse por medio de
que nte dieru su untistú la investigación y la enseñanza, por qué no hacer lo mismo con
que pctrtiet'u su rebozo lu múrsic¿r de los tamborileros. Para este fin -entre otras cosas-
\ nte tliera lct mitií lrabría que realizarse una investigación de campo para detectar a
l)d' ltdL'entte un t't¡f t¡ncilt¡ las personas que posean información de primera mano sobre las
qLte \ta t'ergii.en?il me do. l'amosas ferias de Villaseca; después se tendría que integrar un
rnódulo de enseñanza-aprendiz,aje para que las canciones resc¿r-
Utr ¡terico en un nog,ol tadas sean cantadas por los descendientes de los hombres que las
tuntús le llovícut lus bulus popularizaron y luego crear los lnarcos adecuados para revivir
le cr¡nfesfct el gavilán las citadas ferias con el carácter popular de antaño; ya que han
qtrc ntulus .tott fus ttutteutl¿ts clesaparecido las competencias campiranas que propiciaban el
que el gallo poru ('uttlr cntusiasmo de copleros y danzantes. Lo importante es no ¡lcrdcr
¡trintero trtrcnl lus olus. rle vista que esto ayudaría a evitar la pérdida de una manif'csta-
ción que contiene nna riqueza digna de ser recreada.

3,1 35
L,os Tamborileros de Linares:
el son y eI don

Celso Garza Gua.iardo

i relación con los Tamborileros de Linares, es una cues-


tión que se da en el tiempo; una especie de fantasía olvi-
tlada, un misterio de nuestra cultura.

Yo soy de Sabinas Hidalgo y en esa región de nuestro estado,


la música que uno escuchaba desde niño, era la de acordeón y
bajo sexto, o la música nacional a la que, a través del cine y la
radio, tenía uno acceso. Era la época de los 50's.

[,a radio difundía mucho la música de los Montañeses del


Alamo y la tambora se escuchaba con las bandas en los actos pú-
blicos. En los pueblos, toda fiesta o mitote, cuando se convocaba
a la gente, era con un propósito. Cuando alguien se arrim¿rba a
tlgo, indebidamente le decían: vete, esto no es mitote, esto no es
convite.

El convite era la expresión moderna del mitote indígena. Era


un decir de un acto político, una procesión para algo, en la cual
todo rnundo participaba y la tambora iba adelante.

Viniendo a Monterrey, por los años 60 escuché por vez pri-


rnera a Ios Tamborileros de Linares en un acto de la Dirección
cle Cultura, que estaba entonces por Washington y Jiménez. Me
¡rareció algo extraordinario esa rapidez tan alegre de su música:

37
el son y el don. Era una especie de fiesta, historia y viento en un Irl traslado de la gente del campo a la ciudad ha facilitado la
tipo de música rescatada por ellos mismos. Los dos clarinetes y , ,,r¡rercialización de la música y surgen los modos musicales, los
la tambora son algo auténtico y original. lln)os: ésto, mucho tiene que ver con la urbanización de la po-
lrlrrción. Aquí el mérito de los tamborileros es que no desaparece
,,rr rnúsica por el traslado de la gente a la ciudad, y que sin nece-
Por ello el esfuerzo que se hizo en Linares por crear talleres
.,rtlad de comercialización, ha permanecido por la fuerza de sus
para reproducir esta música, elaborar y manejar los instrumen-
tos, y de esta forma darle continuidad para que ese gusto no se l'cntes y sus costumbres; es entonces cuando hay que cuestionar-
perdiera. Ahí comprendí la gran labor de este conjunto y que la st', no por qué no se ha comercializado y generalizado, sino por
semilla que habían sembrado estaba germinando, que había un r¡rró ha permanecido. No es un demérito sino un mérito. E,stamos
sector de Ia población que se comprometía con ellos. No querían ;ulte el orgullo de tradiciones nrusicales muy luertes, como las
dejar que se extinguiera. Así como hay cosas que se extinguen ,lc las zonas de Hidalgo, de Veracruz o de Guerrero, Chiapas o
en la natnraleza y que se pierden por la indiferencia del hombre, Yucatán. Tiene que ver la geografía, la población permanente,
también en la cultura puede haber cosas que se pueden acabar si tun activa. los elementos étnicos tan profundos.
no se rescatan. Los Tamborileros son la expresión de una cultura
viva, tradicional. Por lo anteriormente expuesto, me surge una Al decir Linares hay que tomar en cuenta qlle para algunas
pregunta: '¿por qué estos elementos de música regional, de una l)crsonas, Linares es la expresión de una alcurnia. El otro Lina-
zona de fandango, no han sido incorporados a la comercialiia- rcs, el campesino, el totalmente rural, el ligado a la región de
ción? No sé si tenga qué ver con el aislamiento de la región, o San Carlos, de Villagrán, es esa región donde habita una gran
bien algún olvido o desprecio de los elementos de la música. Mi ¡roblación, esa música que ahí se ha quedado y que cuando sale
respuesta a ésto es que es una fantasía aislada musical que existe st: nos presenta con una gran dignidad y calidad. El pueblo hace
y que no se extingue. su música; si es tocada y desarrollada por la gente de ahí, es lo
rnejor.
Aquí yo voy a una cosa. A veces, producto de la comerciali-
zación, se nos da a entender que hay una música nacional, que el El más profundo arte musical de la región de Linares es inter-
mariachi debe ser representativo de ella. Eso lo impuso el cine. pretado por los Tamborileros. Ese conjunto, afortunadamente
Lo cierto es que en cada región hay un tipo de música, un tipo popular, es identidad creada por la gente sencilla de las comuni-
de conjunto. Sería interesante hacer la historia de los músicos de dades; esas notas musicales en sus bailes y en sus fiestas, que
nuestros pueblos. Antes existía mucho ejercicio de la cultura propiciaban el ambiente y al terminar prevalecían; esa música la
musical, se cultivaba la música en las casas, su aprendizaje. Sin gente la veíay la sentía como suya, es la identidad de ellos.
necesidad de discos, había conjuntos musicales; fue una época
en que casi en todos los pueblos había pequeñas orquestas. La gente que contrata a los Montañeses del Alamo, es la que
se formó oyendo esa músia en la radio, en los 50. Quienes con-
tratan en un Nuevo León urbano a los Tamborileros fuera de Li-

39
nares, es la gente de ahí. la que los conoció, no en la radio, stno II. Hacia el Salón de la Fama de la
directamente. Anlbas cosas son muy meritorias. Los Montañeses
se han mantenido y ya no se escuchan en la radio: ésto porque
Música Norteña
las generaciones clue se formaron con elltls se han reproducido;
y quienes contratan a los Talnborileros, son los que los vieron en
.su región, lo.s recuerdan y surge ese inlet'í's por su ntúsica. Esta-
rnos ante un plang de identidad. Así llcgattlos a una realidad: la
nrúsica nacional no está reprcsentada por un solo tipo de nlúsica.
está representacla por aqLrella que ctt ca<1a rcgi(rrl dc México la
gente ha conservado y hecho suya. p,,. un sábado ileir-rnio de 1988 cuando vinierort tLr y Josí'pa-
l. nr donar la priruera tambora que us¿lron pura cxhibirla al_sún
El cine, la raditr. los discos y la televisión. hall creado ull ¿lll-l- tlía en lo clue sería el Salón dc la Fanra de la Música Norteña.
bientc rnusical y nos dan múltiples opciones: pcro la l'uerza cle
grupos como los Tarnborilcros de Linltrcs, pese a todo esc vai- Yo h¿rbía con.seguido con Genaro Monsivíris Lrna partc de aquella

vén cle tecnología musical, no dcsapareciel'oll. casona de la calle de Allende casi con Doctor Coss, cluc en mis suc-
ños vislurnbraba como cl espacio.iusto para proyectar con clignidacl
ellos'l Sott piezls ru los pioneros {onro ríl*. de nuestra nrúsica ¡ropular.
¿,Qué fuerza, qué méritos, qué trascendió de
arqueológicas vivas cle Iluestra cultura nlusical y tienen ull ex-
traordinario valor. Esto nos lleva a la conclusión de que las co- Allí. en ese lugar de arquitectura inclcfinida pensé que pronto
sas originales y auténticas son las úrticas que nos identit'ican.
sc podría dar cabida a los compositores. ejccr.rtuntes. prornotorcs
y difusores de la música norteña. Un pabellón en el que el turis-
lno nacional e internacional -sin olvidar a los rnisrnos nuevoleo-
neses- pudiera ver los vestr¡arios, instrumentos, fotografías, clis-
cos y preseas de los rneros rneros de la lnúsica qlle tanto nos
gusta, aunque habrás de saber Pedrito, quc mi papá nos decía
qlle era música "de cantina".

Fueron muchas las juntas y muchas las pronresas de personas


!'ncopetadas que entonces se encarqaban de pronrover «rf ici¿rl-
rne nte la cultura.

'Iúr sabes que se creó un patronato para apoyar esta irlca. t¡trt'
entonces me tocó presidir por ser el que tenía más tictrt¡t«r ¡rrnr

40 +l
"la talacha". En las juntas se entretejieron pcrsonaliclades co-
mo Ia del afamadísimo Iocutor Rómulo Lozano Morales, - ya cumptienrro l0 años <te habcrsc pc,,s¿,_
flr,".J#,:;rr::#rr,",ü:'
que allá donde están seguramente ha de estar bromeando con-
tigo-, el popular Rosendo Lazo mejor conocido como "Jere-
mías Becerra" -que también les hace compañía-: el promotor
oj os cre r
tonces
-, Jo "
n i :ifi :.; J:i, j::.X ;:J.:,,T.:
haremo's un gran mitote.
.se avcntará unos
.u qr"
;: I
hasta José tu herrnano
:
huapangos con "r
el clarincte.
Servando Cano, los historiadores Celso Garza Guajardo y
Héctor Jaime Treviño, el sociólogo Víctor Zúñiga,los promo-
tores culturales Raúl Martínez, el ahora diputado local Ma-
nuel Peña Doria, el programador y locutor de radio Rogelio
García y el prestigiado músico y conrpositor Catari¡ro Leos
(para los amigos "Don Cata"). Cuírnta gentc sc jurrtaba ¿,vcr-
dad? hasta nos tocri or_{anizar concicrtos co¡l la l'arnilia Tangu-
ma, con "Los Doncños" y con Robcrto Puliclo.

Pero el río del tiempo transcurrió sin lograr nuestro ob.ieti-


vo y ya que me di cucnta que "la caballada estaba rnuy flaca"
preferí mantener el proyecto a buen ressu¿lrdo hasta que a
principios de 1996 se dieron Ias condiciones p¿rra reiniciar el
viejo sueño.

Ahora con personas corno Fernando Lcal volvilnos a insis-


tir en la creación y se negoció con orgernismos fcderales con
tan buena fortuna que se Iogró restaurar el corazón del edifi-
cio que se conoce como la Casa del Canipesino. Con casi 250
metros cuadrados que se utilizarían por partes iguales para es-
tablecer un comedor que de servicio a calnpesinos y para
montar una exposición permanente que tenga quc ver con ob-
jetos como la tambora que r"rstedes ya donaron. Lo único que
no encuentro son los "bolios", (alguien se los IIevó a su casa
sin pedir permiso).

De cualquier manera, buen Pedrito, la inauguración del Salón


rlc la Fama de la Música Norteña está cada vez más cercana.

42
43
Donan tamborileros sus inicios a museo

Josefina B. Longoria

os instrumentos con los que empezaron a tocar los Tambori-


T
I-rleros de Linares en 1948, fueron donados ayer al Salón de la
Fama de la Música Norteña, que será inaugurado en septiembre.

Los Hermanos Hinojosa, don Pedro y don José, donaron un


clarinete que data de más allá del 48 y el primer traje que usaron
para sus presentaciones.

La música que tocan los Tamborileros es regional y se e.iecuta


con dos clarinetes y una tambora; los temas de las canciones que
interpretan son en su mayoría picarescos.

La música de Hinojosa se oye cuando se levanta la cosecha,


cuando hay 15 años, bodas o velorios, y es parecida a la andina,
por los tamborazos, pero más alegre por el clarinete.

"Nos ha tocado tocar para casarlos y nos ha tocado tocar para


sepultarlos", comentó don Pedro.

Don José toca la fambora, expresión musical más antigua de


Nuevo León, y con dos palitos de madera salpica sus tamborazos

* Artículo de la Sección Cultural del pcriódico El Nortc del día 15 de julio


de 1990.

A<
.lJ
toca Gracias al apoyo del director de curtura de Linares, Manucr
e intermitentes' mientras que don Pedro
agudos le dice Peña Doria, ahora los hermanos Hinojosa están haciendo
con sonidos sobrino nieto' quien escuc-
0"" OOr'U"' su
el clarinete junto a la, pues su música estaba en vías de extinción y ahora hay
cinccr
" ¡cántele!" '
grupos similares.
técnicas y
a tocar no había facilidades
"Cuando empezamos y todo el mundo oía nuestra
t'g*u'"' más altos
nos subían u to' Era una manera de
invitar Amplía Salón de la Famq sus actividades
rambora y querían:-#ffi;';;*ú^'
;i;"t u'tdo'"' exPlicó don Pedro' Además de sus instrumentos y vestuario, los Tamborireros de
Linares donaron tres fbto_erafías antiguas.
de Linares' los
Tamborileros son altos
En Villaseca' barrio la gente
¿" ru lti"t; y cuando tocan su tambora A partir de esto, el salón cle la Farna clc la Músic¿r N.rtcña
exponente'
sale a 1a calle' piensa incluir illstrurnentos, fbtogral'ías, progranras cle prescnta-
pues pensaban ciones. e i,cluso clisct'rs, i,lbrmó carlos Górnez, presiclente
clel
en el año 49 vendieron sus instrumentos Patrollato.
Ellos, se casaron'
de músicos' porque
retirarse de Ia carrera
Próximamente, agregó, se llcvará a cabo un seminario: ..Me_
costó ,.0...T::', ,"'o
..La tambora la compré en 1948 y me no les morias de la Música Norteña", para dar a conocer a ros grancres
a nuestras mujeres
la áejamo' potqu" músicos del norte.
cuando nos casamos
gustaba", dijo don Pedro'
Gómez indicó que además, hay la intención de efectuar un
instrumentos para
así
que rastrear el trayecto de los esto' concierto mensual de música norteña.
Tuvieron que no fue difícil
al Salón de la Fama y aseguran enel extertor
donarlos
p"; ta láiina que lleva
pues recon"t"''i;;;;;; con El patronato del museo pedirá donativos a las disqueras, pues
po' la diferencia en sostenidos' comparándolo considera que en vista de que han obtenido ingresos con ra
y el clarinet" músi-
clarinetes más nuevos' ca norteña, son indicadas para aportar para su conservación.

Igualmente, planean crear una sociedad de Amigos der salón


C omP art e n " ¡o'n6 67 azo s " de Ia Fama de Ia Música Norteña.
los hermanos Pra-
de los hermanos Hinojosa' tocaban
Antes composiciones'
y les legaron algunas
do, quienes
'";;;;n
del siglo Pasado'
lr" 'i"n"n
41
III. Música que no se acaba:
Mitotes y "Funciones"

no cstás clltrc nosotnrs Perlro. Es una rcalidad clue no v¿t a


\f,,
I. canrttiar ni la nrás af ¿rntada bruja clc "La Petaca". Me acuerdo
rnr.ry bicn de cuandi¡ estuviste con José 1, Adriírn en la casa de ntis
padrcs allá en S¿rn Pancho. Era clicientbre de 1997, y en esa oc¿rsión
bautizamos a Nelson Emilio (mi hijo rncnor) por cierto te asegLlro
c¡uc nada tuvc qllc ver con el primero de sus nontbles. H¿rbía llovido
tnucho todo cl día y ya mero llegaba t¿u'de a la cercmonia reli_eiosa
cn el Templo de Santiago porque adelnás de que la canetera est¿rba
extrem¿rdamente moiada yo venía precisarnente cle Linares. El aguit
lodosa sobre el parabrisas rne señalaba que ela probable c¡ue no lle-
gara a tiempo a la pila bautismal. Pero llegué y después cle scr parlí
cipe de un rito ancestral nos fuimos a lacasona de la clllc t{iclalgo
No. ll5 sur, donde ya estaban listos los ¡raricntcs y arniuos plt'a cll-
trarlc al f'cstejo. De Io que comimos cntonccs v rlc los r¡trc cstrrvirrr.rs
allí, Ia verdad, no lo tengo rnuy prcscntc. I-o r¡trc rlcl'initiv¿uncrrtc
quise conservar en la melnoria fle cl rnitotc rprc sc ¿rrrnri cLurnrkr rrs-
tedes empezaron a tocar "Los Pcndientcs" y "('rlrtro nrc lls lx)ng¿ln
brinco". Mi hermana Perla me sacó a bailru', y i'rcgo. lucgo sc unic-
ron al baile otras parejas, hasta la l'antili¿r Murlcro t¡uc lrc:ub:rbu tlc
Ilegar de Nuevo México. Eso no se me olvicl¿r, ustcclcs trcs.jurrto u lir
higr.rera y nosotros baile y baile sobre cl piso dc picdll llia. 'l'urn-
bién recuerclo que cuando "Los Tamborilcros clc [-inurcs" tcrntin¿r-
ron, los llevé a tomar su camión, porque ya estubun sus vie'jas cspe-
rándolos, ¡ccmo de que no!
me quedé
Cuando acabó el fiestón y nos fuimos a dormir ¡Llegó Ia tambora!*
pensando en la cantidad de casamientos' velorios'
bautizos'
Vino a ponerle el sabor a la boda
qrin.. años y celebraciones en las que habían participado' Siem-
principales pero sin
ir" u un ladito del fandango y de las figuras
"función"' ¿Alguien de
dejar de ser los protagoniJas reales de la Juan José Ccnilr
usiedes llevaría la cuenta.de todos esos mitotes?

de ustedes habría tenido el cuidado


¡Claro que no! ¿Alguien
no'
de ir guardándo fotografías de momentos importantes? Quizá
que a lo largo de los tnenloria cn nrernoria van conservando las lechas dc
Pero para nuestra fortuna hubo periodistas T)"
de su aten- IJl¿s cosechas, los recuerdos clc' las f icst¿rs, Ios ritmos de
últimás diez años de vida artística los hicieron blanco
de to- la rnúsica, las cosas cliarias de la vicla. Recuerdan lo que sus
ción. Y aunque no están las apreciaciones y comentarios
algunos que padres recordaban de los sllyos y hablan entonces de que "la
dos ellos, enseguida te voy a presentar trabajos de
múrsica nace en uno, no se aprende" y "del ¿imor a la tierra
lograroncaptarlabellezaintrínsecadetubatientetambora.
también".

Originarios de Linares, tocadores de "tarlbora" o de lo que la


gente identifica comunmente como "tamborileros de Linares".
José Hinojosa, su hermano Pedro y Adrián Gonzítlez Avenclaño,
hablan de sus historias que han protagonizaclo y cle las c¡uc les
vienen por pláticas.

"Segítn dicen unos investigadores que cscribicrcn cn r.ul [)c-


riódico, nuestra música ha perdurado por 2000 años, si nral no
recuerdo; yo no sé si será cierto pero sí me acucrdo que nris ¡ra-
dres ya me platicaban de ella", dice don José.

Lo que a sus 62 años recuerda con precisión son otros datos,


otras historias:

* Artículo de la Sección Cultural del pcriódico El Porvr:nir dcl día l7 tlc


mayo de l9tl4.

5l
"En las fiestas, o función de Villa Seca como mejor se le co- "Pero las fiestas se fueron acabando allá por el '53; la
rrúsic.
nocía por los lugareños, se hacían dos bailes por la noche en un fue sufriendo cambios en er ri{mo y en sus inslrumentos", suspi-
lerreno que estaba dividido por una cerca de carrizo. De un lado, ra ese hombre de baja estatura y rostro con rasgos mayas.
la tambora tocaba para las parejas del pueblo, del otro, la orques-
ta tocaba para los de dinero". A fines de los 40, se introduceer acorcreón, y ros hombres ya
empiezan a bailar solos, sin pareja; Ias orquestas les llamaban
cl rnes de agosto,
Esas fiestas, que se iniciaban y concluían en más la atención a las mujeres, dice don pecrro Hinojosa con su
eran para festejar al Santo Patrono Señor de Villa Scca. En los franca sonrisa.
primeros días se celebraban misas hasta completar cl novenalio,
y después de eso... la fiesta. "Años después, 'Los Beatles,, como les decíamos a los
músicos esos, terminaron con ra música; termin¿rron hasta con
"No me acuerdo el día exacto de la celebración del Señor clc las orquestas, pues los jóvenes los preferían; pero nosotros,
Villa Seca, pero empezaba con 'las mañanitas'. ¿t eso del medio en lo mismo con lo que fuimos aprendiendo,', asegura don
día, la caballacla iba llegando, y ya para las dos o tres de Ia tarcle Pedro' el "pianista" (como él mismo se autonombra cuando
empezaban los torneos". toca su tambora)"

Recuerda aquellos recorridos en los quc los músicos cot-t Y lo que fueron aprendiendo, ra música típica de Linares. ra
su tambora y sus clos clarinetes encabezaban el desfile tocan- siguen interpretando en jaripeos, bodas, fiestas o acompañanclo
a
do y declamanclo versos, seguidos por los hombres de a caba- grupos de danza folklórica.
llol hacían un recorrido por el terreno en donde se efectu¿rrían
las competencias de "el gallo estirado" y del "chivo enterra- se acuerda entonces de sus "maestros": varente y Emeterio
do". Explica: Prado. Que cuando José se animó a tocar er crarinete, se dejaba
llegar hasta las milpas de "Los prados", para que abajo der
mez-
Una pareja de hombres a caballo agarraba un gallo, y al quite que les servía como aura, re dijeran: "así le vas a entrar,
va-
tiempo que empezaban a correr a todo galope, se iban sepa- mos a darle por este lado", hasta que aprendió a tocar las reclo-
rando poco a poco, con la pura fuerza de las piernas sobre el vas, las polkas, los chotís y los huapangos.
caballo, hasta que uno de ellos se quedaban con el gallo, y
con la victoria. "Ahora, con nuestro grupo de 'Los crarinetes de Linares,,
se-
guimos tocando las mismas melodías como ,Los jacalitos,, ,La
El chivo enterrado, apunta don José, quedaba sepultado en el presumida', 'El Senderito', aunque nos piden ,El Chubasco, y
piso con la cabeza y las patas de fuera para que el jinete "desde también se las echamos, aunque no sea la música original,,, ex_
50 metros antes, con el caballo bien cuarteado" intentara atrapar plica don José.
al animal y el triunfo.

52
53
y Los Tamborileros de Linares
Pero su preocupación por conservar la música sigue latente
la transmite de la misma forma que la aprendió, de memoria a
Hacen tradición al ritmo de la tambora
memoria.Sunuevointegrante,AdriánGonzíúezAvendaño'de
25 años, pretende ilon José continuará esa tradición'

Eduardo Crisóstonto

D;i;:it:::'ffi:.:; clarinete; erayIo que


gustaba esto nos pegábamos a los
se tocaba más,
aunque también se tocaba el acordeón, pero solo, sin bajo y sin
guitarra.

-Nosotros éramos niños, de diez. once años, y escuchábamos


tocar a don Valente Prado y a su hermano Emeterio, que ya eran
señores grandes.

Había otro señor, don silvestre Gutiérrez, qlle todavía ancla


tocando; tendrá ahora unos 74 años. Después, a los dieciséis.
diecisiete años, ya andaba uno en los bailes, y ellos tocaba., a
nosotros nos gustaba y nos poníamos a tocar con ellos.

-Ya solos, comenzamos a tocar el l0 cre r,ay. rrc I942. r.c-


cuerda Pedro.

sin más, sin entender mucho cle música. ¡,r. sirrr¡rlc gust.. I.s
hermanos José y Pedro Hinojosa, Los 'fal,b.rilcrrs trc I-ir¿rr-cs.
iniciaron así su carrera hace casi 47 años.,llli rkr,rlc rr¿rcicr.,.
en el ejido de Dolores y Julián, en el nruricipi. rlc l-ir¿rrcs.

* Artículo de la sección Cultural del pcri(rclico l:l Nt¡rtc,dcl día l5 clc ene^r
de 1989.

54 55
Sentado, con la tambora a un lado, está listo ya para salir al Cada l0 de mayo, Ios días de San Juan y de
San pcclrr, cl j,l
ejiclo Anacuitas, en el municipio de General Tcrán, en donde y 29 de junio; cada r2 de dicienlbre, eran "funciones"
scg,r.rr.irs
amenizarán la celebración de la dotación de tierras que los ejida- para ellos. Poco a poco fueron ilegando
más rejos. prinrer. ¿r rr-
tarios realizan cacla l3 de enero, descle hace más de rnedio siglo. dos los ejidos «re Linares, después, a todos
r,s municipios rrcr
Estado y a otras ciucla<ies del país y cle Texas.
--En bodas, quince ¿rños. bautizos y todo eso, no había nada
como la tarnbora; empezábamos ¿l tocar desde el viernes. conro a -Fue una fortuna para nosotr.os conocer todos los Estaclos clc
las ocho de la noche, hasta las doce o una de la rnañana: seguía- nuestr¿l república, incluyendo Ia Capital;
y lugares muy impor._
mos tocando el sábado toclo cl día y e[ dorriingo otra vL'z.. toda la ¡ tantes p¿tra nosotros, como Acapulco, Mazatlán,
Veiacruz y
nlañana. Tampico.
{
-Ese era el compromiso. no se tocaban tre s o cuatro horas co- -Hemos llev¿rdo nuestra música a muchas partes: ar paracio
mo ahora. Eran bailcs de toda i¿ noche, tlcsde que anochecía de Bellas Artes, ar Auditorio Nacional y ar
reatro der Bosque,
hastii el amanecer. en México; y ar reat.o Degoilado, en Guacrarajara,
doncle toca-
mos con er Bailet de ra señora Amaria Hernándlz
y tuvimos una
Es José quien recorre el pasado y da nonrl-rres cle los rnúsrcos actuación mucho muy grancle.
que influyeron en lo que han sido, de cluienes sentaron las bases
de lo que ahr¡ra son: de las t'echas y lugares en que sus "funcio-
nes" se volvieron traclicionales. A Anacuitas van desde hace I S ó l6 años.

-Lo poco o mucho quc sabernos de múrsica, se lo debermos a -Ahí es ya una costumbre, una tradición de
sus antepasados, y
Ios señores Prado. Hubo otl'os: Era.smo Cóntez, de [{u¿l;rhuises; nosotros v¿lmos. año con año; ante.s iban
otros. La fiesta es el I3
Guadalupe González, "El Chacuís", de Monternr¡relos; Manuel de enero y empieza a las seis cle la mañana. ya
no queríamos ir.
Vega, de Allende; Margarito Sepútlverla, clc¡ General Terán; [-os No descansa uno bien. y ya e.stá uno para toc¿rr
un rato y ¡vánro_
Hermanos Alanís, de General Br¿rvol don Francisco Navarro. de nos!, pero son amigos y tuvimos qu. i., dice pedro.
Linares. quien rnuri(r hace trpenas cLlatro años; y Alnarlor Villa-
nueva, que por su modo tle tocar la tantbora. no ha habido otro Antes tocaban ellos toclo el día y en el baile
en Ia noche, pero
como ó1, hay que dccirlo. hace uno.s cuatro años que empezaron a
llevar a otro.on¡rnto.

-'Est¿tmos habluuclo cle los años 45 ti 46. cu¿rnclo ellos eran -Ahora ya cambió mucho, ya tienen luz, y yallevan con junt<r
gentL: rntiyor. para la juventud. Para nosotros, como quieraes
un éxito quc t¿,1-
ta gente haya apreciado nuestra música y
que ra gente quc lr«rs rlrr
esc:uchado tantos años llo nos ha olvidado.

56 5l
Nunca abandonaron su tierra ni la sencillez del carácter. Pedro dice que esta música no se acaba.

-Al principio fuimos hijos de ejidatarios, luego ejidatarios y de -Hace poco no.s propusieron que demos un curso en el reatr. rlc
ahí salíamos a cumplir los compromisos, hasta el '82 que nos la Ciudad en Linares y se nos ha abierto una gran
oportunidad, sí
venimos aquí (a Linares)l mucho nos gusta el ejido, pero ya no hay jóvenes que quieren seguir ro nuestro y es
una oportunicratr,
se puede. hasta va a haber un maestro que escriba la música,
nosotros Ia
vamos a grabar.
-El campo nos daba y Ia música también. Mi hermano tenía
125 cabras y yo 30 vacas. Eso fue lo que pudimos hacer, y para -Para nosotros es una satisfacción y podemos seguir hacién-
no.sotros era una fortuna porque teníamo.s que luchar contra las dolo con todo gusto hasta ros úrtimos días de nuestra
vida. ojará
sequías y contra las enfermedades. que quienes vayan le echen muchas ganas y que
sea el inicio pa_
ra que muchos aprendan esta milsica. Sí hay chiquillos
que quie_
-Como quiera trabajábamos en la música. Por diez o doce pe- ren aprender, ahí andan atrás de nosotros y no es
más que seguir-
sos, tocábamos toda la noche; por eso nuestras familias pudieron los animando.
estudiar hasta llegar a la Universidad.
como simple diversión como una expresión de la curtura
dql
Con la tambora y el clarinete, lo mismo pueden interpretar pueblo, ellos seguirán ofreciendo su música
iguar en ros escena-
polkas, redovas y shotises, que huapangos y corridos. A lo largo rios más modestos que en ros foros de universidades
en institu-
de cuatro décadas han grabado 40 ptezas, aunque el repertorio ciones oficiales.
abarca más de 200 melodías, y las que más gustan a su público
son "El Gusto", "Presumida", "Mi Gallo" y "Como me las pon- -Como dicen, dinero no habrá, pero trabajo no nos falta y
gan brinco". tanto nosotros como nuestras famirias estamos muy
contentos
así, expresa José.
Actualmente, Los Tamborileros de Linares son considerados
en Linares, y en todo Nuevo León, como los exponentes más re-
conocidos, y quizá los únicos, de la música típica de la región ci-
trícola.

El Programa Cultural de las Fronteras, el Instituto de la Cul-


tura y la Presidencia Municipal de Linares, han organizado un
taller para preservar y difundir esta expresión cle la cultura popu-
lar que se considera en peligro de extinción.

-s8
.59
Atraen a su fiesta al son de la tambor¿r

Xardiel Paclillrr

fton sus clarinetes alegres y su tambora que invita a zapatear,


L-,tus Tanrborileros de Linares pintaron la noche de un tono
rnuy folklórico el sábado, cuando se presentaron en el patio del
Museo de Historia Regional.

Los rescatistas de la música popular del sur del Estado, actua-


ron ante unas 70 personas, unas que Ilegaron porque ya habían
planeado asistir, y otras porque fueron "jaladas" al lugar por el
ritmo sabrosón de la tambora.

"Viva Linares" fue el primer tema que ofrecieron Los Tam-


borileros, Iuego de la presentación a cargo de Rolando Guzmán,
titular de la Dirección Estatal de Museos.

Los clarinetistas José Hinojosa Lerma y Adrián González


Avendaño, y el tamborista Pedro Hinojosa Lerma, inmediata-
mente envolvieron con su música al heterogéneo público que in-
cluía niños, jóvenes y ancianos, mujeres y hombres.

El túo continuó con "Como me las pongan brinco", que sirvi(r


para que una niña, de entre los asistentes, subiera a bailar al estrackr.

* Artículo periodístico de la Seccirin Cultural del periódico El N¡¡t tt, tlt'l rlrrr
2 I de mayo dc I9i)O

(rl
Una especie dc vals conocido como "La Paiarera" siguió. y Luego' aunque 'sus intetpretaciones
son gercr¿rlllrcrrrc irsrrrr
ya para entonces el sonido lejano de un grupo musical que actua- mentares, er crarinetisfa Gonzárez
Avendaño y er tarnb.r.isf rr ,i
ba en los bajos de la Presidencia Municipal se filtraba hasta el nojosa Lerma, cantaron una
merodía ,amada ,.La presunrirr.,,.
patio del Museo.
Re.sultó obvio que son mejores
con sus instrumentos quL: c()ll
y
Los Tamborileros no se inmutaron prosiguieron con sus sus voces, pero esa parte der
espectácuro sirvió para irust*r.¿r
r«rs
nlelodías típicas, que tocadas con sólo tres instrumentos, eran presentes sobre las letras
de las canciones de antes.
tan o más bailables, que aquellas de moda que interpretaban a
menos de 500 metros. "La Rierera", un chotís titurado "EI
Revorcadero,, y er tracri-
cional huapango "Er sinaloense",
formaron parte der repertori.
El cl¿rrinetista Hinojosa Lerma -hermano del tamborista- se de Los Tamborileros, originarios
del poblaclo de Villa Seca, en
dirigía a la ¿rudiencia para hacer, entre c¿rnción y canción, alguna el rnunicipio de Linares.
expl icación o comenlario.
Como sólo habían transcumido
40 minutos cle música, el pú_
Dijo que las "selecciones" que interpret¿rban eran lo que se blico se sorprendióun.poco ante
ra irrupción de un empreado
bailaba en su tierra por allír por 1940, pero que son canciones Museo que anunció er finar cJel
der programa tras Ia interpretación
que ya existían desde hace mucho tiempo antes. de "Los Tecolotes,'.

"Nosabemos dónde nació", contestó a un joven del público Pareció que Los Tamborireros
se quedaron con ra^s ganas
que preguntó sobre el origen de su música. "Pero yo conocí a un guir tocando, o al menos, de de .se-
despedirse ellos mismos del
hombre del año del siglo pasado qLre ya tocaba eso, luego lo si- público.
guieron tocando sus hijos y luego nosotros".

También comentó que en otras épocas, cuando los medios de


comunicación no eran tan eficientes como hoy, las fiestas se
anunciaban "a tamborazos".

"Surbían a los músicos a las lomas y a los cerros, y ahí los ponían
a tocar", contó. "La tambora se alcanzaba a oir en muchos lugar:s, y
así, todos sabían que liabía fiesta; así eran las invitaciones".

Durante una redova llamada "Las Urracas", el tamborista


ofreció un solo que [e permitió mostrar su destreza de manos.

62
63
A punta de tamborazos

Andrés Montes de Oca [-cll

A conliuuación presentamos una entrevista realizada a don


A¡or¿ y don Pedro Hinojosa Lerma, n-rejor conocidos como
"Los Tamborileros de Linares".

José: La tarnbora es típica dc Nuevo León. exactamente de


Linares.

Pedro: Nuestra tambora es más pequeña que Ia de otros estados,


como la de Sinaloa: esa es rnás grande y se golpea por los dos lados.
Fue don Dolores Cuevas, del Municipio de Linares --este señor
vivía en la Purísima de Conchas- que me enseñó a hacerla.

José: Más bien, nos dio la primera tambora; el scrjor ya csta-


ba muy viejito.

Pedro: L,a tambora viene dcl siglo pasacl() y sc hacc, bueno, sc


hacía con rnadera de encino; sc c()rta clcl tronco. sc lc c¡uita la parte
de adentro; da un sonido muy espercial (luc n() clan las cle ahora"

José: Así es, uhora se hace con triplay de rloble fondot dan
buen sonido, pero no, no es igual. trl clarinete es un instrumento

* Extraídr¡ de la re'vista Mt¡tttetttu¡ / Metttoriu

6-5
que viene de Francia y de Japón. Estos también son de madera. zaron a tirar balazos; nos subimos rápido a un camión clc
¡xrsrrjc.
Los que nosotros traemos son originales. Ahora los hacen de y salimos de ahí bien asustados.
pasta. Esos no sirven, aunque hay unos americanos que salen
buenos. Es raro encontrar uno así. José: Es que antes las bodas duraban varios días. Nos toc(i
una donde fueron tres días, toque y toquel sólo parábamos
¿r rr.r-
Pedro: Aprendimos a tocar con los señores Prado. Ellos nos mir y comer un poco.
iniciaron en la música. Allá por la época de la Revolución esca-
seaba mucho el maíz; cuando llegaban las carretas cargadas, co- Pedro: Algo que nos preocupaba era que la tradición de los
mo a eso de la media noche, se ponían a tocar de puritito gusto tamborileros de Linares desapareciera.
estos señores Prado.
José: Así es, pero hace poco dimos un curso de seis meses ¿r
José: Nos iniciamos por el año de 1942. Siempre hemos sido más de 20 alumnos; les enseñamos a tocar los clarinetes y la
tres. Adrián González Abeldaño. el segunclo clarinete, tiene poco tambora, al igual que a hacerla.
con lrosotros.
Pedro: También tomaron el curso varias mujeres.
Pedro: Unos cinco años.
José: Ahora hay como siete grupos, algunos integrados por
José: Hemos ido a tocar a Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, chamaquitos de l5 años que le pegan sabroso a la tambora.
Chicago, y a fronteras de México.
Pedro: Para tocar se requiere de disciplina. Si uno empieza a
Pedro: Somos orgullosamente linarenses, y donde quiera que tomar, ya valió; es una lástima que la juventud se pierda cuando
vamos, lo pregonamos con nuestra música. En la Plaza de Villa hay tantas cosas bonitas por hacer. Nuestra tambora es una de
Seca, hay una placa que nos hicieron en un homenaje. ellas.

José: Hemos participado en radio y televisión. Me acuerdo José: Somos muy disciplinados. De testigo están nuestros
muy bien que en 1953 fuimos a la Ciudad de México para tocar clientes, que nos contratan constantemente.
en la Hora Nacional. El programa era en vivo, ensayamos cinco
horas para tan sólo tocar un minuto y treinta y seis segundos. Pedro: Nos gusta mucho acompañar a grupos de Danza Folk-
lórica, Ios bailes de nuestra región -que es muy rica -no sólo en
Pedro: ¿Recuerdas José, la vez que fuimos a un baile a Ta- música, sino en comidas, ropa y otras cosas.
rnaulipas? ¡La gente estaba rete contenta con nosotros... baile y
baile!, que cuando ya nos veníamos, se pusieron bravos y empe- José: Vamos a seguir tocando hasta que el cuerpo ¿lguantr:.
Se tiene que llegar el final.

66
Pedro: Como Don Antonio Tanguma, que a sus ochenta y IV. La despedida
tantos años todavía andaba tocando.

p to un diez de mayo. Cuanto dolor en el ambiente y tan frío


)-ttu cuerpo pequeño, amigo Pedro. Por la mañana yo ya venía
rumbo a Linares por la carretera nacional, y la noticia del duelo
por tu muerte la escuché a través de Ia Radio Naranjera y rnás
adelante por Radio Gobierno.

-Se murió Pedro Hinojosa, lo trajeron ayer a Monterrey


"arreglado" y todo, la gente que quiera verlo en su atáud puecle
hacerlo en el Teatro de la Ciudad. F(ate nada más, que hubieran
pensado los catrines del Casino si te hubieras muerto hace 30
años con un homenaje así.

Yo seguía manejando por la carretera y a la altura de "Los Pi-


nos" paré la camioneta para refrescarme con un juguito de na-
ranja. Allí no se hablaba de otra cos¿r nrás dc que te habías muer-
to. Finalmente llegué al Teatro donde ya estaba organizándolo
todo uno de tus máximos promotores: Manuel Peña Doria.

Eran las diez de la mañana y aún no llegaba tu ataúd, me


acerqué a platicar con Manuel y él -ya sabes cómo se las gasta-,
me encargó organizar las guardias en tu honor y no sólo eso,
talnbién me pidió presentarlo a é1, entre otras personas que ya te-
nían un escrito preparado para leer sobre tu partida.

68 69
Lo recuerdo todo como si lo estuviera viviendo en este mts- Corrido de Don Pedro Hinojosa
mo momento. Flores en el escenario y teniendo como marco el
magnífico telón en el que hace muchos años alguien plasmó la Letra y música de Jorge Luis Gárate Morales
fundación de San Felipe de Linares. En el público había mucha
gente, de esa gente que convivió contigo. Gente humilde que es-
peraba tus restos mortales para despedirlos con dignidad. Tu Mayo l0de 1995
cuerpo llegó en un ataúd gris acero con alforjas doradas, fue de-
positado en medio del escenario y en su base colocaron la últinra
tambora que usaste. La última tambora del último tamborilero
diría yo. Junto al ataúd estaban José y tu sobrino Adrián. José de Año del noventt y cinco
traje azul oscuro, con corbata y pisacorbata. queédiez de mayo ktn triste
tú mi querido Linares
Nunca lo había visto triste. Adrián acompañado de otro clari- un hijo grande perdiste
netista y un tamborilero interpretaron canciones plañidera pero murió don Pedro Hinojosa
también te dedicaron la de "Viva Linares". per0 su música existe.

Manuel Peña Doria habló sobre ti, algo muy bonito que luego le La tantbora _\a no se oye
pedimos para publicarlo en este libro. Montamos guardia junto a tu ya murió el tamborilero
ataúd las gentes que te admiramos. Pero hubo una acción inesperada allá en San Julián hay luto
de la persona que menos imaginé que le puso el acento especial a la y en todo México entero
ceremonia luctuosa. Jorye Luis Gárate Morales a quien muchos til- tumbién en otros países
dan de loco pero que la verdad es un excelente ser humano, me pi- porque ya murió don Pedro.
dió que anunciara que é1 iba a cantar un corrido de su inspiración.
Alguien se dio cuenta y me dijo que ni se me ocurriera, que iba a ser Los hermanos Hino.josa
una barbaridad. Hice caso omiso y presenté a Gárate. El hornbre llo- de San Julián son nativos
ró emocionado al cantar tu corido, así como muchos de los que allí su música es muy famosa
estábamos incluyendo a Andrés Montes de Oca que me había y ellos son muy conr,¡cidos
acompañado para despedirte. en Rusia, Japóny España
y allá en Estados Unidos.
Ah que don Pedro. a punto estuviste de celebrar con Pepe 53
ruños de vida artística. Quien iba a pensar que justo en el aniver- (estribillo)
slrrio tc estaríamos enterrando. Como quiera que .sea te voy a
"l)()ncr tu corrido para que lo escuches desde allá.

10 71
Que Íoquen Viva Linares Murió don Pedro Hinojosa.
pa'sepultar a don Petlro
que Lo,s Pendientes no acaben
porque queda en. el recuertlo
esa nuisica faru grande
Edrnundo Delbéz
lu rJe los tamborileros'.

50 años de tu vida
tt lu música entregaste
nos llenaste de alegría T T,, día antes dc cclebral cste l() tlc rneyo su anivers:.rrio de
plr eso hoy quiero canttrte L,/ creacion corno grupo en 1912,los populares Tamborileros
tuttqtte se0 e,'t tu despedidu de Linares perdieron a uno de sus pilares, a quien el Municipio,
¿r través de sr,r cabildo, le rindió un homena.je ayer en el Teatro
u José te adelantaste.
cle aquella ciudad.

T'u hennano José te llora


y más tu esposa v tus hiios A don José y don Pedro todavía les tocó de chamacos presenciar

tt¡do tu ptrebltt te uñoru aquella vieja traclición de llevar en la carreta, tras una proccsitin de
porque .fuiste un hombre J'ino nrúsica, el último rnaíz o la última caña levantada cn la cosccha.
wt mú.sico consagrado
¡,aruig,o entre los amigos. Atraídos por el compás cocore¿lnte clel cl¿rrinctc y cl golpe
franco, rítmico y vigoroscl de la tanrbor¿r, sc accrc¿tran a ver,
junto a su hermano lriayor'. Emctcrio. ac¡ucl.iolgorio.

"Hazte a un lado nruchacho". lc rlccía a los niños.

Además de esa costumbre, cad¿r l2 de marzo se hacía la fiesta


en el ejido para celebrar la dotacirin de tierras del año 37.

Eran los 30, en la hacienila de Dolores y San Julián, munlcr-


pio de Linares, donde los hcnnanos Hinojosa Lerma, pequeños

* Artículo tomado de la Sccci<irr dc Artc y Cultura del periódico El Diurio


de Monterrat'dc'l día I I dc nrayo dc 1995.

'73
12
Manuel a sembrar naíz' frrjol
y José con apenas 2l
años cumplidos y Pedro con 16, aconlpa-
labriegos, ayudaban a su padre ñados de Rogelio Reyes, del ejido Cerro Prieto, iniciaron su c¿r-
cañade azúcar. rrera como grupo musical en una función dedicada a las madres,
nació el 24 de el l0 de mayo de 1942.
José dice que es de la primavera, Pues
marzo de 1921, mientras Pe¿ro
vio la Primera luz cinco
En esos años sólo había grupos musicales integrados por dos
años desPués. clarinetes y tambora que había dado origen a la llamada "tambo-
her- ra o tamborileros".
y el gusto por la música de los
Quienes atraían el interés
Valente y Emet'erio' hijos de
manos Hinojosa, eran los Piado' De esta forman, los Hinojosa se convirtieron en uno de los
a ejecutar aquella. sencilla
don Mónico, quien había aprenditlo más claros exponentes de esta tradición musical, eminentemente
primeros grupos típicos que
combinación instrumental Át los rural en sus orígenes.
aparecieron en Nuevo León
por 1870' en las fiestas de Linares'
de Hualahuises' en julio y las
que se celebraban en febrero; las "Yo la conocí en el campo", dice don José.
de Villaseca en agosto'

el mayor de los herma- Los Hinojosa comenzaron a tocar algunas danzas muy antiguas
Debido a esta influencia' Emeterio' que aprendieron de Los Prado como, "El jarabe", "El corriente",
nos, fue el primero en dedicarse
a la música y el primero en
"Las redovas", "Las trgs retamas", "Las urracas" y "El gusto".
labor'
abandonarla para seguir trabajando'la

Dor eso' desea- Luego se llegaron las flestas de Villaseca que se anunciaban con
José traía la música de nacimiento -dice-' anticipación con la tambora y el clarinete, para invitar a toda la gente.
don.que poseía' le era posible
ba aprender a tocar, y dado ese
era cuestión de ex-
dominar cualquier in"'u*"nto; lo demás' Los Hinojosa estaban prestos cada día de San Ignacio, al cul-
periencia. minar el novenario, para tocar hasta el amanecer, en honor del
Cristo de Villaseca. un repertorio de redovas y huapangos.
acuerdo en que los hijos menores'
Sus padres estuvieron muy de
se dedicaran a la música'
de los cinco que formaban la familia' La costumbre era tocar en bailes, casamientos, 15 años y bauti-
zos; por eso recorrían ranchos y ejidos del municipio como Santa
a tocar' sino que les vendie-
Los Prado no sólo les enseñaron Ana, Naranjo, El Carmen, Los Sada, La Pomona y Jesús María.
clarinete de siete llaves le cos-
ron sus primeros instrumentos' El
seis pesos; pero des-
tó 20 pesos, y la tambora de dos cueros' En las bodas, se arrimaban desde un viernes por la mañana a
con m¿rdera de sabino y cuero
pués, Pedro aprendió a fabricarlos recibir a los novios a las afueras del rancho y tocaban sin p:rritr
de cabra, pero de cabra
joven' no vieja' explicaba él' porque el
hasta el domingo s¿rliendo el sol.
cLlero estaba espinado y golpeado'

75
'74
La resistencia se explicaba en el hecho de que "estábamos Ninguno de los hijos de los Hinojosa quiso seguir el cami-
nuevccitos", expresa sonriendo don José. no de la música. l{oy, don José y don Pedro, bajitos de esta-
tura, cachetes rosados y pelo blanco, a sus 72 y 69 años de
La música les demandó cada vez más tiempo, así que decidie- edad respectivamente, dicen que el trabajo en estos 53 años
ron dejar el ejido en 1950 y pasar la tierra a los sobrinos. no ha sido fácil.

Pese a que el acordeón, con sus polkas en manos de Antonio Las fiestas de Villaseca desaparecieron y la tradición dan-
Tanguma y Los Montañeses del Alamo ganó terreno, los Tam- cística que históricamente la acompañaba está casi totalmente
borileros continuaron y su fama trascendió el municipio, el esta- acabada.
do y el país.
Por esta razón.l¿r trascendencia de los hermanos Hinojosa al
Para todos los candidatos del PRI a la Presidencia de la Repú- mantener viva a estas alturas la parte musical, se incrementa,
blica, desde Miguel Alemán, hasta Carlos Salinas, han tocado. aunque con la modestia y sencillez de la gente de campo, no se
declaran los únicos ni los mejores.
"No porque seamos muy buenos, sino porque somos casi los
únicos que nos dedicamos a esto". -¿Piensan seguir tocando hasta donde les sea posible'/

Han viajado a ciudades como Los Angeles, Chicago, todo "Yo -expresa don José que mantiene en el regazo un clari-
Centro y Sudamérica; han recorrido todos los puertos mexicanos nete negro de pasta- le he dicho a mis hijos cuando me dicen;
como Acapulco, Mazatlán, Cancún y Nayarit. nombre, no ap'a, ya deje eso, ya no ande tocando; va a ser
muy fácil, cuando ya no nos ocupen... pero si Dios nos deja,
FIan realizado siete grabaciones en su carrera y podrían ser seguiremos tocando".
más, pero se muestran algo desanimados en aceptar la invitación
de "Los Plebeyos" para grabar dos o tres veces al año.

"Es muy duro, hay que prepararse por un mes y si algo sale
mal -lleva sus manos a la boca simulando tocar el clarinete- hay
que repetirlo... yo no quiero".

Rogelio Reyes, como segundo clarinete, estuvo con ellos has-


ta 1962, año en que entró Emilio Marín, quien permaneció hasta
1982, siendo substituido por un sobrino, Adrián Treviño Aven-
daño.

76 71
Descanse en paz Don Pedro

Carlos Gómez

ajo de estatura, moreno y delgado, don Pedro Hinojosa Ler-


ma paseaba su figura ejecutando la tambora; cuerpo redon-
do de madera y cuero que contrastaba con el suyo. Su voz era
agr,rda y en la expresión de slr rostro destacaba una sonrisa am-
plia, rnuy arnplia. Sencillo y servicial. tenía una gran habilidad
para improvisar versos y para hacer amigos.

De Dolores San Julián a Villaseca. Linares, Pedro y su her-


mano José recorrieron España, la que fuera Unión Soviética, Ja-
pón y Estados Unidos de Norteamérica.

Regalaron "Los pendientes", "La presumida", "El corriente",


"Viva Linares", "El gusto" y otros temas, no sólo a mandatarios
mexicanos y norteamericanos; fundamentalmente a la gente sim-
ple de la región citrícola de Nuevo León.

Desde 1945 estuvieron prcsentes en levantantientos de cosechas,


chiva enterada, chiva colgada, paseo del gallo, bautizos, bodas, se-
pelios y hasta en el casino, donde hace apenas 20 años la música de
los Tamborileros era considerada como música de baja categoría.

* Artículo tomado de la Sección Cultural del pcriódico El Norte del día u


de mayo de 1995.
Sin embargo, ha sido Villaseca la plataforma natural
de los La tambora ya no se oye
huapangos, polkas y redovas linarenses
que se sigr'ren conjugan-
clo con los pasos efusivos de los lugareños'

programa
Aún recuerdo que en agosto de 1984' grabando un Benjamín Valencia Frieventh
que estaban
de televisión. al percatarse los vecinos de Villaseca
espontánea-
tocando "Los Tamborileros de Linares", salieron
el polvo con
mente a bailar, hinchando la espalda y levantando
la energía de su taconeo.
6 (Lu tambora ya no se oyc, ya murió el tamborilero. Allá en
San Julián hay luto. y en todo Méxict-r entero, tanibién en
Y ahí estaba don Pedrito, como una extensión de la práctica otros países, porqLle ya murió don Pedro" canta el "Corrido de
a Marcos "La
casi bicentenaria de tocar la tambora' sucediendo don Pedro Hinojosa".
a "Los Prado"'
Picota", Andrés "Palos" Marín, a clon Amaclor y
que tuvieron gran auge en los años veinte' Apenas ayer por la mañana escribió la letra y música Jorgc Luis
Gárate Morales, "El Cueruo", "como me decía don Pedrito. QLrería
lo iba a. suce*
Hoy Pedro "El Tamborilero" ha muerto' ¿'Quién que se lo escribiera en vida, me dijo, pero no me dio tiernpti'.
La comunidad y
der después de 50 años de entrega maravillosa?
con urgen-
los responsables de la cultura institucional' debemos Pedro Hinojosa Lema, de los Tamborileros dc Linares, murió el
cia encontrar Llna respuesta' maÍes por la noche. Con una tambora y dos clarinetes interpretaron
la música de antaño y popr.rlzrr de Linarcs viajando por el mundo.
por el momento recordemos un fragmento del huapango "El
está gustando'
Gusto": "Del gusto nace el gllsto, y del gusto me "Que toquen viva Linares. p'a sepultar a don Pedrcr". dice otra
quedando"'
que para darle gusto al gusto, sin gusto me estoy parte del cor:rido. Ayer fue su despedida. De la capilla donde estaba
siendo velado fue alTeatro de la Ciudad donde su gente le rindió un
Y nos quedamos sin el gusto de tener a Pedro'
último homenaje. Luego la misa y la cristrana sepultura.

Descanse en paz el tamborilero feliz' Gran parle de la concurrencia, unas 300 personas, lloró cuan-
do los herederos de sus enseñanzas tocaron "Viva Linares", des-
pués "Las Golondrinas".

* Artículo tomado de la Sección Cultural dcl periódico El Porvenir del día


I 1 de mayo de 199-5.

¡Jl
80
Ahí estaban sus familiares, esposa e hijos; su hermano José, "Ibamos en esos años, o todavía el que quiere, a cncor)tr.ir. ,o
compañero de la música de toda la vida, y Adrián González, otro via en una tartana de dos ruedas jalada por un caballo. Mi lrcr
de los músicos. mano iba viendo hacia un lado y nosotros hacia el otro; ór.tnros
muy jóvenes.
"Me retiraré, cuando nuestra gente ya no nos aprecie o ya no
podiimos. "Una persona, de puro gusto, tiró un balazo al aire y el caba_
llo se asustó. Mi hermano cayó arriba de la tambora. pero des-
La vida, todos sabemos, llega a su fin. Puedo continuar por el pués vino lo mejor. Se levantó, y lo que hizo, fue quitarse la faji-
valor que tengo y porque me gllsta la música. lla y amarrársela al otro pitero y dr¡o: "Ahora sí, que tiren los ti-
ros que quieran". ¡Pues cómo no! EI otro compañero pesaba
"Pero lo que ya se acabó, se acabó. Es fá:il decir soy el mismo, unos 120 kilos. Cuándo lo iban a tirar".
pero no señor. Para mí, esto, se acabó. Podré tener muchos compa-
ñeros que me acompañen, pero sin mi hemano...". expresa. Realizaron muchas giras para presentar su música, sobre todo
en la década de los 60 y grabaron ocho discos, mencionó.
José Hinojosa Lerma recordó que junto con su hermano Pe-
dro aprendió a tocar con sus maestros Emeterio y Valente Prado. "Fuimos a muchas partes de la República Mexicana; y de Es_
tados Unidos, a Chicago, San Antonio, Houston, Galveston. ya
"Eran muy buenos; tlos enseñaron a tocar de puro oído y así cuando íbamos era porque nos estaban esperando, así de plano.
aprendimos las composiciones y ritmos como huapango, chotís,
redovas y polkas. "Tuvimos Ia oportunidad de estar en una película dirigida por
Luis Aguilar, no recuerdo el nombre. La mujer que íbamos bus-
"Luego aprendimos a interpretar la mirsica de tambor. aunque cando nosotros la teníamos en un baile. Todo entonces era muy
no igual que ellos. Pusimos mucho empeño hasta llegar a com- bonito", comentó.
prender lo que ellos habían dejado. La múrsica que tocamos eran
melodías de ellos y gustó bastante", comentó. "Que Ios pendientes no se acaben, porque queda en el recuer_
do, esa música tan grande, la de los Tamborileros,,, entona el co-
Tocar la tambora, afirmó, es un arte. "P¿rra llevar una emo- rrido de don Pedro.
ción, dabas tus toques y hacías que la gente volteara a verte y
volvíamos a repetir mucha canciones porque le gustaba la tam-
bora", expresó.

José Hinojosa recordó una anécdota que vivió con su herma-


no Pedro.

83
Réquiem para Pedro el Tamborilero.

Manuel José Peña Doria

migos todos, hoy hacemos un alto en el camino para parti-


cipar en esta ceremonia luctuosa. Despedimos a nuestro
amigo PEDRO HINOJOSA LERMA, y en cierta medida, deci-
mos adiós a toda una época; época-tiempo que se enraiza en las
profundidades de esta tierra nuestra, sentimiento que emerge de
la entraña popular convertida en verso, en música y en canción.
Pedro, el'poeta de la tambora, ha muerto; Pedro, el mágico en-
cantador de ánimas perdidas que emergen del pasado; Pedro, el
que al son de su ruidosa y rítmica tambora recorría espacios que
conducen a las antiguas haciendas de molienda y rnadrugador
alabado. El de las letanías sin fin en su Dolores y San Julián y
también el de la fiesta ancestral tambora y clarinete; los caballos,
los gallos y la chiva, la baraja campirana; el padrino, la boda, los
panaderos; pasión que estalla y se convierte en grito y a veces en
sangre y muerte, para que de la tragedianazca el corrido.

Pedro, el de mirar que esconde añoranzas cargadas de recuer-


dos y ensueños. Pedro, el heredero de Marcos "La Picota" de
Marín, de Andrés Palos, de don Amador, el de la danza sin fin,
el de la ingenua canción campirana; La Presumida, Los Pendien-

* Texto leído frente al ataúd de Pcdro Hino.iosa, en el Teatro de la Ciudad


de Linares.

u5
tes, los versos para pasearel gallo, Viva Linares, y El Corriente,
para que luzca como debe ser la tambora.
'A la gente le gusta bastante la tambora'*

"Pedro, testigo fiel del tiempo y la alcgría ajena' el trovador


de cantina y gran salón, el de la plaza y cl de gran teatro, tam-
bién Pedro el peregrino que emigra de su lugar; su querencia. y Héctor MazaMoreno
pasea con José su hernrano, el arte tan nuestro por todas partes
del mundo y será siempre Pedro el bueno, callado, paciente y
sencillo, como renuevo permanente de su natal Dolores y San
Julián, su persona, su forma de sentir, ligada a su solar' de ese u hermano Pedro, con quien compartió 53 años la misión de
barro áspero y polvoriento, se moldeó de esa tierra paciente que preservar la música popular de la tambora, falleció el año
espera algo mejor para el porvenir. Ese fue Pedro". pasado, y ni sus tres hijos ni los cuatro de su hermano desean
continuar con la tradición entonces reconsideró su decisión de
retirarse, para que "Los tamborileros de Linares" siguieran en el
I

y
¿Qué sería la historia, la tradición y la leyenda, si José Pe- l

dro no se consagran al rescate del sentimiento popular, si no hu- gusto de la comunidad.


bieran tomado el relevo generacional, sino sobreviven para con-
Don José Hinojosa, figura de baja estatura, rostro bona- i

tarnos la historia? ¿Quién nos la contará ahora?


chón, ojos -aunque sesgados hacia abajo- alegres y piel dora-
Esa historia de haciendas, caminos reales, de la tragedia agra- da por el sol que lo ha visto tocar su clarinete en plazas o fes-
rista, legendarios bandidos alzados contra el gobierno y la acor- tejos familiares, presentó ayer las cinco tamboras con que se
dada, de los días de fiesta y de guardar, el mundo de los mayo- comprometió al otorgársele el apoyo del programa PACMYC
res, con sus corridos, huapangos y antiguas polkas su sobre todo para cultura popular.
Pedro y José, los originales y míticos tamborileros de San Julián
que nos narran la Villaseca de ayer, con sus gentes, sus creen- "La gente, y más a los jóvenes, en Linares les gusta bastante
cias, sus sentimientos, su canción y su danza. la tambora para bodas, despedidas de soltero; les gusta e invitan
a sus amistades. Hemos estado casi en la mayor parte de los lien-
Por eso sólo admitimos que Pedro se aleja en lo humano. Su zos de Monterrey y en Monclova, hemos estado en Congresos
espíritu siempre prevalecerá. Porque escrito está que "polvo que Charros en Ciudad Victoria, ellos ponen su mariachi pero nos in-
canta no vuelve al polvo, tiene toque de eternidad". cluyen en el programa".

Gracias por tu vida, hasta siempre Pedro'


* Texto tomado del a Sección Cultural del periódico El Pon,enir de agosto
Linares Nuevo León, l0 de mayo de 1995. de 1995.

86 87
El músico linarense afirmó que en Monterrey la música de En los últimos años los hermanos Hinojosa pensaron en cl rc-
tambora es tan conocida como en Linares, han tocaclo en el Casi- tiro: "platicamos mi hermano y yo decíamos que nos encontrír-
no Monterrey, en el Hotel Ramada Inn y el Club de Leones. bamos satisfechos. Pensábamos que era tiempo. que el que Dios
nos 'haiga' deiado y haber conocido a tanta gente; incluso rnis
"En los últimos años, han habido más grupos. En Linares hay hijos me dicen: 'apá'deje eso, y yo les contesto: está muy fácil;
como cuatro, y otro señor que no es que lo haga como un nego- cuando ya esa gente ya no me ocupe, pues hitsta allí".
cio sino que está interesado y tiene el amor de hacer tamboras,
que se llama Leopoldo Marín".

El dueto de "Los hermanos Hinojosa" comenzó un l0 de ma-


yo de 1942. La música nace del corazón -como dice don José- y
a él y a su hermano les gustaba la música de tambora desde que
eran niños de l0 ó 12 años.

En 1940, su padre escuchó una plática de cómo se animaban


y decidió compr¿rr instrumentos y llevarlos a que alguien les en-
señara a toc¿rrlos y dos años después los invitaban para fiestas
sólo eran Pedro y José, con la tambora y el clarinete.

"No nos dedicábamos a este oficio. Llegamos a ser ejidatarios


en el ejido de San Julián, trabajábamos nuestras parcelas y los
sábados y los domingos no faltaba quien nos ocupara, hasta que
fueron gentes que se fueron preocupando y oyendo que nosotros
tocábamos y ellos mismos fueron trayéndonos a Linares, allí nos
conocié más gente y el profesor Daniel Andrade, en 1953, nos
dio la oportunidad de vernir acá".

Nació un grupo, "Los montañeses del Alamo", en los años


50, y el dueto de "Los hermanos Hinojosa" agregó un clarinete,
el de su sobrino Adrián González, y se llamó desde entonces
"Los tamborileros de Linares".

88 ¡J9
V. La tambora por dentro y por fuera

resulta que nuestro amigo Andrés Montes de Oca, -el niño


\Z
I terrible de Ia dramaturgia neoleonesa- junto a sus Gatos de
Azotea convenció al callado de tu hermano José para pedir una
beca del PACMYC, para comprometerse a rcalizar una investiga-
ción de campo sobre cómo se elabora una tambora típica de Li-
nares. Así que como tan pronto don José ganó la beca, Andrés le
consiguió fotógrafo y hasta coordinador general para desarrollar
los trabajos.

Te habrás dado cuenta que José estuvo muy entusiasmacl<r


con eso de dar a conocer la tambora por dentro y por fucra, y
también de cómo batalló para conseguir una cabrita sin mácula
para poder "alisar" el más fuerte de los cLreros y así lograr nrr'i()-
res resultados.

Para los efectos finales allí estuvo Libia Zulema Fernández y


su cámara, y naturalmente Andrés, demostrando sin intentar des-
lumbrar, que es un amigo leal (como su segundo apellido).

Tango un cuñado originario de Sonora que al saber de mi in-


terés por Ia tambora me preguntó como dudando ¿A poco hay
tambora en Nuevo León? Sí, le dije, no tan grande como las ta-
rahumaras, pero con un sonido sonoro y compacto.

91
Conversando con el Maestro Desiderio Hernández Xochitiot-
zin cronista de la ciudad de Tlaxcala, encontramos que la tambo-
ra está ligada al tambor de guerra español que fue adaptándose y
EreroRACróx
que quizá los clarinetes con los que se acompaña la tambora li-
narense se asemejan por ser instrumentos de aliento a las anti-
DE LA
guas chirimías. TAMBORA
Esta reconversión que denota mestizaje y mexicanidad es vi- TÍplcA DE Lrxenps
sible en el Códice Florentino en el que se observa a españoles
utilizar la chirimía y sus tambores de guerra. Posteriormente es-
tos tambores pudieron mestizarse con el huehuétl y el teponaxtle
y dar como resultado a la tambora. La chirimía -por qué no pen- José Hinojosa Lerma
sarlo- daría paso al empleo del clarinete. Lo que significaría que
la tambora tuvo sus raíces en el enlace de los tlaxcaltecas v los
españoles.

Fotografía: Libia Zulema Fernírnclez Alanís

Investigación: Andrés Montes de Oca Leal

Coord. general: Lic. Carlos GóntezFlores

Producción: Grupo Cultural Gatos de Azotea

Trabajo realizado con Beca a clon José Hinojosa Lerma otorgada


por PACMyC cn su programa para 199-5.

92
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El cucro dcbc ser de cabrita "sin pecar" para que no se raje.

95
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1?

Mesa de trabajo de don José Hinojosa Lerma.

h,l cuero se debe remojar y rociar cal sobre él para quitar el pelo
.fácilmente, pero debe hacerse con cuidado y contar seis horas
cn este proceso, de lo contrario, se puede "picar" el cuero'
97
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Unión del vaso, espina dorsal de la tambora. Los temas de las L¿r tunrhor.¿r vicnc clel siglo pasado y se hace, bueno, se hacía
canciones que se interpretan con tambora son en su mayoría pi- con rrtlrrlt'Ilr rk' lrol]¿rl, sc corta del tronco, se le quita la parte de
carescos. ¿rtlcrrlro. tllr r¡lr sollirlo cspecial que no dan las de ahora.

98 99
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Para tocar se requiere de disciplina, si uno empieza a tomar, ya


Antes el vaso de la tambora se hacía con madera de
vctlió, es una lástima que la juventud se pierda cuando hay tap-
sabino verde, ahora se usa triplay.
tas cosas bonitas por hacer, nuestra tambora es una de ellas.
Don Pedro Hinojosa (q.e'P.d.)

100
101
El triplay del vaso de la tambora Mi hermano Pedro compró en 1948 su primera tambora en
se debe pintar para protegerlo. 20 pesos, pero cuando nos casamos la dejamos,
porque a nuestras mujeres no les gustaba.

102 t0l
"#
dy

Los aros se hacen con madera de nogal. Para domar el vaso y los aros utilizo tlll i,,,, ,' ;,rr. lUe
mandé hacer especialmenl.c lrirt ir I

104
r05
Se debe cuidar que los aros no tengan nudos
Armado y pulido de los aros interiores que
para que no se rompan.
se usan para ajustar el cuero.

r07
t06
r ¡olores Cuevas,
del municipio de Linares, Nuestra tambora es más pequeña que la de otros estados, como
ió a mi hermano Pedro a hacer la tambora. la de Sinaloa; esa es más grande y se golpea por los dos lados.
La música de la tambora se usa en bodas Nos ha tocado tocar para casarlos y nos
ha tocadr' 1: rc;r; p¿¡u sepultarlos.
quince años, coleaderos y funerales.

il0
Se requieren dos cueros de cabra debidamente curtidos, se
ajustan a los aros interiores y se colocan bajo los aros externos.

¡,- i i .',

il3
Los aros exteriores se perforan para Los bolio's para ejecutar la tambora se hacen
de madera de chapote.
colocar el hilo que une las piezas.

il5
Un bolio es grueso en forma de rombo
y el otro bolio es más delgado.

Al estar armada la tambora se ajusta


para afinarla y poclcr tocarla.

il(. lt7
Terminada la tambora es usada inmediatamente,
se acompaña con dos clarinetes. Aprendimos a tocar con los scrlorcs I)r'¿rrlo. E,llos nos iniciaron
en eso de la música. Allá pol lir í'¡roca de la Revolución,
escaseaba mucho el maíz: t:uiurrlo Ilegaban las carretas
cargadas como a eso clc lu r¡rcrli;r noche, se ponían
a tocar de puritito guslo csos señores.

I18
está muy
Mis hijos me dicen: 'apá deje eso, y yo les contesto:
fácil,cuando ya esa gente ya no me ocupe' pues hasta
allí'

L¿rvida, todos sabemos, llega a su fin. Puedo conti¡ruar oir el va-


lor que ten¡ro y porquc me sust¿r la música,. Pochó (crrcr muchos
compañeros cluc nrc aconrpañen, pero sin rrri he rrn¿lno...
t2l
[0
Armado del aro interior de la tambora.
Xardiel Padilla, músico y periodista conociendo
Casa del Campesino, 1996.
los secretos de la tambora linarerlse.

t22 123
Viccrrtc Me.jía, clirector del grupo de
música Don José hace entrega de una tambora para el
lirlklti'ic¿r "t:l rigre" de Ia uANL ejecutando
ra tambora. Museo de Culturas Populares. la recibe el
Lic. Fernando Leal Velazco, Director del Museo.

124
t25
Y se inició el mitote...
Don José entrega a Hilda Tanguma una tambora
para el proyecto pro-estatua a don
Antonio Tanguma "El rey del acordeón"

t21
126
}L.

VI. La tambora como reconocimiento

p n Linares la gente es muy propia; con lo que no quiero decir


I-rque los linarenses son abundantes en propiedades (como lo
referían en Hualahuises), sino más bien tienen mucha propiedad
en el vivir. Hay solemnidad en el trato y en los contratos y hasta
para contar chismes adoptan una postura educada que sólo se
pierde cuando se baila al ritmo de la tambora.

Todos sabemos que todavía a principios del siglo XX había


bailes de primera, segunda y tercera.

Los de primera eran en el casino; los de segunda sobre


manta o tela gruesa, y los de tercera, pues sobre piso de tie-
rra. Los más alegres eran los de tercera. Allí se hizo famosa
Petra "La Colorada", más por su estilo de danzar, que por el
"discreto" color de sus enaguas. Y allí reinaba su majestad la
tambora. Que tan solemnes no serán en Linares que además
de saberse cuna de grandes políticos y otra capital del estado;
cada año y dentro del novenario del Cristo de Villaseca le en-
tregan una tambora con todo y bolios a una persona que sea
de origen linarense y que haya hecho contribuciones impor-
tantes al municipio, estado o nación. Sí, ni más ni menos, en
Linares han sido capaces de darle el toque solemne a la tam-
bora. A tí, Pedrito Hinojosa, nunca te dieron una, porque te-
nías mejores.

129
La entrega de la Tambora de Villaseca
Una buena costumbre

Carlos Jesús Gómez Flores

inares ha sido cuna de grandes hombres en todas las áreas


T
I-¿de ciencia, y particularmente
la en las humanidades en la
política. Los linarenses están ligados íntimamente con sus raíces
históricas, mismas que no solo poseen perfiles solemnes sino
que también se ven aderezadas por la religiosidad de un pueblo
se ha ido creando danzas y cantos que son resultantes de prácti-
cas mágico-paganas que enmarcan celebraciones típicamente pa-
tronales y actividades productivas del campo.

Dentro de Ias celebraciones populares la más sobresaliente es


la conocida como Fiestas de Villaseca. En Villaseca, antes sexto
barrio de Linares, se venera la imagen de un Cristo que según la
tradición fue traído por jesuitas que habían reqibido en donación
esas tierras por parte de Don Alonso de Villaseca. En torno al
Santo Cristo se desarrolla un novenario (del 23 al3l de julio),
en donde la tambora es la dueña y señora de las festividades.

Aunque no hay documentación en torno a los inicios de estas


fiestas, lo cierto es que fueron cuna de los temas musicales que
inmortalizaron las suertes de a caballo; chiva colgada; chiva en-
terrada, y el paso del gallo, entre otas. Temas musicales enri-
quecidos con Ia sonoridad de la tambora.

l3l
Ya, a mediados del siglo XX, bajo el impulso dcl Dr. Ricardo VII. Ultimas palabras
Kichnner Caballero, espo.so de Ia Iinarense Lucila Cisneros se
estableció el que se transmitiera año tras año la tambora de Vi-
llaseca, como símbolo de amistad. La entrega sería clcstinada a
algún ilustre descendiente del rnunicipio de Linares o algún be-
nefactor del mismo, y se llevaría a cabo durante la Semana San-
ta.

En 1960 le correspondió el honor al historiador Pablo Salce


Arredondo, quien fuera cronista de Ia ciudad. En l96l a Don Pedro, ando muy inquieto en relación a casi lo primero
l^)r"
Rodrigo Gómez. Al año siguiente y de mano en mano se trans- \-/que aparece en este libro. Aquello de que de dónde provie-
rnitió la entrega al Dr. Ignacio Morones Prieto. En los siguientes ne el estilo musical de la tambora y el clarinete. Te voy a dar mi
años fueron elegidos Don José S. Vivanco, Don Alfredo Garza versión.
Ríos y el rnismo Dr. Ricardo Kichner. La buena costumbre se
reanudó en 1987 siendo los recipiendarios de Ia tambora: Tamboras parecidas a la tuya fueron traídas por tlaxcaltecas
cuando cuatrocientas familias partieron de San Juan Totollan el
6 de junio de 1591 con la misión de colonizar y culturizar junto
Don Jesús Garza Hernández, Lic. Sócrates Rizzo García, Lic.
a los hispanos que no atrás de ellos-, el norte de la Nueva Espa-
Fernando González Morales, C.P. Héctor Garza Parás, Lic. Eve-
ña, un lugar al que los conquistadores llaman la Gran Chichime-
rardo Elizondo Almaguer, Don Jaime Rodríguez Silva, Lic.
ca. Y sabes qué, hacia el año de 1715, los bisnietos de estos fun-
Edilberto Cervantes Galván, Eduardo García Flores, Don Joa-
dadores que habían llegado a San Esteban de la Nueva Tlaxcala
quín Vargas Gómez, Don Filiberto Medina Montemayor y en
en 1591, establecieron las poblaciones de la Purificación que es
1997 Gustavo Flores Candanosa.
ahora conocido como Gil de Leyva y está en terrenos del muni-
cipio nuevoleones de Montemorelos. De la Concepción, hay po-
Inicialmente los que organizaban la entrega de la tambora
cos restos. Y aquí viene lo interesante con respecto a ti y a tu
eran miembros de la sociedad civil. A partir de 1987 son los in-
hermano. Tu madre fue Guadalupe Lerma Sánchez cuyos padres
tegrantes del Ayuntamiento los que toman la decisión de quién
fueron don Emilio Lerma originario de "Leones" municipio de
la recibe. En esta segunda época la entrega es definitiva, es de-
Linares.
cir, cada recipiendario se queda con una tambora, (la que por
cierto tiene que tocar después del momento de la entrega). Cabe
El apellido Lerma fue uno de los que adoptaron aquellas pri-
señalar que la ceremonia de entrega se realiza en Villasec a apar-
meras familias tlaxcaltecas que ernigraron en 1591, aunque
tir del últinlo fin de semana del mes de julio.
Monseñor Pedro Gómez Danés dice que ese apellido fue adopta-
do por grupos negroides que habitaron lo que actualmernte es

l.ll
132
parte del sur de Nuevo León. Sin embargo, por tus rasgos físicos
y tu talento musical estoy seguro que por tus venas corrió sangre
teca, lo que es mucho honor porque tus ancestros trajeron consi-
go además de una rica experiencia en la agricultura, fruticultura
y herbolaria; pastorelas, danzas de matachines y una tradición
musical en la que instrumentos como la chirimía insisto, que lue-
go dio paso al clarinete (por su gran parecido constructivo y por
sus sonidos agudos), el arpa, el violín y la tambora; Ilegaron para
quedarse.

Y pérate tantito don Pedrito. A poco no se te hace muy sospe-


choso que antes de ser fundada la Villa de San Felipe de Linares,
fuera fundada en 1645, (a la vuelta de la esquina), la Misión de
San Cristóbal de los Hualahuises con indios madrineros tlaxcal-
tecas, que eran los únicos capaces de culturizar a los indios gua-
lagüises y borrados del Iugar.

Aunque es una tésis personal que debo documentar y apoyar


en la etnografía y bajo un estudio de esquemas antropológicos,
conociéndote como te conocí, y como conozco a José tu herma-
no; qué se me hace que por ahí es: aspecto físico, oficio, apellido
y genealogía, todo parece coincidir.

Ya es tiempo de hacerle justicia a los tlaxcaltecas, aunque


tengamos que soportar los desplantes de más de un catrín ojo
azul, cuando al investigar en archivos históricos se de cuenta que
por línea paterna o materna proviene de Tlaxcala.

Bueno, ahora sí me despido. Un día te alcanzo donde estás.


Ojalá tengas cerquitita a la diosa Xochiquetzal. Con lo corto que
eres Pedrito, al rato va a ser tu novia, aunque sc enojen Tláloc y
Julián'
Tezcatlipoca. Los Tarnborileros en acción en el Ejido Dolores San
durante una ficsta en 1954'

t34 l15
En la XER de Linares, Nuevo León, año de 195g. Gira en la República de Chile

t31
t36
En 1966 acompañados por las Coronelas de Chihuahua,
en las Fiestas de Villaseca.
8" I l', 'l :,.:::rl

José Hinoiosa dánclole a la bailacla'

138 r39
e-

Gráfica del homenaje a Pedro Hinojosa con sus restos mortales


presentes en el Teatro de la Ciudad de Linares.
Mayo de 1995.

.losc I{ino,iosa l.erm¿t portrttltlo l.r nleiialla al Mérito Cívico,


"l)r'cscr Estado de Nuevo Lctilt. {)l{.)rgii(la a los'Tamborileros de
I il);ilt.r Clt l9()5. plrt'lt 1l|r'ttti.tt lt\1. ¡)()r 1'¡7 ¡,i itttCta a Una mani-
Itstaciíll tlt' llr ('ttltttt,t popr,iiltr

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A tatnbora batiente
Prillogo, rccrcación histórica y rccopilación dc
Curlils Jcsirs Gólnez Flores.
sc ler rniuri de inrprinrir en cl mcs dc octubrc
tlc ¡¡ul rrorceierrl()\ loventa y siete en los tallercs dc
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Ii,,rrit \,, ¡r., i rltli,

Los Tamborileros en el bautizo de Nelson Emilio.


De izquierda a derecha, José Hinojosa, Adrián González,
Pedro Hinojosa, el autor, su esposa Thelma Idalia Flores
y su hijo Carlos Israel.

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