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Gallo, H. (2012). Del síntoma a lo real del fenómeno social en la investigación psicoanalítica.

En
H. Gallo y M. Ramírez. El psicoanálisis y la investigación en la universidad (pp. 183-204). Buenos
Aires, Grama Ediciones.

Síntomas que se producen y evolucionan en el registro del vínculo social de la actualidad (p.183)

Una de las apuestas de la investigación del psicoanálisis aplicado a problemas sociales es


evidenciar cómo se desprende de la subjetividad el fenómeno estudiado, de qué manera influye
en su producción y qué aporta para su mejor comprensión. (p.183)

Sostenemos que el ingreso de la subjetividad en el procedimiento investigativo, en vez de dar


lugar a una vaguedad explicativa, tal como suele presumirse en una lógica positivista ingenua, más
bien aporta precisión porque exige tener en cuenta el detalle”

El fenómeno social, visto desde una óptica psicoanalítica basada en la orientación lacaniana, no se
asume en la oposición vida individual-vida colectiva, sino como síntoma (…). El síntoma, en
cambio, nos permite tomar tanto Uno como al conjunto en función del vínculo, aspecto en el que
no solo entran en juego identificaciones, sino también goces que se transportan y sostienen más
allá del individuo en su relación con el medio ambiente” (p.184)

En cuanto al Otro que colectiviza, no es el líder con el cual se identifica una masa a la que conduce,
sino lo que se configura como agente de un discurso conformado por significantes amos que rigen
a una sociedad e influyen en la distribución común de los goces que la caracterizan en cada época”

“Mientras en esta práctica se considera que los síntomas son el signo de una patología orgánica
que debe suprimirse, en el psicoanálisis definen una producción psíquica con “sentido propio y
una íntima relación con la vida de las personas en el que surgen”. Esta intimidad del síntoma con la
vida del sujeto es la que lo hace inseparable del vínculo social” (p.185)

“Que el síntoma sea psíquico, que su relación con la vida sea íntima y se le atribuya sentido propio,
supone que en la investigación clínica el factor etiológico debe ser buscado en los modos en los
que el sujeto se vincula socialmente” (p.185)

“En cuanto a las funciones que cumple el síntoma, éste puede ser una forma de rehabilitar al Otro,
de engrandecerlo, protegerlo, rebajarlo, denunciarlo, protestar contra sus excesos, mostrar su
falta y revelarse, o incluso castigarlo o castigarse a sí mismo” (p. 187)

“El sentido tiene el valor de enlazar el síntoma a la vida del sujeto que lo padece y no a funciones
alteradas, razón por la cual habilita de pleno derecho la pregunta por la experiencia subjetiva del
individuo biológico” (p. 187)

“Lo que diferencia a la investigación clínica psicoanalítica de una práctica psicológica o de


psicoterapia es el hecho de colocar realidad y fantasía en un mismo plano de verosimilitud. La
verosimilitud no se mide por una confrontación de lo que el sujeto dice con la realidad, sino
dentro de su mismo discurso” (p.188)
“El síntoma transporta una satisfacción pulsional, que es sentida por el yo como displacer. Esto
permite definirlo en dos direcciones: es la solución que da al sujeto un impulso pulsional inhibido o
desviado, y es a la vez el resultado de su defensa” (p. 189)

“Es debido a que el síntoma es simultáneamente una solución y una defensa que el yo trabaja por
incorporarlo a su organización, por hacerlo parte de lo que constituye su identidad o, como se dice
en el ámbito psicológico, de su personalidad. Si se cumple el requisito de que el yo se adapte al
síntoma, éste se convierte en uno de los modos como el sujeto se vincula socialmente” (p. 190)

FUNCIÓN DE ANUDAMIENTO PARA EL SUJETO (SÍNTOMA)

“Mientras el saber hacer se apoya en reglas generales que se aplican indiscriminadamente en


todos los casos, el cálculo clínico tiene en cuenta el momento oportuno y el caso por caso (…). El
cálculo freudiano no remite a un universal, sino a lo particular” (p. 192)

“Pasando ahora de la investigación clínica que suscita a partir del síntoma particular del
psicoanálisis aplicado al malestar propio del síntoma social, diremos, a manera de hipótesis de
trabajo, que el modelo de investigación ha de ser semejante en los dos casos. En el examen de
esta semejanza se deben tener en cuenta dos aspectos: las estructuras clínicas y las categorías
conceptuales. Las primeras son transtemporales y las segundas son relativas” (p. 194)

 Transtemporales no quiere decir inmóviles y eternizadas como la roca, sino que dependen
de lo inmemorial (lo prehistórico sujeto/humanidad)
 En cuanto a las categorías conceptuales, estas definen una orientación que consideramos
fundamental para formular la experiencia del análisis e interrogar cualquier fenómeno
social desde el psicoanálisis.
 CONTAR CON EL SESGO DEL RELATIVISMO- “el cual deberá ser puesto en evidencia en
cada investigación, no de forma sociológica, sino clínica y ética” (p. 194)

“Relatividad significa que en nuestras investigaciones no es lícito suponer, como premisa que sirva
de punto de partida, un todo previo que valga igual para el conjunto nominado con el síntoma
particular o social en cuestión. La relatividad también excluye una causalidad única, un método
estándar y la medición como única forma válida para establecer la legitimidad de la investigación”
(p. 194)

“el psicoanálisis, dice Eric Laurent, localiza en su centro una teoría de la civilización, de esta
civilización técnica que quiere evaluar todo” (p. 195)

Lo inconsciente no es lo íntimo/ escondido

En cuanto a la identificación, no es la imitación entendida como copia de un modelo y tampoco es


lo más íntimo, pues no ha de olvidarse que también evidencia la relación con el Otro y los modos
como esta relación se produce (p. 196)

“Lectura clínica significa tener en cuenta de qué manera y en qué condiciones el sujeto, así se
encuentre en una colectividad de afectados por un trastorno, aparece inscrito o excluido de las
figuras del discurso del amo que él considera que le convienen para vivir” (p. 196)
“Contar con la inspiración clínica en una investigación aplicada a un fenómeno social supone
adoptar menos la perspectiva psicológica de la técnica que la trazada por lo real. Mientras la
técnica psicológica se elabora y transmite a nivel universitario y sin preguntas “sobre su lugar en la
civilización”, el real del psicoanálisis si obliga a plantear este tipo de preguntas porque es un real
con valor de contingencia” (p. 196)

“Como contingencia, lo real es aquello que marca una irrupción de la cosa que no se deja anticipar
y que hace fallar una programación. En tanto concepto que nombra lo insoportable para el sujeto,
lo real permite adoptar la perspectiva necesaria para captar las variaciones de aquél y definir lo
que no cede ante la prevención masiva ni el tratamiento estándar” (p. 196/197)

“Si explicamos con el machismo el maltrato del hombre hacia su mujer embarazada, perdemos la
particularidad de lo que en cada situación precipita el maltrato, y esto tiene por consecuencia
generalizar un prejuicio en lugar de aportar una explicación precisa” (p. 198)

En cuanto a la lectura ética del fenómeno social, implica tener en cuenta que en éste siempre
aparece involucrado un sujeto que se ve arrastrado por “la paradoja de la confusión de su goce”
(p. 198)

En una investigación con el psicoanálisis hay que explicar cómo se instituye la paradoja en el
fenómeno del cual se trata, cómo responde el Otro a dicha paradoja, qué elementos de la
subjetividad de una época lo sostienen, cómo afecta el sentido de la vida y hacia qué extravíos
conduce” (p. 199)

“A nivel epistemológico, la inconsistencia radica en que un problema de relación humana es


pensado con categorías que no nacen en el ámbito de lo psíquico sino de lo médico (…). Las
categorías médicas no están diseñadas para explicar problemas de relación social, cuyas
repercusiones son psíquicas” (p. 201)

“No hay que confundir lo psíquico con lo cerebral, tal como suelen hacerlo ahora las
neurociencias. Estas quieren poner en el mismo recipiente lo neuronal y lo relacionado con el
campo de la representación, que está del lado del significante y no de la anatomía cerebral” (p.
203)

“Suministrar un tratamiento médico a las personas con males relacionados con el orden simbólico,
en lugar de ofrecerles un dispositivo de escucha, es un atropello que nadie sanciona y que, por el
contrario, todo el mundo alimenta” (p. 203)

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