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El Saber 21
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Cuando una computadora está infectada, el Ransomware suele ponerse en contacto con un
servidor central para obtener la información que necesita para activarse y comenzar a cifrar los
archivos en la computadora infectada con esa información.
Una vez que todos los archivos están encriptados, publica un mensaje solicitando el pago para
descifrar los archivos y amenaza con destruir la información si no se paga, a menudo con un
temporizador conectado a la rampa de la presión.
Este malware está pidiendo para su rescate un valor de US$ 300 de la criptográfica Bitcoin para
desbloquear el contenido de cada una de las computadoras infectadas.
Según el Centro Criptológico Nacional de España esta amenaza se vale de la vulnerabilidad que
presenta el boletín de seguridad MS17-010 de Microsoft que puede infectar a otros equipos de la
misma red.
El boletín de seguridad MS17-010 está disponible en estas plataformas:
Microsoft Windows Vista SP2
Windows 7
Windows 8.1
Windows RT 8.1
Windows 10
Actualizar los sistemas operativos de Windows y las aplicaciones a su última versión. Si se cuenta
con una red, es bueno asegurarse de que todos los equipos cuenten con parches de seguridad.
Evitar la ejecución de archivos de dudosa procedencia como los adjuntos en correos electrónicos
y los mails sospechosos.
Realizar Backups periódicos de los archivos del computador. Esta es sin duda la mejor opción.
También hay una colección de virus que salen de su manera de parecer ransomware como
Cryptolocker, pero que no devolverá los datos si las víctimas pagan. Además, hay la cuestión
ética: pagar a los fondos de rescate más delincuencia.
Fuente: CloudSrcsoft
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skeeze / Pixabay
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SOY CURIOSO
Eran las seis de la mañana del jueves 23 de agosto del 2012. Una camioneta azul,
manejada por un famoso presentador de televisión, golpea a una mujer que espera en
el paradero. El golpe resulta tan fuerte que la mujer queda inconsciente en el
pavimento. El presentador baja del carro, confundido y asustado. No sabe qué
hacer. Ve a la mujer tirada en el pavimento. La levanta e intenta reanimarla, pero nada
sucede. La suelta y la deja caer. Vuelve a levantarla, intenta despertarla y
despertarse de la pesadilla, pero no reacciona. Tal vez esté muerta, tal vez se recupere
pronto y todo quede como un mal recuerdo. Son muchos pensamientos para tan pocos
segundos. De lo único que está seguro es que nada volverá a ser igual.
La mujer inconsciente se llama María Elena Coronado, tenía 69 años y toda la familia
coincide en que era una madre y abuela maravillosa. María había pasado la noche en
casa de una de sus hijas cuidando al nieto. A las seis de la mañana salió para volver a
su casa y tomar desayuno con su esposo. En cuarenta y ocho años de matrimonio
jamás había roto con la tradición. María fue golpeada por la camioneta de Edu
cuando esperaba por el bus que la llevaría a casa. Cinco días de agonía después,
murió. El golpe generó un traumatismo encefalocraneano severo. No había nada más
que hacer.
A partir de este punto, la familia de Edu y de María vivirían escenarios muy distintos.
Eduardo acudió a la comisaría y realizó el procedimiento correspondiente. Seis horas
después recuperó su vehículo. Al día siguiente, volvió a la estación de radio donde
laboraba y continuó con la emisión de su programa. Al ser entrevistado por los medios
de comunicación, Eduardo se justificó de la misma forma que se sigue justificando hasta
el día de hoy: la pista estaba mojada, manejaba a menos de 40, una combi invadió
su carril y ocasionó que pierda el control. Nada fue su culpa, todo fue un accidente
que podría pasarle a cualquiera.
Por el lado de la familia de María no había mucho que hacer. La esposa, madre y abuela
había muerto y solo quedaba sepultarla. La familia jamás recibió una llamada o una
visita de Edu, pero sí una llamada de su abogado. El hombre indicaba que su
patrocinado tenía todas las intenciones de arreglar. Pagarles para evitar mayores
problemas. ¿Cuánto dinero sería suficiente para pasar todo por alto? Las hijas de
María respondieron que no estaban interesadas.
El entierro se llevó a cabo y el mismo día decidieron cuál sería el siguiente paso: la
justicia. Eduardo Saettone ocasionó la muerte de María Elena Coronado y por lo mismo
debería ir a prisión. Meses después, la Policía elaboró un atestado por el delito de
homicidio culposo y la Fiscalía provincial penal de Lima denunció a Saettone por lo
mismo. Edu no fue a dos de las citaciones, se justificó diciendo que tenía mucho
trabajo. En noviembre del 2012, Saettone escribió un extenso post en Facebook por
todo lo ocurrido: pedía las disculpas de la familia de María, explicaba que no se había
acercado porque los abogados se lo recomendaron y culminó anunciando su
alejamiento de la radio.
El 2013 prometía ser un mejor año para Edu. Matías Brivio, conductor de Esto es
Guerra, el reality juvenil más sintonizado y cotizado del momento, renunció al
programa. En una peculiar ceremonia llevada a cabo en vivo y en directo, Saettone juró
como nuevo conductor y líder de Las Cobras. La fama y el dinero habían vuelto. El
programa llegaba hasta los rincones menos pensados del país y alcanzaba picos
inimaginables de rating. Edu no solo volvió a estar de moda; se convirtió en
una. Miles de escolares iban a clases con el rostro del conductor estampado en la
caratula de sus cuadernos y libros. Mientras tanto, la familia de María seguía esperando
por verlo en prisión.
Foto: América Tv
“Yo no iba a excesiva velocidad, yo no estaba bajo la influencia del alcohol o de alguna
sustancia, yo asistí a la señora hasta que llegó a la ambulancia. Es un accidente que le
puede ocurrir a cualquiera”.
Imagen: Captura Youtube Panorama
El haber enviado al abogado para intentar enmendar la situación con dinero (porque los
abogados trabajan bajo las órdenes de su cliente) demuestra la poca o nula empatía
del exconductor. El no haber intentado siquiera hacer llegar sus condolencias hacia la
familia agraviada demuestra lo mismo. El haber faltado a citaciones de la Fiscalía y el
haber estado prófugo de la justicia demuestran que no tenía intención de colaborar con
esta. El haber sido declarado reo contumaz lo demuestra. No creo que sea justo
llamarlo asesino. No creo que Eduardo Saettone haya decidido acabar con la vida de
una persona inocente sin motivo alguno y de una forma tan atroz. Pero, vamos, todo lo
que hizo después si demuestra (y con creces) que no tuvo -ni tiene- intención alguna
de acatar lo que dicta la justicia.
Saettone sostiene que fue un accidente que le hubiera sucedido a cualquiera, pero no
acepta la sentencia que cualquiera -que no tiene ni su dinero ni su fama- tendría que
aceptar. Si hubiera aceptado, como cualquier otra persona, lo que dictó el juez, ya todo
habría terminado. Saettone se encontraría en los últimos meses de su condena o ya
estaría en libertad. Pero por pensar que la justicia debe acomodarse a sus
necesidades, por pensar que merece un trato especial y por burlarse de la
misma, la pesadilla continúa.
Más procrastinación
15 mayo 2016
Astrofísica, Ciencia
1
Este fue el caso de Williamina Paton Stevens Fleming (1857 – 1911), una mujer escocesa
que con 19 años lo dejó todo atrás para comenzar una nueva vida con su marido en Boston,
Massachusetts. Williamina Fleming se dedicaba a la enseñanza en Dundee, su pueblo natal
en la costa este de Escocia, donde conoció al que se convertiría en su esposo, James
Fleming, un contable, viudo y 15 años mayor que ella.
Dos años después de comenzar su aventura en Estados Unidos, el señor Fleming abandonó a
Williamina dejándola embarazada y sin ningún tipo de ayuda. Pero dicen que cuando se cierra
una puerta, se abre una ventana, y así fue. Sola y en otro continente, comenzó a buscar
trabajo como criada para mantener a su futuro hijo. Nadie hubiera sospechado que ésta fue su
gran oportunidad.
El azar fue quien reunió a esta madre desamparada y al profesor Edward Charles Pickering,
quien la contrató para desempeñar las labores del hogar. Pickering era un profesor de Física
que trabajaba como director del Observatorio de Harvard, al mando de un equipo de varones
que le ayudaban con los cálculos rutinarios y las tareas administrativas. Como buen
observador que era, supo valorar desde el primer momento las grandes capacidades y la
inteligencia de su nueva empleada del hogar, hasta el punto en que una de sus frases más
conocidas fue la que le gritó a su equipo de ayudantes: “¡Hasta mi criada haría un trabajo
mejor!”.
Un nuevo catálogo de estrellas
Tras volver de Escocia, donde dio a luz a su hijo Edward en 1881, Williamina comenzó a
trabajar de “calculadora humana” en el observatorio que dirigía Pickering, sustituyendo a los
ayudantes que tantos dolores de cabeza habían generado al profesor. Ya allí, supo demostrar
su talento para trabajar en el ámbito científico identificando más de 10.000 estrellas y
ampliando la clasificación utilizada hasta el momento. Introdujo un nuevo esquema de
organización basado en 16 tipos que asigna a cada estrella una letra (de la A a la Q, saltando
la J) según la cantidad de hidrógeno que se puede observar en su espectro.
Este trabajo fue publicado en 1890 en la primera entrega del catálogo de Henry Draper, que
adoptó el nombre de la persona de quien provenía la financiación, y se convertiría en una de
las muchas contribuciones de Williamina Fleming al campo de la astronomía. Pese a que el
nombre de la científica no constaba en la autoría del estudio, Pickering la citó en páginas
interiores y reconoció públicamente que ella fue la creadora del nuevo sistema. El trabajo de
Fleming es la base de la clasificación espectral que se utiliza a día de hoy.
Las computadoras humanas de Harvard
Tan grata fue la experiencia de Pickering con su compañera, que contrató a un grupo de otras
nueve mujeres para ayudarle a realizar cálculos y clasificar los espectros en placas
fotográficas. Este grupo de matemáticas pasó a la historia como “las computadoras de
Harvard”, entre las que se encuentran otras astrónomas relevantes como Antonia C. Maury
y Annie J. Cannon, que reordenaron los grupos espectrales y clasificaron un gran número de
estrellas.
El grupo de mujeres que trabajó para el astrónomo Edward Charles Pickering / Crédito: Harvard College
Observatory
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Procrastinar es una forma de evitar hacer las tareas y pendientes importantes que tenemos.
Muchas veces para evitarlo terminamos viendo series en Netflix por horas, otras veces
terminamos viendo videos en YouTube que nunca creímos que existieran. Para que evites
perder tu tiempo con cosas que no te van a aportar nada, te traemos esta lista de opciones
para que procrastines de forma productiva.
5. Haz ejercicio:
Puedes aprovechar este tiempo ejercitándote. Busca una rutina por YouTube o sal a trotar. Te
sentirás más saludable y tendrás ganas de ser productivo después de eso.
7. Organiza tu tiempo:
Planea en qué momento vas a empezar a hacer lo que tienes pendiente y haz un cronograma.
Asegúrate de que sea basado en tiempos reales. No olvides incluir tiempos para descansar.
Cuando lo pongas en práctica respeta los tiempos que estableciste.
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