INFORME: SITUACIÓN DE LAS PERSONAS LGBT SOLICITANTES
DE REFUGIO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
Desde el 2013, la FALGBT (Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans)
mediante su Secretaría de Relaciones Internacionales, conjuntamente con la Defensoría LGBT (de la Defensoría del Pueblo de CABA) realiza acompañamiento y brinda asesoramiento a solicitantes de refugio y refugiados/as, muchos/as de ellos/as provenientes de países como Rusia, Jamaica, Turquía, Egipto, Albania, Siria y Ghana, entre otros, con el fin de que puedan obtener toda la información necesaria para establecerse en nuestro país. Estas personas escapan de sus países de origen con el fin de encontrar un lugar seguro donde puedan vivir su orientación sexual e identidad de género sin sufrir discriminación, hostigamiento e incluso situaciones que puedan llegar a costarles la vida. Dentro de nuestras acciones, los/as acompañamos desde el momento en que arriban al aeropuerto, los/las asesoramos y acompañamos en todos los trámites relativos al desarrollo de su vida en la Ciudad y en el proceso de solicitud de refugio ante la Comisión Nacional de Refugiados (CONARE), participamos de sus entrevistas de solicitud cuando lo requieren e intercedemos ante las autoridades nacionales, así como ante el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con el fin de que puedan otorgarles la ayuda humanitaria básica que provee este organismo, ya que en la mayoría de los casos llegan a nuestro país sin recursos económicos para subsistir. Mediante ese proceso -a discreción de ADRA, organización adventista que maneja dichos fondos- se les otorga una ayuda no reembolsable y el alquiler de una habitación en hoteles familiares de la Ciudad de Buenos Aires por un período nunca superior a tres meses. Durante ese período la ayuda puede ser retirada a consideración de los funcionarios de la organización que administra dichos fondos. A su vez articulamos acciones de colaboración con una organización canadiense, quienes elaboran estrategias con el fin de evacuar a las personas LGBT de países donde se encuentren en peligro y llevarlos a países seguros, en los que puedan realizar una solicitud de refugio por motivos de orientación sexual e identidad de género. Son numerosos los desafíos que estas personas enfrentan ante la ausencia de políticas públicas que promuevan la integración social y cultural y la falta de recursos económicos destinados a programas de reasentamiento por parte del Estado. Aunque estas personas acceden a documentación que las habilita a residir en nuestro país legalmente (residencia precaria) y a acceder a derechos laborales, salud pública y educación, el acceso al empleo (y por ende, la falta de acceso a una vivienda y a alimentos) es la situación que mayor gravedad reviste. Con respecto al acceso al empleo, la falta de conocimiento por parte de empleadores de los derechos que se les otorga con la residencia precaria y la discriminación por pretextos tales como la nacionalidad, la falsa noción de raza, el color de piel, etc., genera que les sea muy difícil encontrar un trabajo, los empujan -en el mejor de los casos- a tomar trabajos no registrados en los que en muchas oportunidades sufren abusos por parte de sus empleadores y en casos más extremos, incluso, a recurrir al trabajo sexual como único medio de subsistencia. Si bien tienen la posibilidad de acceder a clases gratuitas de idioma español dictadas por las organizaciones administradoras de fondos del ACNUR, muchas veces no hay vacantes ni son suficientes para ayudarlos/as a superar la primera barrera, que es la idiomática. La falta de comprensión y posibilidad de expresarse en nuestro idioma les generan enormes obstáculos al momento de acceder al sistema de salud y al empleo. Con respecto al acceso a la salud, al haber vivido en contextos hostiles y haber sufrido numerosas violaciones a sus derechos humanos, muchas de estas personas viven con vih, lo que hace especialmente urgente el acceso pleno al sistema de salud. En la Ciudad de Buenos Aires acceden a algunos centros de salud como son el Hospital Fernández y el Hospital Durand, donde mediante la gestión de nuestra organización nos pusimos en contacto con profesionales que comprenden la situación y dentro de la limitación idiomática hacen todo lo posible para atenderlos/as. Es importante destacar que, aunque de acuerdo a nuestra legislación la residencia precaria es un documento que acredita identidad, en algunas oportunidades el personal administrativo les solicita el pasaporte adicionalmente a la residencia precaria para otorgar un turno de atención. El acceso a la vivienda es uno de los temas más críticos para los/as solicitantes de refugio y refugiados/as. Al no contar con un trabajo formal, garantía y demás requisitos impuestos por inmobiliarias es imposible el acceso al alquiler de una vivienda, por lo cual deben vivir en hoteles familiares en la zona sur de la ciudad, en condiciones precarias y a valores muy elevados, en los cuales muchas veces son expuestos/as a convivir con diásporas de sus países que -tristemente- replican las situaciones de discriminación, violencia e inseguridad que vivían antes de venir a nuestro país. Por último, es importante destacar que muchos de ellos han manifestado haber sufrido discriminación por su color de piel en distintos espacios y, lamentablemente, en el último tiempo nos informaron en reiteradas oportunidades sobre situaciones de maltrato en la oficina encargada de otorgar los subsidios habitacionales, el cual debería ser un espacio de asesoramiento y contención. Dentro de las actividades que realizamos junto a ellos/as se destacan la participación en eventos de nuestra organización como proyecciones de cine o la marcha del orgullo, el asesoramiento y orientación psicológica gratuita y el asesoramiento jurídico para acceder a subsidios y beneficios económicos que les permitan subsistir. En el último año, y a raíz del cierre de fronteras por parte de países europeos, las consultas de solicitantes de refugio a nuestra organización se ha incrementado en un 100%. Al día de hoy hemos brindado asesoramiento a más 70 personas de todo el mundo (Rusia, Ucrania, Venezuela, Yemen, Egipto, Siria, Jamaica, Albania, Pakistán, Qatar, Camerún, Honduras, Turquía y Haití) quienes solicitaron ayuda e información y actualmente nos encontramos acompañando a 15 solicitantes de refugio y/o refugiados/as que ya se encuentran viviendo en nuestro país (provenientes de Rusia, Ghana, Egipto, Venezuela, Honduras y Jamaica). Creemos que es imprescindible que el Estado (nacional y local) implemente un paquete de políticas públicas que promueva la integración de esta población y les garantice igualdad de oportunidades que al resto, con el fin de que puedan acceder a todos sus derechos económicos, sociales y culturales.