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Lunes, 13 de agosto de 2012

DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL

DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL

EN LA CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

Ronal Hancco Lloclle[1]

“La abogacía es una ardua fatiga

puesta al servicio de la justicia”

1. ASPECTOS PRELIMINARES

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en


adelante “Corte IDH”), es de observancia obligatoria en todos los Estados parte del
Sistema Interamericano de Derechos Humanos, máxime si como se ha demostrado
por medio del Control de Convencionalidad, todos los países deben de adecuar su
ordenamiento interno acorde a la Convención Americana de Derechos Humanos
(en adelante “la Convención”), por tratarse del instrumento que contempla
derechos y libertades de toda persona.

En ese orden de ideas, el Preámbulo de la Convención, contiene el propósito de los


Estados de consolidar “un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el
respeto de los derechos esenciales del hombre”, de esta forma, cada uno de los derechos
humanos protege un aspecto de la libertad del individuo[2]. Y efectivamente para
velar y garantizar el cumplimiento, así como el respeto irrestricto de este derecho,
es que éste se encuentra regulado en el artículo 7 de la Convención, el mismo que
pasaremos a desarrollar en cada uno de sus numerales, dado que estamos frente a
un derecho trascendental, ya que ningún ser humano podrá desenvolverse en la
sociedad si carece de libertad personal.
Si bien este derecho, además se encuentra protegido en otros instrumentos
internacionales, empero por tratarse de un análisis en estricto de la Convención, este
trabajo ofrece un panorama de lo desarrollado por la Corte IDH, ya que éste ha ido
construyendo una verdadera doctrina en materia de Libertad Personal y Seguridad
Personales, al realizar interpretaciones relevantes acordes a la evolución propia del
Derecho.

2. CONTENIDO ESENCIAL DEL DERECHO A LA LIBERTAD


PERSONAL

La Corte IDH, siguiendo un criterio establecido por el Tribunal Europeo de


Derechos Humanos ha señalado que el contenido esencial de este derecho es “la
protección de la libertad del individuo contra la interferencia del Estado”[3].

3. ÁMBITO DE PROTECCIÓN DEL DERECHO A LA LIBERTAD

El artículo 7[4] de la Convención “protege exclusivamente el derecho a la


libertad física y cubre los comportamientos corporales que presuponen la presencia
física del titular del derecho y que se expresan normalmente en el movimiento
físico”[5].

Asimismo, si bien este derecho puede ejercerse de múltiples formas, lo que en


definitiva regula la Convención en este artículo son los límites o restricciones que el
Estado puede realizar. Es así como se explica que la forma en que la legislación
interna –de un Estado- afecta el derecho a la libertad es característicamente
negativa, cuando permite que se prive o restrinja la libertad. Siendo, por ello, la
libertad siempre la regla y la limitación o restricción siempre la excepción a este
derecho[6].

3.1. RELACIÓN CON EL ART. 1.1 DE LA CONVENCIÓN

Este artículo 1.1 contiene la obligación contraída por los Estados Partes en
relación con cada uno de los derechos protegidos por la Convención, de tal manera
que toda pretensión de que se ha lesionado alguno de esos derechos, implica
necesariamente (…) que se ha infringido también el artículo 1.1 de la
Convención.[7]

3.2. TIPOS DE REGULACIONES CONTENIDOS EN EL ART. 7 DE LA CONVENCIÓN

La Corte IDH, ha establecido que el artículo 7[8] de la Convención tiene dos


tipos de regulaciones bien diferenciadas entre sí: una general y otra específica.

La general se encuentra en el primer numeral: “toda persona tiene derecho a la


libertad y a la seguridad personales”. Mientras que la específica, “está compuesta
por una serie de garantías que protegen el derecho a no ser privado de la libertad
ilegalmente (artículo 7.2) o arbitrariamente (artículo 7.3), a conocer las razones de la
detención y los cargos formulados en contra del detenido (artículo 7.4), al control
judicial de la privación de la libertad y la razonabilidad del plazo de la prisión
preventiva (artículo 7.5), a impugnar la legalidad de la detención (artículo 7.6) y a
no ser detenido por deudas (artículo 7.7)”[9].

En atención a lo mencionado, pasamos a desarrollar tanto el derecho como las


garantías citadas.

4. DERECHO A LA LIBERTAD Y SEGURIDAD PERSONALES

El artículo 7.1 de la Convención establece que:

Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales.

Según este artículo, “la protección de la libertad salvaguarda tanto la protección de


la libertad física de los individuos como la seguridad personal, en un contexto en el
que la ausencia de garantías puede resultar en la subversión de la regla de derecho
y en la privación a los detenidos de las formas mínimas de protección legal.[10]
4.1. CONCEPTO DE LIBERTAD Y SEGURIDAD PERSONALES

La Libertad, en términos de la Corte IDH, es “la capacidad de hacer y no


hacer todo lo que esté lícitamente permitido. En otras palabras, constituye el
derecho de toda persona de organizar, con arreglo a la ley, su vida individual y
social conforme a sus propias opciones y convicciones”[11]. La libertad, definida
así, “es un derecho humano básico, propio de los atributos de la persona, que se
proyecta en toda la Convención”[12].

Por su parte, la Seguridad es “la ausencia de perturbaciones que restrinjan o


limiten la libertad más allá de lo razonable”[13], igualmente “la seguridad también
debe entenderse como la protección contra toda interferencia ilegal o arbitraria de
la libertad física”.[14]

4.2. VIOLACIÓN DE LOS NUMERALES 2 AL 7 DEL ARTÍCULO 7 DE LA


CONVENCIÓN, IMPLICA PER SE LA VIOLACIÓN DEL ARTÍCULO 7.1

Al respecto se tiene que, “el numeral primero del artículo 7 protege de


manera general el derecho a la libertad y la seguridad personales, mientras que los
demás numerales se encargan de las diversas garantías que deben darse a la hora
de privar a alguien de su libertad”[15]. Por lo que, la vulneración de los numerales
2 al 7, implica per se la vulneración del numeral 1, dado que, “la falta de respeto a
las garantías de la persona privada de la libertad desemboca, en suma, en la falta
de protección del propio derecho a la libertad de esa persona”[16].

5. DETENCIÓN ILEGAL

Contrario sensu al título referido, una detención deviene en legítima, si es que


está contemplada en la legislación interna y a su vez es conforme a la Convencion.
Además, se debe considerar circunstancias tales como que esta detención haya sido
ordenada por una “autoridad judicial competente”[17] o si se está en “situaciones
de flagrancia”[18]. Este está contemplado en el artículo 7.2, que a la letra dice:
Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones
fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados partes o por las leyes
dictadas conforme a ellas.

Al referirse a este, la Corte IDH[19] ha dicho que estamos frente a “la prohibición
de detenciones o arrestos ilegales…”[20], en el cual se “reconoce la garantía
primaria del derecho a la libertad física: la reserva de ley[21], según la cual,
únicamente a través de una ley puede afectarse el derecho a la libertad
personal”[22], de manera que los Estados deben establecer “tan concretamente
como sea posible y “de antemano”, las “causas” y “condiciones” de la privación de
la libertad física”[23].

5.1. ASPECTO MATERIAL Y FORMAL DE LA DETENCIÓN

La Corte IDH, ha determinado que “nadie puede verse privado de la


libertad personal sino por causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas
en la ley (aspecto material), pero además, con estricta sujeción a los procedimientos
objetivamente definidos por la misma(aspecto formal)[24].

Ambos aspectos son importantes, ya que en supuestos de detención calificados de


legales se debe respetar tanto el principio de tipicidad, así como los procedimientos
debidamente establecidos.

A propósito de ello, es preciso considerar que “si se establece que el Estado no


informó a las víctimas de las “causas” o “razones” de su detención, la detención
será ilegal y, por ende, contraria al artículo 7.2 de la Convención, pero además
constituirá una violación del derecho consagrado en el artículo 7.4 de la
misma”[25].
De lo afirmado líneas arriba, surge la siguiente interrogante: Si una persona es
detenida de manera ilegal, sólo se vulnera el artículo 7.4?. En términos de la Corte
IDH, además de vulnerar ese artículo, “se ponen en peligro la observancia del
debido proceso legal, ya que desconoce al detenido el derecho a la protección de la
ley y se omite el control judicial”[26]. Pero ello, deberá analizarse teniendo en
cuenta cada caso en concreto.

5.2. LA DETENCIÓN COMO UN ACTO EX ANTE

En reiterada jurisprudencia de la Corte IDH, se han dado casos donde la


privación de la libertad ha sido un acto ex ante, para después privar de la vida a los
detenidos, así por ej., en el caso La Cantuta, la Corte IDH determinó que: “la
privación de libertad había sido un paso previo para la consecución de lo ordenado
a los agentes militares que cometieron los hechos, esto es, la ejecución o
desaparición de las víctimas”[27]. O sea, la privación de la libertad en ocasiones es
solo un acto previo para vulnerar derechos humanos.

5.3. CASOS EN QUE OPERA LA PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD PERSONAL

El Comité de Derechos Humanos ha determinado que el derecho bajo


análisis, “opera no solo en los casos en que la privación de la libertad ha sido
decretada por autoridades del estado sino también por particulares, así como
cuando la detención obedece a motivaciones penales como administrativas (el
internamiento de alcohólicos o toxicómanos, la cuarentena de portadores en
enfermedades contagiosas, la detención por situación migratoria irregular,
etc.)”[28].

Lo afirmado por este órgano de las Naciones Unidas, puede ser extendido al
criterio interpretativo de la Convención, dado que; como es de verse en este
instrumento las detenciones no son exclusivas de carácter penal, sino también
existen detenciones por particulares y administrativas, a excepción de la detención
por deudas.

6. DETENCIÓN ARBITRARIA
Una detención deviene en arbitraria, cuando contraviene
los procedimientosestablecidos en la ley. Este tipo de detención lo encontramos
contemplado en el artículo 7.3 cuyo tenor refiere:

Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios.

En este tipo de detención, “nadie puede ser sometido a detención o


encarcelamiento por causas y métodos que -aún calificados de legales- puedan
reputarse como incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales del
individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o faltos de
proporcionalidad”[29].

6.1. REQUISITOS[30] PARA QUE UNA MEDIDA DE DETENCIÓN NO SEA


ARBITRARIA

Al respecto, debemos considerar que “no es suficiente que toda causa de


privación o restricción al derecho a la libertad esté consagrada en la ley, sino que es
necesario que esa ley y su aplicación respeten los requisitos que a continuación se
detallan a efectos de que dicha medida no sea arbitraria: i) que la finalidad de las
medidas que priven o restrinjan la libertad sea compatible con la Convención.
(…)[31]; ii) que las medidas adoptadas sean las idóneas para cumplir con el fin
perseguido; iii) que sean necesarias, en el sentido de que sean absolutamente
indispensables para conseguir el fin deseado y que no exista una medida menos
gravosa respecto al derecho intervenido, entre todas aquellas que cuentan con la
misma idoneidad para alcanzar el objetivo propuesto; por esta razón el Tribunal ha
señalado que el derecho a la libertad personal supone que toda limitación a éste
deba ser excepcional[32], y iv)que sean medidas que resulten estrictamente
proporcionales[33], de tal forma que el sacrificio inherente a la restricción del
derecho a la libertad no resulte exagerado o desmedido frente a las ventajas que se
obtienen mediante tal restricción y el cumplimiento de la finalidad perseguida.
Cualquier restricción a la libertad que no contenga una motivación suficiente que
permita evaluar si se ajusta a las condiciones señaladas será arbitraria y, por tanto,
violará el artículo 7.3 de la Convención[34].

6.2. DETENCIONES LEGALES, PERO QUE DEVIENEN EN IRRAZONABLES


La Convención prohíbe la detención o encarcelamiento por métodos que
pueden ser legales, pero que en la práctica resultan irrazonables, o carentes de
proporcionalidad[35].

Es decir, para que se cumplan los requisitos necesarios para restringir el derecho a
la libertad personal, deben existir indicios suficientes que permitan suponer
razonablemente la culpabilidad de la persona sometida a un proceso y que la
detención sea estrictamente necesaria para asegurar que el acusado no impedirá el
desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción de la justicia. Al
ordenarse medidas restrictivas de la libertad es preciso que el Estado fundamente y
acredite la existencia, en el caso concreto, de esos requisitos exigidos por la
Convención[36].

6.3. SUPUESTO EN QUE LA PRISIÓN PREVENTIVA DEVIENE EN ARBITRARIA

La prisión preventiva es una medida cautelar y no punitiva[37]. Se infringe


la Convención cuando se priva de libertad, durante un período excesivamente
prolongado, y por lo tanto desproporcionado, a personas cuya responsabilidad
criminal no ha sido establecida. Esto equivale a anticipar la pena[38].

Ello implica que, existe la obligación estatal de no restringir la libertad del detenido
más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que aquél no
impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción de la
justicia[39]. Las características personales del supuesto autor y la gravedad del
delito que se le imputa no son, por si mismos, justificación suficiente de la prisión
preventiva[40].

6.4. DETENCIÓN ARBITRARIA VS. DETENCIÓN ILEGAL

Toda detención ilegal es per se una detención arbitraria, empero no toda


detención arbitraria es automáticamente ilegal, pues se puede dar la circunstancia
de que la detención es legal, pero deviene en arbitraria cuando no se observan los
procedimientos contemplados en la ley. Lo afirmado, obedece además a que “la
arbitrariedad de la que habla el artículo 7.3 tiene un contenido jurídico propio,
cuyo análisis sólo es necesario cuando se trata de detenciones consideradas
legales”[41].

7. INFORMACIÓN DE LAS RAZONES DE LA DETENCIÓN Y LOS


CARGOS FORMULADOS EN CONTRA DEL DETENIDO

El artículo 7.4 de la Convención, contempla lo siguiente.

Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su detención y
notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella.

Este derecho “constituye un mecanismo para evitar detenciones ilegales o


arbitrarias desde el momento mismo de la privación de libertad y, a su vez,
garantiza el derecho de defensa del individuo detenido”[42]. Además se debe
considerar que este artículo, al igual que los artículos 7.5 y 7.6, determina
“obligaciones de carácter positivo que imponen exigencias específicas o
particulares tanto a agentes del Estado como a terceros que actúen con su tolerancia
o anuencia, y que sean responsables de una detención”[43].

7.1. DERECHO A SER INFORMADO POR LOS MOTIVOS Y RAZONES DE LA


DETENCIÓN

A fin de “evitar conductas ilegales o arbitrarias desde el acto mismo de la


privación de la libertad (…) -el detenido- tiene derecho a ser informado de sus
motivos y razones cuando ésta se produce”[44], en tanto que “no admite excepción
y debe ser observado independientemente de la forma en que ocurra la
detención”[45].

De este modo, para que este derecho se satisfaga “es necesario que las razones de la
detención sean comunicadas en un idioma que la persona detenida comprenda [46],
en un lenguaje simple y libre de tecnicismos, los hechos y bases jurídicas esenciales
en los que ésta se funda[47].
7.2. DERECHO DE ESTABLECER CONTACTO CON UNA TERCERA PERSONA

El detenido, al momento de ser privado de libertad y antes de que rinda la


primera declaración ante la autoridad[48], debe ser notificado de su derecho de
establecer contacto con una tercera persona, por ejemplo, un familiar, un abogado,
o un funcionario consular, según corresponda, para informarle que se halla bajo
custodia del Estado.

7.2.1. Notificación a un familiar

La notificación a un familiar o allegado tiene particular relevancia, a efectos


de que éste conozca el paradero y las circunstancias en que se encuentra el
inculpado y pueda proveerle la asistencia y protección debidas.[49]

7.2.2. Notificación a un Abogado

En el caso de la notificación a un abogado tiene especial importancia la


posibilidad de que el detenido se reúna en privado con aquél[50], lo cual es
inherente a su derecho a beneficiarse de una verdadera defensa.

7.2.3. Notificación Consular

En el caso de la notificación consular, la Corte IDH ha señalado que el cónsul


“podrá asistir al detenido en diversos actos de defensa, como el otorgamiento o
contratación de patrocinio letrado, la obtención de pruebas en el país de origen, la
verificación de las condiciones en que se ejerce la asistencia legal y la observación
de la situación que guarda el procesado mientras se halla en prisión”[51].

7.3. INCOMUNICACIÓN DEL DETENIDO


En todos los casos, pero especialmente en los casos que involucran a
personas menores de dieciocho años de edad, la incomunicación de personas
detenidas debe constituir un último recurso y tener la mínima duración
posible.[52] Este tipo de medidas pueden ser adoptadas por las fuerzas policiales al
iniciar una investigación de un hecho delictivo en el sitio del suceso, dando cuenta
de la situación en forma inmediata al juez competente. Fuera de estos casos
excepcionales, la incomunicación solamente puede ser dispuesta por orden previa
del juez a cargo de los procedimientos.[53]

7.3.1. Efectos causados por la incomunicación

La incomunicación del detenido debe ser excepcional, porque causa a éste


sufrimientos morales y perturbaciones psíquicas, ya que lo coloca en una situación
de particular vulnerabilidad y acrecienta el riesgo de agresión y arbitrariedad en
las cárceles, y porque pone en peligro la puntual observancia del debido proceso
legal.[54]

7.4. INCOMUNICACIÓN DEL DETENIDO VS. COMUNICACIÓN DE LAS RAZONES


DE LA DETENCIÓN

El primero de estos, tal como se ha explicado líneas arriba admite excepción


frente a una causa razonable, pues estamos frente a una circunstancia en que ya se
dio la detención, solo que como acto seguido viene la incomunicación. Mientras
que el segundo no admite excepción alguna, pues toda persona detenida, siempre
debe ser comunicada de las razones de su detención, como es de verse en este
último supuesto estamos frente a la circunstancia antes y/o durante la detención.
Esta diferencia entre ambas, es de vital importancia, pues obedece a momentos
distintos en que opera la detención.

8. CONTROL JUDICIAL DE LA PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD Y LA


RAZONABILIDAD DEL PLAZO DE LA PRISIÓN PREVENTIVA

El art. 7.5 de la Convencion establece que:

Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro
funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a ser
juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que
continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su
comparecencia en el juicio.

A efectos de un mejor desarrollo de este artículo, se debe tener en consideración los


siguientes conceptos.

8.1. CONCEPTOS PREVIOS

8.1.1. Sin demora

En los casos de detención in fraganti, la Corte IDH determinó que la


comparecencia ante un juez sin demora “tiene particular relevancia”[55].

8.1.2. Juez

El Juez u otro funcionario, para la Convención es aquel “autorizado por la


ley paraejercer funciones judiciales” –es decir- debe satisfacer los requisitos
establecidos en el primer párrafo del artículo 8 de la Convención[56].

8.1.3. Ser juzgado dentro de un plazo razonable


Este acápite se encuentra desarrollado en el punto 8.3.2.

8.2. PRONTITUD EN EL CONTROL JUDICIAL DE LAS DETENCIONES

La Corte IDH ha destacado la necesidad de garantizar prontitud en el


control judicial de las detenciones fijando que una “pronta intervención judicial es
la que permitiría detectar y prevenir amenazas contra la vida o serios malos tratos,
que violan garantías fundamentales también contenidas en (…) la Convención
Americana”[57], tales como “el derecho a la vida y la integridad personal”[58].

Bajo esa premisa, “el control judicial inmediato es un “medio de control idóneo”
para evitar la arbitrariedad o ilegalidad de las detenciones”[59]. Tomando en
cuenta que en un Estado de derecho corresponde al juzgador garantizar los
derechos del detenido, autorizar la adopción de medidas cautelares o de coerción,
cuando sea estrictamente necesario, y procurar, en general, un trato consecuente
con la presunción de inocencia[60] que ampara al inculpado mientras no se pruebe
su responsabilidad[61], en atención a lo cual “un individuo que ha sido privado de
su libertad sin ningún tipo de control judicial debe ser liberado o puesto
inmediatamente a disposición de un juez (…)”[62], de tal forma que exista “el goce
efectivo de los derechos del detenido, tomando en cuenta la especial vulnerabilidad
de aquél”[63].

8.2.1. Comparecencia personal ante Juez

Esta circunstancia obliga que el detenido comparezca personalmente y rinda


declaración ante un juez o autoridad competente[64]. La autoridad judicial debe oír
personalmente al detenido y valorar todas las explicaciones que éste le
proporcione, para decidir si procede la liberación o el mantenimiento de la
privación de libertad (…)[65]. Esta autoridad judicial o funcionario –en mérito al
artículo 8.1- debe reunir las condiciones, de ser “un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley”[66].

8.3. RAZONABILIDAD DEL PLAZO EN LA PRISIÓN PREVENTIVA


La garantía prevista en la segunda parte del artículo 7.5 de la Convención se
aplica específicamente al caso de personas detenidas preventivamente en espera de
juicio[67]. En razón de ello, pasamos a desarrollar la prisión preventiva y la
razonabilidad del plazo.

8.3.1. Prisión Preventiva

La prisión preventiva es la medida más severa que se le puede aplicar al


imputado de un delito, motivo por el cual su aplicación debe tener un carácter
excepcional, en virtud de que se encuentra limitada por el derecho a la presunción
de inocencia, así como por los principios de necesidad y proporcionalidad,
indispensables en una sociedad democrática.[68]

8.3.2. Plazo Razonable

Al interpretar qué debe entenderse por “plazo razonable”, la Corte IDH


analizó el artículo 7.5 –segundo párrafo- de la Convención en relación con el
artículo 8.2 de la misma. En términos generales, entendió que cuando el plazo se
tornaba irrazonable, la medida cautelar devenía punitiva, atentando así contra el
principio de inocencia.[69]

Asimismo, el principio de plazo razonable al que hacen referencia los artículos 7.5
y 8.1 de la Convención “tiene como finalidad impedir que los acusados
permanezcan largo tiempo bajo acusación y asegurar que ésta se decida
prontamente”[70], de lo dispuesto en el artículo 8.2 de la Convención se deriva la
obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los límites
estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo eficiente de
las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia (...). En caso contrario se
estaría cometiendo una injusticia al privar de libertad, por un plazo
desproporcionado respecto de la pena que correspondería al delito imputado, a
personas cuya responsabilidad criminal no ha sido establecida. Sería lo mismo que
anticipar una pena a la sentencia, lo cual está en contra de principios generales del
derecho universalmente reconocidos[71].
Asimismo, para analizar la vulneración a este principio, se debe tomar en cuenta
los cuatro requisitos del plazo razonable establecidos por la Corte IDH en el caso
Valle Jaramillo.

8.4. PRIVACIÓN DE LIBERTAD DE NIÑOS

En el caso de privación de libertad de niños, la regla de la prisión preventiva


se debe aplicar con mayor rigurosidad, ya que la norma debe ser la aplicación de
medidas sustitutorias[72] cuando se estime que la prisión preventiva es procedente
en el caso de niños, debe aplicarse siempre durante el plazo más breve posible, tal
como lo establece el artículo 37.b) de la Convención sobre los Derechos del
Niño[73].

9. DERECHO A IMPUGNAR LA LEGALIDAD DE LA DETENCIÓN

El artículo 7.6 de la Convención establece:

Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal
competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o
detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En los Estados
partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser privada de su
libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida
sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los
recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.

Este artículo implica básicamente la existencia de un recurso para impugnar la


legalidad de la detención, ello hizo que se sentaran “dos principios que se
mantuvieron a lo largo de toda la jurisprudencia posterior”[74], estos son:

 El habeas corpus como garantía no susceptible de suspensión

 Cumplimiento efectivo del habeas corpus

9.1. EL HABEAS CORPUS COMO GARANTIA NO SUSCEPTIBLE DE SUSPENSIÓN

Los procedimientos de hábeas corpus y de amparo son de aquellas garantías


judiciales indispensables para la protección de varios derechos cuya suspensión
está vedada por el artículo 27.2 y sirven, además, para preservar la legalidad de
una sociedad democrática[75], por lo que; el habeas corpus no es pasible de
suspensión, aún durante la vigencia de estados o situaciones de emergencia.

9.1.1. Función del habeas corpus para impedir la desaparición

El hábeas corpus, para cumplir con su objeto de verificación judicial de la


legalidad de la privación de la libertad, exige la presentación del detenido ante el
juez o tribunal competente bajo cuya disposición queda la persona afectada. En este
sentido es esencial la función que cumple el hábeas corpus como medio para
controlar el respeto a la vida e integridad de la persona, para impedir su
desaparición o la indeterminación de su lugar de detención, así como para
protegerla contra la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanas o
degradantes.[76]

9.2. CUMPLIMIENTO EFECTIVO DEL HABEAS CORPUS

Para que tal recurso exista, no basta con que esté previsto por la
Constitución o la ley o con que sea formalmente admisible, sino que se requiere
que sea realmente idóneo para establecer si se ha incurrido en una violación a los
derechos humanos y proveer lo necesario para remediarla. No pueden considerarse
efectivos aquellos recursos que, por las condiciones generales del país o incluso por
las circunstancias particulares de un caso dado, resulten ilusorios.[77]

9.2.1. Insuficiencia de la sola existencia formal del recurso

Para la Corte IDH el derecho contenido en el artículo 7.6 de la Convención


no se cumple con la sola existencia formal de los recursos que regula, sino que
deben ser eficaces pues su propósito es obtener una decisión pronta “sobre la
legalidad [del] arresto o [la] detención” y, en caso de que éstos fuesen ilegales, la
obtención, también sin demora, de una orden de libertad[78].

9.2.2. Ser efectivo


A criterio del Tribunal “ser efectivo” significa que debe dar resultados o
respuestas a las violaciones de derechos contemplados en la Convención[79]. De lo
contrario la actividad judicial no significaría un verdadero control, sino un mero
trámite formal, o incluso simbólico, que generaría un menoscabo de la libertad del
individuo[80].

10. DERECHO A NO SER DETENIDO POR DEUDAS

El artículo 7.7 contempla lo siguiente:

Nadie será detenido por deudas. Este principio no limita los mandatos de autoridad
judicial competente dictados por incumplimientos de deberes alimentarios.

Este artículo prohíbe la detención por razones de naturaleza civil, lo que además
está regulado específicamente en esos términos en el artículo XXV de la
Declaración Americana, que intexto dice “…nadie puede ser detenido por
incumplimiento de obligaciones de carácter netamente civil…”.

Al respecto, no se ha presentado ningún caso contencioso ante la Corte IDH.

Habiendo concluido con el desarrollo del artículo 7 de la Convención,


consideramos ahora algunas formas; además de las ya referidas, en que se vulnera
la Libertad y seguridad personales. Se encuentran en acápites separados, dada la
trascendencia y tratamiento particular que han merecido por parte de la Corte
IDH.

A. EL SECUESTRO COMO CONTRAVENCIÓN AL DERECHO A LA LIBERTAD


PERSONAL

Se ha establecido que el secuestro “es un supuesto de privación de libertad


arbitraria que infringe el artículo 7 de la Convención, ya que quebranta el derecho
del detenido a ser llevado sin demora ante un juez y a interponer los recursos
adecuados para controlar la legalidad del arresto”[81]. Además, “el aislamiento
prolongado y la incomunicación coactiva a los que se ve sometida la víctima
representan, por sí mismos, formas de tratamiento cruel e inhumano, lesivas de la
integridad psíquica y moral de la persona y del derecho de todo detenido al
respeto debido a la dignidad inherente al ser humano, lo que constituye, por su
lado, la violación de las disposiciones del artículo 5 de la Convención que
reconocen el derecho a la integridad personal”[82]

B. LOS ESTABLECIMIENTOS DE DETENCIÓN POLICIAL

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha establecido que “Los


establecimientos de detención policial deben cumplir ciertos estándares
mínimos[83], que aseguren la observancia de los derechos y garantías
establecidos”[84].

Asimismo, la Corte IDH en diversos casos contenciosos ha dicho que, es preciso


que exista un registro de detenidos que permita controlar la legalidad de las
detenciones[85]. Esto supone la inclusión, entre otros datos, de: identificación de los
detenidos, motivos de la detención, notificación a la autoridad competente, y a los
representantes, custodios o defensores del menor –según el caso-, (…) y las visitas
que éstas hubieran hecho al detenido, el día y hora de ingreso y de liberación,
información al menor –o detenido- y a otras personas acerca de los derechos y
garantías que asisten al detenido, indicación sobre rastros de golpes o enfermedad
mental, traslados del detenido y horario de alimentación. Además el detenido debe
consignar su firma y, en caso de negativa la explicación del motivo. El abogado
defensor debe tener acceso a (…) expediente y, en general, a las actuaciones
relacionadas con los cargos y la detención.[86]

CONCLUSIONES

 Si bien, el derecho a la libertad se encuentra protegido en diversos instrumentos


internacionales, considero que el mejor instrumento de protección de este derecho
es la Convencion, ya que en este encontramos además del derecho propiamente,
garantías que deben observarse en circunstancias ex ante, durante y ex post de la
detención. Aún cuando el Convenio Europeo para la protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales, regula textualmente casos de
detención de menores de edad o el caso de toxicómanos, -lo que no aparece en la
Convención- ello no ha sido óbice para que la Corte IDH conociera este tipo de
casos, realizando una interpretación amplia del concepto de “ser humano”.

 El derecho a la libertad personal se vulnera de diversas maneras, sin embargo; se


debe tener muy en cuenta los efectos psicológicos y morales que como producto de
ella devienen, cuando este “acto de detener” no cumple con lo legislado, por ello;
para que un Estado respete la salud integral de todos sus ciudadanos debe
observar lo contemplado por la Convención e interpretado por la Corte IDH.

 Paradójicamente, la violación por parte de los Estados a la libertad personal, ha


hecho que la Corte IDH, desarrolle diversos aspectos propios de este
derecho, contrario sensu, ello demuestra la continua vulneración de la libertad del
ser humano y, por ser un derecho transgredido de manera recurrente en el derecho
internacional, este debe regularse de manera adecuada e idónea en la legislación
interna de cada país, solo así se podrá combatir las vastas detenciones ilegales y
arbitrarias.

 Delitos como los plagios, secuestros y la trata de personas, se han multiplicado en


cada uno de los países de la región, dada su aquiescencia y la falta del deber de
combatirlas. Estos delitos afectan el derecho a la libertad y seguridad personales, lo
que deviene en responsabilidad internacional del Estado, sin embargo; esta
responsabilidad no reparará la situación jurídica vulnerada de las personas
víctimas de estos delitos, por ello el deber general de los Estados de adecuar su
normativa interna acorde a la Convención.

 Por último, la libertad como derecho fundamental, debe ser observado con mayor
cuidado si se trata de menores de edad, dada su situación de especial
vulnerabilidad, por lo que debe existir una legislación especial en todos los
Estados, el cual debe ser cumplido y respetado a cabalidad.

Cusco, Febrero 2012.

[1] Alumno de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del
Cusco. Febrero del 2012.
[2] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 52.
[3] Corte IDH., Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre del 2003, Serie C No 100, párr. 129. En igual
sentido, Cfr., Eur. Court H. R., Brogan and Others v. The United Kingdom, decision of 23 March 1988, Series A
no. 145-B, paras. 58-59, 61-62.
[4] El primer caso en el que la Corte IDH analizó la privación de la libertad, es el Caso Velásquez Rodríguez.
[5] Corte IDH, Caso Yvon Neptune Vs. Haití. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008.
Serie C No. 180, párr. 90.
[6] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 53. Caso Yvon Neptune Vs. Haití. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008. Serie C No. 180, párr. 90.
[7] Corte IDH, Caso Neira Alegría y Otros, Sentencia del 19 de enero de 1995, Serie C No 20, párr. 85.
[8] En el caso Chaparro Álvarez se ampliaron los criterios ya establecidos en el caso Gangaram Panday y se
realizó un análisis minucioso y diferenciado de cada numeral del artículo 7 de la Convención.
[9] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 51. Caso Yvon
Neptune Vs. Haití. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008. Serie C No. 180, párr. 89.
[10] Corte IDH, Caso Maritza Urrutia Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2003. Serie C No. 103, párr. 64; Caso Juan Humberto Sánchez Vs. Honduras. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de junio de 2003. Serie C No. 99, párr. 77; Caso Tibi.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de septiembre de 2004. Serie C No.
114, párr. 97; y Caso Gutiérrez Soler. Medidas Provisionales respecto de Colombia. Resolución de la Corte de
11 de marzo de 2005, considerando duodécimo; Resolución de la Corte de 27 de noviembre de 2007,
considerando decimoquinto.
[11] Corte IDH, Caso Valle Jaramillo y otros. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de
2008. Serie C No. 192, párr. 108.
[12] Ídem.
[13] Ídem.
[14] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 53.
[15] Ídem.
[16] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 54. Caso Yvon
Neptune Vs. Haití. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008. Serie C No. 180, párr. 91.
[17] Corte IDH, Gutiérrez Soler Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 12 de septiembre de
2005. Serie C No 132. párr. 52.
[18] Corte IDH, Caso de las Masacres de Ituango. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 1 de julio de 2006. Serie C No. 148, párr. 153.
[19] El caso Gangaram Panday, según se vio, supuso el establecimiento de las condiciones para calificar a una
privación de libertad como ilegal o como arbitraria
[20] Corte IDH, Caso Juan Humberto Sánchez, Sentencia del 7 de junio del 2003.Serie C No 99, párr. 78.
[21] Para la Corte IDH “LEY” es “Una norma jurídica de carácter general, ceñida al bien común, emanada de los
órganos legislativos constitucionalmente previstos y democráticamente elegidos, y elaborada según el
procedimiento establecido por las constituciones de los Estados Partes para la formación de las leyes”. La
Expresión “Leyes” en el Art. 30 de la Convención. Opinión Consultiva OC-6/86 del 9 de mayo de 1986. Serie A
No. 6, párr. 38.
[22] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 56. Caso Yvon
Neptune. párr. 96.
[23] Ídem.
[24] Corte IDH, Caso Acosta Calderón. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de 2005. Serie
C No. 129, párr. 57.
[25] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 69.
[26] Corte IDH, Caso Maritza Urrutia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2003.
Serie C No. 103, párr. 67. Caso Bulacio. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 18 de septiembre de
2003. Serie C No. 100, párr. 127.
[27] Corte IDH, Caso La Cantuta. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de noviembre 2006. Serie C No.
párr. 109.
[28] NACIONES UNIDAS. Comité de Derechos Humanos. Observación General 8. Del 30 de julio de 1982. Párr.
1.
[29] Corte IDH, Caso Yvon Neptune Vs. Haití. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008.
Serie C No. 180, párr. 97.
[30] Estos criterios han sido incluidos por la Corte IDH en el caso Chaparro Álvarez.
[31] Corte IDH, Caso Servellón García y otros. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de septiembre
de 2006. Serie C No. 152, párr. 90. y Caso Acosta Calderón. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24
de junio de 2005. Serie C No. 129, párr. 111. Negrita y cursiva nuestro.
[32] Corte IDH, Caso García Asto y Ramírez Rojas. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137, párr. 106. Negrita y cursiva nuestro.
[33] Corte IDH, Caso “Instituto de Reeducación del Menor”. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112, párr. 228. Negrita y cursiva nuestro.
[34] Corte IDH, Caso Yvon Neptune Vs. Haití. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008.
Serie C No. 180, párr. 98.
[35] Corte IDH, Caso López Álvarez. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie
C No. 141, párr. 66; Caso García Asto y Ramírez Rojas. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137, párr. 105.
[36] Corte IDH, Caso Servellón García y otros. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de septiembre
de 2006. Serie C No. 152, párr. 90.
[37] Corte IDH, Caso García Asto y Ramírez Rojas. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137, párr. 106.
[38] Corte IDH, Caso López Álvarez. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie
C No. 141, párr. 69. Caso Acosta Calderón. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de 2005.
Serie C No. 129, párr. 111.
[39] Corte IDH, Palamara Iribarne. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005.
Serie C No. 135, párr. 198; Caso Acosta Calderón. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de
2005. Serie C No. 129, párr. 111; y Caso Bayarri. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de octubre de 2008. Serie C No. 187, párr. 74.
[40] Corte IDH, Caso Bayarri. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de octubre
de 2008. Serie C No. 187, párr. 74.
[41] Corte IDH, Caso Bayarri. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de
octubre de 2008. Serie C No. 62.
[42] Corte IDH, Caso Bulacio, Sentencia de 18 de septiembre 2003, Serie C No 100, párr. 128. Caso Tibi.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de septiembre de 2004. Serie C No.
114, párr. 109.
[43] Corte IDH, Caso Maritza Urrutia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2003.
Serie C No. 103, párrs. 71 y 72.
[44] Corte IDH, Caso Yvon Neptune. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008. Serie C
No. 180, párr. 105 y Caso Maritza Urrutia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de
2003. Serie C No. 103, párr. 72.
[45] Corte IDH, Caso López Álvarez. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie
C No. 141, párrs. 83 y 84.
[46] Comité de Derechos Humanos. Observación General No.13: Igualdad ante los tribunales y derecho de toda
persona a ser oída públicamente por un tribunal competente establecido por la ley (art. 14), 13 de abril de 1984, párr.
8.
[47] Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 71 y TEDH, Fox, Campbell y Hartly vs. Reino
Unido, Sentencia de 26 de junio de 1990, Serie A No. 182, párr. 40.
[48] Corte IDH, Caso Tibi. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de septiembre
de 2004. Serie C No. 114, párr. 112.
[49] Ídem.
[50] Ídem.
[51] Corte IDH, Caso Tibi. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de septiembre
de 2004. Serie C No. 114, párr. 112.
[52] Comisión IDH. Informe sobre Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos 2009. OEA/Ser.L/V/II. Doc. 57.
Original: Español. 31 diciembre 2009. Párr. 149.
[53] Ídem.
[54] Corte IDH, Caso Bulacio Vs. Argentina. Sentencia de 18 de septiembre de 2003, Serie C, No. 100, párr.
127.
[55] Corte IDH, Caso López Álvarez. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie
C No. 141, párr. 88.
[56] Corte IDH, Caso Tibi. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de septiembre
de 2004. Serie C No. 114, párr. 119. Caso Acosta Calderón. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de
junio de 2005. Serie C No. 129,párr. 80. Negrita y cursiva nuestro.
[57] Corte IDH, Caso de los “Niños de la Calle”. (Villagrán Morales y otros). Fondo. Sentencia de 19 de
noviembre de 1999. Serie C No. 63, párr. 140.
[58] Corte IDH, Caso López Álvarez. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie
C No. 141, párr. 87. Caso Acosta Calderón. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de 2005.
Serie C No. 129, párr. 82.
[59] Corte IDH, Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre del 2003, Serie C No 100, párr. 129; y Caso
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21
de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 79.
[60] Caso Yvon Neptune. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008. Serie C No. 180,
párr. 107, y Caso Bayarri. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de octubre de
2008. Serie C No. 187, párr. 63. En el caso Bayarri la Corte asimismo reiteró que “el juez es garante de los
derechos de toda persona bajo custodia del Estado, por lo que le corresponde la tarea de prevenir o hacer cesar
las detenciones ilegales o arbitrarias y garantizar un trato conforme el principio de presunción de inocencia”,
párr. 67.
[61] Corte IDH, Palamara Iribarne. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005.
Serie C No. 135, párr. 218, y Caso García Asto y Ramírez Rojas. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137, párr. 109.
[62] Corte IDH, Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre del 2003, Serie C No 100, párr. 129.
[63] Corte IDH, Caso Bayarri. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de octubre
de 2008. Serie C No. 187, párr. 67.
[64] Corte IDH, Caso López Álvarez. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie
C No. 141, párr. 87.
[65] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 83. Caso Bayarri.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de octubre de 2008. Serie C No.
187, párr. 69.
[66] Corte IDH. Caso Tibi. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de
septiembre de 2004. Serie C No. 114.
[67] Corte IDH, Análisis de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de
Integridad Personal y Privación de Libertad. San José, C.R., 2010. Pág. 64.
[68] Corte IDH, Caso Servellón García y otros. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de septiembre
de 2006. Serie C No. 152, párr. 88; Caso Yvon Neptune. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de
mayo de 2008. Serie C No. 180, párr. 107 y Caso Bayarri. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de octubre de 2008. Serie C No. 187, párr. 69.
[69] Corte IDH, Análisis de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de
Integridad Personal y Privación de Libertad. San José, C.R., 2010. Pág. 65.
[70] Corte IDH. Caso Suárez Rosero. Fondo. Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No. 35, párr. 70.
[71] Corte IDH. Caso Suárez Rosero. Fondo. Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No. 35, párr. 77.
[72] Corte IDH, Caso “Instituto de Reeducación del Menor”. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112, párr. 229.
[73] Corte IDH, Caso “Instituto de Reeducación del Menor”. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112, párr. 231.
[74] Corte IDH, Análisis de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de
Integridad Personal y Privación de Libertad. San José, C.R., 2010. Pág. 70.
[75] OC-8/87, párr. 35. Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
4 de julio de 2007. Serie C No. 166, párr. 54.
[76] Corte IDH, OC-8/87, párr. 42; Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr.
129.
[77] Corte IDH, OC-9/87, párr. 24; Caso “Cinco Pensionistas” Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 28 de febrero de 2003. Serie C No. 98, párr. 126; Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre
del 2003, Serie C No 100, párr. 127;Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr.
133.
[78] Corte IDH, Caso Cesti Hurtado. Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de mayo de 2001. Serie C No. 78,
párr.125, y Caso Suárez Rosero. Fondo. Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No. 35, párr. 63.
[79] Corte IDH, Caso Juan Humberto Sánchez. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 7 de junio de 2003. Serie C No 99, párrs. 121.
[80] Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 133.
[81] Corte IDH, Caso Velásquez Rodríguez, Sentencia del 29 de julio de 1988, Serie C No 4, párr. 155 y 186.
[82] Corte IDH, Caso Blake, Excepciones Preliminares, Sentencia de 2 de julio de 1996, Serie C No. 27, párr.
35.
[83] Corte IDH, Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre del 2003, Serie C No 100, párr. 132. Eur. Court
HR, Dougoz v. Greece Judgment of 6 March 2001, Reports of Judgments and Decisions 2001-II, parrs. 46 and
48. Council of Europe. Committee on the Prevention of Torture, European Union. 9th General Report [CPT/Inf
(99), 12], paras. 33-34.
[84] Corte IDH, Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre del 2003, Serie C No 100, párr. 132.
[85] Corte IDH, Caso Juan Humberto Sánchez, supra nota 4, párr. 189; y Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua
Morales y otros),Reparaciones, supra nota 30, párr. 203.
[86] Corte IDH, Caso Bulacio, Sentencia del 18 de septiembre del 2003, Serie C No 100, párr. 132.

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