Un día cualquiera el presidente de la organización mundial de superhéroes convocó a una reunión

a todos los superhéroes para presentarle un nuevo compañero llamado: SOLOMÁN, que sin
poderes mágicos podía ser igual a ellos. Esto causó revuelo y desorden entre los superhéroes
porque pensaban que eran los únicos que con sus poderes mágicos podían resolverlo todo.
SOLOMÁN propone una misión a todos los superhéroes que el primero que logre llevar una
amapola sin estropearla al hospital y entregársela a Ángela una chica que sufrió un accidente y de
ésta forma logrará hacerla sentir feliz. Los superhéroes se miraron unos a otros asombrados por la
misión tan ridícula y humillante que debían realizar. Ellos pensaron que por tener poderes mágicos
iban a lograr la misión porque encontrarían amapolas en cualquier parte; pero se equivocaron, la
amapola solo se encuentra en el campo por ser una flor silvestre. Primero fueron a una floristería
pero allí no la vendían, luego a la biblioteca para investigar donde podían encontrarla, allí
utilizaron sus poderes y luego se fueron a un campo de trigales, vieron muchas amapolas pero se
asustaron con los espantapájaros. Mientras todo eso pasaba, SOLOMÁN con su inteligencia y
sentido común, sin tener poderes pasó por muchas dificultades para llegar al campo de amapolas
como una persona común y corriente. SOLOMÁN llegó al campo de amapolas y ayudó a los
superhéroes de los espantapájaros. Finalmente SOLOMÁN coge la flor de amapola para llevársela
a Ángela al hospital. Los demás superhéroes no pudieron entrar al hospital porque el portero
pensó que ellos venían disfrazados de un carnaval y así no eran permitidas las visitas.