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13.03.

2017
Derecho Procesal Funcional

Introducción.-
El derecho procesal, que comprende el órgano jurisdiccional, sus
atribuciones y el procedimiento, se clasifica normalmente en:

1.- Derecho Procesal Orgánico (organización y atribución de los


tribunales); y

2.- Derecho Procesal Funcional (forma como los tribunales ejercen


jurisdicción).

Este último a su vez se clasifica en Derecho Procesal Civil y Derecho


Procesal Penal, según la naturaleza de la ley de fondo.

1.- Derecho Procesal Orgánico (organización y atribución de los


tribunales); Conceptos Asociados:

2.- Derecho Procesal Funcional (forma como los tribunales ejercen


jurisdicción). Conceptos Asociados:

En un primer intento podríamos conceptuar al derecho procesal como


la disciplina jurídica que tiene por objeto el estudio del proceso, y no
cualquier proceso, sino aquel que se desenvuelve ante los jueces.

Por lo tanto se define el Derecho Procesal Civil como el “Conjunto de


principios y disposiciones legales que determinan la manera de como los
tribunales conocen, juzgan y hacen ejecutar lo juzgado en los juicios de
naturaleza civil, y como intervienen en igual sentido en los negocios
pertenecientes a la jurisdicción voluntaria” (Casarino). Para Carnelutti,
“Derecho Procesal Civil es simplemente el Derecho que regula el proceso
civil”. Por lo tanto, se hace menester estudiar lo que es proceso y el Derecho
que lo regula.

A pesar de estas definiciones, que centran toda la disciplina en torno al


proceso, la doctrina ha sido consciente de que el derecho procesal no es el
derecho del proceso, dado que éste no es ni el único ni el más importante
contenido del mismo, sino que se integra, además, por las nociones de
jurisdicción y acción.

La última subdistinción, en Derecho Procesal Civil y Derecho Procesal


Penal no importa diversidad de principios ni oposición de conceptos, puesto
que ambos responden a una unidad derivada de los hechos, y cuya finalidad
es la conservación del orden jurídico. Un mismo hecho puede dar origen a un
proceso civil y uno penal (como por ejemplo el robo) y en ambos procesos
existen los mismos conceptos fundamentales: acción, relación procesal,
sentencia. Sin embargo, entre el proceso civil y el proceso penal existen
diferencias fundamentales, que obligan a regularlos con normas propias,
principalmente en lo que se refiere a la actuación del juez, los medios de que
se dispone para la investigación del hecho, y la apreciación de la prueba.

 El Código de Procedimiento Civil.-


En nuestro Derecho Positivo, las normas legales que regulan el proceso
civil se encuentran fundamentalmente en el Código de Procedimiento Civil,
dictado en 1902. El ámbito de aplicación del Código de Procedimiento Civil,
de acuerdo al artículo 1° es para las contiendas civiles entre partes y los actos
de jurisdicción no contenciosa, cuyo conocimiento corresponda a los
tribunales de justicia. Sin embargo, no se aplica a todas las contiendas civiles
y actos judiciales no contenciosos, puestos que algunos se rigen por normas
especiales. Ni tampoco a las contiendas penales, sino en forma supletoria del
Código Procesal Penal (artículo 43 Código Procesal Penal).

La estructura del CPC, que consta de cuatro libros, es la siguiente:

1.- El libro primero, fija las normas comunes a todo procedimiento, por lo que
se aplica a cualquier clase de negocio judicial, sea contencioso o no
contencioso, ordinario o especial;

2.- El libro segundo, se refiere al juicio ordinario que es el procedimiento tipo,


qué a su vez es la regla general para los casos no previstos, y se aplica cada
vez que no hay una disposición especial en contrario;

3.- El libro tercero contiene la reglamentación de los juicios especiales, como


el juicio ejecutivo, el juicio sumario;

4.- El libro cuarto se refiere a las normas de tramitación de los actos judiciales
no contenciosos.

22.03-2017
El mecanismo que determina la aplicación de cada uno de estos libros
es el siguiente:

- Si se inicia un asunto contencioso con reglas especiales de


tramitación ante los tribunales ordinarios, se aplica en primer
término el procedimiento especial que señala el Libro III, si está
sometida a reglas especiales de tramitación la acción entablada. Por
ejemplo, la acción posesoria, la acción ejecutiva. En silencio de las
reglas especiales del Libro III, se aplican las normas del Libro I, por
ser comunes a todo procedimiento; y por último, en forma
supletoria, se aplican las normas del Libro II, sobre juicio ordinario,
el que es supletorio de todo otro procedimiento que no tenga reglas
especiales.
- Si el asunto contencioso no tiene reglas especiales de tramitación,
de acuerdo a la acción deducida, se aplica el Libro II sobre juicio
ordinario, por ser éste de aplicación general; a falta de las reglas
sobre juicio ordinario, por ejemplo, notificaciones, constitución del
mandato, etc., rigen las reglas comunes a todo procedimiento del
Libro I.
- Si el asunto judicial es no contencioso (voluntario) se aplican las
reglas especiales contenidas en el Libro IV; si no existen, se aplican
las reglas generales contenidas en el mismo libro para esta misma
clase de asunto; en subsidio, se aplican las normas comunes a todo
procedimiento del Libro I; y en forma supletoria, las normas sobre
juicio ordinario contenidas en el Libro II.
Todo lo anterior es sin perjuicio de que la cuestión contenciosa o no
contenciosa esté sometida a tramitación especial en una ley también
especial, que se aplica con preeminencia; y supletoriamente rigen las normas
del C.P.C. en el orden señalado, (ejemplos: juicios de Arrendamiento de
predios urbanos, ley Indigena, etc.).

LA ACCIÓN

 Concepto.-
En el seno de la sociedad existen diversos intereses que consisten en la
posición de alguien favorable a la satisfacción de una necesidad.

Como las necesidades de los hombres son múltiples, ilimitadas, diversas y


crecientes, y los bienes para satisfacerlas son limitados, aparecen los
conflictos de intereses, o lucha por la obtención de la posesión favorable, o
señorío absoluto sobre una cosa que es apta para la satisfacción de una
necesidad común a dos o más hombres. La cosa se transforma en un bien
contenido o en un objeto litigioso.

El derecho regla el modo en que los hombres pueden lícitamente adquirir


los bienes destinados a la satisfacción de sus necesidades; pero como el
hombre viola las normas jurídicas, surge el CONFLICTO JURIDICO O LITIGIO; es
decir, el conflicto de intereses jurídicamente trascendente es un litigio.

Conflicto de intereses- judicializado= LITIGIO

Estos conflictos jurídicos eran decididos por los propios titulares de los
intereses en las sociedades primitivas, y la justicia estaba del lado del más
fuerte; concurrían en el mismo sujeto la calidad de juez y parte, y el empleo
de la fuerza privada, en definitiva, atentaba contra la convivencia social. Por
lo tanto, la colectividad se vio en la necesidad de institucionalizar la
administración de justicia, confiándole a juzgadores idóneos e imparciales. La
organización del Estado, y dentro de éste, la institución del Poder Judicial,
consagran la regla conforme a la cual cada conflicto debe ser resuelto e
impuesto imperativamente a los sujetos, para la composición de la litis.

Sin embargo, el individuo que es titular de un derecho subjetivo, es libre


de invocar en su propio favor la protección jurídica del Estado, porque el
obligado puede cumplir voluntariamente. El derecho subjetivo es un interés
protegido por la fuerza del Estado; y esta fuerza se pone en actuación en
materia civil, mediante la respectiva petición de los justiciables (destinatarios
de la jurisdicción), quienes formulan sus pretensiones mediante el ejercicio
de la respectiva acción.

La jurisdicción, el poder-deber del Estado cuyo objeto es resolver litigios a


través de un proceso, se pone en movimiento a través de la respectiva
acción.

Por lo tanto, la acción es el medio con que cuentan los justiciables para
provocar el ejercicio de la jurisdicción por parte del Estado. La acción
funciona por obra de las partes y mediante ella el Estado asegura la paz social
mediante el imperio del derecho, satisfaciendo no sólo el interés particular
sino que también el interés público, y que se traduce en la observancia de
aquel.
En todos los países civilizados del mundo moderno, la regla
fundamental es que no existe jurisdicción sin acción: “nemo iudex sine
actore”. La acción es un presupuesto de la jurisdicción.

La razón por la cual los órganos de la jurisdicción actúan previa


excitación por los particulares o por el Estado a través de los mecanismos
ideados para el efecto, es que es inadmisible (puesto que los personeros del
órgano jurisdiccional o juzgadores verían afectada su independencia e
imparcialidad), que se lancen a componer litigios sin otro motivo que la
supuesta o eventual injusticia de que pudieran ser víctimas las partes del
conflicto.

La pasividad de los Tribunales, principio fundamental de cualquier


Estado de derecho, es la única garantía de independencia e imparcialidad
del juzgador. Por ello es que las funciones de juez y parte deben radicarse en
personas distintas.

- En el proceso civil, la ley atribuye el ejercicio de la acción a la


parte, no porque el Estado carezca de interés e ella, sino porque
ningún otro órgano es más idóneo para realizar tal cometido.
- En materia penal, las funciones de investigador, acusador y
sentenciador deben ser atribuidas a personas diversas, para evitar el
Pre-juzgamiento: el derecho a acusar debe atribuirse al ministerio
público o a los particulares, o a ambos, pero en ningún caso al Juez.
Ahora bien, el proceso tiene su origen en un litigio-conflicto de
intereses jurídicamente trascendentes y susceptibles de composición en sede
jurisdiccional. Existiendo un conflicto de esta naturaleza, puede nacer un
proceso a la vida del derecho, mediante el ejercicio de la acción.
No se justifica la existencia de la acción si el hecho del litigio
generase el proceso. ¿¿¿¿¿¿Que significa esto??????

La acción es el nexo que enlaza el derecho material con el derecho


instrumental; se encuentra tanto sobre el derecho substancial como sobre el
derecho procesal.

Derecho material= derecho sustancial

Derecho instrumental= derecho procesal

La finalidad de la acción, entonces, es que su ejercicio ante un órgano


jurisdiccional y relativa a un objeto litigioso, condiciona la constitución del
juicio. La acción es la causa eficiente del proceso.

 Definición.-
Aunque la acción es compleja en cuanto a su naturaleza jurídica, para fines
didácticos se definirá de la siguiente forma: “Es la facultad que tiene una
persona para presentarse ante los Tribunales de Justicia, solicitando el
reconocimiento o la declaración del derecho que cree tener” (Casarino y
Fernando Alessandri).

“Es una facultad reconocida a los individuos para exigir la intervención del
Estado en la solución de sus conflictos jurídicos” (Hugo Alsina).

“Poder jurídico del individuo de requerir de la jurisdicción la prestación de


cuanto es menester para reintegrarle o asegurarle efectivamente el goce de
su derecho violado, resistido o en estado de incertidumbre” (Couture).

“Es el medio necesario para solicitar o instar ante un tercero imparcial


un pronunciamiento ejecutable por la fuerza del Estado” (Nelson Rojas
Preter).

“Potencia o posibilidad de provocar la actividad jurisdiccional” (Francisco


Hoyos).

 Otras acepciones del vocablo acción.-


Además del sentido técnico-procesal señalado, la palabra acción tiene
también otras acepciones en el Derecho:

a) En derecho Comercial se le emplea para referirse a la parte o cuota en que


se divide el capital de una sociedad anónima;

b) En derecho Penal ha sido tomada en el sentido de conducta constitutiva


del ilícito.
27.03.2017

Naturaleza Jurídica de la Acción.-

 Importancia de su estudio.-
En cuanto a la competencia del Tribunal, ésta se distribuye según la
naturaleza de las acciones; una acción ante un juez incompetente puede ser
rechazada de oficio, o mediante la excepción opuesta por el demandado;

En materia de prueba, también se determina de acuerdo a la


naturaleza de la acción. Por ejemplo, es inadmisible la prueba testimonial
respecto de contratos que deben constar por escrito (superiores a 2 U.T.M.) o
si la acción es posesoria, es inútil la prueba del dominio, porque lo que se
discute es la posesión. La ley es la que se encarga de establecer las
limitaciones y prohibiciones de la prueba de ciertas acciones y no al arbitrio
del juez.

En cuanto a la sentencia, debe estar de acuerdo, bajo pena de nulidad


(recurso de casación) con las acciones deducidas en la demanda y en la
contestación; y en cuanto al principal efecto de la misma, o sea, la cosa
juzgada, el examen de los elementos de ella permitirá saber si la acción hecha
valer en el primer proceso y fallada en él, es la misma que se hace valer en el
nuevo proceso y puede oponerse la excepción correspondiente.
Teorías sobre la Naturaleza Jurídica de la Acción

Las teorías sobre la naturaleza jurídica de la acción se clasifican


fundamentalmente en teorías monistas (clásicas) y teorías dualistas
(modernas).

El criterio de distinción radica en que en las primeras (T. Monistas) se


trata simplemente del derecho material substancial deducido en juicio,
existiendo una identidad entre acción y derecho.

Para los segundos,(T. Dualistas) en cambio, la acción es un fenómeno


diverso de tal derecho, distinguiendo entre el derecho de cuya protección se
reclama y el derecho a reclamar de dicha protección cuando el primero de
ellos es amenazado o violado.

1.- Teorías Monistas (o clásicas).-

Según la doctrina clásica o civilística de la acción, la acción es un


elemento del derecho que se pone en movimiento como consecuencia de su
violación; es el derecho en su ejercicio, el derecho en pie de guerra para
remover los obstáculos que se opongan a su eficacia.

Las teorías monistas de la acción o clásicas se inspiran en el


procedimiento extraordinario del Derecho Romano, que reemplazó al
procedimiento formulario: en éste, la acción era la fórmula que el
demandante entregaba al demandado y por la cual se investía el Juez de la
facultad de condenar o absolver, no estando la acción vinculada al derecho,
sino que era un derecho autónomo que tenía su origen en la fórmula misma;
en cambio, en aquel desapareció la división entre magistrado (pretor) y el
Juez (iudex) y al suprimirse la fórmula, desde que el mismo magistrado
instruía el proceso y dictaba sentencia, la acción pasó a ser un elemento del
derecho en el sentido de que no era ya necesario que el magistrado la
acordara, sino que cualquiera que fuera el titular del derecho, podía ejercerlo
sin previa autorización, y la acción dejó de ser un derecho autónomo,
confundiéndose con el derecho mismo, y por ello que en el derecho romano
existía una acción para cada derecho (reivindicación, nulidad, fraude
pauliano). Así, la acción se fusiona al derecho y representa la parte activa de
éste; actio y derecho son lo mismo: se separa el derecho de perseguir en
juicio (ius persequendi iuditio) del elemento jurídico material, lo que es
debido (quod sibi debetur) y que constituía la actio romana en el
procedimiento formulario.

La teoría clásica de la acción fue expuesta por Savigny, desarrollada por


la doctrina francesa y seguida por los prácticos españoles, y fue recibida por
los ordenamientos jurídicos antiguos de Italia, Francia, y España; y desde este
último pasó a los códigos procesales chilenos. Por ello es que los derechos
reales y personales y los delitos y cuasidelitos aparecen como fuentes de las
respectivas acciones. De acuerdo a esta teoría, la acción supone un derecho y
la violación del mismo, por lo que sus elementos deben ser necesariamente
cuatro:
Derecho, porque no se concibe la acción sin un derecho que le de
nacimiento; y a cuya protección se dirija;

Interés, porque el derecho es un interés protegido por la ley, y si el


interés falta, la protección desaparece;

Calidad, que corresponde al titular del derecho o a quien puede


ejercerlo en su nombre, como el padre por el hijo;

Capacidad, es decir, la aptitud para actuar personalmente en el juicio


(no la tienen, por ejemplo, los menores)

Las consecuencias de esta doctrina que identifica acción con derecho


son las siguientes:

a) No hay derecho sin acción, porque éste carecería de eficacia. Por


excepción, y por razones de orden público, se priva de acción a quien hubiera
cumplido una obligación natural.

b) No hay acción sin derecho, desde que aquella no es sino un elemento de


éste;

c) La acción participa de la naturaleza del derecho (real, personal, etc.).

 Las críticas a la doctrina clásica son las siguientes:


a) Resulta insuficiente para explicar situaciones normales del proceso,
como cuando en la sentencia se rechaza una demanda infundada, en que se
puso en movimiento todo el mecanismo del proceso y al final se declara que
la pretensión del actor no está amparada por una norma legal; por lo que el
derecho no existe, y si no hay acción sin derecho, ¿Qué es lo que dio impulso
al proceso?

b) En el caso de las obligaciones naturales, la ley niega la acción, pero nada


impide que se demande su cumplimiento y se origine un proceso, sin
perjuicio de que en definitiva se rechace la demanda;

c) Los elementos de la acción, con excepción de la capacidad, no son


condiciones de ejercicio sino de admisibilidad para obtener sentencia
favorable: puede que ésta reconozca derecho, interés y calidad, y sin
embargo existió discusión, prueba y sentencia.

d) Las acciones posesorias protegen una situación de hecho, la posesión, y


no un derecho, aunque sí existe acción.

Exponentes de esta doctrina, aparte de Savigny, fueron en Francia


Demolombe y Aubry et Rau, y en España, Ctiararantes y Manresa y Reus,
todos juristas del siglo XIX.

29.03-2017

2.- Teorías Dualistas (o modernas).-

La insuficiencia de las teorías monistas para explicar el fenómeno del


proceso, que se desarrolla independientemente de que el derecho material
sea en definitiva reconocido o no, y por lo tanto explicar el acto en virtud del
cual se incorpora la carga (objeto disputado) a un tren (proceso) para que en
la estación de destino un tercero (juez) decida sobre la suerte de la carga
(sentencia), hizo surgir las teorías dualistas, que reposan en la idea de que
acción y derecho subjetivo material son conceptos diversos.

La característica común de las teorías dualistas o modernas es que


diferencian entre el derecho subjetivo o material (por ejemplo, el derecho de
dominio), y el derecho a solicitar la protección de los tribunales cuando, o
quien se pretende su titular, estima que tal derecho material ha sido violado.
Luego, cuando ejerce la acción reclamando la protección del derecho, no
ejerce el derecho subjetivo o material (porque puede ser o no titular del
mismo, lo que se determinará en la sentencia), sino que sólo hace valer una
pretensión de tutela del derecho; por medio de la acción pretende que el
derecho le sea reconocido, obteniendo una sentencia favorable.

 Elementos de la Acción.-
De acuerdo a la doctrina clásica o monista, los elementos de la acción son
derecho, interés, calidad y capacidad, lo que fue criticado por las doctrinas
dualistas, porque la última es una condición de ejercicio (para interponer la
acción), y las tres primeras, de admisibilidad (para que en definitiva sea
acogida). Considerada la acción en cambio como un derecho autónomo y
distinto del derecho material, se advierte en ella tres elementos constitutivos:
sujetos, objetos y causa de la acción.

 Sujetos de la acción.-
Se distingue un sujeto activo y uno pasivo.

- Sujeto activo de la acción: Es el titular de la misma, la persona que la ejerce


y que en el proceso adquiere el rol del demandante o actor.

- Sujeto pasivo de la acción: Es la persona contra la cual ella es dirigida y que


en el proceso reviste el papel de demandado.

Tanto el demandante como el demandado deben ser perfectamente


individualizados, para saber a quién afecta la sentencia que se dicte. (Arts.
170 Nº 1, 254 Nº 2 y 3; 303 Nº 4 del C.P.C.).

 Objeto de la acción.-
Es el efecto que se persigue con su ejercicio. Según la escuela clásica, el
objeto de la acción era el cumplimiento de una obligación por el demandado
(dar, hacer o no hacer); según la doctrina moderna, éste es el efecto último o
mediato de la acción, pero lo que el actor busca, en realidad, es una
sentencia que declare que su pretensión es o no fundada.

Por lo tanto, para saber cuál es el objeto de la acción debe preguntarse


cuál es el derecho cuyo reconocimiento o declaración se pide por medio de
ella. Ejemplo: en acción la reivindicatoria, el objeto es la declaración de
derecho de dominio.

 Causa de la acción.-
Es el fundamento del ejercicio de la acción. Según el artículo 177 inciso
final del Código de Procedimiento Civil, es el fundamento inmediato del
derecho deducido en juicio. Para saber cuál es la causa de la acción, debe
preguntarse "¿Por qué pedimos?" la declaración o reconocimiento del
derecho. En la acción reivindicatoria la causa es el título y el modo de adquirir
(compraventa y la inscripción-tradición); en la acción de cobro de dinero, un
mutuo.

 Condiciones de la acción.-
Se distingue entre:

1.- condiciones para el ejercicio de la acción y

2.- condiciones para la admisión de la acción.

1.- .- Condiciones de Ejercicio de la Acción.-

Son aquellas circunstancias necesarias para hacer valer la acción ante


los tribunales, sin importar si la sentencia, en definitiva, la aceptará o la
rechazará. Tales son:

- La Pretensión Jurídica: Puede resultar fundada o infundada, pero que


el juez no puede dejar de considerar. La pretensión que une la acción con el
derecho material en litigio, puede ser formulada indistintamente por quien
tiene derecho o por quien carece de él; no porque ella no tenga fundamento,
dejará de ser tal. Basta entonces, la invocación de un derecho y el
requerimiento de su protección para que se ponga en movimiento la
actividad jurisdiccional.

- El Cumplimiento de las Formalidades Exigidas por la Ley: Cuya


omisión autoriza la negativa del tribunal a dar curso a la demanda (artículos
254 y 256 del CPC).

Llenadas ambas condiciones, solamente la sentencia puede admitir o


rechazar definitivamente la acción.

2.- Condiciones de Admisión de la Acción

No basta la presencia de los elementos de la acción para que sea


favorablemente acogida por la sentencia, sino que además se requiere, para
que el actor triunfe en su demanda, las siguientes condiciones: a) derecho,
b)calidad y c) interés.

a) - Derecho a la Acción: Corresponde al juez determinar en la


sentencia si la situación concreta que la demanda plantea está
amparada por una norma legal. Por lo tanto, el juez debe establecer
si existe una norma abstracta que contemple la situación jurídica y si
el hecho invocado por el actor corresponde al que la norma
considera; y si la existencia del hecho está justificada. Los dos
primeros requisitos son examinados por el juez con prescindencia de
las afirmaciones de las partes, pero aun cuando éstas tienen la
obligación de fundar en derecho sus pretensiones (artículo 254 Nº 4
del CPC), la omisión y el error pueden ser suplidos por aquel
(artículo 70 Nº 5 del CPC). Los hechos deben ser probados por quien
los afirma. Además, el juez debe examinar si la admisión de la
acción no está prohibida en ese supuesto hecho, como cuando existe
causa u objeto ilícito; o si el derecho no tiene acción, como ocurre
con las obligaciones naturales.

b) - Calidad en la Acción: Significa que la acción debe ser intentada


por el titular del derecho y contra la persona obligada, es decir, las
partes en la relación jurídica substancial o sus sucesores. Al actor
corresponde probar la calidad de titular del derecho, es decir, su
calidad de legitimado activo de la acción, y la calidad de obligado
del demandado, o legitimado pasivo de la acción. La legitimación de
la calidad en la acción no es un requisito para el ejercicio de la
acción, sino de la admisibilidad de ella en la sentencia.
Por excepción, en ciertos casos la acción puede ser ejercitada por una
persona distinta del titular del derecho, como ocurre en el ejercicio de la
acción oblicua o subrogatoria, en que se ejerce en interés propio un derecho
ajeno, y en que el actor debe probar no sólo el crédito de su deudor, sino
además su calidad de acreedor de este último.
c) - Interés en la Acción: Para intentar una acción es necesario tener
interés, porque sólo con esa condición se pone en juego la actividad
jurisdiccional: los jueces no hacen declaraciones abstractas. El
interés consiste únicamente en que sin la intervención del órgano
público, el actor podría sufrir un perjuicio, patrimonial o moral, para
que el interés quede justificado y merezca la protección judicial.
Por lo tanto, sin interés no hay acción, y el interés es la medida de la
acción. Por ejemplo, no hay interés en la acción de indemnización de
perjuicios, aunque el hecho esté probado, si no se ha sufrido perjuicio alguno.

El interés debe ser actual, es decir, nacido como consecuencia de un


hecho contrario al derecho, o que tratándose de acciones declarativas, exista
un obstáculo para su ejercicio. Por ejemplo: Una simple amenaza no autoriza
la acción, de que puede ser eventual o simplemente imaginaria. También se
carece de interés en el ejercicio de acciones para el cumplimiento de
obligaciones no exigibles por estar sujetas a plazo o condición.

 Clasificación de las Acciones:

- Acciones Civiles y Penales: Esta clasificación atiende a la ley substantiva,


civil o penal, que rige la materia del conflicto o litigio. En realidad, según
Hoyos, no se trata de una clasificación de acciones, sino de un modo que el
legislador ha escogido para determinar la naturaleza de las pretensiones
litigiosas, y en función de ellas, distribuir la competencia entre los tribunales
de acuerdo a la materia.
- Acciones Muebles e Inmuebles: Esta clasificación descansa en la
naturaleza mueble o inmueble de la cosa objeto material de los intereses sub-
lite y de cuya tutela jurisdiccional se trata. La acción es mueble cuando versa
sobre una cosa mueble o sobre un hecho debido, e inmueble cuando protege
un derecho inmueble.

- Acciones Petitorias y Posesorias: En las primeras, el bien protegido es el


derecho de propiedad u otro derecho cualquiera, real o personal; en las
segundas, es una situación de hecho, la posesión. La importancia radica en
que las primeras tienen generalmente un procedimiento ordinario, y en las
segundas uno especial.

- Acciones Declarativas, Constitutivas, de Condena Efectivas y Cautelares:

- Declarativas: Tienen por objeto la simple declaración acerca de una


situación jurídica que, en el hecho, aparece incierta. El derecho, que en un
momento se presentaba incierto, adquiere certidumbre mediante la
sentencia, y la norma abstracta de la ley se convierte en decisión concreta. En
la sentencia meramente declarativa no se requiere un estado de hecho
contrario a derecho, sino que basta un estado de incertidumbre sobre el
derecho y por eso no obliga a nada, sino que se limita a declarar o a negar
una situación jurídica, vale decir, no es susceptible de ejecución, porque la
declaración judicial basta para satisfacer el interés del actor. Por ejemplo, la
sentencia que declara un estado civil de una persona respecto de otra no
necesita ser ejecutada ni el demandado está obligado a hacer nada para
satisfacerla.

Por lo tanto, el campo de aplicación de la acción declarativa es más


restringido que el de la acción de condena, pues cuando se tiene un derecho
exigible se puede obtener una condena contra el obligado; en cambio, el que
tiene el derecho de dominio de una propiedad no puede demandar en
cualquier momento a otro el reconocimiento de esa situación, porque
importa imponer una carga sin fundamento, por lo que, debe haber un
interés especial. Por ejemplo: pedir la declaración del derecho de dominio
por prescripción adquisitiva contra el anterior dueño.

- Acciones de Condena: Son aquellas mediante las cuales el actor


persigue que el demandado sea condenado a una determinada prestación en
su favor. Por ejemplo: la acción reivindicatoria (restitución); saldo insoluto del
precio de una compraventa (pago). Es la más común y la prestación del
demandado consistirá en una obligación de dar, hacer o no hacer. Para
acogerlas se requiere:

Un hecho que importe la violación del derecho; Que sea susceptible de


prestación, porque nadie está obligado al cumplimiento de hechos
imposibles; Que exista una necesidad de protección jurídica, o sea que el
interés del actor consista en obtener por medio del proceso la prestación a
que el demandado estaba obligado.

Por consiguiente, para la satisfacción de la pretensión jurídica, la sentencia de


condena contendrá:

La declaración de legitimidad de esa pretensión;

La posibilidad de ejecución aún contra la voluntad del obligado.

Lo primero se refiere a las condiciones de admisión de la acción (derecho,


calidad e interés). Para deducirlas, basta la afirmación de la violación del
derecho; si es inexacta, en la sentencia se determinará si la pretensión es o
no exacta.

La acción de condena requiere de una declaración acerca del derecho cuya


prestación se pretende, y en ese sentido, es también declarativa, en cuanto
contiene un reconocimiento del derecho del actor; pero a diferencia de la
declarativa, el interés del actor no queda satisfecho con la sola declaración,
sino que es necesario el cumplimiento de la prestación, que puede ser
compulsivo.

- Acciones Constitutivas: Son aquellas que persiguen la obtención de


estados jurídicos nuevos mediante la dictación de la sentencia respectiva. A
diferencia de las sentencias y acciones declarativas y condenatorias, que
reflejan una situación que se remonta al pasado, estas producen un nuevo
estado jurídico, es decir, sus efectos se extienden hacia el futuro.
Se distinguen acciones constitutivas de estado y acciones constitutivas de
derechos. Por ejemplo, son de las primeras las acciones de interdicción; las
de divorcio; y a diferencia de las meramente declarativas, que sólo afectan a
las partes en el juicio, éstas producen efectos “erga omnes”. Ejemplos de las
segundas son las acciones de indemnización de perjuicios por un acto ilícito,
en que se crea un crédito que antes no se tenía.

En la doctrina se discute sobre la existencia o no de estas acciones y si están


comprendidas dentro de las declarativas y condenatorias. Por ejemplo: en las
de estados dice que el efecto que se atribuye (nuevo estado jurídico) sólo es
constatado por la sentencia: en la interdicción por demencia, ésta ya existía.
Lo mismo ocurre en las de derechos: el crédito existe antes de la sentencia en
la indemnización por hecho ilícito, y la sentencia sólo lo constata, puesto que
se puede transar antes del pronunciamiento judicial, y éste no interviene.

- Acciones Ejecutivas: Son aquellas que tienden a obtener el


cumplimiento forzado de una prestación, que consta fehacientemente de
algún documento al cual la ley le atribuye mérito ejecutivo. Esta prestación
puede haber sido impuesta en la sentencia de condena, en cuyo caso el título
será dicha sentencia, o en un documento o título que la ley presume legítimo,
(como una escritura pública, o una letra aceptada ante notario).

- Acciones Cautelares o Precautorias: Son aquellas destinadas a


garantizar el cumplimiento de una prestación cuyo reconocimiento o
declaración judicial aún se halla pendiente. Su fundamento consiste en que
entre el momento en que la acción se inicia y aquel en que la sentencia la
admite, media un espacio de tiempo durante el cual el demandado puede
variar su situación respecto de la cosa litigiosa (enajenación, constitución de
gravámenes, destrucción, etc.), y la garantía jurisdiccional sería ilusoria si no
se adoptan medidas para asegurar que no se altere la situación inicial. En
general, se requiere una presunción de veracidad del crédito.

Como dice el CPC (art. 290), las medidas precautorias (acción


precautoria en el derecho chileno, pero bajo la forma de incidentes) tienen
por finalidad asegurar el resultado de la acción, y para concederlas el actor
debe acompañar comprobantes que constituyan a lo menos presunción grave
del derecho que se reclama.

PLURALIDAD DE ACCIONES

La regla general es que en cada juicio se ejercite una acción; pero


también es posible que en un mismo juicio se hagan valer por el demandante
en contra del demandado diversas acciones, lo que permite la ley con ciertas
limitaciones. Esta facultad aparece reconocida en el Artículo 17 inciso 1º del
CPC: se pueden entablar dos o más acciones, siempre que no sean
incompatibles. Por ejemplo, es posible demandar el cumplimiento del
contrato e indemnización de perjuicios, porque no existe incompatibilidad.

Sin embargo, el inciso segundo también permite deducir dos o más


acciones, aun cuando sean incompatibles, pero para ser resueltas una en
subsidio de la otra. Por ejemplo, se puede demandar la resolución de un
contrato, o en subsidio, su cumplimiento, en ambos casos, con indemnización
de perjuicios. Se puede pedir la terminación del contrato de arrendamiento
por no pago de rentas, y en subsidio, el desahucio del contrato. Si se acoge la
acción principal, no es obligatorio pronunciarse sobre las acciones
subsidiarias en la sentencia. También, se ha estimado que otro requisito de la
pluralidad de acciones es que estén sometidas a un mismo procedimiento.

EJERCICIO FORZADO DE LA ACCION

Por regla general, nadie está obligado a ejercer una acción, y puede
hacerlo en cualquier momento, mientras no se extinga por la prescripción.
Por excepción, el ejercicio de la acción es forzado en dos situaciones: en el
caso del Artículo 21 del CPC y la acción de jactancia.

 La Acción de Jactancia:
Se encuentra tratada en el título III del libro II del CPC, pero de acuerdo
al Artículo 3º, es de aplicación general. Conforme al Artículo 269, hay
jactancia cuando una persona manifiesta corresponderle un derecho del que
no está gozando. En este caso, todo aquel a quien su jactancia puede afectar,
puede iniciar la acción de jactancia, esto es, puede pedir que se le obligue a
deducir demanda dentro de cierto plazo y bajo apercibimiento de
determinada sanción.

 Cuando se entiende que hay Jactancia:


Están señalados en el Artículo 270 los requisitos de la jactancia, además
de los antes señalados:

- Cuando la manifestación del jactancioso conste por escrito.

- Cuando se ha hecho de viva voz, a lo menos, delante de dos personas


hábiles para dar testimonio en juicio civil.

- Cuando una persona ha gestionado como parte en un proceso criminal de


que puedan emanar acciones civiles contra el acusado, para el ejercicio de
esas acciones.

 Procedimiento: La demanda de jactancia se tramita de acuerdo a las


reglas del juicio sumario (Art. 271).

 Situaciones que se presentan cuando se da lugar a la demanda de


Jactancia.
Si se acoge la demanda, el jactancioso tiene un plazo de diez días para
entablar la demanda, el que puede ampliarse por el tribunal hasta 30 días por
motivo fundado (Art. 269). Si vence el plazo concedido al jactancioso para
deducir la acción, y no lo hace, debe la parte interesada solicitar que se
declare que el jactancioso no será oído después sobre el derecho de que se
jactaba. Esta solicitud del interesado se tramita como incidente (Art. 269 y
271 inc. 2º).
 Prescripción de la acción de Jactancia: Prescribe en seis meses,
contados desde que tuvieron lugar los hechos en que pueda fundarse
(Art. 272).

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