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Se trata de un decálogo que debería tomarse en serio en las familias... porque hoy
más que nunca la búsqueda de la serenidad y de la armonía familiar es una prioridad
absoluta para un clima educativo.
1). Alzad la bandera blanca. Cada día suceden cosas que ni siquiera se habían
pensado. Se ve gente alterada en la calle, en los autobuses y metros. Parece que la
frustración acampa por sus fueros. Hay que levantar la bandera blanca para no
meterse en esa corriente. No perder los nervios como esta madre que, ante su niña
que rompió la tacita, le dijo: ”Es la vida”.
3). Aceptar las diferencias. Cada persona tiene un modo propio de afrontar y resolver
los conflictos. Cada uno tiene una escala personal de valores. Estamos convencidos
de que nuestra manera de ver las cosas es siempre lógico e incontestable. El
problema es que los otros piensan lo mismo: cónyuge, hijos, amigos vecinos. La
riqueza y el progreso de la humanidad dependen de las diferencias...Quien respeta
sinceramente las opiniones diversas evita la agresividad y los litigios de los demás.
4). Las personas ocupan el primer lugar. Un padre tenía siempre la misma reacción
ante el hijo. Cuando hacía una trastada, le decía: No importa. Todo se puede sustituir,
excepto tú. Esto producía en el hijo un efecto increíble de seguridad. Su persona, sus
sentimientos cuentan mucho más que los bienes materiales. Recordad que lo que
vais a llevar al paraíso no será el dinero o cosas, sino la capacidad de dar y convivir.
5). Las prisas. Vivimos a lo loco. Muchos desearían el don de la ubicuidad para llegar
a todo. Hay que levantar el pie del acelerador y hallar momentos de paz. El domingo
es día de familia, de descanso y de alimento espiritual.
7). Cuida tu casa. Es el espacio vital de tu familia. Sé agradecido: te protege del frío,
del calor y de otros intrusos. No es un ídolo ni un museo. Lo que vale en casa es el
amor.
10). Comparte la actividad espiritual. Pocas actividades unen más a la familia que la
oración juntos y vivir juntos también la misma fe. Haz de las fiestas del año un
acontecimiento de alegría y de intensa comunión, participa en alguna iniciativa
parroquial o colegial o de voluntariado.