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Eduard Steven Quinchía López 1

Ensayo de participación para el “XIV foro de estudiantes de filosofía y letras”


In memoriam VictorVíctor Peñuela.
Septiembre 24, 25 y 26 de 2013
Universidad Pontificia Bolivariana

CONOCIMIENTO Y VERDAD EN SAN AGUSTÍN DE HIPONA: UN CAMINO


DESDE LA BÚSQUEDA DE SENTIDO

El tema que nos ocupa nace en la vida y obra de San Agustín de Hipona. La
pregunta y el interés por buscar algo fundamental que plenifique la vida terminan
siempre en un encuentro. En la existencia del Santo la verdad es una persona,
que no solo carga de sentido su vida sino que además es capaz de iluminar la
oscuridad de su pensamiento.

El conocimiento de la verdad es gradual, ésta se va revelando; por eso el


conocer, el ser y el amar son factores fundamentales de la comprensión sensible,
racional y de la sabiduría filosófica - divina para alcanzar la certeza de una verdad
universal y eterna que da sentido a toda la existencia del hombre, en la unidad y
en la multiplicidad, en lo insignificante y en lo grandioso. El proceso que acabo de
describir es evidenciado en las etapas2 que vive el Hiponense las cuales terminan
en el cristianismo donde él haya la certeza de la verdad.

Para desarrollar lo anterior, se seguirá la presentación en tres partes. En la


primera desarrollaré el concepto de conocimiento en San Agustín, ello en tres
niveles: sensible, racional y racional superior. En la segunda acogeré el tema de
la verdad y terminaré con una conclusión en la que quiero expresar que “el
conocimiento y la verdad son el camino para el el hallazgo de sentido”

1
Estudiante de VI semestre de Bachillerato Canónico de Filosofía en la UPB. Actualmente cursa el 4 año en
el Seminario Diocesano de Girardota.
2
Desarrollaré las distintas influencias que tuvo el Santo -Helenismo, maniqueísmo, escepticismo,
Platonismo, neoplatonismo y el cristianismo-
1. CONOCIMIENTO

El conocimiento es un proceso gradual para el Hiponense, para él por sus


experiencias hay una ruta marcada que dan la pauta para llegar a obtener el
sentido de la existencia. El saber en sí está en el interior, en lo más profundo que
es donde se manifiesta la misma sabiduría y el entendimiento, todo como aquello
de lo cual no se puede dudar y contradecir porque la verdad es en sí misma, es la
realidad inmutable y estable que prevalece a través del tiempo.

El conocimiento en San Agustín es la búsqueda constante en torno a la verdad; es


la muestra del Logos puesta en el interior de cada ser; es el deseo de tener un
encuentro personal con lo transcendente; el conocimiento es un camino que se
tiene que llevar paso a paso y de una forma muy tranquila pero inquieta, éste debe
ir con el deseo de encontrar el sentido, ese sentido que es la verdad que marca la
vida de cada hombre.

Niveles del conocimiento

Sergio Palacio dice que el “Conocimiento es un ideal del ser que se confronta con
el remordimiento y provoca el arrepentimiento y la tentación, todo en la misma
bolsa, con la misma intensidad. Se trata de fenómenos morales que mueven a la
conciencia a la introspección […]” (159). Agustín por el estilo de vida pagano que
llevaba, vio una ruta para salir de su estado de inquietud, esa ruta era conocer
para creer. Todo empieza por el no estar satisfecho con la vida que llevaba, una
vida llena de defensas retoricas cargadas de mentira y engaño, una vida pagana y
cargada de placeres insaciables que no daban razones para vivir. Todo era un sin
sentido. Su estado de insatisfacción lo obligó a buscar medios para llenar su
vacío; de los caminos que decidió recorrer, muchos no eran los más bonitos y
deseados en términos cristianos, pero de una u otra manera le ayudaron a
encontrar la verdad y el saber, pasando por pruebas difíciles, pero con el sentido
de arrepentimiento y de cambio desde una mirada interior de sí mismo.

La vida no cristiana de Agustín trajo más adelante angustia y remordimiento, y “el


remordimiento es el dolor producido por la objetivación de los actos propios que no
están acordes con el ideal que percibe nuestra inteligencia y que convida a
meditar, arrepentirse, anhelar que algo cambie con el fin de irnos liberando de
nosotros mismos […]” (Palacio 159) el sentir dolor por no estar en la verdad, por ir
rumbo a otros caminos, hace que el Santo sienta angustia y tristeza y por tal razón
desea justificar la verdad que se sostiene por sí misma. Agustín hace un
desprendimiento de su orgullo, abre su intelectualidad a la trascendencia y se deja
guiar por El logos que levanta y brinda la liberación de sí.

En los niveles de conocimiento podemos decir -José Gajate Montes- que existen Commented [GPNR1]: ¿Qué función cumple este nombre
aquí?
tres tipos: el sensible, el racional y racional superior. Estos dan a conocer una
clara influencia de Platón en el libro VII de la República 3 donde el filósofo va Formatted: Font: Not Italic
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ascendiendo hacia la verdad, hacia la ciencia, pero primero tiene que pasar por el
mundo de las opiniones -doxa- hasta el mundo de la contemplación de la verdad o
del sumo bien.

1. El conocimiento sensible

El primer paso consiste en el conocimiento sensible, donde se hace no solo un


ejercicio de conocer, sino de encuentro con el mundo y la realidad palpable que
muestra éste; para el Santo, los sentidos en su totalidad son importantes pero no
fundamentales para alcanzar el conocimiento; y cada sentido 4 juega un papel
especifico para hallar lo que se desea pero no en su totalidad, porque los
sentidos5 son solo unos instrumentos, pero no ofrecen la verdad en sí. Acerca de
esto dice el Hiponense:

Por los sentidos se hallan también guardadas de modo distinto y por sus
géneros todas las cosas que entraron por su propia puerta, como la luz, los
colores y las formas de los cuerpos, por la vista; por el oído, toda clase de
sonidos; y todos los olores por la puerta de las narices; y todos los sabores
por la de la boca; y por el sentido que se extiende por todo el cuerpo (tacto),
lo duro y lo blando, lo caliente y lo frío, lo suave y lo áspero, lo pesado y lo

3
Alegoría de la caverna
4
Vista, tacto, olfato, gusto y oído.
5
Son simple parecer de lo momentáneo y lo perecedero.
ligero, ya sea extrínseco, ya intrínseco al cuerpo. Todas estas cosas
reciben, para recordarlas cuando fuere menester y volver sobre ellas, el
gran receptáculo de la memoria, y no sé qué secretos e inefables senos
suyos. Todas las cuales cosas entran en ella, cada una por su propia
puerta, siendo almacenadas allí. (Conf. X, 10)

Los sentidos no son un fin en sí mismos sino un modo o una manera de conocer,
ya que para el pensador que estamos tratando lo fundamental no solo es lo que se
logre captar sino trascenderlo hacia lo uno, hacia el principio, hacia el fundamento.
El conocimiento sensible ofrece solo una ruta para alcanzar la verdad donde la
cárcel del alma6 -en palabras de Platón- si ayudan para la contemplación del sumo
bien, donde se goza y se disfruta de Dios. Commented [GPNR2]: Revisar redacción y sentido de la frase.
Es confusa.

2. El conocimiento racional

Es el conocimiento verdadero, es el encontrar la verdad en sí, fuera de las


opiniones y enraizado en la certeza de no dudas, necesariamente hay un paso por
la doxa, pero su purificación está en la búsqueda y el deseo propio del Santo en
encontrar el sentido de su existencia. Dios mismo es la sabiduría, es el amor y por
lo tanto es el filósofo; Dios mismo es el que viene al encuentro para darse a
conocer; Dios mismo es la idea de Sumo bien7.

Este conocimiento verdadero donde no hay dudas, que es el mismo conocimiento


racional, tiene que pasar por los sentidos –como lo señalé anteriormente-. Pero lo
que sale a la mano es la acción de la memoria 8, porque allí está todo el recorrido
del mismo saber racional. Agustín lo describe diciendo que “En la memoria están
todos aquellos conocimientos aprendidos de las ciencias liberales, no olvidados
todavía, como arrinconados en un lugar más interior, que propiamente no es lugar,
y no son simples imágenes que tengo allí, sino que son las realidades mismas”
(Conf. X, 9) claramente se ve la influencia platónica, donde se va aclarando el
ascenso hacia la verdad por medio de las cosas mismas que existen, no solo las

6
Platón acuña este término en el dialogo del Ffedón hablando del dualismo antropológico.
7
Realidad de la cosa en sí -Platón-
8
El tema de la reminiscencia platónica.
imágenes que están en el mundo porque son reflejos, sino lo que está en la idea
suprema.

El proceso del saber racional se pregunta por las realidades del mundo, que están
como ya se ha mencionado no solo en la realidad palpable sino donde está la
razón misma de la verdad en los géneros que señala el Santo “Mas cuando oigo
que hay tres géneros de cuestiones: si tal cosa es, qué es y cuál es […] lo que
recorrí en la memoria fueron, no las imágenes de estas cosas, sino las cosas
mismas” (Conf. X, 10).

3. El conocimiento racional superior o sabiduría

Parafraseando un poco al doctor Soto Posada miramos que si la filosofía es amor


a la sabiduría9 etimológicamente y que Dios es la sabiduría en sí, entonces ser
filósofo es amar a Dios. El conocimiento racional superior es el final del ascenso
para encontrar la verdad, se empezó por los sentidos, luego por la razón y ahora
se está en la episteme, la ciencia, la verdad, la misma sabiduría que en definitiva
sería Dios. Como dice Julián Marías

Que si la sabiduría es Dios, o si Dios es la sabiduría, el verdadero filósofo es


amador de Dios: si sapientia Deus est..., verus philosophus est amator
Dei. Dios es sabiduría, la filosofía es amor a la sabiduría, ya lo decía
Aristóteles, por supuesto. Y entonces, para el cristiano, el verdadero filósofo es
amador de Dios. Se confunden, el amor a la sabiduría con el amor a Dios
(Marías 8-9)

No es un dualismo de que Dios va por un lado y la filosofía por otro, los dos vienen
a ser una unidad inseparable. Un solo amor: Dios y sabiduría.

El cristianismo ofrece la verdad por encima de muchas teorías y movimientos


sectarios; ofrece a Dios como la verdad; ofrece la verdad por en encima de las
opiniones. Julián Marías dice que “en definitiva, el cristianismo naturalmente
afirma la inmensa superioridad, la infinita superioridad de Dios; por consiguiente, a

9
Agustín lo describe en el libro VIII de La Ciudad de Dios.
última hora, el bien es la realidad suprema, y será siempre triunfante”. La sabiduría Commented [GPNR3]: ¿En qué página se encuentra esta cita?

glorificada que se encuentra por medio de una experiencia personal que da


razones para el encuentro consigo mismo, con el otro y con Dios.

2. VERDAD

¿La verdad?, ¿es posible?, si existiera ¿dónde encontrarla? Son preguntas


fundamentales que el Santo se hacía cada día. Los caminos que se tienen que
seguir son ásperos y complicados, pero hay una gran verdad y es la misma
sabiduría de Cristo manifestada en el amor que se deja conocer por todo hombre
cuando se busca.

El encuentro con los neoplatónicos brinda la ayuda para encontrar la verdad, ella
está enraizada en el interior de cada hombre; fuera de los sentidos engañosos; la
verdad está en el corazón, en la profundidad de estar consigo mismo, en volver la
mirada no hacia afuera sino hacía adentro. Allí está Dios, la verdad por excelencia,
la verdad creadora y que da lo que nadie ni nada puede dar; esa verdad tiene una
dimensión cognoscible por medio de la fe y la razón. La certeza de la verdad está
en la interiorización.

No es una búsqueda de la verdad científica; sino de la verdad como sabiduría,


ésta como el anhelo de llenar los vacíos profundos marcados por una vida no muy
agradable ante los ojos de Dios. Esta verdad es la felicidad en sí, que se halla en
el proceso de exploraciones donde la certeza sea el fin último. Es la filosofía del
conocer y el amar donde la verdad está.

La verdad se entiende desde una persona específica -Jesús-, él se revela a todo


ser humano como la inteligencia que supera toda inteligencia; como la eternidad
que siempre ha existido a través del tiempo, como el logos, el principio, el mismo
Arjé; como la felicidad de todo ser. El Santo dice:

[...] ¡Oh eterna verdad, y verdadera caridad, y amada eternidad! Tú eres mi


Dios; por ti suspiro día y noche, y cuando por vez primera te conocí, tú me
tomaste para que viese que existía lo que había de ver y que aún no estaba
en condiciones de ver. Y reverberaste la debilidad de mi vista, dirigiendo
tus rayos con fuerza sobre mí, y me estremecí de amor y de horror. Y
advertí que me hallaba lejos de ti en la región de la desemejanza, como si
oyera tu voz de lo alto: Manjar soy de grandes: crece y me comerás. Ni tú
me mudarás en ti como al manjar de tu carne, sino tú te mudarás en mí.
(Conf. VII, 10)

Acogiendo un poco las dimensiones antropológicas, vemos que por naturaleza el n


hombre siempre se ha interesado por alcanzar la verdad; unos de una forma
pasiva esperando que esta venga porque sí y otros que la buscan de una forma
desesperada como en el caso de Agustín, que la escudriña por personas y lugares
para encontrarla sin importar las dificultades que se le presentaron, la verdad
siempre como objetivo fundamental y razón de la misma vida. Hasta descubrir que
ésta se halla en la intimidad, en el interior y no fuera de él.

En el proceso de encontrar la verdad, Agustín recorre unos movimientos10, todo lo


que hace a nivel intelectual es vacío y sin sentido, es un sumario de dudas,
preocupaciones y razones contra las que después luchará para encontrar la
verdad, que es una persona.

Alcanzar la verdad es un paso del sin sentido al sentido, es la superación de los


académicos, de la retórica por la retórica y de la mentira y herejía maniquea. Es un
paso al sentido porque encuentra el amor en la verdad, él lo manifiesta como
“Verdad en el amor, amor en la verdad” (Conf. II, 2) que da sentido y razón de ser
a toda la persona

Después de encontrar en Dios la verdad, en el Jesús muerto y resucitado, que es


el mismo camino, la misma verdad y la misma vida, solo hay una opción y es la de
seguirlo, pero no solo de una forma contemplativa sino de la misma vida, de
permanente metanoia. “Más para mí el bien está en adherirme a Dios, porque, si
no permanezco en él, tampoco podré permanecer en mí. Mas él, permaneciendo
en sí mismo, renueva todas las cosas; y tú eres mi Señor, porque no necesitas de

10
Los cuales daré a conocer más adelante durante la lectura del texto realizado
mis bienes” (Conf. VII, 12). Agustín reconoce la grandeza de Dios que habita en el
corazón, en el interior; reconoce el Santo que Dios no necesita de él pero que él si
necesita de Dios para ir del sin sentido al sentido. Ahora el filosofar y Dios para
San Agustín serán una sola verdad que se manifiesta por un estilo de vida.

Dios es la verdad indiscutible porque se sostiene por sí misma, las cosas existen
porque existe la verdad, en ella no existe lo falso y hay un deseo de darla a
conocer. “He aquí que amaste la verdad, porque el que la obra viene a la luz.
Quiérola yo obrar en mi corazón, delante de ti por esta mi confesión y delante de
muchos testigos por este mi escrito” (Conf. X, 1)

El paso por el Maniqueísmo

Uno de los pensamientos que muchos han puesto como negativo en la vida de
San Agustín ha sido su falta de compromiso por los lugares donde pasó, la
inestabilidad. Agustín como un peregrino que busca la verdad pasa por momentos
de desesperación, de vacíios y angustias existenciales, y en medio de esos
instantes donde no se sabe que rumbos coger tomar, él desea llenar su interior,
quiere darle sentido a su vida. El paso por el Maniqueísmo lo logró captar como
una victoria de Cristo sobre él, que quizá de alguna manera dio libertad de
elección para que finalizando el camino se pudiera combatir y dar testimonio o
confesar por dónde estuvo y Dios cómo lo ha rescatado cuando lo encuentra en sí
mismo.

Agustín quería encontrar el problema del mal y que la razón diera cuenta de la fe,
éste fue uno de los primeros intereses para participar de la secta de Manes; lo
segundo que buscaba el Santo es sobre el problema que nos hemos estado
interrogando: la verdad; que más adelante San Agustín manifestará “Así, pues,
buscaba aquélla, mas estando seguro y cierto de que no era verdad lo que decían
los maniqueos, de quienes huía con toda el alma, porque los veía buscando el
origen del mal repletos de malicia, a causa de la cual creían antes a tu sustancia
capaz de padecer el mal, que no a la suya capaz de obrarle” (Conf. VII, 3).
Lógicamente es una mirada después de su conversión que lo llevó a reflexionar,
ya no veía este lugar de Manes como el lugar donde habita la verdad, sino que ya
hubo un encuentro, una conversión, un retorno a sí mismo.

En la secta de los maniqueos que se decían poseedores de la verdad había un


dualismo enérgicamente afirmado entre el bien y el mal, la luz y las tinieblas, Dios
y el diablo. Esta dualidad, para Manes, es insuperable. Esto da, diríamos, una
estructura enormemente dramática a la cuestión de lo real, y eso emocionó a
Agustín “Me bastaba, Señor, contra aquellos engañados engañadores y mudos
charlatanes -porque no sonaba en su boca tu palabra-, bastábame, ciertamente, el
argumento que desde antiguo, estando aún en Cartago, solía proponer Nebridio, y
que todos los que le oímos entonces quedamos impresionados” (Conf. VII, 2) las
palabras, la retórica de los maniqueos encantaba a Agustín, especialmente la
escucha del obispo Fausto, quien tenía una sutileza y una elocuencia única, que
engañaba y hasta convencía de una forma seductora.

En estos nueve años escasos en que les oí con ánimo vagabundo, esperé con
muy prolongado deseo la llegada de aquel anunciado Fausto. Porque los demás
maniqueos con quienes yo por casualidad topaba, no sabiendo responder a las
cuestiones que les proponía, me remitían a él, quien a su llegada y una sencilla
entrevista resolvería facilísimamente todas aquellas mis dificultades y aun otras
mayores que se me ocurrieran de modo clarísimo. (Conf. V, 6)

Más adelante Agustín al tener un discernimiento caerá en sí mismo y sabrá que lo


importante no son las palabras bonitas y encantadoras sino la verdad que
manifiesta cada palabra. Por esa razón se decepcionó el Hiponense y ya no verá
acción grande allí en los maniqueos, solo escuchará palabras vacías de sentido y
de constante contradicción.

Los maniqueos decepcionaron de tal forma a Agustín que ya él veía más ciertas
las fabulas antiguas que el mismo pensamiento de elloslas fábulas antiguas
llegaron a parecerle más ciertas que aquella doctrina misteriosa que aquellos
predicaban ; él ya verá a los maniqueos como personas sin argumentos
suficientes para justificar sus creencias; cuestionaba constantemente y se seguía
decepcionando por la ignorancia que abundaba allí

El paso por el Escepticismo

Una de las épocas más duras para el pensador en cuestión fue su paso por la
autosuficiencia de su pensamiento, el creer que la verdad no es posible, solo es
posible la posibilidad, dio paso para que su corazón inquieto asentara sobre sí y
reflexionará el trascurso de su vida por varios caminos escogidos; la búsqueda
característica fundamental del pensador dio paso para que manifestara con sus
actos y palabras que nada es verdad, nada es mentira

El escepticismo fue solo una estación del tren para encontrar respuesta a lo que
deseaba, fue solo una transición para encontrar la verdad

Por este tiempo se me vino también a la mente la idea de que los filósofos
que llaman académicos habían sido los más prudentes, por tener como
principio que se debe dudar de todas las cosas y que ninguna verdad puede
ser comprendida por el hombre. Así me pareció entonces que habían
claramente sentido, según se cree vulgarmente, por no haber todavía
entendido su intención. (Conf. V, 10)

Los académicos facilitaron que él entrara en ese estado, estado de duda sobre
todo y sobre todos, ¿fue quizá un pensamiento débil de San Agustín?, ¿acaso su Commented [GPNR4]: Interesante intuición. Sería valiosa una
relación con el pensamiento posmoderno y su condición escéptica.
corazón en búsqueda de respuestas lo llevó al refugio con los académicos? Sí, el ¿Qué le dice san Agustín a este contexto de escepticismo y
relativismo?
pensamiento agustiniano estaba marcado por la inquietud del corazón, por el
vacío interior y éste solo se podía llenar buscando lugares donde satisfacerse,
donde jactarse y pueda hacer lo que más le encantaba: hablar sin tapujos. Dice el
mismo Santo:

Y aun cuando no me cuidaba de aprender lo que decía, sino únicamente de


oír cómo lo decía -era este vano cuidado lo único que había quedado en
mí, desesperado ya de que hubiese para el hombre algún camino que le
condujera a ti-, veníanse a mi mente, juntamente con las palabras que me
agradaban, las cosas que despreciaba, por no poder separar unas de otras,
y así, al abrir mi corazón para recibir lo que decía elocuentemente, entraba
en él al mismo tiempo lo que decía de verdadero; mas esto por
grados.(Conf. V, 14)

Una de las características fue la escucha para luego refutarlas y ponerlas en su


discurso. Vemos claramente cómo la verdad se iba apoderando paso a paso del
pensamiento y del corazón de Agustín; cómo la verdad iba saliendo de su interior
y cómo penetraba sus sentidos. Más adelante confesará que en su paso por todos
estos patios encontró lo verdad en una doctrina 11, lo cual no quería. Pero estaba
en un abismo de encontrar lo que deseaba: “me hallo en grave peligro por mi
desesperación de encontrar la verdad. Sin embargo, indiqué que ya no era
maniqueo, aunque tampoco cristiano católico” (Conf. VI, 1) pero estaba
adquiriendo conocimientos que lo acercaban al encuentro consigo. Dice Julián
Marías que “curiosamente, esta entrada en sí mismo, esta relación a la intimidad,
lo va llevar a la superación del escepticismo”, el superar el escepticismo es
encontrarse con la persona que está en el interior, es encontrarse con la razón de
ser.

Influencia platónica para hallar la verdad

El esfuerzo por encontrar la verdad y la sabiduría que conlleva a la misma


certeza que está en el interior de cada hombre, llevó a San Agustín a encontrarse
con la filosofía platónica; desde ese punto de vista “metafísico” el Santo encontró
una forma clave de encuentro consigo mismo y por lo tanto con Dios, es una
elevación de intimidad y de conocimiento, donde “Dios me conoce más que yo
mismo”.

En el ansia o ganas de encontrar la verdad y de hallar sus fundamentos Agustín


se enamora de la filosofía, del saber, de la lectura de los clásicos y de sus teorías;

11
La católica. Aunque él pensaba que “no por eso me parecía que debía seguir el partido de los católicos,
porque también el catolicismo podía tener sus defensores doctos, quienes elocuentemente, y no de modo
absurdo, refutasen las objeciones, ni tampoco por esto me parecía que debía condenar lo que antes tenía
porque las defensas fuesen iguales. Y así, si por una parte la católica no me parecía vencida, todavía aún no
me parecía vencedora”. (Conf. V, 14)
el cultivo del alma era fundamental para tener fundamentos de persuasión, pero
más adelante en las confesiones el mismo Agustín manifestará que:

Leídos aquellos libros de los platónicos y advertidos por ellos, comencé a


buscar la verdad incorpórea y barrunté que vuestras perfecciones invisibles
se hacían inteligibles a través de las cosas creadas; y si bien repelido en mi
exploración, sentí cuánta verdad era aquella verdad que las tinieblas de mi
alma no me dejaban contemplar” (Libro VII, 20)

Vemos, más que una influencia platónica, una conversión que tocó el corazón y el
interior agustiniano, por eso, el filósofo antiguo Platón será un referente donde
Agustín acogió las ideas de Arjé, ser, uno, mundo de las ideas, verdad, idea del
dualismo alma y cuerpo12 entre otras.

Un encuentro con los Neoplatónicos

La lectura de las Enéadas de Plotino dio paso para que los interrogantes acerca
de la verdad tuvieran alguna respuesta. En el encuentro con los neoplatónicos
también influyó mucho la conversión de Mario Victorino, un gran retórico que
encuentra la plenitud de una manera académica pero también experimental. Commented [GPNR5]: ¿o experiencial?

A partir de su encuentro con los neoplatónicos, especialmente con Plotino, Agustín


acoge un proceso o una ruta de vuelta a la unidad13, al Uno14. Es todo un camino
que se sigue conforme al ritmo del mismo interior inquieto. La propuesta resumida
ofrece varios beneficios, entre ellos está el retorno a Dios, el no preocuparse solo
por la materia15 y el acto mismo del ascenso o de la transcendente.

Y en ellos leí -no ciertamente con estas palabras, pero sí sustancialmente lo


mismo, apoyado con muchas y diversas razones- que en el principio era el
Verbo, y el Verbo estaba en Dios. Y Dios era el Verbo, Este estaba desde el
principio en Dios. Todas las cosas fueron hechas por él, y sin él no se ha

12
Que todavía es muy discutido en la filosofía y en la teología de hoy.
13
Marcado por la multiplicidad ya hay un deseo de encontrar la unidad.
14
Es el mismo acto del permanecer, donde la verdad habita y donde se desprende la multiplicidad sin perder
la esencia de la unidad.
15
Estas son reflejos de lo que hay verdaderamente en la realidad.
hecho nada. Lo que se ha hecho es vida en él; y la vida era luz de los
hombres, y la luz luce en las tinieblas, mas las tinieblas no la
comprendieron. Y que el alma del hombre, aunque da testimonio de la luz,
no es la luz, sino el Verbo, Dios; ése es la luz verdadera que ilumina a todo
hombre que viene a este mundo. Y que en este mundo estaba, y que el
mundo es hechura suya, y que el mundo no le reconoció. (Conf. VII, 9)

San Agustín halló en los libros neoplatónicos la grandeza de la trinidad, miró


claramente la unión inseparable de Dios Padre, Dios hijo y Dios espíritu Santo;
cómo lo Uno y lo múltiple; como el logos que llegó al mundo por medio del Espíritu
Santo y la voluntad del mismo Padre.

Influencia helenística para hallar la verdad

En un proceso de buscar la verdad, de encontrar paz, de hallar la ataraxia16 o sea


de tranquilidad, de meditación; era el deseo por tropezar con la verdadera felicidad
y el mismo encuentro con Dios. La armonía que empieza desde el interior para
encontrar lo que se busca; Agustín realizaba su examen para hallar reposo e
interioridad –combinación entre filosofía y religión-.

“No ir fuera de sí para transcender” es quizá la clave para hallar respuestas.


Agustín ahora tiene otra decepción, son las mismas preguntas que se acumulan y
menos las respuestas descubiertas. Esto causa en él tristeza e incertidumbre y
emprende nuevamente otro camino que lo lleve a la verdad, al encuentro con lo
que anhela el corazón. Una influencia fuerte fue la figura de Plotino con el
supremo denominado UNO como ya lo mencionamos anteriormente.

El cristianismo como la ruta para encontrar la verdad, que es una persona:


Jesús.

“El giro de dirección” es radical e inesperado. Todo sucede cuando menos se lo


imagina el Santo en un momento de búsqueda y de expectativa por lo absoluto y

16
Imperturbabilidad el alma
por la verdad; muchas cosas acumuladas en sí y las diferentes teofanías ya no
eran esquivas para el Hiponense.

El sentido del volver al origen se daba a conocer cuando Dios que siempre ha
amado y esperado, deseaba el regreso de su hijo; es el volver al padre, es
encontrarse con la propia persona; es el sí en mi que tiene su naturaleza en el
interior de cada ser. Después de estar alienado, lejos de sí y por lo tanto lejos de
Dios llega el retorno al principio a la verdad, y por lo tanto, a la felicidad.

La transformación cristiana en san Agustín tiene un proceso total: comienza con


un alejamiento o ruptura con Dios, ya que éste no calma las expectativas y así se
emprende una búsqueda de la verdad; sigue la vida de desesperación, ya que
ninguna teoría o experiencia externa al cristianismo o al encuentro consigo mismo
calmaba las ansias del corazón y por último el sentirse culpable (Libro VIII, 3) de
buscar a Dios fuera de sí cuando éste estaba dentro.

Agustín encuentra en el cristianismo la verdadera felicidad, Jesús calma las


expectativas y el Santo lo alcanza a dimensionar como el dispensador de la
verdad, como el verbo, la palabra hecha vida que se da al ser humano por amor,
dejándose encontrar en cada ser.

Agustín acepta el llamado de Dios, de la misma verdad, del mismo Cristo y como
respuesta él emprende una vida de gracia como grito de su “sí” al amor; pero allí si
encontró lo que busco largos años de su vida: felicidad; allí encontró a Cristo vivo,
al hombre que posee la verdad en sí misma.

La misma verdad tiene un nombre: Jesús. Él se logra encontrar en la doctrina


cristiana católica, “Pero, sobre todo, maravillábame de mí mismo, recordando con
todo cuidado cuán largo espacio de tiempo había pasado desde mis diecinueve
años, en que empecé a arder en deseos de la sabiduría, proponiendo, hallada
ésta, abandonar todas las vanas esperanzas y engañosas locuras de las
pasiones” (Conf. VI, 11). La verdad genera en el hombre solo deseos de abrazarla
y de estar con ella porque se da de forma clara, sencilla y convincente.
CONCLUSIONES

En San Agustín se puede tener la certeza de una verdad universal y no


especulativa o engañosa; la verdad es el eje de todo el pensamiento filosófico del
Hiponense, esa verdad que se buscaba sin descanso para encontrar el sentido a
la misma existencia carente de razones.

El conocimiento sensible y racional brindan una ayuda esencial para un encuentro


con la verdad, es la ruta de la conjugación creo para entender y entiendo para
creer. Dios es el amor y la misma sabiduría; Dios es la muestra panorámica para
el encuentro en categorías antropológicas.

La vida de San Agustín toma un giro verdaderamente copernicano al encontrar la


verdad donde renegaba y negaba. Su vida vuelve donde comenzó pero ya con la
firmeza de comprender lo que Dios deseaba de él.

La verdad es inmutable, eterna e inteligible; ésta viene al encuentro para brindar la


felicidad, se puede conocer por dos fuentes: razón y sentidos. La verdad es Dios,
donde descansan todas las ideas, no como simples hechos sino, como realidad en
sí misma.

Caminos son los que se recorren para encontrar la verdad, pero esta solo está en
una persona y en una doctrina: en Cristo y en el catolicismo. La doctrina da
razones mismas para creer, pero no es solo un acto de razón sino de la misma
experiencia. El conocimiento es la ruta para hallar la verdad, se da en niveles de
búsqueda de sentido.

BIBLIOGRAFÍA

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 Schmidt Andrade, Ciro. “La búsqueda de la verdad como expresión de amor


en San Agustín de Hipona”. Revista Philosophica. Vol. 32 [Semestre II /
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