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LOS 9 PERIODOS DE LA HISTORIA DE BOLIVIA

Período Prehispánico

En Bolivia aparecen restos de ocupación humana desde el 12.000-10.000 a. C. en el


Yacimiento de Viscachani[cita requerida]. Hasta el 1.200 a. C. se desarrollan unas culturas
sedentarias en el altiplano. La Chiripa y Wankarani son las dos más importantes del periodo
formativo a partir del 1.200 a. C.

La cultura de Tiwanaku, cerca del Lago Titicaca, marca un momento de florecimiento


cultural de la zona altiplánica, extendiéndose su influencia por toda el área andina. Esta
cultura es considerada por numerosos investigadores la "cuna de las civilizaciones
americanas".1 El complejo arqueológico, actualmente declarado Patrimonio Cultural de la
Humanidad por la UNESCO, está situado en el departamento de La Paz, a poco más de una
hora de la ciudad, y en los alrededores del majestuoso Lago Titicaca.

En torno al 1.100 a. C. Tiwanaku desapareció y se produjo una lucha entre los diferentes
grupos que habitaban la región: aymaras, collas, lupacas y pacajes. Los aymaras establecen
un dominio que abarca Arequipa y Puno en el Perú, La Paz, Oruro y Cochabamba, que
perduró hasta que, en 1438, el Inca Pachacútec derrotó al último soberano colla, Chunqui
Cápac, incorporando el altiplano boliviano al Imperio Inca (Tahuantinsuyo), como parte de
la provincia del Collasuyo, e imponiendo el quechua como lengua oficial, aunque el aymara
se continuó hablando regularmente. El Imperio Inca adoptó los estilos arquitectónicos
tiwanakotas y otros conocimientos.

Según una leyenda, los fundadores del Imperio Inca, Manco Cápac y Mama Ocllo nacieron
de la espuma del lago Titicaca en la Isla del Sol), hoy Bolivia.

El Inca Huayna Cápac mandó levantar fortalezas en la frontera oriental para detener el
avance de los chiriguanos. El complejo arqueológico de Samaipata, ubicado en el
departamento de Santa Cruz, es uno de los restos arqueológicos más importantes de la
región, actualmente ya se han descubierto más de 50 edificaciones dentro de él.

Una de las culturas andinas milenarias existente en la actualidad es la Kallawaya, ubicada


en los valles interandinos de Charazani en el departamento de La Paz. Sus importantes
conocimientos han conseguido que la Farmacopea Kallawaya, llegue a constituirse en la
más grande del mundo[cita requerida], motivo por el cual, recientemente (2003) la
UNESCO ha declarado a la Cultura Kallawa como Obra Maestra y Patrimonio Intangible
de la Humanidad.

Otras culturas andinas milenarias de gran importancia son los Urus y Chipayas del
departamento de Oruro, de los cuales resaltan sus conocimientos en el arte de la pesca y
construcción de viviendas.

Los restos arqueológicos y culturales de las tierras bajas de Bolivia en la zona oriental, son
menos conocidos. Sin embargo, resalta la complejidad de los restos de canales, terraplenes
y camellones desarrollados por la Cultura Hidráulica de las Lomas, la más extensa del
continente americano, en los llanos de Moxos y Baures actualmente ubicados en el
departamento del Beni. En el departamento de Santa Cruz existen ruínas arqueológicas de
antigüedad no muy bien determinada que corresponderían a tres grupos principales (1)
Provincia Velasco, (2) alrededores de Santa Cruz de la Sierra y (3) las pinturas rupestres de
Santiago.

La Conquista

Imperio Inca por Francisco Pizarro abrió el camino para la sumisión de la Bolivia actual en
el año 1535 y el establecimiento de la Real Audiencia de Charcas, parte esencial del
Virreinato del Perú, que abarcó todo lo que hoy es el territorio boliviano. Aunque la historia
de Bolivia en el período virreinal se halla muy ligada al Perú, conociéndose con el nombre
de Alto Perú.

El origen de la división de ambos territorios se debe a las capitulaciones de Carlos V,


revisadas en 1534, que asignaban a Pizarro doscientos sesenta leguas desde Tumbes al sur,
y otras doscientos a Diego de Almagro al sur de éstas. Juan de Saavedra, adelantado de
Diego de Almagro, llegó en 1535 al Lago Titicaca y al valle de La Paz, para luego fundar
las ciudades de Paria (Oruro) y Tupiza en 1536 al sur. Muerto Almagro, Francisco Pizarro
envió a su hermano Gonzalo a colonizar la provincia del Collao. Pedro de Anzúrez fundó
Chuquisaca (actual Sucre) en 1538, Potosí surgió en 1546, La Paz en 1548 y Cochabamba
en 1574.

El Alto Perú se caracterizó por presentar una base minero-agrícola. La ciudad de Potosí, la
más poblada de América en 1574 (120.000 habitantes), se convirtió en un gran centro
minero por la explotación de las minas de plata del Cerro Rico de Potosí y en 1611 era la
mayor productora de plata del mundo. El rey Carlos I había otorgado a esta ciudad el título
de villa imperial después de su fundación.

La Audiencia de Charcas

Una de las instituciones más importantes del gobierno colonial América fueron las Reales
Audiencias, los organismos dedicados a desempeñar las funciones judiciales. La Audiencia
de Charcas, fue la más alta autoridad jurídica del territorio del Alto Perú, Tucumán, Río de
la Plata y Paraguay. Tenía su sede en la ciudad de Chuquisaca, también llamada entonces
La Plata y actualmente Sucre.

La Real Audiencia de Charcas fue creada por Cédula del Rey Felipe II el 18 de septiembre
de 1559 y sus límites fueron fijados por Cédula del 29 de agosto de 1563. Contaba con
cinco oidores, un presidente y algunos funcionarios subalternos. El Presidente de la Real
Audiencia de Charcas, era también Capitán General de La Plata, cargo equivalente al de un
gobernador, y por lo tanto tenía también facultades administrativas.

Durante algo más de 200 años el territorio de la actual Bolivia constituyó la Real Audiencia
de Charcas, uno de los centros más prósperos y densamente poblados de los virreinatos
españoles. En las últimas décadas del siglo XVIII, Potosí, la ciudad más importante en el
hemisferio occidental del Imperio español, comenzó a decaer hasta pasar al olvido al
agotarse las vetas de plata más ricas y desviarse el comercio hacia otros países.

En 1776 la Real Audiencia de Charcas que pertenecía al Virreinato del Perú, pasó a
depender del nuevo Virreinato del Río de la Plata, con sede en Buenos Aires.

La Independencia

Los Katari de Chayanta

En 1779 se produjo un levantamiento de indígenas aimaras en Chayanta, liderados por


Tomás Katari contra los abusos de la mita de parte de los intereses mineros de la zona,
centrados en el corregidor Aros. Tomas Katari fue apresado y durante su transporte a las
autoridades para ser juzgado, fue asesinado lanzándolo a un barranco. Su hermano Dámaso
Katari continuó liderando la rebelión y llegó a presentarse en las afueras de Chuquisaca,
donde fue traicionado por un sacerdote, entregado a las autoridades y ejecutado.

Túpac Katari en La Paz

Poco después, en 1780 y 1781 se produjeron los grandes levántamientos quechua-aymara,


liderados por Túpac Amaru II en el Cuzco y Julián Apaza en el Alto Perú. El crimen contra
Tomas Katari adelanto los planes insurreccionales de Tupac Amaru, pero Julián Apaza
esperó a que madurara su movimiento y formó un ejército de 40.000 hombres.

Se declaró Virrey y tras adoptar el nombre de Túpac Catari decretó el exterminio de la


«raza blanca». Invadió Puno y puso sitio a la ciudad de La Paz (Chuquiago) dos veces.
Andrés Túpac Amaru, hermano del líder quechua, que había asumido la dirección del
movimiento después de la captura y ejecución de Túpac Amaru, se unió a Túpac Katari en
el segundo cerco a La Paz, pero maniobras políticas y militares, así como líderes originarios
contrarios al levantamiento acabaron con el mismo. Los cabecillas fueron apresados y
ejecutados. Katari fue descuartizado en vida mediante el procedimiento de ser amarrado de
pies y manos a cuatro caballos jalando en sentido contrario. Junto a él fueron muertos casi
todos sus familiares incluyendo a su esposa Bartolina Sisa. Fue en esa oportunidad que
pronunció su famosa frase, que erróneamente algunos han atribuido a Espartaco y que
posteriormente utilizara Eva Perón:
Solamente a mí me matan, volveré y seré millones….

Los sublevados estuvieron a punto de tomar La Paz, que resistió sacrificadamente el sitio
bajo la dirección del intendente Segurola. Ante la emergencia, Segurola rezó y pidió ayuda
tanto a a las deidades cristianas como aimaras, la Virgen de Copacabana y el Ekeko,
respectivamente. Este último estaba estrictamente prohibido por la Iglesia y las autoridades
civiles, pero al tener éxito en la defensa de la ciudad, Segurola agradeció a ambas deidades
su ayuda, organizando una procesión para la Virgen y legalizando al Ekeko, pero ahora con
un nuevo aspecto, el del español Segurola, forma con la que es conocido actualmente.
Primeros Movimientos Independentistas

El 25 de mayo de 1809 estalló la Revolución de Chuquisaca encabezada por Bernardo de


Monteagudo, Jaime de Zudáñez y otros que puso en marcha el movimiento de la
Independencia Hispanoamericana. Un mes y medio después estalló la revolución en La Paz,
liderados por Pedro Domingo Murillo, que fue violentamente reprimida por los españoles,
ahorcando a los líderes independentistas.
Estos hechos sirvieron como elemento detonante para que en Buenos Aires destituyeran al
virrey en 1810 y constituyera un gobierno formado mayoritariamente por criollos, para
gobernar en nombre de Fernando VII y a la vez que se establecían juntas de autogobierno
en diferentes ciudades del Alto Perú y del resto de Hispanoamérica.

La noticia de la caída del virrey Cisneros llegó a Potosí el 17 de junio de 1810 y a


Chuquisaca el día 20, el presidente de Charcas, Vicente Nieto desarmó el cuerpo de
Patricios de Buenos Aires que había llevado a esa ciudad el año anterior, expulsó a los
oidores de la Real Audiencia y al fiscal, Juan Antonio Alvarez de Arenales y llamó a un
congreso de gobernantes altoperuanos, al que sólo asistió el gobernador intendente de
Potosí, Francisco de Paula Sanz. Se acordó pedir al virrey del Perú que las cuatro
intendencias del Alto Perú fueran incorporadas a su virreinato, lo que fue aceptado por
Abascal, quien nombró al general José de Goyeneche como su delegado en el Alto Perú.
El 14 de septiembre se produjo la Revolución de Cochabamba, siendo depuesto el
gobernador intendente y el 23 de septiembre se procedió a la jura y reconocimiento de la
Junta de Buenos Aires con Francisco del Rivero como gobernador, quien reunió unos 2.000
soldados y envió a Esteban Arce a ocupar Oruro, consiguiendo el 14 de octubre el triunfo
en la Batalla de Aroma. El 24 de septiembre Santa Cruz de la Sierra proclamó su adhesión a
la Primera Junta de Buenos Aires.

Expediciones rioplatenses

La Primera Junta de Buenos Aires en una de sus primeras medidas creó un ejército especial,
el Ejército del Norte (inicialmente denominado Ejército del Perú) para enfrentar a las tropas
españolas en el Alto Perú, y después del fusilamiento del ex virrey Santiago de Liniers, lo
puso al mando político de Juan José Castelli, uno de los líderes revolucionarios más
radicales y con Antonio González Balcarce como jefe militar. En un primer momento, tras
la derrota en el Combate de Cotagaita del 27 de octubre de 1810, las tropas
independentistas vencieron a las realistas en la batalla de Suipacha el 7 de noviembre,
tomando el control del Alto Perú. En Potosí una junta depuso a Paula Sanz, en Chuquisaca
fueron apresados el mariscal Nieto y al general Córdova y el 19 de noviembre también en
La Paz el intendente Domingo Tristán se pronuncio a favor de la junta de Buenos Aires.
Durante su gobierno Castelli tomó medidas drásticas que le ganaron la enemistad de gran
parte de las clases acomodadas, como fusilar a los jefes realistas, entre ellos al gobernador
presidente de la Audiencia de Charcas, mariscal Vicente Nieto, al intendente de Potosí,
Francisco de Paula Sanz, al general Córdova y al obispo de La Paz, así como confiscar los
bienes de los españoles. El general Juan Martín de Pueyrredón fue nombrado presidente de
la Audiencia de Charcas.
El 25 de mayo de 1811, en las ruinas de Tiahuanaco y frente a una asamblea multitudinaria
integrada por quechuas y aymaras, anuló el sistema de castas colonial, declaró la igualdad
de razas y dispuso que cada intendencia enviaría un diputado indio al Congreso General.
Cometió también la imprudencia de mostrar una actitud antireligiosa frente a poblaciones
profundamente religiosas y finalmente detuvo la persecución de las fuerzas realistas
dándoles tiempo a su reorganización. Poco después, el general español José Manuel de
Goyeneche, quien había pactado un armisticio de cuarenta días el 14 de mayo de 1811,
organizó un gran ejército en el virreinato del Perú y derrotó a las tropas del Ejército del
Norte en la batalla de Huaqui, el 20 de junio de 1811. Como consecuencia de esta batalla,
Goyeneche se apoderó de La Paz y Cochabamba, luego avanzó hacia Chuquisaca
derrotando a las tropas revolucionarias en la Batalla de Sipe Sipe el 13 de agosto, entrando
luego en Potosí que había sido abandonada por Pueyrredón llevándose los caudales.

Juan Manuel Cáceres inició una revuelta en La Paz, pero fue derrotada por tropas
indígenas. El 29 de octubre de 1811, Esteban Arce recuperó Cochabamba para los
revolucionarios, pero tras la derrota de Pocoma el 24 de mayo de 1812, la ciudad volvió a
manos realistas el 27 de mayo. Fuerzas rioplatenses al mando del general Eustaquio Díaz
Vélez fueron derrotadas en Nazareno el 12 de enero de 1812.

Castelli fue reemplazado en el mando del Ejército del Norte por el abogado y también líder
independentista Manuel Belgrano quien inició una Segunda Expedición al Alto Perú. Luego
de derrotar a las tropas realistas al mando del general español Pío Tristán en Tucumán y
Salta las tropas argentinas volvieron a entrar a Potosí el 21 de junio de 1813. Belgrano
nombró como gobernador de Potosí al coronel Figueroa, de Cochabamba al coronel
Álvarez de Arenales y de Santa Cruz al coronel Warnes, como presidente de Charcas
nombró a Francisco Antonio Ortiz de Ocampo. Sin embargo Belgrano tampoco tuvo éxito
en esta campaña porque fue derrotado por el Ejército Realista, ahora al mando del Brigadier
Joaquín de la Pezuela, en las batallas de Vilcapugio el 1 de noviembre de 1813 y Ayohuma,
trece días después. Como consecuencia de estas derrotas, el Alto Perú volvió al control
realista, bajo el virreinato del Perú y Belgrano se retiró a Jujuy.

Ignacio Warnes y Álvarez de Arenales continuaron la resistencia, consiguiendo este último


las victorias de La Florida (24 de mayo de 1814) y Postrer Valle (4 de junio), el 5 de agosto
fue vencido en Sumarpata. El 24 de septiembre de 1814, La Paz cayó nuevamente en
manos de una insurrección revolucionaria, pero fue recuperada por los españoles en
noviembre.

Tras asumir brevemente el mando del Ejército del Norte el general San Martín, pasó luego
el mando al general Rondeau, quien condujo la Tercera Expedición al Alto Perú,
reconquistando Chuquisaca y Cochabamba y logrando la victoria en la batalla de Puesto del
Marqués el 17 de abril de 1815, entrando poco después en Potosí. En octubre, los españoles
al mando de Pezuela triunfan en Venta y Media y luego también en Sipe Sipe (o Viluma) el
29 de noviembre de 1815, lo que provocó la nueva caída del Alto Perú en manos realistas,
retirándose el Ejército del Norte hasta Humahuaca, en la actual provincia de Jujuy.

Republiquetas
Pero al margen de las incursiones del ejército argentino (llamado así por ser ése el
gentilicio de los habitantes de las márgenes del Río de la Plata) en el territorio altoperuano,
las guerrillas desempeñaron un papel sumamente importante en la consecución de la
independencia de Bolivia. El cura Ildefonso de las Muñecas cubrió el norte del Lago
Titicaca, Sorata y Yavi;3 en el sudeste, entre Camargo y Cotagaita estaba Vicente
Camargo; entre los ríos Grande y Pilcomayo, y en la Laguna combatían los esposos Padilla;
en el este entre Vallegrande y Santa Cruz de la Sierra, ponía en jaque a las autoridades
españolas, el valiente guerrillero Ignacio Warnes; y por último en el sur, o sea en Chichas y
Tarija, se encontraban Eustaquio Méndez, Manuel Rojas y Francisco Pérez de Uriondo.

Fracasada la intervención militar de los tres Ejércitos Auxiliares, Pezuela, el comandante


español que logró derrotar a Rondeau, ante la súbita aparición de grupos guerrilleros en casi
todo el territorio del Alto Perú, organizó una cruenta arremetida entre los años 1815 y 1816,
logrando paralizar prácticamente toda la actividad subversiva y dando muerte a sus
principales líderes como Padilla, quien cayo heroicamente en El Villar bajo la espada del
comandante realista Aguilera. El 14 de septiembre de 1816. Vicente Camargo e Ignacio
Warnes también fueron derrotados sangrientamente por los españoles. Tendencia que
continuaría en el levantamiento de Cochabamba en septiembre de 1816 al que se reunieron
otras provincias de Charcas.

La Declaración de Independencia

El 6 de agosto de 1824 Bolívar derrotó al ejército español del general José de Canterac con
el coronel Manuel Isidoro Suárez en los campos de Junín. Esta victoria constituye sobre
todo, el paso previo para el triunfo final en la batalla de Ayacucho. Los jefes españoles,
Canterac, Váldés y La Serna, reunidos en el Cuzco decidieron reorganizar sus fuerzas y
salir al encuentro de los vencedores de Junín.

Sucre, por encargo del Libertador Bolívar, decide continuar la campaña militar en el Perú, y
el 9 de diciembre de 1824, los independentistas logran una espectacular victoria en la
llanura de Ayacucho. Con la capitulación del virrey La Serna se reconocía la
"Independencia del Perú y América".

El 29 de enero de 1825, el general José Miguel Lanza proveniente de las zonas rurales
cercanas (republiquetas), tomó la ciudad de La Paz y declaró la independencia de las
Provincias del Alto Perú, siendo nombrado su primer presidente. El 6 de febrero el mariscal
Sucre a la cabeza del Ejército Libertador cruzó el río Desaguadero.

Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el general


Sucre entra en territorio alto peruano el 25 de febrero de 1825. Su papel se limita a dar
visos de legalidad a un proceso que los mismos patriotas ya habían puesto en marcha.

Pero, el destino de la nueva república estaba sujeto a tres posibilidades, proseguir la unidad
con Buenos Aires, incorporándose a las Provincias Unidas, mantener la adhesión al Perú
reconociendo las medidas de incorporación dictadas por el virrey Abascal como resultado
de la revolución del 16 de julio de 1809 en La Paz, o sostener con decisión la
independencia absoluta del Alto Perú, no sólo con relación a España, sino también con
referencia al Provincias Unidas del Río de la Plata y al Perú.
El acta de independencia, redactada por el presidente del Congreso, José Mariano Serrano,
fue declarada por 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13 por
Cochabamba y 2 por Santa Cruz el 6 de agosto de 1825.

Mediante un decreto se determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de Bolívar, en


homenaje al Libertador, quien a la vez fue designado "Padre de la República y Jefe
Supremo del Estado". Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación de la
Presidencia de la República, para cuyo cargo designó al general Antonio José de Sucre.

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Organización Institucional

Simón Bolívar deja al poco tiempo la presidencia (1826) tras nombrar al general Antonio
José de Sucre presidente de la República, quien como segundo mandatario gobernó hasta
1828, año en que una serie de revueltas le hicieron renunciar al mando presidencial.
Después de unos meses de inestabilidad política, fue nombrado presidente por la Asamblea
Nacional el mariscal Andrés de Santa Cruz en el año 1829, convirtiéndose en la figura
central del período independiente. Logra crear la Confederación Perú-Boliviana en el año
1836, que ese extendía desde el Pacífico hasta los actuales límites orientales de Bolivia y de
la que fue nombrado protector; esto provocó resquemores con el vecino país de Chile y con
peruanos contrarios a Santa Cruz, y que desembocaron en acciones armadas en las llamadas
campañas restauradoras. Las fuerzas del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de
Rosas también intervinieron contra la Confederación por ser refugio de sus opositores
políticos, los unitarios. Finalmente Santa Cruz fue derrotado en la Batalla de Yungay en el
año 1839, en que fue disuelta la Confederación; entre los actos administrativos más
sobresalientes de sus diez años de fructífero gobierno entre 1829 y 1839, están los de
impulsar los primeros códigos del continente y promover el país entre sus pares.

Tras estos sucesos sobrevino un período de anarquía en el que ocuparon el poder entre otros
José Miguel de Velasco, el primer presidente que gobernó el país en cuatro diferentes
oportunidades, en el lapso de 20 años. José Ballivián que se caracterizó por mantener el alto
prestigio de la República, perfeccionó el ordenamiento jurídico; La victoria de Ingavi
consolidó la independencia y soberanía boliviana. Ballivián gobernó hasta el 23 de
diciembre de 1847.

Nuevas revueltas promovidas en parte por Velasco, que ocupó por cuarta vez el poder;
contribuyeron a sucederle una serie de gobiernos militares: el más importante de ellos es
quizá el gobierno populista de Manuel Isidoro Belzu entre los años 1848 y 1855. En
septiembre de 1857 una revolución otorga el mando presidencial a un civil, José María
Linares Lizarazu; en cuyo gobierno se redujo el poder del ejército para que no incubase
nuevas revoluciones. Además innovó en la organización judicial y administrativa: en el año
1859 se publicó el primer mapa de Bolivia, trazado por el Sr. Lucio Camacho en base a
datos aportados por los generales Mariano Mejía y Juan Ondarza. Derrocado por un golpe
de Estado en 1861, le sucedió José Maria de Achá, uno de los miembros del triunvirato que
encabezo la conjura. Dictó la Ley de Imprenta, implantó el servicio de correos con el uso de
estampillas, fundó la población de Rurrenabaque y mediante un nuevo golpe militar en el
año 1864 tomó el poder Mariano Melgarejo, cuyo gobierno tuvo negativas consecuencias
para el país. Disposiciones arbitrarias e irrazonables determinaron inconvenientes acuerdos
con Brasil y Chile, que hicieron perder a Bolivia grandes extensiones de su territorio.

Guerras Limítrofes

En 1879 se desató la Guerra del Pacífico que enfrentó a Chile contra la Alianza entre
Bolivia y Perú. El conflicto fue originado por los intereses de explotación del guano y el
salitre, por lo que también es conocida como Guerra del Salitre y tuvo como grave
consecuencia final la pérdida de la salida soberana al mar para Bolivia, al quedar en
posesión de Chile de Antofagasta, y para Perú la pérdida de sus territorios de Tarapacá y
Arica. Las versiones sobre las causas, circunstancias, derechos y acontecimientos
relacionados con la Guerra del Pacífico varían sustancialmente según provengan de los
países que estuvieron en pugna.

A mediados del siglo XIX Bolivia y Chile tenían diferencias sobre la delimitación de la
frontera entre ambos países que los pusieron al borde de la guerra en varias oportunidades.
Por esa razón firmaron dos tratados en 1866 y 1874 fijando la frontera en el paralelo 24º
pero estableciendo también mecanismos de explotación compartida de minerales en la
región En especial el artículo 4º del Tratado de 1874 estableció una cláusula que sería la
clave de la guerra, cuatro años después:

Los derechos de esportacion que se impongan sobre los minerales esportados en la zona de
terreno de que hablan los artículos precedentes, no excederan la cuota de la que
actualmente se cobra, i las personas, industrias y capitales chilenos no quedarán sujetos
amas contribuciones de cualquiera clase que sean que las que al presente existen.

La estipulacion contenida en este artículo durará por el termino de venticinco años.


El 27 de noviembre de 1873, la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta firmó un
contrato con el gobierno de Bolivia, que le autorizaba la explotación del mineral libre de
derechos por 15 años, desde la bahía de Antofagasta hasta Salinas, incluyendo el Salar del
Carmen. Este contrato no fue ratificado por el Congreso de Bolivia, que en ese entonces se
encontraba analizando las negociaciones con Chile4 —que darían por resultado el tratado
de límites de 1874—.

Para Bolivia el contrato de 1873 aún no se encontraba vigente, porque de acuerdo a la


constitución boliviana, los contratos sobre recursos naturales debían aprobarse por el
congreso4 En 1878 el Asamblea Nacional Constituyente boliviana, en medio de una crisis
económica, se avocó al estudio del acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Decidió
ratificar el contrato si se pagaba un impuesto de 10 centavos sobre quintal exportado de
territorio boliviano. Esta decisión que afectaba los intereses de la Compañía de Salitres y
Ferrocarriles de Antofagasta, finalmente fue considerada por el gobierno chileno como una
violación al artículo IV del tratado de 1874. Dicho impuesto de 10 centavos, que afectaba a
esta empresa es mencionado como el casus belli de la Guerra del Pacífico.
El 14 de febrero de 1879, tropas chilenas desembarcaron y ocuparon Antofagasta, entonces
ciudad-puerto boliviana, exteniendo la ocupación a toda la zona. El 1 de marzo Bolivia
declaró la de ruptura de comunicaciones con Chile y embargo de propiedades de
ciudadanos chilenos y el 23 de marzo ambos países se enfrentaron en la batalla de Calama,
con resultado adverso para las fuerzas bolivianas. Finalmente, el 5 de abril Chile le declaró
la guerra a Perú, que además tenía un tratado de defensa mutua con Bolivia que el
Presidente Daza exigía cumplir.

Luego de los desastres militares de Pisagua, San Francisco (19 de noviembre) y de una
cuestionada retirada de las tropas bolivianas en Camarones, el Presidente Hilarión Daza fue
destituido el 28 de diciembre por un golpe de estado de la cúpula militar en medio de un
enorme descontento de la población por la suerte de la guerra. Daza se exilió en Francia y
el general Narciso Campero asumió el poder. Poco después, el 26 de mayo de 1880 se
produjo la batalla de Tacna que puso fin a la participación directa de Bolivia en la guerra.

Años después, el 27 de febrero de 1894 Hilarión Daza volvería al país para defenderse de
las acusaciones, pero fue asesinado al llegar, en la estación ferroviaria de Uyuni. El crimen
nunca fue resuelto.

La posguerra: la era del estaño

En 1880 fue designado presidente Narciso Campero. Se inició así un largo período de
estabilidad democrática denominada "de la oligarquía conservadora-liberal", apoyada
primero en la economía del mineral de plata del sur, cuyo centro era Sucre, y luego en la
minería del estaño cuyo centro seguía el eje Oruro-La Paz. Le sucedieron Gregorio Pacheco
en el año 1884 (un presidente de larga trayectoria filantrópica) y Aniceto Arce en 1888.
Durante el gobierno de este último empezó a funcionar el primer ferrocarril público del
país.
En 1899 los liberales derrotaron a los conservadores en la llamada Guerra Civil de 1898 o
Guerra Federal encabezada por el coronel José Manuel Pando al frente de una junta federal
de gobierno, que asumió el poder en ese año; fue entonces cuando se trasladó la sede de la
Presidencia de la República desde Sucre a La Paz. Durante esta época se inició la era del
estaño, el cual sustituyó a la plata como principal fuente de divisas, produciendo un
dramático cambio en la economía boliviana. La figura descollante del momento fue Simón
I. Patiño, minero del estaño que llegó a ser uno los hombres más ricos y poderosos del
mundo.
Con Pando nació el "periodo liberal" de los años 1899-1920 en el que se sucedieron varios
gobiernos elegidos democráticamente, siendo los más importantes los de Ismael Montes
(1904-1909) y (1913-1917).

Acre

El efímero auge de la goma elástica condujo en los años 1903-1904 a un conflicto con
Brasil por el dominio del eje Beni-Pando, gran productor del citado material. Tras la Guerra
del Acre, región fronteriza con el Brasil de 355.242 km² de extensión, el 7 de noviembre de
1903 se firmó el Tratado de Petrópolis, que cedió al vecino país toda el área en conflicto.
Adicionalmente en 1904 Bolivia firmó un tratado de paz con Chile, mediante el cual cedía
los territorios ganados por éste en la Guerra del Pacífico a cambio de la construcción del
ferrocarril Arica-La Paz.

Guerra del Chaco

A partir de 1930 el país vivió de nuevo periodos de disensiones internas. Ese año una
revolución derrocó al presidente Hernando Siles que había gobernado desde 1926 sin
convocar la legislatura nacional e intentaba prorrogar su mandato. Daniel Salamanca,
elegido presidente en 1931, fue derrocado en 1934 por una camarilla liderada por su
vicepresidente José Luis Tejada Sorzano. Su gobierno fue derribado por una Junta militar
encabezada por el coronel David Toro, quien intentó sacar al país de la situación
desesperada en que se encontraba, como consecuencia de la recesión mundial y del
conflicto del Chaco con Paraguay. Sin embargo, se rodeó de enemigos entre los militares y
en 1937 fue derrocado por un grupo encabezado por el teniente coronel Germán Busch
Becerra, jefe del Estado Mayor.

En 1938 se aprobó una nueva Constitución. Sin embargo, Busch la abolió un año después e
impuso un gobierno dictatorial. A los cuatro meses fue encontrado muerto de un disparo.
Asumió la presidencia el general Carlos Quintanilla, quien restauró la vigencia de la
Constitución de 1938 y determinó que el Ejército debía ejercer el control del país hasta la
celebración de nuevas elecciones.

En 1940 fue elegido presidente el general Enrique Peñaranda, quien el 7 de abril de 1943,
durante la Segunda Guerra Mundial, declaró la guerra a los países del Eje. En diciembre de
1943 fue derrocado por una insurrección cívico-militar que encabezó el militar Gualberto
Villarroel, quien un año después asumió la presidencia constitucional del país apoyado por
el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido en cuyo seno había
simpatizantes del Eje, y por el Partido Obrero Revolucionario. No obstante, y por presiones
económicas, el nuevo gobierno se vio obligado a mantener buenas relaciones con las
fuerzas aliadas. En julio de 1946 Villarroel fue derrocado y linchado en La Paz.

En 1947 los conservadores volvieron a tomar el poder. El gobierno de Enrique Hertzog


tuvo que soportar continuamente la oposición de los partidos de derecha y de izquierda, y a
principios de la década de 1950 el Partido Comunista fue ilegalizado. Hertzog dimitió y
Mamerto Urriolagoitia le sucedió en el poder.

Era contemporánea

Revolución del 52

En abril de 1952 estalló una revolución organizada por el Movimiento Nacionalista


Revolucionario fundado en 1941 por Víctor Paz Estenssoro, que agrupaba a los
intelectuales radicales de clase media, que se hizo fuerte durante el gobierno de Villarroel,
en 1943-1946 al unirse a él la gran mayoría de los sindicatos mineros dirigidos por el líder
Juan Lechín Oquendo. Después de sangrientas luchas conducidas por el subjefe del MNR,
Hernán Siles, Paz Estensoro, que volvió del exilio en Buenos Aires, se hizo cargo de la
presidencia. El nuevo gobierno comenzó de inmediato a cambiar la estructura del régimen
anterior; estableció el monopolio en la exportación de estaño y nacionalizo las minas, antes
en manos de tres familias poderosas. Se alentó también una política petrolera, permitiendo
la realización de la explotación y exportación a compañías extranjeras.

Con la reforma agraria, promulgada en agosto de 1953, se procedió a la parcelación de


tierras, distribuyendo grandes extensiones entre los indígenas en el transcurso de los años
siguientes.
En agosto de 1956 asumió la presidencia Hernán Siles Zuazo, quien en calidad de
vicepresidente había acompañado a Paz Estenssoro en su gestión gobernativa. Durante su
mandato presidencial, se dedicó inicialmente a la tarea de reordenar la economía y
estabilizar la moneda. Fue poco lo logró en tres años de gobierno, porque tuvo que hacer
frente permanentemente a la oposición encabezada por la Falange Socialista Boliviana
(FSB). Tras un fallido intento de golpe de estado en 1959, tuvo lugar la muerte de Oscar
Unzaga de la Vega, líder de FSB.

En 1960 Paz Estenssoro fue elegido por segunda vez como presidente y en agosto de 1964
resultó nuevamente elegido. Poco después, el 5 de noviembre, fue derrocado por un golpe
de estado militar encabezado por su vice presidente, el General René Barrientos.

Gobiernos Militares

El gobierno militar llevó a cabo una política de reformas económicas conservadoras, como
la reapertura de la industria de las minas de estaño a las inversiones privadas extranjeras.
En julio de 1966 René Barrientos fue elegido presidente ya como civil. Sin embargo, se vio
obligado a depender de los militares para poder enfrentarse a los movimientos guerrilleros
que habían empezado a actuar en las regiones montañosas. En octubre de 1967 el Ejército
boliviano anunció haber derrotado a los rebeldes en un lugar próximo a la aldea de
Vallegrande. Había sido capturado en el campo de batalla Ernesto Che Guevara, siendo
poco después ejecutado. Barrientos murió en un extraño accidente de helicóptero en abril
de 1969. Se sucedieron en el poder una serie de gobiernos de corta duración, la mayoría
militares, y en agosto de 1971 el general Juan José Torres fue derrocado por un golpe de
Estado encabezado por el coronel Hugo Banzer.

El régimen de Banzer viró rápidamente desde una posición relativamente moderada a una
de mayor represión: suprimió el movimiento obrero, suspendió todos los derechos civiles y
envió tropas a los centros mineros. En 1978 Banzer dimitió y una junta militar se hizo con
el poder. A comienzos de la década de 1980 el fuerte crecimiento económico de la década
anterior —que había sido sostenido por los altos precios del estaño en el mercado
mundial— dio paso a la crisis. La caída del precio del mineral y la mala administración de
los regímenes militares habían dejado a Bolivia con una inmensa deuda, una situación
hiperinflacionaria y un descenso de los ingresos por exportaciones. La exportación ilegal de
cocaína fue el principal recurso que le procuró divisas, por lo que Estados Unidos presionó
al gobierno de Bolivia para que tomara medidas efectivas contra el tráfico de esta droga.
Enfrentada a problemas raciales y culturales, Bolivia ha conocido revoluciones y golpes
militares. A principios de la década de los 80 fue derrocada la última junta militar que
gobernaba el país para reinstaurar la forma de gobierno democracia.

Gobiernos Democráticos

En octubre de 1982 Hernán Siles Zuazo tomó de nuevo posesión de la presidencia. Se


enfrentó con varias crisis ministeriales y fue incapaz de resolver los problemas económicos
del país, bastante urgentes debido al pago de los intereses de la deuda externa a los bancos
internacionales. Siles dimitió y convocó elecciones anticipadas; el Congreso volvió a
reclamar a Paz Estenssoro como presidente. Su nuevo gobierno intentó cortar la producción
de coca y la venta de cocaína con la colaboración de las tropas estadounidenses, pero esta
medida, además de ser impopular, sólo obtuvo un éxito parcial. El principal logro de Paz
Estenssoro fue una nueva política económica que frenó una hiperinflación del orden del
27.000% entre enero y agosto de 1985, y que fue exportada a otros países de América.
Jaime Paz Zamora, que había sido el tercer candidato más votado en las elecciones de mayo
de 1989, asumió en agosto la presidencia del país después de recibir el apoyo de Acción
Democrática Nacionalista (ADN), grupo político de derecha.

Las siguientes elecciones, celebradas en junio de 1993, dieron la victoria al empresario


minero Gonzalo Sánchez de Lozada, quien asumió la presidencia, en tanto que el dirigente
aymara Víctor Hugo Cárdenas accedía a la vicepresidencia. Asimismo, en las elecciones
para el Congreso, el MNR obtuvo la mayoría, reemplazando a la coalición de centro-
izquierda hasta ese momento en el poder. Lozada, que había sido ministro de Planeamiento
y Coordinación antes de su elección como presidente, introdujo algunas de las medidas más
severas de reforma económica puestas en práctica por los países fuertemente endeudados:
amplia privatización de empresas estatales, reducción de los gastos en servicios sociales y
en los programas de educación, y cierre de muchas de las minas. El estricto control de los
gastos estatales ayudó a reducir la inflación a un 6,5% en 1995, pero los costos sociales
fueron muy altos. Su programa de gobierno, denominado "Plan de Todos", consistió en la
capitalización, la participación popular, la reforma educativa y la descentralización
administrativa.

En las elecciones presidenciales de junio de 1997 resultó vencedor el ex presidente Hugo


Banzer, el cual, sin contar con la mayoría absoluta, recibió inicialmente el apoyo del
también ex presidente Jaime Paz Zamora y su partido, el Movimiento de la Izquierda
Revolucionaria (MIR), quien de esta manera le devolvía el favor por respaldar con sus
diputados de Acción Democrática Nacionalista (ADN) la gobernabilidad del país durante
su mandato. En junio de 1999, Banzer hubo de cambiar a la mitad de los miembros de su
gobierno, tras un grave escándalo que salió a la luz cuando ese mismo mes se produjo la
inesperada renuncia del ministro del Interior, Guido Nayar, quien criticó la corrupción e
ineficacia gubernamentales. El presidente decretó el 8 de abril de 2000 el estado de sitio,
con el objeto de detener la oleada de protestas que tenían lugar en Cochabamba, pero no
pudo contener con esa medida un violento estallido social causado por la extrema pobreza
del campesinado indígena hasta que firmó seis días después con los representantes
sindicales de éstos una serie de acuerdos.
El día 20 de ese mes, cuatro días antes de que los miembros de su gobierno presentaran en
pleno la dimisión, Banzer suspendió el estado de sitio. Nombró un nuevo gabinete el 25 de
abril, pero el 19 de octubre tuvo que ver como de nuevo su gobierno presentaba en bloque
su dimisión tras la grave crisis social vivida en Bolivia desde septiembre. Ésta,
caracterizada por huelgas, cortes de carreteras y enfrentamientos con fuerzas militares
(sobre todo en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) estuvo
protagonizada por indígenas y determinados sindicatos, defensores del derecho de los
campesinos al cultivo de coca y contrarios a las intenciones gubernamentales de erradicarlo
y sustituirlo por el de otros productos.

Aquejado de cáncer de pulmón, Banzer renunció el 6 de agosto de 2001 a la presidencia y


fue sustituido por su vicepresidente, Jorge Quiroga. Éste se mantuvo en el gobierno hasta el
6 de agosto de 2002, completando el quinquenio para el cual había sido elegido Banzer. Su
sucesor fue Sánchez de Lozada, cuya candidatura por el MNR fue la más votada en las
elecciones presidenciales celebradas el 30 de junio de ese mismo año. Al recibir sólo el
22,5% de los sufragios (por el 20,94% de Evo Morales, líder indígena del Movimiento al
Socialismo, MAS; del 20,91% de Manfred Reyes Villa, candidato de Nueva Fuerza
Republicana, NFR; y del 16,3% de Jaime Paz Zamora, nuevamente presentado por el MIR),
Sánchez de Lozada precisó la designación del nuevo Congreso Nacional (cuyos miembros
fueron elegidos ese mismo día), para la cual compitió con Morales y que logró gracias al
voto de sus parlamentarios y de los procedentes de otros partidos, principalmente el MIR.
Sánchez de Lozada y Paz Zamora sellaron antes el denominado Plan Bolivia de
Responsabilidad Nacional, pacto de gobernabilidad entre ambas formaciones basado en una
futura política que tuviera por eje principal la creación de empleo y de riqueza.

El nuevo presidente anunció en febrero del 2003 una serie de impopulares medidas
económicas (entre ellas, un nuevo impuesto sobre los salarios), que generó protestas en
todo el país. Sánchez de Lozada retiró su proyecto, pero la grave crisis suscitada, salpicada
de violentos incidentes, motivó la dimisión de todos los miembros de su gobierno. En el
siguiente mes de agosto, para intentar poner fin a la crisis que vivía el país, Sánchez de
Lozada llegó a un acuerdo con el partido de la oposición NFR, que entró en el ejecutivo. El
plan gubernamental de costear proyectos sanitarios y educativos con los beneficios de la
exportación de gas natural generó nuevos descontentos (principalmente, por la posibilidad
de que el transporte de dicho producto se efectuara a través de un puerto chileno); así, en
septiembre y octubre de 2003 se sucedieron nuevas manifestaciones promovidas por la
Central Obrera Boliviana (COB) y por la Confederación Sindical Única de Trabajadores
Campesinos de Bolivia, que convocaron un paro general indefinido. El movimiento popular
también fue catalizado por el MAS y por el Movimiento Indígena Pachakuti. La revuelta se
extendió a las principales ciudades del país (La Paz y El Alto fueron incluso militarizadas
por el gobierno), donde el clima era de abierta insurrección. Ante esta situación, que
produjo escisiones en el ejecutivo, Sánchez de Lozada dimitió el 17 de octubre. Fue
sustituido por el vicepresidente, Carlos Mesa, quien formó un gabinete integrado por
políticos no adscritos a partido alguno, con la intención de poner fin al conflicto y alcanzar
la reconciliación nacional. Poco después de su investidura, Mesa se comprometió a
convocar un referéndum en el que los bolivianos deberían pronunciarse sobre la cuestión de
la exportación de gas natural. Debido al casi nulo apoyo político, Carlos Mesa renunció,
presionado por graves disturbios sociales, asumiendo la presidencia de forma inesperada el
en ese entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltze,
quien se comprometió a ejercer un gobierno de transición, convocando a elecciones el 22
de enero de 2006.

Gobierno De Evo Morales Y Nueva Constitución

Asumió el poder el 22 de enero de 2006 como el primer mandatario boliviano en ser electo
Presidente de la República por una mayoría absoluta del 54% de los votos de la elección
presidencial general (la segunda vuelta no esta tipificada), declarándose el primer
presidente indígena en un país en el que más de la mitad de la población lo es. Lo hizo
prometiendo nacionalizar los hidrocarburos del país, combatir la corrupción y excesos de
las multinacionales, permitir el mercado legal de coca e intervenir sin la ayuda de Estados
Unidos, repartir mejor las tierras y gobernar para todos. Hasta la fecha Morales ha tenido
varios enfrentamientos con petroleras y gobiernos de los países de los cuales proceden
dichas petroleras, como el caso de Repsol. El tema de la nacionalización sigue pendiente en
la agenda del presidente boliviano pero el 29 de Octubre de 2006 se firmaron como primer
paso unas nuevas condiciones las petroleras.

En julio de 2006, se llevaron a cabo elecciones para elegir representantes para una
asamblea la propuesta autonómica llevo a cabo un bloqueo interno en la Asamblea
constituyente. Todas estas dicotomías, llevaron a tensionar la situación política entre
oriente y occidente. Cuando el escenario político boliviano parecía estar menos
convulsionado, a ello se sumó una propuesta controversial para la Asamblea Constituyente,
ya que la ciudad de Sucre (capital de Bolivia con un solo poder estatal constituido) pedía
que los otros dos poderes estatales situados en La Paz (sede de Gobierno) sean trasladados
a Sucre. Estas controversias políticas, ocasionaron un paro temporal de sesiones en la
Asamblea Constituyente.Empero, la vicepresidencia de la república se presto para ser la
mediadora entre ambas fuerzas políticas. Si bien la vicepresidencia logro un consenso entre
todas las bancadas políticas, de igual manera elaboro un documento que no logro la
satisfacción a la demanda de la ciudad de Sucre.

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