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El paso de la Edad Media a la época moderna, transforma y configura los valores sociales
establecidos y por tanto una nueva forma de concebir a la mujer como imagen y como actor
social; características que se reafirmaran en estereotipos con el paso del tiempo, y con las
secuelas de una tradición cristiana. Pero es importante saber de donde vienen las otras
imágenes de la mujer que configuran lo que veremos en el renacimiento; pues es en la edad
media donde se reafirman y se redefinen conceptos que hacen femenina a la mujer o dicho en
otras palabras se le conceden una seria de roles y papeles, características y formas de ser que
las convierten en la imagen que aunque hoy un poco desvastada la muestra como: débil
,desenfrenada, crédula, sexual ante todo, chismosa, vengativa, mala por naturaleza en otra
palabra la mujer es un sinónimo de inferioridad ; cosa que veremos en la bruja , libro que
muestra como se redefinen ese tipo de conceptos mediante la iglesia y quienes mandan en ella.
A mitad de la edad media la brujería era calificada como un delito panal, y aun así las cifras nos
muestran la estrecha relación que dicho delito tenía con las mujeres; las cifras que muestra
Shallman evidencian que las mujeres tenían cuatro veces mas probabilidades de ser acusadas
de brujería, que los hombres y de los casos presentados 1560 y 1680 (270 casos) el 91%
resultan ser mujeres las acusadas, y luego entre 1537 y 1683(1060 casos) el 78%
corresponden a mujeres. Aunque es de aclarar que la relación del delito de brujería, con el mito
demonológico (que se puede explicar por medio de dos corriente, la primera que se debe a
costumbres chamánicas extendidas en Eurasia y la segunda como una construcción intelectual
de los clérigos en medio de la polémica religiosa medieval) solo aparece a finales del siglo XIV
los primeros casos por delito religiosos aparecen solo en el siglo XV en Suiza y el solo hasta el
siglo XVI donde reciben sanción pontificia por orden del papa Inocencio VIII quien nombra a
dos inquisidores que revolucionaran la forma de pensar y de ver el mundo y las relaciones de
genero de forma totalmente distinta. Jacob Springer y Henri Istitoris van a publicar en 1486 el
libro Malleus Maleficarum que traduce Martillo de bruja en Estrasburgo que va a dar una
relación directa mediante sustentación “científica” entre la brujería y la mujer.. para esto se basa
en la compilación de ideas dispersas, o explicitas que las sintetizan basándose en la Biblia:
Pero en el siglo XVI y XVII se va a dejar de lado la búsqueda de brujas por el pacto satánico,
por la herejía de la reforma y el protestantismo en la mayoría de las partes donde las dos
iglesias tiene relación .Pues si bien la iglesia protestante estaba en contra de algunas formas de
adivinación, la iglesia católica estaba en contras de todas. Por esa época entonces se empieza
a diferenciar en uso de la adivinación por medio de la clase y de la forma en que se hacía, las
costumbres árabes y judías se constituyeron en toda un objeto de admiración. Pues mientras
por ejemplo en Nápoles se emprende un persecución a la practica de la magia ,se ve como por
un lado estaban los practicantes que pertenecían a la clase erudita ,monjes intelectuales y
varones y por otro lado las mujeres con unas costumbres populares basadas en lo que les
enseñaban su madres o la vecina, y que podían hacer curaciones mediante hierbas o aceites,
pero como no en toda Europa se le da a la herejía la importancia que tubo en la mayoría del
mapa geográfico ( en el cono sur de Europa, en la América española y portuguesa la caza de
brujas es ignorada) esto ha permitido que subsistan este tipo de costumbres.
La concepción de lo femenino como algo inferior, sigue vigente en el paso de una aristocracia
considerada como “afeminada”, que decayó, a una aristocracia más “viril” que la criticaba. La
consolidación del Estado por encima del papel de la iglesia, mantiene una moralidad que
caracterizará el rol de la mujer como actor social, en cuanto a sus derechos y “deberes”
sexuales. La tradición de las relaciones solo dentro del matrimonio se mantiene, pero ya con la
posibilidad de satisfacción sexual, como una forma de mantener la familia y las buenas
relaciones entre el esposo y la esposa, y no simplemente como el acto de procrear. Pero es
aquí donde la mujer siempre tiene menos posibilidades y sus derechos eran limitados a solo
decidir con quien casarse, la única posición aceptada era la del hombre encima de la mujer, y
en caso de quedar viuda las posibilidades de volverse a casar eran mínimas en comparación
con las del hombre, al que por supuesto se le aceptaba las visitas a los prostíbulos.