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Sujeto del Aprendizaje 2018 – 2do. parcial
4) No puede haber ninguna discontinuidad teórica entre el pensamiento tal como aparece en los
niños y el pensamiento científico adulto. El lenguaje es una construcción de la inteligencia (!)
2. ASIMILACIÓN Y ACOMODACIÓN
5) Las conexiones psicogenéticas fundamentales generadas a lo largo del desarrollo no pueden
ser consideradas como reductibles a “asociaciones” empíricas; consisten más bien en
asimilaciones, tanto en el sentido biológico como en el intelectual
Cabe señalas aquí lo inadecuada que en este contexto resulta la famosa teoría del “estímulo-
respuesta”, como formulación general de la conducta. Un estímulo sólo puede provocar una
respuesta si el organismo ya ha sido sensibilizado a dicho estímulo (o posee la “capacidad” de
reacción necesaria). Cuando decimos que un organismo o un sujeto está sensibilizado a un
estímulo y es capaz de darle una respuesta, damos por hecho que ya posee un esquema o
una estructura a la que el estímulo es asimilado.
6) Sin embargo, la propia asimilación nunca está presente sin su contrapartida, la acomodación.
La adaptación cognitiva, como su contrapartida biológica, consiste en un equilibrio entre
asimilación y acomodación (chusmear texto de psicolingüística). No hay asimilación sin
acomodación. Pero la acomodación tampoco existe sin una asimilación simultánea. En el
ámbito cognitivo, el sujeto es capaz de varias acomodaciones, pero sólo dentro de ciertos
límites impuestos por la necesidad de preservar la estructura asimiladora correspondiente.
El concepto de “asociación” pues, sólo pudo surgir por el aislamiento artificial de una parte del
proceso general definido por el equilibrio entre asimilación y acomodación. En realidad, una
“asociación” siempre es acompañada por una asimilación a estructuras anteriores, y este es
un primer factor que no se debe subestimar. Por otro lado, en la medida en que la asociación
incorpora alguna información nueva, representa una acomodación activa y no un simple
registro pasivo. Esta actividad acomodatoria, que es dependiente del esquema de asimilación,
es un segundo factor necesario
7) Si la acomodación y la asimilación están presentes en todas las actividades, puede que su
proporción varíe, y sólo es el equilibrio más o menos estable (aunque siempre móvil) que se
puede establecer entre ambas lo que caracteriza un acto completo de inteligencia.
Cuando la asimilación predomina sobre la acomodación (cuando no se tiene en cuenta las
características del objeto salvo en la medida en que coinciden con los intereses momentáneos
del sujeto), el pensamiento evoluciona en un sentido egocéntrico y hasta autista. A la inversa,
cuando la acomodación predomina sobre la asimilación hasta el punto de reproducir
perfectamente las formas y movimientos de los objetos o de las personas que son sus
modelos en aquel momento, la representación evoluciona en el sentido de la imitación. La
imitación mediante la acción, una acomodación a los modelos presentes, se transforma
progresivamente en una imitación diferida y, por fin, en una imitación interiorizada. En esta
última forma, constituye el origen de las imágenes mentales y de los aspectos figurativos, por
oposición a los operativos, del pensamiento.
En tanto que asimilación y acomodación están en equilibrio (en la medida en que la
asimilación sigue estando subordinada a las propiedades de los objetos, y en la medida en
que la propia acomodación está subordinada a las estructuras ya existentes a las que hay que
asimilar la situación) podemos hablar de conducta cognitiva en oposición al juego, la imitación
o las imágenes mentales, y nos hallamos de nuevo en el ámbito de la inteligencia propiamente
dicha. Pero este equilibrio fundamental entre asimilación y acomodación es más o menos
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16) Los estadios son sólo relativos al desarrollo de la inteligencia, y los aspectos del aprendizaje
considerados en la sección (4) sólo están relacionados con dichos estadios.
Si queremos conseguir una representación completa del desarrollo mental, no podemos
considerar sólo el aspecto operatorio de las funciones cognitivas, sino también su aspecto
figurativo.
Llamaremos “operatorios” a las actividades del sujeto que intentan transformar la realidad:
*todas las acciones (salvo aquellas cuyo propósito es de mera acomodación, como la
imitación o el dibujo), y **las propias operaciones.
En contraposición, llamaremos “figurativas” a las actividades que sólo tratan de representar la
realidad tal como aparece sin concebir transformarla: *la percepción, **la imitación en sentido
amplio, y ***las representaciones gráficas en las imágenes mentales.
Aspectos figurativos y sus relaciones con la función semiótica (función simbólica): PIERCE,
SAUSSURE.
Índices: son significantes que no se distinguen de sus significados puesto que son parte de
ellos o un resultado causal.
Símbolos: son significantes diferenciados de sus significados, pero que conservan alguna
semejanza con ellos.
Signos: son significantes también diferenciados de sus significados, pero son
convencionales y, en consecuencia, más o menos “arbitrarios”: el signo es siempre social,
mientras que el símbolo puede tener un origen meramente individual como en los juegos
simbólicos o los sueños.
Llamaremos “función semiótica” (simbólica) a la capacidad, adquirida por el niño en el
transcurso del segundo año, de representar un objeto ausente o un acontecimiento que no
está percibido, mediante símbolos o signos, es decir, mediante significantes diferenciados de
sus significados.
La transición de los índices a los símbolos y los signos (el comienzo de la diferenciación que
caracteriza la función semiótica) está relacionada con el progreso de la imitación, que es, en el
nivel sensomotor, una especie de representación mediante acciones efectivas. A medida que
la imitación se diferencia e interioriza en imágenes, también se convierte en la fuente de los
símbolos y en el instrumento de intercambio comunicativo que hace posible la adquisición del
lenguaje.
La percepción es una actividad figurativa, pero no pertenece a la función semiótica, puesto
que sólo utiliza índices y no significantes representativos. El lenguaje pertenece a la función
semiótica, pero sólo es parcialmente figurativa.
17) Durante nuestro estudio del desarrollo de la percepción en el niño, fuimos llevados a hacer
una distinción entre “los efectos de campo” (entendiendo campo en el sentido de centración
motriz visual), y las actividades perceptivas de exploración tales como las actividades visuales
y los modos de relacionar y situar visualmente en referencia.
Los efectos de campo disminuyen cuantitativamente con la edad, pero conservan sus
características cualitativas.
En contraposición, las actividades perceptivas se modifican con la edad, y, en términos
generales, se pueden distinguir estadios aproximados.
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Aquí, como en todos los casos donde pudimos estudiar las relaciones entre percepción e
inteligencia, la inteligencia es la que dirige los movimientos – lo hace, naturalmente, no
experimentando con los mecanismos perceptivos, sino indicando lo que hay que mirar y qué
índices resultan útiles para hacer una buena estimación perceptiva.
18) Nuestra primera conclusión es que la imagen no proviene de la percepción, y que obedece a
leyes totalmente distintas. Es, probablemente, el resultado de una interiorización de la
imitación.
Además, si distinguimos entre imágenes “reproductivas” (imaginar un objeto o un
acontecimiento conocido pero no percibido en ese momento) e imágenes “anticipatorias”
(imaginar el resultado de una nueva combinación), nuestros resultados han puesto de
manifiesto lo siguiente:
a. Antes de los 7 u 8 años, sólo se pueden encontrar imágenes reproductivas, siendo todas
bastante estáticas.
b. Después de los 7 u 8 años, aparecen imágenes anticipatorias, pero no son aplicadas sólo
a combinaciones nuevas. También parecen necesarias para representar cualquier
transformación, aunque ésta sea conocida, como si tales representaciones siempre
supusieran una nueva anticipación.
Pero esta investigación ha demostrado, sobre todo, la interdependencia estricta entre la
evolución de las imágenes mentales la evolución de las operaciones. Las imágenes
anticipatorias sólo son posibles cuando existen las operaciones correspondientes.
En resumen, si las imágenes mentales pueden facilitar a veces las operaciones, no
constituyen su origen. El contrario, las imágenes mentales son generalmente controladas por
las operaciones que aparecen progresivamente (y se puede seguir su construcción paso a
paso).
19) Desarrollo de la memoria. La memoria presenta dos aspectos muy distintos. Por una parte,
es cognitiva (implica un conocimiento del pasado), y a este respecto usa los esquemas de
inteligencia; por otra parte, las imágenes no son un conocimiento abstracto y tienen una
relación particular y concreta con los objetos o los acontecimientos. Símbolos como las
imágenes mentales y, más concretamente, las “imágenes de la memoria” son necesarios para
su funcionamiento. Las imágenes mismas pueden ser esquematizadas, pero en un sentido
totalmente distinto, puesto que las imágenes en sí mismas, aunque esquemáticas, no son
esquemas. Utilizaremos el término “schema” para designarlas. Un schema es una imagen
simplificada (ej: el mapa de una ciudad), mientras que un esquema representa lo que se
puede repetir y generalizar en una acción (ej: el esquema es lo que es común en las acciones
de “empujar” un objeto con un bastón o cualquier otro instrumento).
La estructura de la memoria parece ser parcialmente dependiente de la estructura de las
operaciones.
6. LOS FACTORES CLÁSICOS DE DESARROLLO
20) Los tres factores clásicos del desarrollo son la maduración, la experiencia del físico y la acción
del medio social. Debemos añadir un cuarto factor (que es en realidad necesario a la
coordinación de los tres primeros)-. La equilibración o autorregulación.
La maduración debe contribuir al desarrollo de la inteligencia, aunque sabemos muy poca
cosa de las relaciones entre las operaciones intelectuales y el cerebro. La característica
secuencial de los estadios, en particular, es una indicación importante de su naturaleza
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parcialmente biológica y habla a favor del papel constante del genotipo y de la epigénesis.
Pero eso no significa que podamos suponer la existencia de un programa hereditario
subyacente al desarrollo de la inteligencia humana: no hay “ideas innatas”. Incluso la lógica no
es innata y sólo da lugar a una construcción epigenética progresiva. Los efectos de la
maduración consisten en esencialmente en abrir nuevas posibilidades de desarrollo, es decir,
dar paso a estructuras que no podían desarrollarse antes de que se presentaran dichas
posibilidades. Pero entre posibilidad y realización tiene que intervenir una serie de otros
factores tales como el ejercicio, la experiencia y la interacción social.
21) Un segundo factor que se invoca tradicionalmente para explicar el desarrollo cognitivo es la
experiencia adquirida mediante el contacto con el ambiente físico exterior. Dicho factor es
esencialmente heterogéneo, y consta por lo menos de tres categorías y sentidos de
experiencia, entre los que distinguiremos dos polos opuestos:
A. La primera categoría es el simple ejercicio, que supone la presencia de objetos sobre
los cuales se efectúa la acción, pero que no implica necesariamente la adquisición de
un conocimiento a partir de dichos objetos. Podemos, a su vez, hacer una distinción
entre dos polos opuestos de actividad en el ejercicio mismo: un polo de acomodación al
objeto, que es la única fuente de las adquisiciones basadas en las propiedades del
objeto; y un polo de asimilación funcional, es decir, de consolidación mediante una
repetición activa.
En cuanto a la experiencia propiamente dicha, en el sentido de adquisición de un nuevo
conocimiento mediante la manipulación de objetos (y no ya mediante el simple
ejercicio), tenemos que distinguir otra vez entre dos polos opuestos, que corresponde a
las categorías B y C
B. La segunda categoría es la experiencia física, que consiste en sacar información de los
propios objetos mediante un simple proceso de abstracción. Dicha abstracción se limita
a disociar una propiedad recién descubierta de las demás, que no son tenidas en
cuenta. Es la experiencia física la que permite al niño descubrir el peso sin tener en
cuenta el color del objeto, por ejemplo, o descubrir que el peso de objetos de la misma
naturaleza va aumentando con el tamaño, etc.
C. La última categoría es la experiencia lógica-matemática. Desempeña un papel
importante en todos los niveles de desarrollo cognoscitivo en los que la deducción
lógica o el cálculo son todavía imposibles. Aparece también cada vez que el sujeto se
enfrenta con problemas en los que ha de descubrir nuevos instrumentos deductivos.
Este tipo de experiencia implica también actuar sobre los objetos, dado que no puede
haber experiencia sin una acción en su origen, sea real o imaginada, y que su ausencia
significaría que no hay contacto con el mundo exterior.
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el ambiente cultural y educativo del niño. Pero el ambiente social no puede explicarlo todo.
Dicho orden de sucesión constante no puede imputar al ambiente.
Para concluir, parece que los factores tradicionales (maduración, experiencia, ambiente social)
no bastan para explicar el desarrollo. Tenemos que recurrir a un cuarto factor, la equilibración,
y ello por dos razones. La primera es que estos tres factores heterogéneos no pueden explicar
un desarrollo secuencial si no están en cierta relación de equilibrio mutuo, y que debe, pues,
existir un cuarto factor organizador para coordinarlos en un conjunto coherente y no
contradictorio. La segunda razón es que cualquier desarrollo biológico es autorregulador, y
que los procesos de autorregulación son incluso más habituales en el nivel de la conducta y
en la elaboración de las funciones cognoscitivas. Debemos, pues, considerar este factor por
separado
7. EQUILIBRACIÓN Y ESTRUCTURAS COGNITIVAS
23) Las estructuras específicas de la inteligencia son estructuras que implican operaciones, o sea,
acciones interiorizadas y reversibles tales como la suma, unión teórica de un conjunto,
multiplicación lógica, etc. dichas estructuras se desarrollan muy natural y espontáneamente en
el pensamiento del niño: seriar, clasificar, poner en correspondencia uno-a-uno o uno-a-varios,
establecer una matriz multiplicativa, son todas estructuras que aparecen entre los 7 y los 11
años, en el nivel de lo que llamamos “operaciones concretas” que trata directamente con
objetos. Después de los 11 ó 12 años, aparecen otras estructuras, tales como los procesos
combinatorios y de cuaternalidad, entre otros.
Para estudiar las propiedades de estas estructuras operatorias concretas y establecer sus
leyes, necesitamos usar el lenguaje de la lógica de clases y relaciones, pero eso no significa
que dejamos el ámbito de la psicología.
24) El problema consiste en entender cómo las estructuras fundamentales de la inteligencia
pueden aparecer y evolucionar con las que después derivan de ellas. Las estructuras lógicas
no son un simple producto de la experiencia física; en la seriación, la clasificación, la
correspondencia término-a-término, las actividades del sujeto añaden nuevas relaciones tales
como orden y totalidad de objetos. La experiencia lógica-matemática extrae su información de
las propias acciones del sujeto, lo que implica una autorregulación de dichas acciones. Podría
alegarse que estas estructuras resultan de una transmisión social o educativa.
¿Cómo adquirieron por primera vez los miembros del grupo social dichas estructuras?
Parece muy probable que la construcción de las estructuras resulte principalmente de la
equilibración, definida no como un equilibrio entre fuerzas opuestas sino como una
autorregulación; es decir que la equilibración consiste en una serie de reacciones activas del
sujeto en respuesta a las perturbaciones exteriores que pueden ser efectivas o anticipadas en
varios grados. No hay que considerar sólo el estado final del equilibrio sino que la equilibración
es esencial por ser el proceso de autorregulación que lleva a este estado final y, por
consiguiente, a la reversibilidad que caracteriza las estructuras que hay que explicar.
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Pensamiento y Lenguaje – teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas (Lev S.
Vigotsky)
PRÓLOGO
Vigotsky nació en 1896 y falleció en 1934. Pensamiento y Lenguaje fue publicado en 1934,
pocos meses después de su muerte.
Vigotsky abre un camino para la construcción de una psicología científica. Su visión del
mundo estaba inspirada en la filosofía materialista dialéctica y trató de construir una imagen de la
actividad psicológica del hombre sobre esa base. Se oponía a los intentos de “biologizar” la
psicología criticando en especial a algunos de los discípulos de Bejterev y al conductismo de
Watson. Criticó a los exponentes de la psicología tradicional que hablaban de funciones
psíquicas como producto de la actividad de un psiquismo autónomo, abstraído del medio.
Entendía que la vida del hombre no sería posible si éste hubiera de valerse sólo del
cerebro y las manos, sin los instrumentos que son un producto social. La vida material del hombre
esta “mediatizada” y, de la misma manera, también su actividad psicológica está “mediatizada”
por eslabones producto de la vida social, de los cuales el más importante es el lenguaje.
La teoría de Vigotsky es conocida como “teoría del desarrollo cultural de las funciones
psíquicas”. Vigotsky no contrapone el instrumento mediatizado cultural a una psiquis individual
completa por sí misma. El instrumento cultural se integra en la psiquis del sujeto, es parte
fundamental de la misma. “Todas las funciones psíquicas superiores son relaciones de orden
social interiorizadas, base de la estructura social de la personalidad” dice.
Para Vigotsky esta historia que plasma el desarrollo psíquico es precisamente la historia
del desarrollo de la sociedad humana, con todas sus formas concretas de interacción.
Método de la estimulación dual: se estudia la relación entre dos series de estímulos, una
de las cuales está integrada por estímulos directos del medio y la otra, por estímulos que sirven
de mediadores. El esquema sería: E-estímulo, R-reacción e interpuesto entre ambos el eslabón
intermedio X, que sustituye al estímulo y que en las experiencias concretas solía estar
representado por dibujos en tarjetas, que jugaban el papel del medio nemotécnico. Esta técnica le
permitió investigar el desarrollo de la memoria y del lenguaje.
El libro encara el problema de la unidad y diversidad de dos aspectos fundamentales de la
actividad psicológica del ser humano: el pensamiento y el lenguaje. En el hombre adulto,
efectivamente, el lenguaje es la base material del pensamiento. Sin embargo, el estudio detallado
de la actividad psicológica (tanto normal como patológica), muestra que ambos términos forman
una unidad dialéctica y en ciertos momentos entran en contradicción, por ejemplo, cuando una
forma verbal inadecuada traba el curso del pensamiento. El pensamiento tiene eslabones
relativamente independientes del lenguaje, pero no puede terminar de integrarse sin éste.
Para entender esta unidad e independencia relativas del pensamiento y el lenguaje,
Vigotsky los estudia en su perspectiva filo y ontogenética. Existe un estadio preverbal en los
animales superiores y en los niños. En estos últimos los puntos de partida de los aspectos vocal y
semántico del lenguaje son contrapuestos. En su dominio del lenguaje exterior, el niño procede
avanzando de las partes al todo, y en cuanto al significado, las primeras palabras del niño
expresan, según Vigotsky, verdaderas sentencias, que luego se afinan y diversifican.
El proceso de la adquisición y crecimiento del significado en el aprendizaje de las palabras
es explicado mediante el concepto de la unidad “palabra-significado”. Este concepto supera la
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imagen de una mera asociación entre estímulos verbales y objetos, que crece luego por
oposición. Estas unidades se desarrollan no sólo en superficie, sino también en profundidad, en la
medida en que el reflejo de la realidad, contenido en dichas unidades, se va enriqueciendo en el
curso de la actividad de un sujeto.
Vigotsky dedica especial atención al surgimiento del lenguaje interior y al estudio de su
génesis, y critica la hipótesis de Piaget acerca del lenguaje egocéntrico, de acuerdo a la cual el
niño hablaría fundamentalmente para sí. De acuerdo a Vigotsky, en cambio, el llamado lenguaje
egocéntrico cumple también una función social de comunicación y es precisamente este tipo de
lenguaje el que, al ser incorporado, interiorizado, da lugar al nacimiento del lenguaje interior.
Vigotsky estudia las características del lenguaje interior, marcando las etapas de transición
entre éste y las formas externas, totalmente manifiestas, del lenguaje.
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Piaget traza una profunda división entre las ideas del niño sobre la realidad, desarrollada a
través de sus propios esfuerzos mentales (espontáneas), y aquellas influidas decisivamente por
los adultos (estas últimas deben ser objeto de investigación independiente, según el autor).
Existen algunos errores en el razonamiento de Piaget. Primero porque deja de considerar la
interacción entre los dos tipos y los enlaces que los unen en un sistema total de conceptos en el
curso del desarrollo intelectual del niño. Uno de los principios básicos de Piaget es que la
socialización progresiva del pensamiento es la verdadera esencia del desarrollo mental del niño.
Si sus concepciones de la naturaleza de los conceptos no espontáneos fueran correctas, se
podría deducir que un factor tan importante en la socialización del pensamiento infantil, como es
el aprendizaje escolar, no está relacionado con el proceso evolutivo interno. Teóricamente,
considera la socialización del pensamiento como un marchitamiento gradual, de las
características de la inteligencia propia del niño. A través de la infancia se produce un conflicto
incesante entre las dos formas de pensamiento mutuamente antagónicos, con una serie de
acomodaciones en cada nivel sucesivo hacia el desarrollo de la inteligencia del adulto. La propia
naturaleza del niño no juega un papel constructivo en el proceso intelectual.
Nos oponemos a estas premisas con la siguiente: el desarrollo de los conceptos no
espontáneos debe poseer todas las características del pensamiento infantil en cada nivel, puesto
que estos conceptos no se adquieren simplemente por medio de la memoria, sino que
evolucionan con la ayuda de una enérgica actividad mental por parte del niño mismo. Tanto el
desarrollo de la actividad espontanea como el de la no espontanea, se relacionan y se influyen
constantemente. Son partes de un proceso único: la evolución de la formación del concepto, que
se encuentra afectado por las variaciones externas y las condiciones internas, pero que es
esencialmente unitario, y no un conflicto de formas de ideación antagónicas, mutuamente
excluyentes. La instrucción es una de las fuentes principales de los conceptos infantiles, y
también una fuerza poderosa en la dirección de su desarrollo; determina el destino de su
evolución mental completa.
Sabemos qué conceptos se forman y desarrollan bajo condiciones internas y externas
totalmente diferentes, y depende de si se originan en la instrucción escolar o en la experiencia
personal del niño. La mente enfrenta problemas diferentes cuando asimila los conceptos de la
escuela y cuando se la deja librada a su voluntad.
La separación de los conceptos científicos como objeto de estudio tiene también un valor
heurístico. Un urgente problema metodológico con el que nos enfrentamos es encontrar el camino
que nos conduzca a estudiar los conceptos reales en profundidad.
Además, el estudio de los conceptos científicos como tal tiene implicaciones importantes
para la educación y la instrucción. La instrucción y el aprendizaje tienen un papel muy importante
en la adquisición de los conceptos científicos, obveeoo.
II
Piaget demostró que los conceptos del escolar se caracterizan fundamentalmente por su
falta de conocimiento consciente de las relaciones, aunque las maneja correctamente de un modo
espontáneo, irreflexivo. El pensamiento infantil es no deliberado y no tiene conciencia de sí
mismo. Para explicar cómo el niño alcanza eventualmente el conocimiento y dominio de sus
propios pensamientos, Piaget cita dos leyes psicológicas: una es la ley del conocimiento, que
demostró por medio de experiencias interesantes que la aprehensión de las diferencias precede a
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la de las semejanzas. El niño reacciona bastante naturalmente de modo similar ante objetos
semejantes, y no tiene necesidad de tomar conciencia de su forma de respuesta, en tanto que las
disimilitudes crean un estado de inadaptación que conduce al conocimiento. Las leyes establecen
que cuanto más fácilmente usamos una relación en la actividad, menos conscientes somos de
ella; tomamos conciencia de lo que estamos haciendo en proporción a la dificultad que
experimentamos para adaptarnos a una situación.
Piaget usa las leyes mencionadas para explicar el desarrollo del pensamiento, que tiene
lugar entre el séptimo y el duodécimo año de vida.
Pero luego Piaget se da cuenta de que la necesidad no es una explicación suficiente para
ningún cambio evolutivo y reemplaza la ley anterior por la del cambio o desplazamiento. Hacerse
consciente de una operación mental significa transferir ésta del plano de la acción al del lenguaje.
El dominio de una operación en el plano superior del pensamiento verbal presenta las mismas
dificultades que el primer domino de esa operación en el plano de la acción, acontece a través de
un progreso lento.
El niño toma conciencia de las diferencias antes que de las semejanzas, no porque las
diferencias conduzcan a una inadaptación, sino porque el conocimiento de las similitudes requiere
una estructura más avanzada de generalización o de un concepto que comprende los objetos
semejantes; el de las diferencias no requiere tal generalización, puede efectuarse por otros
medios.
La ley del cambio, como la del conocimiento, puede, en el mejor de los casos, responder a
la pregunta de por qué el escolar no es consciente de sus conceptos, pero no puede especificar
cómo se llega a su conocimiento.
La conciencia y el control aparecen solamente en la última etapa del desarrollo psicológico,
en la última etapa del desarrollo de una función, después de hacer sido usada y puesta en
práctica inconsciente y espontáneamente. Para poder someter una función al control intelectual y
volitivo, primero debemos poseerla.
El niño que se encuentra en edad de ingresar a la escuela posee, de una forma más o
menos madura, las funciones que deberá aprender a controlar conscientemente. Pero los
conceptos (o mejor dicho los preconceptos, que es como deben denominarse a esa edad),
comienzan a desarrollarse apenas a partir de los complejos, y sería un milagro si el niño pudiera
tomar conciencia de ellos y gobernarlos durante el mismo periodo.
El cómo de mi acción. Cuando se convierte en objeto el cómo de la acción, entonces
tendré conciencia total de la misma.
Los estudios de Piaget demostraron que la introspección comienza a desarrollarse sólo
durante los años escolares. El escolar pasa de la introspección no formulada a la verbalizada,
percibe sus propios procesos psíquicos como significativos. Pero la percepción en términos de
significad implica siempre un grado de generalización. En consecuencia, la transición hacia la
propia observación verbalizada denota el comienzo de un proceso de generalización de las
formas internas de actividad. El cambio hacia un nuevo tipo superior de percepción significa
también el cambio hacia un tipo de actividad interior. Al percibir alguno de nuestros propios actos
de un modo generalizado, los aislamos de nuestra actividad mental total y podemos enfocar el
proceso como tal, y entablar con él una nueva relación. De este modo, el hacernos conscientes
de nuestras propias acciones y considerar a cada una como un proceso de un determinado tipo
nos conduce a poder dominarlas.
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términos de otros conceptos, en un incontable número de formas distintas. Las mutuas relaciones
múltiples de los conceptos en las cuales se basa la ley de equivalencia están determinadas por
sus respectivas medidas de generalidad.
Los conceptos nuevos y superiores transforman a su vez el significado de los inferiores.
Una vez que una nueva estructura ha sido incorporada a su pensamiento (generalmente a través
de conceptos adquiridos recientemente en la escuela), se expande gradualmente sobre los viejos
conceptos a medida que éstos ingresan en las operaciones intelectuales del tipo superior.
La ausencia de un sistema es la diferencia psicológica fundamental que distingue a los
conceptos científicos de los espontáneos. Se pudo demostrar que todas las peculiaridades del
pensamiento infantil descriptas por Piaget radican en la ausencia de un sistema en los conceptos
espontáneos del niño una consecuencia de las relaciones rudimentarias de generalidad.
Nuestro desacuerdo con Piaget se centra sólo en un punto, pero muy importante. Él afirma
que el desarrollo y la instrucción son procesos insuficientes y totalmente separados, que la
función de la instrucción es sólo la de introducir formas adultas de pensamiento, que entran en
conflicto con las de los niños y eventualmente las suplantan. El estudiar el pensamiento infantil
aparte de la influencia de la instrucción excluye una fuente de cambio muy importante e impide al
investigador enfocar la cuestión de la interacción del desarrollo y la instrucción peculiares a cada
nivel de edad. Nuestro enfoque se dirige hacia esta interacción.
La instrucción, ante todo, no comienza en la escuela eh. Los conceptos espontáneos son
un producto de la instrucción pre-escolar, así como los científicos lo son de la escolar
V
Se lograron importantes resultados metodológicos. Los métodos que ideamos para
emplear en nuestro estudio nos permitieron tender un puente sobre el vacío entre las
investigaciones de los conceptos experimentales y reales.
Retrospectivamente, somos conscientes de algunas omisiones y de algunos defectos
metodológicos. Estas fallas, esperamos, pueden resultar útiles para proyectar el desarrollo de
futuras investigaciones.
Teorías cognitivas del aprendizaje Cap. VII: La teoría del aprendizaje de Vigotsky (POZO J. I.)
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psicología, se dio cuenta de que se hallaba escindida en dos proyectos distintos: uno idealista, de
raíces filosóficas, representado sobre todo por la fenomenología alemana, y otro naturalista,
asociacionista y en definitiva mecanicista, según el cual la psicología debía concebirse más bien
como una rama de la fisiología, para lo cual se contaba con el fuerte apoyo de las ideas de
Pavlov. Vigotsky comprendió que la única solución para la elaboración de una psicología científica
consistía en una reconciliación integradora entre ambas culturas psicológicas.
Busca una psicología unitaria, que pasa en Vigotsky por una concepción dialéctica de las
relaciones entre lo fisiológico o mecánico y lo mental. Vigotsky rechaza los enfoques que reducen
la psicología, y en nuestro caso el aprendizaje, a una mera acumulación de reflejos o
asociaciones entre estímulos y respuestas. Existen rasgos humanos no reductibles a
asociaciones, como la conciencia y el lenguaje, que no pueden ser ajenos a la psicología. Pero
esos rasgos no pueden estudiarse de espaldas al sustrato fisiológico, a lo mecánico.
El caso del aprendizaje esa fusión pasa por la integración de los procesos de asociación y
reestructuración en una teoría unitaria del aprendizaje. Pero esa integración no puede realizarse
en un plano de igualdad. Vigotsky, de hecho, tiene una posición con respecto al aprendizaje que
está más próxima a los supuestos organicistas que a los mecanicistas (análisis por globalidades
en lugar de por elementos, procesos conscientes y no sólo automáticos, etc.) Pero, a diferencia
de otras posiciones igualmente organicistas, como las de Piaget, Vigotsky no va a negar por
principio la importancia del aprendizaje asociativo.
Vigotsky propone, basándose en la concepción de Engels de la actividad como motor de la
humanización, una psicología basada en la actividad. Al basar su psicología en el concepto de
actividad, Vigotsky considera que el hombre no se limita a responder a los estímulos sino que
actúa sobre ellos, transformándolos. Ello es posible gracias a la mediación de instrumentos que
interponen entre el estímulo y la respuesta. Gracias al uso de instrumentos mediadores, el sujeto
modifica el estímulo; no se limita a responder ante su presencia de modo reflejo o mecánico sino
que actúa sobre él. La actividad es un proceso de transformación del medio a través del uso de
instrumentos.
En la concepción de Vigotsky, los mediadores son instrumentos que transforman la
realidad en lugar de imitarla. Su función no es adaptarse pasivamente a las condiciones
ambientales sino modificarlas activamente. El concepto vigotskyano de mediador está más
próximo al concepto piagetiano de adaptación como un equilibrio de asimilación y acomodación.
Al igual que en Piaget, se trata de una adaptación activa (en lugar de refleja y mecánica) basada
en la interacción del sujeto con su entorno.
Vigotsky distingue dos clases de instrumentos:
o El tipo más simple sería la herramienta, que actúa materialmente sobre el estímulo,
modificándolo. Un martillo actúa de manera directa sobre un clavo, y la acción a la que da
lugar no sólo responde al entorno sino que lo modifica materialmente. La cultura
proporciona al individuo las herramientas necesarias para modificar su entorno,
adaptándose activamente a él.
o Además están los sistemas de signos o símbolos, que median en nuestras acciones. El
sistema de signos usados con más frecuencia es el lenguaje hablado, pero hay muchos
otros que nos permiten actuar sobre la realidad (sistemas de medición, la cronología, el
sistema de lecto-escritura, etc.). el signo no modifica materialmente el estímulo sino que
modifica a la persona que lo usa como mediador y, en definitiva, actúa sobre la interacción
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de esa persona con su entorno. Los sistemas de signos, en tanto recurren a unidades de
significado realmente simbólicas, están constituidos por conceptos y estructuras
organizadas de conceptos.
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por vida con los pseudoconceptos. Los pseudoconceptos están basados en un “parecido familiar”
digamos.
Según pseudoconceptos, los conceptos verdaderos son los conceptos científicos
adquiridos a través de la instrucción. A diferencia de los conceptos espontáneos, los conceptos
científicos tienen tres rasgos característicos en su adquisición:
Los conceptos científicos forman parte de un sistema
Se adquieren a través de una toma de conciencia de la propia actividad mental
Implican una relación especial con el objeto basada en la internalización de la esencia del
concepto
Los dos primeros aspectos son fundamentales en la adquisición de conceptos científicos y
determinan el logro del tercero. La sistematización y la toma de conciencia son inseparables en el
aprendizaje de estos conceptos. A diferencia de los conceptos espontáneos en los que la
actividad consciente del sujeto está dirigida a los propios objetos, a cuyos rasgos se aplican los
procesos de generalización y de análisis, en la formación de los verdaderos conceptos la
conciencia del sujeto está dirigida hacia los propios conceptos en sí mismos. Por ellos, los
espontáneos y científicos se aprenden por vías opuestas: los espontáneos van de lo concreto a lo
abstracto mientras que los científicos siguen el camino inverso. El desarrollo de los conceptos
espontáneos del niño procede de modo ascendente y el de sus conceptos científicos de modo
descendente”.
La adquisición de los conceptos espontáneos parte de abstracciones realizadas sobre los
propios objetos, pero la adquisición de conceptos científicos parte del propio sistema de
conceptos. Un concepto científico sólo adquiere significado por su relación con otros conceptos
dentro de ese sistema. Por ello, en la adquisición de conceptos científicos, conciencia y
sistematización (u organización en forma de estructuras de conceptos) son una misma cosa: los
conceptos se adquieren tomando conciencia de su relación con otros conceptos dentro del
sistema
Así, los conceptos espontáneos se adquieren se definen a partir de los objetos a los que
se refieren, por su referencia, mientras que los conceptos científicos se adquieren siempre por
relación jerárquica con otros conceptos, por su sentido. Esto hace que en los conceptos
científicos llegue a captarse la “esencia” del concepto, posible mediante el análisis consciente de
ss relaciones con otros conceptos. Mientras los referentes de un concepto pueden determinarse
por vía asociativa, por procesos de abstracción que conducen a una “representación
generalizada” o concepto potencial, la adquisición de su significado o sentido sólo es posible por
procesos de re-estructuración o re-organización del sistema de conceptos. El aprendizaje de
nuevos conceptos más generales obliga a reestructurar progresivamente todo el sistema.
Vigotsky no se limita a intentar diferenciar los dos sistemas de aprendizaje de conceptos.
Quiere conectarlos o integrarlos en un sistema común. En esa conexión, según Vigotsky, los
conceptos científicos, adquiridos en la instrucción, son la vía a través de la cual se introduce en la
mente la conciencia reflexiva, que posteriormente se transfiere a los conceptos espontáneos. Esta
idea es acorde con su concepción de las relaciones entre aprendizaje y desarrollo.
Pero, aunque los conceptos científicos hagan posible logros que los conceptos
espontáneos por sí solos nunca alcanzarían, también existe la relación inversa. El aprendizaje de
una lengua extranjera se apoya en el dominio de la propia lengua materna. Igual sucede con los
conceptos: según Vigotsky todo aprendizaje escolar “tiene su prehistoria”. Los conceptos
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científicos pueden aprenderse sólo cuando los conceptos espontáneos se hallan ya relativamente
desarrollados.
El significado de los conceptos científicos no puede constituirse sin el referente de los
conceptos cotidianos. O, en términos de proceso de aprendizaje, los verdaderos conceptos sólo
pueden adquirirse por reestructuración, pero esta reestructuración sólo es posible si se apoya en
asociaciones previas.
Según Fodor, muchas de las cosas que Vigotsky dice con respecto a los niños son,
con igual motivo, aplicables a los adultos. Las supuestas deficiencias en las
conceptualizaciones infantiles, caracterizadas por el uso de pseudoconceptos, no son
tales (o al menos no son deficiencias evolutivas) si se tiene en cuenta que también los
adultos usan mayoritariamente pseudoconceptos.
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Antecedentes teóricos
Lo que Vigotsky encontró en Marx era una teoría social de la actividad humana que se
oponía al naturalismo y a la receptividad humana. Marx atrajo a Vigotsky con su concepto de la
actividad histórica concreta que actúa como generadora de distintas formas de conciencia
humana. De Hegel, Vigotsky también tomó una actitud histórica hacia el análisis de las formas y
las etapas del desarrollo de la conciencia humana. Esta praxis humana históricamente concreta,
que explica el carácter social e histórico especial de la existencia y de la experiencia humana, se
convirtió en un prototipo para el concepto de actividad como principio explicativo en psicología.
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tesis según la cual las relaciones interpersonales actúan como prototipos para los procesos
intrapersonales. Estas funciones aparecen primero como interacciones reales entre individuos y
más adelante se interiorizan.
De la premisa de la teoría de Vigotsky según la cual las funciones psicológicas se originan
en la actividad sociocultural humana, se deduce que los tipos de actividad característicos de
diferentes épocas históricas y de culturas distintas se deberían poner en correspondencia con
varias formas de memorización, razonamiento, resolución de problemas, etc.
Pensamiento y lenguaje
Vigotsky estaba especialmente interesado por la relación existente entre estos elementos.
Esto abarcaba cuestiones varias relacionadas entre sí, como el papel del habla y de la escritura
como instrumentos psicológicos, los modos de formación de conceptos en el niño, el desarrollo de
los significados universales de las palabras y de los sentidos personales de una palabra, el
problema del habla egocéntrica e interna, etc. (ver en el texto DE Vigotsky directamente)
El desarrollo de la metáfora del instrumento condujo a Vigotsky a la hipótesis de que las
propiedades estructurales del lenguaje deben dejar su impresión en toda la actividad del niño y
que la experiencia misma del niño adquiere gradualmente una estructura simbólica
cuasilingüística. Mediante la unión de fenómenos como el gesto, el juego simbólico y los dibujos y
garabatos de los niños, Vigotsky intentaba demostrar que estos fenómenos representan pasos
hacia el dominio de la función simbólica, que alcanza su forma más reveladora en el discurso
escrito.
Vigotsky partía de la premisa de que las funciones psicológicas internas aparecen primero
como relaciones externas. Para él, el problema principal no era cómo adquiere el niño el habla
socializada, sino cómo se convierte el habla comunicadora dirigida hacia los demás en el habla
individualizada del niño dirigida hacia sí mismo. Mientras que el habla egocéntrica aún se orienta
inconscientemente hacia algún oyente externo, el habla interna se orienta hacia el oyente interno,
es decir, hacia uno mismo, sin necesidad de todas las formas gramaticales y sintácticas que son
indispensables en el diálogo abierto.
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¿Dónde reside el significado de los conceptos sociales: en el mundo, en la cabeza del que
le da significado o en la negociación interpersonal? El significado es aquello sobre lo cual
podemos ponernos de acuerdo o, por lo menos, aceptar como base para llegar a un acuerdo
sobre el concepto en cuestión. Si estamos discutiendo sobre “realidades” sociales como la
democracia o la igualdad, la realidad reside en el acto de discutir y negociar sobre el significado
de esos conceptos. Las realidades sociales son los significados que conseguimos compartiendo
las cogniciones humanas
Una cultura se está recreando constantemente al ser interpretada y renegociada por sus
integrantes. Según esta perspectiva, una cultura es tanto un foro para negociar y renegociar los
significados y explicar la acción, como un conjunto de reglas o especificaciones para la acción.
Toda cultura mantiene instituciones u ocasiones especializadas para intensificar esta
característica de foro: narración, teatro, ciencia, etc., son maneras de explorar mundos posibles
fuera del contexto de la necesidad inmediata. La educación es uno de los foros principales para
realizar esta función, aunque suele ser vacilante en asumirla.
Se deduce de esta idea de la cultura como foro que la introducción del niño en la cultura
mediante la educación. Si ha de prepararlo para la vida, debe participar también del espíritu de
foro, de la negociación, de la recreación del significado. Esta conclusión contradice las tradiciones
de la pedagogía que provienen de otras épocas y otras concepciones de la autoridad; una
pedagogía que consideraba que el proceso educativo era una transmisión de conocimientos y
valores DE aquellos que sabían más A aquellos que sabían menos y tenían menos competencia.
También se basaba en otros presupuestos sobre el niño: no sólo estaban subprovistos de
conocimientos sobre el mundo, sino que además “carecían” de valores. Esta insuficiencia de los
niños ha sido explicada psicológicamente. Aún en nuestra época, en la teoría cognitiva, hemos
tenido la doctrina del egocentrismo, que postulaba la incapacidad para ver el mundo desde
cualquier otra perspectiva que no fuese aquella en la que el niño ocupa la posición central.
No deseo criticar ninguna de estas caracterizaciones del niño. Lo que deseo plantearse
refiere a su fuerza como ideas que conforman la práctica de la educación. La pedagogía
resultante era cierta idea de la enseñanza como cirugía, como sustitución, como compensación
de insuficiencias, etc.
Sin duda ha habido otras voces, otras “versiones del mundo”, como Freud o Piaget.
Las funciones del lenguaje son fundamentales para el planteo que nos ocupa. Michael
Halliday divide las funciones en dos clases superordenadas: pragmática o matética. La primera
comprende funciones como la instrumental, la reguladora, la interaccional y la personal; la
segunda comprende la función heurística, la imaginativa y la informativa. La clase de las
funciones pragmáticas se refiere a nuestra orientación hacia los demás y al uso del instrumento
del lenguaje para lograr los fines buscados, influyendo en las actitudes y las acciones de los
demás hacia nosotros y hacia el mundo. Las funciones matéticas tiene una finalidad diferente: la
función heurística es el medio para lograr que los demás nos informen y corrijan; la función
imaginativa es el medio con el cual creamos mundos posibles y trascendemos lo inmediatamente
referencial; la función informativa se construye sobre la base de una presuposición intersubjetiva:
que los demás tienen conocimientos que a mí me faltan o viceversa, y ese desequilibrio puede
corregirse.
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Halliday observa que es el genio del lenguaje lexicogramatical lo que permite y requiere el
cumplimiento de todas estas funciones simultáneamente. Son ineludibles.
La actitud que presenta el habla de los profesores el mundo que los profesores
presentan a sus alumnos es un mundo mucho más establecido, mucho menos hipotético y
negociador que el que ofrecían a sus colegas. La marcación de las actitudes en el lenguaje de los
demás nos da el indicio para usar nuestra mente.
Cada hecho que encontramos está rodeado por indicios de actitudes. Algunos indicadores
de actitudes son invitaciones a usar el pensamiento, la reflexión, la elaboración, la fantasía. En la
medida en que los materiales de la educación sean elegidos por su susceptibilidad a la
transformación imaginativa y sean presentados de modo que inviten a la negociación y la
especulación, la educación llega a formar parte de lo que antes denominé “elaboración de la
cultura”. El alumno, en efecto, llega a ser parte del proceso negociador por el cual se crean y se
interpretan los hechos. Es a la vez un agente elaborador de conocimientos y un receptor de la
transmisión de conocimientos.
Gran parte del proceso de la educación consiste en ser capaz de tomar distancia, de algún
modo, de lo que uno sabe para poder reflexionar sobre el propio conocimiento. En casi todas las
teorías contemporáneas del desarrollo cognitivo, esto quiere decir el logro de conocimientos más
abstractos mediante operaciones formales piagetianas o empleando sistemas simbólicos más
abstractos. Es cierto que en muchas esferas del conocimiento, como en las ciencias, ascendemos
en realidad a “estratos intelectualmente más elevados (Vigotsky) mediante este proceso. Empero,
es peligroso ver el crecimiento intelectual exclusivamente de este modo, porque no hay duda de
que distorsionamos el significado de la madurez intelectual.
Yo no creo que se pueda enseñar sin transmitir una actitud hacia la naturaleza y hacia el
uso de la mente. La idea de que cualquier materia humanística puede enseñarse sin revelar la
actitud propia hacia los asuntos de esencia y sustancias humanas es una tontería. Es igualmente
cierto que si no elegimos como medio para enseñar esta forma de “distanciamiento humano”, algo
que llegue a la médula de un modo u otro, creamos otra tontería.
Se deduce que el lenguaje de la educación, si ha de ser una invitación a la reflexión y a la
creación de la cultura, no puede ser el denominado lenguaje incontaminado de la realidad y la
“objetividad”. Debe expresar las actitudes y debe invitar a la contraactitud y en ese proceso dejar
margen para la reflexión, para la metacognisción. Es esto lo que nos permite acceder a un estrato
superior, este proceso de objetivar en el lenguaje o en las imágenes lo que hemos pensado y
luego reflexionar ello y reconsiderarlo.
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ahondar en el conocimiento para sus propios usos, y si puede compartir y negociar el resultado
de sus profundizaciones, llega a ser uno de los miembros de la comunidad creadora de cultura.
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