Curso de acreditación Pedagógica para Profesionales No Licenciados Módulo: Sistema y Legislación en Educación
LA REPONSABILIDAD CIVIL DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS Y LOS
EDUCADORES En el texto aportado en el módulo, correspondiente al capítulo II del texto de nombre homónimo al del presente escrito de la autoría de Guillermo León Gómez Peláez, se realiza un compendio de la legislación relacionada con las responsabilidades de toda índole adheridas al proceso educativo, las cuales cada persona, empleado estatal o no, debe asumir so pena de ser vinculado a procesos de tipo disciplinario, administrativo y judicial dependiendo del caso. De este texto observo que la responsabilidad del docente va más allá del profesionalismo en la ejecución de sus labores de enseñanza, así como garantizar que el educando adquiera la competencia exigidas por los estándares educativos actuales, desde el componente civil, moral y humano surgen muchas y muy apremiantes responsabilidades por el hecho de desempeñar una labor con personas en proceso de formación, no solo educativa, sino integral; estas van desde velar por la integridad física, emocional y psicológica del estudiante y garantizar condiciones idóneas para su desarrollo personal, en corresponsabilidad con sus familiares, tutores o acudientes, hasta ir mas allá de la enseñanza de temas, a la enseñanza de valores y construcción cívica a través del ejemplo, la exigencia y el acompañamiento en la construcción de escalas de valores y herramientas para la sana convivencia no solo en medio escolar sino en cualquier entorno en el que interactúe. Esto conlleva a tomar con mucha seriedad el rol como docente, pues está en juego no solo el futuro de las personas que nos dejan a cargo al ser ingresadas a un centro educativo, sino también, debido al carácter como servidores públicos con el que estamos investidos al ser nombrados mediante acto administrativo, recae sobre cada una de nuestras acciones, omisiones y decisiones la vigilancia continua de los entes de control del estado, así como la oportunidad de ser vinculados a procesos legales o administrativos a partir de la queja, querella o denuncia interpuesta en nuestra contra por cualquier persona natural o jurídica, debiendo, de encontrarse culpable, asumir las responsabilidades no solo disciplinarias del magisterio, sino también las derivadas de responsabilidad civil, es decir, procesos con la fiscalía o administrativas dependiendo del caso. La reflexión derivada de este texto y lo visto en clase, es que la labor docente se debe realizar de manera concienzuda, previendo todas las posibles consecuencias derivadas de las acciones, omisiones o decisiones tomadas dentro del plantel y en la interacción con estudiantes, pared de familia, acudientes u otros funcionarios. Actuar siempre en consecuencia a la ley y ante cualquier duda consultar con los superiores o con otras dependencias antes de proceder. Un aspecto positivo es que hay una amplia y siempre disponible documentación, a través de medios digitales o físicos, que guían el ejercicio de la docencia, así como las rutas y actuaciones que se deben tomar en casos específicos que pueden presentarse en el ejercicio educativo, brindando así la posibilidad de tomar decisiones ajustadas a la ley con solo realizar una consulta adecuada y poner las indicaciones oficiales en práctica. Queda el asunto en manos del docente, su construcción ética y de valores y la responsabilidad con la cual asuma el ejercicio de su rol, esperando que cuente con calidades idóneas, a nivel profesional, en la calidad como ser humano, persona y como ciudadano, pues tiene sobre si la responsabilidad de la formación integral de las personas que hace parte de la siguiente generación y desde esta óptica es que debería ser vista la labor educativa. A nivel personal quedo sensibilizado hacia ampliar la información acerca de las responsabilidades del docente hacia sus educandos, pues la labor que iniciaremos, al ser de humanos con otros humanos, está abierta a un sinfín de posibles situaciones donde la decisión del docente será vital y por lo tanto debe ser tomada de la manera más ajustada a los parámetros normativos y de ley vigentes, así como a un constructo de valores, propio de un profesional con vocación de servicio y cuya meta sea la formación integral de sus estudiantes.