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Los Post-Pestalozzianos: El padre Girard, Froebel, Diesterverg,

Rosmini
La influencia de Pestalozzi se deja de sentir con el inicio de la actividad de Herbart, luego este
último se emancipa de tal influjo.

Posteriormente tenemos “El Padre Girard y la educación por el lenguaje”, sin dejar de recordar
que Pestalozzi ya había destacado la importancia del lenguaje en el proceso de la educación.

El Padre Girard a priori resalta la obligatoriedad escolar; luego acude a la enseñanza de la lengua
materna. Para él “el grado de posesión del lenguaje expresa el grado de formación y cultivo del
espíritu”. Se dice que la educación elemental tiene por tarea el desarrollo de las facultades
humanas; no trata solo de cultivar la memoria. Se resalta también que el aprendizaje de las
gramáticas es de pura memorización, y lo cual no lleva a ningún razonamiento, es decir, sin
sentido; y su enseñanza debería de ser progresiva, práctica y sobre todo despertar la actitud
inquisitiva del niño; dado que es a los hechos que debe ligarse la educación, con el fin de
enseñarle a los niños a entablar conocimiento de causa con lo que hasta aquí no han hecho sino
por una ciega imitación.

El curso educativo de la lengua materna debe ser cíclico; ya que el propósito permanente de la
educación es la cultura moral, y la formación lingüística, debe convergir en el desarrollo de la
conciencia ética.

Tenemos en las ideas de Federico Froebel y los Jardines de la Infancia, su pedagogía es de la


actividad espontánea y la educación es un proceso evolutivo y natural de las disposiciones
humanas. Froebel le da sentido a “Los Jardines de Infancia”, dado que para él son en los jardines
en los cuales las plantas son niños, que deben recibir el cuidado y la nutrición adecuados a través
de las jardineras (educadoras). Los niños experimentan un gusto particular por el juego, la
observación y la actividad constructiva. Por eso, el método de Froebel apunta a satisfacer tales
actitudes, a través de los métodos lúdicos, junto a esto se propone la gimnastica musical y coral,
la conversación, el dibujo, el modelado, y el uso de cierto material propio para la educación de la
mano: los dones; estos son por ejemplo, una pelota una esfera, un cubo, dado que con la
representación de formas se asocia el aprendizaje de la lengua.

Luego tenemos a Adolfo Diesterwerg y el nuevo rumbo de la pedagogía social; el cual llega a ver
que la acción política es inseparable de la enseñanza popular. El primer principio de su doctrina
es la naturalidad, el segundo exige la culturalidad de la educación; el tercero apunta al desarrollo
armónico de todas las disposiciones corporales y espirituales. Para Diesterwerg el fin de la
educación es: “la autoactividad al servicio de lo verdadero, bello y bueno”. El método de
enseñanza es el diálogo desarrollador que se enlaza con la intuición; y el efecto de esto es
educativo: pues “la verdadera instrucción conquista la voluntad”, todo esto tiene el maestro como
alma, dado que este no debe ser rebajado. Diesterwerg fue el alma del magisterio; por defender
la enseñanza de la escuela primaria y de la formación del magisterio; creando cursos de
perfeccionamiento para maestros, asociados a estos en un grupo magistrales, fundando casas de
de huérfanos, impulsando su liberación del servicio eclesiástico inferior, a la inspección escolar
técnica y a una remuneración suficiente. Con la fundación de numerosos seminarios disminuyó el
número de maestros insuficientemente separados. Spranger sintetiza su trabajo en cinco puntos:
la escuela del Estado, la ley escolar, la escuela primaria general, la escuela simultánea, y la
preparación universitaria del magisterio.
Por último y no menos importante tenemos a Rosmini y un ensayo de renovación de la pedagogía
confesional; su teoría pedagógica es semejante a la “atención aperceptiva” de Herbart y la idea
de la educación natural y evolutiva de Froebel. Para él “un pensamiento es lo que sigue como
materia, o lo que ofrece la materia para otro pensamiento”. Los actos de entendimiento por otra
parte, se corresponden a los actos de la voluntad. Esto quiere decir que el progreso de la vida
intelectual corre paralelo al progreso de la vida afectiva y voluntaria. En su obra póstuma Método
de la educación se aproxima a Froebel, revelando al par una excepcional aptitud descriptiva de
la vida interior del niño. La pedagogía de Rosmini intentó reformar la pedagogía confesional
introduciendo ideas del pensamiento moderno.

Ana Ramírez, tercero C.

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