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Rosmini
La influencia de Pestalozzi se deja de sentir con el inicio de la actividad de Herbart, luego este
último se emancipa de tal influjo.
Posteriormente tenemos “El Padre Girard y la educación por el lenguaje”, sin dejar de recordar
que Pestalozzi ya había destacado la importancia del lenguaje en el proceso de la educación.
El Padre Girard a priori resalta la obligatoriedad escolar; luego acude a la enseñanza de la lengua
materna. Para él “el grado de posesión del lenguaje expresa el grado de formación y cultivo del
espíritu”. Se dice que la educación elemental tiene por tarea el desarrollo de las facultades
humanas; no trata solo de cultivar la memoria. Se resalta también que el aprendizaje de las
gramáticas es de pura memorización, y lo cual no lleva a ningún razonamiento, es decir, sin
sentido; y su enseñanza debería de ser progresiva, práctica y sobre todo despertar la actitud
inquisitiva del niño; dado que es a los hechos que debe ligarse la educación, con el fin de
enseñarle a los niños a entablar conocimiento de causa con lo que hasta aquí no han hecho sino
por una ciega imitación.
El curso educativo de la lengua materna debe ser cíclico; ya que el propósito permanente de la
educación es la cultura moral, y la formación lingüística, debe convergir en el desarrollo de la
conciencia ética.
Luego tenemos a Adolfo Diesterwerg y el nuevo rumbo de la pedagogía social; el cual llega a ver
que la acción política es inseparable de la enseñanza popular. El primer principio de su doctrina
es la naturalidad, el segundo exige la culturalidad de la educación; el tercero apunta al desarrollo
armónico de todas las disposiciones corporales y espirituales. Para Diesterwerg el fin de la
educación es: “la autoactividad al servicio de lo verdadero, bello y bueno”. El método de
enseñanza es el diálogo desarrollador que se enlaza con la intuición; y el efecto de esto es
educativo: pues “la verdadera instrucción conquista la voluntad”, todo esto tiene el maestro como
alma, dado que este no debe ser rebajado. Diesterwerg fue el alma del magisterio; por defender
la enseñanza de la escuela primaria y de la formación del magisterio; creando cursos de
perfeccionamiento para maestros, asociados a estos en un grupo magistrales, fundando casas de
de huérfanos, impulsando su liberación del servicio eclesiástico inferior, a la inspección escolar
técnica y a una remuneración suficiente. Con la fundación de numerosos seminarios disminuyó el
número de maestros insuficientemente separados. Spranger sintetiza su trabajo en cinco puntos:
la escuela del Estado, la ley escolar, la escuela primaria general, la escuela simultánea, y la
preparación universitaria del magisterio.
Por último y no menos importante tenemos a Rosmini y un ensayo de renovación de la pedagogía
confesional; su teoría pedagógica es semejante a la “atención aperceptiva” de Herbart y la idea
de la educación natural y evolutiva de Froebel. Para él “un pensamiento es lo que sigue como
materia, o lo que ofrece la materia para otro pensamiento”. Los actos de entendimiento por otra
parte, se corresponden a los actos de la voluntad. Esto quiere decir que el progreso de la vida
intelectual corre paralelo al progreso de la vida afectiva y voluntaria. En su obra póstuma Método
de la educación se aproxima a Froebel, revelando al par una excepcional aptitud descriptiva de
la vida interior del niño. La pedagogía de Rosmini intentó reformar la pedagogía confesional
introduciendo ideas del pensamiento moderno.