El hábitat es un área con la combinación de recursos (alimento, agua, cobertura) y
condiciones ambientales (temperatura, precipitación, depredadores y competidores) que promueve la ocupación por individuos de una especie dada y permite que éstos sobrevivan y se reproduzcan. Por lo tanto, el manejo de la fauna silvestre debe considerar precisamente todas las características y condiciones requeridas por la o las especies de interés, y tomar en cuenta que las poblaciones animales también pueden incrementarse, disminuirse o mantenerse a través del manejo adecuado del hábitat. El hábitat es, en sentido general, el lugar donde vive un animal. El hábitat de alta calidad puede ser definido como aquellas áreas que presentan las condiciones necesarias para incrementar la adecuación de los individuos de una población, durante períodos prolongados de tiempo. Resulta muy interesante notar que un hábitat puede encontrarse en los lugares geográficos más diversos: así como una bacteria puede tener su hogar en un pequeño charco dentro de una gran ciudad, un mamífero como el león requiere de un entorno mucho más amplio y con otras características. El hábitat está dado por una combinación de factores bióticos y abióticos: este ambiente se corresponde, por lo tanto, con distintas características geográficas, climatológicas, etc. Es importante tener en cuenta que tanto la acción humana como ciertos fenómenos naturales pueden modificar el hábitat de una especie, lo cual acarrea una serie considerable de cambios para adaptarse a un nuevo entorno. Desde la contaminación hasta el cambio climático, pasando por la tala indiscriminada de árboles y la extinción de decenas de especies animales, el daño que causamos al planeta parece no tener límites. (Morrison et al. 1992). SELECCIÓN DE HABITAT La selección de hábitat es un proceso por medio del cual el animal elige el recurso entre distintas alternativas disponibles. Es un proceso jerárquico que involucra una serie de decisiones comportamentales innatas y aprendidas realizadas por el animal a diferentes escalas del ambiente, desde un nivel de macro hábitat a micro hábitat. Muchos autores han propuesto que la coexistencia de las especies filogenéticamente emparentadas dentro de un hábitat particular es posible gracias a mecanismos de partición de recursos. Esta partición de recursos puede ser mediada por competencia interespecífica o preferencia diferencial de hábitat. El riesgo de depredación puede ser de gran importancia en la dinámica de las poblaciones animales, en el comportamiento y en la evolución. La morfología, el tipo de locomoción, el tamaño corporal y el comportamiento de forrajeo contribuyen a las habilidades de cada especie para evadir depredadores y, en última instancia, determinan la selección del hábitat y micro hábitat.
TIPOS DE SELECCION DE HABITAT
SELECCIÓN EN BASE A LA DISPONIBILIDAD DE PRESAS:
Los organismos se organizan y se establecen en lugares específicos en este caso en lugares donde abunde la selectividad de las presas, donde hay más alimento para poder así asegurar su supervivencia o permanencia. SELECCIÓN EN BASE A EVITAR COMPETIDORES: Estos organismos se protegen de sus competidores de alimento, de reproducción para así poder desenvolverse o desarrollarse en su espacio.
SELECCIÓN EN BASE A EVITAR DEPREDADORES:
Por medio de mecanismos de camuflaje o cripsis, por mimetismo, escondite subterráneo o nocturno. La alternativa opuesta es señalar la presencia advirtiendo la posesión de defensas poderosas (el aposematismo), por imitación o mimetismo de otros animales que poseen esas defensas, por comportamiento amenazador o deimático, por métodos de distracción, por uso de estructuras defensivas como espinas y por agrupamiento que confiere vigilancia combinada, confusión del depredador y reducción de probabilidades de ser la presa elegida.