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EL VALOR DEL HOMBRE PARA DIOS

“¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le
hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las
obras de tus manos” (He 2:6b-7)

En el quinto y sexto día de la creación, Dios creó las aves, los peces y todos los demás animales,
que se alimentaban de los frutos producidos por la vida vegetal creada anteriormente. Todo eso
fue necesario, sin embargo, aunque eran capaces de llenar la tierra y los mares, ninguno de esos
animales creados por Dios podía gobernar sobre la tierra, pues no poseían la vida divina. Por eso
Dios creó al hombre en la segunda parte del sexto día.

¡Cuánto valora Dios al hombre! Él invirtió un tiempo para preparar todas las cosas para recibirlo.
También tuvo el cuidado de organizar todo para que el hombre encontrara un mundo adecuado
para vivir.

En la segunda parte del sexto día, cuando decidió crear al hombre, Dios dijo: “Hagamos al hombre
a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gn 1:26a). En este versículo, el verbo “hacer” y
el pronombre “nuestra” están en plural, esto significa que el Dios Triuno mismo hizo una
conferencia y decidió crear al hombre del polvo de la tierra.

Entonces, Dios hizo un muñeco de barro y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente. El alma humana fue creada a la imagen de Dios y, por ser tripartita –compuesta por la
mente, la voluntad y la emoción–, es capaz de contener el plan de Dios, el misterio de la voluntad
divina y el buen placer del Creador. Por tanto, el alma del hombre es como un recipiente que sirve
para contener a Dios mismo.

Al observar al hombre que había creado, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré
ayuda idónea para él” (2:18). Entonces trajo a todos los animales para que Adán les diera un
nombre, pero ninguno le era útil como ayuda idónea (vs. 19-20). Así como los animales no podían
completar al hombre, tampoco podían ejercer señorío por Dios ni ser Su complemento.

Únicamente el ser humano, por tener la imagen y semejanza divina, puede ser un complemento
para su Creador y cooperar con Él a fin de cumplir Su voluntad.

Punto Clave:

Creados para complementar a Dios.

Respuesta: La biblia deja muy claro que Dios creó al hombre y que lo creó para su gloria (Isaías
43:7). Por lo tanto, el propósito fundamental del hombre según la biblia, es simplemente glorificar
a Dios. ¿Glorificar cómo? Con todo lo que hacemos, lo que somos y lo que deseamos, Dios se
puede glorificar en todo tanto no sea pecado.

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