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Qué es Dictadura:

La dictadura es un sistema de gobierno o régimen gubernamental donde todos los poderes del Estado se concentran en un individuo, un
grupo o un partido. El dictador no permite la oposición a sus acciones y a sus ideas, tiene poder y autoridad absolutos. Se trata de un
régimen no democrático y y autocrático, donde no existe la participación del pueblo.
En la forma republicana de la democracia, el poder se divide en tres, el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial; en la dictadura,
no hay tal división, están todos los poderes en una sola persona o en un solo grupo o partido. La dictadura también tiene varios aspectos de
los regímenes totalitarios de gobierno, es decir, cuando el Estado está en manos de una sola persona. En general, la dictadura se
implementa a través de un golpe de Estado.

Vea también División de poderes.

La evidencia más temprana de la dictadura surgió en la antigüedad, cuando Roma entraba en crisis se llamaba a un dictador para tomar el
poder y hacer que el gobierno volviese a la normalidad. El período en el poder no podía ser superior a seis meses. Durante la época del
Imperio Romano, también hubo tiranías, cuando el rey oprimía a sus súbditos y utilizaba la violencia para conseguir lo que quería.

El uso de la propaganda es uno de los elementos más característicos de los sistemas dictatoriales, siendo los periódicos, la televisión y la
radio monopolizados por el régimen. Corea del Norte, por ejemplo, prohíbe el uso de Internet libremente a sus ciudadanos, ya que es una
forma de libertad de expresión que este país no admite.

La persecución y la tortura, la publicación de listados de personas sospechosas y el uso constante de la fuerza policial y militar son elementos
muy comunes en este tipo de sistemas.

Las dictaduras a lo largo de la historia

La connotación que se le da actualmente a los sistemas dictatoriales es propio de nuestra época, ya que las características propias de las
dictaduras existieron en muchos regímenes a lo largo de la historia y no por eso han sido objeto de críticas salvajes (independientemente de
lo autoritario o sangriento que hayan sido soberanos o regímenes específicos).

Esto se debe, principalmente, a que las sociedades antiguas no conocían a la democracia como tal, en cambio, las atrocidades que han
cometido distintas dictaduras a lo largo del siglo que pasó dan muestra clara de lo terrible que puede ser hacer vivir a la gente bajo la sombra
de un dictador.

Es muy común encontrar referencias de “dictadores” entre textos históricos, haciendo alusión a ciertos gobernantes de la Antigua Roma, ya
que estando ésta gobernada en forma de República durante la mayor parte de su tiempo, algunos osaron pasar por encima de ésta y
gobernar a su manera.

La situación cambia cuando nos referimos a monarcas en la Edad Media, ya que el control que éstos tenían sobre sus súbditos era absoluto,
no podemos hablar de dictadura en una monarquía, ya que la monarquía establece de por sí todo el poder en una sola persona. Sin embargo,
es necesario establecer una distinción: no toda monarquía tiene por qué compartir los rasgos opresores y extremadamente violentos que
tiene una dictadura, pero no sería correcto utilizar esta etiqueta para este período histórico.

Es con la llegada de la Modernidad y con la revolución política y social que trajo la Revolución Francesa que se empezó a pensar en los
pueblos como los verdaderos hacedores de su destino y gobierno. Ya no era el gobernante el representante de Dios en la tierra, ni una
voluntad externa ajena a todo lo que sucedía. Es así que las personas se convierten por primera vez en ciudadanos, siendo el gobernante el
resultado de la expresión popular.

Lamentablemente, como todos sabemos, la historia no sigue un desarrollo lineal y progresivo. El siglo XIX ha dado muestras sobradas de
grandes dictadores, pero fue sin duda el siglo XX el más sangriento de la historia, el que más víctimas humanas se cobró y que ha dado a luz
a los más grandes dictadores de todos los tiempos.

Los grandes movimientos son característicos del siglo que terminó hace un poco más de una década. El descontento social reinaba en muchos
casos, el nacionalismo era moneda corriente y todo era el caldo de cultivo perfecto para que líderes carismáticos emergieran de entre la
muchedumbre (Lenin, Hitler, por poner algunos ejemplos). Ahora bien, las experiencias traumáticas del fascismo italiano, el nazismo alemán e
incluso el comunismo de Stalin, forzaron a una nueva distinción dentro de las dictaduras: el totalitarismo.

Qué es Democracia:

La democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de
participación en la toma de decisiones políticas.
El mecanismo fundamental de participación de la ciudadanía es el sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, a través del cual elige a
sus dirigentes o representantes para un período determinado. Las elecciones se llevan a cabo por los sistemas de mayoría o representación
proporcional, o combinación de ambos.

El máximo representante de los ciudadanos en una democracia es quien ejerce el poder ejecutivo, es decir, el presidente del gobierno.
No obstante, otros cargos ejecutivos de rango regional o local, lo mismo que cargos legislativos, son también atribuidos democráticamente
mediante el voto. En este sentido, la democracia es también el gobierno de las mayorías, pero sin dejar de lado los derechos de los
individuos ni desatender a las minorías.
La democracia, como sistema de gobierno, puede existir tanto en un sistema republicano como en uno de carácter monárquico de tipo
parlamentario, donde en lugar de la figura de presidente existe la de primer ministro, con atribuciones muy semejantes.
Vea también Las 7 características básicas de toda democracia.

La democracia, por otro lado, puede ser entendida como una doctrina política y una forma de vida en sociedad, y su principal función es el
respeto por los derechos humanos, consagrados por la Organización de las Nacionales Unidas, la protección de las libertades civiles y de los
derechos individuales, y la igualdad de oportunidades en la participación en la vida política, económica y cultural de la sociedad.
Como democracias son también designados los países que cuentan con esta forma de gobierno: “Las democracias del mundo piden justicia”.
La mayoría de las democracias cuentan con una Carta Magna o Ley Suprema como guía para los legisladores y como garantía para los
ciudadanos con el objetivo de hacer valer sus derechos y la actuación del gobierno actual.

El término democracia es extensivo a las comunidades o grupos de personas donde todos los individuos participan en la toma de decisiones:
“Aquí se decide qué programa de televisión vamos a ver como en una democracia”.

Tomando en cuenta, lo dicho por Platón y Aristóteles, se puede considerar como democracia al gobierno de la multitud o de la mayoría.

Etimológicamente, la palabra democracia se encuentra en el griego “δημοκρατία” (democratía), y se compone de los términos “δῆμος”
(démos), que puede traducirse como ‘pueblo’, y “κράτος” (krátos), que significa ‘poder’.

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