Materiales para

Educación Cristiana
Primer Año de estudios

1
 Para obtener información o recursos, por favor comuníquese con,
www.DECUAD.com

El siguiente material es usado con permiso de la Red de Ministerio Infantil de la Asociación Cristiana
de las Asambleas de Dios en Costa Rica.
 Material Opcional de Educación Cristiana
EL PROPÓSITO
M uchas iglesias necesitan evaluar su estrategia de
discipulado. Es importante que cada asistente a la
iglesia no sólo escuche y reciba el mensaje del evangelio,
sino que crezca también espiritualmente. Parte de ser un
discípulo de Cristo es aprender su Palabra para poder
obedecerla. Como líder, usted es responsable de
presentar toda la palabra de Dios a su iglesia.
Eso significa que cada iglesia es responsable del
evangelismo y discipulado de todos sus miembros. La
mejor manera de realizar esto es desarrollar un plan
para estudiar sistemáticamente toda la palabra de Dios.
La Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, debe ser
cuidadosamente estudiada. Se pueden establecer clases, a
menudo llamadas “escuela dominical”, para enseñar a
niños, jóvenes, y adultos. Se puede formar un plan tan
simple como de tres grupos o tan intrincado como
clases para bebés, infantes, y cada grado escolar para los
niños, junto con jóvenes y varios grupos de adultos para
comenzar su programa. Sea simple o sea complejo, usted
necesita asegurarse de que todos sean discipulados.
EL PLAN
A unque este estilo de capacitación cristiana es a
menudo llamado escuela dominical y se desenvuelve
en aulas como una escuela los domingos por la mañana,
usted tal vez encuentre necesario planear su educación
cristiana en una manera diferente. Quizá necesite
cambiarlo a otro día de la semana, o a un tiempo
diferente del día, para acomodar las clases debido al
espacio limitado o a restricciones de tiempo. Usted
necesitará determinar cómo cada persona, joven y adulta,
puede recibir capacitación. Tal vez deba considerar el
horario de trabajo de las personas, las necesidades de
transporte, y el espacio en su edificio. Las clases pueden
impartirse en aulas o en partes de aulas, afuera o en
hogares, o en otros lugares que pueda acomodar.
Usted necesitará el auxilio de un maestro para cada grupo
que tenga un sólido testimonio cristiano, crea en las
doctrinas básicas de la iglesia, y esté dispuesto a aprender
y enseñar la palabra de Dios. Si usted tiene un solo
meastro, entonces puede planear una clase de niños,
jóvenes, y adultos. Puede que tenga más maestros y que
sea capaz de dividir a los niños en varios grupos para
presentar la lección en una manera más comprensible
para los más pequeños y los más grandes. Su habilidad de
expandir las clases para abarcar grupos más específicos
dependerá de la cantidad de maestros que tenga.
LOS MATERIALES
E stos materiales son diseñados con el propósito de
dirigir a los alumnos en un estudio de todo el Antiguo
Testamento y del Nuevo Testamento durante un período
de cuatro años. Cada año 20 lecciones semanales
cubrirán partes del Antiguo Testamento y 20 del Nuevo
Testamento, además de 8 lecciones para fechas especiales.
Las lecciones no tienen fecha, porque su horario de clases
puede ser diferente al plan de otras iglesias. Algunas
lecciones tal vez requieran más de una semana para ser
completadas, si usted considera que hay mucho interés o
que la necesidad es grande en su congregación. Por tanto,
no necesita apresurarse para mantener el calendario. Hay
52 semanas en un año, de manera que dispone de 4
semanas sin lecciones para agregar sus propios planes
para actividades especiales o para énfasis en los feriados
o fiestas. Usted puede escoger un tema de gran
importancia para su congregación y substituir varias
semanas de capacitación con ese tema específico
(Ejemplo: Los Diez Mandamientos, Principios para la
Ofrenda y Mayordomía, Bautismo en el Espíritu Santo,
Consejería Matrimonial.)
Las lecciones provistas en este material no son las únicas
que pueden enseñar a los miembros de la iglesia, pero lo
ayudarán a garantizar la presentación de una educación
en toda la palabra de Dios a todas las personas en su
iglesia. Si tiene a toda la iglesia en una sola clase, o
maestros en clases para diferentes niveles de edad que
enseñan la misma lección, comenzará a ver cómo
familias completas pueden crecer en su conocimiento de
la palabra de Dios. Los niños comprenderán los
conceptos de la lección en una manera simple mientras
que algunos jóvenes y adultos usarán las referencias
bíblicas para profundizar más en la lección.
LA LECCIÓN
C ada lección es diseñada con el mismo formato. Una
vez que usted comprenda cómo se imparte una lección
se sentirá más cómodo con el estilo y más preparado
para desarrollar sus propias ideas con el fin de enriquecer
la lección. La lección fue planeada para proveer el
contenido básico bíblico en una manera sistemática, con
algunas ideas opcionales para actividades adicionales
para la clase, y ayudas para el maestro. La sección de la
historia a la izquierda ha sido diseñada para presentar el
fluir básico de la lección, y el bosquejo a la derecha es
para ayudar al maestro a subrayar los puntos clave. Es
obvio que algunas palabras tal vez necesiten ser
explicadas o cambiadas para adecuar la historia al nivel
de los alumnos más jóvenes o aumentarla al nivel de
algunos adultos más educados.
Además se ofrece al maestro una idea por lección para
una posible actividad con la clase. Es claro que esta idea
es sólo una sugerencia. Tal vez usted no disponga de los
materiales, del espacio, o del nivel de alumnos en su
clase para usar esta idea. Si usted tiene una idea mucho
mejor, úsela. Las actividades sugeridas son sólo un
medio de ayudarlo a enriquecer su enseñanza y a aplicar
las lecciones a la vida de sus alumnos.
Luego se ofrece al maestro una breve palabra de aliento
o de desafío para su vida personal. Los maestros son un
LOS CONTENIDOS
don precioso para la iglesia y es nuestro deseo darles Antiguo Testamento
ayuda adicional en su posición de responsabilidad.
Se provee además referencias bíblicas o el texto de la Dios es el Creador 1-01-A
lección. Usted puede escoger a veces leer esta referencia El primer pecado 1-02-A
directamente, pero esto no es siempre necesario, Comparación de dos hermanos 1-03-A
especialmente con los niños más pequeños. Será Noé—El “fabrica-barcos” de Dios 1-04-A
importante que el maestro haya leído y estudiado el La promesa del arco iris 1-05-A
pasaje antes de intentar enseñar la lección. Recuerde que Una torre de rebelión 1-06-A
deseamos capacitar a los creyentes en la palabra de Dios, Abraham—amigo de Dios 1-07-A
no es un material de recursos como estas lecciones. Será El secreto de la generosidad 1-08-A
importante que los alumnos de todas las edades vean la El singular cuidado de Dios 1-09-A
Biblia en manos del maestro para estar seguros de dónde Isaac, el hijo prometido 1-10-A
provienen las lecciones. Sería bueno siempre buscar Búsqueda de la esposa apropiada 1-11-A
directamente en la Biblia el versículo para memorizar de Semillas de resentimiento 1-12-A
cada lección. El maestro también puede pedir a los Escalera al cielo 1-13-A
alumnos que lean porciones del texto de la lección en sus Bendición de los demás 1-14-A
propias biblias o repasar la lección en su biblia en la casa. El regreso de Jacob 1-15-A
Sueños que se vuelven pesadillas 1-16-A
Problemas, problemas, y más problemas 1-17-A
EL MANDATO Finalmente la recompensa 1-18-A
El gran perdón 1-19-A
E s nuestro deseo que estas lecciones sean utilizadas
como una herramienta para ayudarlo a cumplir u
obedecer el mandato que todos hemos recibido: “Por
El cumplimiento de un plan 1-20-A

tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, Nuevo Testamento

bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas La visita de un ángel 1-01-B
que os he mandado” Mateo 28:19-20. Enseñemos a El nacimiento del Salvador 1-02-B
todos toda la palabra de Dios. Una bendición especial 1-03-B
Dios protege a su Hijo 1-04-B
Aprendiendo un oficio 1-05-B
EL REPASO Preparando el camino 1-06-B
El bautismo de Jesús 1-07-B
L as lecciones han sido identificadas con tres dígitos y
una letra que lo ayudarán a organizar los materiales y
a coordinar las visuales que corresponden a cada tema.
Escogiendo seguidores especiales
Perdido y encontrado
1-08-B
1-09-B
Él es nuestro Sanador 1-10-B
El primer número indica el año; el segundo señala el Vista para el ciego 1-11-B
número de la lección; por último, encontrará una letra Un Dios poderoso 1-12-B
que indica el grupo de lecciones. La ofrenda de una viuda 1-13-B

E jemplo: 1-07-A corresponde al año 1, lección 7, grupo ¡Salve Rey Jesús! 1-14-B
“A” o Antiguo Testamento. Una casa de oración 1-15-B
La Última Cena 1-16-B
E jemplo: 1-05-B corresponde al año 1, lección 5, grupo
“B” o Nuevo Testamento.
El Cordero de Dios
El sepulcro vacío
1-17-B
1-18-B

E jemplo: 1-03-C corresponde al año 1, lección 3, grupo ¿Me amas? 1-19-B

“C” o fechas especiales. Un hogar en el cielo 1-20-B

Fechas Especiales
Los regalos de Navidad 1-01-C
Maravillosas noticias en la Pascua 1-02-C
El Día de Pentecostés 1-03-C
Día de las Madres 1-04-C
Día del pastor 1-05-C
Día de la independencia nacional 1-06-C
Día del trabajo 1-07-C
Día del agradecimiento: celebración
de la cosecha 1-08-C
 Dios es el Creador
E Notas para el Maestro
n el principio Dios creó todas las cosas. En sólo seis días Él
hizo absolutamente todo lo que podemos ver en nuestro
mundo. Desde la más grande montaña hasta el más diminu-
to insecto—Dios lo creó todo. Desde el sitio más remoto del
espacio hasta el más profundo océano—Dios lo creó todo.
Consideremos cómo Dios hizo nuestro mundo en sólo seis días.
El primer día Dios creó los cielos y la tierra. Había sólo oscuri-
dad en toda la tierra. Dios habló a la oscuridad y creó la luz. Él
llamó a la luz, “día”, y a la oscuridad, “noche”.
El segundo día Dios creó el cielo sobre nosotros y el agua
debajo de él. El tercer día creó la tierra y marcó los límites de
las aguas llamadas “mares”. También ese día Dios hizo crecer
los árboles y las plantas, para cubrir la tierra. Dios las hizo
todas con raíces que penetran la tierra, con ramas que se
extienden a sus lados, y con semillas que a su vez crean más
árboles y arbustos.
El cuarto día Dios creó una gran luz en el cielo que llamamos
el sol. Él hizo la luna y las estrellas para que alumbraran el
cielo en la noche. Alguna vez haz intentado contar todas las
estrellas del cielo? Él hizo que el día y la noche fueran muy
especiales.
El quinto día Dios lleno el agua de peces y de toda clase de
criaturas que viven en el mar. Luego llenó el cielo de aves.
El sexto día Dios empezó a hacer las criaturas que llenarían la
tierra. Él hizo animales salvajes y animales mansos. Hizo
grandes animales y pequeños animales que se arrastran sobre
la tierra. ¿Puedes pensar en varios animales diferentes que
viven en nuestro mundo?
Luego Dios dijo que deseaba crear un hombre. Él creo el hom-
bre a su imagen—es decir, como Dios—para señorear sobre los
peces del mar, las aves del cielo, y sobre todos los animales que
viven en toda la tierra. Dios hizo primero al hombre y lo llamó
Adán. Adán a su vez dio un nombre a cada criatura. Todos los
animales tenían una pareja. Cada uno de los peces y de las aves
tenía una pareja. Pero no había ninguna pareja para Adán.
Dios no deseaba que el hombre estuviera solo. Hizo dormir a
Adán, y mientras este soñaba, Dios tomó una de sus costillas.
Añadió tierra e hizo otro ser humano. Dios puso su aliento en
este ser y ella empezó a respirar. Dios hizo la mujer para que
fuera la compañera de Adán. El nombre de la mujer era Eva.
Dios bendijo Adán y Eva y les encargó cuidar y cultivar el her-
moso jardín que Él había creado. En el jardín de Edén, Adán y
Eva cuidaban de todos los animales y disfrutaban de todo lo
que había allí. Disfrutaban las hermosas flores, las frutas fres-
cas, y sus “amigos” los animales.
Dios estaba muy contento con su Creación. Él hizo todo en
sólo seis días. El séptimo día Dios descansó. Dios bendijo el
séptimo día y lo santificó. Hoy celebramos la bondad de Dios
al descansar y honrarlo un día de la semana.
Hoy podemos alabar a Dios porque Él es el gran Creador de
todas las cosas.
1-01-A
I. Dios es antes que nada.
A. El mundo no existía antes de Dios.
B. Dios creó todas las cosas.
II. Dios tomó seis días para crear todas las
cosas.
A. Cada día hizo una parte.
B. Dios enunció la existencia.
III. Dios creó el hombre a su imagen.
A. Dios hizo al hombre diferente.
B. Dios hizo a la mujer.
IV. Dios hizo el séptimo día para descanso.
A. Dios hizo el descanso para el hombre.
B. Honramos a Dios por descansar un día.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un simple librito
doblado que trate de la Creación. Cada
página representará uno de los siete días
en la lección bíblica. Recorte una larga tira
de papel para cada alumno y dóblelo en siete
secciones, al estilo de un acordeón, haciendo
un librito. Escriba “Día 1” al extremo
superior de la primera página, y dígales que
dibujen lo que fue creado ese día. Continúe
con cada “página” hasta completar los
siete cuadros.
Crecimiento del maestro
Tenemos un poderoso Dios que creó todas las
cosas. No debemos jamás aceptar ninguna por-
ción de otra teoría que nos distraera del buen
entendimiento del poder de Dios mostrado en la
Creación. Debemos creer que Dios solo es el
Creador de todas las cosas.
Porción bíblica:
Génesis 1:1-2:25, Salmo 8
Versículo para memorizar:
Génesis 1:31: “Y vio Dios todo lo que había hecho,
y he aquí que era bueno en gran manera.”
1-01-A
1-01-A
1-01-A
 El primer pecado
L
a Creación que Dios hizo para Adán y Eva era muy her-
mosa. Dios los había puesto en un bello jardín y les había
dado los alimentos que necesitaban y ríos con aguas
cristalinas para beber. Él les dijo que comieran de todo en el
jardín menos de un árbol—el árbol del conocimiento del bien
y del mal. Dios les dijo que seguramente morirían si probaban
del fruto de ese árbol.
Un día una de las criaturas del jardín—una serpiente—vino a
hablar con Eva. Le preguntó si ella creía que moriría si comía del
único árbol prohibido. Le dijo que no moriría, que Dios no
quería que comieran de ese árbol. Según la serpiente, Dios no
quería que abrieran los ojos para que no supieran el bien y el
mal. Eva escuchó y empezó a dudar de las palabras de Dios.
Eva miró el fruto del árbol prohibido y finalmente tomó y
comió de él. Ella no murió inmediatamente, así que creyó la
mentira de la serpiente acerca de Dios y dio a Adán del fruto
para que también comiera. Sus ojos fueron abiertos para ver
que les hacía falta cubrirse con ropa, así que se hicieron trajes
de hoja de higo. Se avergonzaron de la manera en que Dios los
había creado.
Adán y Eva escucharon las mentiras de la serpiente que lla-
mamos Satanás y comenzaron a vivir en vergüenza. Cuando el
Señor vino a pasear con ellos en el jardín, como acostumbraba
hacer, corrieron e intentaron esconderse de Él. El Señor los
llamó pero ellos contestaron que estaban escondidos debido a
su desnudez. Él les preguntó si habían comido del árbol. Adán
le dijo que Eva le había dado de su fruto. El Señor preguntó a
Eva qué había hecho. Eva respondió que había creído la menti-
ra de la serpiente. Ambos culparon al otro por su pecado.
El Señor maldijo la serpiente, e hizo que se arrastrara sobre la
tierra, y prometió que algún día sería aplastada. La Biblia nos
dice que eso efectivamente ocurrirá un día. Luego el Señor dijo
a Adán que tendría que trabajar mucho para sobrevivir, y a Eva
que sufriría mucho dolor al tener niños. El Señor sacrificó ani-
males para vestir Adán y Eva y los hizo salir del hermoso
jardín. Dios puso un ángel con una espada de fuego a la entra-
da del huerto para que jamás pudieran regresar.
¡Qué triste que Adán y Eva tuvieran que abandonar el hermoso
jardín que Dios había hecho para ellos! Ya no podrían caminar
con el Señor cada día. Tendrían que trabajar mucho para
sobrevivir. Ellos tuvieron que vivir apartados de Dios debido a
su desobediencia. El pecado ahora los separaba de Dios.
La única manera en que podemos caminar con Dios, hablar
con Él cada día, y saber que nuevamente somos parte de su
familia como lo fueron Adán y Eva, es pedir que Él perdone
nuestros pecados. Satanás trajo la maldad al mundo cuando
hizo que Adán y Eva dudaran de la palabra de Dios y la de-
sobedecieran.
No podemos escondernos de Dios. El aún desea caminar con
nosotros, pero nos hace falta obedecer su Palabra. Cuando
hayamos aceptado su plan para nuestra salvación deberemos
siempre confiar y no desobedecer. Satanás es un mentiroso que
intenta engañarnos. El pecado siempre tendrá la consecuencia
de remover de nuestra vida la bendición de Dios.
1-02-A
Notas para el maestro
I. Dios bendijo a Adán y a Eva.
A. No podían comer de un árbol.
B. Ese árbol les causaría la muerte.
II. Satanás engañó a Adán y a Eva.
A. La serpiente puso en duda las palabras
de Dios.
B. Satanás es siempre un mentiroso.
III. El hombre y la capacidad de escoger.
A. Eva dudó de Dios.
B. Adán y Eva escogieron desobedecer.
IV. El pecado siempre tiene consecuencias.
A. Adán y Eva no se pudieron esconder.
B. El pecado nos separa de Dios.
Actividad
Los alumnos pueden ilustrar de manera
simple los efectos del pecado en la belleza de
la Creación de Dios. Empiece pintando un
hermoso y colorido dibujo de la Creación.
Use una gran variedad de colores brillantes e
intente llenar de color la página entera.
Cuando haya completado el dibujo, use un
crayón negro para cubrir todo el dibujo.
Esto representa el pecado que encubrió la
bella Creación de Dios. Luego use una mo-
neda para raspar la figura de un corazón
sobre el crayón negro. Después de raspar lo
negro, como Dios remueve el pecado cuan-
do pedimos su perdón, verá emerger los co-
lores brillantes que el negro encubría.
Todavía se distinguen los colores, aunque
siempre habrá un residuo gris—consecuen-
cias del pecado—sobre el dibujo.
Crecimiento del maestro
Cuánta gratitud sentimos hacia Dios por per-
donar nuestros pecados y limpiarnos a su vista.
Debemos tener cuidado de que nuestra vida,
como ejemplo ante los alumnos, se mantenga
pura. Esto no sólo significa guardar nuestro
corazón del pecado de este mundo, sino también
buscar inmediatamente el perdón de Dios cuando
cometemos una falta.
Porción bíblica:
Génesis 2:4—3:24
Versículo para memorizar:
Romanos 3:23: “Por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios”.
1-02-A
1-02-A
1-02-A
 Comparación de dos hermanos 1-03-A
A
dán y Eva fueron los primeros padres del mundo.
Tuvieron dos hijos, Caín y Abel. Estos dos hermanos eran
muy diferentes uno del otro en cuanto a lo que les gusta-
ba hacer. Caín siempre estaba ocupado en la obra de sus tie-
rras. Le encantaba labrar la tierra con mucho esfuerzo para
hacer crecer las plantas. Abel era un pastor y le gustaba cuidar
bien sus ovejas. Los hermanos sabían que era importante traer
regalos—llamados sacrificios u ofrendas—a Dios en ciertos
momentos del año. Sus padres les enseñaron cómo mostrar su
amor y respeto a Dios.
Cuando era momento de llevar su ofrenda al Señor, Caín llevó
de lo que había cosechado en sus tierras. Esto no era lo que Dios
había pedido que trajeran de sacrificio. Abel trajo algunos de los
primogénitos de su rebaño, tal como se le había enseñado.
Dios se complació con la ofrenda de Abel, pero no con la de
Caín. Este se enfureció, así que el Señor habló con él. Le advir-
tió que hiciera lo que se le había enseñado—lo recto—para
que su ofrenda fuera también agradable a Dios. Le dijo que si
no hacía lo bueno, el pecado esperaba “a su puerta” para
atacarlo, como si fuese un animal salvaje. Le dijo además que el
pecado lo consumiría—controlaría su vida—si no cambiaba,
venciendo el pecado por obedecer las leyes de Dios. El enojo
hizo que Caín continuara pecando y haciendo lo que desagra-
daba a Dios.
En vez de escuchar al Señor, Caín invitó Abel a salir a su te-
rreno. Entonces Caín mató allí a su hermano. Dios habló
inmediatamente a Caín, preguntándole dónde estaba su her-
mano. Caín mintió a Dios, diciendo que no sabía dónde se ha-
llaba Abel. Es imposible mentir a Dios, porque Él sabe todas las
cosas. El enojo llevó al asesinato y luego a las mentiras.
Dios dijo a Caín que Él sabía del asesinato de su hermano y
que a causa de su pecado viviría de ese momento en adelante
bajo maldición. La tierra que Caín amaba labrar jamás rendiría
otra cosecha para él. En vez de ser un agricultor bien estableci-
do, tendría que vivir ahora como forastero, sin hogar alguno.
Caín clamó a Dios debido a la severidad de su castigo.
Dios puso una marca especial sobre Caín para que nadie lo
matara, pero Caín tuvo que andar lejos de su hogar y nunca
más pudo disfrutar el cultivo de la tierra en la que tanto se
gozaba. Lo peor del castigo de Caín fue que tuvo que apartarse
de la presencia de Dios.
Debemos entender que el pecado siempre amenaza, siempre
espera para atacarnos a la puerta de nuestra vida. Caín sabía
cómo agradar a Dios con la ofrenda ordenada, pero decidió
desobedecer. Dios adviritió a Caín del enojo que crecía dentro
de él; sin embargo, Caín optó por desobedecer y permitir que
el enojo se hiciera asesinato. El pecado controlaba de tal ma-
nera a Caín que este mintió a Dios.
Dios sabe que debemos cuidarnos de no permitir que el peca-
do controle nuestra vida. Dios tiene un plan perfecto para
nuestra vida y le encanta cuando le obedecemos. Agradamos
más a Dios cuando obedecemos sus palabras y su plan, que la
Biblia nos explica.
Notas para el maestro
I. Adán y Eva tuvieron dos hijos.
A. Caín y Abel eran hermanos.
B. Eran diferentes uno del otro.
II. Dios crea personas diferentes.
A. Caín cultivaba la tierra.
B. Abel era pastor y cuidaba su rebaño.
III. Dios merece lo mejor de nosotros.
A. Los primeros frutos de la cosecha.
B. El primogénito del rebaño.
IV. El pecado siempre espera a la puerta.
A. De desobediencia, a enojo, a asesinato.
B. Se sufre cuando el pecado nos controla.
Actividad
Los alumnos pueden hacer una lista de
maneras en que se agrada a Dios. Explique
que ahora no ofrecemos sacrificios de ani-
males ya que Jesús pagó en la Cruz el precio
completo del pecado. Hoy nuestros sacrifi-
cios u ofrendas a Dios provienen de nuestro
tiempo y de nuestros talentos y recursos.
Dios se complace más que nada con nuestra
obediencia. Sin embargo, a Dios también le
agrada cuando ofrendamos, aun a otros,
como si fuera un regalo a Él. Un ejemplo:
“La vecina está muy enferma, así que yo
podría preparar una comida para su familia
esta noche.” Los alumnos pueden hacer una
lista de formas de ayudar en la iglesia, en la
comunidad, y en otros lugares, como si lo
hicieran para el Señor.
Crecimiento del maestro
El versículo que hoy memorizarán es bastante
largo; sin embargo, habrá alumnos que lo apren-
dan completo. Si usted enseña a alumnos muy
jóvenes, podría sólo enseñarles una porción clave
de un versículo. Por ejemplo: “[Haz] lo bueno”.
Otros podrían memorizar la primera pregunta en
el versículo. Permita que Dios hable a su corazón
referente a la porción que sus alumnos necesiten
aprender hoy.
Porción bíblica:
Génesis 4:1-16
Versículo para memorizar:
Génesis 4:7: “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?
y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta”.
1-03-A
1-03-A
1-03-A
 Noé—El “fabrica-barcos” de Dios 1-04-A
H Notas para el maestro
ace mucho tiempo la gente vivía hasta una gran edad.
Había un hombre viejo llamado Noé cuyos tres hijos se
llamaban Sem, Cam, y Jafet.
La gente hacía cosas perversas en la época en que vivió Noé.
Hacían muchas cosas que no agradaban a Dios. En un
momento el pecado de la gente se hizo tan horrible que Dios
se arrepintió de haberlos creado. Él decidió destruir toda la
gente del mundo que no le obedeciera.
Noé era un hombre bueno que amaba a Dios. Dios quiso
cuidar de Noé y de su familia. Puesto que Dios estaba com-
placido con Noé, le reveló su plan. “Voy a enviar un diluvio
sobre la tierra, para destruir a todos los seres vivientes bajo el
cielo.” Dios dijo a Noé cómo fabricar un gran barco, o arca.
“Hazla de tres pisos”, dijo Dios a Noé. La Biblia nos dice que
Dios dio a Noé cada medida y detalle para la construcción del
arca. Dios le dijo cómo hacer el techo y dónde poner la puerta.
Le tomó mucho tiempo construir un barco tan enorme, pero
Noé hizo exactamente lo que Dios le había mandado. Quizá la
gente se burló de Noé por escuchar a Dios, pues jamás habían
visto lluvia.
Dios entonces dijo a Noé que pusiera un macho y una hembra
de cada clase de animal en el arca, para salvarlos de la destruc-
ción. Dios envió dos de cada animal a Noé y sus hijos.
Llenaron el arca de los animales y también de la comida que
Dios les había mandado recoger. Noé siguió cada detalle del
perfecto plan de Dios. Tan pronto como terminaron los
preparativos, Noé y su familia entraron al arca, y Dios cerró la
puerta. Entonces, como había prometido Dios, la lluvia
empezó a caer.
Llovió por cuarenta días y cuarenta noches, pero el arca flotó
sobre las aguas. El agua se hizo tan profunda que cubrió hasta
los más altos montes. Todos los animales, las aves, y las per-
sonas que quedaron en la tierra murieron en el diluvio. Sólo se
salvaron los que estaban con Noé en el arca.
Después de 150 días el arca finalmente dejó de flotar y posó
sobre una montaña llamada Ararat. Noé y su familia se
quedaron dentro del arca y esperaron que bajaran las aguas del
diluvio.
Luego de otros 40 días Noé abrió la ventana del arca y soltó un
cuervo. El ave se mantuvo volando entre el exterior y el arca.
Luego Noé soltó una paloma para ver si las aguas habían baja-
do y si la tierra se había secado. La paloma no encontró dónde
posar, así que volvió al arca. Después de otros siete días, Noé
soltó otra vez la paloma. Esta vez volvió con una ramita de
olivo en su pico. Noé sabía entonces que las aguas estaban bajo
el nivel de los árboles. Él esperó siete días más y soltó otra vez
la paloma. Esta vez no volvió. Noé sabía que ahora podía salir
sin peligro del arca.
Después de soltar a todos los animales del arca, Noé edificó un
altar para el Señor. Noé quería agradecer a Dios el haberlo sal-
vado a él y a su familia. Dios estuvo complacido con la ofrenda
de Noé. Dios bendijo a Noé y a su familia porque habían obe-
decido con cuidado todo lo que Dios les había mandado hacer.
I. El pecado separa a la gente de Dios.
A. El pecado evita que nos acerquemos a
Dios.
B. Dios nos perdonará SI nos volvemos a
Él.
II. Dios quiere que le obedezcamos.
A. Debemos obedecer no sólo cuando
entendamos.
B. Es importante obedecer a Dios en
todo.
III. Dios bendice a los que le obedecen.
A. Lo primero que hizo Noé fue dar
gracias.
B. Dios mostró que estaba complacido.
IV. Dios ha dado un detallado plan para la
vida.
A. La Biblia es el plan para nuestra
“construcción”.
B. Podemos confiar en la protección de
Dios.
Actividad
Los alumnos pueden trazar un patrón que
usted proveerá, que se parezca al arca.
Después de colorear el arca ellos podrán
dibujar o trazar y cortar pares de animales
para ser pegados al dibujo. Recuérdeles de la
variedad de animales en la Creación de Dios
y de la manera en que Dios trajo los ani-
males al arca para protegerlos y para que
nosotros los disfrutáramos hoy. Opciones
para este dibujo serían pegar galletas de figu-
ra de animal o usar calcomanías o estampi-
llas de animales si las puede encontrar.
Crecimiento del maestro
Un factor clave en el crecimiento espiritual es
escuchar continuamente a la voz de Dios. Esta
semana, practique escuchar en espera de la direc-
ción de Dios en todo lo que hace. Nuestro deseo
es ser más obedientes a su plan.
Porción bíblica:
Génesis 6:5—9:3
Versículo para memorizar:
Génesis 6:22: “Y lo hizo así Noé; hizo confome a
todo lo que Dios le mandó.”
1-04-A
1-04-A
1-04-A
 La promesa del arco iris 1-05-A
D
ios dijo a Noé que construyera un arca para proteger a él
y a su familia junto con un par de cada variedad de ani-
mal, cuando mandara un diluvio sobre la tierra. Cuando
el diluvio cesó, Noé y su familia, juntamente con todos los ani-
males, salieron del arca; ya no había peligro de salir a la tierra
seca. Los animales necesitaban buscar hogares nuevos y
empezar a llenar nuevamente la tierra. Cada animal sabía qué
clase de lugar necesitaba para hacer su hogar.
Noé y su esposa y sus tres hijos con sus familias hicieron algo
muy importante cuando pisaron tierra seca después del diluvio:
edificaron un altar para agradacer a Dios el haberlos salvado.
Buscaron piedras grandes y las amontonaron para formar el
altar. Un altar es un lugar especial donde el hombre se reúne
con Dios y habla con Él. Ellos deseaban honrar a Dios con un
sacrificio—una ofrenda especial. Dios había escogido algunos
animales que llamaba “limpios”. Estos eran una ofrenda agra-
dable para honrar a Dios.
Noé tomó algunos animales limpios para que fueran el sacrifi-
cio. Él sabía que Dios había dado reglas acerca de qué animales
escoger para un sacrificio. Al sacrificarlos en el altar de la ma-
nera en que Dios había ordenado que su gente lo hiciera, Dios
se complació en gran manera.
Dios fue honrado por la ofrenda de Noé. Hizo además un
pacto con ellos. Un pacto es un acuerdo entre Dios y su
pueblo. Dios prometió que nunca más enviaría un diluvio para
destruir toda la tierra y lo que en ella viviera. Puesto que hay
pecado en cada corazón, sabía que el hombre seguiría haciendo
cosas perversas que no le agradaran. Dios tenía un plan espe-
cial para quitar ese pecado del corazón de la gente mucho
tiempo después en la historia, mediante su Hijo Jesucristo.
Dios dijo a Noé que siempre habría día y noche, siembra y
cosecha, tiempos de calor y de frío, y diferentes estaciones del
año. Luego Dios bendijo especialmente a Noé y a su familia.
Les dijo que tuvieran muchos hijos para que sus descendientes
vivieran en toda la tierra. También les dijo que dominarían los
animales, las aves, y los peces, y que todos estos les servirían de
comida. Junto con esta bendición especial Dios les dio algunas
reglas o medidas por las que deberían vivir.
Dios les dijo que no habrían de comer animales con su sangre,
puesto que la sangre era un símbolo de vida. No debían jamás
matar a una persona, porque las personas fueron hechas a la
imagen de Dios. Dios empezaba a enseñar al hombre acerca de
la importancia de la sangre como símbolo de la vida de toda
criatura. Un día futuro les mostraría cuán importante era la
sangre cuando su Hijo Jesucristo derramara la suya en la Cruz
como el último sacrificio por el pecado.
Para sellar su pacto o convenio con Noé y toda criatura
viviente, Dios puso un arco iris en el cielo. Él explicó que cada
vez que apareciera un arco iris, sería un recordatorio de que
Dios jamás rompería su pacto—su promesa—con los que
viven en la tierra. Dios quiere que miremos un arco iris y que
recordemos sus promesas. Él desea que vengamos al altar para
decirle cuán agradecidos estamos por todo lo que hace en
nuestra vida y porque Él jamás quebranta sus promesas.
Notas para el maestro
I. Dios salvó a Noé y a su familia en el arca.
A. Dios los mantuvo a salvo.
B. Dios preservó cada clase de animal.
II. Dios devolvió a Noé y su familia a tierra
seca.
A. Dios les mostró cuándo salir.
B. Dios dispersó los animales.
III. Noé ofreció un sacrificio a Dios.
A. Noé y sus hijos edificaron un altar.
B. Noé escogió un sacrificio limpio.
IV. Dios hizo un pacto con Noé.
A. Dios puso un arco iris en el cielo.
B. Confiamos porque Dios honra sus
promesas.
Actividad
Los alumnos pueden pintar o colorear un
gran mural de arco iris en papel. Luego
pueden escribir las promesas de Dios en
pequeños trozos de papel cortados en forma
de una gota de lluvia. Ayude a los estudi-
antes a escoger frases breves que les ayu-
darán a entender varias de las promesas que
Dios nos ha dado. (Ejemplo: Dios proveerá,
Él guiará, el Señor es nuestro sanador,
etcétera.) Pegue las gotas al arco iris y al
mural como recordatorio de que Dios siem-
pre cumple sus promesas.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy nos enseña que es importante
ser agradecidos a un Dios que hace pactos con
nosotros. Con frecuencia nos ocupamos tanto en
los detalles de la vida, aun en los detalles de la lec-
ción, que olvidamos mostrar agradecimiento por
la forma en que Dios nos ha bendecido. Tome
tiempo para agradecer a Dios la manera en que
ha sido fiel al pacto que tenemos hoy con Él.
Busque arco iris y aprenda a ser agradecido
aunque las lluvias nunca hayan dejado de caer.
Porción bíblica:
Génesis 8:18—9:17
Versículo para memorizar:
Génesis 9:13: “Mi arco he puesto en las nubes, el
cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.”
1-05-A
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 Una torre de rebelión 1-06-A
N
oé y su familia habían sobrevivido el diluvio estando den-
tro del arca. Dios bendijo a Noé y le dijo que debían tener
familias numerosas para poblar de nuevo la tierra. Al
esparcirse la gente para construir nuevas casas y ciudades,
empezaron a olvidar cómo Dios había protegido a Noé y a su
familia.
La Biblia dice que la gente empezó a construir con ladrillos de
barro en vez de usar piedras como solían hacer. Quizás se
habían cansado de usar lo que Dios les había dado y deseaban
hacer su propio material de construcción. Ellos decidieron edi-
ficar una ciudad con una torre cuya cúspide se elevara hasta el
cielo. Deseaban ser famosos e importantes y querían dominar
el mundo entero. Habían olvidado que Dios es el que tiene
todo dominio.
Cuando Dios vio lo que planeaban sabía que tenía que detener-
los cuanto antes. De repente Dios confundió de tal modo la
única lengua que hablaban. Ellos intentaron hablar uno con
otro, pero no se entendían. De ese modo Dios dispersó a la gente
y los obligó a dejar de construir su torre y a desistir de su plan.
Por esto la ciudad jamás fue terminada y a la torre se le dio el
nombre de Babel, porque el Señor había confundido la lengua
del mundo y dispersado la gente sobre toda la tierra. Dios
quiere que la gente siempre recuerde que Él es Dios y que tiene
dominio del mundo entero. A veces los humanos creen que
son tan poderosos o importantes como Dios. Se engañan pen-
sando que pueden ser más inteligentes que Dios y tener un
mejor plan que Él. Esto se llama orgullo y es un pecado que
Dios odia. Todos nosotros debemos entender que Dios nos
ama, que tiene el mejor plan para nosotros, y que tiene com-
pleto dominio de todo. Nosotros somos los que aprendemos a
amarlo, obecerle, y a seguir su plan para nuestra vida.
Notas para el maestro
I. La tierra fue repoblada.
A. Los descendientes de Noé llenaron la
tierra.
B. Todos hablaban una misma lengua.
II. La gente empezó a dispersarse sobre la
tierra.
A. La gente se mudó a más distancia.
B. Usaron ladrillos en vez de piedras.
III. Se diseñó una torre cuya cúspide se ele-
vara el cielo.
A. La gente empezó a construir una torre.
B. Querían mostrar que eran iguales a
Dios.
IV. Dios detuvo el orgulloso plan de los
hombres.
A. Dios confundió la única lengua que
hablaban.
B. El orgullo es un pecado que Dios odia.
Actividad
Algunas lecciones pueden ser aun más efi-
caces si se dramatizan en la sesión. Aun los
alumnos más jóvenes pueden participar en
el drama de la lección, construyendo una
torre y luego pretendiendo que no se entien-
den al confundir Dios la lengua de todos. La
confusión es obvia al ver que no pueden
entenderse cuando usan muchas lenguas
imaginarias. La torre puede hacerse de blo-
ques de juguete o de cajas de cartón vacías.
Después de presentar la lección, dramatizar
la historia puede ser una manera muy eficaz
de clarificar y reenfatizar los puntos clave de
la lección.
Crecimiento del maestro
Cada cristiano debe cuidarse del orgullo. El viejo
hombre—la naturaleza pecaminosa—siempre
hace brotar en nuestra vida el pecado de la jac-
tancia. Necesitamos trabajar con esfuerzo para
prepararnos y presentar lecciones de buena cali-
dad, y en cierto sentido sentirnos satisfechos de
nuestra posición como maestro que enseña la
palabra de Dios. Sin embargo, no debemos jamás
pensar que somos mejor que otro o esperar algún
honor meramente por obedecer el llamado de
Dios a enseñar su Palabra. Con corazón humilde
debemos siempre ser agradecidos de que Dios nos
haya dado su Palabra y su Espíritu Santo para que
esa Palabra también cobre vida en el corazón de
otros. Sólo el Espíritu puede penetrar el corazón y
cambiar la vida.
Porción bíblica:
Génesis 11:1-9
Versículo para memorizar:
Proverbios 21:4: “Altivez de ojos, y orgullo de
corazón, y pensamiento de impíos, son pecado.”
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 Abraham—amigo de Dios 1-07-A
M Notas para el maestro
iremos la vida de un hombre que fue llamado “amigo de
Dios”. Abraham y Sara vivían en Ur cuando Dios le dijo
que fuera a una nueva tierra. Taré el padre de Abram, y
Lot, su sobrino, salieron de Ur con Abram y Sarai para
empezar un viaje a la tierra que Dios les había prometido.
Llegaron a un lugar llamado Harán y se establecieron allí. El
padre de Abram murió también allí, y Dios entonces recordó a
Abram que debía continuar su viaje especial. Dios dijo a
Abram que dejara la casa de su padre para ir a una tierra que
Él le mostraría. Abram tenía mucha fe en que Dios le
mostraría claramente dónde ir. Él confiaba en que Dios tenía
un plan especial para su vida.
Cuando Dios dijo a Abram que fuera a una nueva tierra, tam-
bién le hizo siete promesas. Dios dijo (1) que haría de Abram
una gran nación, (2) que lo bendeciría, (3) que haría célebre su
nombre, y (4) que sería una bendición a otros. Dios también
prometió (5) que bendeciría a los que bendijeran a Abram, (6)
que maldeciría a los que lo maldijeran, y (7) que a través de él
bendeciría a todos en el mundo. La desobediencia de Adán y
Eva trajo pecado al mundo después de la bendición original de
Dios, así que ahora Abram escuchaba Dios prometer otra vez
bendiciones especiales para los que le obedecieran.
Abram era un hombre que escuchaba la voz de Dios y sin
demora obedeció el mandato divino. Abram tenía mucha fe en
la dirección de Dios y en el plan especial que Dios tenía para él.
Al empezar Abram el viaje, Dios le recordó otra vez de las
promesas que cumpliría en respuesta a la obediencia de su plan.
Cada vez que Dios se encontró con Abram y le habló, Abram
edificó un altar. En esos días levantar un montón de piedras
como altar era una manera en que la gente indicaba un lugar
especial para honrar a Dios. Hablaban con Dios y adoraban o
celebraban su presencia en ese lugar. Cuando Abram llegó a
Siquén, a pesar de que la tierra estaba llena de sus enemigos,
los cananeos, Dios recordó a Abram que daría toda esa tierra a
su descendencia. Abram no se preocupó de cómo Dios haría
esto; al contrario, tuvo fe de que Dios cumpliría sus promesas.
Luego Dios cambió el nombre de Abram a Abraham para
recordarle que Dios lo haría padre de muchas naciones. En el
libro de los Hebreos, del Nuevo Testamento, leemos el nombre
de Abraham en la lista de los que fueron honrados por tener
mucha fe. La Biblia dice que debido a que Abraham creyó a
Dios, fue llamado “amigo de Dios”. También se le conoce como
“el padre de la fe”, porque cualquiera que cree en Dios y se
hace cristiano viene a ser parte de la familia que recibe las ben-
diciones de Abraham. Como cristiano hoy no eres un descen-
diente físico de Abraham; sin embargo, eres un descendiente
espiritual. Dios tiene un plan especial para cada uno de
nosotros. Al obedecer a Dios recibiremos las bendiciones que
Él ha prometido.
I. Un lugar para el pueblo de Dios
A. El viaje a Canaán.
B. Abram continúa el viaje.
II. Dios dio promesas especiales.
A. Promesas específicas para Abram.
B. Había también promesas para todos.
III. Abram obedeció a Dios.
A. Empezó el viaje.
B. Dios repitió sus promesas a Abram.
IV. Abram honró a Dios.
A. Experiencia personal con Dios.
B. Aún se recuerda a Abram por su fe.
Actividad
Cada vez que el Señor hablaba claramente
con Abram, este levantaba un altar para
honrarlo y marcar el encuentro. Hoy no le-
vantamos un altar visible cuando nos
encontramos con Dios; sin embargo, es
importante recordar los encuentros con
Dios. Puede que usted desee mencionar el
diario, una manera personal de anotar y
recordar las “experiencias de altar” que se ha
tenido con Dios. Los niños pueden hacer un
dibujo y marcar así un momento especial
con Dios que ellos guardarán como recuer-
do de las promesas de Dios en su vida.
Crecimiento del maestro
La enseñanza es un llamado especial que con fre-
cuencia requiere de sacrificio para suplir la ver-
dad de Dios a la vida de los alumnos. Si usted no
ha empezado aún la costumbre, empiece hoy a
anotar los cambios que ve en sus alumnos. Haga
una breve nota después de cada lección, aun sea
de un solo cambio positivo o crecimiento que ha
notado en por lo menos un alumno de su clase.
Cuando se canse de la labor, o cuando luche con
el sacrifico que exige su compromiso de enseñan-
za, lea algunos de estos testimonios.
Porción bíblica:
Génesis 11:27-29; 17:1-8; Hebreos 11:8-16
Versículo para memorizar:
Santiago 2:23: “Y se cumplió la Escritura que dice:
Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia,
y fue llamado amigo de Dios.”
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 El secreto de la generosidad 1-08-A
A Notas para el maestro
bram, a quien Dios luego llamó Abraham, y su esposa
Sarai, habían viajado a Egipto debido a una gran hambre y
habían aumentado su ganado, oro, plata, y número de
sirvientes. Se mostraba su riqueza por el número de animales en
sus rebaños y por el número de pastores que cuidaban los ani-
males. Abram tomó todo lo que tenía e hizo un viaje a la tierra
donde primero lo había enviado Dios. Fue al lugar mismo
donde había levantado su primer altar cuando Dios le hizo
grandes promesas. Abram deseaba hablar otra vez con Dios.
Lot, el sobrino de Abram, también había levantado una gran
familia y acumulado muchas riquezas. Él tenía muchos ani-
males, y muchos pastores para cuidarlos. Lot viajaba y vivía
cerca de su tío, así que también mudó sus pertenencias a Bet-el
cuando Abram clamó a Dios.
Abraham y Lot tenían tanta familia y ganado entre los dos que
no había lugar en la tierra para que viviera uno cerca del otro.
Los pastores de Abram y los de Lot empezaron a pelear por la
tierra y por el agua que sus animales necesitaban. Había que
hacer algo.
Abram dijo a Lot que tenían que resolver este problema para
que no hubiera pleito entre sus familias. Abram recordó a Lot
que había mucha tierra hacia el valle y hacia las montañas, y
que podían ir en direcciones opuestas para tener lugar donde
multiplicar y disfrutar la vida. Dios había prometido esta tierra
a Abram, y además era el mayor, así que podría haber escogido
el mejor terreno para sí mismo. Pero Abram era un hombre
generoso. Dijo a Lot que escogiera primero la tierra que quería
y que luego Abram tomaría la que quedara.
Lot escogió la hermosa planicie, bien regada, que estaba a la
orilla del río Jordán. El pasto y el terreno buenos hacían que se
pareciera a un jardín—sería perfecto para sus rebaños y para
su familia. Lot se dirigió hacia el este para vivir cerca de
Sodoma, donde los hombres eran muy malvados y pecaban
mucho contra Dios.
Después de irse Lot, el Señor habló con Abram y le dijo que
mirara al norte, sur, este, y oeste, porque todo lo que podía ver
le pertenecería. Dios le recordó que sería bendecido y que su
descendencia llenaría el mundo entero. Dios vio que Lot
escogió egoístamente y llevó su familia a vivir junto a los que
pecaban mucho, mientras que Abram mostró generosidad al
permitir que Lot escogiera primero. Otra vez Dios dio a Abram
una bendición especial por su generosidad, y Abram estableció
a su familia en un lugar seguro donde edificó otro altar para
adorar a Dios. Un día Dios se valió de Abram para rescatar a su
sobrino Lot de las malvadas ciudades que Él después destrui-
ría. Abram había aprendido acerca de las bendiciones por ser
generoso y seguir el plan de Dios.
I. Abram siguió en su viaje.
A. Las riquezas de Abraham.
B. La fe de Abraham.
II. Abram y Lot tuvieron dificultades.
A. Las posesiones de Lot.
B. Problemas entre los pastores.
III. Se decidió hacer una división.
A. Abram y Lot hablaron del problema.
B. Abram propuso a Lot un acuerdo.
IV. Se hizo un acuerdo.
A. Abram mostró generosidad.
B. Dios bendice a un hombre generoso.
Actividad
Para entender mejor el verdadero significado
de la generosidad, dé a cada alumno una hoja
de papel. Doble la hoja en cuatro partes. Abra
la página y marque cuatro espacios. En el
primero pida que dibujen el dinero, y este
cuadro se puede titular “Ofrendo mi dinero”.
En el segundo dibujarán algo que pueden
hacer. Explique que un talento podría ser can-
tar, dibujar, etcétera. Titule este “Ofrendo mi
talento”. En el siguiente espacio dibujarán
cómo pueden ofrecer su tiempo para ayudar o
servir a otros, y titúlelo “Ofrendo mi tiempo”.
En el último espacio cada estudiante puede
hacer un dibujo de sí mismo. Titule este espa-
cio “Ofrendo mi vida”. Debemos dar nuestras
ofrendas con gozo.
Crecimiento del maestro.
La ofrenda es mucho más que dar dinero. Con
frecuencia necesitamos también ofrendar al Señor
nuestro tiempo o nuestro talento. El secreto de
ofrendar con corazón alegre se descubre cuando
damos como si lo hiciéramos directamente al
Señor. El recipiente no siempre lo recibirá con
agradecimiento, pero podemos estar seguros de
que Dios concederá su bendición para honrar
nuestra disposición a dar más de lo que se nos
pide hacer.
Porción bíblica:
Génesis 13:1-18
Versículo para memorizar:
2 Corintios 9:7: “Cada uno dé como propuso en su
corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre.”
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 El singular cuidado de Dios 1-09-A
A Notas para el maestro
bram y Sarai se establecieron en la tierra que Dios les
había dado, pero Sarai no podía tener hijos. Tener hijos
era una señal de la bendición de Dios, y Dios le había
prometido a Abram que sería el padre de una gran nación. Al
final de diez años, Sarai empezó a preocuparse mucho de esto.
Decidió dar su sirvienta egipcia, llamada Agar, a su esposo para
que empezara una familia con ella. Sarai pensaba que hacía
falta ayudar a Dios a llevar a cabo su plan.
Agar quedó embarazada y empezó a hacer sentir muy mal a
Sarai. Ella se mofaba de Sarai debido a que esta no podía tener
hijos. Sarai se enfureció y comenzó a maltratar a Agar y esta
finalmente decidió huir.
Un ángel del Señor se apareció a Agar cerca de un manantial
en el desierto y le preguntó dónde iba. Agar contestó que huía
de Sarai. El ángel le dijo que volviera a Sarai y que la obe-
deciera. Prometió que la bendeciría por obedecer y que ella
también vería una gran descendencia del hijo que llevaba. El
bebé dentro de ella era un varón que debería nombrar Ismael.
Su hijo sería fuerte, pelearía contra todos los demás. Ella volvió
a Sarai y le obedeció como sirvienta.
Agar tuvo un hijo y lo llamó Ismael. Al crecer Ismael, empezó
a burlarse de Sarai. Esto causó muchos problemas en el hogar
de Abram.
Dios fue fiel a su promesa y cambió el nombre de Abram a
Abraham para recordarle que cuidaría de su familia. Dios tam-
bién cambió el nombre de Sarai a Sara y prometió que ella ten-
dría un hijo. Finalmente tuvieron a Isaac.
Cuando Isaac era pequeño, Isameal el hijo adolescente de
Abraham, se burlaba de Sara. Este era el primer hijo de
Abraham y Sara temía recibiera la herencia de su padre. Ella no
apreciaba el irrespeto de Ismael, exigió a Abraham que expul-
sara a Agar y a Ismael para siempre.
Abraham se entristeció porque Ismael era su hijo. Sin embargo,
debía complacer a su esposa. Dios dijo a Abraham que Sara
tenía razón y que Isaac sería el hijo que formaría su gran
nación. Ismael también sería bendecido y formaría otra
nación. A pesar de lo difícil, Abraham obedeció. Temprano en
la mañana siguiente Abraham dio a Agar comida y agua y la
envió con Ismael a vagar por el desierto.
Cuando se acabó el agua, Agar hizo que Ismael se sentara bajo
un árbol, y ella se alejó porque no quería oír los gritos de su
hijo ni verlo morir. Dios oyó su clamor y le habló; Él proveyó
un pozo para ella y le prometió otra vez que Ismael sería el
líder de una gran nación. Dios bendijo al muchacho mientras
crecía en el desierto, y se hizo un magnífico arquero. Agar hizo
arreglos para que Ismael consiguiera una esposa egipcia, y él
empezó a formar toda una nación.
Abraham y Sara tuvieron que aprender una lección muy
importante acerca de esperar el perfecto plan de Dios en vez de
intentar hacer su propio plan. Agar aprendió que a pesar de
que la vida fuera injusta y que ella sufriera por los errores de
otros, aun así Dios escuchó su clamor y la bendijo. Dios puede
bendecir a una persona de una manera singular, aunque su
vida y situación le parezca imposible.
I. Abram y Sarai vivieron en Canaán.
A. Preocupación por el plan de Dios.
B. Decisión de hacer su propio plan.
II. Problemas en el hogar.
A. Sarai y Agar no soportaban vivir juntas.
B. Agar decidió irse.
III. Conflicto en el desierto.
A. Un ángel visitó a Agar.
B. Se hizo una promesa.
IV. Ismael formó otra nación.
A. Separación permanente de su familia.
B. Ellos hicieron del desierto su hogar.
Actividad
Puede que su clase necesite su ayuda para ver
en cuántas formas Dios bendice la gente. Fije
un gran pedazo de papel o use el pizarrón
para hacer una lista de maneras en que Dios
los bendice. Pida a uno de los alumnos escri-
ba o que cada voluntario pase adelante para
añadir a la lista. Alumnos mayores pueden
hacer una lista con palabras, y los de menor
edad pueden hacer un dibujo de sus ideas.
Puede que algunos no reconozcan que los
que ayudan a un enfermo o un anciano son
una bendición singular de Dios. Algunas per-
sonas ven sólo lo que no tienen en su vida o
lo que les causa sufrimiento, como hizo Agar;
pero también deben mirar de cerca para des-
cubrir las singulares bendiciones que Dios
envía aun en situaciones difíciles.
Crecimiento del maestro
Tal vez algunos de sus alumnos se sienten atrapa-
dos en una mala situación de la que no tienen
culpa. Esta lección lo ayuda como maestro a ver
que sin importar cuánto intentemos cumplir los
planes de Dios, debemos aprender a confiar en Él
y a obedecer sus mandamientos. Dios desea que
usted exponga su Palabra como la guía para su
propia vida y la vida de sus alumnos.
Porción bíblica:
Génesis 16, 17, 21:8-21
Versículo para memorizar:
Proverbios 3:5, 6: “Fíate de Jehová de todo tu
corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará
tus veredas.”
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 Isaac, el hijo prometido 1-10-A
A Notas para el maestro
braham y Sara habían aprendido a oír la voz de Dios
cuando Él guiaba su vida. Dios había dicho a Abraham
que dejara la casa y la tierra de su padre para ir a una tie-
rra que Él le mostraría. Dios había prometido hacer de
Abraham una gran nación al guiarlo a la tierra que había
escogido para él. Abraham había obedecido a Dios y vivía en la
tierra que se le había prometido. Aun cuando su sobrino Lot
había escogido la planicie bien regada debido a la generosa
proposición de Abraham, Dios prometió de nuevo bendecirlo
de una manera especial. Dios prometió que su descendencia
sería como el polvo de la tierra y como las estrellas del cielo.
Imagina qué grande sería esa familia. Dios hizo un pacto, o
sea, un convenio especial, con Abraham. Pero habiendo llegado
ya a una edad muy avanzada, Abraham y Sara aún no habían
tenido su primer hijo.
Un día tres visitantes llegaron al hogar de Abraham. Dos de
ellos eran ángeles y el tercero probablemente era el Señor
mismo. Habían llegado para dar una parte especial de la
promesa de Dios a Abraham y Sara. Abraham se apresuró a
lavarles los pies y a preparar una comida especial para ellos.
Mientras comían de la mejor comida de Abraham, le pregun-
taron por Sara y luego le dieron un mensaje especial.
Los varones le dijeron a Abraham que regresarían el año si-
guiente y que para entonces su esposa Sara ya habría tenido un
hijo. Sara escuchaba desde el interior de la carpa y pensó que
lo que estos visitantes decían era imposible. Abraham era muy
viejo y Sara tenía demasiada edad como para tener hijos. Sara
se rio calladamente de la promesa que habían traído estos
varones. Entonces los visitantes preguntaron por qué Sara se
había reído de la promesa de Dios. Les recordó que nada es
imposible para Dios. Sara se llenó de temor cuando estos hom-
bres se dieron cuenta de que ella se había reído dentro de la
carpa, donde no podían ni verla ni oírla. Ella entonces recono-
ció que estos varones no eran visitantes cualquiera, y negó que
se hubiera reído. Pero los varones simplemente reiteraron a
Abraham y a Sara que dentro de un año ella efectivamente ten-
dría un hijo.
El Señor mostró misericordia y cumplió la promesa de dar a
Sara un hijo. Abraham tenía más de 99 años y Sara ya había
superado la edad en que se puede tener un hijo, pero Dios hizo
lo que para los hombres era imposible. A pesar de que
Abraham y Sara habían intentado llevar a cabo otro plan para
Dios, al tener un hijo con la sierva egipcia, Él aún tenía una
promesa por cumplir. Dios siempre cumple sus promesas. El
nacimiento de Isaac fue el cumplimiento de la promesa de
Dios aun cuando humanamente hablando fuera imposible. No
debemos jamás olvidar que aun cuando la situación parezca
imposible o realmente lo sea, nada es demasiado difícil o
imposible para Dios.
I. Dios promete una gran nación.
A. Dios guió la vida de Abraham.
B. Abraham recibió la bendición de Dios.
II. Visitantes en la carpa de Abraham.
A. Tres visitantes especiales.
B. Cuidaron de estos visitantes.
III. Un anuncio especial.
A. Se hizo una promesa específica.
B. La reacción a la promesa.
IV. Nada es imposible para Dios.
A. A veces se agotan soluciones naturales.
B. Dios siempre cumple sus promesas.
Actividad
Debemos aprender que nada es imposible
para Dios y que Él desea que le presentemos
todas nuestras necesidades.
Permita que los alumnos oren individual-
mente, o que la clase ore colectivamente.
Antes de comenzar, pida a varios alumnos
que indiquen cómo Dios ha suplido una
necesidad “imposible” en el pasado. Dé a los
alumnos hojas de papel para anotar necesi-
dades específicas y la fecha de estas para que
oren en su hogar. Si oran por una situación
que parece imposible, dígales que anoten la
fecha en que Dios responde y que la devuel-
van a clase para hacerlo saber a los otros.
Dios usará estos testimonios para edificar la
fe de los demás.
Crecimiento del maestro
Dios desea una relación efectiva con nosotros que
incluye la comunicación diaria. Orar no es sólo
decir nuestras necesidades; es también un tiempo
de escuchar la voz de Dios. No podrá enseñar a
sus alumnos a orar hasta que usted mismo tenga
una vital vida devocional con el Señor. Permita
primero que Dios haga de esto una realidad en su
propia relación con Él. Sólo podrá llevar los alum-
nos tan lejos como haya ido usted.
Porción bíblica:
Génesis 15:1-6; 18:1-15; 21:1-7
Versículo para memorizar:
Lucas 1:37: “Porque nada hay imposible para
Dios.”
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 Búsqueda de la esposa apropiada 1-11-A
A Notas para el maestro
braham se estaba poniendo muy viejo y quería ayudar a
su hijo Isaac a hacer planes para el futuro. Isaac estaba
muy triste porque Sara, su madre, había muerto. Abraham
sabía que Isaac necesitaría casarse con la esposa apropiada y
continuar formando una familia que siguiera los caminos de
Dios y viviera bajo su bendición. En esa época los padres
escogían la pareja de sus hijos. Abraham llamó su principal
siervo a su lado y le pidió que hiciera un viaje especial. Obligó
al siervo a prometer que no buscaría una esposa para Isaac de
entre los cananeos con quienes vivían, sino que volvería a la
tierra de la familia de Abraham para encontrar una esposa que
obedecería a Dios. El siervo prometió obedecer y volver con
una esposa para Isaac a fin de que este no tuviera que dejar la
tierra que Dios había prometido a la familia de Abraham.
El siervo partió con diez camellos cargados de provisiones y
regalos de su amo, Abraham. Cuando se acercaba a la ciudad
de la familia de su amo, hizo arrodillarse a los camellos junto
al pozo fuera de la ciudad, y el siervo oró. Pidió a Dios que lo
ayudara a saber cuál era la esposa apropiada para Isaac.
Decidió pedir a una muchacha que tomara agua del pozo para
darle de beber y oró que Dios hiciera que la futura esposa de
Isaac ofreciera agua para todos los camellos como señal de que
sería ella. Esto significaba que aquella joven haría voluntaria-
mente mucho trabajo adicional para cuidar de los animales de
un desconocido.
La primer joven en llegar al pozo, Rebeca, era muy hermosa, y
el siervo le pidió un vaso de agua. Rebeca atendió su ruego
inmediatamente y luego preguntó si también podría sacar agua
para sus camellos. El siervo sabía que Dios le había mostrado
exactamente cuál mujer debía casarse con Isaac.
Rebeca invitó al siervo de Abraham a la casa de su padre y lo
presentó a su familia. Ellos eran parientes de Abraham y
creyeron que Dios había dirigido al siervo a su hogar. Labán, el
hermano de Rebeca, invitó al siervo a entrar a la casa y explicar
sus planes para la joven. Cuando la familia escuchó cómo Dios
había guiado el siervo a Rebeca y cómo había contestado su
oración, estuvieron dispuestos a enviar a Rebeca a casarse con
Isaac. Rebeca estuvo de acuerdo en ir con el siervo para cono-
cer al hombre que Dios había preparado para ser su esposo. El
siervo alabó a Dios y ofreció a la familia de Rebeca los regalos
que Abraham había enviado.
La mañana siguiente el siervo de Abraham comenzó el viaje de
regreso a su amo junto con Rebeca y sus sirvientas. Al llegar cerca
del hogar de Abraham, Rebeca vio caminar hacia ellos en el
campo un hombre joven y bien parecido. Ella le preguntó al sier-
vo quién era. Cuando se enteró de que era Isaac, cubrió su rostro
con un velo. Luego el siervo contó a Isaac todo lo que Dios había
hecho por ayudarlo a encontrar a Rebeca de la manera en que
Abraham le había pedido. Isaac amó a Rebeca y la tomó de una
vez como esposa. Dios había preparado a Isaac y a Rebeca para
que se casaran, aun cuando jamás se habían conocido.
Dios ya tenía preparado un plan perfecto. Podemos confiar
cada detalle de nuestra vida a Dios, porque Él nos guiará en
cada decisión que tomemos si le pedimos que lleve a cabo su
plan perfecto en nosotros.
I. Abraham hizo planes para su hijo.
A. Escogió un siervo.
B. Explicó la misión.
II. Se empieza la búsqueda.
A. Un ruego en busca de dirección.
B. Una respuesta junto al pozo.
III. Un encuentro con Rebeca.
A. Su grata oferta.
B. Presentación a la familia.
IV. Se hace el acuerdo.
A. La familia ofrece su aprobación.
B. Isaac toma a Rebeca por esposa.
Actividad
La lección de hoy puede enseñar a los alum-
nos que Dios ve más allá de lo que nosotros
vemos.
La gente hoy usa binoculares para ver las
cosas a una gran distancia. Haga dos tubos
de papel o papel cartón no muy grueso
(podría usar el centro de un rollo de papel)
y únalos para hacer un binocular de juguete.
Si fuera posible, lleve a la clase unos binocu-
lares genuinos para que los alumnos puedan
efectivamente ver de cerca algo que está a
gran distancia. Con este trabajo recuérdeles
que Dios ve todo y que tiene un plan perfec-
to para nosotros.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy trataba de la selección de una
pareja apropiada, pero Dios también tiene un
plan perfecto para las otras fases importantes de
nuestra vida. Dios conoce a cada alumno que será
puesto a su cargo y Él le puede dar las ideas cre-
ativas que harán eficaz su Palabra a esos alumnos.
Usted puede orar y pedirle dirección en su aula.
Aprenda a preparar cada lección con oración,
pidiendo que lo dirija, que le enseñe la verdad, y
que le muestre la mejor manera de exponerla.
Recuerde humillarse y buscar la ayuda de Dios,
porque Dios ve mucho más allá de lo que
nosotros vemos.
Porción bíblica:
Génesis 24
Versículo para memorizar:
Salmo 25:9: “Encaminará a los humildes por el
juicio, y enseñará a los mansos su carrera.”
1-11-A
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 Semillas de resentimiento 1-12-A
I Notas para el maestro
saac se casó con la hermosa Rebeca. El siervo de su padre
había obedecido a Abraham y traído para Isaac la esposa que
Dios mismo le había escogido. Cuando Rebeca no pudo
tener hijos, Isaac oró y el Señor contestó su petición. Rebeca
quedó embarazada con mellizos. Cuando los mellizos dentro
de ella empezaron a moverse a empujones, ella preguntó al
Señor por qué.
El Señor habló a Rebeca y le dijo que había dos naciones
dentro de ella. Explicó que ambos serían algún día padre de
una gran nación, y que uno sería débil y el otro fuerte.
También le dijo que el mellizo mayor serviría al menor. Esto
era extraño puesto que en su cultura el hijo menor siempre
servía al mayor.
Cuando llegó la hora del nacimiento de los mellizos, el
primero era muy rojizo y peludo, así que lo llamaron Esaú. El
segundo mellizo nació agarrado del talón de Esaú, de modo
que se le dio el nombre de Jacob.
Aunque estos hermanos eran mellizos, eran también muy
diferentes uno del otro. Esaú se hizo un hábil cazador que
gustaba pasar tiempo al aire libre. Jacob era muy callado y le
gustaba quedarse cerca de las carpas donde la familia vivía.
Estos hermanos lucían diferentes y actuaban muy diferentes
uno del otro.
A Isaac le gustaba comer la carne silvestre que Esaú cazaba, así
que amaba más a Esaú. Rebeca amaba más a Jacob que a Esaú.
Los niños crecieron con división en su hogar en vez de una
relación de amor, puesto que cada padre escogió un hijo
favorito. Ciertamente fueron sembradas en esta familia semillas
de resentimiento, aun de envidia. Las semillas empezaron a
crecer al lidiar los hermanos por el amor de sus padres.
Un día Jacob cocinaba un guiso cuando su hermano Esaú
regresó de la caza. Esaú estaba my cansado y hambriento
debido a un difícil día en el campo, así que pidió a Jacob que le
diera de una vez del guiso. Jacob dijo a Esaú que le daría la
comida sólo si le prometía entregarle su derecho de pri-
mogénito. En esa época se le prometía al hijo mayor una
herencia especial que se llamaba el “derecho de primogenitura”.
Jacob estaba tramando para obtener los derechos especiales
que había recibido su hermano mayor.
Esaú tenía tanta hambre que juró—prometió—dar a Jacob su
herencia si sólo le daba un plato del guiso. En un momento de
desesperación, Esaú entregó lo más valioso de su vida. Jacob
entonces sirvió a Esaú pan y guiso. Tomó así la cosa más
importante que tenía Esaú—su derecho de primogénito. Esaú
comió y se fue con prisa, pero Jacob entendió el profundo sig-
nificado del derecho de primogenitura.
Vemos que Esaú realmente no valoraba las cosas más impor-
tantes de Dios. El derecho de primogénito era una señal de las
promesas especiales que Dios había dado a Abraham, abuelo
de Esaú, y a Isaac, su padre. Estas promesas del pacto ahora
pertenecían a Jacob, puesto que sólo habían valido un poco de
guiso para Esaú. Se estaban cumpliendo las palabras de Dios a
Rebeca, que el mellizo menor gobernaría al mellizo mayor.
Jacob ahora tenía el derecho de primogenitura de Esaú.
I. Isaac oró pidiendo hijos.
A. Se le prometió mellizos.
B. Rebeca dudó del Señor.
II. El nacimiento de los mellizos.
A. Diferencias entre los niños.
B. Diferencias en sus costumbres.
III. Los padres escogen hijos preferidos.
A. Amor del padre o amor de la madre.
B. Un hogar dividido.
IV. Se siembran semillas de resentimiento.
A. Un desesperado intercambio.
B. Valores contrarios.
Actividad
En la Biblia la siembra y la cosecha se usa
para explicar las consecuencias o resultados
tanto de las buenas como de las malas
acciones. Como repaso de la lección de
esta semana podría pedir que sus alumnos
siembren algunas semillas de rápido
crecimiento. Pueden hacer esto como clase,
poniendo las semillas en un recipiente
grande; o puede cada alumno sembrar
algunas semillas en un pequeño recipiente
que pueden llevar a casa. Cuando siembren
las semillas recuérdeles que plantar semillas
es como tomar una decisión. Cuando la
semilla empieza a crecer nos recuerda que
cosecharemos lo que sembramos.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy tiene el propósito de ilustrar los
resultados o consecuencias de nuestras acciones.
Puede compararse a la siembra de “semillas” y a
las consecuencias que “cosechamos”. El versículo
para memorizar es largo, así que debe sentirse en
libertad de acortarlo, o de pedir que los alumnos
memoricen sólo una frase clave de él. La memo-
rización de versículos es una manera de guardar
en nuestro corazón los principios de la palabra de
Dios. La memorización de las Escrituras debe
tener significado para sus alumnos.
Porción bíblica:
Génesis 25:19-34
Versículo para memorizar:
Gálatas 6:8: “Porque el que siembra para su carne,
de la carne segará corrupción; mas el que siembra
para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”
1-12-A
1-12-A
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 Escalera al cielo
I Notas para el maestro
saac ya era muy viejo y sus ojos tan débiles que no podía ver
bien. Llamó a su lado a Esaú, su hijo mayor, y le pidió que
buscara su arco y sus flechas y que fuera a cazar. Quería que
Esaú cazara un animal silvestre y que luego cocinara su plato
favorito. Isaac prometió a Esaú que le daría una bendición espe-
cial cuando acabara de comer este manjar especial. Era una cos-
tumbre en esa era que el padre diera una bendición especial a
su hijo mayor momentos antes de que el padre muriera.
Rebeca, la esposa de Isaac, escuchaba esta petición hecha a
Esaú. Ella siempre había amado más a su hijo Jacob, así que
pensó en una manera de engañar a Isaac para que diera a Jacob
su bendición especial en vez de a Esaú. Rebeca pidió a Jacob
que trajera dos pequeñas cabras del rebaño para que ella coci-
nara la carne tal como la hacía Esaú. Jacob se preocupó de que
su padre, aunque ya era ciego, lo tocara y sintiera que no era
velludo como su hermano Esaú. Rebeca hizo que Jacob su
pusiera ropa de Esaú, para que oliera a cazador, y ella cubrió
sus manos y su cuello con piel de cabra para que se sintiera
como la de Esaú. Jacob apresuradamente sirvió a su padre y le
hizo creer que era Esaú. Isaac dio a Jacob la bendición especial
que sólo el hijo mayor debía recibir. Cuando Esaú regresó se
enojó de que Jacob hubiera engañado a su padre para que este
le diera la bendición especial. Se dio cuenta de que Jacob ahora
tenía el derecho de primogénito y la bendición especial, y esto
hizo que Esaú se enojara tanto que amenazó con matar a Jacob
cuando muriera su padre.
Rebeca sabía que Esaú planeaba matar a Jacob, así que conven-
ció a Isaac de que mandara a Jacob a un lugar lejano para bus-
car una esposa. Rebeca esperaba que Esaú se calmara después
de un tiempo y que algún día Jacob pudiera volver sin temer
ser asesinado. Sin embargo, Esaú estaba tan furioso que des-
obedeció la orden de sus padres, casándose con una joven de
una familia que no creía en Dios.
En su viaje a los parientes de su madre, Jacob se detuvo para
pasar la noche y usó como almohada una piedra. Tuvo un
sueño en el que vio una escalera que se extendía desde la tierra
hasta el cielo. Vio ángeles que subían y bajaban la escalera y el
Señor que estaba de pie en la parte superior. El Señor hizo a
Jacob la misma promesa especial que había hecha a Isaac y a
Abraham. El Señor prometió a Jacob toda la tierra que lo rode-
aba y le dijo que sería el padre de una gran nación. Dios
prometió que acompañaría siempre a Jacob y que le daría ben-
diciones especiales.
La mañana siguiente, al despertar Jacob, tomó la piedra que
había sido su almohada y la levantó como altar de adoración a
Dios. Derramó aceite sobre el altar para honrar a Dios, e hizo
también una promesa especial a Dios. Jacob prometió siempre
servir a Dios y darle una décima parte de todo lo que tenía, si
Él lo mantenía a salvo, suplía su comida y ropa, y lo ayudaba a
regresar algún día a la familia de su padre. A pesar de que
Jacob estaba huyendo por temor a su hermano por haber
engañado a su padre, reconoció que debía confiar en el cuida-
do y en la protección de Dios. Jacob aprendió cuán importante
es honrar y buscar a Dios. El Señor por su parte mostró ser fiel
a sus promesas al cuidar de Jacob mientras este viajaba.
1-13-A
I. Isaac prometió una bendición.
A. Jacob engañó a su padre.
B. Rebeca advirtió a Jacob.
II. Isaac mandó a Jacob con una bendición
A. Jacob fue a buscar una esposa.
B. En su furia, Esaú desobedeció.
III. Jacob se detuvo para descansar.
A. Tuvo un sueño especial.
B. El Señor habló a Jacob.
IV. Jacob respondió luego de su encuentro
con Dios.
A. La almohada de piedra fue hecha el
altar.
B. Siguió su camino.
Actividad
Una escalera simple puede hacerse de palitos
o de tiras de papel. Ayude los alumnos a
hacer con pegamento o hilo una escalera
como la que Jacob vio en su sueño. Los
alumnos más jóvenes sólo harán la escalera,
mientras que los mayores añadirán ángeles
dibujados o recortados y una simbólica
nube brillante que represente a Dios en la
parte superior de la escalera. Si no dispone
de las provisiones para cortar y formar este
objeto, los estudiantes podrían representar
en un dibujo el sueño especial de Jacob.
Crecimiento del maestro
El mensaje básico de una lección puede ser
reforzado con un artificio sencillo o con un dibu-
jo. Este recordatorio visual del punto principal de
la lección no sólo ayudará a su presentación en el
aula, sino que también enviará al hogar un men-
saje que pueda alcanzar a otros. Un pariente o un
amigo que pregunte al alumno acerca de un arti-
ficio, abrirá la puerta para que el alumno
recuente la lección una y otra vez. Artificios o
dibujos que ilustren la lección pueden ser una útil
herramienta para que sus alumnos compartan su
fe, para que otros oigan el mensaje, y para que la
lección sea reforzada en la vida de sus alumnos
mucho después de que salgan de su clase.
Porción bíblica:
Génesis 27—28
Versículo para memorizar:
Nahum 1:7: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de
la angustia; y conoce a los que en él confían.”
1-13-A
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 Bendición de los demás 1-14-A
J Notas para el maestro
acob dejó el lugar donde Dios lo había bendecido de una
manera especial y continuó su viaje a encontrar los pa-
rientes de su madre. Cuando Jacob se aproximó a Harán
vio junto a un gran pozo tres rebaños de ovejas que esperaban
que se les diera de beber. Los pastores esperaban que llegaran
los otros rebaños para que hubiera suficientes personas como
para remover la piedra que cubría el pozo. Cuando Jacob pre-
guntó por Labán, el hermano de su madre, le dijeron que la
mujer que venía acercándose con unas ovejas era Raquel, la
hija de Labán. Jacob quedó tan abrumado con la belleza de
Raquel que no esperó la llegada de los otros pastores. Él mismo
quitó la gran piedra del pozo y empezó a dar de beber al
rebaño de Raquel. Jacob besó a Raquel y le dijo que era un
pariente. Raquel corrió a su casa a contar las noticias a su
padre.
Tan pronto como Labán supo del hijo de su hermana corrió a
su encuentro y lo invitó a su casa. Jacob fue recibido como
miembro de la familia. Labán tenía dos hijas— Lea, la mayor,
que tenía pobre la vista, y Raquel, la hermosa, de quien Jacob
se había enamorado. Cuando Jacob había estado en la casa de
Labán por un mes, ayudándolo a cuidar todas sus ovejas, éste
le ofreció pagar su trabajo. Cuando Labán preguntó qué quería
como sueldo, Jacob respondió que deseaba casarse con Raquel.
Le pareció a Labán que Jacob sería un buen esposo, así que le
permitió trabajar por siete años para obtener el derecho a
casarse con su hija.
Al final de los siete años, Labán celebró el matrimonio con una
gran fiesta. Después de la ceremonia, Jacob pasó la noche con su
nueva esposa. La mañana siguiente, a la luz del día, Jacob des-
cubrió que se había casado con Lea en vez de con Raquel. Labán
había engañado a Jacob. Labán le dijo a Jacob que era su cos-
tumbre casar primero a la hija mayor, así que Jacob tendría que
trabajar otros siete años si quería casarse con Raquel. Jacob tra-
bajó pacientemente por la mujer que realmente amaba—Raquel.
Una semana después Jacob se casó con Raquel, y siguió traba-
jando por otros siete años. Para entonces los rebaños de Labán
habían aumentado muchísimo. Labán sabía que Dios bendecía
sus rebaños por causa de Jacob. Este también comenzó a criar
su propio rebaño y vio que Dios bendecía todo lo que
emprendía. Todos vieron que Jacob fue bendecido con doce
hijos, dos esposas, y un gran rebaño. Dios hizo prosperar a
Jacob y bendijo aun al suegro que lo había tratado injusta-
mente. Dios quiere que aprendamos a bendecir a los demás,
aun aquellos que nos maltratan.
I. Jacob encontró la familia de Labán.
A. La vida de un pastor.
B. Jacob amaba a Raquel.
II. Labán da la bienvenida a Jacob.
A. Se saluda a Jacob como pariente.
B. Trabajó por su suegro.
III. Una esposa como sueldo.
A. Fue engañado y casado con Lea.
B. Trabajó pacientemente por Raquel.
IV. Creció la familia de Jacob.
A. Lea y Raquel le dieron doce hijos.
B. Los rebaños de todos prosperaron.
Actividad
Escriba el nombre de cada alumno al borde
superior de una hoja de papel, completando
el título “______ bendice a otros porque...”.
Luego dé una de estas hojas a cada alumno,
asegurándose de que ninguno reciba su pro-
pio nombre. Dígales que piensen en las
maneras en que reconocen que los demás
son una bendición para ellos. Hable de las
características de algunos que bendicen a los
demás. Diga a los alumnos que piensen en el
compañero cuyo nombre se encuentra en su
hoja de papel, y que escriban por lo menos
una manera en que bendice a los demás.
Haga que los alumnos intercambien hojas
para que otros añadan su comentario.
Cuando haya terminado la clase, recoja las
hojas y dé a cada alumno su lista para que la
lleve a su hogar.
Crecimiento del maestro
Esta lección enfoca la importancia de ser una
bendición. Su estudio y presentación de la clase es
una bendición que usted ofrece a los alumnos.
También hay otras formas en que puede bendecir
a los que enseña: la oración, el interés, la ayuda, el
aliento, el ejemplo, y otras maneras. A veces las
acciones con que bendice a otro testificarán con
más impacto que cualquiera de sus lecciones.
Porción bíblica:
Génesis 29—30
Versículo para memorizar:
Lucas 6:28: “Bendecid a los que os maldicen, y orad
por los que os calumnian.”
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 El regreso de Jacob 1-15-A
J Notas para el maestro
acob había servido a su suegro por muchos años y visto las
bendiciones que Dios enviaba sobre los rebaños y las fami-
lias de todos. Jacob comenzó a oír quejas de los hijos de
Labán acerca de las bendiciones que Dios le había dado y aun
Labán mismo empezó a oponerse a él. El Señor dijo a Jacob que
volviera a la tierra de su padre, que Dios prometía acompañar-
lo. Jacob pidió a sus esposas, Lea y Raquel, que fueran con él al
campo para una reunión secreta. Les dijo de la actitud diferente
de su suegro hacia él y explicó el llamado de Dios a partir. Ellas
sabían que Jacob había sido muy justo con su padre y que Dios
había bendecido a todos por causa de él.
Mientras Labán esquilaba sus ovejas, Raquel se robó el ídolo de
su padre. Raquel había sido criada en un hogar donde adora-
ban este ídolo, así que pensó que los ayudaría en su viaje.
Nadie sabía que Raquel había hecho esto. Jacob se fue con su
familia sin avisar a su suegro Labán.
Después de tres días Labán se enteró de que Jacob había huído
junto con toda su familia, sus rebaños, y sus pertenencias.
Labán reunió a sus parientes y siguieron a Jacob por seis días.
Entonces el Señor habló a Labán en un sueño y le advirtió que
no agrediera a Jacob. Cuando alcanzaron a Jacob, Labán le pre-
guntó por qué lo había engañado y por qué no le había dado la
oportunidad de despedirse. Le dijo a Jacob que podría destru-
irlo, pero que Dios lo había advertido de que no lo hiciera.
Preguntó por qué le había robado su ídolo. Sin embargo, cuan-
do buscó en las carpas de todos, no encontró el ídolo que su
hija Raquel había robado. Finalmente Labán dio a Jacob y a su
familia una bendeción como despedida, y Jacob continuó su
viaje de regreso a su hogar.
Cuando Jacob se iba acercando a la tierra de su padre, empezó
a temer que su hermano Esaú no lo hubiera perdonado y que
quisiera matarlo. Jacob envió un mensajero ante él para decir a
Esaú que venía de regreso y que le traía muchos regalos. Los
mensajeros volvieron diciendo que Esaú venía con cuatrocien-
tos hombres. Con gran temor, Jacob dividió su familia en dos
grupos, esperando que por los menos una esposa escapara con
sus hijos. Oró y pidió la ayuda de Dios. Entonces Jacob envió
ante él con sus siervos muchos animales y regalos y un
humilde mensaje a Esaú.
Esa noche Jacob envió su familia y sus posesiones al otro lado
del río y pasó solo la noche antes de reunirse con su hermano.
Jacob tuvo otra vez un encuentro especial con el Señor. El
Señor tocó la cadera de Jacob y este quedó lisiado de ese
momento en adelante como recordatorio de que Dios siempre
dominaría en su vida. Sin embargo, Dios lo bendijo otra vez.
Como símbolo de esta bendición, su nombre fue cambiado a
Israel, y sabemos hoy que las bendiciones de Dios efectiva-
mente hicieron de él una gran nación.
La mañana siguiente Jacob vio acercarse a Esaú, quien corrió a
saludarlo con un abrazo. Jacob obtuvo el perdón de su her-
mano y se estableció cerca de Siquén, junto a la tierra de su
padre. Jacob, ahora llamado Israel, había aprendido que no hay
nada mejor que la bendición de Dios.
I. Dios envió a Jacob de regreso.
A. Habían cambiado las actitudes.
B. Se hizo un plan.
II. Labán persiguió a Jacob.
A. Perseguido por Labán.
B. Confrontado por Labán.
III. Jacob se prepara a ver Esaú.
A. Los regalos y la familia.
B. Jacob luchó con Dios.
IV. Reunión de los hermanos.
A. Se encuentra perdón.
B. Jacob se establece cerca de Betel.
Actividad
El drama puede ayudar a los alumnos a
entender la lección y también reforzar las
“escenas” de esta aventura en la vida de
Jacob. Podría escribir en pedazos de papel
los nombres de algunos de los protagonistas
de este drama y ponerlos en un recipiente.
Haga que sin mirar los alumnos tomen un
pedazo. Luego representarán la parte de ese
personaje del drama. Toallas o batas simples
pueden servir de disfraz, o podría recrear la
historia sin accesorios.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy envuelve muchas breves lec-
ciones. Podría ser que una sola parte de la historia
contenga un principio bíblico que Dios quiera que
usted enfoque para sus alumnos. Para ser buen
maestro no se requiere enseñar todas las lecciones
en su totalidad. Sin embargo, usted necesita
escuchar con cuidado cuando Dios lo ayuda a
enfatizar un principio importante que será exacta-
mente lo que haga falta oír a sus alumnos. Puede
ser que alumnos de menor edad no tengan la
capacidad de absorber en un día todo lo que se
presenta. Pida al Señor en oración que lo ayude a
enseñar precisamente lo que Él sabe que sus alum-
nos necesitan oír.
Porción bíblica:
Génesis 31—33
Versículo para memorizar:
Salmo 67:1: “Dios tenga misercordia de nosotros, y
nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre
nosotros.”
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 Sueños que se vuelven pesadillas 1-16-A
J Para el maestro
acob, el hombre que Dios llamó Israel, vivía con sus doce
hijos en la tierra de Canaán. Cierto día, José, su hijo de
diecisiete años, regresó del campo y trajo al padre malas
noticias acerca de sus hermanos. Israel sentía cierta predilec-
ción por José. Le había hecho una túnica especial como señal
del singular cariño que sentía por él. Los hermanos de José
estaban muy celosos y odiaban al muchacho.
José tuvo un sueño y contó a sus hermanos lo que había visto
en él. Les dijo que en su sueño él y sus hermanos eran mano-
jos de trigo. El manojo de José estaba erguido y firme y que
los demás manojos, o sus hermanos, se inclinaban ante él.
¡Que enojados estaban los hermanos de José! Y para colmo, él
tuvo otro sueño: esta vez el sol, la luna, y las estrellas se
inclinaban ante él. Este sueño hizo enojar también a su padre.
Papá lo regañó por decir que sus padres y sus hermanos un
día se inclinarían ante él. Los hermanos de José estaban aun
más celosos.
Un día que los hermanos de José llevaron las ovejas a Siquem
para que pastaran, el padre envió a José para ver qué hacían sus
hijos. Cuando los demás vieron que José se acercaba, planearon
matarlo. Querían acabar con él y arrojar el cuerpo en una cis-
terna o pozo. Dirían a su padre que los animales salvajes lo
habían devorado. Rubén, el mayor, trató de salvar la vida de
José. Pidió a los demás que no lo mataran, que sólo lo arrojaran
a la cisterna. Rubén planeaba volver y rescatarlo del agua.
Cuando José llegó al lugar, sus hermanos desgarraron las
ropas del pobre y lo echaron a la cisterna. Después se sentaron
a comer. En eso estaban, cuando pasó por el lugar una cara-
vana de mercaderes que iban rumbo a Egipto. Judá convenció
a sus hermanos que conseguirían alguna ganancia si vendían a
José como esclavo a esos mercaderes en vez de matarlo. Los
hermanos de José recibieron veinte monedas de plata por la
venta de José como esclavo.
Más tarde, cuando Rubén regresó a rescatar a su hermano,
encontró la cisterna vacía. Eso lo entristeció. Los demás her-
manos habían matado una cabra y habían manchado la
linda túnica de José con la sangre del animal para presentar-
la al padre. Cuando Israel vio la túnica de José hizo duelo
por su hijo que supuestamente había muerto presa de los
animales salvajes.
Cuando José llegó a Egipto, fue vendido como esclavo a
Potifar, un oficial y capitán de la guardia del rey. José
recordó los sueños que había tenido. ¡Qué enojados y celosos
estaban! Ahora su vida no era un sueño, sino más bien una
pesadilla. Es posible que José extrañara a sus padres en esa
tierra tan lejana.
Dios dio esos sueños a José por una razón muy especial: tenía
un plan para él. Tal vez José no obró sabiamente cuando
contó esos sueños a sus hermanos; pero a pesar de ello, su
padre mismo pensó que Dios tenía un plan para este hijo tan
especial. Es maravilloso saber que Dios llama a niños y
jóvenes para poner en ejecución su plan especial. Aunque
seamos jóvenes, Dios puede llamarnos a su servicio.
I. El hijo favorito.
A. La túnica de José.
B. Los celos de los hermanos de José.
II. Dos sueños especiales.
A. Gavillas de trigo.
B. El sol, la luna, y las estrellas.
III. José vigila a sus hermanos.
A. Un plan para matar a José.
B. José en la cisterna.
IV. Vendido como esclavo.
A. Vendido a los egipcios.
B. Malas noticias para el padre.
Actividad
Hoy usted puede hacer una sencilla “túnica“
para representar la que Israel hizo para su hijo
José. Use un saco de papel, en el frente corte
de arriba a abajo, abra un orificio en la parte
inferior como abertura del cuello; después,
haga lo mismo a cada lado para los brazos.
Adorne la túnica de papel. También puede
usar una hoja grande de papel de periódico.
Dóblela en la mitad, haga una abertura en el
centro y pegue los costados; no olvide dejar
un espacio sin pegar para que puedan meter
los brazos. Finalmente, haga un corte en el
centro, desde el borde hasta el orificio que
servirá de escote.
Crecimiento del maestro
Hay historias o versículos para memorizar que
usan palabras que sus alumnos no entienden.
Identifique todas las palabras desconocidas y para
explicarlas use frases o palabras sencillas. Eso no
quiere decir que los niños no deban memorizar
un versículo con sus palabras originales, sino que
ellos necesitan entender lo que dicen para que la
memorización sea de valor. Con palabras nuevas
o no, el Espíritu Santo se encargará de traer estos
versículos a la memoria de sus alumnos en los
momentos de mayor necesidad.
Porción bíblica:
Génesis 37
Versículo para memorizar:
Colosenses 3:12: “Vestíos, pues, como escogidos de
Dios, santos y amados, de entrañable misercordia,
de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de
paciencia”.
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 Problemas, problemas, y más problemas 1-17-A
J Notas para el maestro
osé era un siervo en Egipto. Sus celosos hemanos lo habían
vendido a una caravana de mercaderes, que a su vez lo
vendieron como esclavo a Potifar. Este hombre era uno de
los oficiales de Faraón, el capitán de la guardia. José estaba en
una tierra extraña con costumbres diferentes y comidas exóti-
cas. Seguramente extrañaba mucho a su padre, y tal vez sufría
debido al terrible trato que había recibido de sus hermanos.
El Señor ayudó a José a cumplir con todo lo que su amo egip-
cio le pedía que hiciese. Cuando Potifar vio cómo Dios ben-
decía todo lo que José hacía, lo nombró uno de sus sirvientes
especiales. También lo puso a cargo de su casa y le confió todo
lo que tenía.
José era joven y buen mozo y Dios realmente lo había bendeci-
do. La esposa de Potifar notó esto y comenzó a vigilarlo. Se
sentía muy atraída por el muchacho y lo invitó a su dormito-
rio. José sabía que eso no era bueno y le dijo que no lo haría.
La esposa de Potifar presionó a José para que traicionara a su
amo por causa de ella. José le respondió que eso era pecado
porque traicionaría la confianza de Potifar y haría algo inde-
bido ante Dios. Una día que José trabajaba solo en la casa, la
esposa de Potifar tomó a José por el manto y le suplicó que
fuera con ella. José, como pudo, se quitó el manto y salió co-
rriendo. La mujer comenzó a gritar y a decir a los sirvientes
que José la había atacado. Ella esperó hasta la noche, cuando
Potifar regresó. Entonces le mostró el manto y le dijo la terrible
mentira de que José la había atacado. Potifar se enojó tanto
que metió a José a la cárcel.
En la prisión, Dios nuevamente bendijo a José, y pronto el
encargado del recinto lo hizo responsable de los demás pri-
sioneros. Tiempo después, dos de los funcionarios del Faraón
fueron enviados a esa prisión. El jefe de los panaderos y el jefe
de los coperos que habían ofendido al rey. El capitán del recin-
to los dejó a cargo de José. Tiempo después estos dos hombres
tuvieron un sueño la misma noche. Al día siguiente, José des-
cubrió que estaban muy tristes porque no había quien inter-
pretara el sueño. José les dijo que Dios es quien nos da el sig-
nificado y que debían orar y pedir a Él que los ayudara. Dios
dio a José la explicación del sueño de cada hombre y el resulta-
do fue exactamente igual a como Dios dijo que sería. El
panadero fue ejecutado, pero el copero regresó al palacio.
Antes de salir de la prisión, el copero prometió a José que
intercedería por él ante el rey para que saliera en libertad.
El hombre se olvidó de José. Seguramente que José estaba muy
desilusionado. Dios le había dado la respuesta del sueño de
esos hombres, el copero había prometido ayudarlo a salir de la
prisión, pero después olvidó la promesa. Una vez más José
estaba en una situación difícil, pero Dios siguió a su lado.
I. La nueva vida de José.
A. Comenzó como un esclavo.
B. Extrañaba su familia.
II. Favor ante su amo.
A. La bendición de Dios.
B. José a cargo de los bienes de su amo.
III. Un lugar peligroso.
A. Una mujer decidida.
B. Una falsa acusación.
IV. La vida en la prisión.
A. José nuevamente a cargo.
B. Promesa incumplida.
Actividad
Si tiene espacio suficiente en el aula, puede
usar este sencillo juego con sus alumnos.
Con una benda cubra los ojos de uno de
los alumnos, hágalo pasar al centro de la
habitación, ayúdelo para que en su puesto
dé una, dos, o tres vueltas. Los demás
alumnos se pararán en diferentes partes del
salón y llamarán por su nombre a quien
tiene los ojos cubiertos. Este mismo tratará
de adivinar de dónde vienen las voces de
sus compañeros, para capturar a alguno y
adivinar quién es. Si adivina, el capturado
ocupará el lugar del que lo tomó.
Dios quiere ayudarnos a escuchar su voz y
mostrarnos cuál es el camino que debemos
seguir en su plan.
Crecimiento del maestro
Lamentablemente, hay quienes piensan que una
vez que aceptamos a Cristo todo en la vida resul-
tará bien. Es posible que así como José enfrente-
mos en la vida grandes dificultades, que aun
seamos objeto de falsas acusaciones e injusticia.
Podemos tener la seguridad de que a pesar de los
problemas, Dios siempre estará a nuestro lado.
Dios nunca dejó a José y lo bendijo aun en la
adversidad. Aunque no sepamos el por qué,
podemos confiar en las promesas de Dios.
Porción bíblica:
Génesis 39-40
Versículo para memorizar:
Salmo 34:19: “Muchas son las aflicciones del justo,
pero de todas ellas le librará Jehová.”
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 Finalmente la recompensa 1-18-A
J Notas para el maestro
osé pasó dos años en prisión después que el copero del rey
le prometiera interceder para que fuera liberado. A pesar de
que el funcionario del rey lo había olvidado, José mantuvo
su confianza en Dios y vio bendiciones aun en la cárcel. Un
día, Faraón, el gobernante de Egipto, tuvo un sueño. Soñó que
estaba parado a orillas del río Nilo y vio siete vacas gordas que
comían pasto entre los juncos. Después, vio siete vacas flacas
que se comían a las siete vacas gordas. Cuando el Faraón des-
pertó, quiso saber qué significaba ese sueño. La noche siguiente
tuvo otro sueño. Esta vez soñó que siete espigas grandes y her-
mosas crecían de un mismo tallo. Tras ellas, aparecieron siete
espigas delgadas y chamuscadas por el viento. Las siete espigas
delgadas se comieron a las espigas grandes y hermosas.
Faraón llamó al palacio a los sabios del reino para que inter-
pretaran estos sueños. Nadie entendió el significado de los
sueños. Repentinamente, el jefe de los coperos recordó lo que
había ocurrido siete años antes. Fue donde el rey y le contó
acerca de los sueños que él y el panadero habían relatado a un
joven prisionero llamado José. El copero recordó que el joven
había pedido a Dios que le diera la interpretación de los
sueños. Faraón ordenó que trajeran a José al palacio. Después
de afeitarse y ponerse ropas limpias, José fue donde Faraón
para escuchar sus sueños. José explicó al rey que únicamente
Dios podía darle la interpretación, y que a él pediría ayuda.
Dios dio a José la interpretación de los sueños de Faraón. Los
dos sueños se referían a siete años de que el reino gozaría de
abundancia y siete años de hambruna. Los sueños eran una
advertencia a fin de que en los años de abundancia apartaran
recursos para hacer frente a la hambruna que vendría como
consecuencia de la sequía.
El rey estaba tan impresionado con José y su plan para salvar el
reino, que lo puso a cargo de la nación entera. El rey le puso su
anillo oficial, lo vistió de finas ropas, le puso un collar de oro, y
en un hermoso carruaje lo envió a hacerse cargo de toda la tierra
como la segunda autoridad en el reino. A los treinta años de
edad, José, después de Faraón, tenía control de todo lo que
sucedía en la nación. José se casó y comenzó una familia.
Además construyó enormes lugares para almacenar el trigo
durante los años de abundancia. Cuando el tiempo de ham-
bruna comenzó a afligir la tierra, José vendió trigo y compró
tierra y ganado para aumentar las riquezas del Faraón y evitar
que la gente muriera. La hambruna fue severa y se propagó por
todo el mundo. Todos los países venían a Egipto a comprar ali-
mentos y sobrevivir, y Dios utilizó a José en forma extraordina-
ria.
José había sufrido la traición de sus hermanos, la esclavitud, un
encarcelamiento que no merecía, promesas incumplidas, y
años de arduo servicio; pero en todo él mantuvo su confianza
en Dios. José estaba en el lugar donde Dios lo usaría para sal-
var al mundo de la hambruna, y finalmente lo recompensaría
por permanecer firme en su fe a pesar de las dificultades.
I. Más tiempo en la prisión.
A. Conducta modelo.
B. Confianza a toda prueba.
II. El sueño de Faraón.
A. No hay explicación.
B. Un prisionero es recordado.
III. Faraón envía por José.
A. Fiel a Dios.
B. La explicación del sueño.
IV. José a cargo.
A. Su nueva responsabilidad.
B. Preparados para la hambruna.
Actividad
Use una hoja grande de papel o unas hojas
pequeñas para hacer un mural. Escriba el
título: De la prisión al palacio. En primer
lugar, haga un repaso de los puntos clave
para que los alumnos vean la secuencia de
acontecimientos en la vida de José. Divida el
mural en dos secciones y pida a cada alum-
no o grupos de alumnos que dibujen y co-
loreen un episodio de esa milagrosa historia.
Es posible que deba usar hojas de papel que
cada grupo preparará y después unirá para
que usted arme este gran mural.
Crecimiento del maestro
Tal vez alguno de sus alumnos, o usted mismo,
está atravesando una situación crítica y parece
como si Dios no estuviera obrando con suficiente
rapidez. Puede ser fácil leer un breve capítulo de
la Biblia y pensar que la situación de José cambió
pronto. Deténgase y piense que José pasó años en
aquella prisión sin ver el plan de Dios. Recuerde
que desde los diecisiete hasta los treinta años de
edad José constantemente enfrentó problemas. Él
estaba lejos del apoyo de su padre y de su hogar;
sin embargo, siempre tuvo la seguridad de que
Dios estaba a su lado y que finalmente el plan de
Dios traería la recompensa. ¿Confía usted en el
plan de Dios a pesar de no entenderlo?
Porción bíblica:
Génesis 41
Versículo para memorizar:
Salmo 18:24: “Por lo cual me ha recompensado
Jehová conforme a mi justicia; conforme a la
limpieza de mis manos delante de su vista.”
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1-18-A
 El gran perdón
J Notas para el maestro
osé es el segundo al mando después del rey de Egipto.
Todas las naciones han sufrido terriblemente debido a la
sequía de la que Dios advirtió. Hasta el pueblo de Israel en
Canaán necesitaba trigo para sobrevivir. El padre de José supo
que en Egipto había alimento, así que envió a diez de sus hijos
con el propósito de que trajeran alimentos para la familia.
Benjamín, el hijo menor y más cercano a José, se quedó en
casa. Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto, se incli-
naron ante él. José los reconoció de inmediato, pero simuló no
saber quiénes eran. Los interrogó acerca de la familia y el padre
de ellos, y ellos no podían entender el porqué de las preguntas.
José los acusó de ser espías y los obligó a dejar en Egipto a uno
de los hermanos, Simeón, hasta que volvieran con el menor de
la familia, Benjamín. Los hermanos se preocuparon porque
sabían que su padre no los dejaría traer a Benjamín a Egipto.
Sin embargo, sabían que tendrían que acceder a esta exigencia
si querían conseguir el trigo que tanto necesitaban. La conver-
sación de Rubén y sus hermanos revelaba que tenían mucho
temor. Sintieron en parte lo que por años José había sufrido.
José ordenó a sus siervos que llanaran con trigo los sacos que
habían traído sus hermanos y que volvieran a poner en ellos
los objetos de plata que habían traído para pagar por la carga.
Aquella noche, después de haber viajado todo el día, los her-
manos abrieron los sacos y descubrieron los objetos de plata.
Muy preocupados, se apresuraron para llegar a casa y contar al
padre este terrible problema.
Una vez que el trigo se acabó, con gran tristeza Israel permitió
que llevaran a Benjamín; esa sería la única manera en que el
gobernante de Egipto los recibiría nuevamente. Cuando lle-
garon a Egipto, José invitó a sus hermanos a un banquete espe-
cial. Pero José aceptó los objetos de plata y los otros regalos; les
dio la bienvenida al mismo tiempo que les entregaba a su her-
mano Simeón. Los hermanos se maravillaron de que se sen-
taron a la mesa por orden de edad. Una vez más José ordenó a
sus sirvientes que llenaran con trigo los sacos que sus her-
manos habían traído. Esta vez ordenó que pusieran su copa de
plata en el saco de Benjamín. Después de viajar un corto tre-
cho, José envió a sus sirvientes a preguntarles porqué le habían
robado la copa de plata. El que tuviera la copa debería regresar
como esclavo. Obviamente, los hermanos aseguraron que no
habían robado objeto alguno y abrieron los sacos para probar.
La pena les partió el corazón cuando encontraron que la copa
estaba en el saco de Benjamín. Todos regresaron a Egipto para
suplicar perdón ante los funcionarios del rey.
Finalmente, José no pudo continuar reprimiendo sus emo-
ciones. Pidió a sus sirvientes que salieran de la habitación y
reveló su identidad. Con gran temor, reconocieron que aquel a
quien habían traicionado, ahora tenía poder sobre la vida de
cada uno. ¿Creen ustedes que ellos recordaron aquellos sueños
que José había tenido cuando niño? Pero José permitió que el
amor de Dios y el perdón gobernaran su vida. Él no dejó que
las difucultades le causaran amargura; al contrarío, creyó que
Dios tenía un plan para su vida. Ahora entendía que Dios
había permitido que ocurrieran cosas terribles a fin de que él
pudiera estar en el lugar y en el momento precisos para salvar
a su familia: el pueblo que Dios había elegido.
1-19-A
I. Una familia en busca de comida.
A. Jacob (o Israel) envía sus hijos a Egipto.
B. José reconoce a sus hermanos.
II. Atormentados por la culpa.
A. Simeón se queda en Egipto.
B. Objetos de plata en los sacos de trigo.
III. Segundo viaje en busca de comida.
A. Benjamín y más regalos.
B. Una copa de plata en el saco de trigo.
IV. José perdona a sus hermanos.
A. Revela su identidad.
B. Los hermanos sienten temor.
Actividad
La Biblia es muy clara cuando nos dice
que debemos perdonar. Para reforzar la
comprensión de este principio bíblico, haga
referencia a Efesios 4:32 y Mateo 6:12-14.
Entregue una hoja de papel y un lápiz a cada
alumno y pídales que por algunos momen-
tos mediten en personas u ofensas que no
han perdonado. Después de escribir, des-
truirán la hoja de papel para simbólica-
mente declarar que ya no tienen resen-
timiento en el corazón. Este es un momento
muy personal. Es también importante que
nos acerquemos a las personas y les
digamos que hemos perdonado.
Crecimiento del maestro
La actividad de hoy es un ejemplo de un acto
simbólico que nos ayuda a ilustrar un principio
espiritual. Es importante que encontremos ma-
neras de ilustrar lo que no podemos ver, y para
algunos es la única manera de entender conceptos
abstractos. Sin embargo, debemos cuidar que las
personas no den al símbolo una importancia
desmedida. Las actividades o ilustraciones no son
sagradas, sino sólo una manera de enfocar nues-
tra atención en Dios. Use ilustraciones sólo para
conducir sus alumnos a Dios.
Porción bíblica:
Génesis 42:1—45:15
Versículo para memorizar:
Colosenses 3:13: “…soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja
contra otros. De la manera en que Cristo os per-
donó, así también hacedlo vosotros.”
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 El cumplimiento de un plan1-20-A
E Notas para el maestro
l Faraón se alegró cuando supo de la llegada de los her-
manos de José. El rey dijo a José que invitara a toda su
familia a vivir en Egipto para que estuvieran todos cerca y
para que disfrutaran la buena tierra. También lo autorizó a que
enviara carros de Egipto para transportar a su nuevo hogar a
las mujeres, a los niños, y al padre de José. De modo que José
preparó los carros y las provisiones, ropas nuevas, regalos para
sus hermanos, y diez asnos cargados con trigo y pan para su
padre. Cuando los hermanos regresaron a Canaán, el padre se
alegró inmensamente cuando supo que José estaba vivo.
Parecía imposible que su hijo tan amado y por quien había llo-
rado tanto fuera ahora un gran líder, y que además salvaría a
toda la familia.
A Jacob, cuyo nombre era Israel, le preocupaba dejar la tierra
que Dios había prometido a su abuelo Abraham, a su padre
Isaac, y finalmente a él mismo. Pero cuando oró, Dios le ase-
guró que ese era el plan que Él siempre había tenido. Su hijo
José había sido puesto en esa posición para rescatar al pueblo
de Dios y ayudarlo a sobrevivir la hambruna. Así que Israel y
toda su familia, con su ganado y sus posesiones, emprendieron
el viaje a Egipto.
Judá se adelantó a fin de pedir a José instrucciones para llegar
a Gosén, la tierra donde vivirían. José montó en su carro y fue
a Gosén para dar la bienvenida a su padre y a toda la familia.
Cuando llegó, abrazó a su padre y lloró de gozo. José regresó al
palacio a pedir al Faraón que le diera tierras en Gosén donde
vivieran su familia y el ganado que traían. Faraón les dio todo
lo que quisieron porque apreciaba a José. Más tarde José llevó a
su padre al palacio para que conociera al Faraón. Israel bendijo
al gobernante. Toda la familia de José se estableció en la tierra
de Gosén y recibieron todo el alimento que necesitaban.
La hambruna duró siete años. La tierra se volvió árida y la
gente se vio en la necesidad de vender sus propiedades, su
ganado, y finalmente ellos mismos como esclavos con el objeto
de conseguir alimento para sobrevivir. José, cuidadosamente
administró todas las provisiones, y con la compra de todas estos
bienes edificó un reino grande y poderoso para Faraón.
Cuando, en sus últimos años, Jacob (o Israel) comenzó a
debilitarse, José llevó sus hijos ante él para que recibieran la
bendición de su abuelo. Jacob (o Israel) también bendijo a sus
hijos. Dios les había enseñado que de esta manera debían
traspasar su fe a la siguiente generación. Finalmente, llegó el día
en que Isarel murió. José y otros funcionarios egipcios
llevaron el cuerpo a Canaán para sepultarlo en la tierra que
Dios había prometido a su pueblo. Los demás hermanos
temieron que había llegado el momento en que José se vengaría
del daño que le habían hecho. Él, sin embargo, les aseguró que
los había perdonado y que Dios había usado sus malas experi-
encias para el beneficio de su pueblo. Después de muchos años,
José también murió. Dios había concluido esta etapa del su
plan. Él había usado a grandes hombres, que creyeron en su
fidelidad, para dirigir a su pueblo a la Tierra Prometida. Dios
después los condujo a la tierra donde sobrevivirían, después
sufrirían, y donde finalmente, después de 430 años, verían la
liberación de Dios y el surgimiento de Moisés, otro gran líder.
Dios todavía nos dirige porque nosotros somos hoy su pueblo.
I. La invitación de Faraón.
A. Los carros enviados a Canaán.
B. Una sorpresa para el padre de José.
II. Israel viaja a Egipto.
A. Dios da seguridad a Israel.
B. La mudanza de una gran familia.
III. El encuentro de José y su padre.
A. Jacob (o Israel) y el Faraón.
B. Propiedades para todos.
IV. El fin de un patriarca.
A. Jacob (o Israel) bendice a sus hijos y
sus nietos.
B. Muerte de Jacob (o Israel) y José.
Actividad
Explíqueles a sus alumnos que los ayudará a
aprender un plan que pueden seguir toda la
vida. En el pizarrón o en una hoja de papel
grande escriba los números del 1 al 10 —
uno será la puntuación mínima y diez la
máxima. Pídales que se evalúen en diversas
áreas: asistencia a la iglesia, lectura de la
Biblia, oración, constancia en el tiempo
devocional, servicio, testimonio, etc. Una vez
que concluyan, pedirán a Dios que los ayude a
mejorar en las áreas vulnerables. Invítelos a
buscar más de Dios y terminar bien la carrera.
Crecimiento del maestro
Hay muchas personas que inician su caminar con
Dios con gran victoria y mucho entusiasmo. Pero
conforme el tiempo pasa, parece que la vida los
apabulla, las dificultades y las desilusiones los
debilitan. Ya no es tan importante vivir para Dios.
Hoy mismo dedique algunos minutos a evaluar
su relación con Dios. A veces, la enseñanza se
convierte en una simple obligación, en una mera
forma de complacer a Dios en vez de tener una
relación más cercana con Él. Esperamos que esta
no sea su situación, pero si al leer estas palabras,
el Espíritu Santo inquieta su vida, considere
cuidadosamente este desafío.
Porción bíblica:
Génesis 45:16—50:26
Versículo para memorizar:
Isaías 46:4: “Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las
canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo sopor-
taré y guardaré.”
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 La visita de un ángel 1-01-B
D Notas del Maestro
ios envió al ángel Gabriel a una joven llamada María en el
pueblo de Nazaret. Ella era una virgen que había sido
entregada o prometida en casamiento a un hombre llama-
do José, un descendiente del rey David. El ángel dijo: “¡Salve,
muy favorecida! El Señor es contigo.” Esto sorprendió a María
y se preguntó por qué había sido escogida para recibir un
mensaje especial de Dios. El ángel le dijo que no temiera por-
que había hallado favor delante de Dios. Como Dios estaba
complacido con ella, Gabriel dijo a María que ella tendría un
bebé varón y que lo llamaría Jesús. El ángel también dijo: “Este
será grande y será llamado el Hijo del Altísimo; y el Señor Dios
le dará el trono de David su Padre; y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” ¡Estas fueron sor-
prendentes palabras! Primero María preguntó cómo esto
siquiera podría ocurrir puesto que ella era virgen y nunca
había estado en íntima relación con un hombre. Pero el ángel
le dijo que el Espíritu Santo vendría y colocaría al bebé en el
seno de ella. La respuesta de María a esta noticia fue simple
obediencia. Ella dijo al ángel que era la sierva del Señor, y que
estaba lista para lo que Dios quisiera hacer en su vida. El ángel
dejó a María después de su respuesta.
Ahora José, el hombre que iba a casarse con María, escuchó
que esta estaba embarazada. En aquellos días, una muchacha
comprometida a casarse ya era considerada como esposa. El
esposo entonces comenzaba a construir una casa para su espo-
sa y se preparaba por mucho tiempo antes de realmente llevar-
la a su casa para ser su esposa y vivir con él. José era un hom-
bre justo y se molestó por el hecho de que María estaba emba-
razada sin que ellos nunca hubieran tenido relaciones sexuales.
Él amaba a María y no quería avergonzarla públicamente; por
tanto decidió dejarla calladamente para no tener que casarse
con ella. El pensó que ella le había sido infiel aun antes de cul-
minar el trámite de la boda.
Una noche un ángel se apareció a José en sueño. Él le dijo que
no temiera ni se avergonzara de casarse con la joven llamada
María. El ángel explicó que el bebé dentro de ella había sido
engendrado por el Espíritu Santo. Él dijo a José que ella tendría
un hijo y que debían llamarlo Jesús, porque salvaría a su pue-
blo de sus pecados. El ángel recordó a José de los profetas que
mucho tiempo atrás habían profetizado de una virgen que
daría a luz a un hijo y que lo llamaron “Emanuel”, que significa
“Dios con nosotros”. Cuando José despertó, obedeció al ángel e
hizo lo que Dios le había ordenado. El fue a María y la llevó a
su casa como su esposa.
María fue apresuradamente a un pequeño pueblo en las colinas
donde su prima Elizabet, que hacía seis meses estabaembarazada.
Cuando María llegó, el bebé dentro de Elizabet saltó de gozo, y
Elizabet dijo a María cuán contenta estaba porque era bedecida
por el Señor. María explicó a Elizabet la maravillosa bendición
que Dios le había dado, un bebé tan maravilloso. Estas palabras
de María son a menudo cantadas como cántico especial para
enseñarnos más acerca de Jesús.
Tres meses más tarde, María regresó a su casa después que
Elizabet había dado a uz a su bebé, Juan, primo del bebé de
María. María y José esperaron sel nacimiento de su hijo, a
quien ellos llamarían Jesús.
I. Visita a María.
A. El mensaje.
B. Su repuesta.
II. Su compromiso.
A. Ella tiene un bebé.
B. Plan para el abandono.
III. Visita con José.
A. El mensaje.
B. Su respuesta.
IV. Incluyendo a un primo.
A. Reunión con Elizabet.
B. Un cántico especial.
Actividad
Busque en libros de referencia mayor informa-
ción sobre las costumbres de bodas en la cultu-
ra del Medio Oriente. Usted podría comparar
estas tradiciones con las de su propia cultura. La
lección de hoy trata del momento en que un
hombre y una mujer acuerdan casarse, luego el
matrimonio, y finalmente la manera en que este
tiempo de promesa es tanto un tiempo de
unión como cuando la pareja realmente se casa.
La institución del matrimonio y el trámite de
casamiento de dos personas es muy serio y debe
ser considerado como una promesa delante de
Dios y el hombre en todas las culturas.
Crecimiento del Maestro
Hay algunas lecciones, como la de hoy, que son
parte de las tradiciones de muchos pueblos.
Algunos pueblos celebran la Navidad, y conocen un
poco de esta historia, puesto que la han escuchado
por medio de la sociedad. Es importante compren-
der que conocer sólo partes de la historia, como el
mundo lo hace, no es suficiente. Es crítico que cada
alumno comprenda la verdad de que Jesús es el
Hijo de Dios que vino para vivir en medio nuestro.
Él no es sólo otra tradición que celebramos. Usted
debe aclarar la lección y luego pedir al Espíritu
Santo que revele esto al corazón de sus alumnos.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 1:26-56, Mateo 1:18-25
Versículos para Memorizar:
Mateo 1:23 “He aquí, una virgen concebirá y dará
a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que
traducido es: Dios con nosotros.”
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 El nacimiento del Salvador 1-02-B
E Notas del Maestro
l emperador romano César Augusto ordenó a todos los
hombres que regresaran al pueblo del cual su familia pro-
venía para registrarse y ser contados para un censo y para
pagar un impuesto especial. José salió del pueblo de Nazaret en
Galilea para llevar a María a un pueblo en Judea llamado
Belén. Belén era también llamada la ciudad de David, y José
era de esa familia. El pueblo estaba tan atestado con visitantes
para el censo que María y José tuvieron que quedarse en un
establo para los animales porque todas las posadas estaban lle-
nas. Mientras estaban allí, María dio a luz a su primogénito, lo
envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre a modo de cuna.
Esa noche los pastores en los campos que cuidaban de sus
rebaños se sorprendieron al ver a un ángel que se apareció con
luz de la gloria de Dios sobre ellos. El ángel les dijo: “No
temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será
para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de
David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de
señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en
un pesebre.”
De repente se aparecieron muchos ángeles alabando a Dios
delante de aquellos pastores. Cuando los ángeles regresaron al
cielo los pastores se fueron rápidamente al pueblo para encon-
trar al bebé especial del cual el ángel les había hablado. Cuando
llegaron al establo encontraron todo tal como los ángeles lo
habían dicho. Ellos contaron a todos de este niño especial y
cómo Dios, por medio de los mensajeros celestiales, les había
dicho que iba a ser el Salvador del mundo. Luego, José, María y
su bebé se mudaron a una casa.
Lejos de allí, los magos u hombres sabios del Oriente, iban a
Jerusalén en busca de un nuevo rey. Ellos habían seguido una
estrella que los estaba dirigiendo a aquel de quien oyeran que
sería el nuevo Rey de los judíos. El perverso rey Herodes se
enteró de esto y se enojó. Herodes era un rey celoso y quería
matar a todo aquel que intentara despojarle de su trono. Por
tanto él pidió a todos los sabios que estudiaran cualquier infor-
mación para descubrir dónde había nacido este bebé. La pala-
bra de Dios fue leída cuidadosamente y descubrieron que los
profetas habían profetizado muchos años antes que el Hijo de
Dios nacería en Belén. Este niño llegaría a ser el Salvador del
mundo, y el Rey de los judíos. El rey Herodes envió a los sabios
a Belén y allí la estrella los dirigió a la casa donde Jesús vivía
ahora con sus padres.
Finalmente, después de haber viajado muchos kilómetros y
varios años, los hombres sabios encontraron al niño con su
madre. Ellos se inclinaron delante del niño, Jesús, y le entrega-
ron regalos de oro, incienso, y mirra. Lo adoraron antes de
comenzar su viaje de regreso. Dios advirtió a estos hombres
que no regresaran al rey Herodes, por tanto volvieron a su país
por otro camino.
I. Camino a Belén.
A. El Censo.
B. El linaje familiar.
II. Un lugar de nacimiento.
A. Ningún lugar en la posada.
B. Un comienzo humilde.
III. Los pastores.
A. Los ángeles en el campo.
B. Su adoración.
IV. Los hombres sabios.
A. Un largo viaje.
B. Su adoración.
Actividad
La lección de hoy es fácil de dramatizar para
su repaso una vez que haya sido estudiada.
Con escenografía muy simple, con títeres o
estatuillas de la navidad, los alumnos pueden
representar el drama “Historia de la Navidad”.
Permítales presentar el drama del nacimiento
en el establo, los ángeles con los pastores, y los
hombres sabios guiados por una estrella. El
relato de la historia también puede hacerse
con figuras sobre un franelógrafo o con sim-
ples dibujos.
Crecimiento del Maestro
Ayude a los alumnos a apreciar cuán maravilloso
fue que Dios enviara a su Hijo a la tierra de esta
manera. Ayúdelos a ver que esta es una verdad de
la palabra de Dios, no sólo una linda tradición
que muchos lugares en el mundo consideran
como una leyenda o una historieta. Aunque usted
pueda conocer esta historia sin ninguna prepara-
ción, es importante que pida a Dios en oración
que la haga fresca y real, de manera que usted no
la transmita como una vieja leyenda y sin ningún
impacto espiritual.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 2:1-20, Mateo 2:1-12
Versículo para Memorizar:
Lucas 2:11 “Os ha nacido hoy, en la ciudad de
David, un Salvador, que es Cristo el Señor.”
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1-02-B
 Una bendición especial 1-03-B
H Notas del Maestro
abía varias leyes que Moisés diera al pueblo de Dios y que
María y José obedecían con cuidado. En el octavo día los
bebés varones debían ser circuncidados y recibir entonces
oficialmente su nombre. María y José llamaron a su bebé
“Jesús”, el nombre que el ángel les había dado antes que el niño
naciera. Luego ellos tuvieron que esperar cuarenta días hasta
que fuera tiempo de llevar a Jesús al templo en Jerusalén para
el siguiente paso de obediencia.
La ley de Dios decía que el primogénito de toda familia debía
ser presentado a Dios. La familia debía dar a Dios un par de
tórtolas o dos palominos como sacrificio a Dios y el niño debía
ser siempre cuidadoso de servir al Señor toda su vida. Eso fue
lo que María y José trajeron al templo.
Había un hombre muy anciano llamado Simeón que amaba a
Dios y le había servido toda su vida. Simeón había estado espe-
rando ver al Salvador que Dios había prometido enviar a su
pueblo. Cuando Simeón vio llegar a José y María con el bebé
Jesús para obedecer las costumbres de la Ley, se entusiasmó
mucho porque el Espíritu de Dios le dijo que este era el
Salvador. Él les pidió que le permitieran sostener al bebé Jesús
en sus brazos. Luego Simeón alabó a Dios y profetizó de nuevo
que Jesús sería el Salvador del mundo. Él bendijo a María y
José y les dijo cuán especial Jesús llegaría a ser. Los padres de
Jesús estaban sorprendidos por las palabras de este anciano.
Había otra anciana allí ese día llamada Ana. Ella había estado
casada por siete años cuando su esposo murió. Después de eso,
ella vivió en el templo hasta la edad de ochenta y cuatro años
como profetisa, o alguien que escucha a Dios hablar y cuenta a
las personas lo que El dice. Ella nunca había salido del templo,
adorando de día y de noche, y a menudo ayunando y orando
para escuchar más de Dios.
Ana se acercó a María y José cuando Simeón había terminado
de alabar a Dios por el bebé Jesús. Ella habló a todos alrededor
en alta voz contándoles que este niño era muy especial. Ana
dio alabanzas a Dios. También dijo a los padres de Jesús y toda
la gente en el atrio del templo que Jesús era el Salvador que
habían estado esperando.
Tanto Ana como Simeón eran personas que pasaron muchos
años adorando a Dios y escuchando cuidadosamente su voz.
Ellos escucharon a Dios decirles que este bebé, Jesús, iba a ser el
Salvador del mundo. Dios utilizó a estas dos personas para ben-
decir a Jesús y a sus padres, y para contar a todos que el Salvador
que traería la salvación al mundo había nacido. Dios desea que
todos sepan que Él ha provisto un plan para la salvación.
I. Ley del primogénito.
A. El tiempo.
B. El sacrificio.
II. Un hombre santo.
A. La promesa.
B. Movido por el Espíritu.
III. Simeón sostiene al bebé.
A. Alabanza a Dios.
B. Palabras a los padres.
IV. Ana habla.
A. Su vida.
B. Sus palabras.
Actividad
Los alumnos más grandes pueden estar intere-
sados en indagar en los pasajes del Antiguo
Testamento para ver cuándo fueron entrega-
das y explicadas al pueblo judío las costum-
bres y leyes de la lección de hoy. Para mayor
información sobre la circuncisión estudie el
pasaje en Génesis 17:9-14. Para comprender
por qué cada varón primogénito debía ser
consagrado, lea Éxodo 13:1-15. Levítico 12:2-8
explica los días que María observó y los sacri-
ficios que trajeron al templo.
Crecimiento del Maestro
La lección de hoy contiene información un poco
inusual sobre las costumbres y leyes que eran obe-
decidas por el pueblo judío. Pero tenga cuidado de
enfocar el punto más importante de la historia:
Dios ha provisto un Salvador tanto para judíos
como para gentiles, es decir, para todos los pue-
blos de la tierra. Nunca pierda una oportunidad
de presentar a sus alumnos el plan de salvación.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 2:21-40
Versículo para Memorizar:
Lucas 2:30-32 “Porque han visto mis ojos tu salva-
ción, la cual has preparado en presencia de todos los
pueblos; luz para revelación a los gentiles, y gloria
de tu pueblo Israel.”
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 Dios protege a su Hijo 1-04-B
J Notas del Maestro
osé y María habían ido a Belén donde Jesús nació en un
establo durante el tiempo en que todos tenían que regis-
trarse para ser contados en el censo. Luego los pastores
habían venido del campo para adorar a Jesús porque los ánge-
les les habían anunciado su nacimiento. Unos dos años más
tarde, hombres sabios habían llegado del Oriente orientados
por una estrella al lugar donde podían adorar a Jesús, el
Salvador. Dios había advertido a los hombres sabios que no
regresaran por Jerusalén, porque Herodes esperaba allí su
reporte. Dios sabía que Herodes, un rey celoso, quería noticias
sobre Jesús, no para ir a adorarlo, sino para matarlo.
El rey Herodes se enojó mucho cuando se dio cuenta de que los
hombres sabios lo habían engañado y no iban a regresar para
traerle la noticia que quería. Él sabía que los hombres sabios le
habían dicho que el niño debía tener alrededor de dos años
según el estudio que habían realizado en la palabra de Dios y
según el tiempo en que la estrella que ellos habían seguido se
les apareciera primero. Por tanto el rey Herodes, en su deseo de
matar al niño que él temía que tomaría su reino, dio una orden
especial: que todo niño de dos años de edad o menos en Belén y
los pueblos cercanos fueran matados. Los profetas, muchos
años antes, habían dicho que algo terrible ocurriría un día en
esa región. Herodes estaba seguro que mataría a Jesús.
Luego que los hombres sabios habían partido hacia el Oriente,
Dios envió a un ángel a José en un sueño. El ángel advirtió a
José del plan de Herodes de encontrar al niño Jesús para
matarlo. El ángel dijo a José que tomara a su esposa e hijo y
escaparan a Egipto. Debían permanecer allí hasta que Dios le
dijera que era seguro regresar.
José fue rápido en obedecer la advertencia de Dios, empacó sus
pertenencias, y tomó a su esposa e hijo esa misma noche. Ellos
se mudaron a un nuevo hogar en Egipto. Vivieron en Egipto
por un tiempo hasta que Herodes murió. El Señor también
había profetizado acerca de esto muchísimos años antes, cuan-
do dijo que llamaría a su Hijo desde Egipto. Una vez que reci-
bieron la noticia que Herodes había muerto, un ángel vino a
José en sueño. El ángel habló y le dijo: “Levántate, toma al niño
y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los
que procuraban la muerte del niño.”
De nuevo, José obedeció rápidamente las palabras de Dios. Él se
levantó y llevó a su pequeña familia de vuelta a Israel. Luego se
enteró de que el hijo del perverso rey Herodes estaba gobernan-
do en Jerusalén, por tanto Dios advirtió de nuevo a José a no
establecerse allí. José obedeció a Dios y se mudó a una casa en
el distrito de Galilea, en un pueblo llamado Nazaret. Las perso-
nas que vivían en Nazaret eran llamadas nazarenos. Esto tam-
bién cumplía la profecía de muchos años antes de que Jesús
sería un nazareno.
Cada paso de la vida de Jesús fue dirigido por Dios, su Padre
celestial.Dios les dio direcciones de dónde vivir y por el tiempo
preciso. José fue cuidadoso de siempre obedecer las adverten-
cias de Dios y de escuchar cuidadosamente su dirección.
Podemos estar agradecidos que Dios mismo dirigirá nuestra
vida y nos advertirá de peligros si somos cuidadosos de escu-
charlo y obedecerlo cuando nos habla.
I. Herodes está celoso.
A. Temía a otro rey.
B. Advertidos en sueño.
II. La visita de un ángel.
A. Enviados a Egipto.
B. Respuesta rápida.
III. Un rey enojado.
A. Exterminio de niños.
B. Profecía cumplida.
IV. El regreso a casa.
A. Un ángel trajo la palabra.
B. Un hogar en Nazaret.
Actividad
Los alumnos pueden hacer una lista de las
cosas que les preocupan. Primero discutan
qué tipo de cosas tienden a preocupar a las
personas. Esto puede incluir relaciones, finan-
zas, salud, seguridad, y el futuro. Hay muchas
cosas por las cuales las personas se preocupan,
pero la Biblia es clara en que no debemos car-
gar con esas preocupaciones. Explique cómo
el versículo para memorizar de hoy nos dice
que debemos entregar esas cosas a Dios, por-
que Él cuida de nosotros. Así como Dios pro-
tegió al niño Cristo y a sus padres, Él también
cuidará de nosotros. Concluya la actividad
con una oración por la lista que han creado y
rómpalas luego en demostración de que con-
fían que Dios suplirá sus necesidades.
Crecimiento del Maestro
¿Permite a sus alumnos ver que usted se preocupa
y teme las circunstancias en su vida personal?
¿Ven ellos a un maestro que entrega las necesida-
des de la vida a Dios y confía en que Él cuidará de
ellas? La lección de hoy puede ayudar a los alum-
nos a poner sus necesidades a los pies de Jesús y
aprender a vivir una vida con confianza y no pre-
ocupación, pero su ejemplo preponderá a cual-
quier palabra que pueda decir a sus alumnos.
Confío que ellos verán un maestro que confía en
Dios en cualquier circunstancia de su vida.
Pasaje Bíblico:
Mateo 2:13-23
Versículo para Memorizar:
1 Pedro 5:7 “Echando toda vuestra ansiedad sobre
él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
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 Aprendiendo un oficio 1-05-B
J Notas del Maestro
osé, María y su hijo, Jesús, se mudaron de Egipto a un pue-
blo llamado Nazaret en Galilea, cuando el malvado rey
Herodes había muerto. Era un lugar seguro donde estable-
cer un hogar e iniciar un negocio para proveer a la familia.
Jesús era muy pequeño, pero desde su temprana edad comenzó
a observar a su padre, trabajar duro para proveer a su familia.
La Biblia enseña que Jesús creció y se fortaleció. Esto sería
importante para ayudar a Su padre en el taller de carpintería.
La Biblia también nos cuenta que estaba lleno de sabiduría y
que la gracia de Dios era con Él. Hoy aprenderemos que aun el
Hijo de Dios tuvo que crecer en cada aspecto de la vida.
La costumbre en ese tiempo era que cada familia judía debía
viajar a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. En esta fiesta se
recordaba la salida del pueblo de Dios de Egipto. Aunque esto
había ocurrido muchos años antes del nacimiento de Jesús, los
judíos todavía celebraban en el templo con ofrendas a Dios.
Cuando Jesús tenía doce años de edad, sus padres lo llevaron al
templo en Jerusalén para esta festividad. Los padres de Jesús le
enseñaron todas las leyes de Dios y lo ayudaron a aprender a
una temprana edad cuán importante era obedecer.
Cuando la fiesta terminó, los padres de Jesús empezaron el
viaje de regreso a casa. Después de un día de viaje, María y José
no pudieron encontrar a Jesús. Ninguno de sus parientes o
amigos sabía dónde Él estaba. Entonces, ellos regresaron a
Jerusalén para buscar a su hijo.
Después de tres días, José y María finalmente lo encontraron.
Ellos habían buscado por todas partes temiendo por Él. Jesús
estaba en el templo con los maestros religiosos. Aquellos que lo
escuchaban estaban maravillados de su gran entendimiento de
las leyes de Dios. Cuando María vio a Jesús se sorprendió y le
preguntó: “Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y
yo te hemos buscado con angustia.” Jesús se sorprendió. El había
estado tan interesado en lo que los maestros estaban discutiendo
que ni siquiera se había dado cuenta que sus padres se habían
ido. Jesús dijo a sus padres que había estado ocupado en la casa
de su Padre, refiriéndose a la casa de Dios, pero José y María no
lo comprendieron.
Jesús se levantó inmediatamente y fue a su madre y padre.
Aunque el Padre de Jesús es Dios, Él aun era un hijo obediente
a los padres que Dios le había dado para criarlo en la tierra. La
familia regresó a Nazaret y Jesús continuó creciendo como un
hijo obediente y servicial. Él llegó a ser un buen aprendiz de
carpintero y también estudió para ser sabio en la palabra de
Dios. Jesús llegó a ser un joven cuya compañía agradaba a
todas las personas. La Biblia dice que ganó el favor tanto con
Dios como con los hombres.
Aunque es posible que no siempre ella entendiera, la Biblia
dice que María fue cuidadosa de atesorar en su corazón las
cosas especiales acerca de Jesús. Estoy seguro que esto la ayudó
a comprender más acerca de este hijo suyo que se convertiría
en el Salvador del mundo. Dios espera que nosotros también
crezcamos física, mental, social, y espiritualmente. Él desea que
el mundo nos mire con complacencia al ver nuestra obediencia
a Dios y los padres, y que nuestras actitudes de siervo reflejen
en nosotros el crecimiento de su carácter.
I. Regreso a Galilea.
A. Vida en Nazaret.
B. Crecimiento.
II. Viaje anual a Jerusalén.
A. Asistir a la fiesta.
B. Jesús en el templo.
III. Descubrimiento de un hijo perdido.
A. Pánico en medio de los viajeros.
B. Regreso a Jerusalén.
IV. Encontrado después de tres días.
A. Obediente a sus padres.
B. El corazón de una madre toma nota.
Actividad
Algunos alumnos tal vez no sepan cómo sería
crecer en la casa de un carpintero y aprender
ese oficio. Este sería un buen momento para
invitar a un carpintero a visitar su clase. Usted
necesitará explicar el propósito de su visita para
que pueda venir preparado con herramientas,
pedazos pequeños de madera, e ideas varias
para explicar el oficio. Puede permitir que él
hable a su clase o entrevistarlo y dirigir sus res-
puestas para tratar específicamente el aspecto
de un joven como Jesús que creció aprendiendo
el oficio de su padre, José. Obviamente necesi-
tará explicar el hecho de que el oficio ha mejo-
rado en gran forma desde el tiempo de Jesús,
pero el mismo conocimiento básico y trabajo
duro será igual hoy.
Crecimiento del Maestro
Aprender es una parte importante del crecimiento
de todos. Así como la lección de hoy enseña la
importancia de desarrollarse física, mental, social, y
espiritualmente, también debemos continuar cre-
ciendo con la ayuda del Señor. Los mejores maes-
tros son los que nunca dejan de ser alumnos. Pida
al Señor que le dé un deseo de siempre aprender
más de Él y su Palabra. Pídale que lo ayude a crecer
en cada aspecto de su propia vida para llegar a ser
la persona que Dios desea que sea.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 2:39-52
Versículo para Memorizar:
Lucas 2:52 “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatu-
ra, y en gracia para con Dios y los hombres.”
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 Preparando el camino 1-06-B
M Notas del maestro
ientras Herodes fue rey de Judea, un sacerdote llamado
Zacarías y su esposa Elizabet estaban sirviendo a Dios
con todo su corazón. Ellos obedecían todos los manda-
mientos de Dios, y eran irreprensibles delante de Él. Elizabet
no podía tener hijos y ambos eran demasiado ancianos. Un
día, Zacarías fue escogido para ir al templo a ofrecer el incien-
so ante el Señor, mientras los adoradores oraban en el patio de
afuera. Este era uno de los ritos que Dios ordenó a sus sacerdo-
tes en aquellos tiempos.
Un ángel se le apareció a Zacarías dentro del templo al lado
derecho del altar. Zacarías se atemorizó. El ángel le dijo que no
temiera, que sus oraciones estaban siendo respondidas, y que
Dios les daría un hijo. Dijo que Elizabet tendría un hijo y que
debían llamarlo Juan; que muchas personas se regocijarían
cuando este niño naciera y que sería muy especial; que no
debían permitirle beber ninguna bebida fermentada, y que
sería lleno con el Espíritu Santo al nacer. El ángel dijo que Juan
haría que el pueblo de Israel volviera a Dios y que prepararía el
corazón de las personas para aceptar al Señor. Juan haría que
padres e hijos se honraran unos a otros y que el desobediente
cambiara sus caminos para agradar a Dios.
Zacarías estaba asombrado. Él preguntó al ángel cómo esto
ocurriría. Dijo al ángel que él y Elizabet eran demasiado ancia-
nos para tener un hijo. El ángel dijo que su nombre era Gabriel
y que había traído esta buena nueva directamente de Dios.
Dijo a Zacarías: “Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar,
hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis pala-
bras, las cuales se cumplirán a su tiempo.” Zacarías tenía que
pagar un precio por su incredulidad.
Zacarías había estado dentro del templo por un largo tiempo.
Cuando Zacarías salió, las personas se dieron cuenta de que
no podía hablar. Él hizo señas para que supieran que había
tenido una visión dentro del templo. Cuando su deber en el
templo terminó, regresó a su hogar y su esposa salió embara-
zada. Elizabet estaba muy sorprendida de que Dios le había
bendecido en una manera tan especial. Ella sabía que Dios la
había permitido tener un bebé porque estaba complacido con
su obediencia. Cuando fue el momento de dar a luz, tuvo un
bebé varón. Toda su familia y sus amigos se regocijaron con
ella. Su costumbre era circuncidar al niño al octavo día y
luego nombrarlo igual que el padre. Pero Elizabet dijo que no.
Ella les dijo que debía llamarse Juan. Esto fue una sorpresa
para todos, porque por costumbre su nombre debería haber
sido Zacarías. No había otro en su familia llamado así.
Preguntaron al padre acerca del nombre que deseaba dar a su
hijo. Zacarías escribió en la tabla: “Juan es su nombre.” En ese
instante su boca fue abierta y pudo hablar. Zacarías comenzó
a alabar a Dios y todas las personas en esa región escucharon
de este hijo especial.
Zacarías, lleno con el Espíritu Santo, habló a todas las perso-
nas y les dijo que Dios había prometido enviar a un Salvador al
mundo; que su hijo, Juan, sería aquel que vendría primero a
preparar al pueblo para el Señor. Dijo también que Juan sería
un santo varón y que hablaría a la gente acerca del plan de sal-
vación de Dios para la humanidad.
I. La promesa de un hijo.
A. Gabriel, el mensajero.
B. El precio de la incredulidad.
II. El nacimiento del hijo prometido.
A. Su nombre fue Juan.
B. La mano del Señor estaba sobre él.
III. La profecía de Zacarías.
A. Dios premetió un Salvador.
B. Alguien vendría antes que el Salvador.
IV. El ministerio de Juan.
A. Su estilo de vida.
B. Su mensaje.
Actividad
En los días de Zacarías y Elizabet, era muy impor-
tante el nombre que se daba a los niños. Ya alguien
en la familia era llamado de esa manera. También
tenía un significado o expresaba el deseo de los
padres para los hijos.
Consiga un libro de nombre y su sugnificado.
Haga que los niños busquen su nombre. También
puede hacer que compartan la historia del nom-
bre, si es que se ha usado en varias generaciones.
Explique no estamos atados al significado de un
nombre, y que Dios nos puede utulizar con un
propósito especial en su reino sin importar cuál
sea nuestro nombre.
Crecimiento del Maestro
Piense en los niños que han faltado a la clase. ¿Conoce
la razón? Tal vez se trata de una enfermedad. Si esa es
la razón, tal vez usted podría, llevarles a casa una copia
de las historias para que no se atrasen en el estudio de
la palabra de Dios. Procure que noten su interés en
ellos y asegúreles que ellos son importantes en el Reino
de Dios.
Pasajes bíblicos
Lucas 1:5-25, 57-80; Juan 1:19-28; Mateo 3:1-6
Versículo para Memorizar
Mateo 11:11 “De cierto os digo: Entre los que
nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que
Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de
los cielos, mayor es que él.”
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 El bautismo de Jesús 1-07-B
J Notas del Maestro
uan el Bautista vivía y predicaba a todos los que venían a
escuchar su mensaje. Les dijo que se arrepintieran porque
el reino de los cielos estaba cerca. Necesitaban dejar su vida
de pecado y estar listos para aceptar el modo de vida del Señor.
Juan explicó que él era Aquel de quien el profeta Isaías había
dicho que vendría. Ese hombre les diría: “preparad el camino
del Señor, enderezad sus veredas.” Juan era ese hombre, que en
el desierto, decía a las personas que prepararan su corazón
para aceptar al Señor que venía.
Juan estaba allí para bautizar a los que deseaban vivir una vida
agradable a Dios. Juan les dijo que él bautizaba en agua, pero
pronto vendría un hombre más poderoso que los bautizaría
con el Espíritu Santo y fuego. Los líderes religiosos que fueron
a escuchar al predicador se sorprendieron y se enojaron por
sus palabras. Juan les dijo que no escaparían a la ira de Dios
sólo por haber nacido en cierta familia o porque hubieran
practicado ritos religiosos, que necesitaban arrepentirse, o vol-
verse de su vida de pecado y hacer cosas que mostraban el
amor de Dios.
Un día Juan vio a Jesús acercarse y dijo: “He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo
dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; por-
que era primero que yo. Y yo no le conocía; mas para que fuese
manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.”
Juan estaba diciendo a la gente que este era el Salvador. Juan
sabía que Jesús era Dios y que siempre había existido.
Jesús pidió a Juan que lo bautizara en el río. Juan se sorprendió y
al principio dijo que no. Juan dijo a Jesús que él debería ser bau-
tizado en su lugar. Pero Jesús le dijo que era importante cumplir
esta costumbre porque demostraba a las personas que estaba
siguiendo a Dios. Jesús también hizo esto para mostrarnos cuán
importante es que todo creyente sea bautizado públicamente
para mostrar al mundo nuestro deseo de obedecer a Dios.
Dios dio dos señales especiales de su aprobación en el bautis-
mo de Jesús. Cuando Juan metió a Jesús en el agua y luego lo
sacó de nuevo, vio el cielo abierto y el Espíritu Santo, en forma
de paloma, que descendía sobre Jesús. Juan también escuchó
una voz del cielo decir: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia.” Ese anuncio especial fue lo que inició a Jesús en
su misión, porque ese día Él abandonó el taller de carpintería y
se dirigió al desierto a prepararse para sul ministerio público.
Cuando estudiamos el Nuevo Testamento vemos que el bautis-
mo y la salvación están íntimamente unidos. El bautismo no
salva a la persona; sólo la fe en el Cristo Salvador puede hacer-
lo. Pero inmediatamente debe haber una vida de arrepenti-
miento, de abandono de los pecados, y sentir el deseo de seguir
el camino de Dios. Comenzaremos con ser obedientes al man-
damiento del bautismo en agua. Este rito público es una señal
al mundo a nuestro alrededor de que somos sepultados en el
agua, así como Jesús fue sepultado al morir, y luego salimos del
agua para mostrar que estamos viviendo una nueva vida así
como Jesús lo hizo cuando fue resucitado. Ser bautizado como
demostración pública de fe en Cristo es un paso importante de
obediencia para todo cristiano.
I. Juan anunció al Señor.
A. Aclaró su mensaje.
B. Advirtió a los líderes religiosos.
II. Pedido del bautismo.
A. La respuesta de Juan.
B. La respuesta de Jesús.
III. Dos señales en el bautismo.
A. La paloma.
B. Una voz.
IV. Un mandamiento.
A. Seguir su ejemplo.
B. Obediencia para los creyentes de hoy.
Actividad
Una manera en que los alumnos pueden
aprender a aplicar el concepto de una lección
a su propia vida es escuchar cómo ha ocurri-
do en la vida de otro. Usted podría pedir a
unos invitados o aun miembros de la clase
que ya han sido bautizados que compartan
sus testimonios con los alumnos. Cuando
estos escuchan cómo este paso de obediencia
ha enriquecido la vida de otros, es más fácil
que comprendan su importancia y la bedición
que recibirán de la obediencia al plan de Dios.
Crecimiento del Maestro
La lección de hoy trata de un paso muy impor-
tante de obediencia que todo creyente necesita
dar. Aunque usted sea la persona que explique el
bautismo y ayude a sus alumnos a seguir este
mandamiento, sería bueno discutir esta lección
con su pastor a fin de saber cómo a él le agradaría
preparar el bautismo de los que decidan obedecer
a Dios de esta manera, después de escuchar su
lección. Colabore con su pastor para ayudar a los
alumnos a dar este importante paso. Su pastor lo
ayudará a saber cómo hacer mejor todo esto para
sus alumnos.
Pasajes Bíblicos:
Juan 1:29-34, Mateo 3:1-17.
Versículo para Memorizar:
Romanos 6:4: “Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre,
así también nosotros andemos en vida nueva.”
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 Escogiendo seguidores especiales 1-08-B
J Notas del Maestro
uan el Bautista había predicado acerca de la venida de Jesús
y luego aun había bautizado al Señor para demostrar públi-
camente su obendiencia. Jesús pasó un tiempo en el desierto
donde Satanás lo tentó a desobedecer a Dios, pero Jesús obede-
ció a Dios y usó su Palabra para derrotar a Satanás. Jesús regre-
só a la ciudad para comenzar a enseñar a la gente acerca de
Dios. Juan el Bautista fue encarcelado por la predicación de
Juan de vivir una vida sin pecado. Jesús se fue a Galilea donde
comenzó a advertir a las personas que el tiempo había llegado y
que el reino de Dios estaba cerca. Algunos de los seguidores de
Juan el Bautista vinieron a ver a Jesús.
Al andar por la playa del lago de Galilea, Jesús vio dos pescado-
res que trabajaban arduamente: Simón y su hermano Andrés
echaban las redes en el lago. Jesús les pidió que dejaran los
peces y las redes y que fueran sus seguidores. A poca distancia
en la playa, Jesús vio a Santiago y a Juan que también eran pes-
cadores. Ellos estaban remendando las redes cuando Jesús los
llamó a seguirlo. Jesús usó la barca de Simón para predicar a la
multitud y luego hizo que Simón y Andrés, junto con sus com-
pañeros Santiago y Juan, recogieran una milagrosa cantidad de
pescados. Jesús les dijo: “Venid en pos de mí, y os haré pesca-
dores de hombres.”
En aquellos días, los romanos utilizaban a hombres codiciosos
para colectar los impuestos del pueblo. A los judíos no sentían
aprecio por estos hombres porque servían a los romanos y
añadían cantidades adicionales a los impuestos para enrique-
cerse. A pesar de esto, un día Jesús llamó a Leví, un colector de
impuestos. Leví estaba tan contento de convertirse en un segui-
dor de Jesús, que ofreció un gran banquete en su casa. En el
banquete hubo un gran grupo de colectores de impuestos y
otros amigos, además de Jesús. Los fariseos y maestros de la
Ley criticaron a Jesús por comer y pasar tiempo con este tipo
de gente. Jesús les dio esta respuesta: “Los sanos no tienen
necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar
a justos, sino a pecadores.”
Jesús también halló a Felipe. Felipe corrió para encontrar a su
amigo Natanael y contarle que el Mesías finalmente había llega-
do. Cuando Jesús vio a Natanael, le habló como si siempre lo
hubiera conocido. Tanto Felipe como Natanael se convirtieron
en discípulos.
Jesús llamó a doce hombres especiales para que fueran sus
amigos más cercanos. Estos fueron los apóstoles: Simón, a
quien Él llamó Pedro; Santiago y Juan, a quienes llamó hijos
del trueno; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago,
Tadeo, Simón el celote, y Judas Iscariote, quien lo entregó.
Una vez Jesús reunió a setenta y dos de sus seguidores y los
envió de dos en dos delante de Él. Estos seguidores, como dis-
cípulos, debían ir a personas que los cuidarían y que recibirían
el mensaje acerca de Jesús. El Señor les dio el poder de sanar a
los enfermos y hacer milagros. La Biblia dice que ellos regresa-
ron a Jesús con gran gozo porque aun los demonios se sometí-
an al poder que Él les había dado. Ellos prepararon el corazón
de las personas para recibir a Jesús y su mensaje cuando Él lle-
gara a sus pueblos.
I. Cuatro en la playa.
A. Simón y Andrés.
B. Santiago y Juan.
II. Un colector de impuestos.
A. Llamado Leví.
B. Problemas en el banquete.
III. Otros escogidos para completar los Doce.
A. Felipe y Natanael.
B. Todos los Doce.
IV. Los setenta y dos enviados.
A. Cómo fueron enviados.
B. Reportes a su regreso.
Actividad
A veces un simple juego puede ser usado para
dinamizar a la clase y aclarar algo en la lección.
Como la lección de hoy trata de los seguidores
de Jesús, use el juego “Seguir al Líder”. Una per-
sona dirige a los demás en una fila que le sigue.
La forma en que camina, salte, mueva las
manos o la cara, los seguidores también debe-
rán hacerlo. Dondequiera que el líder vaya,
alrededor, por debajo o arriba de varios cami-
nos o partes de una sala, los seguidores deben
seguirlo. Este es un ejemplo divertido de cómo
debemos ser seguidores de Cristo, yendo a
donde Él nos dirija y actuando como Él lo hizo.
Crecimiento del Maestro
La Biblia es muy clara, especialmente al estudiar
los escritos de Pablo, en el sentido de que debe-
mos ser seguidores de Cristo y que los demás
deben poder seguirnos. Necesitamos evaluar
periódicamente nuestra vida con una simple pre-
gunta. Si otros me siguieran, ¿sería igual que si
estuvieran siguiendo a Cristo? ¿Lo refleja mi vida
de tal manera, que otros pueden ver solo a Cristo
en mí? Estas preguntas difíciles nos recordarán
que dondequiera que vayamos y todo lo que
hagamos puede ser imitado por aquellos alumnos
que Dios ha puesto a nuestro cuidado. ¿Somos un
buen líder a quien seguir?
Pasajes Bíblicos:
Marcos 1:16-20, 3:13-19, Lucas 5:27-32, 6:12-16,
10:1-20, Juan 1:43-51
Versículo para Memorizar:
Mateo 4:19, “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os
haré pescadores de hombres.”
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 Él es nuestro Sanador 1-10-B
E Notas del Maestro
l Día de Reposo o Sabat era un día especial apartado por
Dios para descansar del trabajo y un tiempo para que la
gente pusiera su atención en la palabra de Dios y su rela-
ción con Él. Un día de descanso Jesús estaba enseñando en una
sinagoga, o iglesia, cuando vio a una señora que por dieciocho
años había estado atormentada por un espíritu maligno. El
enemigo había ocasionado dolor a esta señora por largo tiem-
po. La Biblia dice que ella estaba encorvada y que no se podía
enderezar. Todos la habían visto sufrir por muchos años.
Jesús la vio ese día de reposo y le dijo que pasara delante de
toda la gente. “Mujer —le dijo—, eres libre de tu enfermedad.”
Luego Jesús puso sus manos sobre la mujer y ella se enderezó y
alabó a Dios. Este fue un gran milagro que demostró el amor de
Dios por esa señora. Ella tenía la necesidad de ser sanada y al
mismo tiempo necesitaba ser liberada del espíritu maligno que
había ocasionado su problema físico. La gente estaba sorprendi-
da por lo que habían visto, pero el líder religioso, llamado el
principal de la sinagoga, estaba enojado. Él no estaba contento
de que Jesús hubiera mostrado a la gente su poder sobre los
espíritus malignos y su capacidad de sanar a las personas.
El principal debió de haber estado muy celoso de Jesús, porque
dijo a la gente que había seis días para trabajar y que no era
correcto ser sanado en el día de reposo. Él públicamente atacó
a Jesús con estas palabras para tratar de impedir que la gente
viniera al Señor.
Jesús tuvo una poderosa respuesta para estos hombres que se le
oponían. El los llamó hipócritas, u hombres de profesión reli-
giosa pero pecadores por dentro. Él dijo: “Cada uno de vos-
otros, ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pese-
bre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás
había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta liga-
dura en el día de reposo?” Jesús sabía que aunque el día de
reposo no era un día de trabajo, la gente por lo menos llevaban
sus animales a comer y beber. Aunque Dios les había dado
reglas que debían guardar ese día especial, ellos aun así tenían el
sentido de cuidar de sus animales y no considerarlo trabajo.
Pero estos hombres estaban usando la ley de Dios de una mane-
ra equivocada. Estaban haciendo que la ley de Dios fuera más
importante que el Dios que hizo la Ley. Estaban usando la Ley
para alejar a la gente de la compasión y el amor de Dios. Jesús
dijo fuertes palabras ese día en la sinagoga para asegurar a la
gente que el amor de Dios estaba listo para liberar el espíritu y
el cuerpo de la gente cada día, incluido el día de reposo.
El ejemplo que Jesús dio fue muy claro para todas las personas
e hizo que los líderes religiosos parecieran muy tontos. Estos
hombres fueron humillados mientras que la gente se regocijó
por las maravillas que vieron hacer a Jesús.
Jesús es nuestro Sanador hoy. Sus milagros no cesaron cuando
la Biblia terminó de ser escrita, sino que continuan hasta hoy.
Tal vez haya alguien hoy aquí o personas que ustedes conocen
que necesiten sanidad en su cuerpo o ser liberados de espíritus
malignos. El mismo Jesús de nuestra lección en el Evangelio de
Lucas está listo para liberar a las personas hoy. Oren y crean
que Jesús mostrará de nuevo su gran compasión como nuestro
Sanador y Liberador.
I. Una necesidad presentada.
A. Ocurrió en el Día de Reposo.
B. Dieciocho años de sufrimiento.
II. Jesús actuó.
A. Él la llamó.
B. Él la sanó.
III. La respuesta del principal.
A. Atacó a Jesús.
B. Mayor consideración por las reglas.
IV. La respuesta de Jesús.
A. Rutinas normales del Día de Reposo.
B. Libertad de Satanás.
Actividad
Desafíe a los alumnos a trabajar por si mis-
mos, o con un compañero para escudriñar las
Escrituras y descubrir más ejemplos del poder
sanador de Dios. Ayúdelos a encontrar la
parte del Nuevo Testamento y luego indique
que los primeros tres libros son los
Evangelios. Luego muéstreles el libro de los
Hechos como una continuación de lo que
comienza en los Evangelios. Como un proyec-
to de clase, un concurso o una tarea que
deben completar en casa. Pídales que encuen-
tren todo relato posible de sanidad en estos
cinco libros y que anoten la referencia donde
lo encontraron. Usted está de esta manera
ayudando su estudio personal de la Palabra y
edificando su fe en nuestro Sanador.
Crecimiento del Maestro
Habrá momentos en los cuales usted tiene alumnos
que están enfermos o que tienen familiares o ami-
gos que necesiten sanidad. ¿Los exhorta a llevar
estas necesidades al Señor en oración? ¿Realmente
ora usted por los enfermos? Jesús todavía usa las
sanidades para atraer a las personas a su mensaje
de salvación. Pídale en oración milagros para alen-
tar a los creyentes en su clase y atraer a los incon-
versos a escuchar las Buenas Nuevas.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 13:10-17
Versículo para Memorizar:
Mateo 4:23: “Y recorrió Jesús toda Galilea, ense-
ñando en las sinagogas de ellos, y predicando el
evangelio del reino, y sanando toda enfermedad, y
toda dolencia en el pueblo.
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 Vista para el ciego
U Notas del Maestro
n día Jesús estaba caminando y vio a un hombre ciego. Él
no ignoraba ni pasaba por alto a los necesitados como la
mayoría de las personas lo hacían. Este hombre había
nacido ciego y todos en esa región sabían que era un mendigo
que vivía de las monedas que le daban.
En ese tiempo se enseñaba que si alguien estaba enfermo, era
porque la persona misma o los padres habían pecado y Dios
los estaba castigando de esta manera. Los discípulos se pregun-
taron si este hombre o sus padres habían pecado para causar
su ceguera. Jesús utilizó esta oportunidad para enseñar una
lección. Él explicó que no todas las cosas malas son ocasiona-
das por el pecado, pero que aun esta ceguera había ocurrido
para que al darle sanidad, la vida de este hombre mostrara a
otros el poder de Dios. Jesús es la luz del mundo, y mostró que
puede dar vista a los ciegos.
Jesús era muy creativo o gráfico en la manera en que sanaba a
las personas. En este día, Jesús escupió en el suelo, hizo lodo, y
lo puso en los ojos del hombre. Luego Jesús le dijo que lavara
el lodo de sus ojos en un estanque en otra parte de la ciudad.
Cuando el hombre fue a lavarse, regresó con perfecta visión.
Jesús pidió al hombre que fuera y mostrara que tenía fe que el
simple acto de Jesús untar lodo en sus ojos era lo suficiente-
mente poderoso como para sanarlo. El hombre fue obediente
al mandamiento de Jesús. La fe y la obediencia son importan-
tes para Dios.
La gente vio al hombre que había sido siempre un mendigo
ciego y se sorprendieron de que ahora podía ver. Ellos le pre-
guntaron cómo había recibido la vista. El hombre les contó lo
que Jesús había hecho, pero la gente dudó y quiso encontrar al
Jesús del cual este hombre hablaba. Llevaron al hombre a los
líderes religiosos; ellos también tenían muchas preguntas.
Cuando el hombre explicó a los fariseos cómo había recupera-
do la vista, algunos comenzaron a decir que Jesús no era de
Dios. Ellos argüían que un hombre santo no hubiera hecho
esto en el día de reposo, puesto que violaba las leyes de Dios.
Pero otros se preguntaron cómo un pecador podría realizar tal
milagro. Cuando comenzaron a interrogar al hombre, él llamó
a Jesús un profeta. Los fariseos empezaron a dudar que el
hombre hubiera sido realmente ciego. Llamaron por tanto a
sus padres para interrogarlos también. Los padres dijeron a los
líderes que su hijo era lo suficientemente grande como para
responder la pregunta por sí mismo.
Cuan do lo interrogaron por segunda vez, el hombre repitió lo
que había dicho. Les recordó que Dios es el único que puede
sanar a ciegos de nacimiento, y por tanto Jesús debía ser de
Dios. Esto hizo enojar a los líderes y después de insultar al
joven lo expulsaron de la sinagoga.
Cuando Jesús encontró al hombre le preguntó si creía en el
Hijo de Dios. Él creyó en Jesús y lo adoró. Jesús vino al mundo
para que los ciegos pudieran ver y aquellos que pensaban que
podían ver fueran cegados. Quería que el hombre comprendie-
ra que ahora tenía vista espiritual, porque vio a Jesús como el
Hijo de Dios, mientras que los fariseos tenían vista física pero
rehusaron verlo como Dios.
1-11-B
I. Un hombre ciego de nacimiento.
A. Jesús vio al hombre ciego.
B. Una pregunta sobre la ceguera.
II. Pasos para la sanidad.
A. La parte de Jesús.
B. La parte del hombre.
III. Reacciones a la sanidad.
A. Otros cuestionaron.
B. Los fariseos dudaron.
IV. Analizando el hecho.
A. Pecado y culpa.
B. Una lección espiritual.
Actividad
La lección de hoy proviene de un pasaje bas-
tante largo de las Escrituras y tiene una serie
de incidencias en la historia. Haga que los
alumnos dividan la historia en las partes que
forman la secuencia de ella. Luego haga que
un alumno o un equipo de alumnos dibujen
cada porción de la historia, como en un acto,
en un drama, o en una página en una histo-
rieta ilustrada. Ahora haga que los alumnos
tomen sus dibujos o pinturas y los cuelguen
en orden de una cuerda a lo largo del aula.
Usted los está ayudando a notar los puntos
clave de la historia y a ponerlos en secuencia.
Crecimiento del Maestro
Hay muy diversas maneras de decorar el aula
donde su clase se reúne. Usted tal vez tenga un
salón confortable donde también pueda colgar
obras de arte, ilustraciones, cronologías, carteles,
u otros artículos. Sin embargo, muchas veces el
espacio es compartido, o tal vez se estén reunien-
do afuera. Usted puede utilizar una simple cuerda
y pinzas de colgar ropa para crear una “pared” y
pender sus proyectos de ella. Esto puede ser utili-
zado afuera o aun ser llevado a un aula prestada.
Pasajes Bíblicos:
Juan 9
Versículo para Memorizar:
Juan 9:3 “No es que pecó éste, ni sus padres, sino
para que las obras de Dios se manifiesten en él”.
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 Un Dios poderoso
L Notas del Maestro
a lección de hoy comienza en medio de una escena muy
triste. No hay nada más penoso en la vida de una familia
que la pérdida de un ser amado, y esta historia es aun más
dramática. Todos en el pueblo conocían a la viuda que vivía
sola con su hijo. Después de la muerte de su marido ella podría
haberse preocupado de cómo conseguiría dinero para la comi-
da, pero Dios la había bendecido con un buen hijo. Su hijo era
un joven fuerte y capaz de trabajar y proveer para las necesida-
des de su madre. Pero de algún modo el hijo se enfermó o
sufrió un accidente y luego murió. La madre estaba perpleja y
muy triste, pero también estaba preocupada de cómo sobrevi-
viría sin un esposo o un hijo que cuidaran de ella. En aquellos
días las mujeres como ella perdían su casa y tenían que mendi-
gar comida para sobrevivir.
Ese día cuando el joven fue puesto en un ataúd y llevado al
lugar fuera de la ciudad para su entierro, muchas personas
iban en procesión a lo largo del camino para llorar con la
madre afligida. La Biblia dice que había una gran multitud del
pueblo de Naín con la viuda cuando Jesús se acercaba a la
puerta de la ciudad con una gran multitud que lo seguía.
Muchas personas estaban en medio de esta escena tan triste.
Cuando Jesús vio a la señora llorando, la Biblia dice que su
corazón tuvo compasión de ella y le dijo que no llorase. ¿Acaso
no es maravilloso saber que Jesús comprende y se interesa por
nuestras emociones?
En ese mismo momento, en medio de sus seguidores que iban
hacia la ciudad, y los dolientes con el ataúd que salían por la
puerta de ella, Jesús se adelantó y tocó el féretro. Los hombres
que estaban llevando el féretro se detuvieron inmediatamente.
En su cultura una persona era considerada impura si se acer-
caba al ataúd o lo tocaba. Era muy raro que un extraño se
adelantara y se hiciera impuro por tocar un féretro de alguien
que ni siquiera conocía. De hecho, el ataúd probablemente
estaba abierto y el cuerpo podía ser visto, haciendo aun más
inusual que un extraño se acercara tanto. Luego Jesús sorpren-
dió a todos dando una simple orden. El dijo: “Joven, a ti te
digo, levántate.”
En el instante la multitud vio un milagro del poder de Dios
ante sus propios ojos. El joven se sentó y comenzó a hablar.
Jesús debió haber tomado su mano para salir del féretro que
había sido nuesto en el suelo. La Biblia dice que el Señor lo
dio luego a su madre. La gente, especialmente la viuda, estaba
maravillada por el poder de Jesús y comenzaron a alabar a
Dios. Ellos llamaron a Jesús “un gran profeta” y dijeron que
“Dios había visitado a su pueblo”. Con seguridad hubo
muchos abrazos, danzas, gritos, y risas al maravillarse de un
Dios con un poder tan milagroso y que se interesaba con
tanto amor por la gente. La Biblia dice que la noticia de la
resurrección del joven por Jesús cundió por toda la región de
Judea y sus alrededores. ¡Qué consuelo para nosotros saber
que el poder y el amor de Dios por la gente es el mismo hoy
que lo fue para la viuda de Naín!
1-12-B
I. La procesión fúnebre.
A. Las costumbres locales.
B. La pérdida de una viuda.
II. Reacción ante la pérdida.
A. La multitud del pueblo.
B. Él Señor compasivo.
III. Una acción fue tomada.
A. Él detuvo el ataúd.
B. Él dio una orden.
IV. Resultados milagrosos.
A. Un hijo para la madre.
B. Noticias acerca de Jesús.
Actividad
En una hoja de papel para cada alumno escriba
el versículo de hoy para memorizar. Asegúrese
de que el versículo sea escrito con letras lo sufi-
cientemente grandes como para cubrir toda la
hoja. Ahora haga que los alumnos rompan
pedazos muy pequeños de papel de color, o que
usen los círculos de un perforador, para formar
mosaicos. Haga que los alumnos peguen leve-
mente pequeños mosaicos, a lo largo de cada
letra en cada palabra. El versículo terminado
tendrá letras en mosaico colorido que será una
linda copia que podrá exhibirse en la casa como
un recordatorio de la ayuda de Dios.
Crecimiento del Maestro
Contar historias es un arte antiguo y una buena
manera de impartir una lección bíblica. Esta his-
toria tiene todos los elementos necesarios para
representar un maravilloso drama dialogado.
Comience con un vívido repaso de los personajes
principales. Elabore el drama de la emotiva esce-
na en el camino al cementerio. Llegue al clímax
de un Jesús compasivo que detiene a los que lle-
van el ataúd y llama al hijo. Concluya con el
increíble momento en que Jesús entrega de nuevo
al hijo a su madre. Use su voz en la presentacióm
del drama de esta patética historia.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 7:11-17
Versículos para Memorizar:
Lucas 7:16b “Dios ha visitado a su pueblo”.
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 La ofrenda de una viuda 1-13-B
J Notas del Maestro
esús entró al atrio del templo. Este era un lugar donde
hombres y mujeres podían venir a presentar sus ofrendas.
Las mujeres podían solamente entrar hasta este punto den-
tro del templo mientras que los hombres podían entrar la
siguiente área o patio interior para orar. Trece grandes vasijas
de metal estaban en el patio para que la gente depositara en
ellas sus ofrendas. Jesús se sentó y empezó a observar a la
gente. Es sorprendente lo que podemos aprender al tomar
tiempo para sentarnos y observar a la gente. Había dos tipos
básicos de personas en el patio exterior: Un grupo vestía ropas
lindas y tenía muchas monedas que echar con mucho ruido en
las vasijas. El ruido de las grandes monedas que caían al fondo
de las vasijas de metal hacía que todos notaran su riqueza.
También había otros que se vestían de manera simple y entra-
ban calladamente al patio. Estas personas estaban allí para ado-
rar y honrar a Dios, no para llamar la atención.
Las dos clases de personas en el patio también podían ser dis-
tinguidas por el tipo de ofrendas que daban. Era posible usar
monedas grandes y pesadas que rápidamente anunciaban a los
demás que era una persona de gran riqueza. Luego estaban las
monedas pequeñas y simples que hoy son cotizadas a una
mínima fracción de nuestras monedas más pequeñas. En algu-
nos países estas monedas ni siquiera serían hechas porque su
valor es menor que el costo de la fabricación de la moneda.
Pero Jesús vio una diferencia mucho más importante que el
valor de las monedas.
Jesús usó esta escena común para enseñar a sus discípulos y a
nosotros un principio muy importante: Él quería que el discí-
pulo aprendiera que la calidad de la ofrenda no se hallaba en la
cantidad o valor de la moneda entregada. Jesús también quería
explicar que el valor de importancia pública del mundo era
muy diferente al valor celestial de la condición del corazón de
una persona. Por tanto Jesús señaló a las personas ricas que
ruidosamente echaban gran cantidad de monedas en las vasijas
de las ofrendas y la pobre viuda que calladamente echó dos
pequeñas monedas de cobre.
Jesús habló muy claramente sobre la importancia del motivo
ocultó en las ofrendas. El advirtió: “En verdad os digo, que
esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquellos
echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobraba; mas
ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.” Las
monedas de la viuda eran tan insignificantes comparadas con
las grandes sumas de dinero que los ricos estaban dando, pero
Jesús sabía que las de esta pobre mujer eran críticas para su
supervivencia. Las viudas en esos días a menudo tenían que
mendigar para sobrevivir. Jesús sabía que esta viuda estaba
ofrendando abnegadamente con un corazón lleno de amor y
honor por Dios y esa motivación hizo que su ofrenda fuera un
regalo aceptable. Dios desea que demos de nuestras finanzas,
de nuestro tiempo, y de todo lo que tenemos con un corazón
dispuesto. Él quiere que demos por amor a Dios, no para lla-
mar la atención de los demás. Dios merece nuestro deseo de
dar como una manera de honrarlo.
I. Jesús observó a las personas.
A. Él observó a la multitud religiosa.
B. Él observó a las personas simples.
II. Dos tipos de ofrendas.
A. Las riquezas de los ricos.
B. Las monedas de los pobres.
III. Jesús explica la diferencia.
A. No es la cantidad.
B. No es el valor público.
IV. Motivación para dar.
A. Reconocimiento público.
B. Un corazón dispuesto.
Actividad
Haga que los alumnos doblen y corten
siguiendo un molde dos corazones iguales.
Conecte los bordes del corazón con pegamen-
to, cinta, o presillas. Deje un espacio abierto
en la parte de arriba. En el frente puede escri-
bir “mi regalo voluntario a Dios”. Luego haga
que los alumnos lleven a sus casas por una
semana las alcancías de corazón y que echen
en ellos la ofrenda que les gustaría dar para la
Obra del Señor. Puede ser una ofrenda para la
iglesia, para su clase, para misiones, o aun
para un proyecto especial. El propósito no es
obtener una gran suma, sino ayudar a los
alumnos a aplicar el concepto del carácter
voluntario de la ofrenda a Dios.
Crecimiento del Maestro
La motivación de nuestra ofrenda es siempre más
importante que la cantidad de la misma. Los maes-
tros deben invertir en los materiales necesarios
para su clase. Muchas de estas “ofrendas especiales”
nunca son vistas por otros y pueden ser un verda-
dero sacrificio del maestro. Pero si se hace de mala
voluntad o con la actitud de un mártir que espera
que otros vean su ofrenda, ya no es un regalo acep-
table. Tal vez no sea mucho lo que pueda dar, pero
la inversión de sus finanzas y su tiempo, con un
corazón dispuesto, será un regalo maravilloso a
nuestro Padre celestial.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 21:1-4, Marcos 12:41-44
Versículo para Memorizar:
2 Corintios 8:12: “Porque si primero hay la volun-
tad dispuesta, [la ofrenda] será aceptada según lo
que uno tiene, no según lo que no tiene.”
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 ¡Salve Rey Jesús!
J Notas del Maestro
esús y sus seguidores comenzaron el viaje final a Jerusalén.
Cerca de la colina llamada Monte de los Olivos, Jesús dio
instrucciones especiales a dos discípulos. Él les dijo: “Id a la
aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado,
en el cual nigún hombre ha montado jamás; desatadlo, y trae-
dlo. Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? Le respon-
deréis así: Porque el Señor lo necesita.”
Los discípulos no cuestionaron a Jesús, preocupados por los
detalles del encargo, ni retrasaron su reacción, sino que se apre-
suraron hacia la villa donde encontraron todo tal como Jesús
les había dicho. Ellos vieron el pollino que nunca antes había
sido montado, atado y esperando allí. Cuando ellos lo desata-
ron, los dueños preguntaron por qué estaban llevando su ani-
mal. Los discípulos les dijeron: “El Señor lo necesita”. Esta fue la
respuesta que Jesús les había dicho que dieran y todo ocurrió
de acuerdo al plan que había sido profetizado muchos años
atrás. Los profetas habían dicho que esta misma escena ocurri-
ría tal como lo hizo. Dios había arreglado cada detalle en el
plan que tenía para la vida de Jesús en la tierra.
Los discípulos trajeron el pollino a Jesús. La gente se reunió
alrededor del animal y muchos pusieron sus mantos sobre su
lomo como asiento en el lomo para que Jesús cabalgara. El pue-
blo que esperaba a lo largo del camino también echó sus man-
tos delante de Jesús. Ellos querían honrarlo en una manera muy
especial al avanzar hacia la ciudad de Jerusalén. Cuando Jesús se
acercó al Monte de los Olivos, los discípulos y seguidores
comenzaron a exclamar con gran gozo. Ellos alababan a Dios
por todos los milagros que habían visto. “¡Bendito el rey que
viene en el nombre del Señor!”—clamaban. Cuando continua-
ron con sus alabanzas a lo largo del camino, algunos de los fari-
seos, o religiosos maestros, reaccionaron de manera muy dife-
rente. Pidieron a Jesús que reprendiera a sus seguidores, que los
hiciera callar y dejaran de alabarlo. Jesús les respondió: “Os digo
que si éstos callaran, las piedras clamarían”. Jesús estaba conten-
to con que el pueblo se regocijara por su entrada a Jerusalén.
Los fariseos estaban celosos y Jesús lo sabía. Ellos temían su
popularidad entre las multitudes y les disgustaba la manera en
que Jesús enseñaba a la gente acerca de Dios. Cuando el pueblo
alabó a Jesús, los fariseos se enojaron porque según ellos las
alabanzas estaban reservadas para el Mesías, o prometido Hijo
de Dios. Ellos no creían que Jesús era el Mesías. Estos hombres
religiosos se ocupaban en juzgar a la gente y ni siquiera com-
prendieron que Jesús, el Hijo de Dios, estaba entre ellos. En vez
de eso, planearon una manera de matar a Jesús.
Cuando entró a la región, Jesús miró la ciudad y lloró. Había
tantas personas no lo aceptaban como el Hijo de Dios. Él les
dijo que la ciudad sería atacada por sus enemigos y cosas terri-
bles ocurrirían a sus familias, pero la gente no le creyó. La his-
toria dice que solo setenta años más tarde los soldados roma-
nos marcharon contra Jerusalén e hicieron las cosas terribles
que Jesús les había dicho que ocurrirían.
La Biblia dice que hay un solo camino para ir al cielo: creer
que Jesús es el Hijo de Dios que vino a la tierra y murió por
nuestros pecados. Toda persona necesita comprender que Jesús
es el Hijo de Dios y alabarlo como Rey.
1-14-B
I. Un plan para el transporte.
A. Acercándose a Jerusalén.
B. Dos discípulos enviados.
II. La experiencia de los discípulos.
A. Rápidos en obedecer.
B. Tal como Jesús dijo.
III. Jesús montó el pollino.
A. Montando con estilo.
B. La reacción de la multitud.
IV. Observando la ciudad.
A. Jesús lloró.
B. Palabras fuertes.
Actividad
Algunas iglesias cuelgan banderas especiales
en el lugar de adoración con un nombre para
Jesús o una frase que lo alaba. Hoy ustedes
pueden confeccionar una gran bandera de la
clase o banderas individuales que cada alum-
no pueda llevar a su casa. Las banderas pue-
den ser hechas de tela o de papel, con un palo
a lo largo de la parte de arriba y una cuerda
atada a cada lado del palo para colgarla. La
bandera de hoy podría decir: “¡Salve Rey
Jesús!”, o partes de Lucas 19:38,39. Las letras
pueden ser recortadas y adheridas, escritas o
pintadas directamente en la bandera. Colores
brillantes y símbolos adicionales pueden hacer
que la bandera se vea real, digna de un rey.
Crecimiento del Maestro
Piense en el uso de cada minuto en su clase. ¿Llega
allí temprano para tener todo preparado antes que
su primer alumno llegue? Esto le permitirá con-
centrarse completamente en sus alumnos. Ellos tal
vez vengan con una necesidad especial o un repor-
te de alabanza, y es crítico que usted les preste
atención en vez de estar ocupado con los detalles
de la clase. Usted necesita parecer dispuesto, para
escucharlos, hablar con ellos, y conocerlos mejor.
Estos momentos antes de la case pueden a menu-
do enseñarle mucho acerca de sus alumnos.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 19:28-44, Mateo 21:1-11
Versículo para Memorizar:
Lucas 19:38: “¡Bendito el rey que viene en el nom-
bre del Señor!”
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 Una casa de oración 1-15-B
J Notas del Maestro
esús conocía la importancia de estar en el templo; hoy
diríamos la importancia de estar en la iglesia para aprender
más acerca de Dios. Esta era la última semana de la vida de
Jesús en la tierra, y Él no olvidó este detalle tan importante.
Había mucha gente en el patio exterior del templo. En aquellos
días el recinto sagrado estaba dividido en tres áreas. El patio de
afuera que rodeaba al templo era un área donde la gente venía
a entregar sus ofrendas, sacrificios, y oraciones para agradar a
Dios. Esta área podía ser utilizada por hombres y mujeres, aun
por personas que no eran judías. El siguiente patio era para la
adoración y enseñanza especial solo para hombres judíos con-
siderados puros porque habían obedecido las leyes de Dios. La
parte interior del templo era llamada el lugar Santísimo. Sólo
los sacerdotes podían entrar para hablar directamente con
Dios. Durante la última semana de Su vida, Jesús enseñó al
pueblo una poderosa lección.
En el patio del templo había mucho alboroto porque la gente
había tomado por costumbre vender palomas y animales para
los sacrificios. Los vendedores elevaban el precio y engañaban a
los compradores. También usaban balanzas falsas para cobrar
más dinero por lo que vendían. Las personas que venían de
lejos debían cambiar su dinero por las monedas usadas en
Jerusalén y los cambistas normalmente las engañaban con un
cambio injusto. Los vendedores robanban el dinero de la gente
en el templo de Dios. Jesús vio la manera en que la gente ensu-
ciaba la casa de Dios con animales y engaños.
Jesús entró al patio del templo y echó fuera a todos los que
compraban y vendían. El polvo, el ruido, las plumas, y el grite-
río debió de haber sido increíble. Jesús detuvo también a todos
los que usaban el patio exterior como atajo para el transporte
de mercancía y los obligó a ir alrededor del templo como debí-
an haberlo hecho. Jesús estaba indignado con el pueblo por lo
que estaban haciendo a la casa de Dios.
La casa de Dios era para la oración, no para ladrones. Ellos
necesitaban dar honor a Dios allí y no para engañar a la gente.
Después, ciegos y cojos vinieron a Jesús y Él los sanó. La sani-
dad fue una señal de la bondad de Dios.
Las personas que fueron sanadas, niños inclusive, comenzaron
a alabar a Dios en voz alta. La Biblia dice que aun los niños
clamaron “¡Hosana al Hijo de David!” Pero los sacerdotes prin-
cipales y los maestros religiosos de la Ley se enojaron mucho.
Ya no recibirían parte del dinero de los vendedores deshones-
tos a quienes permitían engañar al pueblo. Odiaban las excla-
maciones de los niños que alababan a Jesús. Recurrieron a las
mismas palabras que la Biblia había reservado para alabar sola-
mente al Mesías con el fin de prohibir las albanzas de los
niños. En su enojo preguntaron a Jesús si había escuchado
cómo los niños le estaban alabando para que los detuviera.
Jesús les dijo que había oído su alabanza y preguntó a los
sacerdotes si recordaban la porción de las Escrituras que decla-
raba que de la boca de los niños y de los que maman Dios
había perfeccionado la alabanza. Mientras la multitud estaba
sorprendida y lo adoraba, los líderes religiosos comenzaron a
planear una manera de matarlo.
I. Un nombramiento divino.
A. Jesús fue al templo.
B. La semana final de Jesús.
II. Acción drástica.
A. Él limpió el templo.
B. Detuvo los negocios.
III. Una lección que Jesús enseñó.
A. Una casa de oración.
B. Una cueva de ladrones.
IV. Reacciones a la lección.
A. Temor y plan para su muerte.
B. Una multitud sorprendida.
Actividad
Hay diversos tipos de oración. La oración diri-
gida por una persona con la aprobación de los
demás. Puede haber grupos de oración en los
que todos participen. Usted puede optar por
escribir las peticiones en un pizarrón o en una
hoja de papel para que todos se arrodillen y
oren individualmente. Las oraciones también
pueden ser escritas o leídas directamente de la
Biblia. Hay muchos estilos de oración, pero lo
importante es alabar a Dios, confesar, pedirle, y
adorarlo con nuestras palabras, así como tam-
bién tomar tiempo para escucharlo. La comu-
nicación implica a dos personas que hablan y
escuchan.
Crecimiento del Maestro
Siempre habrá lecciones que estudiar, actividades
adicionales que planear, y provisiones que reco-
ger, pero lo más importante para sus alumnos es
un maestro que ora. El tiempo que pasa en ora-
ción y en el estudio de la Palabra, afectará cada
palabra que dice a sus alumnos. Usted no podrá
enseñar efectivamente la lección a menos que ore.
Deténgase y considere en qué forma su iglesia
local es una casa de oración. Diga a su clase de las
oportunidades que hay en su iglesia para venir a
orar. Si no hay tiempos de oración en su iglesia,
entonces vaya a su pastor o líder y pregúntele si se
podría comenzar algo.
Pasajes Bíblicos:
Mateo 21:12-17, Marcos 11:15-19
Versículo para Memorizar:
Mateo 21:13: “Mi casa, casa de oración será
llamada.”
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 La Última Cena
E Notas del Maestro
l pueblo judío tiene una celebración anual llamada la
Fiesta de la Pascua. Esta fiesta conmemora un suceso
extraordinario a que Dios había dado lugar muchos siglos
antes. Los judíos comían los mismos alimentos que sus padres
habían comido al salir de Egipto. Sacrificaban un cordero pas-
cual que representaba el animal que había sido sacrificado por
cada familia para poner la señal de sangre en los marcos de las
puertas. No debían olvidar lo que Dios había hecho por ellos.
Durante la última semana de la vida de Jesús, el pueblo se esta-
ba preparando para celebrar esta fiesta especial. El primer día
de la celebración, Jesús envió a Pedro y a Juan a la ciudad a fin
de hacer las preparación para la fiesta. Jesús les dijo: “He aquí,
al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que
lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, y
decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde
está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípu-
los? Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispues-
to; preparad allí.” Todo ocurrió tal como Jesús lo había dicho, y
rápidamente ellos hicieron las preparaciones.
Cuando llegó el momento de comer, Jesús y los discípulos se
reunieron alrededor de la mesa. En esos días era costumbre
que un siervo lavara los pies de los invitados antes de comer la
cena. Jesús se levantó de la mesa y se quitó su manto y comen-
zó a lavar los pies de ellos. Pedro detuvo al Señor cuando fue
su turno, y dijo que Jesús no debería lavar sus pies. Pero Jesús
dijo a Pedro que si no le permitía lavar sus pies no podría ser
parte de sus seguidores.
Jesús quería que vieran que aunque lo llamaban Maestro o
Señor, les sirvió como si fuese un siervo. Así como Él había
lavado sus pies, ellos debían lavar los pies unos a otros. Ellos
debían aprender que el mejor líder siempre tiene un espíritu
de siervo.
Jesús luego continuó la cena con los discípulos, ellos eran los
amigos más cercanos que tenía. Repentinamente, Jesús anunció
que uno de los discípulos lo entregaría. Los discípulos se sor-
prendieron y quien de ellos sería. Jesús dijo que era el hombre
con quien en ese mismo momento estaba comiendo y dio un
pedazo de pan a Judas Iscariote. Los discípulos no escucharon
a Jesús decir a Judas que lo hiciera rápidamente. Judas salió del
cuarto y fue a los líderes religiosos para entregar a Jesús.
Durante la cena, Jesús sostuvo el pan, lo bendijo y lo partió.
Explicó que representaba su cuerpo que sería quebrantado por
ellos. Luego levantó la copa y explicó que representaba su san-
gre que sería derramada por ellos. Era un símbolo del nuevo
pacto que haría con todos los creyentes. Los discípulos debían
repetir esta ceremonia especial y recordar lo que estos símbolos
representaban. Las iglesias del Nuevo Testamento repitieron
esta ceremonia en memoria de Él.
Hoy con esta ordenanza, continuamos recordando el sacrificio
de Cristo. Celebramos juntos la comunión, como lo hicieron
los discípulos, para celebrar que Él nos hizo seguidores suyos
que disfrutan de una comunión especial. La Comunión es una
manera especial de recordar la última cena del Señor.
1-16-B
I. Una fiesta especial.
A. Un propósito especial.
B. Los preparativos.
II. Una demostración de amor.
A. El papel de un siervo.
B. Una lección de liderazgo.
III. Predicción de la entrega.
A. El discípulo desleal.
B. Sucesos en movimiento.
IV. Una ordenanza de la iglesia.
A. Explicación de los símbolos.
B. La iglesia conmemora.
Actividad
Hable con el pastor acerca de servir la comu-
nión a su clase. Esta puede ser una forma de
reforzar el significado de la lección. Ocupe a
sus alumnos en la preparación de los elemen-
tos utilizados para que comprendan cada sím-
bolo. Explique su lección al pastor y pídale
que repase de nuevo los puntos clave de esta
importante ordenanza de la iglesia. En algunas
áreas usted tal vez necesitará explicar el trámi-
te que su iglesia requiere para la participación
en esta ordenanza. Esto puede ser también
explicado por su pastor en vez de realmente
participar en la comunión, si fuere necesario.
Crecimiento del Maestro
La palabra de Dios establece ciertas normas para
los creyentes, y para los líderes. Cada iglesia tam-
bién tiene ciertas expectativas para los líderes de la
congregación. Sus alumnos siempre observarán
cómo usted sigue tales normas. Nadie es perfecto,
pero todos debemos tener el deseo de servir a
Dios con todas nuestras fuerzas. Necesitamos
pedir diariamente su ayuda y sabiduría para cum-
plir con lo que nos ha llamado a hacer. Como
maestro y líder, usted tiene la increíble responsabi-
lidad de modelar a un líder con corazón de siervo.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 22:7-23, Juan 13:1-28. 1 Corintios 11:23-26
Versículo para memorizar:
Juan 13:15: “Porque ejemplo os he dado, para que
como yo os he hecho, vosotros también hagáis.”
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 El Cordero de Dios
D Notas del Maestro
espués que Jesús compartió la cena pascual, salió con sus
discípulos y a un jardín al este de Jerusalén. Jesús iba a
menudo allí con sus discípulos para orar. Esa noche Jesús
hizo una oración muy difícil aceptando el plan que Dios tenía
para Él aunque conocía la futura agonía. Pidió a sus discípulos
que oraran con Él, pero ellos se quedaron dormidos esa noche.
Repentinamente un grupo de soldados y algunos de los funcio-
narios religiosos llegaron al jardín. Se acercaron a Jesús.
Llevaban antorchas, linternas, y armas, y Judas los guiaba.
Cuando Judas se adelantó y saludó a Jesús con un beso, los sol-
dados rápidamente arrestaron a Jesús. Pedro extrajo una espa-
da que tenía con él y cortó la oreja derecha de un sirviente del
sumo sacerdote. Jesús dijo a Pedro que guardara la espada y
sanó la oreja del hombre. Jesús sabía que había llegado el tiem-
po de completar el plan de su Padre.
Hubo una serie de falsos juicios. Los soldados llevaron a Jesús
como prisionero ante Anás, el suegro de Caifás y anterior
sumo sacerdote. El juicio no fue legal, puesto que Jesús fue
interrogado por un hombre que ya lo consideraba culpable.
Anás envió a Jesús a Caifás, el sumo sacerdote titular y quien
había dicho que deberían matar a Jesús.
Finalmente Jesús fue dirigido al gobernador romano Pilato.
Los líderes judíos le habían pedido que lo sentenciara a muer-
te. Pilato interrogó a Jesús y no encontro falta en Él. Los líderes
religiosos continuaron presionando a Pilato. Jesús fue despoja-
do de sus ropas y azotado. Los soldados pusieron en su cabeza
una corona de espinos, echaron una túnica púrpura sobre Él, e
hicieron burla de Él como rey. Luego lo golpearon, lo escupie-
ron, y se mofaron de Él: “¡Salve, Rey de los judíos!”
Pilato lo trajo ante el pueblo junto con Barrabás, un rebelde y
asesino. Ellos podían pedir que se liberara un prisionero
durante la fiesta de la Pascua. Pilato estaba seguro que sería
una manera de evitar matar a Jesús. Pero los líderes religiosos
hicieron que la multitud clamara por la crucifixión del Señor.
Finalmente, Pilato condenó a Jesús a la cruz.
Los soldados torturaron a Jesús. Voluntariamente Él aceptó ser
el pago por el pecado de la humanidad. Jesús era el Cordero
que sería sacrificado aquella Pascua. Él fue el último Cordero
que tendría que morir por los pecados del pueblo de Dios.
Jesús fue clavado en la cruz en una colina llamada Gólgota en
las afueras de la ciudad. La gente podía leer el letrero puesto
sobre su cabeza: el Rey de los Judíos. Los soldados se repartie-
ron sus ropas. Él pidió al Padre que perdonara aquellos que lo
estaban crucificando y dio a un criminal aceptación en el cielo
cuando este hombre culpable expresó su fe desde la cruz.
Finalmente, exclamó: “Consumado es”. El Hijo de Dios había
pagado por los pecados del mundo.
Un hombre llamado José puso a Jesús en la tumba que perte-
necía a su propia familia. El Hijo de Dios fue puesto en un
sepulcro prestado. Los discípulos lloraron su muerte. ¡Si tan
solo hubieran podido recordar las muchas veces que Jesús les
había dicho que esto mismo ocurriría y que Él regresaría a la
vida otra vez, victorioso sobre el pecado y el sepulcro!
1-17-B
I. Los sucesos en el jardín.
A. Jesús oró.
B. Jesús fue traicionado.
II. Los juicios.
A. El sumo sacerdote.
B. El gobernador romano.
III. Una elección propuesta.
A. La respuesta de las multitudes.
B. La sentencia entregada.
IV. Cristo crucificado.
A. Muerte en la cruz.
B. Una tumba prestada.
Actividad
Provea un simple clavo y un pedazo de cinta,
piola o hilo rojo a cada alumno. Haga que
aten la cinta al clavo y discutan cómo puede
ser usado para explicar el plan de salvación a
otros. Simplemente fijen el clavo en un árbol
cerca de su clase o la casa del alumno. La cinta
roja representa la sangre de Jesús derramada
cuando fue enclavado al árbol transformado
en una cruz en el Calvario. A veces un simple
símbolo puede crear una puerta abierta para
compartir nuestra fe.
Crecimiento del Maestro
Los juicios de Jesús estuvieron llenos de falsa
información que hicieron que muchas personas
juzgaran equivocadamente al Hijo de Dios. Un
maestro puede juzgar erróneamente a un alumno
y subestimar el plan de Dios. No permita que
ninguna información incompleta, chisme, o juicio
lijero dé lugar en su corazón y en su mente una
opinión negativa respecto de un alumno. Dios ha
escogido a cada uno de nosotros con un plan
específico, y como maestro El puede estar usán-
dolo para moldear parte de ese plan en la vida de
cada uno de sus alumnos. En oración enseñe a
cada alumno que Dios le da sin juzgarlos y con su
gran amor.
Pasajes Bíblicos:
Juan 18-19
Versículo para Memorizar:
Juan 1:29: “El siguiente día vio Juan a Jesús que
venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.”
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 El sepulcro vacío
D Notas del Maestro
espués de la muerte de Jesús, José de Arimatea bajó de la
Cruz el cuerpo de Cristo, lo envolvió en vendas y especias
y lo puso en un sepulcro nuevo que había planeado usar
para él mismo un día. Las mujeres de Galilea que habían veni-
do con Jesús vieron exactamente cómo José había puesto el
cuerpo de Jesús en el sepulcro. Ellas se apresuraron a preparar
más especias para el cuerpo de Jesús, pero descansaron el
Sábado en obediencia a la Ley.
Temprano por la mañana, el primer día de la semana, estas
mujeres llevaron las especies al sepulcro. La gran piedra había
sido movida y que el cuerpo no estaba. Repentinamente apare-
cieron dos varones con túnicas replandecientes. Los varones
dijeron: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No
está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló,
cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el
Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecado-
res, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.”
Las mujeres fueron rápidamente a donde estaban los once dis-
cípulos. Ellos no creyeron porque parecía imposible. Todos
habían visto a Jesús morir en la Cruz. Sin embargo, Pedro y
Juan corrieron hacia el sepulcro para ver por sí mismos. Juan
llegó primero y solamente miró la entrada abierta, pero Pedro
llegó después y fue directamente adentro para verificarlo.
Cuando vio los lienzos con que el cuerpo de Jesús había sido
envuelto, salió maravillado. Las mujeres tenían razón.
Ese mismo día dos de los seguidores de Jesús iban a Emaús.
Estaban tristes por lo ocurrido. Un extraño comenzó a caminar
con ellos y les preguntó de que conversaban. Cleofas, uno de
ellos, se sorprendió de que este hombre no hubiera oído nada
de la muerte de Jesús. Él explicó los sucesos de la crucifixión y
de la tumba vacía. Comenzó con las palabras de los profetas y
explicó cómo esto había sido siempre parte del plan de Dios.
Al acercarse a la villa, los seguidores lo convencieron de que
entrara a la casa a cenar y pasar la noches. Sentado a la mesa, el
hombre tomó el pan, dio gracias, y lo partió. De repente se die-
ron cuenta que era Jesús. Inmediatamente se levantaron y vol-
vieron a Jerusalén para contar a quien habían.
María Magdalena, quien contó a Pedro de la desaparición del
cuerpo de Cristo, regresó luego al huerto a llorar al Señor. En
ese momento se acercó un hombre; María pensó que era el jar-
dinero. Ella le preguntó si había visto a alguien llevar el cuerpo
del Señor. Entonces Jesús la llamó por su nombre. En ese ins-
tante, María se dio cuenta de que era Jesús, y que Él vivía.
Jesús apareció en la habitación donde la mayoría estaban jun-
tos. Les mostró que realmente vivía. Tomás no estuvo en la pri-
mera visita de Jesús. Más tarde escuchó que Jesús los había
visitado y dudó que fuera cierto. Si tocaba las heridas de Jesús
creería que Él vivía. Entonces Jesús nuevamente apareció
donde estaban los discípulos. Fue donde Tomás y le dijo que
tocara sus heridas. Tomás creyó y adoró. Jesús no se enojó, sino
que con amor le mostró que realmente había resucitado.
Durante cuarenta días y en diversas ocasiones Jesús visitó a
grupos de sus seguidores. Aun en nuestros días Jesús ayuda a
las personas a creer que Él es el Señor resucitado.
1-18-B
I. El sepulcro hallado vacío.
A. Mujeres descubren la pérdida.
B. Los ángeles explican.
II. La historia confirmada.
A. Carrera hasta el sepulcro.
B. Un reporte verdadero.
III. En el camino.
A. Dos que tuvieron un encuentro.
B. El extraño revelado.
IV. El continuó apareciendo.
A. A María y Tomás.
B. A muchos otros.
Actividad
Dé a cada alumno un pedazo de arcilla y
varios pedazos de alambre. Dígales que hagan
un pequeño sepulcro y una piedra que rueden
al frente y que usen luego los alambres para
crear los personajes de la lección de hoy. Los
alumnos también pueden hacer pequeñas
figuras de papel, cortarlas y adherirlas a pali-
llos si no tienen alambre disponible. Ponga su
“escena de la resurrección” sobre un pequeño
pedazo de cartulina como base.
Crecimiento del Maestro
A los alumnos les gusta trabajar con arcilla. Se
puede encontrar en algunos lugares arcilla muy
barata para usar en la clase, o tal vez usted dis-
ponga de su propia arcilla. Hay una variedad de
recetas para hacer su propia arcilla, y esta es una
de ellas: Eche en una olla grande 2 tazas de hari-
na, 1 taza de sal, 4 cucharaditas de crema tártara,
2 tazas de agua, 2 cucharadas de aceite vegetal, 1
paquete de refresco en polvo sin azúcar o 1/2
cucharadita de colorante. Coza la mezcla a fuego
lento. Revuelva constantemente hasta que se
forme una pelota no pegajosa. Guárdela en un
recipiente herméticamente cerrado.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 23:50-24:12, Juan 20:1-18
Versículo para Memorizar:
Lucas 24:6-7: “No está aquí, sino que ha resucita-
do. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba
en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del
Hombre sea entregado en manos de hombres peca-
dores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.”
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 ¿Me amas?
L Notas del Maestro
a noche antes que Jesús fuera crucificado, Jesús advirtió a
Pedro de que el enemigo lo zarandearía como a trigo, pero
que luego de regresar, él debía fortalecer a los demás cre-
yentes (“zarandear como a trigo” era ser probado duramente.)
Pedro rápidamente respondió a Jesús: “Señor, dispuesto estoy a
ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.” Pedro
estaba seguro de que nada lo haría negar al Señor. Jesús sabía
todo, y dijo a Pedro: “el gallo no cantará hoy antes que tú
nigues tres veces que me conoces.” Luego la cena continuó, y
tal vez Pedro pensó que el Señor estaba equivocado.
Más tarde, Jesús fue arrestado y todos los discípulos huyeron.
Pero Pedro siguió de lejos a los que llevaban a Jesús. Los judíos
habían encendido una fogata en el patio del sumo sacerdote
mientras Jesús era enjuiciado dentro. Pedro se sentó cerca de la
fogata cuando un joven siervo dijo que le había visto con Jesús.
Pedro lo negó y dijo que ni siquiera conocía a Jesús. Un poco
más tarde otra persona notó a Pedro y de nuevo lo acusó de
seguir a Jesús. Otra vez negó que era discípulo de Jesús. Pedro
tuvo miedo que alguien lo arrestara a él también. Finalmente,
otro hombre reconoció a Pedro como seguidor de Jesús. Pedro
se enojó y negó siquiera conocer a Jesús. Al decir esto el gallo
cantó y Pedro recordó lo que Jesús había dicho que ocurriría.
Pedro salió del patio y lloró amargamente. Cuán triste estaba
de haber fallado a Jesús.
Una noche, después de la resurrección, un grupo de los discí-
pulos fueron a pescar como solían hacerlo antes de ser segui-
dores de Jesús. Trabajaron toda la noche pero no pescaron
nada. Temprano en la siguiente mañana, Jesús se paró a la ori-
lla pero los discípulos no sabían que era Él. Jesús les dijo:
“echad la red a la derecha de la barcas”. Cuando los discípulos
hicieron esto las redes se llenaron tanto que ni siquiera pudie-
ron ponerlas en la barca. Juan reconoció que era el Señor quien
había realizado este milagro. Cuando llegaron a la orilla vieron
una fogata con un pez asado y pan para comer. Jesús les dijo
que trajeran un poco de los peces que acababan de pescar.
Pedro sacó 153 pescados de la red, y aún con una carga tan
grande, la red no se había roto. Fue un gran milagro. Jesús sir-
vió a los discípulos pan y pescados en esta tercera visita a ellos.
Cuando habían terminado de comer Jesús preguntó a Simón
Pedro: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Pedro
le respondió: “sí, Señor; tú sabes que te amo”. Luego Jesús dijo,
“Apacienta mis corderos”. De nuevo Jesús preguntó: “Simón,
hijo de Jonás, ¿me amas?” Pedro respondió: “Sí, Señor, tú sabes
que te amo”. Y Jesús le dijo: “Pastorea mis ovejas”. Por tercera
vez Jesús preguntó, “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?” Pedro
estaba entristecido de que Jesús le preguntara tres veces si lo
amaba. Pedro respondió: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que
te amo.” Jesús de nuevo dijo a Pedro: “Apacienta mis ovejas”.
Jesús anticipó a Pedro que con su muerte un día glorificaría a
Dios. Luego se volvió a Pedro una vez más y le dijo: “Sígueme.”
Cuán maravilloso que el Señor hablara tan personalmente al
mismo discípulo que lo había negado. Jesús perdonó a Pedro y
lo invitó a seguirlo. A pesar de nuestros fracasos, Jesús está siem-
pre listo para perdonarnos con amor y pedirnos que lo sigamos
de nuevo.
1-19-B
I. Deshonrado por un seguidor.
A. Jesús lo predijo.
B. Pedro fracasó.
II. Noche infructuosa.
A. Pescando toda la noche.
B. Jesús les preguntó.
III. El cambió el resultado.
A. Nuevas instrucciones.
B. El desayuno preparado.
IV. Un seguidor perdonado.
A. Un desafío reiterado.
B. Un plan para todos.
Actividad
La historia de hoy es muy adecuada para el
drama o teatro. Hay varias partes en la histo-
ria. Cada una compone un “acto” del drama.
Usted no necesita de disfraces o escenografía,
pero a sus alumnos les gustará representar las
varias etapas de la lección: 1) La Cena del
Señor, donde él predice la negación. 2) La
escena junto a la fogata con las acusaciones y
las negaciones seguidas por el canto del gallo.
3) Los pescadores cansados y la gran pesca.
4) El perdón y el desafío para Pedro junto a la
fogata durante el desayuno. El drama puede
ayudar a los alumnos a infundir vida o avivar
a las palabras que escuchan o leen en la Biblia.
Ellos recordarán por mucho más tiempo la
lección y los puntos del principio cuando
pueden participar en la historia.
Crecimiento del Maestro
Puede haber veces cuando usted se canse de la
tarea de preparar y presentar las lecciones para su
clase. Tal vez ha fallado ya en tiempos de prueba
que pasaron en su vida y hoy usted necesite recor-
dar que el Señor perdona con amor nuestras fal-
tas y siempre nos pedirá que lo sigamos de nuevo.
¡Qué honor es cuidar de sus ovejas! Aun con los
alumnos más jóvenes, recuerde que está alimen-
tando a los corderos del Buen Pator.
Pasajes Bíblicos:
Lucas 22:54-62, Juan 13:31-38; 21:1-22
Versículo para Memorizar:
Gálatas 5:13: “Servíos por amor los unos a los
otros.”
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 Un hogar en el cielo 1-20-B
A Notas del Maestro
ntes que Jesús fuera llevado a la Cruz, comenzó a preparar
a sus discípulos para lo que ocurriría después. Él los con-
soló diciendo: “En la casa de mi Padre muchas moradas
hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a prepa-
rar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, ven-
dré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis.” Luego Tomás preguntó al Señor cómo
llegar a ese lugar y Jesús le recordó lo que les había dicho
muchas veces. El respondió: “Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Hubo muchas veces
cuando Jesús enseñó a sus seguidores que tendrían que seguir-
lo a Él y creer en Él para tener vida eterna.
Después que Jesús fue ejecutado en la Cruz, sepultado y resuci-
tado, se apareció a sus seguidores por un período de cuarenta
días. Durante estas visitas Él les recordó de todo lo que les
había enseñado durante sus tres años de ministerio sobre la
tierra. Luego un día, les ordenó que no se fueran de Jerusalén,
sino que esperasen la promesa del Padre. Pronto serían bauti-
zados con el Espíritu Santo. Los discípulos preguntaron a Jesús
si iba a establecer su Reino en la tierra. Jesús explicó: No les
corresponde a ustedes saber estas cosas; pero recibirán poder,
cuando haya venido sobre ustedes el Espíritu Santo, y me serán
testigos “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra”.
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones finales, fue
levantado en las nubes. Los discípulos estaban mirando las
nubes cuando dos hombres vestidos de blanco aparecieron
ante ellos. “Varones galileos, —les dijeron— ¿por qué estáis
mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
Los discípulos y otros seguidores regresaron a Jerusalén, y
esperaron en un aposento alto hasta recibir el Espíritu Santo,
como Jesús les había ordenado. Nosotros también necesitamos
buscar al Espíritu Santo tal como lo hicieron esos primeros
discípulos. Jesús nos dijo que hay un maravilloso lugar llama-
do cielo donde está preparando una morada para nosotros.
El libro de Apocalipsis es el último de la Biblia y nos revela lo
que ocurrirá en el futuro. ¿Cómo es el cielo? No podemos
comprenderlo todo, pero sabemos algo al respecto. Apocalipsis
nos dice que es muy grande y hermosa. Hay todo tipo de pie-
dras preciosas con grandes puertas hechas de una perfecta
perla. Las calles son de oro puro y que la alumbra la gloria de
Dios. No hay allí nada impuro, ni muerte, ni dolor, ni llanto, ni
tristeza, sino gozo perfecto. Al final del libro hay una adverten-
cia especial. Nadie debe jamás añadir a las palabras de la Biblia
ni quitar cosas de ella. Necesitamos ser cuidadosos si alguien
trata de cambiar la palabra de Dios. Necesitamos leerla, estu-
diarla, y obedecerla, mientras esperamos el regreso de Jesús.
Es maravilloso hablar del cielo y esperar el regreso de Jesús
para llevarnos allí, pero para muchos es algo triste. No todos
irán al cielo. Dios sabe que muchos han rechazado a su Hijo,
no le han pedido el perdón de sus pecados, ni lo han seguido.
El cielo es un lugar para aquellos cuyos nombres han sido
escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Asegurémonos de
estar listos para el regreso de Jesús.
I. Jesús consoló a sus discípulos.
A. Un hogar preparado.
B. El camino al Padre.
II. Jesús ascendió al cielo.
A. Él prometió poder.
B. Ángeles prometieron su regreso.
III. La Nueva Jerusalén.
A. Descripción de la ciudad.
B. La gloria de Dios revelada.
IV. Jesús vuelve pronto.
A. El agua de vida.
B. Como está escrito.
Actividad
Fije una hoja de papel grande en una pared.
Puede ser papel de imprenta. Si no tiene papel
disponible, pegue un montón de hojas para
crear un mural largo. Ahora anime a toda la
clase a dibujar, pintar, o colorear la manera en
que imaginan que el cielo será. La lección de
hoy les ha dado algunas claves que pueden
incluir, pero también les gustará añadir todas
las cosas que creen que harían del cielo un
lugar maravilloso.
Crecimiento del Maestro
Hay una bendición especial prometida a aquellos
que leen y comparten el contenido del libro de
Apocalipsis. Hay algunos libros en la Biblia que son
más difícil de enseñar que otros, pero es importante
que estudiemos y aprendamos de toda la Biblia,
desde Génesis hasta Apocalipsis. Al estudiar toda la
Biblia personalmente, usted estará mejor preparado
para dirigir a sus alumnos a un aprecio completo
de toda la palabra de Dios. Debemos siempre
recordar la advertencia de Apocalipsis 22 de nunca
añadir o quitar nada del contenido de la Biblia.
Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para
vivir para Él hasta que regrese.
Pasajes Bíblicos:
Juan 14:1-6; Hechos 1:1-11; Apocalipsis 21-22
Versículo para Memorizar:
Juan 14:3: “Y si me fuere y os preparare lugar, ven-
dré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis.”
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 Los regalos de Navidad 1-01-C
D Notas para el maestro
ios tenía un plan especial para el más precioso regalo que Él
dio al mundo. Si comenzamos a leer la primera sección de
la Biblia que conocemos como Antiguo Testamento, encon-
traremos diversas maneras en que Dios nos recordó de ese espe-
cial regalo. Finalmente, comenzamos el Nuevo Testamento, con
las historias acerca del regalo de Dios, su Hijo Jesucristo.
José y María eran personas como otras que amaban al Señor.
Ambos recibieron la visita de un ángel que les comunicó que
eran parte un plan especial de Dios. A María le dijo que, a
pesar de que ella nunca había tenido esposo, iba a ser la madre
de Jesús. El mensaje para José fue que el niño que María ten-
dría era el Hijo de Dios y que él debía casarse con ella. Dios
dio a José y a María el regalo de la paz para que comenzaran
una vida unidos.
José y María fueron a Belén a inscribirse como ciudadanos. En la
ciudad había mucha gente y ningún lugar donde pasar la noche.
Todos los hoteles estaban llenos, no había lugar para que María
pudiera dar a luz a su bebé. Pero Dios le dio a la familia el regalo
de la paz y encontraron espacio en un establo donde Jesús nació.
Esa noche, mientras un grupo de pastores cuidaba las ovejas en
el campo, algo muy especial ocurrió. Dios envió su ángel a
anunciar la venida de su Hijo al mundo, el regalo para todos
nosotros. El ángel dijo a los pastores que tenía noticias que iban
a causar gozo a todo el pueblo. De repente, el cielo se llenó de
ángeles que alababan a Dios y anunciaban que Él había enviado
su paz a través del niño.
Los pastores de inmediato emprendieron el viaje a Belén para
ver al niño; habían recibido noticias de gran gozo. Estos sencil-
los y esforzados pastores, repentinamente sintieron el corazón
rebosante del regalo de gozo. La Biblia dice que fueron y anun-
ciaron la noticia a otros, porque los ángeles dijeron que el
regalo de gozo era para todo el pueblo.
En el principio, Dios prometió que nos daría su amor. Desde el
jardín del Edén, cuando el pecado nos separó de Dios, Él
prometió enviar un regalo de amor para restaurar esa relación.
Jesús nació y con Él recibimos el regalo de amor de Dios para
el mundo. La Biblia dice en Juan 3:16: “Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Dios nos envió el maravilloso regalo de su amor a través de su
Hijo, Jesús.
Aquella Navidad recibimos otro regalo: esperanza. Dios sabía
que estábamos perdidos y sin esperanza en este mundo lleno
de pecado, y que lo único que podíamos esperar era la muerte
y el infierno. El plan de Dios era proveer un sacrificio que
pagaría por el pecado, para que tuviéramos esperanza de estar
un día en el cielo. Dios nos dio el don de la esperanza a través
de su Hijo, Jesús. El niño creció, se convirtió en un hombre, y
enseñó al mundo el plan de Dios. Más tarde Él fue el regalo
que trajo esperanza para muchos. El regalo de esperanza estaba
envuelto en el cuerpo de Cristo que fue herido en la Cruz para
pagar por nuestro pecado.
La Navidad es el tiempo en que celebramos el mayor de todos
los regalos: Jesucristo, el Hijo de Dios.
I. El regalo de la paz.
A. El plan para María y José.
B. El establo en una ciudad llena de
gente.
II. El regalo del gozo.
A. La aparición de los ángeles.
B. El corazón de los pastores.
III. El regalo del amor.
A. La promesa desde el comienzo.
B. La venida del Salvador.
IV. El regalo de la esperanza.
A. La restauración de lo que se había per-
dido.
B. Los regalos de la Navidad están aquí.
Actividad
Use material de desecho con el fin de deco-
rar cajitas para regalos. La idea es usar
materiales comunes y baratos para hacer
hermosas decoraciones. Dentro de la cajas
ponga papeles en los que se lea cada uno de
los cuatro regalos que se mencionaron en la
lección. Ayude a los alumnos a comprender
que Dios usó lo humilde y vil de este
mundo para presentar al mundo los más
hermosos regalos.
Crecimiento del maestro
La historia de hoy es un perfecto ejemplo de
cómo se puede asociar la lección con objetos para
hacerla más memorable. Usted puede abrir
cualquiera de los regalos que contiene uno de los
puntos de la lección, o sacar uno por uno los cua-
tro papeles de una caja, conforme presenta la his-
toria. Siempre que abran un regalo los alumnos
recordarán los puntos de esta lección. Esta sencilla
actividad los ayudará a recordar siempre los
regalos que nos ha dado Dios.
Lectura bíblica
Lucas 2:1-20
Versículo para memorizar
Lucas 2:10 — “Os doy nuevas de gran gozo, que
serán para todo el pueblo”.
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 Maravillosas noticias en la Pascua 1-02-C
L Notas para el maestro
os periódicos de todo el mundo quieren atraer la atención de
las personas a las noticias especiales. Lo que afecta a mayor
número de personas es lo que recibe más atención de quienes
escriben las noticias y de quienes las leen. En la lección de hoy
comentaremos noticias que han afectado a todo el mundo y que
siguen siendo las mejores noticias que hemos recibido.
Jesús había pasado tres años de su vida enseñando a las multi-
tudes, y había dedicado aun más tiempo al grupo de doce
hombres que consideraba sus discípulos. Estos y otros
seguidores habían visto a Jesús hacer muchos milagros y lo
habían escuchado predicar acerca del reino de Dios. Uno de los
seguidores, Judas, había decidido entregar a Jesús a los líderes
religiosos. Después de la cena de la Pascua, Jesús y sus discípu-
los estaban en el jardín, orando, cuando llegó Judas que guiaba
a los guardias del templo. Jesús fue arrestado a pesar de ser
inocente. Todos sus seguidores huyeron.
Cuando acusaban a Jesús, uno de los discípulos miraba desde
lejos. Afuera, en el patio, Pedro, seguidor de Jesús, también
quería ser leal, pero tres veces negó conocerlo. Jesús enfrentó
insultos, falso testimonio. Después de horas, burla, y tortura,
Jesús finalmente fue sentenciado a morir.
Se exigió que Jesús sufriera la muerte dolorosa y humillante de
la crucifixión, una muerte reservada para aquellos que habían
cometido graves delitos públicos. Jesús vino a buscar y a salvar
lo que se había perdido, a ayudar a la gente. Vino a traer amor,
sanidad, y esperanza, pero fue ejecutado delante de todos para
calmar a las multitudes. La cruel sentencia de muerte era parte
del plan de Dios. A pesar de su inocencia Jesús sabía que ten-
dría que morir para pagar por las faltas del pueblo. Su muerte
nos daría nueva vida.
Uno de los seguidores de Jesús puso el cuerpo de este en una
tumba, y los soldados la sellaron e hicieron guardia para que
nadie robara el cuerpo. Los líderes recordaban que Jesús había
prometido que se levantaría de los muertos, y estaban seguros
de que alguien trataría de robar el cuerpo para hacer creer a los
demás que Jesús estaba vivo.
El tercer día, la tierra tembló, la piedra que cubría la entrada del
sepulcro fue removida, y Jesús resucitó. Los soldados que cuida-
ban el sepulcro recibieron mucho dinero, solo debían decir que
los discípulos habían robado el cuerpo. Jesús comenzó a apare-
cer en diversos lugares y los discípulos lo vieron y creyeron en
la resurrección. Lo habían visto morir; habían visto un sepulcro
sellado. Ahora veían que Jesús volvía a aparecer y que les
enseñaba. Todo lo que había ocurrido era parte del plan de
Dios. Los discípulos debian entender que Él había pagado por
el pecado de ellos y que haría lo mismo por el pecado de
cualquiera que creyese en él. Durante cuarenta días, Jesús les
recordó que debían ir y comunicar estas buenas noticias a todo
el mundo. Finalmente, subió al cielo en una nube, ante la mira-
da de los discípulos.
Todas estas eran buenas noticias. Se cumplieron todas las prome-
sas que Jesús había hecho. La mayoría de las historias que se
cuentan, con el tiempo se vuelven anticuadas y pierden impor-
tancia, pero estas buenas noticias todavía hoy son importantes.
I. Arresto y juicio de Jesús.
A. Traición, negación, y falsa acusación.
B. Sentenciado a morir.
II. Muerte y sepultura de Jesús.
A. La cruel crucifixión.
B. Una tumba sellada.
III. La resurrección de Jesús.
A. Muchos testigos.
B. El ascenso.
IV. Las promesas de Jesús
A. Poder para los creyentes.
B. Su regreso.
Actividad
Piense en algo que represente la nueva vida:
una nueva estación o prados que comien-
zan a crecer. Puede plantar algunas pocas
semillas para que los alumnos vean el mila-
gro que ocurre cuando la semilla que
aparentemente no tiene vida, comienza a
brotar y a crecer. A algunos les gusta
enseñar el comienzo de la nueva vida con
el nacimiento de los seres vivos, como los
polluelos que recién salen del cascarón. Así
como Dios devolvió la vida a un cuerpo
muerto que estaba encerrado en un sepul-
cro, quiere tomar a quien está atrapada por
el pecado y darle vida también.
Crecimiento del maestro
Puesto que hoy se habló de la nueva vida que
Dios quiere dar al pecador, obviamente esta lec-
ción demanda una respuesta de sus alumnos. Esta
celebración puede ser la oportunidad de que
alguien por primera vez escuche acerca de la obra
de Cristo. Muchos nunca han escuchado del
Cristo que murió por los pecados y que resucitó.
Cuando se prepare, ore y pida a Dios que en el
momento de concluir algunos puedan responder
al llamado de salvación.
Lectura bíblica
Lucas 22-24
Versículo para memorizar
Lucas 24:46 — “Así está escrito, y así fue necesario
que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos
al tercer día; y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de los pecados en todas
las naciones, comenzando desde Jerusalén.”
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 El Día de Pentecostés 1-03-C
L Notas para el maestro
ucas, uno de los principales ayudantes del apóstol Pablo,
escribió el Evangelio de Lucas para dar a conocer la vida de
Jesús. También escribió el libro de los Hechos. Lucas
comenzó este libro con una explicación. En el primer libro
había escrito “acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a
hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba,
después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a
los apóstoles que había escogido.” Lucas escribió el libro de los
Hechos para referir lo que ocurrió después.
Cuarenta días después de haber resucitado, Jesús apareció a
muchas personas. Uno de esos días, Jesús dio instrucciones
específicas a sus discípulos. Les dijo que no se fueran de
Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre. Jesús ya les
había anunciado que un día se iría, pero que no los dejaría solos.
Él que necesitarían poder especial, y sabía que el Padre había
prometido dar a los creyentes ese poder en el Espíritu Santo.
Cuando Jesús ascendió, los discípulos comenzaron a obedecer
estas instrucciones. Eligieron a Matías para que ocupara el lugar
de Judas. Después encontraron una habitación en la parte supe-
rior de una casa donde esperarían la promesa del Espíritu Santo.
Había casi ciento veinte personas reunidas en esa habitación.
Todos esperaban unidos; todos tenían el mismo deseo de
obedecer a Dios y recibir lo que Él tenía para ellos. Ellos habían
orado juntos y habían esperado durante diez días antes de que
ocurriera lo milagroso.
En la Biblia leemos que el día de Pentecostés, que era una cele-
bración especial del pueblo judío, “de repente vino del cielo un
estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó
toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron
lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno
de ellos.” Estas señales visibles les dieron seguridad de que la
presencia de Dios estaba con ellos. Todos fueron llenos del
Espíritu Santo. La Biblia dice que supieron porque comenzaron
a hablar en otras lenguas. Este nuevo idioma era la evidencia
que Dios continuaría usando para que la gente supiera que
habían sido llenos del Espíritu Santo. Hoy decimos que esa
experiencia en nuestra vida es el bautismo en el Espíritu Santo.
La gente se sorprendió cuando escuchó el ruido del viento y las
lenguas extrañas que venían de esa habitación. Se burlaron de
ellos y dijeron que estaban ebrios. Pero Pedro se paró y comenzó
a explicar exactamente lo que había ocurrido. El mismo hombre
que se acobardó cuando una niña lo identificó como un
seguidor de Cristo, ahora con valor se dirigió a la multitud de
curiosos. El Espíritu Santo dio poder a Pedro para que explicara
la promesa que se había cumplido aquel día. Pedro también les
habló de la muerte y de la resurrección de Jesucristo, el Hijo de
Dios, y del perdón de pecados. Los que escuchaban preguntaron:
“¿Qué podemos hacer?” Pedro les respondió que necesitaban
arrepentirse de sus pecados, para recibir el perdón de Dios, ser
bautizados, y recibir el don del Espíritu Santo. Cerca de tres mil
personas fueron salvas aquel día.
La poderosa obra del Espíritu Santo no se detuvo aquel día. El
mismo poder del Espíritu Santo está a nuestra disposición hoy.
Dios quiere que todos sus creyentes reciban ese poder que los
hará valerosos testigos de Él.
I. Una promesa.
A. El desarrollo de la historia.
B. Nadie falta en el grupo.
II. Los discípulos.
A. Obedecieron el mandato.
B. Esperaron la respuesta.
III. La presencia de Dios.
A. El viento y el fuego.
B. La evidencia de las lenguas.
IV. El poderoso impacto.
A. Las multitudes que fueron afectadas.
B. El mundo que se debe alcanzar.
Actividad
Consiga mapas del vecindario, de la ciudad,
del país, y del mundo, para ayudar a los
alumnos a entender el mandato de Jesús.
Los discipulos debran ser testigo en el lugar
donde ellos habitaban: vecindario, ciudad, y
nación. Después, quería que fueran hasta los
cofines de la tierra. En el mapa o en el globo
terráqueo ubique el lugar más alejado de su
iglesia o de su país. Ore para que la gente en
ese lugar pueda escuchar y responder al
evangelio. Después comience a acercarse a
su iglesia o a su país y ore por otras ciudades
y países más cercanos. Finalmente, ore por
las personas del barrio, o de la escuela, o del
trabajo, que necesitan aceptar a Jesús.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy es parte integral de la vida cris-
tiana. La plenitud del Espíritu Santo no es una
opción; es necesaria en la vida de todo creyente.
Necesitamos el poder para ser maestros efectivos,
y para testificar con valentía. El bautismo en el
Espíritu Santo, como la salvación, es un don gra-
tuito, y Dios no ha establecido límites de edad,
experiencia, o ningún otro requisito especial para
esta experiencia. Anime a cada creyente a buscar
el poder que lo ayudará a vivir para Dios.
Lectura bíblica:
Hechos 1-2
Versículo para memorizar:
Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya
venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra.”
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 Día de las Madres
H Notas para el maestro
oy estudiaremos cuatro madres que se mencionan en las
Escrituras. Veremos que una madre es un ejemplo impor-
tante en la vida de sus hijos. De ella, aprendómos a orar,
vivir, obedecer, y guiar a otros a Cristo.
Ana no podía tener hijos y siempre pedía a Dios que le diera
uno. Ella pasaba muchas horas orando en el templo, pero ese
día lloró y oró con mucho fervor. Ana hizo una promesa a
Dios; si Él la bendecía con un hijo, ella lo de volviería a Dios
para que le sirviera el resto de su vida. El sacerdote Elí notó
que al orar Ana solo movía los labios, él no podía entender
porque ella oraba silenciosamente. Elí le dijo que se fuera
porque Dios ya había respondido su petición. Ella se fue con
plena seguridad de que Dios había respondido. Tuvo un hijo y
lo llamó Samuel. Cuando este creció, Ana lo llevó al templo
para que fuera un siervo del Señor. Todos los años ella lo visi-
taba y le traía ropas nuevas que ella misma confeccionaba.
Samuel creció con el conocimiento de que él era la respuesta
de la oración y de la fe en el Dios de su madre.
Noemí perdió a sus hijos y a su esposo. Ella vivía con dos
nueras en un país extraño y sin modo de proveer a las necesi-
dades de las tres. Sentía tal cariño por las esposas de sus hijos,
que les rogó que regresaran al hogar de los padres y que se
volvieran a casar. Ella estaba dispuesta a quedarse sola para que
ellas pudieran tener una mejor vida. Rut no quiso dejar a su
suegra. Noemí llevó a Rut a su tierra; le enseñó la cultura y la
ayudó a encontrar un hombre para que la amara y cuidara de
ella. Noemí fue un hermoso ejemplo para Rut de que una
madre muestra su amor a pesar del sufrimiento. Dios bendijo
con nietos los últimos años de vida de Noemí.
Dios eligió a María para que fuera la madre de su Hijo, Jesús.
El corazón de María estaba dispuesto a servir a Dios. Cuando
el ángel le anunció el plan de Dios, ella recibió la noticia con
perplejidad, pero cuando se le explicó el plan divino se llenó de
gran gozo. Jesús nació y María lo vio crecer. La Biblia nos dice
que desde el principio María atesoraba en su corazón todas las
cosas relacionadas con su hijo Jesús.
María vio como Jesús se convertía en el hombre que estaba dis-
puesto a hacer los milagros que Dios había planeado. María
sabía que Jesús proveería vino en la boda de Caná. María fue
testigo de los milagros y escuchó las enseñanzas de Jesús
durante los tres años de ministerio. Ella los atesoró en su
corazón. Al pie de la Cruz, cuando Jesús estaba en su más inten-
sa agonía, Él se preocupó de que alguien cuidara de su madre.
María estuvo junto al sepulcro y también fue uno de los ciento
veinte, en el día de Pentecostés, siempre obediente a Dios.
Cuando la iglesia primitiva comenzó a crecer, surgió un joven de
mucha fe. Timoteo se convirtió en uno de los especiales discípu-
los de Pablo, el gran misionero, evangelista, y apóstol. Timoteo
era hijo de un griego y Eunice, una mujer piadosa. A pesar de la
incredulidad de su padre, Timoteo creció como un joven de gran
fe. Pablo se refirió a la maravillosa herencia espiritual que el joven
había recibido de su madre y de su abuela, Loida. Miles de per-
sonas fueron alcanzadas con el evangelio a través del ministerio
de este joven. Eunice y Loida son un ejemplo de la influencia que
las mujeres piadosas pueden tener en las futuras generaciones.
1-04-C
I. Ana, una madre de oración.
A. Un modelo de oración.
B. Una promesa cumplida.
II. Noemí, una madre que se preocupó de
otros
A. Sacrificio en la pérdida.
B. Cuidado de una hija.
III. María, una madre especial.
A. A disposición de Dios.
B. Tesoros en el corazón.
IV. Loida, una madre que influyó en genera-
ciones.
A. Una fe compartida.
B. Líder de los nietos.
Actividad
Haga tarjetas o escriba cartas para saludar a
las madres. Ayude a los alumnos a deletrear
la palabra mamá en forma vertical en el
lado izquierdo de la hoja. Con cada letra
comience una oración o un párrafo acerca
de la madre. Lo que escriba pueden ser
atributos o acciones por los que debe
agradecer a su madre. La actividad sugerida
es un acróstico y es una buena manera de
enfocar la atención en lo que queremos
destacar en relación con la palabra madre.
Crecimiento del maestro
Sea usted hombre o mujer, la Biblia dice que Dios
tiene en alta estima las características maternales.
Dios quiere que honremos a nuestra madre. Tal
vez para usted o para sus alumnos es difícil cele-
brar el Día de las Madres. No todas las personas
han tenido el privilegio de haber sido criados por
una madre temerosa de Dios. Aun así, usted
puede usar esta festividad para honrar el ideal de
madre que permite que Dios la use. Tal vez usted
puede influir para que alguna madre decida obe-
decer a Dios y seguir el camino que Él ha trazado
para ella. Aproveche bien esta oportunidad.
Lectura bíblica
1 Samuel 1-2:1,21; Rut; Lucas 1—2; Juan 2:1-11;
19:25-27; Hechos 1:9-14; 2 Timoteo 1:5.
Versículo para memorizar
Lucas 1:45 “Bienaventurada la que creyó, porque se
cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.”
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 Día del pastor
N Notas para el maestro
uestro Dios hace todo de manera ordenada. En el Antiguo
Testamento nos damos cuenta de que Él estableció una
línea de autoridad, y llamó a personas especiales para que
desempeñaran las labores del templo y para que hablaran al
pueblo en su nombre. Después, Cristo vino y nos mostró que los
líderes deben ser siervos que obedecen la voluntad del Padre.
Finalmente, el Señor estableció que creyentes fueran llenos del
Espíritu Santo a fin de que tuvieran el poder y la dirección que
necesitaban para llevar el Evangelio a todo el mundo e hicieran
discípulos en todas las naciones. La iglesia primitiva comenzó a
crecer y, a través de la pluma de Pablo, el Espíritu Santo comen-
zó a dar direcciones más específicas para los líderes o pastores.
Según Pablo, los líderes son como los pastores que cuidan del
rebaño de Dios. Él dijo: “Si alguien aspira a un puesto de diri-
gente, a un buen trabajo aspira”. En las cartas a Timoteo y a
Tito, Pablo continuó proyectando una clara visión de las tareas
y calificaciones de un pastor. Pablo comparó la función de un
pastor con la de un soldado, con la de un agricultor, y de un
pastor de ovejas. Un pastor debe defender la iglesia y la Verdad,
debe plantar la semilla del evangelio y de las verdades bíblicas.
Un soldado provee a las necesidades, un agricultor bebe el jugo
de las uvas, y el pastor obtiene leche del ganado, así como el
ministro o “pastor” recibe honra de la iglesia. En el Nuevo
Testamento varias veces se cita las palabras del Antiguo
Testamento: “No pondrás bozal al buey que trilla.” Dios, con
esta declaración, enseña que un pastor debe recibir lo que
necesita de la iglesia donde trabaja.
El pastor también debe tener una sola esposa y sus hijos deben
obedecerlo. Dios espera que el líder organice y dirija su hogar
antes de darle la responsabilidad de dirigir y organizar una
iglesia. “Liderazgo” no sólo quiere decir orden, sino provisión y
cuidado de los que están bajo la responsabilidad del pastor.
Hay muchos pastores que quieren satisfacer las necesidades de
la iglesia, pero se olvidan que primero, según el orden de Dios,
deben satisfacer las necesidades de propio hogar. Cuando una
iglesia provee a las necesidades de un pastor, la esposa, y la
familia, cosechará el beneficio de que él tenga libertad de aten-
der las necesidades de la congregación.
El llamado del pastor es una bendición y una responsabilidad.
Pablo constantemente advierte y desafía a Timoteo: “ejercítate
para la piedad”. Los atletas y los soldados deben someterse a
entrenamiento para ser más competentes. Aunque el ejercicio
físico es bueno, el entrenamiento espiritual debe superar
cualquier otra distracción en la vida del pastor. Una iglesia
que en vez de añadir una carga al pastor, lo honra y lo ayuda a
satisfacer sus necesidades, a atender su hogar, y responde a la
enseñanza, también hará posible que él enfoque la atención en
su entrenamiento espiritual.
La iglesia debe honrar la posición bíblica del pastor por obede-
cer la palabra de Dios. La iglesia necesita ayudar al pastor a
cuidar de su hogar para que él tenga libertad de satisfacer las
necesidades de otros. La iglesia debe entender el entrenamiento
espiritual del pastor y la lealtad que harán posible que sea un
líder sometido a Dios. El más grande honor es que la gente que
Dios ha puesto bajo su cuidado, responda a la enseñanza.
1-05-C
I. Honrar la posición.
A. La función del pastor.
B. El principio del honor.
II. Honrar el hogar.
A. Atender la familia.
B. Atender las necesidades.
III. Honrar el llamado.
A. La gran responsabilidad.
B. La lealtad a Dios.
IV. Honrar el trabajo.
A. Responder al mensaje.
B. Ayudarlo a llevar la carga.
Actividad
Organice una actividad especial para
reconocer al pastor. Prepare poemas, can-
ciones especiales, o pequeños discursos para
expresar el aprecio hacia el líder espiritual.
Celebre la bondad de Dios manifestada a
través de su pastor. Esta también sería una
buena oportunidad de animar a toda la
iglesia a que exprese palabras de aprecio.
Permita que los alumnos ocupen algunos
minutos de la clase para escribir tarjetas o
cartas de saludo.
Crecimiento del maestro
Los pasajes de las Escrituras de la lección de hoy
están llenos de advertencias, ayudas, y principios.
Generalmente estos pasajes se aplican al pastor o
al líder principal de la iglesia; sin embargo, tam-
bién son una buena norma para todos los
creyentes en posición de autoridad o de influen-
cia. Como maestro usted debe influir en sus
alumnos. Lo mismo que se pide a los líderes –“sé
ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe, y pureza”— es importante verlo
en la vida de un maestro.
Lectura bíblica
Hechos 20:28-31; 1 Corintios 9:7-14; 1 Timoteo;
2 Timoteo; Tito
Versículo para memorizar
1 Timoteo 5:17 — “Los ancianos que gobiernan
bien, sean tenidos por dignos de doble honor, may-
ormente los que trabajan en predicar y enseñar.”
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 Día de la independencia nacional 1-06-C
G Notas del maestro
eneralmente se habla en el sentido político porque se la
relaciona con un sistema de gobierno, pero nosotros
comentaremos la libertad espiritual. Jesús dijo: “aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado”. Después explicó que Él, el
Hijo de Dios, liberaría a la gente de la esclavitud. Jesús hablaba
a los judíos que vivían bajo los terribles gobernantes romanos.
Él no hablaba de libertad política, sino de la libertad espiritual.
Quería que supieran que a pesar de lo que ocurriera en el país,
Él era el único que podía darles verdadera y eterna libertad.
Miremos esta misma idea en un pasaje de los Salmos.
Así como los judíos habían perdido la libertad por causa de los
romanos, el escritor de los Salmos dice que nuestra alma se
abate “hasta el polvo”. Muchos sufren por la esclavitud del
pecado, de las muchas responsabilidades, de una enfermedad,
o de las circunstancias que no pueden evitar. El primer paso
para la libertad de cualquier persona es que venga a Cristo,
quien con su muerte pagó para hacernos libres. Una vez que
pedimos a Cristo que nos perdone, somos libres de la esclavi-
tud del pecado, aunque tal vez todavía las circunstancias sean
difíciles. El escritor de este Salmo, no pide escapar de la dificul-
tad, sino que se le enseñe las Escrituras. A veces necessitamos
pedir a Dios que mos enseñe las lecciones de su Palabra en vez
de pedir ser liberados de la dificultad. El salmista primero
quiere comprender las enseñanzas de Dios y meditar en ellas.
Los esclavos siempre están cansados. El salmista admitió que la
esclavitud hacía que su alma se cansara y que se entristeciera.
Él entendió que su alma no se animaba cuando pensaba en la
falta de libertad, así que pidió a Dios que lo fortaleciera con la
Palabra. Hay veces en que tal vez nos sentimos tristes y nos
cansamos cuando pensamos en el lugar donde vivimos, pero
también podemos pedir a Dios que nos fortalezca con su
Palabra. Nos fortalecemos cuando leemos las promesas de Dios
de que nos liberaría de la eterna esclavitud del pecado. Tal
como el salmista, nosotros también podemos pedir que la
Palabra proteja nuestra vida. Que nos guarde del pecado, y que
nos muestre la gracia de Dios cuando pecamos.
La palabra de Dios es como un camino recto por el que debe-
mos andar. Algunos se quejan de los mandamientos que hay en
la Biblia, pero Dios nos ha dado estas reglas para que reconoz-
camos su camino. El salmista pidió a Dios que lo ayudará a
correr en la senda de sus mandamientos. En otras palabras,
quería estar siempre dispuesto a seguir a Dios y a obedecer su
Palabra. Algunos tal vez piensan que esta es una difícil manera
de vivir y que priva de la libertad. ¡Al contrario!
El salmista dice que el camino de Dios libera su corazón. Hay
libertad cuando vivimos según la palabra de Dios, esa es nues-
tra delicia. Solo Dios puede guardar nuestra vida en justicia. Él
lo hace con aquellos que obedecen su Palabra. En vez de vivir
sometidos a la esclavitud de la desobediencia y del pecado,
Dios nos anima a que corramos con libertad en la senda que Él
nos traza en su Palabra.
La verdadera libertad es por vivir según la Palabra. La Biblia es
la Palabra escrita de Dios que aplicamos hoy, y, como Juan
explicó, Cristo es la Palabra viva. ¡Celebremos el día de nuestra
independencia!
I. El mundo en esclavitud.
A. Lugares en el polvo.
B. La lección que debemos aprender.
II. La Palabra nos fortalece.
A. Guardemos nuestra vida.
B. La gracia.
III. La Palabra, el camino a la verdad.
A. Dispongamos el corazón.
B. Plena obediencia.
IV. La Palabra nos hace libres.
A. Nuestra delicia.
B. Una vida de justicia.
Actividad
Pida a los alumnos que hagan un gran
mural. Pegue varias hojas de papel. Ponga
una bandera del país, un mapa, y otros
objetos que representen la producción del
país, la gente, la cultura de su nación. Esta
exposición puede colgarse en un lugar
donde todos la vean, como un símbolo del
respeto que debemos tener por las autori-
dades que Dios ha puesto sobre nosotros.
Después pida a los alumnos que se reúnan
frente al mural y dirija una oración por el
país y sus líderes. Celebre usted o no la
libertad política, sus alumnos deben
aprender a orar por los líderes.
Crecimiento del maestro
La iglesia existe en una comunidad y en medio de
ciertas condiciones políticas. La Biblia claramente
expresa que debemos honrar a quienes están en
autoridad, debemos obedecer las leyes de la tierra,
y orar por los líderes. Además, más que la condi-
ción política, la Biblia trata con las condición del
alma del hombre, porque la condición espiritual
es eterna y los gobiernos de este mundo no lo
son. Cuide de no enseñar lo que no tiene relación
directa con la Biblia. Como el salmista, dirija su
atención a la Palabra como su guía.
Lectura bíblica
Salmo 119:25-40; Juan 8:34-36
Versículo para memorizar
Salmo 119:32 — “Por el camino de tus man-
damientos correré, cuando ensanches mi corazón.”
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1-06-C
 Día del trabajo
D Notas del maestro
ios creó un hermoso jardín y puso en él al hombre y a la
mujer. El jardín y todas las criaturas en aquel lugar esta-
ban bajo el cuidado de Adán. Desde el comienzo, Dios
quiso que el hombre trabajara. El trabajo no es consecuencia
de la desobediencia del hombre, sino que es una de las activi-
dades buenas y naturales derivadas de la creación del hombre.
Cuando el pecado afectó al mundo el trabajo se hizo más difí-
cil, pero aun así, la voluntad de Dios era que el hombre inclu-
yera el trabajo en su estilo de vida. La manera en que traba-
jamos y lo que recibimos por nuestro trabajo ha variado a lo
largo de la historia, pero siempre el hombre ha recibido una
retribución por su trabajo. Un joven llamado Jacob trabajó
para su suegro y esperaba recibir una forma de pago común en
los tiempos del Antiguo Testamento. Él trabajó siete años para
casarse con la hija de su patrón. Después, Jacob trabajó para su
propia familia y también para servir a Labán, su suegro.
En la Biblia hubo ocasiones en que Dios pidió a alguien que
trabajara esforzadamente para cumplir parte de su plan. Dios
pidió a Noé que construyera un arca para rescatar a animales y
personas de una gran inundación que vendría sobre la tierra.
El Antiguo Testamento también cuenta la historia de Débora.
Esta mujer era juez, y en el desierto se sentaba debajo de una
palmera a juzgar los problemas de los israelitas. Como líder del
pueblo de Dios, Débora escuchaba todas las necesidades y las
quejas y después decidía según los principios de Dios. Después
de mucho sufrimiento, Dios dijo a Débora que el ejército judío
vencería al enemigo que lo subyugaba. El líder del ejército no
quiso ir a la batalla, se negó, y Débora dirigió el pueblo a la
victoria. Dios usó a una esforzada mujer para cumplir su plan.
Cuando estudiamos el crecimiento de la iglesia del Nuevo
Testamento, leemos que Pablo y algunos de sus colaboradores
trabajabron como fabricantes de tiendas para ganarse el susten-
to. Estos creyentes estuvieron dispuestos a trabajar para apoyar
el ministerio que Dios les había dado. Cierto día Pablo se reunió
junto al río con Lidia y otras mujeres que querían conocer a
Dios. Lidia era una mujer de negocios. Ella viajaba a diferentes
ciudades para vender púrpura. Lidia y todos los que vivían en su
casa aceptaron al Señor y fueron bautizados. Después de esto,
Lidia invitó a Pablo y sus compañeros a que se quedaran en su
casa para que ella pudiera apoyar el ministerio de ellos. Esta
dama adinerada y de buena reputación pudo usar su dinero, su
hogar, y su alimento para apoyar a los hombres que Dios había
enviado a predicar a aquella área.
El trabajo es una forma en que un cristiano puede compartir
su fe. La manera en que hacemos nuestro trabajo refleja
nuestro carácter o lo que hay en nuestro corazón. La Biblia
dice que debemos trabajar esforzadamente y que debemos
hacer lo mejor, como para el Señor. Las Escrituras nos dicen
que trabajemos diligentemente aunque nadie nos esté
vigilando, y que aprovechemos sabiamente el tiempos y los
recursos de nuestro patrón. La manera en que hacemos
nuestro trabajo es parte de nuestro testimonio personal. Hoy,
demos gracias a Dios por el trabajo que nos ha dado.
1-07-C
1. El trabajo es parte de la vida.
A. Adán trabajó.
B. Jacob ganó a su esposa.
2. El trabajo es parte del plan de Dios.
A. Noé construyó un arca.
B. Débora, una juez y una líder.
3. Trabajo que respalda el ministerio.
A. Pablo, el fabricante de tiendas.
B. Lidia, la vendedora de púrpura.
4. Trabajo como testimonio.
A. Trabajo que muestra el carácter.
B. Trabajo que gana a los perdidos.
Actividad
Entreviste a personas con diferentes traba-
jos. Antes de la entrevista, explique el tema
de la lección y diga a los invitados que los
alumnos les preguntarán acerca de su traba-
jo, y cómo ellos pueden mostrar carácter
cristiano y ganar a los perdidos a través de
lo que hacen. Trate de conseguir repre-
sentación para una amplia variedad de tra-
bajos de modo que los alumnos vean que sí
podemos servir al Señor en nuestro trabajo.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy trata con el trabajo secular, pero
los mismo principios —diligencia, honradez, y
productividad— se aplican a los trabajos o minis-
terios que desempeñamos para el Señor en la igle-
sia. Su clase es un tipo de trabajo para el Señor.
Sus alumnos deben ser capaz de ver la dedicación
con que usted se prepara para realizar el trabajo.
Cuando usted llega atrasado, sin prepararse, o
solamente lee la lección y no incluye otras activi-
dades, los alumnos se darán cuenta de que usted
como maestro no ha entregado lo mejor.
Lectura bíblica
Génesis 2:15; 3:17-19; 29:15-30; 6-9; Jueces 4-5;
Hechos 18:1-4; 16:13-15; Efesios 6:5-9;
Colosenses 3:22-25.
Versículo para memorizar:
Colosenses 3:23 — “Y todo lo que hagáis, hacedlo
de corazón, como para el Señor y no para los
hombres.”
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 Día del agradecimiento: celebración de la cosecha 1-08-C
E Notas del maestro
n el Antiguo Testamento, Dios enseñó al pueblo la impor-
tancia de celebrar la cosecha. Dios quería que la gente
supiera que Él era quien había provisto el fruto de la
cosecha y que Él era quien debía ser honrado en ese tiempo.
Cada año se planeaban varias celebraciones especiales. La
palabra de Dios indica los diversos animales y tipos de ofrendas
que se debían presentar, pero Dios también quería que la gente
lo honrara de otras maneras. Una de las celebraciones era la
fiesta de las primicias. Esta era la primera celebración de la
cosecha que tenía relación con el fruto que se segaría: la cebada.
Dios ordenó que al comienzo de la estación, cada jefe de familia
debía mecer un manojo de cebada delante de Dios y quemar
parte del grano como una ofrenda de agradecimiento. Durante
siete días la gente debía comer solo pan sin levadura, porque
esta representa el pecado. Esta práctica les recordaba que Dios
los había escogido para que fueran limpios delante de Él. Esta
celebración venía inmediatamente después de la celebración de
la Pascua.
Exactamente siete semanas más tarde, celebraban la fiesta de
las semanas, que también se conoce como Pentecostés porque
se celebra 50 días después de la Pascua. En esta fiesta el jefe de
familia llevaba los primeros frutos de la cosecha del trigo. El
sacerdote mecía dos panecillos delante del altar para agradecer
a Dios la cosecha de la temporada. Estos panes tenían levadura,
y recordaban al pueblo que Dios había provisto la cosecha
tanto para judíos como para gentiles.
Las celebraciones del Antiguo Testamento eran figuras que
enseñaban a la gente acerca del Mesías que estaba por venir. El
Nuevo Testamento nos enseña que Cristo vino para cumplir
estas figuras y para ayudarnos a entenderlas. Jesús fue crucifica-
do durante el mismo tiempo en que los judíos sacrificaban el
cordero pascual, porque Él es la ofrenda por el pecado. El pan
sin levadura se usaba para representar el mensaje de salvación
que primero recibieron los judíos. Pero cuando se cumplió el
tiempo, después de cincuenta días, durante la celebración de
Pentecostés, con el bautismo en el Espíritu Santo, Dios encendió
la chispa que iniciaría la cosecha entre judíos y gentiles.
Jesús dijo a sus discípulos que el trigo estaba maduro y que
se necesitaba obreros para la cosecha. Las gavillas represen-
tan a las personas que necesitan a Cristo y los creyentes que
los guían a Cristo son los obreros que trabajan en los cam-
pos. Jesús animó a todos sus discípulos a que trabajaran en
la cosecha.
La iglesia primitiva vivió la cosecha de almas en muchas partes
del mundo. En Pentecostés, Dios usó el día en que el sacerdote
presentaba los panecillos como símbolo de todo el mundo, judíos
y gentiles, que necesita ser rescatado del pecado. En el libro de los
Hechos, multitudes creyeron, fueron bautizados, y recibieron la
plenitud del Espíritu Santo para convertirse en obreros.
Hoy, el mundo es como un campo que está listo para la
cosecha. Los esfuerzos misioneros en el mundo es el trabajo de
los obreros que han salido a cosechar. Una día la cosecha termi-
nará y vendrá el juicio para aquellos que no quisieron aceptar al
Señor. Demos gracias a Dios porque en su bondad ha provisto
lo que necesitamos.
I. Celebraciones en la antigüedad.
A. Dios muestra su bondad.
B. Honremos a Dios con nuestro
agradecimiento.
II. Cosechemos lo que Cristo enseñó.
A. La cosecha como símbolo.
B. La necesidad de obreros.
III. La cosecha en la iglesia primitiva.
A. El poder de la cosecha.
B. Las historias de la cosecha.
IV. Los campos del mundo están maduros.
A. La obra misionera en el mundo.
B. La cosecha final.
Actividad
Haga una línea de tiempo que ayude a sus
alumnos a ver la progresión de las fiestas,
las actividades o sacrificios que se practica-
ban, y la relación con la vida de Cristo. En
la parte superior de la línea de tiempo
ponga el número de semanas o fechas. En
seguida escriba los nombres de las celebra-
ciones y los símbolos que se usa en
Levíticos para explicarla. Bajo cada símbolo
señale la relación con Cristo como
cumplimiento de aquel símbolo, y las fechas
del Nuevo Testamento.
Crecimiento del maestro
Lleve a la clase pan sin levadura, pan con levadu-
ra, y, si es posible, una gavilla de trigo para ayudar
a sus alumnos a entender más claramente cómo
Dios enseñó a las personas por el uso de ilustra-
ciones u objetos. Dios usó el grano y el pan que
las personas conocían perfectamente, para que
pudieran entender el mensaje. Es posible que
usted deba modificar su enseñanza para incluir
ilustraciones y objetos que sus alumnos conozcan.
Modifique los materiales que use para que las ver-
dades bíblicas sean más claras a los niños.
Lectura bíblica
Levíticos 23:9-21; Mateo 9:35-38; Lucas 10:1-17;
Juan 4:31-38; Hechos; Apocalipsis 14:14-16.
Versículo para memorizar
Lucas 10:2 — “La mies a la verdad es mucha, mas
los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la
mies que envíe obreros a su mies.”
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