326 LA INDEPENDENC".
LA ( 1812-1826 ) EL AISLAMJENTO
con inquietud para desengañarse de las noticias que les llevaba de
Buenos Aires . . . _fui a. casa del gobernador, hablé con él, y me dijo
que sin · dinero nad� se hacía, que Córdoba no io tenía y que era
sumamente· inú,til que pasase adelante porque nada con.seguiría; que
regresase a Lima y le i,mpusiese a S.E. del .estado".
Ya par.a entonces s�m Martín, que había recibido por Chile infm·•
mes de la oposición ·de- -Buenos Aires a -socorrerlo, y no tenía me­
dios para mantenerse .en Lima, se había embarcado para conferen­
ciar con Bolívar en Guayaquil y pedirle que terminase con sus tropas
1a guerra de la Independencia.
Consecuién.cias de Ía negativa de Buenos Aires ..
Que Buenos Aires.· precisaba el tesoro nacional para luchar con­
tra los indios -o recúperar Montevideo, no resultó cierto; tampoco
pudo comprar en lO; roo.00O ,de pesos la paz con España. El dinero
_nacional ( porque právenía dél impuesto de aduana ) se dilapidó en .
gastos suntuarios o . educativos de la provincia, por lo, menos pos­
tergables.
Como · cons-ecuencia_, San Martín debió ir a Guayaquil, donde
Bolívar -que tenía, detrás suyo e1 apoyo de su patria- estaba en
mejores condiciones para terminar la guerra. No fue solamente que
e.l general argentino no tuviese la gloria de concluirla, sino• que un
militar venezolano _:_Sucre- entrase en el Alto PertÍ en vez de Bustos)
"independizándolo" de la Argentina 4•
4 Va,leper, logia secreta que funcionaba en Buenos Aires compuesta, entre
otros, de Valentín Alsína, Diego Aicorta, Crisóstomo Lafinur, Manuel Belgrano
( sobrino del general ) , Francisco Pico, Ba1domero García, Ángel Saravia, Ru­
perto Godoy e Ireneo Portela, discutió en su sesión del 7 de julio de 1822 etl
problema de si ¿<;;onviene. o no a Buenos Aires emprender, ayudada de las demá.s
provincias, una expedici6n, libertadora de las del Perú? Las exposiciones, que
constan. en las actas editad.as •en la. Contribución histórie,a, y documental ( t. r ) ,
expresan l a opñpón <le la juventud de luces en el momento de llegar Gutiérrez
de la Fuente.
En su favor estuvieron: Godoy, para quien "Buenos Aires estaba en el deber
de socorrer a las províncias después que les hizo emprender y amar la Revo­
lución . . . San Martín tenía aún mucho que hacer, los enemigos abundaban en
recursos y los pueblos no ·tenían un apoyo", y Lafinur, que dijo "que la gloria
y el ínterés mismo de Buenos Aues exigían altamente es.ta empresa, pu:es de
ella reportarían ventajas el comercio interno y que a ella se seguiría. el recono­
cimiento de la independencia . . . y pasando de aquí a hacer varias reflexiones:
sobre las ventajas que reporta a esta provincia al invertir en uDJa expedici6n
las mismas sumas que está ínvirtiendo en objetos de ninguna utilidad pública",. .
concluyó que aquélla absolutamente conv-enía.
P-ero en contra se manifestó la mayoría; A[sira, partidario del aislamiento de
Buenos Aires, entendió que "al separarse espontáneamente las demás provincias
de · Buenos Aires, y al reconcentrar sus fuerzas y recursos había abjurado de
los bienes de la antigua alianza y cont-raído la obligación de defenderse a �
mismas; que así ni Buenos Aires tenía un deber en prestar auxilios a 1as demás
: ..:.·,-....... :·. . .. -: . �;- . ..:::..:..:.
327
2. FORMACióN DE LAS PROVINCIAS
Rasgos gen.erales.
. La "provincia" era en 1810 una subdivisión administrativa del
Virreinato. La Ordenanza de Intendentes de 1782 no había cambiado
su nombre, aunque al adicionarse el calificativo de Intendente a1
gobernador se introdujo la corrupción de llamárselas Intendencias.
Una prov:incia comprendía varios municipios, que pese a la letra
de la Ordenanza de 1782 mantuvieron su ir1gerencia en los cuatro­
ramos de la administración española : política, justicia, hacienda y
guerra. En 1810, a los treinta y ocho años de promulgada la Orde­
nanza, los Pueblos ( los municipios ) perduraban como la gran reali­
dad política indiana: en nombre de los Pueblos se hizo la revolución
de Mayo, y a diputados de los Ptieblos se convocaron. asambleas y i
congresos.
ni las provincias podían exigírlo"; el pa�ísta Saravia porque "a más de
la despoblación que ocasionaría a Buenos Aires ese ejército, el gobierno se
desacreditaría al abrazar esta empresa pues Buenos Aires aborrece lo militar;
el legalista Pico, porque no había convenciones que obligasen a emprender esta
medida . . . , · ( la circunstancia ) que Buenos Aíres tenía recursos y las provincias
no� no argüía conveniencia como se h�bía expuest0 ( por Lafinur ) sino todo
lo contrario, pues por esto mismo gravita-ran sobre Buenos Aires los gastos con­
siguientes a la guerra a 800 leguas de su seno, y a más sobrevendrían la des­
población y alter,ación de su marcha actual; Alco�a, receloso de San Martín,
habló "de las grandes dificultades para la elección del jefe ( pues ) que serían
enemigos de Buenos Aires, y la necesidad de formar en tal caso un congreso
prematuro y perjudicial a ésta". Como Godoy íns-istiese en "el deber para Bue­
nos Aíres de mantener el espíritu público .de los Pueblos y hacer el último
esfuerzo", Alsina replicó que '1a despoblación que seria consiguíente a Buenos
Aires por la marcha de un ejército, traería la ruina d'e la agricultura que es la
única fuente de nuestra riqueza, a má.s que Buenos Aires goza en el día, sira
necesidad de expedici6n alguna, de la quietui!J, comercio y demás bienes de. una
abs�luta independencia . . . que sus rentas eran para atender a lo indispensable
f egu:3-, el actual sistema de � a_cienda y no para s-uj;ragar_ otros g�oi', Lafinur,
naciendose cargo de las dificultades explanadas , quiso todav1a sostener la
con�eniencia de la exp �dición auxiliar , diciendo •�que si esta medida compro­
metia el 01:den Y segundad no convema, pero había un sobrante de nuestras
rent�s, �mes el crédito público y otros establecimientos que ha plantificado esta
provmcia no eran tan necesarios corno una expedición . . . que sí había obstá.cu- ·
l� s, tanto mayor sería la gratitud de los Pue�l-0s·. . . que .no era obstáculo la
distancia pues al principio de 1-a revolución se había llevado a una mayor"· pero 1
Pico le •b!-zo. �otar "la gran �7rencia -entre los ;,-ecursos y estado de las provin­
_ a prmcip1O de la Revolucion a los .de ahora ; Saravia rec.:hazó la afirmación
cias l
de I;afÍ;D.ur "que el estab�cj,;niento de u7;- cr�dito públíco fuese de una impo-r­
te;ncia inte1·2o_ '½
. 1·
�
b
�pedicion, pues aqu�l. c. tfiantia a nuestra quietud y pros-p-e­
i
ndad . . : . No insistieron más los dos disidentes, y la logia se pronunció por
la negatm1..
__
328 LA lNDEPL'lDENCIA ( 1812-1826) EL AISLAMIENTO 329
No obstante esta. realidad, el partido de los principios -que con­
tinuó o pretendió continuar el centralismo de la Ordenanza de 1782-
mantuvo la ficción de las provincias, ahora llamadas _"de Estado'\.
sujetas 2. un director "de las Provincias Unidas" que ha sustituido
al virrey. Frente a ese centralismo, el movimiento de los Pueblos
Libres reivindica los municipios, y dentro de éstos a los vecinos
de las orillas y la campaña.

EX munidpfo se hace provincia.

Para salir al cruce del movimiento federativo, el director Posadas
y la asamblea irán subdividiendo !as provincias de Estado. El 29' de
noviembre de 1813 la asamblea reconoce la separación de la �'P:ro­
vi..ncia de Cuyo" de la jurisdicción de Córdoba del Tuoumán; el 8 de
octubre de 1814 confimia que Salta del Tucumán se ha escindidc,
en Salta con los municipios de Salta, Jujuy y Orán, y Tuoumán, con
San Miguel, Catamarca y Santiago del Estero. Conte,;,poráneamen­
te la ola artiguista daba autonomía a los Pueblos Libres: la Pro­
vincia Oriental se forma en marzo de 1813 con su "gobierno econó­
mico" y "gobernador militar"; poco después Misiones y Entre Rios
se consideran emancipadas del Directorio. El 20 de abril de 1814
el municipio de Corrientes declara su "independencia bajo el sistema
federativo y protección del general Artigas"; el 26 de abril de 1815
se emancipa Santa Fe; poco después -y por un tiempo- C6rdoba
será provincia federal unida a los Pueblos Libres.
Por decreto -de Posadas de 10 de setiembr-e de 1814, .se rec-onoce
como Provincias de Estado a Entre Ríos y Corrientes. Estos decretos no
tuvieron vigencia porque ambas e:r:an "Pueblos Llbres" sujetas a la Liga
Federal.

La crisis del año 20 precipitó el proceso. Tuoumán se desliga del

Directorio el 14 de noviembre de 1819 al sublevarse la guarnición
de la Ciudadela contra el gobernador-intendente Mota Botella; ba­
jo el gobierno de Bernabé Aráoz se fo1ma la República del Tucu­
mán ( San Miguel, Santiago del Estero y Catamarca), promulgán­
dose su constitución el 24 de setiembre de 1820. Como consecuencia
de la sublevaci6n de Arequito ( 5 de enero de 1820), La Rioia
ocupada por Francisco Villafañe elige gobernador por "aclamación
revolucionaria" a Francisco Ortiz de Ocampo. El 18 de marzo el
cabildo de Có-rdoba declara nuevamente "la independencia federa­
tiva de C6rdoba" con Bustos como gobernador. Buenos Aires se cons­
tituye en pmvincia federal el 11 de febrero al deponer a Rondeau y
asumir el cabildo el gobierno provisorio. En San Juan el regimiento de Detalle del cuadro "El juramento de los 33 Orientales",
de Juan Manuel .Blanes.
33() LA INDEPENDENCIA ( 1812-1826 )
Cazadores de los Andes depone al teniente gobernador José Ignacio
de la Roza el 9 de enero, reemplazándolo por su jefe Mariano Men­
dizábaJ, el 1 de rnarzo un plebiscito declara '1a independencia de
San Juan respecto de la capital de Mendozá'. En San Luw un
cabildo abierto sustituyil'el 15 de febrero al teniente-gobernador Du­
puy y el 1 de rnarzo el cabildo presidido por José Santos Ortiz
torna el título de gobernador. El 29 de setiembre, Ramírez forma
la Repúblíca Federal Entrerriana ( Entre Ríos propiamente dicho,
Corrientes y Misiones ), que se disgregará a la muerte del caudillo
dando lugar a Entre Rios, cuyo congreso provincial se reúne en
octubre de 1821; Corrientes, que se da su reglamento provisorio
el 11 de diciembre del misrno año; y Mmones, .que queda inconstituí­
da ( Corrientes se apoderará de su territoriQ en 1827 ) . Santiago de!
Estero se separa de la República del Tucunián ,el 27 de abril de 1820
conducida por Felipe Ibarra. El 25 de agosto de 1821 lo hace
Catamarca. Salta ( Salta, Jujuy y Orán) se gobernaba en forma autó:
noma desde 1815 en que Güemes fue elegido gobernador popular­
mente. El municipio de Tarija . -será reconocid-0 -como provincia
en 1825, por un breve tiempo, para ser anexado por Bolivia durante
la crisis argentina de 1827.
Las trece provincias de 1823 tienen la jurisdicción de sus muni­
cipios que le dan; por regla, su nombre. El factor de sus autono­
mías han sido las milicias ciudadanas. Como las villas carecen de
milicias ( salvo las villas entrerrianas ) , han quedado subordinadas
a las ciudades. Cada municipio ha dado lugar a una provincia, con
dos excepciones : Salta y Entre Ríos. La primera era nn rezago de
Intendencia con tres municipios -Salta, Jujuy y Orán-, administra­
dos por un gobernador en la ciudad metropolitana y tenientes de
gobernador en las sufragáneas. Jujuy conseguía en 1834 su autonomía,
pero Orán permanecerá: como tenencia de Salta. En cuanto a Entre
Ríos -el "continente entrerriano"- fue originariamente una liga de
las villas de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uru­
guay, ampliada después a cinco al erigir Paraná y Nogoyá .sus cabil­
dos. Cada villa tiene un representante en el congreso provincial,
y t<>das un gobernador común al frente de las milicias.
El candillo.'
. La milicia ha hecho de su jefe -el caudillo- el eje del municipio,
ahora provincia. Representa al pueblo que interpreta y conduce.
Toma el nombre de gobernador, como los antiguos funcionarios espa­
ñoles, pero es esencialmente el jefe militar, capitán general de la .
provincia. No importa a la regla qne muchos caudillos provinieran de
1·•1.· Et AISLA.=o 331
1 las tropas de línea (Artigas, Estanislao López, Ibarra, jefes de blan­
dengues de fronteras; Güemes, Heredia, Bustos de las tropas de
q
il línea). Solamente con el apoyo de las milicias 'han podida llegar
i¡ o mantenerse en el gobierno.
:1 Hay dos tipos de caudillos: de las orílUl!S y de la campafia, jefes
¡ respectivamente de las milicias urbanas o ruTales. Aquéllos preceden
1
a ést?� en el tiempo, pero solamente los de campaña conseguirán
estabilizarse. Borges en Santiago del Estero, Vera en Santa Fe, Bul­
nes en Córdoba, son caudillos de orilleros; también Sofor y Dorrego
en 1820 y 1827 en Buenos Aires. Pero no podrán resistir la reacción
de la gente del centro apoyada en las tropas de línea. En cambio,
j
· los conductores de tercios rurales ( Güemes y Ramírez primero, Rosas
1
y Quiroga después, más tarde López "Quebracho", Bienavídez o
Urquiza) resultarán inconmovibles a las reacciones internas.
1
La regla es que el caurullo sea el gobernador. Pero no siempre pasa
así: Quiroga, auténtico jef.e de milicias rurales-, prefiere ordenar las co�
-sas Q.esde su Campamento de los Llanos mientras en la ciudad un títere
l
1
firma los decretos y ejecuta los actos administrativos
Ocurre que por un tiempo limitado se impone ei partido de las lu­
ces, y ocupa el gobierno un honorable vecino «de posibles" (Ramos
Mexía en Buenos Aires en 1820, Piedrabuena en Tucumán y Sola en Sal­
ta en 1838), o un jefe del ejército de línea ( Lavalle en Buenos Aires
en 1828, Lamadrid en Tucumán poco antes ) , que garantizan con sus
tropas a la clas:e principal. A veces la gente de posibles recurre a un
jefe de milicias rurales para oponerlo a los caúdillos orilleros ( B-edoya con­
tra Bul es · en Córdoba, Martín Rodrlguez contra Dorrego, y Rosas contra
el motín;3-
Pagola en Buenos Aires ) , pero el -expediente puede ser peli­
groso, ya que el comandante rural puede convertirse en un caudillo po­
pular. También pasa que un jefe -de tropas veteranas llamado por la
clase vecinal para oponerlo a los populares ( Estanislao López en Santa
Fe en 1818, Bustos en Córdoba en 1820) acabe por desprenderse de su
tutela y proceda como caudillo.
.. El gobernador de fa provincfa.
)
Un gobernador no es "el Poder Ejecutivo" aunque así lo diga la
letra de las· constituciones que rigen la provincia. Su poder no puede
medirse con vará. sajona sino española; no ejecuta, sino que gobierna
en los cuatro ramos clásicos : militár, político, justicia y hacienda.
Es capitán general ( gobernador mJ!itar lo llama en 1813 la Pro­
vincia Oriental) con las fuerzas bajo su mando: milicias, cuerpos
fijos, blandengues. En el orden político dicta las leyes con el aseso­
ramiento de la sala ( las constituciones hablan del "po der legislativo"
peto no deben interpretarse a la Ietra ) ; en justicia entiende direc­
tamente o . por delegados la alzada de los pleitos resueltos por !-Os
alca:ldes de los cabildos; en hacienda establece los presupuestos y da

332 LA INDEPENDENCIA (1812-1826 )
los estados de tesorería. En ninguno de los cuatro ramos resuelve en
fo:nna caprichosa -por plenos o sumas de poderes que se le ha¡mi
concedido- y tiene sus prudentes que lo asesoran: el conse¡o de
guerra en lo militar, la sala en lo político, los expertos en justicia
y la ¡unta de hacienda en lo financiero.
En Buenos Aires el gobernador elegido por la junta de representantes
duraba tres a.fías, pudiendo ser reelecto; debía ser natural de la provin-­
fue
ci-a. ·En Santa Fe el estatuto de 18i9' estabiecía su elección popular;
pero desde 1821 Estanislao Lópe?=, reelecto por la junta de comisa­
rios; duraba dos años y podía r�.�_legirse indefinidamente. En Entre Ríos
(Estatuto de 1822) bastaba qué. fuese "del territorio de la Uni6n''; lo elige
por dos años el congreso pro�ci� -por dos tercios de votos ( cuatro so­
bre el total de cinco integranteS del congreso ), _podía ser re�lecto &•una
vez" si contaba con la unanimidad del congreso; en '!826 se .permitió la
reelección indefinida, pero debiend� el gobernador ��ser oriundo de la
Provincia" para impedir que se nombrase otra vez a Lucio Mansilla;
en 1833 se vuelve a modificar la residencia para permitir la elección de
Pascual Echagüe, santafesino. L:;¡. constitución de CÓr.rientes de 1821
exige "ser oriundo de la provincia· e hijo de legítimo matrimonio", nom­
brándolo el congreso provincial por tres años y sin reelección; en 1824
se modifica exigién.d.ose solamente "residencia en el territorio"; la cláu­
sula de la no reelección quedó en_ letra muerta. En Córdoba por el re­
glamento de 1821 lo elige el congreso de la provincia, pudiendo reele­
girlo por dos tercios d-e votos ( esta disposición provoca.ria el conflicto
de 1825 que estuvo por desatar la guerra civil) ; no Podía tener ningún
ascendiente africano; duraba tres añ-os. El estatuto de San Luis de 1832
exigía "proba,da adhesión a l:{1 causa federal", y "ser hijo del país y resi­
dente en él du,rante los últimos diez años"; lo elegía la sala represen­
t�tiva por dos años. En ·Tucumán (ley-es de 1-823 y 1826) lo elige la
sala por dos años, pudiendo· reelegirlo; bastaba que fuese "natural de la
República"; en Santiago del Estero también lo elige la sala, pero pm
tres años; la disposición contra la reelección del reglamento de 1830 fue
derogada par.a mantener a !barra en el gobierno.
Junto al caudillo-gobernador actúa un secretario o ministro, letra­
do o eclesiástico, en todo c_aso experto en cosas administrativas. Su
papel fue muy impottánte ( Domingo Cullen junto a Estanislao López
en Santa Fe, Manuel Leiva al lado de Ferré en Corrientes, Adeodato
de Gondra en Santiago del Estero y Tucumán, Pedro Alejandrino
Centeno en Catamarca, Calixto María GonzáJez en Córdoba) . Re­
dactores de la correspondencia, hacían los decretos y asesoraban
en los tratados y congresos iuterprovinciales; eran el vínculo nece­
sario entre el caudillo popular y la sala de_ "señores" pueblerinos.
La Sala.
Llamada junta de representantes en Buenos Aires, ¡unta de
comisarios en Santa Fe, congreso prüVincial en Corrientes, Entre
-- - . • •- .• e =, ,,,•~ -.
EL - AISLAhflENTO 333
Ríos y Córdoba, la "salá' .o '1egislatura", como generalmente se la
llamó, estaba compuesta de hidalgos lugareños y cumplía las fun­
ciones vecinales de los extinguidos cabildos, además de elegir nomi­
nalmente al gobernador y asesorarlo. en la legislación y problemas
graves de la provincia.
Originada en las funtas electorales de oficios concejiles que en 1815
elegían los cabildos, acabó por reemplazar entre 1821 y 1826 a los ca�
bildos y hacerse permanente. Se elegía popularment�, pero en la práctica
el gobernador indicaba los candidatos.
Los señores -se los llamó así, como a los capitulares- delibera­
ban sobre los precios del mercado, :licencias de pulperías, régimen de
escuelas y hospitales, en fin la menuda e importantísima vida comu­
nal. Pero además de ser los continuadores de los cabildos, obraban
como senado lugareño dando su parecer al gobernador en las
leyes, tratados interprovinciales, declaración de guerra a otra pro­
vincia, etc.; como representación al elegir al gobernador, aunque
no se hacían ilusiones sobre esta facultad: covJinnaban indistinta­
mente al caudillo ungido por las milicias o al jefe del ejército de
línea que entraba en la ciudad entre el aplauso de los jóvenes de
las luces, de la misma manera que las cw,-ias rnmanas daban el
"imperium" a los cónsules previamente elegidos por el ejército. Fi­
nahneute, como junta o congreso extraordinario votaban las consti­
tuciones preparadas por algún ministro con inquietudes de Licurgo
criollo.
Cuerpo comunal, senado provincial, colegio electoral _Y congreso cons­
tituyente, las salas ejercieron en efectividad las dos primeras atribuciones,
limitándose a aprobar las elecciones o constituciones hechas por otros.
No debe verse, por eso, en las salas un organismo redundante, dispuesto
a inclinarse sumiso ante el capricho del gobernador. Los señores, respe­
tables padres <le familia, imágenes del buen sentido y el amor al terruño,
eran indicados para el consejo prudente 'en los asuntos graves, y sabían ma�
nejar ]as cosas de la vida cotidiana. Se los llamaba la Provincia por antono­
masia, Pero no eran el �'pueblo'' -aunque se llamaban representantes- y lo
sabían.
Su número y forma de elección variaba según las constituciones
provinciales. En Buenos Air.es fueron 47, elegidos directamente los
24 de la ciudad y por doce secciones los � de la campaña; duraban ·
dos años, renovándose por mitad cada año. En Enire Ríos eran cinco,
designados en segundo grado por fas cinco villas; también duraban
dos años. En Santa Fe, doce, elegidos directamente por dos años:
ocho por la capital, dos por Rosario, uno por Coronda y otro por
San José del Rincón. Córdoba elegía directamente un diputado cada
6.000 habitantes,. por dos años, renovándose p<>r terceras partes cada
334 LA OOEPENDENCIA ( 1812'1826)
ocho meses. En Tucumán, la ley de Poder Legislativo de 1825 estable:
cía 16 diputados: cuatro por la capital, y dos por cada uno de los seis
curatos de campaña, elegidos directamente. En Santiago del Estero
la constitución de 1836 formaba la sala con dos diputados de la ciu­
dad y uno por curato de campaña; duraban cuatro años "atendida
la escasez de vecinos" ( sé entiende que capaces de desempeñarse).
En Jujuy por el estatuto de 1835 la "asambleá' estaba compuesta por
doce diputados que duraban cuatro años, renovándose por mitad
cada dos.
En Corrientes y Salta la numerosa sala sólo se reunía para elegir e]
gobernador o reformar la constitución. Sus poderes eran delegados a
u.na Comisi6n permanente de cinco miembTos que ejercía las funciones
corrientes.
Justicia.
En 1823 la distribución de la justicia seguía como en los tiempos
coloniales: los alcaldes legos fallaban en primexa instancia, con
apelación ante el cabildo en pleno o un juez de alzada, en los pleitos
civiles, y el gobernador en los criminales. Tanto ios alcaldes como el
juez de alzada y el gobernador se hacían asesorar por expertos -le­
trados o legos- pagados por las partes. La defensa en los juicios cri­
minales la ejexcía el defen,¡or de pobres del cabildo, o los "padrinos"
nombrados por los encausados.
Los recursos, que antes se llevaban a la audiencia de Buenos
Aires, se suplían por un procedimiento que terminaba el pleito dentro
de la jurisdicción de la provincia. El de súplica ( cuando las sentencias
de las dos últimas instancias eran contradictorias ) se llevaba en
algunas provincias ante el gobernador, que resolvía con asesoramiento
de expertos; en otras a un tribunal formado por las partes de]
juicio, o a un juez o tribunal de alzada que fallaba en "revistá' asistido
por expertos propuestos por las partes. Para los recursos erlraordina­
rios ( nulidad, injusticia notoria, tercera suplicación ) y en los de fuer­
za contra las resoluciones de los tribunales eclesiásticos, se formaban
tribunales especiales de expettos designados por el gobernador o la
sala.
Los recursos eran escasos en el ámbito provincia::., pues sólo se con­
cedían en los pleitos -de mucha cuantía Y previo •�aflanzamiento'' ( depó­
sito judicial .del monto) qu-e hacía la parte recurrente.
En pocas provincias ( Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Salta
eran ías excepciones) había abogados con título universitario. Los
suplían "expertos", generalmente clérigos o comerciantes con algunas
lecturas y conocimientos prácticos a quien<,s el consenso popular
EL AISLAMIIENTO 335
llamaba doctores ( Mruiuel Leiva y el padre Amenábar en Santa Fe,
Pedro Diaz Colodrero en Corrientes, Casiano Calderón en Entre
Ríos ) qne llegaban a acreditar sus sacristías o tiendas como bufetes
profesionales.
En segunda instancia las provincias ricas preferían jueces p6rmanen­
tes y letradas� Buenos Air�s transformó su Real Audiencia en Cámara
de Apelaciones en 1812-, C?Ompuesta en un principio a la manera . espa­
ñola de tres letrados y dos caballeros, pero íntegramente letrada más
tarde. Córdoba y Mendoza tuvieron cámaras letradas de apelaciones;
Tucumán en 1826 un juez de alzada letrado._
Buenos Aires tendría desde 1822 jueces letrados de p�imera instancia.
Las constitucio;1es.
Desde 1820 surgió espontáneamente un derecho provincial que no
se importó de ninguna parte ni fue elucubrado por teóricos; un dere­
cho argentino nacido de las modalidades comunales y elaborado a
través de años de vida provinciana. El antiguo municipio gobernado
por los vecinos pu\lientes va convirtiéndose en la provincia, donde
''la plebe" ha adquirid<'!, al conjuro de Mayo, el lugar prominente.
Ese derecbp público, real y vivo, no siempre era expresacdo por los
estatutos, reglamentos o constituciones que votaban solemnemente
la,s salas vecinales sesionando como congresos constituyentes. Si el
c,¡udílle o su secretario se daba maña para comprimir en algunos
artículos la auténtica vida comunal ( como el Estatuto de Santa Fe
de 1819, la Constitución de Corrientes de 1824, el Reglamento de
San Luis de 1832) las "instituciones" vivían y perduraban. Pero si
copiaba el texto de la constitución nacional de 1819 o traducía las
fórmula� sonoras del constitucionalismo teórico, su obra era simple�
mente una letra muerta, deslizándose a su margen la vida política de
la provincia.
·�
Sufragio universal.
El rasgo distintivo del derecho público argentino no estaba en la
división de poderes a la sajona, a veces escrita en la letra de los textos
pero que no se cumplía ni podía cumplirse, con la desesperación de
los teóricos. Dijéranlo o no los incisos de sus atribuciones, los goberna­
dores lo pudieron todo siempre que ajustasen su cometido a obrar
con prudencia e interpretar a los gobernados. El Poder Ejecutivo no
"ejecutaba" sino que gobernaba; como el Poder Legislativo no legisló •
sino que administró en las cosas comunales y aconsejó como cuerpo
de prudentes las resoluciones del "gobierno". También la . ¡usticia
· estuvo en las provincias pobres en jueces que no eran letrados pero
suplían con la rectitud de sus conciencias sus á.usentes conocimientos.
336 LA iNDEl'&'IDENCIA (1812-1826)
No hribo en. Iás p:rovincias ,argentinas poderes ejecutivo, l,egislativO
y judicial, equilibrados y frenados como lo quería el derecho constitu�
-cional teórico de principios del siglo XIX. Hubo ·ramos de alta y baja
policía, justicia, milicia y haciend� como en el derecho español .
La característica del derecho público argentino · fue el sufragio
universal, originado en el voto de las milicias reunidas en la plaza
mayor. Consultadas en un principio eii los asuntos de gravedad -con
el nombre de cab•ldos abiertos-, se reunieron más tarde para aclamar
a su caudillo como gobernador y elegir la Junta de Oficios Concejiles
que pasó a ser la Sala Representativa. Hubo en el Río de la Plata
sufragio universal, en un tiempo que en Estados Unidos y Europa el
voto era restringido.
3. LEYES 'CONSTITUCIONALES DE BUENOS AIRES
( 1820-1823)
Gobierno de Martín Rodiríguez: el ''llelllo de facultades",
El !!eno de facultades dado a Rodríguez por tres meses, cesó el
6 de enero de 1821; el 30 Rodríguez pidió a !a junta Ia renovación
de '1a amplitud de facultades extraordinarias"; .ésta se pronunció e:l
6 de febrero relllovándolas "sin límite de duración''.
Se ejercería «en· 10s únicos y preq-isos objetos de la tranquilidad pú­
blica, conservación del orden y S-egurida.d, de la Provincia"; y duraría
"todo el 'lli?rnpo que permanezcan los recelos· e indiCaciones · de pertui:�
bación'\
Para <'.prevenir o sofocar las conspir:aciones", el gobernador pi-aced-e­
ría ".por sí solo a la aprehensión de los qu-e considere autores y principa­
les age"ntes", aplicándoles la-s penas con asesoramiento del Consejo de
Gobierno. Basta..TÍa el dictamen de · un consejero (favorable o no) para
que el gobernador pu-diese aplicar el confinamiento en cualquier punto
de la provincia, pero se·hacla necesario oír a todos para expulsar ",a lar-.
gas distancias dentro del pafa sujeto "antes . al gobierno". Desterrar al ex­
.tranjero o condenar a muerte sólo podía hacerse "'con proceso y acuerdo
a pluralidad del Consejo••.
El Consejo, _por lo tantQ., dejaba de ser simplemente consultivo.
El 3 de marzo "para cortar los escandaloso.s abusos de la prensa'',
la junta suspendió la ley de imprenta -que se mantenía en vigencia-
y facultó al gobierno "a clausurar los periódicos que considerase con­
veniente". Entre éstos los del batallador padre Castañeda. Desapare­
cida la po.sibilidad de una invasión de Ramírez y Carrera a Buenos
.Aires, el 12 de julio quedó restablecida la . "Junta Protectora de la
libertad de prensa".
EL AISLAMIENTO 337
El _28 de julio -Rivad�via era m�stro hacía un mes-� como con­
secuencia de la muerte de Ramírez y terminación de la guerra inter­
provincial, el gobierno "devuelve las facultades extraordinarias" y
exige se lo reconozca como Protector de todos los derechos y conser-
vador de todas las garantias.
Jlllita Extraordinaria y. Constituyente.
Para los rivadavianos una reforma política era una "reforma collls­
titucional": el sistema provincial de Buenos Aires -gobernador, jun­
ta de representantes, comicios más o menos populares- había surgido
naturalmente y los hombres de las "luces" no llamaban íngtítucicnes
a aquello que lllO estuviera en los libros de Daunou o Bentham. Por
eso el 25 de junio ( 1821 ) a moción del diputado Agüero la junta de
representantes nombró una comisión encargada de proyectar una
constitución p ara la provincia, integrada por Rivadavia, García y
Passo.
Rivadavia y García no eran. <liP:utados� pero por su ausencia de]
país se los tenía pór técnicos en instituciones. Tres ·días después ambos
eran .ministros.
La comisión presentó una Memoria redactada por García acon­
sejando que la junta duplicase el número de sus miembros y se
declarase Extraordinaria y Comtituyente. En consecuencia, el l de
agosto se dictó la ley respectiva.
�'La J. -0,e RR. se declara extraordinaria y · constituyente•• (art. 1).
•:t.ia representación será elevada al doble dándose representació¡¡ al
pa...tj:ido d-e C�en de Patagones , hasta entonces excluído ( arts. 2 y 3).
"'
La Jún.ta así formada y denominada duraría "hasta la realización de
fas :reformas y establecimiento de la Constitución"' ( art. 5 ) . Sí al año
n.o la hubiese dictado, :podrá "tomar· en Consideración si conviene renovar
parte de los diputados" (art. 7).
Con 47 míembros ( 24 por la ciudad, 22 por la campaña y el
representante por Patagones) la pequeña: sala de buenos vecinos
podía . acercarse en algo a los numerosos parlamelitos europeos. No
llegó á dictar la oonstiltuci6n, que ni siquiera se articuló elll proyecto,
pero en cambio ."en. uso de la soberanía ordinaria y extraordinaria
que inviste" dio numerosas leyes de carácter constitucional.
Ley mimsteriru {18 de julio).
Sin esperar a duplicár los representantes de la junta, Rivadavia .
hlzo aprobar el 18 de julio la ley ministerial que repartía en tres las
carteras del .gabinete: gobierno, hacienda y guerra. Se. llamaría en