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Literatura Lengua castellana y literatura 2

12 La poesía posterior a 1939


SOLUCIONARIO PRÁCTICAS

POESÍA. DÁMASO ALONSO

1.
a El título del poema nos da la pista clave para descifrar a quién van dirigidos estos versos. El poeta
apela a “la Injusticia” que gobierna el mundo. De hecho el poema parece que surgió como consecuencia
de alguna noticia de carácter nacional que hirió profundamente la sensibilidad del poeta.
Dámaso Alonso escoge la forma de la apelación lírica, concretamente el apóstrofe, porque con esta
figura logra crear la tensión lírica que pretende. El apóstrofe es una invocación vehemente a una o varias
personas, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o cosas inanimadas en igualdad de
términos. En este caso la invocación va dirigida a un concepto abstracto que se personifica en el poema
(la injusticia) y al que el autor increpa su actuación y su omnipresencia en el mundo.

b El tema del poema podría enunciarse de la siguiente manera: la fortaleza y tenacidad del hombre frente
a la injusticia que domina el mundo.
Sí, coincide plenamente. La poesía desarraigada o existencialista se centra en el sufrimiento del ser
humano, la angustia y la desesperación, la continua zozobra interior y exterior ante un mundo cruel e
incomprensible en el que el ser humano ha sido abandonado a su suerte. Así, los poetas expresan su
soledad y su indefensión. Pero además, como es el caso, la tenacidad, la afirmación de la vida, y la
salvación a través del amor están presentes en ocasiones en los versos por oposición a esta visión agónica
del mundo.
El estado emocional que se descubre del poeta a través de sus versos es el de rabia, lucha, denuncia y
afirmación del hombre frente a la injusticia del mundo ante la que no se doblega.
Dámaso Alonso dijo que escribió Hijos de la ira “lleno de asco ante la estéril injusticia del mundo y la
total desilusión de ser hombre”. Esta terrible afirmación debemos enmarcarla en un contexto histórico
concreto: la terrible experiencia de muerte y destrucción que supuso la Guerra Civil española, y después
de ella el clima de posguerra, el comienzo de la dictadura franquista, el exilio de muchos españoles, entre
ellos numerosos intelectuales, la censura y el control ideológico, la pobreza y las enfermedades y el
aislamiento de España del resto del mundo, que hicieron que la poesía, en el caso de aquellos que
desaprobaban la actual situación, se convirtiera en un grito desesperado de protesta y desesperanza.

c Podemos dividir el poema en cinco partes que quedan justificadas desde un punto de vista temático y
formal:
1. Los dos primeros versos. Estos versos iniciales aparecen bajo la forma de interrogaciones retóricas
dirigidas a la Injusticia que aparece casi personificada como una sombra negra. El poeta le pregunta de
dónde surge y qué busca.
2. La segunda parte comprendería los versos 3-9. En estos versos, descriptivos, el poeta presenta una
naturaleza edénica, inocente, antes de la aparición de la Injusticia.
3. En la tercera parte (versos 10- 31), más larga, hace su aparición la Injusticia, y a lo largo de estos
versos el poeta nos la describe y califica, constituyendo prácticamente una etopeya (descripción del
carácter y acciones). Aparece casi animalizada en esta ocasión, comparada con realidades terribles que la
acercan a una visión casi satánica y tremendamente poderosa y antigua.
Las dos primeras estrofas de esta tercera parte comienzan con verbos en segunda persona (vienes, verso
10; llegas, verso 17) que le sirven a Dámaso Alonso para introducir la figura de la Injusticia y comenzar a
describirla. Al final de esta estrofa aparece por primera vez la voz del poeta en primera persona: Hoy
llegas a mí, con dos deícticos (de tiempo, hoy; de primera persona, mí) que refuerzan la importancia de
este verso (verso que enlaza en importancia con el verso 32 Heme aquí).
Este verso, Hoy llegas a mí, hace que cambie la mirada del lector y vaya de la Injusticia a la interacción
que esta tiene con el poeta. En los siguientes versos los deícticos de primera persona abundan, tanto en los
verbos (he sentido, verso 24) como en los pronombres personales (mi carne mortal, verso 28; mi herida,
verso 31). Podríamos ver estos versos como una “subparte”.
El hecho de que continúe describiendo a la Injusticia hace que podamos mantener esta estrofa dentro de la
tercera parte, aunque si nos guiamos por el cambio de persona verbal y la aparición de la persona del
poeta podríamos considerarlo otra parte distinta.
4. Del verso 32 al final. Esta parte aparece remarcada por el primer verso, Heme aquí. Verso marcado de
nuevo por dos fuertes deícticos (de lugar, aquí; y de primera persona con el pronombre me) es el
comienzo de la parte final del poema en la que podemos hacer de nuevo dos subdivisiones:
- Versos 32-36: descripción del ser humano que el poeta es.
- Versos 37-45: marcado por el paralelismo podrás herir la carne (versos 37 y 41) es la afirmación de la
fortaleza y la no humillación o sublevación de ese hombre ante la Injusticia.

d El poema está repleto de expresiones desgarradas y violentas que hacen que asociemos
connotativamente, como se verá en la siguiente pregunta, la figura de la Injusticia con los elementos más
oscuros, devastadores y casi demoniacos, del mundo.
Entre estos podemos señalar, por ejemplo:
- como dos meteoros crecientes de lo oscuro (verso 13)
- flagelando las cumbres (verso 15)
- látigos de granizo (verso 16)
- oquedad devorante de siglos y de mundos (verso 18)
- empujada por furias que ahincan sus testuces, (verso 20)
- duros chivos erectos, sin oídos, sin ojos, (verso 21)
- He sentido la espina de tus podridos cardos (verso 24)
- Hiere, hiere, sembradora del odio (verso 29)

e Todos los términos con los que se asocia connotativamente a la Injusticia hacen que la relacionemos con
las fuerzas oscuras, demoniacas, del mundo. Así, podemos señalar: sima, sombra negra, mancha lóbrega,
reina de las cavernas, tus corvas pupilas proyectadas como dos meteoros crecientes de lo oscuro, con
cabellos de sierpes, oquedad devorante de siglos y mundos, inmensa tumba, podridos cardos, ponzoña
de tu lengua, el jirón de tus alas, sembradora del odio, bestia maldita, madre del odio y reina del mundo.

f Entre las repeticiones que se dan en el poema destacamos:


- Llegas (versos 17 y 23)
- Hiere (verso 29)

Las anáforas:
- Mientras (versos 7 y 8)
- Soy (versos 33 y 34)
- Podrás (versos 37 y 41)

Y los paralelismos:
- la espina de tus podridos cardos,/el vaho de ponzoña de tu lengua/y el jirón de tus alas que arremolina
el aire (versos 24-26)
- soy hombre (versos 33 y 34)
- podrás herir la carne (versos 37 y 41)
- madre del odio/ reina del mundo (versos 43 y 45)

g Como hemos ido viendo a lo largo del comentario todos los elementos utilizados por el poeta hacen que
el poema adquiera un tono desgarrado en el que la Injusticia queda calificada como una forma destructora
y maligna presente entre los hombres desde el origen de los tiempos. Las figuras retóricas sirven al poeta
para reforzar esta percepción. De esta manera podemos señalar las siguientes:

Símiles
- los oteros/ como lagartos verdes, se asoman a los valles… En la descripción edénica del mundo antes
de que la Injusticia lo dominara todo.
- Tras tus corvas/ pupilas proyectadas/ como dos meteoros crecientes de lo oscuro… En la descripción de
la imagen de la Injusticia. Sus pupilas aparecen relacionadas con meteoros, por el rojo ardiente y una
oscuridad creciente en la que te puedes perder.
- Oquedad devorante de siglos y de mundos/ como una inmensa tumba… Aparece como un foso que
devora todo lo que se encuentra, antigua como el mundo y la compara con una tumba, por lo tanto
provoca la muerte.
- No ha de saltar el odio, como llama de azufre…. En este caso relacionado con el yo poético. La
fortaleza de ánimo frente a esta figura. El odio no saltará a él, como lo hace la llama de azufre.
- Soy hombre, como dios… En la descripción y afirmación del yo poético. Es un hombre, un dios en
minúsculas, una realidad tangible y que merece vivir.
- Y aun retorcer el alma como un lienzo… De nuevo esta comparación aparece dentro de la afirmación del
ser humano frente a la Injusticia. Esta podrá destrozar su alma con la misma facilidad que se puede
arrugar un lienzo, pero, como dice en el siguiente veros, no apagará la brasa de su amor, que aparece
como la salvación.

Personificaciones
- ¿De qué sima te yergues, sombra negra?
- Los oteros… se asoman a los valles
- Pero tú te vienes, mancha lóbrega
- Llegas/ oquedad devorante de siglos (…)/ empujada por furias
- Hiere, sembradora del odio

Todas ellas, menos la segunda referida a la naturaleza edénica, sirven para reforzar la descripción cruel y
demoniaca de la Injusticia, personalizándola con verbos de movimiento y acción (te yergues, vienes,
llegas, hiere) que la caracterizan como una entidad viva y presente. Además, hay que señalar, como
vamos a ver a continuación, que todas estas personificaciones se combinan con metáforas. La
acumulación de figuras retóricas intensifica esta imagen de la Injusticia, casi como una visión o
alucinación del poeta (todo ello con tintes del surrealismo).

Metáforas
- Sombra negra (= la Injusticia. Aparece sólo el término imaginario)
- Tiempo, rubio mastín que duerme a las puertas de Dios. (Se compara el tiempo con este animal)
- Mancha lóbrega, / reina de las cavernas (= la Injusticia. Aparece sólo el término imaginario)
- Flagelando las cumbres con cabellos de sierpes, látigos de granizo (Aquí la metáfora es doble, por un
lado en el verbo “flagelando las cumbres” y por otro lado con la forma de la metáfora A de B: cabellos
se sierpes, látigos de granizo, en la descripción del pelo de la Injusticia)
- Oquedad devorante de siglos y de mundos (= la Injusticia. Aparece sólo el término imaginario)
- El alma era un aullido (A es B. Describe el alma de la Injusticia como un simple aullido que da terror: y
mi carne mortal se helaba hasta los tuétanos)
- Sembradora del odio (= la Injusticia. Aparece sólo el término imaginario)
- Soy hombre, dulce niebla, centro cálido, pasajero bullir de un metal misterioso que irradia la ternura
(El término real aparece al principio: Hombre, luego todos los elementos con los que se le iguala, todo
ello dentro del mismo tono misterioso, visionario, casi de ensueño que tiñe el poema. Es importante
señalar la importancia que concede a la ternura, que junto al amor, serán los elementos de salvación del
hombre)
- No apagarás la brasa del gran amor que fulge dentro del corazón. (Todo ello es una expresión
metafórica en la que el amor del poeta aparece como una brasa que la Injusticia no podrá apagar)
- No morderás mi corazón ( De nuevo la metáfora aparece en el verbo “morder”, insistiendo el poeta que
este ente maligno no podrá acabar con su humanidad, con su amor y su ternura, que son sus elementos de
salvación y sublevación frente a ella)

h Estos versos, en los que, como hemos visto, se acumulan una comparación y una metáfora, sirven al
poeta para definirse como ser humano frente a la imagen devastadora que nos ha ido dibujando de la
Injusticia. Es un “dios” en minúsculas, dulce niebla, centro cálido, un ser pasajero que posee un metal
misterioso que irradia ternura.
Vayamos por partes. El sentimiento religioso de los poetas de la época, como se verá sobre todo con Blas
de Otero, es contradictorio. En muchas ocasiones Dios ya no es un símbolo de serenidad y equilibrio, sino
la única posibilidad de salvación del hombre, por lo que se dirigen increpándole y mostrándole el
sufrimiento del mundo. En otras ocasiones se presenta como una amenaza dolorosa o se le busca
desesperadamente, búsqueda motivada por las crisis de fe. En cualquier caso aquí el yo poético se iguala a
un pequeño dios, lo que unido a los versos siguientes niebla, pasajero bullir, nos da una impresión de
irrealidad, del hombre como un sueño o una ensoñación, pero al mismo tiempo nos deja clara su
humanidad con los adjetivos dulce y cálido, adjetivos que contrastan fuertemente con los usados para
dibujar a la Injusticia.

i Sin duda podemos señalar semejanzas entre los dos extractos de los poemas, tanto formales como de
contenido:
En el plano formal en cuanto a la estructura: el paralelismo con la perífrasis verbal de posibilidad (poder
+ inf) + un SN y la contraargumentación: no apagarás la brasa (…), no morderás mi corazón… en el
poema de Dámaso Alonso; más no, de esotra parte, en la ribera… en el de Quevedo.
En cuanto a las semejanzas temáticas en los dos poemas hay una fuerza devastadora que amenaza al poeta
(La Injusticia/ La muerte) y dos realidades que sobreviven a esta amenaza: la memoria en el de Quevedo;
el corazón, el amor, en de Dámaso Alonso.

j Teniendo en cuenta todo lo visto podemos decir, en primer lugar, que el poema se presenta como una
unidad textual coherente y cohesionada, como hemos ido viendo en el análisis de la estructura y los
distintos elementos que lo conforman, ya que cada uno de estos están relacionados entre sí y dirigidos al
mismo fin: darnos la visión desgarrada de la Injusticia devorando el mundo y corrompiendo todo lo que le
rodea, todo menos el corazón del yo poético.
El análisis del lenguaje, las figuras retóricas y la aparición del versículo, hacen que podamos encuadrar
perfectamente la composición dentro de la poesía desarraigada o existencialista de los años cuarenta, ya
que, como hemos visto, el poema responde a todas las características planteadas desde esta visión poética
(la preocupación del ser humano, el dolor y la angustia). Y dentro de esta poesía podemos concretar más,
ya que la composición pertenece a Hijos de la ira, obra clave que apareció en 1944, que removió las
conciencias de la época y que clamaba contra la injusticia y la total desilusión del hombre.

2.
a El poeta sale de sí mismo y se convierte en uno con el resto de los hombres, ya es un único corazón, un
único latido… Deja de lado su propio dolor y avanza con el resto de los hombres, reconociéndose en
ellos, igualándose con ellos. Así, su voz se une a la de los demás, convirtiéndose en verdadera, porque
ahora puede escucharla y la reconoce. Su voz se ha hecho una sola con la del resto de la humanidad y se
levanta limpia en el aire.
b Con esta segunda persona se dirige a sí mismo. Esta elección tiene un claro valor expresivo ya que el
poeta se desdobla, sale de sí mismo, de su propio ser para demostrarnos el camino elegido: el olvido del
egoísmo personal y de las angustias individuales para unirse al resto de los hombres y juntar las voces en
un solo grito. Así, el compromiso y la solidaridad entre los seres humanos se presentan como un sentir
fundamental.
c Sí se refleja. Podemos verlo en versos como:
- … cuando ahora avanzas.
- es la voz de los que te llevan, la voz verdadera y alzada/ donde tú puedes escucharte, donde tú con
asombro te reconoces
La única posibilidad de avance no es la del hombre en solitario, sino la del hombre en comunidad, en
comunión con los demás, de manera que cuando alcen todos la voz sea una sola en la que cada uno se
reconozca, una voz única y verdadera que se alce por encima de las conciencias individuales.
d Dentro de esta nueva concepción de la poesía, esta debe tomar partido ante los problemas del mundo. El
poeta se hace “solidario” con los demás hombres y antepone sus metas estéticas a objetivos más
inmediatos: denunciar los conflictos e injusticias sociales. Por ello, y en un deseo de llegar al pueblo, se
emplea un lenguaje claro, intencionadamente prosaico a veces.
Teniendo en cuenta esto sí que es cierto que el poema de Aleixandre no es difícil de entender, pero
tampoco usa una lengua excesivamente prosaica, de hecho podemos encontrar una imagen cercana a sus
metáforas visionarias en los versos Eso que desde todos los oscuros cuerpos casi infinito/s se ha unido y
relampagueado.
e Verso libre. El ritmo se consigue gracias a las repeticiones, tanto de palabras como de estructuras
(corazón/ tu propio dolor, tu propio corazón/ único corazón, único latido/ invade tu cuerpo, levanta tu
pecho/ instante/ la voz…), la acumulación de elementos con el asíndeton (en todo el poema), las
bimembraciones (ha unido y relampagueado/ la voz verdadera y alzada), entre otras.
f Sí, este estilo sincopado podemos observarlo en los dos primeros versos del poema que están formados
por tres frases breves separadas por puntos. Sin embargo, en el resto del fragmento lo que tenemos es una
acumulación de elementos y conceptos a través del uso de la coma por el uso del asíndeton (ausencia de
conjunciones), lo que da una gran viveza al poema.
POESÍA. BLAS DE OTERO

3.
a El autor plantea este conflicto existencial a través de la imposibilidad de la unión real con el cuerpo de
la mujer, unión infructuosa que al final frustra de igual modo que la soledad ante Dios, soledad que se
iguala a la soledad de los amantes.
De esta manera, el tema podría quedar planteado como la frustración del amor a través del cuerpo de una
mujer.

b La cita proviene del siguiente poema de Quevedo:

Afectos varios de su corazón


fluctuando en las ondas de los cabellos de Lisi

En crespa tempestad del oro undoso


nada golfos de luz ardiente y pura
mi corazón, sediento de hermosura,
si el cabello deslazas generoso.

Leandro, en mar de fuego proceloso,


su amor ostenta, su vivir apura;
¡caro, en senda de oro mal segura,
arde sus alas por morir glorioso.

Con pretensión de fénix, encendidas


sus esperanzas, que difuntas lloro,
intenta que su muerte engendre vidas.

Avaro y rico y pobre, en el tesoro,


el castigo y la hambre imita a Midas,
Tántalo en fugitiva fuente de oro.

La conexión entre los dos poemas se encuentra en el último verso del poema de Quevedo que es la cita
que encabeza el de Blas de Otero y el mito de Tántalo, presente en ambos y que simboliza la
insatisfacción ante el deseo incumplido.
En la mitología griega, Tántalo era un hijo de Zeus y la oceánide Pluto. Se convirtió en uno de los
habitantes del Tártaro, la parte más profunda del Inframundo, reservada al castigo de los malvados.
Tántalo fue eternamente torturado en el Tártaro por los crímenes que había cometido. En lo que podemos
ver como un ejemplo proverbial de tentación sin satisfacción, su castigo consistió en estar en un lago con
el agua a la altura de la barbilla, bajo un árbol de ramas bajas repletas de frutas. Cada vez que Tántalo,
desesperado por el hambre o la sed, intentaba comer una fruta o beber algo de agua, éstos se retiraban
inmediatamente de su alcance.
De esta manera, en el poema de Quevedo, el cabello dorado de la dama, comparado con los hilos del
agua, representa el motivo de suplicio del poeta, como el agua para Tántalo. Y en el de Blas de Otero es
el cuerpo de la mujer el que representa el motivo de insatisfacción comparándolo con el mismo anhelo
que sufre el personaje de la mitología griega.

c
Cuer-po- de- la- mu-jer-, rí-o- de- o-ro
don-de, hun-di-dos- los- bra-zos-, re-ci-bi-mos
un- re-lám-pa-go a-zul-, u-nos- ra-ci-mos
de- luz- ras-ga-da en- un- fron-dor- de- o-ro.

Cuer-po- de- la- mu-jer- o- mar- de- o-ro-


don-de, a-man-do- las- ma-nos-, no- sa-be-mos
si- los- se-nos- son- o-las-, si- son- re-mos
los- bra-zos-, si- son- a-las- so-las- de o-ro...

Cuer-po- de- la- mu-jer-, fuen-te- de- llan-to


don-de-, des-pués- de- tan-ta- luz-, de- tan-to
tac-to- su-til-, de- Tán-ta-lo es- la- pe-na.

Sue-na- la- so-le-dad- de- Dios-. Sen-ti-mos


la- so-le-dad- de- dos-. Y u-na- ca-de-na
que- no- sue-na, an-cla en- Dios- al-mas- y- li-mos.

Son catorce versos, todos ellos endecasílabos (11 sílabas), organizados en dos cuartetos y dos tercetos.
Estamos por lo tanto ante la forma estrófica del soneto. Para que esta medida se mantenga es necesario no
hacer la sinalefa en el verso 1, 4 y 5 (de oro) y sí en el 8 con este mismo sintagma.
Más sinalefas encontramos en: relámpago azul (verso 3), rasgada en (verso 4), donde amando (verso 6,
donde la coma no impide la sinalefa), Tántalo es (verso 11), y una (verso 13) y por último, suena ancla en
(verso 14, con dos sinalefas y donde la coma vuelva a no impedir la sinalefa).

El encabalgamiento sirve al poeta para resaltar conceptos importantes; así:

Cuerpo de la mujer, río de oro


donde, hundidos los brazos, recibimos
un relámpago azul, unos racimos
de luz rasgada en un frondor de oro.

Cuerpo de la mujer o mar de oro donde,


amando las manos, no sabemos
si los senos son olas, si son remos
los brazos, si son alas solas de oro...

Cuerpo de la mujer, fuente de llanto


donde, después de tanta luz, de tanto
tacto sutil, de Tántalo es la pena.

Suena la soledad de Dios. Sentimos


la soledad de dos. Y una cadena
que no suena, ancla en Dios almas y limos.

d Podemos dividir el poema en dos bloques temáticos que corresponden a los dos cuartetos y los dos
tercetos.
En los dos cuartetos se presenta el tema del cuerpo de la mujer igualado a elementos positivos (río de oro,
verso 1, mar de oro, verso 4). En estos versos el cuerpo femenino tiene una connotación positiva. En él el
poeta se confunde e intenta fusionar.
Sin embargo esta visión “dorada” de la mujer se torna negativa en los dos tercetos. En el primero el
cuerpo de la mujer ya no es río de oro, es fuente de llanto, es un motivo de suplicio como lo era su castigo
para Tántalo. Así, esta primera percepción se trunca totalmente desoladora en el segundo terceto: la
incapacidad de unión se transforma en soledad, la misma que el hombre siente ante la ausencia de Dios.
El motivo temático central se desarrolla en la segunda parte. Esto, debido al giro temático que se
desarrolla en el poema provoca la sorpresa del lector, que termina la lectura con el sabor amargo de la
soledad cuando su lectura ha comenzado, aparentemente, bajo una visión positiva del amor, el cuerpo de
la mujer y su fusión con este.

e Si atendemos al plano formal, efectivamente la división del poema cambia. El paralelismo entre los
primeros versos de las tres primeras estrofas (Cuerpo de la mujer) hace que consideremos estas como una
primera parte y el último terceto como la última.
El desajuste trata de buscar la sorpresa en el lector. Por la semejanza en la estructura esperamos encontrar
un contenido similar en el primer terceto, sin embargo, como ya se ha explicado, el cuerpo de la mujer se
convierte en fuente de dolor, en un motivo más de pena.
Este giro temático se desarrolla de forma completa en el último terceto (segunda parte si atendemos a la
división formal) donde la incapacidad de fusión se transforma en la soledad más terrible, la misma que el
hombre siente ante el silencio doloroso de su Dios.

f
Aliteraciones
Las aliteraciones producen en el poema una extraordinaria sonoridad.
-Primer cuarteto, aliteración de interdentales y vibrantes: Sonido fuerte que “acompaña” al relámpago y a
la luz rasgada.
donde, hundidos los brazos, recibimos
un relámpago azul, unos racimos
de luz rasgada en un frondor de oro.

-Segundo cuarteto, aliteración de sibilantes: Sonido más suave, como un susurro que “acompaña” al
movimiento de las olas.
no sabemos
si los senos son olas, si son remos
los brazos, si son alas solas de oro.

-Primer terceto, aliteración de dentales y nasales: sonido rotundo, interior, que “acompaña” al giro en el
tono del poema.
fuente de llanto
donde, después de tanta luz, de tanto
tacto sutil, de Tántalo es la pena.

Paranomasias
Podemos señalar:
- amando- manos (efecto sonoro)
- tanto-tacto-Tántalo (efecto sonoro)
- Dios-dos (la soledad de Dios es la soledad de los amantes)
- Alma-limo (el alma se iguala al lodo)

Disposición de los acentos


Cada verso tiene cuatro acentos internos (a excepción del segundo verso del primer terceto y el último del
segundo terceto que tienen cinco) repartidos de este modo:

Cuérpo de la mujér, río de óro 1.º, 6.º,7.º,10.º


dónde, hundídos los brázos, recibímos 1.º, 3.º, 6.º, 10.º
un relámpago azúl, únos racÍmos 3.º, 6.º, 7.º, 10.º
de lúz rasgáda en un frondór de óro. 2.º, 4.º, 8.º, 10.º

Cuérpo de la mujér o már de óro 1.º, 6.º, 8.º, 10.º


dónde, amándo las mános, no sabémos 1.º, 3.º, 6.º, 10.º
si los sénos son ólas, si són rémos 3.º, 6.º, 9.º, 10.º
los brázos, si son álas sólas de óro... 2.º, 6.º, 8.º, 10.º

Cuérpo de la mujér, fuénte de llánto 1.º, 6.º, 7.º, 10.º


dónde, después de tánta lúz, de tánto 1.º, 4.º, 6.º, 8.º, 10.º
tácto sutíl, de Tántalo es la péna. 1.º, 4.º, 6.º, 10.º

Suéna la soledád de Diós. Sentímos 1.º, 6.º, 8.º, 10.º


la soledád de dós. Y úna cadéna 3.º, 5.º, 6.º, 10.º
que no suéna, áncla en Diós álmas y límos. 3.º,4.º,6.º,7.º,10.º

Como se puede observar hay una serie de acentos que se repiten a lo largo de los cuartetos y los tercetos
(en el caso de los tercetos además, como se puede observar más arriba, la repetición de los acentos no
sólo es entre un terceto y otro sino dentro de cada terceto), lo que produce una gran musicalidad. En el
único momento en que no hay cuatro acentos sino cinco es en los tercetos, en el segundo verso y en el
último del segundo terceto. Esta ampliación puede deberse en el primer caso al giro temático y en el
segundo al cierre del poema.
El único acento que se repite de forma permanente es el último acento en la 10º sílaba.
Todo esto, como ya hemos dicho, provoca un gran efecto rítmico y musical, de manera que casi
reproduce el movimiento del agua de un lado a otro, ritmo que sólo se rompe en los tercetos, sobre todo
en el último, para acompañar al giro temático del poema.
g El nombre se caracteriza a través de metáforas del tipo A = B, separadas por comas, excepto en un caso
en el que está separada por la conjunción “o”. Esta metáfora siempre responde a la misma estructura: SN
formado por un N + S.Prep. Así:

Cuerpo de la mujer, río de oro


Cuerpo de la mujer o mar de oro
Cuerpo de la mujer, fuente de llanto

A esto le tenemos que sumar una estructura paralelística que será analizada en la siguiente pregunta.

h Blas de Otero consigue un ritmo insistente, marcado y consistente gracias a estos recursos de repetición.
Los dos cuartetos y el primer terceto presentan una misma estructura sintáctica:

Cuerpo de la mujer (A) + comparación (B) + donde (C) + circunstancia (D) + verbo (E):

1. Cuerpo de la mujer (A1) + río de oro (B1) + donde (C1) + hundidos los brazos (D1) + recibimos (E1)...

2. Cuerpo do la mujer (A2) + mar de oro (B2) + donde (C2) + amando las manos (D2) + no sabemos
(E2)...

3. Cuerpo de la mujer (A3) + fuente de llanto (B3) + donde (C3) + después de tanta luz... (D3) + es (E3)...

Por lo tanto nos encontramos con tres secuencias paralelísticas compuestas cada una de cinco elementos.

Incluso en cada una de esas estrofas hay otros elementos reiterativos paralelísticos:

los senos olas,


no sabemos si los brazos son remos,
los brazos alas solas de oro.

un relámpago azul,
recibimos
unos racimos de luz...

tanta luz,
después de
tanto tacto sutil.

i En el último terceto se rompe esta estructura paralelística para ofrecernos una distinta:
El ritmo de frases largas de las tres anteriores estrofas se transforma en esta última en dos frases cortas
entre las que también hay un paralelismo: Suena la soledad de Dios. Sentimos /la soledad de dos. Para
terminar con la última sentencia desoladora que termina de ahondar en la soledad del poeta: la cadena que
une a Dios las almas de los hombres, también une el lodo (limo) en el que estos se envuelven. El alma se
iguala al lodo y la cadena que los une a Dios está en silencio, porque Dios está ausente, abandona al
hombre al lodo. Ya no hay fuente ni mar de oro, ahora hay barro, cieno en el que el hombre se hunde.

j El léxico del poema se mueve entre dos connotaciones distintas en torno al cuerpo de la mujer:
connotaciones positivas y connotaciones negativas.
En las positivas la mujer se relaciona con los campos asociativos del oro y la luz, todo lo que resplandece
(río de oro, mar de oro, relámpago azul, racimo de luz, frondor de oro, alas solas de oro, luz…)
Dentro de las connotaciones negativas, la mujer se relaciona con los campos asociativos de dolor y lodo
(fuente de llanto, Tántalo, pena, soledad, cadena que no suena, limos…)

k El léxico del agua y el de la luz están profundamente relacionados en el poema ya que los dos
conceptos se hallan en muchos casos mezclados.

Léxico de agua Léxico de luz Ambos


Olas (senos) Relámpago azul Río de oro
Remos (brazos) Racimos de luz rasgada Mar de oro
Fuente (de llanto) Frondor de oro
Alas solas de oro

Todos estos elementos, como ya se ha comentado, sirven para ponerlos en relación con el cuerpo de la
mujer, que de ser luz y agua reluciente se convierte en fuente de soledad y desesperación.

l Metáforas impuras: son las más abundantes en el poema.


- Cuerpo de la mujer, río de oro
- Cuerpo de la mujer o mar de oro
- Los senos son olas
- Son remos los brazos, / si son alas solas de oro
- Cuerpo de la mujer, fuente de llanto

Metáforas puras:
- Relámpago azul, unos racimos de luz rasgada en un frondor de oro (referido al cuerpo)

m Suena la soledad y la soledad de dos son oxímoron, con estas expresiones contradictorias del
pensamiento el poeta nos quiere transmitir el significado que para él tiene la soledad. La soledad como
algo real, que se oye, que suena; y la soledad que podemos sentir aunque seamos dos.

n El tono desgarrado de la poesía existencialista o desarraigada se encuentra fundamentalmente en el


último terceto, precisamente con lo que se ha expuesto en la anterior pregunta: la expresión de la soledad
del hombre, tanto dentro de la pareja con la que es incapaz de ser uno, como ante Dios, que desoye a los
hombres aunque estos estén atados a él por el alma pero también en el barrizal (limo) en el que al final se
convierte la vida. El poema de Blas de Otero, quizá uno de los menos desgarrados del poeta, presenta sin
embargo elementos que, además de unirlo a la corriente desarraigada del momento, lo unen a la tradición
barroca del siglo de Oro (a través de la cita del poema de Quevedo que lo encabeza y el tratamiento que
hace del mito de Tántalo), siglo donde el pesimismo y la visión angustiada de la vida eran también una
constante en la poesía. El poema presenta un ejercicio de virtuosismo poético por el empleo de los
recursos retóricos y la construcción de la estructura de los versos, (como se ha ido analizando), recursos
con los que Blas de Otero logra expresar, tanto a través de la musicalidad y el ritmo del poema (con la
distribución de los acentos o los paralelismos, por ejemplo), como por el giro temático que plantea en el
último terceto y el empleo de las metáforas, una composición de gran expresividad y belleza.
POESÍA. GABRIEL CELAYA

4.
a Sí, podemos percibirlo. De hecho se muestra de forma clara en los dos últimos versos: pero escribiría
un poema perfecto/ si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos.
El tema del poema podría ser precisamente la necesidad de la toma de conciencia de la sociedad, de ahí
el título del poema: “Aviso”.

b
La ciudad es de goma lisa y negra
pero con boquetes de olor a vaquería,
y a almacenes de grano, y a madera mojada,
y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto

Se mezcla el olor de los elementos urbanos (goma lisa y negra) con el olor del campo, de lo tradicional,
del pueblo (la vaquería, el grano, la madera, el esparto…)
El recurso retórico que intensifica estos versos es el polisíndeton y la enumeración, que crea un ritmo
marcado que acentúa el significado de estos versos.

c Las sensaciones auditivas son las siguientes: chirridos que muerden, ruidos inhumanos, bruscos
bocinazos… En chirridos que muerden usa la personificación, en ruidos inhumanos simplemente el
epíteto y en bruscos bocinazos que deshinchan mi absurdo corazón hipertrofiado el verbo (deshinchar)
está usado de forma metafórica. Según el diccionario de la RAE, la hipertrofia, aplicada al ámbito de la
biología, es el aumento excesivo del volumen de un órgano. Así pues, el poeta se nos presenta con un
corazón desarrollado de forma excesiva. Esto quizá responda al deseo de transmitir que el resto de los
hombres se mantienen impasibles ante la realidad que les rodea, a diferencia de él. Por eso el poema es un
aviso, nos avisa de que la situación del tiempo que les rodea es indecente y que hay que responder.

d Dentro de la corriente de la poesía social, el poeta se convierte en testigo de su época y utiliza la palabra
para cambiar el mundo, tomando partido ante las circunstancias sociopolíticas de España. La poesía se
convierte en el medio de comunicación y de denuncia del dolor y las injusticias sociales.
Esto podemos verlo en los tres últimos versos del poema. Cuando el autor dice que “se alquila y vende
por horas” y que “ríe y llora con todos” podríamos entenderlo como su implicación con el resto de la
sociedad, por ello no puede dedicarse a hacer un poema perfecto, de gran belleza retórica, sino prosaico,
porque hacerlo sería inmoral en los tiempos que corren.

e Sí que es cierto que el autor utiliza un lenguaje entendible, ya que esta poesía valora el lenguaje
inmediato y el contenido que el esteticismo. Sin embargo, a pesar de este pretendido prosaísmo, nunca se
pierde de vista la fuerza de la imagen. Es importante dar testimonio pero también crear un texto que
pueda trascender el tiempo concreto. Así podemos verlo en el poema, en el que además de tener valor el
mensaje transmitido, también lo tiene la forma, ya que el poeta emplea el polisíndeton y la enumeración
(como se ha visto ya) y el paralelismo (en la segunda estrofa)
POESÍA. GENERACIÓN DEL 50

5.
a En el primer poema Gil de Biedma reflexiona sobre la amistad a través del paso del tiempo y en el
segundo, Ángel González sobre la persistencia en la búsqueda del amor.

b Es la pura expresión de la experiencia personal. Los poetas de esta generación no rechazan las formas
realistas de la poesía social ni el compromiso con la sociedad, pero sí la intención política de la poesía
anterior. Se interesan más por lo personal; en sus textos obra mayor importancia el elemento
autobiográfico, como podemos ver en estos dos poemas. La poesía ahora se concibe como un modo de
conocimiento mutuo. Les interesa lo subjetivo y recuperan la experiencia personal. Del “nosotros” de la
poesía social se va al “yo” de esta revisión de la poesía.

c Como ya se ha comentado, en el poema de Gil de Biedma aparece tratado el tema de la amistad en el


paso del tiempo, vinculado al recuerdo evocado por el yo poético. En el poema de Ángel González se
trata un tema más íntimo y subjetivo: el amor, o más bien la persistencia del poeta que no se rinde ante el
fracaso amoroso.

d Utilizando un tono apelativo (Mirad, Callad), el poeta construye un poema bajo la forma de un diálogo
cercenado (ya que solo tenemos la voz del autor y no la posible réplica de los receptores de sus versos).
Con ello nos transmite la sensación de estar frente a los amigos a los que dedica el poema, hablando con
ellos.
El tema principal de la obra de Gil de Biedma es el paso del tiempo. Tema que se vincula con el recuerdo
y el análisis de las experiencias personales recordadas por el yo poético, desde la infancia a la madurez
del poeta; este análisis hace que ambas visiones, la del pasado y la del presente, contrasten y se enfrenten.
Esta temática podemos verla en el poema. El autor, echando la vista atrás, con el discurrir lento de los
días, recuerda como de ser unos, solos, pasaron a ser un nosotros (verso 6), y como el destino hizo que
esa primera compañía únicamente de diversión (llegaban las noches, verso 9) pasara a ser más, a ser
compañeros que se conocen sin palabras. Así, avanzando en el tiempo, el poeta evoca como cada uno, con
su esencia, con su presencia y su vida (detrás de cada uno/vela su casa, el campo, la distancia) forman
una conjunto pleno, cómplice y sereno (Sólo quiero deciros que estamos todos juntos./ A veces, al hablar,
alguno olvida/su brazo/ sobre el mío,/y yo aunque esté callado doy las gracias,/ porque hay paz en los
cuerpos y en nosotros). Gil de Biedma concluye el poema hablando del rincón que todos compartieron
poniendo en común sus vidas y problemas, durante muchos meses, y del tiempo pasado que hace que ese
recuerdo sea triste por ser una época irrecuperable. Sin embargo, el dolor para ellos es tierno, porque sólo
con ese paso del tiempo han podido entender el auténtico valor de la amistad que les une (para nosotros
el dolor es tierno./Ay el tiempo! Ya todo se comprende.)

e Ángel González proclama una postura ante la vida: su persistencia ante la búsqueda del amor que hace
que nunca pierda la fe. Para él la vida es una apuesta constante en el amor (Pongo en juego mi vida, y
pierdo, y luego vuelvo a empezar, sin vida, otra partida) en la que puede perder o ganar pero en la que
siempre juega (mantengo mi postura) porque su fe es fuerte y no se rinde.

f Gil de Biedma utiliza el verso libre, sin una rima ni medida fija, lo que le da más libertad a la hora de
plasmar esta reflexión en torno a la amistad, como ya se ha comentado, cercana a la forma del diálogo en
el que sólo encontramos la voz del poeta.
Ángel González, sin embargo usa el soneto, una estrofa con una medida y rima más fija y sobre todo,
unido a la temática amorosa desde la tradición italiana.

g El poema en el que más predomina el lenguaje coloquial y antirretórico es en el de Ángel González,


precisamente por esa intención de mostrarnos el poema como una “pseudoconversación” o reflexión ante
los amigos a los que dedica los versos y que estarían presentes escuchándolos.
Esto podemos notarlo en el tono apelativo (mirad, callad), las frases que interpelan directamente a sus
receptores (quiero deciros algo) o las aclaraciones (… las gentiles palabras/ -esas que ya no dicen cosas-
) propio del tono conversacional del poema.

h Aunque en los dos poemas observamos recursos de repetición, estos son más abundantes en el poema
de Ángel González. Encontramos los siguientes:

Anáforas
Donde (versos 1, 3, 4) si (versos 11 y 12)

Paralelismos
Donde pongo la vida pongo el fuego
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Si sale nunca, la esperanza es muerte.


Si sale amor, la primavera avanza.

Pero nunca o amor, mi fe segura:


jamás o llanto, pero mi fe fuerte.

Epanadiplosis
Perdida la de ayer, la de hoy perdida,

i Después de analizar los poemas anteriores encuadrados en la poesía desarraigada o existencialista (el de
Dámaso Alonso, Blas de Otero) y social (Vicente Alexandre y Gabriel Celaya) ahora nos encontramos
con un nuevo enfoque poético en el que los poetas de la nueva generación muestran un cansancio en
relación a la estética de la poesía social a la que reprochan un excesivo prosaísmo y la ausencia de lo
personal en sus poemas. Por lo tanto, como podemos ver en estos dos poemas que hemos estado
analizando, el yo poético elige la expresión de la subjetividad y el intimismo, pero también huyendo del
tono desgarrado y violento de la poesía desarraigada. A pesar de lo dicho, esto no significa que se
desentiendan de la realidad que les rodea, al contrario, sí huyen del panfleto, pero también adoptan una
postura de compromiso moral con su tiempo. En los poemas, que muy a menudo adoptan una estructura
narrativa, aparecen anécdotas y argumentos basados en la realidad de la vida cotidiana, algo que podemos
ver en los dos poemas: la amistad evocada y la actitud frente al amor, visto como un sentimiento
fuertemente vitalista. Así pues, esta nueva revisión de la poesía nos da un distinto enfoque de los temas
universales y da un toque de aire fresco a la creación literaria.
POESÍA. LOS NOVÍSIMOS

6.
a El poeta nos describe la plaza a través de diversas imágenes y un lenguaje rico, casi barroco. Este lugar
adquiere en esta segunda ocasión realidad para el poeta (soñada en otros tiempos, hoy vivida), incluso
ahora la ve con nuevos ojos (veo/ con otros ojos, no los míos, esta plaza). Es en esta segunda oportunidad
cuando el poeta realmente ve la plaza (el verbo, solo en el verso, hace que resalte la importancia de su
significado) y siente la necesidad de ordenar los datos que estaban dispersos en su memoria (Mar o libro
de horas,/ se trata de ordenar estos datos dispersos).

b La primera parte iría hasta el verso 10 (una verticalidad hecha sombra) y la segunda parte desde el
verso 11 (Veo) hasta el final.
En la primera el tono es descriptivo, nos presenta este lugar a través de distintas imágenes, en ocasiones
cercanas al surrealismo, con una gran riqueza léxica y fuerza visual.
La segunda parte, queda marcada por la presencia del verbo Veo, solo en el verso, marcando su carga
significativa y la presencia de una voz poética que es la que se halla ante este lugar y nos lo describe.
(Aunque las dos partes fundamentales son estas, sí es cierto que podríamos marcar una tercera parte a
partir del verso 16, también marcado de forma intensa con la forma apelativa Atención: y los dos puntos,
que funciona a modo de conclusión del poema; la necesidad de poner en orden los datos dispersos que
tenía el poeta antes de la nueva visión de la plaza.)

c El poeta utiliza el verso libre. No hay ni unidad en la rima ni en la medida, en la que, aunque hay más
versos de 7 sílabas (siete en total), tres versos de 11 sílabas, tres de 13 y dos de 9 sílabas. Así pues,
encontramos una gran variedad de medidas. Lo vemos a continuación:

¡Con qué tenacidad 7


insiste la columna! 7
Serpiente o mármol o marfil 9
en el silencio ovalado de la plaza 7
impone su ascensión: oro o musgo que 13
crece, 11
sal y rumor de luces submarinas. 8
Medallones del sol, a plomo sobre el 9
aire, 7
se fijan en el muro y su estertor 7
calcáreo: 2
arden, mueren, desmienten 13
una verticalidad hecha de sombra. 11
Veo 11
con otros ojos, no los míos, esta plaza 7
soñada en otros tiempos, hoy vivida, 4
con un susurro de algas al oído 14
viniendo de muy lejos. 7
Atención: 6
bajo el viento de marzo la plaza en 13
trance vibra
como un tambor de piedra.
Mar o libro de horas,
se trata de ordenar estos datos
dispersos.

En cuanto a las imágenes, muchas con un toque surrealista y visionario, tenemos las siguientes:

Personificaciones: ¡Con qué tenacidad / insiste la columna!; impone su ascensión; con un susurro de
algas al oído.
Metáforas: Serpiente o mármol o marfil; oro o musgo que crece; sal y rumor de luces submarinas./
Medallones del sol, a plomo sobre el aire (todos ellos referidos a la columna)
Sinestesia: silencio ovalado
Enumeración: arden, mueren, desmienten
Comparación: bajo el viento de marzo la plaza en trance vibra/ como un tambor de piedra
En el poema presente de Guillermo Carnero encontramos diversos elementos relacionados con la cultura
popular, el ámbito urbano, la música… Algunos de estos podrían ser la referencia a los clubs (verso 2),
las verbenas de la Plaza Mayor (verso 5), la cazalla y el “Anís del Mono”, o las charangas (verso 13).

La nostalgia hacia un pasado más auténtico y tradicional (¡Qué hermoso fue intentar/ esa clase de amor
viejo y tranquilo/ que se mece al arrullo/ de las charangas de interés local)

f 1 Tono: predominio del tono narrativo, rechazo del uso directo del yo, ausencia de una postura ética o
de crítica social, referencias a la música popular, a marcas publicitarias… 2 Léxico: mezcla de estilos.
Por un lado tenemos un léxico rico y recargado con abundante adjetivación, en muchas ocasiones con un
tinte experimental y surrealista (… en vez de convertir aquel Sevilla/ tuvo que ser con su lunita/ plateada/
en nostalgia y en humo de sonrisas) y por otro lado un léxico que nos ancla a la vida cotidiana y popular
(los clubs, las verbenas, la Plaza Mayor, Anís del Mono, las charangas…). 3 Métrica: absoluta libertad
formal y despreocupación hacia las fórmulas tradicionales. Uso del verso libre, sin unidad de rima ni de
medida, con versos que van desde las tres sílabas hasta las catorce.

g En este poema, Antonio Colinas, a través de la contemplación de una obra de arte (la cabeza de una
diosa), reflexiona sobre tres temas esenciales: la muerte, el tiempo y el arte. El hecho de que el rostro de
la diosa haya sido plasmado a través de una escultura hace que el tiempo en ella se encuentre detenido y
que esta no pueda envejecer ante nuestros ojos. Hoy en día, según el poeta, no es necesario ser un dios
para ser inmortalizado a través del arte (ser hombre o ser dios hoy es lo mismo), la única diferencia entre
ellos es precisamente ese barro endurecido que hace que permanezca y que sea entre sus manos
“fugazmente eterno”. Esta inmortalidad es contrapuesta en el poema a la mortalidad humana. Mientras
pasa el tiempo por esta cabeza esculpida también cae un día más en nuestra vida, mientras la escultura
acumula siglos y es eterna nosotros perdemos poco a poco nuestra juventud. El poeta termina
reflexionando sobre el misterio que supone que dos seres que surgen de la misma materia (el hombre
creado por Dios con el barro y la escultura creada por el hombre con la misma materia) tengan un destino
tan distinto, ya que sólo a uno, al consagrado a través del Arte, se le otorga el don de la existencia eterna.

h La primera parte comprendería del verso 1 al verso 6. En ella el autor presenta el motivo del poema que
origina la reflexión: la cabeza de la escultura. En la segunda parte, del verso 7 al 13 el poeta reflexiona
sobre la inmortalidad de la estatua frente a su propia mortalidad. Esta segunda parte viene marcada por la
partícula “pero” que adelanta una reformulación de lo expuesto. La última parte, del verso 14 al final
profundiza en este oposición entre la eternidad de la estatua y la fugacidad de la vida de los hombres y
además introduce el concepto del Arte (en mayúsculas en el poema), que propicia la permanencia de la
estatua frente a la extinción de los que no han sido elegidos por esta disciplina para permanecer a través
de los siglos.

i Oxímoron: tiempo detenido, fugazmente eterno. Antítesis: hombre-dios.


A parte de responder a una oposición expresiva, el juego de contrarios sirve al poeta para transmitirnos la
confrontación de ideas y realidades que nos quiere ofrecer: la vida eterna frente a la fugacidad de la vida
del hombre, la inmortalidad de la estatua a través del arte frente a la mortalidad del ser humano que no es
tocado con ese don y que abandonará la vida sin dejar huella, al contrario que la cabeza de la diosa.

j El poeta plantea el tema del amor como una ensoñación de un momento, un momento casual que
despierta la imaginación y crea en el subconsciente del poeta toda una historia imaginada provocada por
el deseo que despierta una mujer. Podemos verlo en los siguientes versos:

Con sólo verte una vez te otorgué un nombre,


para ti levanté una bella historia humana.
Una casa entre árboles y amor a media noche,
un deseo y un libro, las rosas del placer
y la desidia. Imaginé tu cuerpo
tan dulce en el estío, bañado entre las
viñas, un beso fugitivo y aquel -"Espera,
no te vayas aún, aún es temprano".
Te llegué a ver totalmente a mi lado.
El aire oreaba tu cabello, y fue sólo
pasar, apenas un minuto y ya dejarte.
Todo un amor, jazmín de un solo instante.
Mas es grato saber que nos tuvo un deseo,
y que no hubo futuro ni presente ni pasado.

Por eso el autor termina de esta manera el poema. Toda esa historia la despertó un deseo, pero no hay
dolor, porque al haber sido irreal no hay ni presente, ni pasado, ni futuro.
En cuanto a las referencias de tiempo y lugar las hay pero muy superficiales: una casa entre los árboles y
amor a media noche, … tan dulce en el estío. Esto es así porque, por una parte, dentro del tono narrativo
del poema, el autor sitúa en un espacio y en un tiempo su historia imaginada, pero, precisamente por el
carácter de ensoñación de esta relación recreada, el espacio y el lugar no tiene lugares ni fechas concretas.

k Entre los recursos expresivos del poema podemos analizar los siguientes:
- Paralelismo: Una casa entre árboles, un deseo y un libro (versos 3 y 4)
- Bimembración: un deseo y un libro, las rosas del placer y la desidia (verso 4)
- Anadiplosis: no te vayas aún, aún es temprano (verso 8)
- Metáforas: levanté una bella historia humana (verso 2), las rosas del placer y la desidia (verso 4y 5),
todo un amor, jazmín de un solo instante (versos 12 y 13)
- Personificación: nos tuvo un deseo.
- Polisíndeton: no hubo futuro ni presente ni pasado
- Patopeya: la patopeya es la descripción de los sentimientos, pasiones y afectos de alguien, y aunque en
el texto sean imaginados, podríamos ver todo el poema como la descripción de los sentimientos que le
inspiran la visión de esta mujer.
POESÍA. UNA VOZ ACTUAL: LUIS GARCÍA MONTERO

7.
a Aunque el poema comienza a hablarnos, casi narrándonos, de la realidad cotidiana de un viernes, (en la
que encontramos abundantes elementos urbanos y del día a día del ser humano), en la segunda parte del
poema (a partir del verso 18) el autor da un giro y se centra en su propia experiencia vital: la evocación de
la mujer amada a la que verá ese día. Por lo tanto, el tema del poema finalmente podría ser el siguiente:
reencuentro amoroso un viernes.

b Sí es un poema urbano. El poeta reflexiona a partir de acontecimientos y situaciones de la vida


cotidiana y nos ofrece numerosos elementos de la vida en la ciudad. Nos habla del descanso que llega con
el viernes y con ello el fin de semana, de su casa ordenada y de la vida en la calle, de la catedral tomada
“por los vivos”, del supermercado y del quiosco de las flores, todo ello con un lenguaje coloquial.

c Podemos señalar: elementos de la casa (detergentes, lavavajillas, libros, escobas, cristales limpios,
mesa sin papeles, libretas y bolígrafos, sillones, periódicos, mando a distancia de la música, el papel de
la revista, la puerta de la calle o la nevera) y elementos de la ciudad, del espacio externo al hogar (la
catedral, el supermercado, la ginebra, los embutidos, el quiosco de la floristería…)

d Lo consigue a través de las anáforas, los paralelismos, las enumeraciones, bimembraciones y el


asíndeton, que dan al poema un ritmo rápido, como la vida en la ciudad.

Por detergentes y lavavajillas,


por libros ordenados y escobas en el suelo, Paralelismo (sobre todo entre los versos 3
por los cristales limpios, por la mesa y 5), anáfora con por (versos 1, 2, 3 y 5),
sin papeles, libretas ni bolígrafos, bimembración (detergentes y lavavajillas,
por los sillones sin periódicos, libros ordenados y escobas en el suelo),
quien se acerque a mi casa enumeración y asíndeton en casi la
puede encontrar un día totalidad de lo marcado en negrita.
completamente viernes.

Como yo me lo encuentro
cuando salgo a la calle
y está la catedral
tomada por el mundo de los vivos
y en el supermercado
junio se hace botella de ginebra,
embutidos y postre,
abanico de luz en el quiosco
de la floristería,
ciudad que se desnuda completamente viernes.

Así mi cuerpo
que se hace memoria de tu cuerpo Enumeración y asíndeton además de
y te presiente paralelismo
en la inquietud de todo lo que toca,
en el mando a distancia de la música,
en el papel de la revista,
en el hielo deshecho
igual que se deshace una mañana
completamente viernes.

Cuando se abre la puerta de la calle, Enumeración y asíndeton


la nevera adivina lo que supo mi cuerpo
y sugiere otros títulos para este poema:
completamente tú,
mañana de regreso, el buen amor,
la buena compañía.
e Después de analizar el poema podemos descubrir en este título numerosas connotaciones: el final de la
semana laboral y por lo tanto el descanso del fin de semana, los días de asueto y liberación de los
problemas diarios, y sobre todo, el reencuentro con la persona amada, que vuelve el fin de semana al
hogar (quizá porque por trabajo está fuera), y trae el buen amor, la buena compañía, palabras con las que
finaliza este poema.

f Este tipo de poesía supone una vez más una revisión y un aire nuevo en la línea poética de la poesía
española. Probablemente toda la literatura a lo largo del tiempo se ha movido en “acción-reacción”
(Renacimiento/Barroco, Barroco/Neoclasicismo; Neoclasicismo/Romanticismo, etc.) y en la poesía surge
de la misma manera. Así, hemos podido ir analizando a lo largo de estos poemas como de una poesía
desarraigada se pasa a una poesía social, y de ahí por reacción a una más subjetiva e individual en los
sesenta, para por reacción evolucionar hasta la poesía que crean los Novísimos y de ahí volver a saltar a
una poesía más personal, la llamada de la experiencia (aunque en esta época las tendencias sean diversas).
Lo que es evidente es que esta es una poesía cercana, de lo cotidiano, de las experiencias diarias a las que
nos podemos enfrentar cada uno de nosotros: las relaciones amorosas, el desengaño y el fracaso, el paso
del tiempo… todo ello con rasgos conversacionales y léxico propio de la cultura urbana que hacen que
nos sintamos ampliamente identificados.

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