Sei sulla pagina 1di 12

José Ortega y Gasset Nacimiento

Nace en Madrid el 9 de mayo de 1883 y Fallece el 18 de octubre de 1955


José Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset Diputado a Cortes por León 1931-1933

Nacimiento 9 de mayo de 1883 Madrid

Fallecimiento 18 de octubre de 1955 Madrid

Lugar de sepultura Cementerio de San Isidro

Residencia calle del Monte Esquinza

Nacionalidad Española

Partido político Agrupación al Servicio de la República

Familia

Padre José Ortega Munilla

Hijos  José Ortega Spottorno


 Soledad Ortega Spottorno

Información profesional

Ocupación Escritor, filósofo

Empleador  Universidad Central

Miembro de  Real Academia de Ciencias Morales y Políticas


 Real Academia Gallega

Distinciones  Goethe Plaque of the City of Frankfurt (1949)

Firma

José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883- 18 de octubre de 1955) fue


un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de
la razón vital —raciovitalismo— e histórica, situado en el movimiento del novecentismo.
Nació en una familia madrileña acomodada perteneciente al círculo de la alta burguesía de la
capital. Era hijo de José Ortega Munilla y de Dolores Gasset Chinchilla.1 Entre 1891 y 1897
estudió primero en el Instituto Gaona y, más tarde, en el Colegio San Estanislao de Kostka de
la Compañía de Jesús, ambos en Málaga. Su abuelo materno, Eduardo Gasset y Artime,
había fundado el periódico El Imparcial, que después pasaría a dirigir su padre. Así, cabe
destacar que Ortega y Gasset se crio en un ambiente culto, muy vinculado al mundo del
periodismo y la política.
Su etapa universitaria comienza con su incorporación a los estudios de la Universidad de
Deusto en Bilbao (1897-1898) y prosigue en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Central de Madrid (1898-1904).
Doctor en Filosofía de la Universidad de Madrid (1904) con su obra Los terrores del año mil.
Crítica de una leyenda. Entre 1905 y 1907 realizó estudios
en Alemania: Leipzig, Núremberg, Colonia, Berlín y, sobre todo, Marburgo. En esta última, se
vio influido por el neokantismo de Hermann Cohen y Paul Natorp, entre otros.
De regreso a España es nombrado profesor numerario de psicología, lógica y ética de
la Escuela Superior de Magisterio de Madrid (1909), y en octubre de 1910 gana por oposición
la cátedra de metafísica de la Universidad Central, vacante tras el fallecimiento de Nicolás
Salmerón.
En 1910 se casa con Rosa Spottorno (1884-1980). En 1911 nació su primer hijo, Miguel
Ortega Spottorno, quien será médico. En el año 1914 nace en Madrid su hija, Soledad Ortega
Spottorno, quien en 1978 creó la Fundación José Ortega y Gasset, de la que será su
presidenta de honor. En 1916 nació su hijo José Ortega Spottorno, que fue ingeniero
agrónomo y fundador del periódico El País.
Ortega y Gasset (Nuevo Mundo, 1920)
Fue el primer director del semanario España, en 1915, y colaborador del diario El Sol desde su
fundación en 1917, donde publica bajo la forma de folletones dos obras importantes: España
invertebrada y La rebelión de las masas. En 1923 funda la Revista de Occidente, siendo su
director hasta 1936. Desde esta publicación promoverá la traducción y comentario de las más
importantes tendencias filosóficas y científicas en nombres tales como: Oswald
Spengler, Johan Huizinga, Edmund Husserl, Georg Simmel, Jakob von Uexküll, Heinz
Heimsoeth, Franz Brentano, Hans Driesch, Ernst Müller, Alexander Pfänder, Bertrand
Russell y otros.2
Ortega y Gasset funda la Escuela de Madrid, a partir del 15 de noviembre de 1910 cuando
consigue su cátedra universitaria en filosofía, y como comenta José Gaos, a través de la
coordinación espiritual de varias personas vinculadas a Ortega, en centros editoriales que
había fundado o a los que aconsejaba el mismo Ortega.3 Mantiene un caudaloso epistolario
con María de Maeztu, Fernando Vela (secretario de la Revista de Occidente), José Martínez
Ruiz "Azorín", Francisco Giner de los Ríos, Miguel de Unamuno, Pío Baroja y otros muchos.4
En ese periodo también crea su tertulia en el café Granja El Henar.5
Durante la II República es elegido diputado por la provincia de León con la Agrupación al
Servicio de la República. En el debate de totalidad del proyecto de la Comisión
de Constitución celebrado entre los días 27 de agosto y 9 de septiembre de 1931 intervino
como portavoz del grupo parlamentario de la Agrupación para decir que «nuestro grupo siente
una alta estimación por el proyecto que esa Comisión ha redactado» («hay en este proyecto
auténtico pensamiento democrático, sentido de responsabilidad democrática», añadirá más
adelante) pero advirtiendo a continuación que «esa tan certera Constitución ha sido mechada
con unos cuantos cartuchos detonantes, introducidos arbitrariamente por el espíritu de
propaganda o por la incontinencia del utopismo». Entre esos «cartuchos detonantes» destacó
dos, la forma como se había resuelto la cuestión regional («Si la Constitución crea desde
luego la organización de España en regiones, ya no será la España una, quien se encuentre
frente a frente de dos o tres regiones indóciles, sino que serán las regiones entre sí quienes se
enfrenten, pudiendo de esta suerte cernirse majestuoso sobre sus diferencias el Poder
nacional, integral, estatal y único soberano. Contemplad la diferencia de una solución y de
otra») y la cuestión religiosa («el artículo donde la Constitución legisla sobre la Iglesia» le
parece «de gran improcedencia») propugnando en su lugar «que la Iglesia, en la Constitución,
aparezca situada en una forma algo parecida a lo que los juristas llaman una Corporación de
Derecho público que permita al Estado conservar jurisdicción sobre su temporalidad»).6
Permaneció en el escaño durante un año, tras criticar públicamente el curso que la República
tomaba en su célebre discurso conocido como «Rectificación de la República» de diciembre
de 1931.

José Ortega y Gasset alrededor de 1950.

Cuando comenzó la Guerra Civil Española en julio de 1936, Ortega se hallaba enfermo en su
domicilio; apenas tres días tras el comienzo de la contienda, se presentaron en su domicilio
varios comunistas armados de pistolas que exigieron su firma al pie de un manifiesto contra el
Golpe de Estado y en favor del Gobierno republicano. Ortega se negó a recibirlos y fue su hija
la que en una conversación con ellos —conversación que, como ella misma relató más tarde,
llegó a ser muy tensa—, consiguió convencerlos de redactar otro texto muy corto y menos
politizado y que, efectivamente, acabó siendo firmado por Ortega, junto con Gregorio
Marañón, Ramón Pérez de Ayala y otros intelectuales. En su artículo En cuanto al pacifismo,
escrito ya en el exilio, se refiere Ortega a este episodio. En ese mismo mes de julio y a pesar
de su grave enfermedad, huyó de España (lo que consiguió gracias a la protección de su
hermano Eduardo, persona de valimiento cerca de diversos grupos políticos de izquierda) y se
exilió; primero en París, luego en los Países Bajos y Argentina, hasta que en 1942 fijó su
residencia en Lisboa. A partir de 1945 su presencia en España fue frecuente, pero
habiéndosele impedido recuperar su cátedra (aunque al parecer consiguió cobrar sus sueldos
atrasados), optó por fundar un «Instituto de Humanidades» donde impartía sus lecciones.
Durante estos años, y hasta su muerte en 1955, fue fuera de España —sobre todo en
Alemania—, donde recibió el crédito y las oportunidades de expresión que correspondían a su
prestigio.
Ortega y Gasset ejerció una gran influencia en la filosofía española del siglo XX no solo por la
temática de su obra filosófica, sino también por su estilo literario ágil, descrito por algunos
como próximo al Quijote, que le permitió llegar fácilmente al público general.
Falleció el 18 de octubre de 1955 en su domicilio del número 28 de la madrileña calle del
Monte Esquinza,7. Según se sugiere en una carta de la catedrática y escritora Carmen Castro
al padre Donostia.8, murió reconciliado con la Iglesia, aunque esta versión de los últimos
momentos del filósofo ha sido desmentida de forma rotunda por su familia, como su
nieto Andrés Ortega Klein, quien la considera un «bulo» propagado «por la prensa nacional-
católica».9
El mundo del siglo XX se caracteriza por caminar entre progresos tecnológicos, concentración
de capitales, distintos apetitos imperialistas y sus consecuencias bélicas, contradicciones
entre los regímenes aparentemente liberales y parlamentarios y la resistencia de las ya
desfasadas estructuras sociales, políticas e ideológicas del Antiguo Régimen.
Durante este siglo nace el cine, el cubismo de Picasso. Las grandes empresas alemanas
comienzan a barrer varios sectores de mercado europeos mientras que en América los
estadounidenses desbordan a Francia en la producción del automóvil.
Crece el movimiento obrero, y como consecuencia nacen el Partido Socialdemócrata de
Alemania y el Partido Laborista británico. Francia ya se ha convertido definitivamente en el
modelo de estado burgués, democrático y laico, mientras que en Rusia estalla la Revolución
de Octubre.
El pensamiento científico da pasos agigantados que presagian la nueva era: Max Planck
desarrolla su teoría cuántica, Einstein su teoría de la relatividad, Landsteiner descubre los
grupos sanguíneos humanos, Ramón y Cajal demuestra en 1901 la estructura del tejido
nervioso y las neuronas, y en el mismo año Freud publica su obra Psicopatología de la vida
cotidiana.
Como hemos dicho, se trata de una época de ansia imperialista. Aparecen numerosos
imperios coloniales. Las grandes potencias se anexionan más de diecisiete millones de
kilómetros cuadrados de otros continentes, con millones de habitantes.
En España

El pueblo de Jódar, Jaén, a Ortega y Gasset. Octubre de 2012.

Pero España no queda al mismo nivel que estas potencias. De hecho, más que ganar
territorios, los pierde, en el desastre del 98, comenzando así una nueva época de crisis
política e ideológica.
Desde el nacimiento de Ortega en 1883 hasta su muerte en 1955 se suceden en España
diferentes formas de Estado. Nace durante el reinado de Alfonso XII en plena restauración
borbónica. Dos años después, en 1885, muere el rey y comienza la etapa de regencia de su
segunda esposa María Cristina. En este periodo se mantiene el sistema turnista propuesto
por Cánovas del Castillo años atrás. Este sistema trajo una etapa de crecimiento y desarrollo
al país, pero significaba una gran corrupción política que aceleró la crisis. Como hemos dicho,
en 1898 se produce el llamado desastre del 98, la pérdida de las colonias españolas en Cuba,
Puerto Rico y Filipinas. Esto, junto a la crisis política, pondrá en marcha un movimiento,
el regeneracionismo que propone un renacer ideológico y político del país para una posterior
reforma económica.
Pero Ortega no es propiamente regeneracionista, sino que perteneció a la generación del 14o
novecentista, generación con un punto de vista más positivo que el de sus antecedentes del
98.
En 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera se subleva contra el gobierno
y da un golpe de estado respaldado por la corona. Este golpe pretendía, oficialmente, poner
fin a la guerra de Marruecos, que ya se había convertido en un problema considerable. Sin
embargo, no perseguía únicamente este fin, el desastre de Annual, o derrota de Annual, en
términos más impersonales, fue objeto de investigación por parte del gobierno, con el fin de
aclarar las causas del suceso, las causas apuntaron directamente al ejército y la monarquía,
se sustancia en esto, junto a posibles intereses ideológicos en contra del auge del socialismo
tras la Revolución de 1917, que Primo de Rivera efectuara el golpe de Estado en 1923.
Tras la crisis económica de 1927, acentuada en 1929, la violenta represión de obreros e
intelectuales y la falta de sintonía entre la burguesía y la dictadura será el objeto en cuestión a
partir del cual se une toda la oposición en agosto de 1930 en el llamado Pacto de San
Sebastián. Tras la dimisión de Primo de Rivera, los gobiernos de Dámaso Berenguer (la
denominada «dictablanda») y de Juan Bautista Aznar-Cabañas no harán otra cosa que
prolongar momentáneamente la decadencia, hasta que en las elecciones municipales de 1931
el rey, aun habiendo salido victorioso, decide marchar, proclamándose el 14 de abril
la Segunda República Española.
Ésta pasará por distintas formaciones de gobierno. Comienza con la etapa del bienio social-
azañista, un periodo de numerosas reformas de toda índole; tras esta etapa llega el bienio
radical-cedista, caracterizado por la anulación de las reformas anteriores y una serie de
medidas de represión para las distintas revoluciones, entre ellas la Revolución de 1934.
Siguiendo las pautas de la Komintern, varios partidos de izquierdas se unen en el
denominado Frente Popular, que se concibe como un frente antifascista. Gobernará,
oficialmente, desde el 1936 hasta el 1939. Pero el 17 de julio de 1936 se produce el golpe de
Estado que dará lugar a la Guerra Civil Española.
Esta fue un preámbulo de la Segunda Guerra Mundial que poco después se produciría en el
resto de Europa, dada la confrontación entre las dos principales ideologías que convivían en el
momento. Aparte del drama que supuso el conflicto civil, el triunfo de las fuerzas sublevadas
dirigidas por el general Franco supuso el establecimiento de una dictadura militar que duraría
treinta y seis años.
Filosófico
En el siglo XX Europa se debatía entre dos corrientes de pensamiento: el vitalismo y
el historicismo. Desde el vitalismo se considera que la esencia de la realidad no se reduce a la
razón pura, sino a un principio originario fundamental, que es la vida. El historicismo, surgido
en Alemania, sostiene que la historia es el elemento más importante para los seres humanos,
el devenir de las cosas referidas al ser individual o a la comunidad en general. El ser humano
es historia, y se va constituyendo a lo largo del tiempo. Como consecuencia de estas
tendencias surgieron en la filosofía orteguiana los conceptos de razón vital y razón histórica.
En España cobró especial importancia el krausismo, movimiento de renovación cultural
promovido por Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza. A este le siguió
la generación del 98, caracterizada por su preocupación por España. A este respecto, partían
de una visión pesimista del presente español, provocada por su profunda crisis moral. De esta
generación destaca un pensador original, asistemático y solitario, Miguel de Unamuno, que
recoge en sus obras temas de Kierkegaard cuando este era prácticamente desconocido en
Europa. Entre 1906 y 1912 mantuvo una amarga polémica con Ortega sobre el tema de la
«europeización de España o la españolización de Europa», de la que se ha difundido sobre
todo la lapidaria expresión unamuniana: «¡Que inventen ellos!», que Ortega percibía como una
«desviación africanista del maestro y morabito salmantino».
Artículo principal: Filosofía de José Ortega y Gasset

José Ortega y Gasset en 1951.

El objetivo de la filosofía es encontrar el ser fundamental del mundo. Este «ser fundamental»
es radicalmente distinto a cualquier ser contingente o intramundano; y también es diferente a
«lo dado» (expresión con la que Ortega se refería a los contenidos de nuestra conciencia = «lo
dado» en nuestra conciencia). Todo contenido de conciencia es, por definición, fragmentario, y
no sirve para ofrecer el sentido del mundo y de la existencia. Este sentido solo se encuentra
en el «ser fundamental» o «el todo». La Filosofía es el saber que se encarga de aproximarnos
a esta cuestión.
«Filosofía» en Ortega se encuentra unida a la palabra «circunstancia», que Ortega hace
famosa en su expresión: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo.»
(Meditaciones del Quijote, 1914).10 Mantiene los principios esenciales de su perspectivismo en
periodos posteriores de su pensamiento.
A partir de El tema de nuestro tiempo desarrolla el «raciovitalismo», teoría que funda el
conocimiento en la vida humana como la realidad radical, uno de cuyos componentes
esenciales es la propia razón.
Para Ortega, la vida humana es la realidad radical, es decir, aquella en la que aparece y surge
toda otra realidad, incluyendo cualquier sistema filosófico, real o posible. Para cada ser
humano la vida toma una forma concreta.
Denomina «razón vital» a un nuevo tipo de razón —en rigor, el más antiguo y primario—, y
«raciovitalismo» al modo de pensar que se apoya en su nuevo concepto de razón. La razón
vital es una razón que se va realizando constantemente en la vida a la cual es inherente.
Etapas del pensamiento orteguiano
El pensamiento de Ortega se suele dividir en tres etapas:

 Etapa objetivista (1902-1914): influido por


el neokantismo alemán y por la fenomenología de Husserl, llega
a afirmar la primacía de las cosas (y de las ideas) sobre las
personas.
 Etapa perspectivista (1914-1923): se inicia con Meditaciones del
Quijote. En esta época, Ortega describe la situación española
en España invertebrada (1921).
 Etapa raciovitalista (1924-1955): se considera que Ortega entra
en su etapa de madurez, con obras como El tema de nuestro
tiempo, Historia como sistema, Ideas y creencias o La rebelión
de las masas.
El perspectivismo
El perspectivismo o «doctrina del punto de vista» es una doctrina filosófica que sostiene que
toda percepción e ideación es subjetiva. El individuo mira desde un punto de vista concreto, en
una dirección propia.
Para Ortega, la perspectiva es la forma que adopta la realidad para el individuo. Esto no le
hace caer en el subjetivismo, pues para él cada sujeto tiene su propia forma de acceder a la
realidad, su propia parte de verdad, que puede ser incluso contradictoria con la de los demás.
La verdad absoluta, omnímoda, puede ser la suma de las perspectivas individuales o de éstas
más una parte fuera de la perspectiva (no vista), que, por eso mismo, son verdaderas
parcialmente.
Razón vital
La razón vital es la razón que plantea Ortega, en sustitución de la razón pura cartesiana de la
tradición filosófica. Esta razón integra todas las exigencias de la vida, nos enseña la primacía
de esta y sus categorías fundamentales. No prescinde de las peculiaridades de cada cultura o
sujeto, sino que hace compatible la racionalidad con la vida.
La razón vital es el principio clave del raciovitalismo.
Yo y mi circunstancia
Con la frase «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo», aparecida
en Meditaciones del Quijote, Ortega insiste en lo que está en torno al hombre, todo lo que lo
rodea, no solo lo inmediato, sino lo remoto; no solo lo físico, sino lo histórico, lo espiritual. El
hombre, según Ortega, es el problema de la vida, y entiende por vida algo concreto,
incomparable, único: «la vida es lo individual»; es decir, yo en el mundo; y ese mundo no es
propiamente una cosa o una suma de ellas, sino un escenario, porque la vida es tragedia o
drama, algo que el hombre hace y le pasa con las cosas. Vivir es tratar con el mundo, dirigirse
a él, actuar en él, ocuparse de él. En otros términos, la realidad circundante «forma la otra
mitad de mi persona». Y la reimpresión de lo circundante es el destino radical y concreto de la
persona humana.
El hombre es un ser que se encuentra inmerso, sumergido en una circunstancia (o
naturaleza), la cual le presenta distintas concepciones de su estado físico y mental. Por tanto,
deja al hombre la misión de satisfacerlas. En el cumplimiento de tal tarea, agrega Ortega, es
que el hombre crea la técnica, que, según este autor, podemos definir como «la reforma que el
hombre impone a la naturaleza en vista de la satisfacción de sus necesidades». Ortega y
Gasset definía al hombre como un «ser compuesto de realidades circunstanciales creadas por
la opacidad en la forma de pensar y en el sedentarismo como fuente inspiradora de las
culturas neopensantes incapaces de olvidar la tirantez que usurpa el conjunto de la
sabiduría».

Influencia en la generación del 27


Ortega ejerció una notable influencia en los autores de la generación del 27. Entre las obras
que más influyeron en estos escritores destacan España invertebrada (1921) y La
deshumanización del arte (1925) cuyas ideas y postulados serán asumidos por dicha
generación. Su estilo elegante y pulcro al escribir será una de las características que usarán
estos escritores al crear sus obras. La Revista de Occidente (fundada por Ortega en 1923, y
de la que fue en parte redactor) será leída por los escritores de la generación del 27 por
contener artículos actuales de gran interés cultural, así como por su original presentación
estética.

Obras principales
 Meditaciones del Quijote (1914)
 Vieja y nueva política (1914)
 Investigaciones psicológicas (curso explicado entre 1915-1916 y
publicado en 1982)
 Personas, obras, cosas (artículos y ensayos escritos entre 1904
y 1912: «Renan», «Adán en el Paraíso», «La pedagogía social
como programa político», «Problemas culturales», etc.) (1916)
 El Espectador (8 tomos publicados entre 1916 y 1934)
 España invertebrada (1921)
 El tema de nuestro tiempo (1923)
 Las Atlántidas (1924)
 La deshumanización del arte e ideas sobre la novela (1925)
 Espíritu de la letra • Mirabeau o el político (1927, 1928-1929)
 ¿Qué es filosofía? (1928–1929, curso publicado póstumamente
en 1957)
 Kant (1929–1931)
 ¿Qué es conocimiento? (publicado en 1984, recoge tres cursos
explicados en 1929, 1930 y 1931, titulados, respectivamente:
«Vida como ejecución (el ser ejecutivo)», «Sobre la realidad
radical» y «¿Qué es la vida?»)
 La rebelión de las masas (1929)
 Misión de la Universidad (1930)
 Rectificación de la República. La redención de las provincias y la
decencia nacional(1931)
 Goethe desde dentro (1932)
 Viva la República (1933)
 Unas lecciones de metafísica (curso dado entre 1932 y 1933 y
publicado en 1966)
 En torno a Galileo (curso explicado en 1933 del que se
publicaron algunas lecciones en 1942 bajo el título Esquema de
las crisis) (1933–1934)
 «Prólogo para alemanes» (prólogo a la tercera edición alemana
de El tema de nuestro tiempo. El propio Ortega prohibió su
publicación «por los sucesos de Múnich de 1934». Finalmente
se publicó en español en 1958)
 Historia como sistema (1ª edición en inglés: 1935. La versión
española es de 1941 e incluye su ensayo Del Imperio romano)
 Ensimismamiento y alteración. Meditación de la técnica (1939)
 Ideas y creencias • Sobre la razón histórica (curso dado en
Buenos Aires y publicado en 1979 junto a otro dado en Lisboa
sobre el mismo asunto) (1940)
 Teoría de Andalucía y otros ensayos • Guillermo Dilthey y la idea
de vida (1942)
 Sobre la razón histórica (curso dado en Lisboa, vid. supra)
(1944)
 Idea del teatro. Una abreviatura (conferencia dada en Lisboa,
abril, y en Madrid, mayo de 1946; publicada en 1958, aunque en
el número 62 de la Revista Nacional de educación ofreció una
versión de la pronunciada en Madrid)
 La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría
deductiva (1947, pero publicado en 1958)
 Una interpretación de la historia universal. En torno a
Toynbee (1948, pero publicado en 1960)
 Meditación de Europa (conferencia pronunciada en Berlín en
1949 con el título: «De Europa meditatio quaedam». Se publica
en 1960 junto a otros textos inéditos afines)
 El hombre y la gente (curso explicado en 1949-1950 en el
Instituto de Humanidades; se publica en 1957)
 Papeles sobre Velázquez y Goya (1950)
 Pasado y porvenir para el hombre actual (título publicado en
1962 que reúne una serie de conferencias que Ortega pronunció
en Alemania, Suiza e Inglaterra en 1951–1954 y se publicaron
junto a un «Comentario al Banquete» de Platón)
 Goya (1958)
 Velázquez (1959)
 Origen y epílogo de la filosofía (1960)
 La caza y los toros (1960)
 El origen deportivo del estado (1966)
Además de estas obras sugirió la idea de crear una enciclopedia taurina a la editorial Espasa-
Calpe y propuso encargárselo a Cossío, de la que apareció el primer volumen en 1943.11

 Obras completas, Editorial Alianza/ Revista de Occidente,


Madrid. 12 volúmenes, 1946-1983. Edición de Paulino Garagorri.
 Obras completas, Editorial Taurus/ Santillana Ediciones
Generales & Fundación José Ortega y Gasset (en coedición),
Madrid. 10 volúmenes, 2004-2010, reedición corregida 2017.12
 Obra selecta: Meditaciones del Quijote; ¿Qué es la filosofía?; La
rebelión de las masas; Carta a un alemán; En torno a Galileo;
Historia como sistema; Ideas y creencias; Prólogo a la historia
de la filosofía de Émile Bréhier; La idea de principio en Leibniz
(selección). José Lasaga y Javier Gomá (presentación).
Cartoné. Biblioteca de Grandes Pensadores. Madrid: Editorial
Gredos. 2012. ISBN 978-84-249-2332-7.

 Novecentismo
 Perspectivismo
 Razón vital
 Filosofía de José Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset
(Madrid, 1883 - 1955) Filósofo y ensayista español. Su pensamiento,
plasmado en numerosos ensayos, ejerció una gran influencia en varias
generaciones de intelectuales.

Hijo del periodista José Ortega Munilla, cursó sus estudios secundarios en el
colegio de Miraflores del Palo (Málaga) y los universitarios en Deusto y
Madrid, en cuya universidad se doctoró en Filosofía y Letras con una tesis
sobre Los terrores del año mil (1904), subtitulada Crítica de una leyenda. Entre 1905
y 1908 completó sus estudios en Leipzig, Berlín y Marburgo, donde asistió a
los cursos del neokantiano Hermann Cohen.

Fue catedrático de metafísica (su titular anterior había sido Nicolás Salmerón)
de la Universidad de Madrid entre 1910 y 1936. En 1916 fue designado
académico de la de Ciencias Morales y Políticas. Fundó la Revista de
Occidente (1923-1936), la publicación intelectual más abierta al pensamiento
europeo del siglo XX español. Aneja a ella funcionó una editorial (así como
su salón de tertulias) que representaría la más selecta modernidad intelectual
de su época.
Elegido diputado al proclamarse la república, fundó con Gregorio
Marañón y Ramón Pérez de Ayala la Agrupación al Servicio de la República. A
partir de 1936 vivió en Francia, Holanda, Argentina y Portugal. Regresó a
España en 1945 y residió (salvo viajes al extranjero, especialmente a
Alemania) en Madrid. En 1948 fundó con su discípulo, el prestigioso Julián
Marías, el Instituto de Humanidades.
La obra de José Ortega y Gasset

Ortega ocupó un lugar de privilegio en la historia del pensamiento español


de las décadas centrales del siglo XX. Maestro de varias promociones de
jóvenes intelectuales, no sólo fue un brillante divulgador de ideas, sino que
elaboró un discurso filosófico de notable originalidad.

Gran parte de su actividad se canalizó a través del periodismo, un mundo


que conocía por motivos familiares y se adecuaba perfectamente a la esencia
de sus tesis y a sus propósitos de animar la vida cultural del país. Además
de colaborar en una extensa nómina de publicaciones, fundó el diario El Sol
(1917), la revista España (1915) y la Revista de Occidente (1923).

En sus artículos y ensayos trató temas muy variados y siempre incardinados


en la actualidad de su época, tanto de filosofía y política como de arte y
literatura. Su obra no constituye una doctrina sistematizada sino un
programa abierto del que son buena muestra los ocho volúmenes de El
espectador (1916-1935), donde vertió agudos comentarios sobre los asuntos
más heterogéneos.

No obstante, como denominador común de su pensamiento puede señalarse


el perspectivismo, según el cual las distintas concepciones del mundo
dependen del punto de vista y las circunstancias de los individuos, y el
concepto de razón vital, intento de superación de la dicotomía entre razón
pura y razón práctica de idealistas y racionalistas. Para Ortega, la verdad
surge de la yuxtaposición de visiones parciales, en la que es fundamental el
constante diálogo entre el hombre y la vida que se manifiesta a su alrededor,
especialmente en el universo de las artes.

El núcleo del ideario orteguiano se encuentra en obras como España invertebrada


(1921), El tema de nuestro tiempo (1923), La rebelión de las masas (1930), Ideas y
creencias (1940), Historia como sistema (1940) y ¿Qué es filosofía? (1958). Las
cuestiones de estética y crítica literaria fueron objeto de sus reflexiones
en Meditaciones del Quijote (1914), Ideas sobre la novela (1925), La deshumanización
del arte (1925), Goethe desde dentro (1932), Papeles sobre Velázquez y Goya (1950)
e Idea del teatro (1958).
Permanentemente cercano a la realidad inmediata, abordó los asuntos
políticos en Vieja y nueva política (1914), La decadencia nacional (1930), Misión de la
universidad (1930) o Rectificación de la República (1931). Su estilo, más cerca de
la prosa literaria que del discurso filosófico, posee una brillantez expositiva
en la que reside una de las claves del éxito y difusión de sus libros.

Potrebbero piacerti anche