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Aportes desde una ética feminista para el abordaje social: reproducción y autonomía en foco 133

Aportes desde una ética feminista para el abordaje


social: reproducción y autonomía en foco
Natalia Magnone Alemán*1
Mariana Viera Cherro**2

En este artículo discutimos teóricamente las condiciones de posibilidad para la autonomía


reproductiva femenina. Luego del abordaje teórico llevamos esta discusión a tres instancias
específicas: el recurso a las tecnologías de reproducción asistida, la atención al parto y el ase-
soramiento para la interrupción de un embarazo no deseado.
La autonomía reproductiva refiere a la capacidad de tomar decisiones en esta dimensión
de la vida a partir de la evaluación crítica de las estructuras de sometimiento y a su vez contar
con las condiciones para materializar tales decisiones. Pone en diálogo así las decisiones y
acciones de los sujetos con el contexto social, cultural, político y económico más amplio.
El mandato de maternidad biológica para las mujeres y la medicalización de la repro-
ducción humana son fibras vertebrales del tejido social y cultural que enmarca las decisiones
reproductivas. En este artículo discutimos las condiciones de posibilidad para la autonomía
reproductiva femenina tomando éstos como aspectos centrales.
Palabras clave: autonomía, reproducción, feminismo, ética, biopoder.

1. Ética feminista y autonomía reproductiva Haciendo énfasis en el carácter político


de esta postura, seguimos la definición de
La tarea de los feminismos a través de la Maffía (2005) quien plantea que feminista es
historia ha sido denunciar y poner en tela de una persona
juicio los discursos y dispositivos que sostie- ... que acepta tres enunciados, uno des-
nen las relaciones de poder desiguales entre criptivo, uno valorativo y uno práctico.
varones y mujeres; las múltiples formas, más El enunciado descriptivo es que en casi
o menos visibles, por las cuales las desigual- todas las sociedades, y en aspectos que
dades se perpetúan y proponer caminos que, hacen a la dignidad humana, las mujeres
además de cuestionar, permitan revertir estos están peor que los varones. El enuncia-
procesos. do valorativo es que esto no debiera ser

* Doctoranda en Ciencias Sociales con especialización en Trabajo Social, FCS-Udelar. Magister en Sociología FCS- Udelar.
Licenciada en Trabajo Social FCS-Udelar. Profesora asistente del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Cien-
cias Sociales Udelar. Correo electrónico: nmagnosa@gmail.com
** Doctoranda en Antropología (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UdelaR). Magister en Ciencias Hu-
manas con énfasis en Estudios Latinoamericanos (FHCE, UdelaR). Licenciada en Antropología Social (FHCE, UdelaR).
Profesora Adjunta del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales (UdelaR). Profesora Asistente
del Instituto de Ciencias Antropológicas (FHCE) y del Centro de Estudios Interdisciplinarios Latinoamericanos (FHCE).
Correo electrónico: marianaviera@yahoo.com
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así. Y el enunciado práctico es que tengo La desarticulación del vínculo simbólico


la obligación moral de comprometer mi y material entre sexualidad y reproducción
acción para evitar que esto siga así y co- fue un primer paso en la generación de con-
laborar para que cambie. (Maffía, 2005, diciones para el ejercicio de la autonomía se-
p. 14) xual y reproductiva por parte de las mujeres.
El proyecto político feminista ha toma-
do la reflexión sobre la sexualidad y la re-
producción como asunto sustantivo a fin de Ética feminista
procurar trascender la tradicional vinculación
entre ambas –vinculación simbólica y mate- Al decir de Maffía (2005), la ética no
rial- según la cual la finalidad primera de la refiere ni a la descripción de conductas habi-
sexualidad es la reproducción1. Esta vincula- tuales en una sociedad (la moral) ni a los pre-
ción no sólo invisibiliza el placer sexual sino ceptos que surgen de una religión (dogma).
que, cristalizada en mandato social, aplica Es una disciplina filosófica que supone el es-
principalmente para las mujeres abonando la tudio, la problematización y la justificación
supuesta relación: mujer=madre. de los principios que dan forma a las normas
En este marco la maternidad comienza a y actitudes que predominan en una sociedad
ser definida como una categoría que, si bien determinada. Por tanto, por definición ética es
tiene una función biológica como trasfondo, crítica de los argumentos racionales que sos-
elabora un conjunto de asignaciones simbóli- tienen los ordenamientos jurídicos, los hábi-
cas con las que mujeres y hombres deben en- tos y costumbres que rigen la vida colectiva.
frentarse individual y colectivamente (Loza- Al cruzar la ética con los feminismos surgen
no, 2001). Las representaciones dominantes un conjunto de escuelas de ética feminista
de la maternidad se construyen en función de que, entre otros asuntos, se abocan a: la re-
las necesidades del contexto político y social, visión de los principios que rigen la práctica
y en estricta relación con el sistema de rela- feminista, la denuncia de la invisibilidad de
ciones de género que las subyace. la subjetividad femenina en la definición de
El feminismo de segunda ola visualizó los sujetos morales, así como las condiciones
la función social de la maternidad como pun- contextuales a la hora de plantear derechos
to clave dentro del sistema patriarcal para la humanos universales. (Maffía, 2005, pp. 1-2)
dominación de las mujeres. Autoras como De La supuesta “universalidad de las teo-
Beauvoir (1981), Knibiehler (1991) y Badin- rías morales” ha sido puesta en cuestión por
ter (1991) aportaron argumentos para mostrar la ética feminista. Cuando el término ¨hom-
el carácter de construcción cultural del su- bre¨ -como sujeto de la teoría ética- se trans-
puesto “instinto materno”. A partir de indicios forma desde el significado de ¨persona¨ al
históricos sobre el significado de las prácti- de ¨varón¨, aumentan las posibilidades de la
cas de maternidad en distintas sociedades discriminación hacia las mujeres. En teoría
llegaron a la conclusión de que ¨... no existe ética esto sucede cuando las concepciones so-
el <<instinto maternal>>: en ningún caso es bre la razón, el conocimiento y la naturaleza
aplicable ese vocablo a la especie humana. La humana se expresan desde un punto de vista
actitud de la madre es definida por el conjunto androcéntrico2. La crítica ético-feminista es
de su situación y por el modo en que la asu- un instrumento muy importante para dismi-
me¨. (De Beauvoir, 1981, p.592) nuir el androcentrismo y con él la opresión de
género. (Maffía, 2005, p. 9; Marín, 1993, p.8)

1 Hoy con las tecnologías de reproducción


asistida estamos frente a un nuevo escenario 2 Definimos androcéntrico como aquel punto
donde la reproducción es posible sin sexuali- de vista que toma como eje el punto de vista
dad coital y heterosexual. del varón y lo universaliza. (Maffía, 2005:7)
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Pensar en clave ético feminista permite sentido, como vimos, las reivindicaciones
develar los mandatos maternales y las obliga- feministas en torno a la cuestión reproducti-
ciones reproductivas que los sistemas jurídi- va se remontan a la década de 1960 mientras
cos y políticos pueden querer imponer para la que la formalización de la idea de los dere-
toma de decisiones reproductivas, pero fun- chos reproductivos es bastante más reciente
damentalmente resignificarlos en virtud del y ha recorrido diversas instancias: primero la
contexto. descriminalización del aborto y el acceso a la
contracepción, para más tarde tomar la senda
de la reproducción como un derecho (de Melo
Autonomía reproductiva Ávila, 1994 citado en Rocha & De Azevedo,
2009). El término derechos reproductivos es
Cuando la maternidad se comienza a relativamente reciente y “(…) sus bases ideo-
pensar en términos de proyecto más que de lógicas se encuentran en los conceptos de in-
designio natural, cuando la coexistencia de tegridad corporal y autodeterminación sexual,
métodos anticonceptivos y tecnologías de re- característicos del feminismo de la segunda
producción asistida hacen de la separación de ola”. (Gutiérrez, 2004, p.132).
la sexualidad y la reproducción no solo algo La pregunta sobre qué derechos repro-
simbólico sino también material es preciso ductivos deberían demandarse a los estados
complejizar el campo de reflexividad en rela- para generar un marco de condiciones ade-
ción a la autonomía reproductiva. cuado para la consecución de la autonomía
Tomamos la noción de autonomía repro- reproductiva se complejiza cuando en la de-
ductiva, devenida de la autonomía de género finición y materialización de las condiciones
definida por Fernández (2006) como el grado sociales para la reproducción penetran pode-
de libertad que una mujer tiene para poder res que demandan un saber experto y por tan-
actuar de acuerdo a su elección y no a la de to “incuestionable”.
otros. Ello supone la capacidad de instituir
proyectos propios, tomando distancia crítica
de las estructuras de sometimiento; producir 2. El mandato maternal y la medicalización
acciones para lograrlos y contar con las con- de la vida social
diciones para materializar tales decisiones.
Cuando desde el campo del feminismo se La medicalización de la sociedad es el
hizo hincapié en la necesidad de contar con proceso por el cual los valores y parámetros
derechos reproductivos como marco para la técnicos provenientes de la medicina se di-
autonomía en esta dimensión se estaba pen- funden y comienzan a intervenir en nuevos
sando en aquellas prácticas que más clara- espacios sociales. La concepción, el embara-
mente vulneran a las mujeres: la maternidad zo, el nacimiento, el crecimiento, el climate-
forzada, la negación de acceso a métodos de rio, la vejez y la propia muerte se vuelven un
anticoncepción y el tránsito por situaciones asunto médico y con ello ¨plausibles de ser
de aborto en condiciones de ilegalidad. La codificados en términos de riesgo¨ y por tanto
demanda por el derecho a acceder a tecno- intervenidos.
logías de reproducción asistida se produce a Además de esta expansión del saber y
posteriori y no supone aún un consenso entre poder en diversos espacios sociales, este pro-
feministas (Gual, 2011). ceso, definido como “medicalización”, colo-
Por tanto la noción primaria de derechos nizó la comprensión de diversos aspectos de
reproductivos suponía la tensión entre una ma- la vida social e individual (Illich, 1975:9). Es
ternidad obligatoria, concebida como elemen- decir que el proceso de medicalización no se
to de dominación patriarcal, y la contracepción ha quedado sólo en el ámbito biológico in-
como forma de liberación de la mujer. En tal dividual, sino que ha logrado calar en la di-
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mensión social, cultural y política, siendo una y la construcción del pudor femenino, entre
pieza fundamental en el diseño y ejecución de otros.
distintos componentes de la política pública. Los nuevos discursos hacia la materni-
Un ejemplo de ello ha sido el enfoque ma- dad crearon la obligación para la mujer de ser
terno infantil que predominó en las políticas ante todo madre, naciendo el mito del “instin-
en materia sexual y reproductiva rioplatenses to maternal” al que antes hacíamos referencia
hasta comienzos del siglo XXI (Abracinskas y la exaltación del amor maternal como valor
& López Gómez, 2006). favorable a la especie y a la sociedad (Badin-
Michel Foucault (2002) alude a las for- ter, 1991).
mas crecientes de control de la vida reproduc- Este biopoder necesitaba de mujeres
tiva de la sociedad y de los sujetos por parte “obedientes” y “sumisas”, que se dedicaran
del Estado y de la biomedicina como la voz al cuidado de la familia y materializaran este
experta en dicho proceso, con el concepto de saber experto en sus rutinas domésticas, de
biopoder. El biopoder puede analizarse en dos cuidado y en sus comportamientos sexuales
dimensiones: una individual, lo que Foucault y reproductivos.
definió como anatomopolítica del cuerpo hu- Una de las consecuencias más importan-
mano y otra dimensión social, la biopolítica tes de la creciente medicalización de la so-
de la población. ciedad, según evalúa Iván Illich (1975), fue
En la dimensión que hace al individuo, la pérdida de control de los sujetos sobre las
el biopoder se ha ocupado especialmente del propias condiciones de existencia, depositan-
cuerpo femenino y sus capacidades reproduc- do en el saber experto las decisiones sobre
tivas. Entre otros asuntos, se ha responsabili- sus cuerpos y sus posibilidades, entre éstas la
zado fundamentalmente a las mujeres por la reproducción. La habituación a un paradig-
sanidad social naturalizando de esta manera ma asistencial que demanda pasividad gene-
su lugar de cuidadora y madre. ra una subjetividad atenta a los mandatos de
Parte de este ejercicio del biopoder su- quien se define como el poseedor del saber
puso asimismo cambios en la constitución de con respecto a todo aquello que sea objeto de
la familia, sus funciones, hábitos, roles y cos- atención sanitaria.
tumbres, anclando la sexualidad a la familia Marisa Germain (2005) plantea que el
conyugal reproductora (Fernández, 1994). La proceso de medicalización de la vida social
institución familiar debía garantizar la buena hace posible a la vez la existencia de ciertos
crianza de los niños y un cuerpo sano de traba- bienes, fundamentalmente la persistencia de
jadores necesarios para la incipiente sociedad la vida biológica, en función de cuya defensa
industrial. Para esto el poder médico impuso el individuo adulto puede ser, no sólo orien-
una serie de cambios en la alimentación, en la tado, sino incluso forzado a actuar más allá o
higiene y en la forma de los cuidados, utili- contra su voluntad. Se trata de lo que la autora
zando a las mujeres como nexo para llegar al define como “biolegitimidad”.
resto de la población. Fueron las garantes del Otra de las características de la medicali-
cumplimiento de las nuevas tendencias en la zación es su carácter iatrogénico, esto es, que
forma de vida, inaugurando para sí el rol de produce efectos -predominantemente- ne-
responsabilidad afectiva y de cuidados en la gativos, a nivel de las condiciones de salud
familia. Mediante el control anatomopolítico de los individuos. Esta iatrogenia posee tres
del cuerpo femenino se buscó generar cam- dimensiones: produce daños clínicos superio-
bios en la dimensión que hace a la población res a sus posibles beneficios, enmascara las
(Foucault, 2002). condiciones políticas que minan la salud de
La dimensión simbólica de sostenimien- la sociedad y tiende a expropiar la capacidad
to de tales cambios radicó en el culto a la ma- de los individuos para curarse a sí mismos.
dre, la familia como el lugar de los afectos (Illich, 1975, p9). En la dimensión reproduc-
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tiva podríamos agregar que produce ajenidad Las TRA permiten asimismo preservar la
y distanciamiento con respecto a los procesos capacidad reproductiva de mujeres y varones
que suceden en el cuerpo femenino3. mediante la cripreservación de óvulos y es-
La construcción de condiciones para la perma en caso del posible deterioro de las ga-
autonomía reproductiva no supone abandonar metas debido a enfermedades o tratamientos
los aportes de la biomedicina en términos de médicos que impacten negativamente sobre
saber sino poner en cuestión el ejercicio del éstas. También para las mujeres que quieran
poder en tanto biopoder. postergar su maternidad, en tanto los óvulos
tienen una capacidad reproductiva limitada.
Los feminismos han tenido diversas pos-
3. Reproducción y autonomía. Reflexiones turas con respecto al desarrollo y aplicación
sobre reproducción asistida, parto y de las tecnologías de reproducción asistida.
aborto. Para algunas feministas la ciencia es inheren-
Sobre la reproducción asistida temente patriarcal (Ana Martí Gual, 2011).
En esta posición se ubican las neofeministas
Las tecnologías de reproducción asisti- para las cuales el poder femenino está en la
da (TRA) son herramientas biotecnológicas posibilidad de las mujeres de procrear. Las
que buscan, a través de la manipulación de TRA profundizan la desposesión de este po-
las gametas4 femenina y/o masculina o de der para transferirlo a la ciencia. Para otras fe-
embriones humanos, establecer un embarazo. ministas es -o deberíamos decir era-, posible
Si bien fueron originalmente pensadas para un uso de la tecnología que democratizara las
intervenir en casos de infertilidad conyugal, relaciones de género.
esto es, situaciones en las cuales las parejas Las maneras en las cuales las TRA co-
heterosexuales no hubieran podido conseguir menzaron a ser aplicadas llevó a que en la dé-
un embarazo luego de un año de relaciones cada de 1980, según Ana Martí Gual (2011)
sexuales no protegidas5, también pueden ser la oposición a las TRA se extendiera a todo el
utilizadas para que parejas no heterosexuales feminismo bajo el movimiento FINRRAGE
puedan tener un hijo biológicamente vincu- (Feminist International Network of Resistan-
lado (Diniz y Gómez Costa, 2006), lo mismo ce to Reproductive and Genetic Engineering).
que mujeres o varones sin pareja. También Las feministas denuncian el carácter mercan-
recurren a las TRA parejas que quieren tener tilizado, eugenésico y patriarcal de la aplica-
un hijo pero no tienen relaciones sexuales ni ción de estas tecnologías. En grandes líneas6
desean tenerlas. se cuestiona la mercantilización de los óvulos
para tratamientos de reproducción asistida
de alta complejidad y las desigualdades que
3 La invención de las ecografías obstétricas,
en diversas dimensiones esta mercantiliza-
como parte del herramental clínico, ha gen-
erado una serie de cambios en relación a
ción produce y reproduce; se trata además de
la percepción de la gestante del producto y una mercantilización cada vez más tempra-
proceso del embarazo. Entre éstos el “borra- na y “necesaria” según los criterios médicos
miento” de la gestante como sujeto esencial (Viera Cherro, 2014). También se cuestiona
de este proceso (Rapp, 1997). la norma heterosexual que continúa rigiendo
4 Ovulo y espermatozoide, respectivamente. en el acceso a las TRA, donde el sujeto de
5 El período de tiempo según la Organización asistencia prototípico sigue siendo la pareja
Mundial de la Salud para definir una situ- heterosexual (Diniz & Gómez Costa, 2006)
ación de infertilidad ha pasado de dos a un así como el impacto diferencial que sobre el
año. Este acortamiento de los plazos es otra cuerpo femenino y masculino tienen las in-
manifestación de la cada vez más temprana
intervención biotecnológica en esta dimen- 6 Para conocer en mayor profundidad las ra-
sión. zones de estas críticas: http://finrrage.org/
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tervenciones biotecnológicas. Los procedi- Si no hubiera existido desarrollo de las


mientos de reproducción asistida, y por sobre tecnologías de reproducción asistida no se
todo aquellos de alta complejidad7, producen hubiera podido pensar en la imposibilidad de
una medicalización de la mujer que no tiene tener hijos luego de cierto tiempo como un
parangón en el caso del varón. A la mujer se problema al que podía darse solución me-
le dan hormonas para estimular la producción diante la intervención de la tecnología repro-
de óvulos y se la hace pasar por exámenes ductiva. Y tampoco sin una población que,
específicos para conocer en qué momento se habiendo descubierto ahora que tenía un pro-
produce la ovulación. En el caso del varón lo blema, quisiera solucionarlo buscando un hijo
que se manipula es esencialmente el esper- biológicamente vinculado en lugar de recurrir
ma. Solo en casos graves se procede a abrir a otras formas de filiación como la adopción
el testículo para recuperar espermatozoides y legal o la adopción informal que, como su-
poder proceder a una intervención. braya la historiadora Judith Schachter (2012),
Tomar una decisión autónoma con res- encuentran en nuestra cultura occidental mo-
pecto a si seguir o no un tratamiento de repro- derna, menor legitimación. En un artículo en
ducción asistida supondría entonces sopesar el que relaciona circulación de niños y tec-
las consecuencias sociales, culturales, econó- nologías de reproducción asistida, la autora
micas y personales del desarrollo y acceso a señala que ambas formas de filiación se en-
estas tecnologías. cuentran culturalmente en extremos opuestos
Al mismo tiempo involucraría interpelar de un continuum. La medicalización de la au-
el deseo del hijo biológicamente vinculado sencia involuntaria de hijos, como subrayan
(Diniz & Gómez Costa, 2006). Esta interpe- Diniz y Gómez Costa (2006), permite que el
lación es en sumo difícil por cuanto supone problema, y la búsqueda de una solución al
tomar distancia del tejido simbólico en el cual mismo, se mantengan en la órbita de la medi-
el deseo del hijo biológico se inscribe de for- cina y no en otras instituciones, como podría
ma naturalizada. Podríamos decir con Fou- ser la adopción.
cault que el biopoder interviene en la propia La medicina reproductiva enfatiza ade-
conformación del deseo, “La relación de po- más el carácter vinculante de la gestación, lo
der ya estaría allí donde está el deseo: iluso- que en otro lugar se ha definido como uteri-
rio, pues, denunciarla en una represión que se zación del vínculo (Viera Cherro, 2014). Así
ejercería a posteriori; pero, también, vanidoso la existencia misma de las tecnologías de re-
partir a la busca de un deseo al margen del producción asistida con el énfasis dado a la
poder” (Foucault, 2002, P. 79) vinculación biológica de la progenie, más que
invita casi que obliga a la demanda del saber
médico para tener descendencia.
7 Los tratamientos de baja complejidad supo- Deberíamos preguntarnos entonces si ge-
nen la manipulación de solo una de las gam- nerar autonomía reproductiva en este campo
etas (espermatozoides u óvulo). Comprenden pasa por democratizar el acceso a estas tecno-
la inseminación artificial, intervención por la logías o por debatir si como sociedad debe-
cual se transfieren espermatozoides mediante mos acompañar estos desarrollos, material y
una cánula hacia la cavidad uterina, cerca de
simbólicamente.
las Trompas de Falopio, en el momento en
que la mujer está ovulando. En los tratamien-
tos de alta complejidad se manipulan ambas
gametas. Estos tratamientos comprenden la La asistencia al parto
fertilización in vitro, la transferencia de ga-
metos a la Trompa de Falopio; la transferen- Si bien el embarazo y parto son procesos
cia de embriones a la Trompa de Falopio y la universales en tanto fisiología del cuerpo fe-
inyección intracitoplasmática de espermato- menino, nunca ocurren como un “mero pro-
zoides en óvulos.
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ceso biológico, sino que se encuentran cultu- lerar el trabajo de parto sin una razón clínica
ralmente moldeados, dándose de diferentes clara; en general no se informa a las mujeres
maneras en cada sociedad y en los diferentes de las razones de las intervenciones sobre su
grupos sociales.” (Blázquez, 2005, p. 2) cuerpo; no se permite la movilidad en el tra-
En Uruguay se puede afirmar que las me- bajo de parto y tampoco pujar y parir como
joras en la calidad de vida de la población en las mujeres quieran ya que se las obliga a pa-
general y el acceso a servicios de salud con rir acostadas; existen situaciones de violencia
tecnología para el parto, en todo el territorio verbal y de amenazas cuando las mujeres ¨se
nacional, han aumentado sustancialmente la descontrolan¨ y no cumplen con la pasividad
seguridad de las mujeres y los recién nacidos exigida por la institución de salud. (Magnone,
en este evento particular. Ahora bien, ¿qué as- 2011, p. 101)
pectos del modo institucional de asistencia al En lo que hace a las opciones para el
parto pueden mejorar si se tiene en cuenta la lugar de ocurrencia del parto, es de destacar
autonomía reproductiva? que, desde el año 2011 el Ministerio de Sa-
En Montevideo, como en la mayoría de lud Pública viene realizando declaraciones
las ciudades occidentalizadas, existe un mo- donde expresa la no recomendación del parto
delo intervencionista de asistencia al parto planificado en domicilio y anuncia impedir a
que hace uso abusivo de la tecnología. Esto las parteras asistirlo. Estas acciones se enmar-
ocasiona cascadas de intervencionismos que can en las líneas estratégicas del Documento
aumentan la producción de ¨cesáreas inne- Técnico de Maternidades (2012) en donde
cesarias¨. A su vez se viene constatando un se plantea que el parto debe asistirse sólo en
crecimiento en la frecuencia de diversas instituciones donde haya block quirúrgico. A
prácticas obstétricas consideradas por la Or- partir de la puesta en práctica del Documento
ganización Mundial de la Salud (1996) como Técnico diversas maternidades de hospitales
ineficientes o dañinas. Por ejemplo, mientras del interior del país ya no asisten más partos,
este organismo afirma que en promedio los y deben derivar a las mujeres hacia hospita-
países deberían tener entre un 10 y un 15% de les con block quirúrgico. El traslado, en pleno
cesáreas, en Uruguay en el año 2012 se regis- trabajo de parto, en ambulancias hacia hospi-
tró un 39,9% de cesáreas en el total de partos tales departamentales, puede volver a gene-
(dato extraído de la Unidad de Información rar iatrogenia, pues en momentos en que se
Nacional en Salud). debería proveer de tranquilidad, las mujeres
Si bien existen investigaciones que deben enfrentar un traslado con el stress e in-
muestran los beneficios del parto vertical, la comodidad que éste conlleva.
gran mayoría de las mujeres son obligadas a El panorama descripto muestra que la
parir en forma horizontal. El uso rutinario de orientación general de la política pública en
la episiotomía8 constituye un grave proble- salud obliga a que todas las mujeres tengan
ma de salud porque es una lesión quirúrgi- que parir en un hospital en donde se pueda
ca y hemorrágica que violenta la integridad hacer una cesárea. En una primera lectura
anatómica y funcional de los genitales y de la esto puede ser muy auspicioso en términos
plataforma orgásmica de las mujeres, la OMS de celeridad en el uso de la intervención. Sin
recomienda que se utilice de forma restrictiva embargo si tenemos en cuenta otros aspectos
y no más que en el 20% de los casos; en el que derivan de esta decisión el problema se
trabajo de parto se rompe la bolsa de forma complejiza. Los hospitales con mayor grado
rutinaria sin consultar a las parturientas; es de complejidad tienden a estar mejor prepara-
común el uso de occitocina sintética para ace- dos para enfrentar la patología pero peor pre-
parados para enfrentar un evento de la vida
8 Incisión quirúrgica de la vagina y el periné reproductiva de las mujeres que no es necesa-
que se realiza en el momento expulsivo del riamente patológico.
parto.
140 Natalia Magnone Alemán, Mariana Viera Cherro

Si bien el parto no configura, en la ma- de asistencia al parto en el país? ¿En qué me-
yoría de los casos, un evento patológico, el dida el argumento medicalizador, orientador
crecimiento de intervenciones en el parto se de las políticas de salud, contribuye a generar
acentuó, según la OMS (1996, p. 3), cuando mandatos maternalistas y obligaciones repro-
la siguiente afirmación errónea se instaló en el ductivas para el colectivo femenino? ¿En qué
saber-hacer de los obstetras: “un nacimiento medida es “verdad” que cuanto más cerca se
sólo puede ser declarado normal retrospecti- encuentre un quirófano es mejor la asistencia
vamente” y de este modo “el cuidado durante al parto? ¿Cuánto mejora la morbimortalidad
un parto normal debiera ser similar al cuidado materna y perinatal la obligación de las mu-
de un parto complicado” (OMS, 1996). Esto jeres a someterse al mandato médico sin cues-
trajo serias desventajas: la posibilidad de que tionamiento?
un acontecimiento fisiológico se convierta Dejamos planteado el desafío de aprove-
en un procedimiento médico; la interferencia char los mejores aspectos de la biomedicina
con la libertad de las mujeres a experimentar para que redunde en un contexto asistencial
sus partos a su manera y en el lugar que ellas con mayor interés en respetar la autonomía
elijan; intervenciones innecesarias y grandes reproductiva de las mujeres.
costos para el sistema pues debe proveer cu-
pos para un número elevado de parturientas.
Ley 18.987 Interrupción Voluntaria del
En este marco la autonomía reproducti-
Embarazo
va, que se traduce en las posibilidades con-
cretas para las mujeres de elegir en qué lugar
Las condiciones que esta ley estipula para
tener a sus hijos/as, en qué postura corporal
que las mujeres puedan acceder a un aborto en
hacerlo, así como definir por qué profesional
condiciones sanitarias adecuadas - las cuales
ser asistidas se ven francamente disminuidas.
no son en sí mismas suficientes para la ma-
Como vimos, una de las características
terialización de un aborto digno (Sanseviero,
del proceso medicalizador, según Illich es
2003)-, dan cuenta de la intromisión experta
que impide el ejercicio directo del autocui-
sobre el deseo de las mismas de no continuar
dado: como resultado del establecimiento del
con la gestación en curso. Esa voz experta
monopolio del arte de curar por parte de los
proviene del campo médico, el cual obliga a
médicos, inhabilitando a los individuos para
las mujeres a gestionar su decisión en el mar-
practicar el autoconocimiento y la autointer-
co de un protocolo que incluye entrevistas
vención terapéutica, ¨Es la expropiación de la
para revisar su decisión y no sólo a ejecutar
capacidad del hombre para afrontar la adver-
la interrupción del embarazo - siendo en esta
sidad por un servicio de mantenimiento que
última instancia en la cual se necesita el saber
lo conserva equipado a las órdenes del siste-
experto del especialista ginecólogo/a-.
ma industrial¨. (Illich, 1975, p. 207) La forma
En el acto de limitar el aborto a un con-
como la sociedad concibe hoy el parto deja
texto sanitario, se está buscando garantizar la
muy poco espacio a las mujeres a practicar el
calidad técnica de la intervención, pero a la
autocuidado y la confianza en el devenir de
vez, este acto permite que el Estado ejerza un
un proceso fisiológico.
control moral sobre las mujeres ya que esta
Tener en cuenta la ética feminista para
normativa exige que la mujer explicite los
abordar la asistencia al parto necesita de la
motivos que la llevan a tomar la decisión. Es
deconstrucción de las “universalidades” vuel-
este control moral el que da cuenta del poder
tas en “verdades objetivas” que orientan las
biopolítico que, aún garantizado el derecho
decisiones que se toman en las políticas perti-
de abortar, sigue estando presente, limitando
nentes. ¿Cuáles fueron los argumentos racio-
así la autonomía reproductiva plena de las
nales que rigieron a las políticas públicas y
mujeres que quieren practicarse un aborto en
decisiones jurídicas que dan forma al modelo
el marco de la ley. Ese poder hace parte de la
Aportes desde una ética feminista para el abordaje social: reproducción y autonomía en foco 141

ley en la posibilidad de los médicos y médi- así la materialización de los derechos y en


cas de “objetar conciencia” para no tener que un orden moral, al cuestionar su decisión en
practicar un aborto a una mujer que lo solicite estos términos. Se pone en discusión el carác-
y alcanzó su máxima expresión en el Depar- ter de sujeto moral de la mujer para decidir
tamento de Salto9 hasta el presente año 2014. la interrupción de un embarazo poniendo por
La objeción de conciencia es un meca- encima la conciencia del/la objetor/a, por lo
nismo que tienen su base conceptual y de de- menos como una posibilidad. En el transcurso
rechos en la libertad de conciencia pero que del texto jurídico se pone en entredicho la ca-
produce necesariamente un conflicto en tér- pacidad y los conocimientos de la mujer para
minos de derechos, el de la mujer a contar con llegar a la decisión de interrumpir su emba-
un profesional que le practique el aborto y el razo.
del profesional de negarse a hacerlo como El procedimiento actual obliga a que lue-
consecuencia de su libertad de conciencia. El go de una primera consulta médica la mujer
problema es que la mujer depende del profe- deba transitar una segunda instancia con un
sional para el ejercicio de su derecho. Existe equipo interdisciplinario 11 que le informará
una relación de jerarquía entre la mujer que sobre los riesgos de abortar y sobre alternati-
no posee un saber experto que necesita y el vas posibles (como por ejemplo la adopción).
profesional que sí lo detenta10. Diniz señala Además pretende ser un ámbito de apoyo psi-
que la mujer y el o la profesional cológico y social “… para contribuir a supe-
Son sujetos diferentes, no por la naturale- rar las causas que puedan inducirla a la inte-
za sino por el orden social y político. No rrupción del embarazo….”. (Art. 3º).
podemos olvidar esa jerarquía: mujeres y Si bien se coloca al aborto como un de-
médicos no están en igualdad de recla- recho reproductivo en un marco de atención
mar sus derechos. Las mujeres reclaman especializada, controlando el mercado clan-
necesidades; los médicos creencias. Las destino de atención a las mujeres que desean
mujeres se pueden morir si no realizan abortar y buscando impedir que se produzcan
un aborto en condiciones correctas, los más muertes por abortos realizados en con-
médicos se pueden sentir incómodos por diciones sanitarias inadecuadas, el énfasis
la afectación de sus creencias privadas”. está puesto en evitar lo que se define como
(Diniz, 2014, p. 50) “riesgo”: la muerte. Allí está puesto el acento
Decimos que la objeción de conciencia de la ley, no necesariamente en favorecer las
lesiona la autonomía reproductiva de la mu- condiciones de autonomía de las mujeres. Las
jer que desea terminar con un embarazo no instancias de intervención post aborto, en las
deseado en dos niveles: en tanto podría hacer cuales se prevé el asesoramiento sobre anti-
imposible el procedimiento no permitiendo concepción, también están pensadas para evi-
tar un futuro embarazo no deseado. Es decir
9 Uruguay está dividido geopolíticamente que lo que prima en la ley es la prevención
en “departamentos” sin autonomía judicial,
del riesgo.
solamente administrativa. En Salto todos los
Es por ello que, más allá de las limitantes
especialistas objetaron conciencia. Frente a
esta situación comenzó a concurrir, de forma que plantea a la autonomía reproductiva la le-
semanal y desde Montevideo, una ginecóloga gislación actual, la forma como se aplique la
a suplir esta ausencia que impedía llevar ad- ley será definitorio en la diversidad de afec-
elante el procedimiento. Esta situación se re- taciones sobre la autonomía de las mujeres,
virtió en la actualidad porque hay residentes desde un proceso tutelado y moralizante de la
de Ginecotología que trabajan en el departa-
mento y no son objetores. 11 Se prevé un equipo de tres especialistas: uno
10 Para una mayor profundización sobre las im- deberá ser médico ginecólogo, otro deberá
plicancias de la “objeción de conciencia” ver tener especialización en el área de la salud
Cotidiano Mujer (2014) psíquica y el restante en el área social.
142 Natalia Magnone Alemán, Mariana Viera Cherro

decisión femenina, hasta el acompañamiento cuerpos femeninos que repercuten de forma


sanitario cuidadoso y respetuoso de sus op- más carnal la ausencia de condiciones para
ciones. El acontecer de este derecho será con- avanzar hacia la autonomía reproductiva.
figurado según se produzcan las interacciones La intervención del profesional de “lo
entre la mujer que consulta para interrumpir social” en asuntos de reproducción con una
la gestación y el equipo de especialistas. No perspectiva ética feminista debería estar
es el aborto per se el que genera sentimientos orientada a ampliar la autonomía existente en
como el malestar o la culpa sino el marco cul- la toma de decisiones y en el desarrollo de
tural -de sentido-, en el cual éste se realiza. acciones por parte de las personas, lo cual su-
Los actores institucionales son claves en la pone antes que nada ¨problematizar las ideas
elaboración de estas subjetividades. (Fernán- que subyacen a las normas y actitudes predo-
dez Tajer, 2006) minantes en la sociedad¨ (Maffía, 2005). Solo
De allí la importancia de la formación y una vez que se sopese la autonomía apelar a
sensibilización en derechos del equipo sani- los derechos en tanto demandas orientadas
tario. En lo que hace al rol del Trabajo Social hacia la ciudadanía plena.
en estos equipos, le cabe velar por el respeto
de los derechos reproductivos, aunque esto
signifique cuestionar desde la práctica los Referencias bibliográficas
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demandarlos. Existe un paso anterior y es la en el Uruguay del Novecientos, Tomo 3: La
capacidad de discernir de manera autónoma invención del cuerpo. Montevideo: Banda
cuáles opciones y acciones, en este caso rela- Oriental.
tivas a la reproducción, suponen realmente un Cotidiano Mujer (2014) Objeción de
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Entendemos que la reflexión sobre es- De Beauvoir, S. (1981) El segundo sexo.
tos asuntos es una instancia válida para dar España: Aguilar.
cuenta de la concepción que la sociedad tiene Diniz, D. (2014) Voces y textos. En Co-
sobre la ciudadanía y en particular sobre la tidiano Mujer, Objeción de conciencia. Un
ciudadanía de las mujeres, ya que es sobre los
Aportes desde una ética feminista para el abordaje social: reproducción y autonomía en foco 143

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