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ENSAYO INTERVENCIÓN CLÍNICA

Aprovechando la instancia de esta primera intervención clínica, es posible hacer una


reflexión acerca de las expectativas que se tienen en un proceso de intervención como
terapeutas, siendo comparada ésta con los escenarios a los cuales nos vemos enfrentados
en realidad, ya que distan bastante las expectativas iniciales como estudiantes de la
realidad que se vive en el setting terapéutico, esto se puede apreciar sobre todo cuando se
cree o espera que nos encontremos con pacientes modelos que nos faciliten el proceso,
pasando por alto que debemos estar preparados para cualquier paciente o situación que se
presente, y agregado a esto, de manera más concreta quitar responsabilidades exclusivas
tanto al paciente como al terapeuta de los resultados del proceso, es por esto que las
variables inespecíficas tanto del consultante como del terapeuta son fundamentales para
facilitar el dicho proceso. Así mismo Safran (1994, citado en Santibañez. et al, 2008), realizó
un análisis respecto a la investigación en psicoterapia concluyendo que sólo el 15% del
cambio psicológico en terapia es atribuible a factores específicos, mientras que un 45% se
atribuiría a factores de la relación terapéutica. Orlinsky,1994 (citado en Santibañez. et al,
2008) Dentro de estas variables inespecíficas, se ha encontrado que la relación terapéutica,
y particularmente la alianza terapéutica, tiene una gran influencia en el resultado del
proceso de psicoterapia.

A partir de lo anterior se pueden mencionar algunas variables del paciente tales


como: El tipo de diagnóstico que tenga el paciente, la disposición personal, las expectativas
y creencias del proceso. Igualmente están presentes las variables que corresponden al
terapeuta como: actitud favorecedora del clima terapéutico, habilidades (actitudes y
aptitudes), la personalidad, el bienestar emocional, nivel de experiencia, etc. Es por esto
que se puede afirmar que en realidad no existe un solo responsable de la fluidez o éxito del
proceso como muchas veces lo pensamos cuando nos vemos entrampados en situaciones
imprevistas, en otras palabras, éstas variables mencionadas se influyen mutuamente,
generando una sinergia donde nace lo que podríamos llamar alianza terapéutica, ya que
concretamente en una definición transteórica de Edward Bordin (1976, citado en
Santibáñez. et al, 2008) sugiere que la alianza sería una relación consciente que involucra
acuerdos y colaboración entre terapeuta y consultante. Es por esto por lo que la alianza
terapéutica cumple un rol fundamental en el éxito del proceso terapéutico, por lo tanto, no
se puede estar indiferente ante la relación que se genera entre paciente y terapeuta, de
hecho, la relación terapéutica es uno de los factores que explican un mayor porcentaje de
cambio en los consultantes (Santibáñez. Et al., 2008). Según Lambert (1992, citado en
Santibáñez. et al, 2008) éste alcanzaría un 30%. Así mismo, Maione y Chenail (1999, citado
en Santibáñez. et al, 2008) afirman que las percepciones del paciente sobre la relación
terapéutica influyen en gran medida en la terapia en curso y deberían tenerse en cuenta e
incorporarse en cualquier proceso terapéutico, sin importar la orientación teórica que se
tenga. En conclusión, podemos decir que la alianza terapéutica cobra gran importancia en
los resultados y avances en sesión.

A continuación, se analizará una temática que a muchos quizás nos deja varias
interrogativas en nuestros comienzos en el estudio de la psicología, la cual sería ¿Por qué
las personas buscan ayuda profesional? ¿Cómo toman la decisión? ¿Qué los motiva?

Dados esos cuestionamientos, a simple vista se podría decir o pensar que es


sencillo tomar la decisión de pedir ayuda psicológica, o que quizás quienes lo hacen es
porque ya se encuentran hundidos en problemas y dificultades, e incluso se podría pensar
en uno de los tantos estigmas que tiene la psicología en cuestión como el pensar que solo
deben asistir quienes tienen trastornos o patologías.

En primer lugar, se abordará el tema de pedir ayuda, sin aun rotularlo con un tipo
determinado, ya que específicamente se tratará más adelante el tipo de ayuda psicológica.

Se puede decir que la decisión de solicitar ayuda profesional obedece a una


confrontación de los propios límites. Esta decisión es precedida por una carga psicológica
creciente, que se plasma en el aumento de los problemas, trastornos o síntomas. Dicha
carga pone en juego la resistencia emocional (subjetivamente vivenciada) y, a la vez,
conlleva intentos de superar el problema (afrontamiento del problema) (krause, 2005). Es
decir, son 2 procesos que se influyen mutuamente y que al parecer no puede ocurrir uno
sin el otro, ya que ocurren simultáneamente y se encuentran en interacción constante, pero
debe existir predominio o preponderancia de uno sobre otro, es decir, concretamente en
todos los casos la decisión de recurrir a la ayuda profesional implica haber alcanzado los
límites de los propios recursos. Esto mismo, sin embargo, no es válido para la carga
emocional, pues no toda búsqueda de ayuda implica haber llegado a los límites de
resistencia emocional (Krause, 2005). Es decir, personas pueden pedir ayuda antes de
llegar a sus límites, así como otras pueden hacerlo en el momento culminante de crisis, y
de igual manera habrá otras que jamás pedirán ayuda.

Es ahora cuando cabe preguntarse ¿Cómo ocurren estas crisis? ¿Qué las gatilla?

Krause menciona que las crisis habitualmente tienen un desarrollo y un momento


culminante. Su desarrollo incluye una carga emocional creciente e intentos de
afrontamiento, efectuados, tanto con recursos propios como del entorno. El proceso se
puede sintetizar de la siguiente manera:

- Una fase de preparación, durante la cual, diferentes elementos, provocan una


carga creciente
- Un incremento de la carga subjetiva, habitualmente con aparición de síntomas
físicos
- La aplicación infructuosa de acciones de autoayuda
- La cima o punto culminante de la crisis, con sintomatología importante,
desembocando en una búsqueda de ayuda inmediata y poco selectiva.

Una vez mencionado a grandes rasgos las circunstancias que llevan a una persona
a buscar ayuda profesional, y siendo entendido como un proceso, donde se van tomando
decisiones respecto al contexto donde se requieran estas, es que podemos hablar
finalmente de la ayuda psicológica y cómo ésta se llega a solicitar.

Como menciona Krause, Uribe, Winkler & Avendaño (1994); Krause et al (1995);
Krause & Winkler (1995) (citado en Krause, 2005) En un estudio realizado en Santiago de
Chile se muestra que la principal fuente de información a cerca de la actividad de ayuda
psicológica, sin distinción entre personas con y sin experiencia psicoterapéutica, es la
experiencia de personas cercanas, donde más de un tercio de los entrevistados señaló esta
fuente de información como la determinante para realizar el proceso. Esto se puede
entender o explicar, señalando que probablemente la experiencia de personas cercanas
puede llegar a formar parte de la propia experiencia, pudiendo así influir en la toma de
decisiones. Del mismo modo se mencionan factores que inciden como la información que
entregan los medios de comunicación masiva (tanto como un facilitador o impedimento),
dejando en primer lugar la televisión como un informante en programas televisivos que
traten estas temáticas.
Esto puede generar un estigma que puede actuar como barrera a la hora de solicitar
la ayuda, ya que las personas al llenarse de información por este medio y probablemente
llegar a una interpretación errada de ésta, se tiende a desvalorizar la importancia de un
proceso psicológico, puesto que se puede incurrir en el auto diagnóstico y en el auto
tratamiento sin acudir a un especialista.

Se puede mencionar además un factor muy recurrente a la hora de solicitar ayuda


psicológica, ya que las personas que buscan ayuda profesional por primera vez, se dirigen
en primer lugar, hacia los médicos; son estos profesionales los que quedan a cargo de la
decisión de derivación (Krause, 2005), es en este momento donde puede ocurrir lo
anteriormente dicho, ya que para que esta derivación resulte, es necesario que haya una
aceptación de la necesidad de ayuda psicológica, y por ende, será necesario construir y
reformular el problema existente para que sea tomado por la persona y se establezca la
ayuda que se necesita.

Estas temáticas expuestas cobran gran relevancia, puesto que tratamos con sujetos,
quienes tienen historias con procesos que han tenido que vivir, y probablemente han notado
que han sobre pasado sus límites, donde han tenido que aceptar que necesitan ayuda, o
simplemente quizás alguien los ha aconsejado, o tal vez estuvieron leyendo a cerca del
tema y se sintieron identificados, etc. Son múltiples las razones, posibilidades o
explicaciones de como llegó esa persona a solicitar ayuda. A partir de estas experiencias
previas los consultantes generan sus expectativas, disposición, apertura, metas, etc. Esto
cobrando una vez mas gran importancia en el avance del proceso terapéutico.
Bibliografía

Santibáñez, P. et al. (2008) Variables Inespecíficas en Psicoterapia. Ter Psicol, 26(1), pp.
89-98.

Krause, M. (2005) Psicoterapia y cambio: una mirada desde la subjetividad. Santiago, Chile:
Ediciones Universidad Católica.

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