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Capítulo 1.

- Sociedad de la
información y del conocimiento.
Rasgos y definición
1.7. Conclusiones: Sociedad de la
Información y el conocimiento. Hacia
un concepto

La sociedad de hoy transita de la Sociedad de masas a una Sociedad de


la Información y el Conocimiento. Antes hemos visto como la Sociedad de
la información implica el paso de la sociedad Industrial, organizada en
torno a la producción masificada de bienes (que es posible gracias a la
aplicación de conocimiento científico a la producción) a una sociedad
donde la información es la materia prima y la fuente de procesos
imprescindibles como el empleo, la salud, la productividad y el poder.

El concepto de Sociedad de la Información estuvo inspirado por teóricos


como Drucker, Bell y Masuda, que la interpretaron fundamentalmente
desde un punto de vista economicista, con el cambio del modelo de
producción del industrialismo al informacionalismo.

Con la ampliación del discurso de la Sociedad de la Información y el


Conocimiento y las transformaciones históricas hacia esta sociedad, el
concepto empieza a adquirir un fundamento más social y sobre todo más
holístico. Para la Unesco, los conceptos que manejaban los primeros
teóricos eran esencialmente economicistas y decide agregar el valor
del conocimiento, que es la capacidad para gestionar y aplicar la
información. Para este organismo internacional, la Sociedad del
Conocimiento es aquella en que el conocimiento se aplica al desarrollo
humano, y por lo tanto, requiere empoderamiento social con una visión
marcada por la equidad, el pluralismo, la participación y la solidaridad.

La Unesco defendió el uso del concepto de Sociedad del Conocimiento en


lugar de Sociedad de la Información durante la primera fase de la Cumbre
de la Sociedad de la Información, que tuvo lugar en Ginebra en el 2003.
Sociedad del Conocimiento constituye un concepto más abarcador y más
orientado al empoderamiento que los conceptos de tecnología y
conectividad que dominan los debates sobre la sociedad de la información.

En lo adelante, nos referiremos a esta como una Sociedad de la


Información y el Conocimiento, o más bien un conjunto de sociedades en
que la información y el conocimiento juegan un papel determinante en
tanto valor productivo y económico, lideran la configuración de las otras
esferas sociales, como la política y la cultura, y en las cuales lo tecnológico
(en este caso, lo digital) constituye un eje central en la producción de dicho
valor.

Tres factores influyen esencialmente en este proceso: en primer lugar, el


proceso de reestructuración capitalista que da lugar a un sistema
tecnoeconómico, denominado Capitalismo informacional (Castells, 2000);
en segundo lugar, el ascenso de un nuevo paradigma tecnológico basado
en la tecnología de la información, y por último la emergencia de valores
culturales proyectados por los movimientos libertarios que tuvieron lugar
en Europa y América, fundamentalmente.

Estos tres procesos, informacionalismo, reestructuración capitalista y


emergencia de valores libertarios, deben ser entendidos como procesos
separados aunque se encuentren interrelacionados.

En el marco de producción capitalista tienen lugar pre-industrialismo,


industrialismo e informacionalismo como modos de desarrollo
diferenciados, pero al servicio de un proyecto similar: el control del capital
a través de la propiedad privada sobre los medios de producción, la
separación entre productores y sus medios de producción y la conversión
del trabajo en un bien.

2.4. Conclusiones: de la transmisión a


la autocomunicación

Internet ha ido evolucionando desde un patrón diseñado solo para la


lectura (web 1.0), pasando por la lectoescritura que posibilitó la web 2.0,
hasta la actual web semántica, capaz de penetrar en los significados de
nuestras construcciones simbólicas, y totalmente preparada para el acto
de pro-sumo mediático.

La historia de las teorías de la comunicación ha ido marcando un rumbo


ascendente en la horizontalidad de la relación entre emisores y receptores.
Algunos hitos clave están marcados por el Modelo matemático de
Shannon-Weaver, totalmente unidireccional; el Two step flow promovido
por Paul Lazarsfeld con la mediación de los líderes de opinión; seguido por
la propuesta de modelo semiótico-informacional del italiano Umberto Eco
y sus seguidores, donde se reconoce la variedad de significantes con que
los sujetos pueden decodificar un mensaje emitido; hasta llegar al modelo
de la autocomunicación: las potencialidades participativas generadas por
la era de internet, que reconoce la emergencia de un sujeto consumidor y
productor de información y contenidos mediáticos ("prosumidor").

La emergencia de los medios sociales en el ciberespacio, representan un


gran desafío para las dinámicas de producción de información que
sustentan el poder desde el sistema convencional de medios. Las redes
sociales constituyen un importante motor de producción de opinión pública
en internet, en tanto consiguen combinar magistralmente entretenimiento
e información.

No basta el impulso a medios de comunicación alternativos en la web,


como formas de periodismo ciudadano, para promover los cambios
políticos necesarios. La experiencia histórica de los nuevos movimientos
sociales con sus sistemas de comunicación paralelos, demuestran que la
sostenibilidad es un desafío permanente, y esta solo se logra, con
acciones reales de transformación política y en la vida pública.

A pesar de la pugna que sostienen medios tradicionales y nuevos medios


en el terreno de lo simbólico, respecto a la posible democratización de las
prácticas comunicativas de la ciudadanía; tanto unos como otros, son
adquiridos por grandes grupos de comunicación privados, que controlan
su funcionamiento.

Hoy más que nunca es importante el ejercicio profesional del periodismo y


la comunicación social, para defender el compromiso cívico con el servicio
público que representa la correcta información de la ciudadanía.
3.3. Conclusiones: Educar a partir de
múltiples lenguajes y soportes

La Alfabetización Mediática e Informacional es una condición


imprescindible para el ejercicio de una ciudadanía activa en el siglo XXI, y
se consigue a partir del proceso de Educación en Medios. Incluye el
dominio de competencias, habilidades y actitudes diversas para la
interacción con los contenidos mediáticos, proceso que parte de la
interpretación autónoma, la lectura crítica de los contenidos y la producción
de aportes personales de los usuarios en las redes. Ello demanda un
conocimiento previo del contexto comunicativo y las dinámicas de
producción de información, así como su empleo seguro, ético y
responsable.

La responsabilidad de educar en medios debe compartirse entre diversos


agentes sociales, como los sectores de gobierno en la generación de
políticas, las instituciones educativas, la familia, las ONG, y los propios
medios de comunicación. La alfabetizaciónmediática cuenta con una
dimensión política insoslayable, que solo se concreta cuando los usuarios
nos convertimos en actores activos del proceso de producción informativa,
y no meros receptores, de modo que los contenidos que generemos
puedan ejercer influencia en los procesos de toma de decisiones en los
ámbitos de la política, como expresión de un periodismo ciudadano
empoderado.

El concepto de AMI ha ido evolucionando, con el impulso ofrecido por


organismos internacionales como la Unesco y la Unión Europea, en
materia de investigación, legislación y proyectos concretos. Inicialmente
las nociones estaban más centradas en las dimensiones técnicas y el
espacio digital. Con posterioridad se abarcaron los ámbitos de la
información y los medios de modo global. En la actualidad, esa mirada
focalizada está siendo ampliada por la noción de alfabetizaciones
múltiples, que engloba un conjunto de competencias, habilidades,
conocimientos y destrezas más transversales, imprescindibles para la
participación ciudadana en el contexto de hoy.

Está vigente el desafío de fortalecer el vínculo entre los medios de


comunicación y las instituciones educativas en aras de cumplimentar de
manera coordinada su función común para la educación en medios. El
nuevo ecosistema mediático, que ha propiciado la convergencia entre los
campos de la comunicación y la educación, ha hecho emerger a una nueva
figura profesional, el educomunicador. Este actor social juega un rol
determinante en el impulso a procesos de Educación en Medios para la
consecución de resultados superiores en materia de Alfabetizaciones
Múltiples.

La actual situación de la escuela, implica múltiples incertidumbres,


en tan

4.9. Conclusiones: Las redes y su


contribución a la democracia. Un
debate

En este capítulo hemos analizado los principales problemas para la


democracia asociados a Internet, así como el rol y la influencia de Internet
y otras tecnologías asociadas a ella en las dinámicas de las instituciones
políticas contemporáneas.

Como hemos visto, el poder es relacional. Los actores luchan por hacer
avanzar sus valores e intereses en la lógica de la comunicación política,
en el marco de la lucha por la hegemonía. En el sistema de medios híbrido,
el poder es el uso de recursos de diversa naturaleza que permite a
individuos y colectivos perseguir sus valores e intereses con (y dentro de)
diferentes medios en un contexto determinado de dependencias e
interdependencias. La hibridez en este sistema se traduce en apertura y
fluidez (Chadwick, 2013).

En la sociedad del conocimiento, encontramos que la política formal se


crea en torno a sistemas representativos que se desligan de los grandes
relatos ideológicos (comunismo, etc.) y surgen agendas políticas con
temas emergentes como los derechos de las minorías o problemas
globales. La mercadotecnia y el espectáculo también juegan un papel en
las propuestas de temas emergentes de la política en la SIC, a través de
la viralización de contenidos y la capacidad de movilizar con el apoyo de
la imagen1.

Especialmente a raíz de la crisis económica, está teniendo lugar un


desencantamiento de los ciudadanos con las instituciones de la política
tradicional, lo cual les lleva a buscar soluciones no mediadas por estas
instituciones. Esto lleva a un proceso de desintermediación de la política,
por el cual los ciudadanos recurren a otras formas de organización a través
de las TIC, fomentando la auto-organización y las iniciativas informales
desde la base.

La comunicación de hoy se establece en un sistema híbrido. Este se


manifiesta en flujos, interacciones e intercambios que tienen lugar en la
elaboración de noticias, en las campañas electorales, el activismo
ciudadano y las actividades de gobierno.

En el marco del sistema de medios híbrido tiene lugar una interacción entre
las nuevas y las viejas lógicas de los medios. Aquí se dan patrones de
interacción complejos y heterogéneos que fluyen juntos y modelan nuevas
formas de poder entre los actores políticos, los medios y los públicos. De
hecho, el sistema híbrido de medios se basa en el conflicto y la
competencia entre esas nuevas y viejas lógicas. A su vez, se crean
conductas de comunicación política más expansivas e inclusivas que las
que tenían lugar en el siglo XX. Gracias a esto se crea un sistema en que
es posible intervenir en la producción de noticias, crear ensamblajes en
tiempo real y ensamblajes socio técnicos y negociación de las élites, como
es el caso de Wikileaks (Chadwick, 2013).

Las nuevas formas de participación alternativas se dan en un marco de


relaciones que consolidan la hegemonía del capitalismo como sistema
político y económico dominante, pero al mismo tiempo aportan otras
metodologías de diálogo colectivo y de producción política en la red.
Emerge una política híbrida, compleja y abierta a la interinfluencia.

1Un ejemplo de esto podrían ser supuestos documentales que circulan por las redes e incluso en
salas de cine sin un fin publicitario o propagandístico aparente pero que terminan con un mensaje
que intenta movilizar en torno a una reivindicación determinada.
to el mundo y sobre todo, el contexto mediático, cambian a ritmo
vertiginoso. Ante la necesidad de autotransformación urgente, se abren
paso, diversas expresiones de innovación educativa, y nacen nuevas
metodologías para reinventar la educación, capaces de establecer
mayores conexiones con la vida real de niños y niñas, que son nativos
digitales.

5.7. Conclusiones

Con la llegada de la digitalización, se amplía la capacidad de reproducción


y distribución de los productos culturales. La sustancia misma de dichos
productos se transforma y se introduce, en consecuencia, nuevas
dinámicas y tensiones en su tratamiento. Como efecto de la globalización,
la estandarización de la cultura es un proceso que puede tener lugar, en
la medida en que la cultura occidental no solo se consolida como
hegemónica sino que también penetra de manera dominante otras
culturas, al exportarse como modelo deseable a todo el mundo.

Sin embargo, y como contraparte a la posible homogeneización cultural,


en la sociedad global también se da una mayor diversificación, en la
medida en que aumentan las interacciones y se adaptan los códigos a los
referentes de consumo cultural. Esta es una de las paradojas que tienen
lugar en la SIC: la tensión entre homogeneización y diversificación, que
hace que pertenezcamos a una cultura global pero que al mismo tiempo
participemos de muchas culturas a específicas a través de más y más
complejos canales de comunicación.

Hemos entendido la cultura aquí a partir del concepto de Stuart Hall que la
define como los significados y valores de grupos y clases sociales
marcadas por relaciones históricas concretas, a través de las cuales
responden a sus condiciones de existencia, así como las expresiones que
vehiculan esos significados y valores.

En la SIC, el modelo de sociabilidad predominante es el individualismo en


red, dado por la confluencia entre los ejes del individualismo e
identificación, relacionadas con valores de un grupo humano concreto.
Internet está basada en una cultura de la libertad, y bebe de la cultura
universitaria de la investigación, la cultura hacker, la contracultural y la
empresarial. Esta plataforma promueve una cultura de la autonomía, a
partir de modelos de sociabilidad que permiten a la gente funcionar de
manera autónoma y conectar todos los ámbitos de la vida: el personal,
profesional, comunicativo, corporal y sociopolítico.

Los valores racionales seculares y de autoexpresión son los más


relevantes en Internet.

Los discursos de la desindustrialización han servido para legitimar en las


políticas el cambio de concepto de las industrias culturales al de industrias
creativas, con un enfoque más en función de la competitividad económica
y menos de acceso y disfrute de la cultura.

6.6. Conclusiones: El salto de la


sociedad de la información a la
sociedad del conocimiento

El tránsito de la Sociedad de la Información a la Sociedad del


Conocimiento, supone importantes potencialidades para el desarrollo de
procesos educomunicativos, a la vez, que agudos desafíos. La expansión
acelerada de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
(TIC), fundamentalmente internet, y su apuesta al servicio del desarrollo
social, pone de relieve, oportunidades insospechadas de crecimiento, y de
manera significativa, en el ámbito de la educación. Sin embargo, el acceso
equitativo a las redes info-comunicacionales y la subsecuente planta de
recursos educativos asociados, constituye aún una utopía.

La brecha digital multiforme entre Norte y Sur, continúa marcando la


diferencia entre info-ricos e info-pobres, en coherencia con la distribución
geopolítica y socio-económica del orbe. El reto fundamental que se
visualiza en esta área, sería la colocación de tan amplia gama de
dispositivos, al servicio del desarrollo humano global. De las carencias en
este sentido, dan cuenta los parcos márgenes de satisfacción de
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y los Índices de Desarrollo
Humano (IDH) de los países del tercer mundo, en la mayoría de los cuales,
la alfabetización para todos (derecho humano elemental), constituye aún
un asunto pendiente.

No basta con realizar inversiones para tecnologizar las sociedades


actuales. Es preciso valorizar cualitativamente el talante de estos
procesos, para que no se conviertan en meras reproducciones
tecnocráticas. La educación en medios es ante todo una cuestión de
políticas públicas y de valores sociales, mediatizados por la tecnología,
pero con un profundo sentido humanista y deontológico.

Si bien, se delinean posturas cuasi antagónicas entre


los apocalípticos o integrados (optimistas) de la cultura de masas
(industria cultural) y la aldea global, que resultan de las interacciones
aupadas por la red de redes; se abre paso una perspectiva crítica
relativamente homogénea, que revaloriza el papel del sujeto social, frente
a la racionalidad meramente técnica.

Al interior de este debate, pueden visualizarse dos tendencias de análisis


hegemónicas: quienes opinan que el aporte de internet a la configuración
de otro mundo posible, es nimio hasta tanto no se reduzcan los abismos
en cuanto a niveles de desarrollo de las naciones; y quienes defienden la
posibilidad de transformar las sociedades del futuro, sobre la base de la
democratización de nuestras prácticas info-comunicacionales y
educativas, facilitadas por las TIC.

El entendimiento del carácter reticular del poder, permite situarse en una


postura conciliatoria intermedia, y comprender, que si bien los medios
sociales no resolverán todos los problemas de las sociedades
contemporáneas, en términos de subvertir sus asimetrías; constituyen un
aporte definitorio como herramienta de educación cívica, participación y
lucha política.

Para conquistar esta meta, sin embargo, resulta imprescindible asumir


procesos de alfabetizaciones múltiples (digital, informacional, mediática,
cinematográfica, audiovisual, etc.), que contribuyan a formar altos niveles
de autonomía, pensamiento complejo, autorreflexividad y conciencia
crítica en la ciudadanía; de modo que la tecnología sea usada, no ya para
reproducir las condiciones de existencia sociales (dominadas por las
lógicas de mercado); sino para favorecer, desde la generación de
contenidos, el cambio del status quo.

Estos aspectos han de asumirse con una intencionalidad significativa, en


tanto la web semántica (o web 3.0) a la que ya asistimos, tiene implícito
ese cariz dual de constituir un escenario para la reafirmación acrítica de
estigmas, estereotipos e ideologías dominantes (efecto narcotizante que
intenta evitar la espiral del silencio), a través, por ejemplo, de las redes
sociales; o por el contrario, servir de soporte para la fragua de nuevas
agendas antisistémicas, con fines emancipatorios individuales, grupales y
sociales. Los diálogos
intergeneracionales e interculturales (entre nativos, migrantes, residentes
e "invisibles" digitales), y la cultura de innovación, son también,
propulsores fundamentales de este proceso de cambio de paradigma
educativo, y por consecuencia, social.

Múltiples experiencias se han venido desarrollando a fin de


generar competencias comunicacionales (de razonamiento y
tecnológicas) que respondan a los retos descolonizadores que se colocan
sobre el horizonte. Entre ellas, destacan el enfoque educomunicativo de
la Educación Popular, la Flipped Classroom (clase al revés) o Flipped
Learning (aprendizaje inverso), así como la Caza del Tesoro,
la WebQuest, los Massive Opening Online Courses (MOOCs),
la gamificación, o el empleo de smartphones y tabletas con fines
educativos, entre otras alternativas. Estas propuestas, tienen en común, el
cuestionamiento a los modelos tradicionales de educación bancaria;
potencian el rol activo del estudiantado en la construcción de sus
metodologías de acceso al conocimiento; y redimensionan la misión del
maestro, como facilitador y coach del proceso educativo.

Se trata de incorporar una nueva filosofía de aprendizaje creativo y


problematizador, basada en el aprender a aprender, no ya solo con
medios, sino, y sobre todo, en medios. Hacer cosas distintas para
conseguir resultados diferentes. En virtud de ello, la contrastación de
fuentes de información plurales; el empleo de los resultados de dichas
búsquedas, para la solución de problemas prácticos cotidianos; y la
inclusión de valoraciones propias en la web; constituyen indicadores de
interés, para evaluar los niveles de apropiación.

O sea, asistimos a la evolución de la lectura a la lecto-escritura; del


consumo, al pro-sumo; del conductismo al constructivismo; de emisores y
receptores a EMIREC; de los saberes individuales a la inteligencia
colectiva; de la cognición a la metacognición; de la pasividad a la pro-
actividad; de la educación entendida como obligación tediosa, a la
formación vista como derecho ejercido desde prácticas lúdicas. Frente a
esta tarea, se impone la revisión y transformación de los currículos
escolares hacia plataformas mucho más flexibles; la inversión en la
formación integral de los docentes; y la recuperación de la responsabilidad
de la familia, en la educación de los niños, adolescentes y jóvenes.

Resulta vital, además, la comprensión de cada contexto socio-cultural en


particular, para la aplicación adaptada de propuestas educomunicativas
determinadas, como es el caso, de las políticas normalizadoras trazadas
por la Unesco y la Comisión Europea, y otras aportaciones efectuadas a
modo de proyectos, por diversas Organizaciones no Gubernamentales
(ONG) de la sociedad civil.

El principio de la globalización (pensar global y actuar local); la educación


para la inclusión; y la búsqueda de sinergias entre las influencias
educativas de los ambientes online y offline; han de tomarse también en
consideración, para garantizar una Alfabetización Mediática e
Informacional (AMI) de calidad, en el futuro inmediato. De su
experimentación exitosa, depende, en buena medida, el destino de las
sociedades de hoy.

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