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APUNTES: ANTROPOLOGÍA

José Agustín Muñiz V

Unidad III – El amor


Introducción: Relaciones interpersonales
Se entra al tema del amor a través del ámbito más amplio de las relaciones interpersonales.
Quizás la más importante de todas ellas. La persona es sociable por naturaleza; no se es
persona sin un alter. En la unidad anterior, cuando se dice que la intimidad es una nota
definitoria de ser persona, se entiende que no se puede manifestar la intimidad si no es una
manifestación a otra persona. Se deduce la necesidad de un alter con quien entrar en
relación.
Ya desde Aristóteles quedó sentada la idea de que el hombre es un ser social por
naturaleza, y “aquel que no necesita vivir en sociedad o es más que un hombre –un dios–
o es menos que un hombre –una bestia” (Política; 15). La sociabilidad no constituye para la
persona humana algo sobreañadido extrínsecamente sino una exigencia de su naturaleza.
Y a diferencia de los colectivismos, la sociabilidad está al servicio de la persona, pues la
persona necesita de otros para vivir, no de cualquier manera, sino como hombre (García
Cuadrado; 165).
Diferencia entre repartir y compartir
Sin otros, nuestra existencia es incompleta. Entramos en relación con otros, compartimos
[com-partir, partir-con otro] aquello que tenemos en común. Hay bienes que no pueden ser
“compartidos”, sólo “repartidos”.

 Una comida se puede “repartir”, no “compartir”, porque comerla excluye a otros;


repartir un pedazo de torta excluye a otros. Al repartirse, disminuye el bien (la
comida). Por eso están en el orden de lo útil (y asociados a la virtud de la justicia).
 Pero hay bienes humanos, los más excelentes, que se pueden “compartir” con otros
y no excluyen, no disminuyen: amistad, ideas, afectos, la alegría. No sólo no
disminuyen al compartirlos, sino que aumentan. Enriquecen a más personas a
medida que se comparten. No son bienes útiles o medios, sino que son fines (virtud
de la caridad).

“Si por el dinero que tengo he perdido a mis amigos, o la estabilidad familiar, no he ganado
demasiado; la tarta se quiere para la fiesta: comérsela estando solo es una experiencia que
entristece, que puede acabar amargando”. En cambio, tener amigos es lo mejor que te
puede pasar; se tiene amigos por el sólo hecho de tenerlos.
“La vida social se funda en compartir este tipo de bienes y en repartir los demás”. “Una
sociedad ocupada sólo en repartir no tiene vida en común: es un engendro burocrático que
no tiene más riqueza que la que crea materialmente”. En cambio, compartir hace a una
sociedad más humana.
Si sólo me dan, reparten dividendos, si sólo tengo derechos, mi existencia es pasiva. Si
tengo que actuar, si debo tratar de hacer llegar a todos más lejos, entonces mi vida es un
proyecto que tiene todas las características de una aventura” (Yepes & Stork; 139).
La forma más intensa y excelente de compartir es el amor.

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Amor: rasgos y dimensiones
 Todas las acciones de la vida humana tienen que ver, en último término, con el
amor. Ya sea porque lo afirman o porque lo niegan.
 El amor es el uso más humano y más profundo de… la voluntad (¡no de los
sentimientos!).
o Amor: se le quiere por sí mismo
o Interés: se le quiere como medio para alcanzar otra cosa; se le
instrumentaliza. (García Cuadrado; 168)
 El amor es un acto de la voluntad acompañado de un sentimiento (afecto), que
puede no estar o desaparecer con el tiempo.
o Primero y antes que todo, es un acto de la voluntad: “yo quiero, elijo, a
alguien”
o Producto de esa elección, después y como resultado de ella, tengo un
sentimiento. Ese sentimiento es el afecto. El afecto es sentir que se quiere.
Es la sensación que produce el movimiento de la voluntad, el querer, el
desear, la volición.
 Amar es un acto de la persona, y por eso es que se dirige, en primer término, a otras
personas.
 El amor produce afectos y efectos. Uno de esos efectos es el placer. “Gozo o deleite
que se siente al poseer lo que se busca o hacer lo que se quiere”.
o Educación moral consiste en “moderar” el gozo del placer. Se entiende por
“moderar” pasarlo por el filtro de la razón, la libertad y la voluntad. Hacerlo
“conciente”. Ej. guagua que se toma la leche o niño que se come el helado
como si su vida dependiera de ello. Lo zampa y llora cuando se acaba, sin
darse cuenta siquiera de que se lo comió. No lo disfrutó (Yepes & Stork; 141).
 Amar es poseer. Buscar ser uno con lo amado. Se es feliz cuando se deja de desear
porque ya se posee todo; todas las necesidades están satisfechas. Se es pleno.
(Pregunta: ¿existe un bien que logre eso?)
 Amar es conocer (no “estudiar”, como se estudia matemáticas, sino que es un
conocimiento producto del diálogo con el amado). El amor no se conforma con un
conocimiento superficial, epidérmico o pasajero del otro.
o ¡Pero no es necesario comprender todo o entender a otro para amar! No es
lo mismo conocer que comprender o entender. A mi esposa no la “entiendo”,
pero la amo con locura (y quizás sea precisamente por eso que la amo). Y
ella, ciertamente, no entiende muchas cosas de mí y, sin embargo, me ama.

Dimensiones del amor


Tomás de Aquino distinguió dos dimensiones del amor a partir de la definición de Aristóteles
de “querer el bien del otro”.

 Amor de cosa: es el bien querido, la “cosa buena”. No se busca por sí, sino en cuanto
su destinación, su fin, aquello para lo que sirve. Ej. el agua la quiero como a una
cosa, por cuanto me satisface la sed. La quiero como un “medio”.
 Amor de persona: el destinatario de ese bien, aquel para quien se quiere la cosa
buena. A mi hija la quiero por ella misma; no porque a mí me sirva para algo. La
quiero como un “fin”.

Si este orden es alterado, nos encontramos con deformaciones o defectos del amor (García
Cuadrado; 169).

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 Se puede querer con valor de fin aquello que sólo tiene valor de medio. Se absolutiza
o endiosa valores que son medios. Ej.: el avaro endiosa el dinero, ama con amor de
persona aquello que sólo se debe amar como a una cosa.
 Se puede querer con valor de medio aquello que es un fin en sí mismo. Tratar a una
persona como un objeto o un mero medio. Ej.: placer o utilidad personal.
 Amar a las personas sin amar ninguna cosa para ellas. Separamos los medios de
los fines. Un amor “platónico” o abstracto, que no se concreta en cosas o acciones
no es verdadero amor, porque falta algo esencial del mismo. Ej.: la falta de amor
propio, no quererse ni tenerse en estima, no considerarse lo suficientemente bueno
o “amable” por otro, impide donarse, entregarse. De aquí se deduce la importancia
del recto amor propio, considerarse como algo valioso.

Amor: definiciones y grados

Benevolencia y deseo
 Benevolencia: cuando se “quiere el bien del otro”, se “desea el bien del otro”; se
afirma al otro por su alteridad, por ser un alter. Ej. Lo que mueve a una persona a
ahorrar para asegurar el bienestar futuro suyo o de su familia que bien podría no
disfrutar él.
 Deseo: es la inclinación a la propia plenitud. Ej. Un niño asustado que corre hacia
su madre.

Afirmar al otro por el otro


 Afirmar: decir que sí, aceptar. El pasado (perdonar), el presente y el futuro.
o Anticipación del futuro: yo no sé cómo va a ser el otro en el futuro, ni cómo
seré yo. Pero hay algunas variables del futuro que yo sí puedo elegir con
independencia de lo contingente.
o Amar es prometer. Una promesa futura, incondicionada y desinteresada.
 Afirmar: dar un soporte firme.
o Ser un apoyo confiable para que el otro pueda construir-se sobre uno. Que,
apoyado o afirmado en mí, el otro amado pueda construir su vida, ser feliz y
ser libre él.
 …al otro por el otro: Por él mismo, no por lo que me reporte o beneficie a mí.

Amor como don


 Donación, regalo, gratuito.
o Gratitud es uno de los sentimientos más puros: Si una persona “me ama”,
me está dando algo infinitamente valioso, que no tengo cómo pagar. Se me
está dando ella misma completa en cuanto que persona. Soy deudor de
modo absoluto. Lo único equivalente que tengo para retribuir soy yo mismo.
 Si (1) amar es querer el bien del otro; (2) es correspondido, es decir, el otro quiere
mi bien; (3) amar es querer mi propio bien, porque el otro lo quiere.
 Dar  Dar-se  Dar el ser (a otro; apertura a la vida; trascendencia).

Ejercicio ordenado de la voluntad


 La menos sexy de las definiciones de amor… pero la más pedagógica.
 Recordar las dos potencias superiores del hombre: inteligencia y voluntad.
o Hay un orden en las cosas del mundo y la inteligencia nos las muestra.

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o La voluntad debe quererlas en ese mismo orden; queriendo más a las más
excelentes y menos a las accesorias. Queriendo a las cosas por aquello que
tienen de buenas, en el sentido de que nos acercan a nuestra perfección.
 Si no “amo” a las cosas en el orden natural que tienen, se puede hablar de un “afecto
desordenado”.
o Decía C. S. Lewis que los tipos de amor llevan en sí las semillas del odio. Si
las cosas se convertían en dioses, convertían el amor en odio. (Los cuatro
amores; 70).

“Apuesta, insensata, por la libertad. No la mía, la ajena”. (Octavio Paz. La llama doble,
p. 60)
 Apuesta: algo mío se juega en el destino del otro. Yo soy, de algún modo,
responsable del destino del otro.
 Insensato: no es una apuesta segura; no sería un amor muy noble. Desinterés, pero
también le aporta rasgos de locura y transgresión a la definición.
 Libertad del otro: pliego mi voluntad a la del otro, buscar algo que para el otro es
valioso.

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