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HISTORIA DE LA LÓGICA FORMAL DURANTE LA ANTIGÜEDAD: DESDE LOS

PRE-ARISTOTÉLICOS HASTA EL PERÍODO DE LOS COMENTADORES

Por: YASHIRO DÍAZ

yashirodiaz@cableonda.net

La Historia de la Lógica antigua es un período corto, pero fructífero. Me basaré en la


división cronológica que realiza Bochénski (1966), a saber:

A. El período de preparación, el cual puede considerarse desde Zenón de Elea,


como fundador de la Dialéctica hasta la redacción de los Tópicos aristotélicos.

B. El período aristotélico-megárico-estoico que trasncurre desde la segunda mitad


del s.IV a.C. (principalmente con la redacción, por Aristoteles, de los Analítcos)
hasta el final del s.III a.C. (con la muerte de Crisipo de Solos)

C. El período de los comentadores: Desde el 200 a.C. hasta la muerte de Boecio a


inicios del s.VI p.C.

Como menciona Bochénski (1966) "en la antigüedad griega tenemos que ocuparnos
fundamentalmente de un período relativamente corto" (pp. 38). Sin embargo, quizás el
período más fecundo de la Lógica Formal, incluyendo la Dialéctica pre-aristotélica como
antecedente de esta.

Antes de Aristóteles no existía una Lógica Formal en-sí. Pero se venía desarrollando una
metodología aplicada al pensamiento ontológico, como en Zeón de Elea, y al debate,
como en Platón. Esta metodología era la Dialéctica. En Platón adquiere un cariz hacia
la metafísica y la gnoseología. Ya en Aristóteles observamos una fundamentación de la
lógica formal, sin desprenderse de su maestro Platón, en los Tópicos, y madurando en los
Analíticos.

Este trabajo lo redactaré como de forma continua, sin apartados de autores, pero sí
respetando el orden cronológico que dictan los textos de historia de la filosofía y de la
lógica formal.

Monografía para Historia de la Lógica Formal, del Máster en Filosofía teórica y práctica de la UNED.
© Yashiro Díaz yashirodiaz@cableonda.net
I. LA DIALÉCTICA EN ZENÓN DE ELEA

Zenón utiliza un método discursivo para refutar la contra-argumentación de los


opositores de las doctrinas de Parménides, maestro de aquél. "Así descubrió Zenón la
refutación de la refutación". (Reale y Antíseri, 2010, p.63). No es más que la
demostración de la Verdad desde lo absurdo de las tesis de los opositores. Las tesis
refutadas, sobre la negación de la multiplicidad y el movimiento, no son tema de este
trabajo.

En la Metafísica Presocrática de Gustavo Bueno (1974) indica:

Lo cierto es que, principalmente en sus célebres argumentos contra el movimiento, Zenón


ha ofrecido las fórmulas, desde entonces más clásicas, de la dialéctica. Aristóteles, en su
diálogo (perdido) El Sofista, dice (según Laercio) que Zenón de Elea es el fundador de la
Dialéctica (p.239)

Sin embargo, algunos historiadores de la filosofía consideran que con Heráclito la


dialéctica logró un gran esplendor; incluso, consideran que Zenón de Elea no utiliza una
metodología discursiva que logre fruto en cuanto a la búsqueda de la Verdad. Según
Cárdenas y Fallas (2006), “La primera manifestación clara y evidente de un pensamiento
denominable como dialéctico está en el gran filósofo de efesio Heráclito…”. (p.20).
Agregan más adelante: “Esta dialéctica [la de Zenón], que atraerá especialmente a los
sofistas poco tiempo después, no tiene la intención de buscar soluciones, es quizás más un
juego mental que una propuesta seria”. (p.29) Por otro lado, Bueno (1974) menciona
que “En la Historia de la Filosofía dirigida por Dynnik, Zenón de Elea es presentado como
un pensador esencialmente antidialéctico, por cuanto ha negado la realidad del
movimiento (que es, según lo definió Engels, el tema mismo de la dialéctica)”. (p.239)

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II. LA DIALÉCTICA EN PLATÓN: LA DIÁIRESIS (διαίρεσις)

La Dialéctica, como metodología de refutación, era negativa, en Zenón: “Ésta es


probablemente la razón por la que la mayoría de las reglas de deducción aquí empleadas
-su nombre era, a lo que parece, "Logoi"- llevan a conclusiones negativas: se buscaba
refutar algo, mostrar que la afirmación presentada por el adversario era falsa".
(Bochénski, 1966, p. 43)

En Platón, la Dialéctica toma un rumbo positivo, ya que el objetivo no es refutar la tesis


contraria, sino buscar una síntesis o la Verdad a través del diálogo, tal cual lo observamos
en sus obras. Según Bochénski (1966, p.47): Él [Platón] parece haber sido el primero en
elevarse de una Dialéctica negativa al concepto de demostración positiva. La meta de la
Dialéctica para él no es sólo la refutación de las opiniones contrarias, sino la positiva
“determinación de la esencia”.

La Dialéctica en Platón es una metodología gnoseológica para aprehender la Verdad (la


esencia de las cosas). Este proceso dialéctico se da de forma sinóptica (de lo particular a
lo general) o diairética (de lo general a lo particular).

Como indica Reale y Antíseri (2010), la diáiresis se observa en sus diálogos de madurez,
donde se…

[…] parte de la Idea suprema o de Ideas generales y, procediendo por división


(procedimiento diarético) es decir, distinguiendo poco a poco las Ideas particulares
contenidas en las generales, llega a establecer el puesto que ocupa una Idea determinada
en la estructura general del mundo ideal.

Ahora, la Lógica Formal inicia con Aristóteles, pero no podemos negar que la Dialéctica de
los filósofos pre-aristotélicos influyó en la génesis de aquélla.
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III. ARISTÓTELES

Aún, en muchas Escuelas de Filosofía y a nivel de Bachillerato, se enseña la Lógica


aristotélica. Esto explica la gran trascendencia del Estagirita en el desarrollo de esta
disciplina. Andrónico de Rodas (s. I a.C.) fue quien compila de manera sistemática las
obras de Aristóteles. Alejandro de Afrodisia (s. II d.C.) es el comentador más
destacado de las obras del Estagirita.

Aristóteles realiza una división tripartita de las ciencias, a saber: ciencias teoréticas
(metafísica, física y las matemáticas), ciencias prácticas (ética, política y economía) y las
ciencias poéticas. En esta división no aparece la Lógica como una disciplina, ya que es
observada como un método de demostración. En Bochénski (1966, p. 58) se cita al
Estagirita:

El presente trabajo tiene por objeto hallar un método, según el cual, partiendo de
(supuestos) probables, podamos formar silogismos sobre cualquier tema propuesto…
Silogismo es un Logos en el que, puestos determinados (supuestos), se sigue
necesariamente, en virtud de estos supuestos, otra cosa distinta de ellos. Demostración
es, pues, cuando el silogismo consta de (premisas) verdaderas y primeras…, dialéctico
(aquel) silogismo que concluye a partir de probables… y erístico es el silogismo que
(concluye) a partir de (premisas) que parecen probables y que (en realidad) no lo son, o
aquél que parece (concluir) a partir de (premisas) probables o que parecen probables.

Tópicos I, 100a y 100b25

En esta cita logramos comprobar que Aristóteles concibe a la Lógica (llamada por él
“analítica”) como un método de estructuración del pensamiento. El objeto de la Lógica
es el silogismo: el silogismo asertórico precisamente.
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Según Bochénski (1966, p. 53), las obras de Aristóteles se estructuran de la siguiente
forma:

 Las Categorías tratan de los términos;


 El Hermenia, de la sentencia;
 Los Analíticos primeros, del silogismo en general;
 Los Analíticos posteriores, del silogismo apodíctico (científico)
 Los Tópicos, del silogismo dialéctico;
 Los Elencos sofísticos, del silogismo sofístico.

Estas obras fueron designadas en su conjunto como Organon (instrumento), término


usado por Alejandro de Afrodisia “para designar la lógica en su conjunto.” Sin embargo, la
palabra “Lógica” fue usada por los estoicos, quizás en tiempos de Cicerón, por vez
primera.

En las Categorías, Aristóteles describe al Ser como categorías o ‘géneros del Ser’, a saber:
sustancia, cualidad, cantidad, relación, acción, pasión, lugar, tiempo, tener y yacer. Se
obtienen palabras sin conexión, es decir se separa la proposición.

De las cosas que se dicen sin ninguna conexión, cada una significa o la sustancia o la
cantidad o la cualidad o la relación o el donde, o el cuando o el ser en una posición, o el
haber o el hacer o el padecer.

Metafísica, Libro V, Capítulo VII, 1017a25


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Como indica Reale y Antíseri (2010), categoría fue traducida por Boecio como
“predicamento” o “predicado”. No obstante, la categoría sustancia hace siempre de
sujeto, no de predicado, por tanto la traducción no es la más apropiada.

Aristóteles trata en los Analíticos posteriores sobre la definición de los términos, los cuales
hallamos entre la universalidad de las categorías y la particularidad de los individuos.
Para el estagirita definir es el discurso que expresa la esencia, la naturaleza o la sustancia
de las cosas. Para definir un término se requiere: el género próximo y la diferencia
específica. Por ejemplo, la definición de hombre (término) sería animal (género
próximo) racional (diferencia específica).

Sobre las proposiciones: “proposición [en Aristóteles] constituyen la forma más elemental
del conocimiento, la forma que nos hace conocer el nexo entre un predicado y un sujeto.”

Las categorías no expresan verdad ni falsedad, sino las proposiciones. Luego, Aristóteles
divide las proposiciones en afirmativas y negativas, universales y particulares, y según la
modalidad en asertivas (A es B), posibles (A es posible que sea B) y necesarias (A es
necesariamente B).

En los Analíticos Primeros, el estagirita trata sobre el silogismo en general. Cuando se


afirma o niega una proposición aún no se razona. Se razona cuando se pasa de
proposición a proposición que tengan conexión: los unos sean causa de los otros, unos
antecedentes y los otros consecuentes. Observamos en Reale y Antíseri (2010) que “el
silogismo es el razonamiento perfecto, es decir, el razonamiento en el que la conclusión a
la que llega es efectivamente una consecuencia que brota, necesariamente del
antecedente.”

Ya, en nuestras clases de lógica, recordaremos que un silogismo perfecto debe poseer tres
proposiciones, dos de las cuales hacen de antecedentes y se llaman premisas, y la tercera
es el consecuente, es decir, la conclusión que brota de las premisas. También, tenemos
tres términos en la estructura del silogismo: un término mayor (predicado), un término
menor (sujeto) y un término medio que funciona de bisagra. El ejemplo clásico es:

1) Si todos los hombres (término medio) son mortales (término mayor)

2) Y si Sócrates (término menor) es hombre (término medio)

3) Entonces Sócrates (término menor) es mortal (término mayor)

La proposición 1 se denomina premisa mayor, la 2 premisa menor y la 3 es la conclusión.


Las diversas figuras del silogismo se determinan por la posición que ocupe el término
medio en las premisas. Entonces, existen tres figuras del silogismo, de la cual la primera
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(el ejemplo) es, según Aristóteles, la figura perfecta.

Los Analíticos posteriores versa sobre el silogismo científico o la “demostración”. El


silogismo en general muestra la forma en que discurre el pensamiento, en su esencia
misma. Este silogismo en general prescinde del contenido de verdad de las premisas.
En su lugar, el silogismo científico o demostrativo observa la corrección formal de la
inferencia (como el silogismo en general), además del valor de la verdad de las premisas (y
las consecuencias). Estas premisas del silogismo científico, aparte de verdaderas, deben
ser primeras, es decir, que no requieran demostraciones ulteriores (que sean inteligibles
de por sí, más claras y universales que las conclusiones, ya que deben tener la razón de
éstas).

Ahora, ¿cómo se conocen las premisas universales, claras y evidentes? A través del
conocimiento inmediato, sea inducción, sea intuición. La inducción es el proceso por el
cual del particular se deduce lo universal. Sin embargo, Aristóteles reconoce que la
inducción no es un razonamiento, sino un método hecho posible por la experiencia. La
inducción es un proceso de abstracción. La intuición, por su parte, es la captación pura
por parte del entendimiento de los primeros principios; de hecho, la posibilidad de un
saber mediato supone un saber inmediato.

Un pasaje de Aristóteles (extraído de Reale y Antíseri, 2010): “Aprendemos o por


inducción o por demostración. La demostración procede de los universales mientras que
la inducción procede de los particulares. Pero los universales no pueden ser
considerados sino por inducción.” Entonces, las premisas y los principios de la
demostración se aprehenden o por inducción o por intuición.

Sobre la teoría de la oposición, Aristóteles desarrollo dos distintas. Veamos un texto de


las Categorías (extraído del texto de Bochénski, 1956):

Se dice que una cosa es opuesta a otra en cuatro: en el sentido de la relación, de la


contrariedad, de la privación y del “habitus”, y en cuarto lugar, de afirmación y la
negación. Para describir en rasgos generales es, p.e., relativo el doble respecto de la
mitad, contrario el mal del bien; como privación y “habitus” se corresponden mutuamente
ceguera y vista, y como afirmación y negación estar sentado y no estar sentado.

Categorías 10, 11b17-23

Posterior a los Tópicos, el Estagirita desarrolla ya sus teorías usando proposiciones.

Puesto que las cosas unas son generales, otras particulares –entiendo por universal lo que
se puede predicar naturalmente de muchos, por particular lo que no, como, p.e., hombre
es universal, Calias un individuo…-, al predicar universalmente del universal que algo
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conviene o no, las sentencias se han de oponer contrariamente. Y digo que algo se
predica del universal universalmente, como, p.e., todo hombre es blanco, ningún hombre
es blanco. Mas, cuando del universal se predica algo, pero no universalmente, entonces
estas sentencias no son contrarias… Cuando digo que algo se predica del universal no
universalmente, pienso, p.e. en sentencias como éstas: el hombre es blanco, el hombre no
es blanco. Pues si bien “hombre” es universal, en la sentencia no está usando
universalmente. El “todo”, en efecto, no designa al universal, sino que algo se ha de
tomar universalmente.

Mas predicar el universal universalmente en el predicado, no es verdad, pues ninguna


afirmación en la que el predicado universal se predica universalmente es verdadera.
P.e.: todo hombre es todo animal.

Hermeneia 7, 17a38b-b16

Finalmente, trataremos sobre el silogismo dialéctico y el ergotista. Cuando las premisas,


en lugar de ser verdaderas, son simplemente probables, es decir, basadas en la opinión
(doxa) se tendrá un silogismo dialéctico. Según Aristóteles, el silogismo dialéctico sirve
para hacernos capaces de disputar y en particular para individuar, cuando se discuta con
la gente común o con los doctos, cuáles son sus puntos de partida y cuando concuerda o
no con ellos en su conclusión, no colocándose en puntos de vista diferentes de ellos, sino
justamente en su propio punto de vista: nos enseña, pues, a discutir con los otros
dándonos los instrumentos para ponernos en sintonía con ellos. Además sirve a la
ciencia no sólo para debatir correctamente el pro y el contra de varios asuntos sino para
acertar con los primeros principios que, como sabemos, pueden ser aprehendidos solo
inductivamente e intuitivamente.

Un silogismo, además de dar premisas basadas sobre la opinión, puede derivarse de


premisas que parecen estar basadas sobre la opinión (pero que en realidad no lo están) y
entonces se tiene el silogismo ergotista.

También se da el caso de ciertos silogismos que son tales solo en apariencia y parece que
concluyen pero que en realidad concluyen solamente a causa de un error y se tiene
entonces los parasilogismos, o sea, razonamientos errados. Los Elencos sofísticos o
Refutaciones sofísticas estudian exactamente las refutaciones sofísticas, es decir, falaces.

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IV. LOS COMENTADORES DE LA LÓGICA ARISTOTÉLICA

Este período inicia con el fin de la antigua Estoa. Es un período de poco avance creativo
y más dado a comentar los trabajos de los filósofos anteriores o a mejorar los métodos de
estos. La tendencia a la mejora se basaba en un sincretismo entre la lógica aristotélica y
la megárico-estoica. No obstante, hubo pensadores que destacaron, siendo Alejandro
de Afrodisia quien ocupa este primer lugar; además de ser uno de los más grandes
comentadores de la lógica de Aristóteles.

ALEJANDRO DE AFRODISIA

Según el texto de Historia de la Filosofía de Reale y Antíseri se sabe poco sobre la vida de
este filósofo, sólo que tuvo una cátedra de filosofía en Atenas entre el 198 y el 211 d.C.
bajo Septimio Severo. Entre los comentarios que realizó están los de los Analíticos
Primeros (libro I), el de los Tópicos, el de la Meteorología, de la Metafísica (los libros I a V)
y el del tratado Sobre la Sensación.

Alejandro es conocido sobre todo por su interpretación de la teoría del entendimiento y


sus ideas sobre la materia tuvieron notable influjo sobre el pensamiento del Medioevo y
hasta sobre el pensamiento renacentista.

Según Bochénski (1966) “Entre los logros más importantes de este período [los
comentadores] se encuentran dos artificios desconocidos, a lo que sabemos, por
Aristóteles y por los Estoicos, a saber, (I) la identificación de variables, (2) la sustitución de
funciones sentenciales por variables”. El primer logro se le adjudica a Alejandro de
Afrodisia y el segundo a Boecio.

Si alguien dijera que la (premisa) universal negativa no (puede) convertirse: A (p.e. no


conviene) a ningún B; si (esta premisa) no (puede) convertirse, entonces B (conviene) a
algún A; resulte, (pues), dentro de la primera figura, la (conclusión) A no conviene a algún
A, lo cual es absurdo.

In Aristotelis Analyticorum Priorum Librum I Commentarium, 34, 17-20 (a24a14)

Alejandro emplea aquí el cuarto silogismo de la primera figura (Ferio) que, en la forma
aristotélica dice: “Si A no conviene a ningún B, y B conviene a algún C, entonces A no
puede convenir a algún C”. Ahora bien, él identifica C con A –e.d., sustituye una variable
por otra – y obtiene: “Si A no conviene a ningún B, y B conviene a algún A, entonces A no
conviene a algún A”. En esto consiste la novedad del procedimiento.

Esto está relacionado en Alejandro con una clara penetración en la esencia de las leyes
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lógico-formales. Parece, en efecto, haber sido él el primero en exponer de manera
explícita la diferencia entre forma y materia y, al mismo tiempo, haberse aproximado a
una determinación explícita del concepto variable:

Él (Aristóteles) conduce el desarrollo valiéndose de letras para mostrarnos que las


conclusiones surgen no en fuerza de la materia, sino en fuerza de tal forma, implicación y
modo de las premisas; el silogismo concluye, en efecto,… no debido a la materia, sino por
ser tal la fórmula. Mas las letras muestran que la conclusión ha de ser tal en general y
siempre y en el caso de cualquier (materia).

In Aristotelis Analyticorum Priorum Librum I Commentarium, 53, 28-54, 2 (a 25b37)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aristóteles. (1982). Organon I (Categorías, Tópicos, Sobre las refutaciones sofísticas). (M. Candel
Sanmartín, Trad.) Madrid: Gredos.

Aristóteles. (1994). Metafísica. (T. Calvo Martínez, Trad.) Madrid: Gredos.

Arsitóteles. (1995). Organon II (Sobre la Interpretación, Analíticos Primeros, Analíticos Segundos).


(M. Candel Sanmartín, Trad.) Madrid: Gredos.

Bochénski, J. M. (1966). Historia de la Lógica Formal. Madrid: Gredos.

Bueno, G. (1974). La Metafísica Presocrática. Madrid: Pentalfa.

Cárdenas Mejía, L. G., & Fallas López, L. A. (2006). En Diálogo con los Griegos. Bogotá: San Pablo.

Ferrater Mora, J. (1964). Diccionario de Filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.

Reale, G., & Antíseri, D. (2010). Historia de la Filosofía: 1. Filosofía pagana antigua. Bogotá: San
Pablo.

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