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Para muchos miembros de la iglesia — aun pastores — se les hace difícil creer que
hay gente en su congregación que ataca a otros cruel, egoísta, y
destructivamente. Estos ataques causan la interrupción de cuerpos oficiales,
comités, y aun el ministerio de la congregación entera.
Algunas frases clave en esta definición merecen una explicación más completa.
EVIDENCIA NO SUBSTANTIVA
SE ESFUERZAN
Los antagonistas inician problemas; no esperan que los problemas vengan. Esto
típicamente tiene mucho que ver con su hipersensibilidad. Tienden a considerar
que cada palabra y acción son ataques personales y reaccionan
agresivamente. Por ejemplo, algo tan insignificante como una situación en
donde usted está preocupado por algo y lo paso en el pasillo sin saludarlo podría
resultar en un ataque. Los antagonistas preferirían causar problemas que
concederle a alguien el beneficio de la duda.
DEMANDAS INSACIABLES
ATACANDO
EGOÍSTAS EN SU NATURALEZA
Cuando las personas tienen conflictos el uno con el otro, es el resultado de las
acciones de un antagonista. En lugar de unir al pueblo de Dios, un antagonista
lo divide. Muéstreme una congregación dividida y llena de contiendas, y yo le
mostraré una congregación que contiene por lo menos un antagonista.
Hay ocasiones cuando todos somos egoístas o testarudos. Sin justificar tal
conducta, podemos estar seguros que esta conducta ocasional no nos define como
antagonistas. Lo que nos separa de los antagonistas es la ferocidad de los
ataques y la cualidad insaciable o tenaz que alarga el problema
interminablemente.
APOYO DE OTROS
CLASES DE ANTAGONISTAS
Las huestes espirituales que se rebelan contra Dios y contra el pueblo de Dios sin
duda tienen algo que ver con el comportamiento de antagonistas. Los
antagonistas redundan en beneficio de las huestes que quieren destruir la misión
sanadora y amorosa de la iglesia. El fruto del Espíritu (Gálatas 5:22,23) debe
caracterizar la vida de la comunidad cristiana. Pero los antagonistas siembran
rencor, enojo, y odio. La tragedia es que los antagonistas no solamente están
bajo el poder de fuerzas malignas, pero también lo disfrutan. Debido a que el
antagonista se niega a participar en la vida de la iglesia como un pecador
arrepentido y perdonado y insiste en seguir el camino de odio y contiendas, su
presencia significa problemas para una congregación.
"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con
los otros" (Juan 13:35).
"Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en
contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos"
(Romanos 16:17).
Este siempre es el primer paso en el tratamiento del antagonismo: estar atento y
tener cuidado. El apóstol Pablo no pidió que sus lectores imaginaran en quién
deben fijarse. Ellos debían fijarse en los que causaban divisiones y tropiezos.
La Biblia habla claramente acerca del tratamiento final para los que persisten en
causar división y problemas en la iglesia: "Al hombre que cause divisiones,
después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha
pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio" (Tito 3:10,11).
Tenga cuidado cuando alguien le critica y añade a la crítica "y otras personas
están de acuerdo conmigo." Los que no son antagonistas no sienten la necesidad
de mencionar a otras personas que supuestamente se sienten de la misma
manera que ellos; ellos simplemente expresan sus propios pensamientos y
sentimientos. Para probar la situación, pregunte quiénes son los otros. Si la
persona le ofrece una lista de unos cuantos nombres, probablemente no se está
enfrentando a un antagonista. Por el otro lado, un antagonista probablemente
tendrá una respuesta similar a esta: "No le puedo decir. Vinieron a hablar
conmigo en confianza."
Tenga cuidado con la persona que se acerca muy amistosamente con usted para
informarle que su antecesor en el pastorado no tenía ningún valor y era
inefectivo. Si él le halaga mientras critica al antecesor, esté atento. Está
mostrándole su señal de advertencia.
Fíjese en las personas que constantemente van de una iglesia a otra. Cualquier
persona razonable visita varias iglesias antes de hacerse miembro de una. Pero
alguien que va de iglesia en iglesia — y nunca tiene nada bueno para decir acerca
de las otras congregaciones — no está buscando la iglesia que mejor encaja con
sus creencias y prácticas. Tenga cuidado.
Es posible que cualquier persona que notablemente usa su dinero para llamar
la atención a sí mismo sea un antagonista. Las iglesias son lugares ideales en
donde los antagonistas pueden demostrar esta característica. A los antagonistas
les gusta hacer contribuciones especiales a un programa específico, y se aseguran
que la contribución es visible a todos. Como un líder de la iglesia, es una
tentación descartar la advertencia de contribuciones grandiosas. Siempre hay
mucha necesidad. Pero tenga cuidado de no estar engañado por el dinero. El
precio a largo plazo es demasiado.
Usar lemas. Los antagonistas frecuentemente usan uno o más lemas cargados
emocionalmente para difundir discordia. Por ejemplo, "El Pastor Juan es un
buen hombre, pero no es la persona indicada para esta congregación."
Querido _________,
Aquí hay una suposición fundamental en cuanto a los antagonistas que usted
necesita aplicar como principio que guía sus confrontaciones con ellos: Las
maneras normales de tratar con el conflicto y crítica no funcionan con los
antagonistas, más bien empeoran la situación. Una vez que usted pueda ajustar
su manera de pensar, se ha ganado la mayoría de la batalla.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Haga preguntas. Tenga cuidado en la manera que hace esto. Necesita estar
extremamente sensible al hacer las preguntas en cuanto al tiempo, lugar,
situación, y persona. Un miembro de confianza del cuerpo oficial que ha servido
fielmente por muchos años quizá haya observado algo. Pregunte, pero sea
discreto y comprensivo.
Confíe en sus instintos. A veces puede tener un sentido que algo anda mal — una
incertidumbre vaga que un individuo específico no es de confianza. No sea
demasiado sospechoso, pero al mismo tiempo trata de escuchar razonablemente
a sus instintos.
Sea lo que sea, mantenga abiertos los ojos y oídos. No cierre sus ojos esperando
que lo que a usted no le gusta se va a desaparecer. No sucederá.
Aparte del daño que experimenta el pastor, los ataques del antagonista son muy
destructivos para la congregación entera. El liderazgo de la iglesia
frecuentemente pierde muchas horas asistiendo reuniones, escribiendo cartas,
haciendo llamadas, o preparando documentos — solamente para tratar con una
persona o un grupo de seguidores de esa persona. De vez en cuando, un espíritu
vengativo está permitido crecer hasta que domine la congregación. Las personas
llegan a sentirse lastimadas, indignadas, y apáticas. Algunos dejan de aportar a
la iglesia, pensando que quieren que sus contribuciones sean usadas para el
ministerio, no solamente para pelear. Otros terminan cambiando su membresía
a otra iglesia. El conflicto ha durado tanto tiempo que ya no sienten que sus
necesidades espirituales están satisfechas en la iglesia.
Los pastores quizá van a querer evitar que el antagonista logre tener cualquier
posición de poder en la congregación. Si el antagonista ya tiene una posición de
poder y amenaza dejarla, acepte su resignación. Es mejor no permitir que el lobo
vigile las gallinas.
A veces los antagonistas se enojan tanto que sus ataques siguen creciendo en
vehemencia. Este es el tiempo para tratar con ellos rápida y efectivamente.
Puede llegar el momento cuando todos los esfuerzos para controlar la actividad
de un antagonista resulten inútiles. Los ataques del antagonista continúan, y la
iglesia se está dividiendo bajo sus esfuerzos. En esta situación, hay dos opciones
más: el pastor puede renunciar o pueden sacar el antagonista de la iglesia.
PREVINIENDO EL ANTAGONISMO
Establezca la unidad. El equipo pastoral y los líderes laicos tienen que mantener
la unidad sin tener problemas con chismes o fricción malsana. Un antagonista
descubrirá los conflictos malsanos entre los líderes y los usará. La unidad no
significa que siempre están de acuerdo sobre todos los asuntos, más bien el
respeto y apoyo mutuo de las responsabilidades de otros.
La educación prepara a las personas para lo que necesitan hacer, no importa que
tan incomoda sea la tarea — y pocas tareas son más incomodas que el tratar con
antagonistas. La educación acerca de los antagonistas viene en dos categorías:
general y específica.
Hay dos propósitos con la educación específica: Primero, los líderes tienen la
oportunidad de evaluar correctamente la situación particular. Segundo, la
educación específica allana el camino para poder hacer planes para resolver el
problema, permitiendo que los líderes apropiados se traten con la situación.
CONCLUSIÓN