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Si quieres cambiar al mundo...

Cambiar al mundo parece una tarea monumental para una sola persona, sin embargo, personajes
extraordinarios han dejado su huella en la historia al haber logrado tocar y transformar
profundamente la vida de millones de personas. Usando el poder y la fuerza de sus ideas, la certeza
y el carácter de sus palabras y el alcance de pequeñas acciones concretas que irremediablemente
se traducirían en grandes acciones. Es posible ver como a lo largo de nuestras vidas aparecen
personalidades que inspiran, motivan y nos invitan a transformarnos en mejores versiones de
nosotros mismos; al compartirnos sus vivencias y las lecciones que la vida les ha dejado a lo largo
de sus trayectorias brillantes nos cambian, nos convierten en mejores seres humanos y ayudan a
propagar el efecto de este cambio positivo al mundo que nos rodea.

El 17 de mayo de 2014 ante más de ocho mil estudiantes a punto de graduarse de la Universidad de
Texas (U.T.) el Almirante Naval William H. Mc Raven, noveno comandante del Comando de
Operaciones Especiales de los Estados Unidos, miembro del Texas Exes y ex alumno distinguido
egresado de esta Universidad, dirige un poderoso discurso a los futuros egresados, les narra una
pequeña parte de su historia y su experiencia, aprovechando la ocasión para ofrecer valiosos
consejos para un grupo de jóvenes en vísperas de iniciar una nueva etapa en sus vidas. A
continuación se encuentra nuestra traducción de dicho discurso con el objetivo de rescatar las
enseñanzas, memorias, palabras e ideas que ayuden al lector a generar un cambio en sí mismo, a
conocer la historia de este hombre que como muchos otros luchan día con día por seguir ideales de
justicia en una constante lucha por hacer de este mundo un lugar mejor para todos.

“Si quieres cambiar al mundo…”

William H. Mc Raven op. cit.

(Ante una ovación de pie)

¡Gracias!; Presidente Powers, decanos, miembros de la facultad, familiares y amigos, más


importante aún; ¡gracias clase del 2014, es verdaderamente un honor para mi estar aquí esta
noche!.

Han pasado casi 37 años desde el día que me gradué de U.T; recuerdo muchas cosas acerca de ese
día en particular, recuerdo haber sufrido un fuerte dolor de cabeza producto de una fiesta la noche
anterior, recuerdo haber tenido una novia seria con la que después me casé; esto por cierto es algo
importante de recordar y recuerdo que estaba por ser comisionado a la Marina ese mismo día, pero
de todas las cosas que recuerdo, una es no haber tenido ni idea de quién era el orador esa noche ni
recordar absolutamente nada de lo que dijo durante su intervención en el podio, tomando eso en
cuenta, si no puedo hacer de este un discurso memorable, al menos trataré de hacerlo breve.
El eslogan de la Universidad de Texas es: “Lo que empiezas aquí, cambia el mundo” y debo admitir
que me encanta -lo que empiezas aquí, cambia al mundo-, esta noche hay poco más de ocho mil
alumnos graduándose de U.T. Actualmente existe un modelo de excelencia para resolver dudas, un
algoritmo de respuestas llamado ask.com que dicta que en promedio un ciudadano norteamericano
conocerá al menos 10,000 personas a lo largo de su vida ¡10,000 personas, esa es una gran cantidad
de individuos! ahora piensen lo siguiente: si cada uno de ustedes cambia la vida de solo 10 personas
y esas personas respectivamente cambian la vida de otras 10 y así sucesivamente, en el transcurso
de 5 generaciones, es decir en 125 años la clase de 2014 habrá transformado la vida de 800 millones
de personas -¡800 millones de personas! el doble de la población de los Estados Unidos de América
actualmente-, con tan solo una generación más seria posible entonces transformar enteramente a
la población mundial; ¡a 8 billones de personas!.

Si piensan que es difícil transformar la vida de 10 personas; cambiar sus vidas para siempre, se
equivocan. Yo fui testigo de este fenómeno en Irak y en Afganistán; cuando un joven oficial de la
armada toma la decisión de ir hacia la izquierda en vez de a la derecha en un camino en Bagdad
salvando a 10 de sus compañeros soldados de una emboscada segura. En la provincia de Kandahar
en Afghanistan una oficial no comisionada del Equipo de Trabajo Femenino tiene un presentimiento,
siente que algo no está bien y dirige a un pelotón de infantería lejos de un I.E.D.¹ de 500 libras,
salvando la vida de al menos una docena de soldados. Si reflexionamos al respecto no solo fueron
esos soldados quienes estuvieron a salvo gracias a la decisión de una persona; sino que también los
hijos de estos soldados estuvieron a salvo, y los hijos de sus hijos, generaciones enteras fueron
salvadas por una decisión…por una persona.

Cambiar al mundo puede hacerse desde cualquier lugar y cualquier persona puede hacerlo, lo que
empiezan aquí en verdad puede cambiar al mundo. Entonces, la pregunta surge: ¿Cómo se verá el
mundo después de haberlo cambiado? Yo, tengo la certeza y la confianza de que seguramente el
mundo se verá mucho, mucho mejor de lo que luce actualmente, pero si le siguen la corriente a este
viejo marinero por un momento, me gustaría darles algunas sugerencias para hacer de este mundo
un lugar mejor, y pese a que estas lecciones las aprendí durante mi tiempo de servicio en el ejército,
les aseguro que no importa si algún día has servido en un uniforme militar o no. No importa tu
género, tus antecedentes étnico-religiosos, tu orientación sexual o tu estatus social, los problemas
que enfrentamos para hacer de este mundo un lugar mejor son similares, las lecciones para superar
y vencer este reto, las claves para seguir avanzando transformándonos a nosotros mismos y al
mundo que nos rodea bien pueden aplicar de igual manera para todos.

He sido un Navy SEAL² por 36 años, pero todo empezó cuando dejé U.T. para iniciar el
entrenamiento SEAL básico en Coronado, California. El entrenamiento básico SEAL dura 6 meses e
incluye: largas y tortuosas carreras por la arena, sesiones de nado a media noche en las aguas
heladas del mar de San Diego, circuitos de carreras de obstáculos, series interminables de ejercicios
de calistenia, días sin poder dormir, sintiéndose siempre húmedo, frío y miserable; implica 6 meses
de estar constantemente acosado por guerreros profesionalmente entrenados, quienes buscan
identificar y eliminar a los elementos débiles tanto física como mentalmente para impedir que se
conviertan alguna vez en Navy SEALS, pero el entrenamiento también busca encontrar a esos
estudiantes que puedan liderar en un ambiente de estrés continuo, caos, fracaso y duras pruebas.
Para mi, el entrenamiento básico SEAL fue como compactar toda una vida de retos en un corto
periodo de seis meses, así es que aquí tienen las diez lecciones que aprendí del entrenamiento SEAL
básico, espero que las encuentren valiosas mientras continúan con el resto de su vida.

#1 ¡Arregla tu cama!.

Cada mañana durante mi entrenamiento básico, mis Instructores, quienes en ese momento eran
veteranos de Vietnam se aparecían en la puerta de mi dormitorio, lo primero que hacían era
inspeccionar minuciosamente mi cama. Si estaba hecha de manera correcta las esquinas de la cama
se encontraban perfectamente cuadradas, las cobijas correcta y fijamente ajustadas, las almohadas
centradas justo por debajo de la cabecera y la cobija extra doblada de manera perfecta y limpia
debajo del rack. Parecía una tarea simple; cada mañana se nos pedía que hiciéramos la cama de
manera perfecta; en ese entonces esta tarea parecía algo ridícula de momento, particularmente
ante el hecho de que aspirábamos a ser verdaderos guerreros, duros combatientes probados en
batalla pero la enorme sabiduría que encerraba este acto en apariencia tan simple se me ha revelado
en numerosas ocasiones; si haces correctamente tu cama día con día, habrás completado la primer
tarea del día; no solo te dará una sensación de orgullo, sino que te alentará a cumplir con otra tarea
y otra y otra sucesivamente; al final del día esa pequeña tarea completada se habrá convertido en
una serie de muchas otras tareas más realizadas correctamente.

Hacer la cama incluso reforzará el hecho que las cosas pequeñas en la vida importan, la relevancia
de las mismas radica en que si no puedes realizar las acciones pequeñas de manera correcta, nunca
podrás aspirar a hacer grandes cosas de forma correcta, y si por casualidad, tienen un día miserable,
al menos regresarán a casa ante una cama bien hecha, que ustedes mismos hicieron; y una cama
hecha los animará a pensar que mañana será un mejor día así que si quieres cambiar al mundo
empieza por hacer tu cama.

#2 Encuentra a alguien que te ayude a remar.

Durante el entrenamiento SEAL los estudiantes son divididos en tripulaciones por bote, cada
tripulación es de 7 estudiantes en pequeñas embarcaciones de hule, donde son distribuidos de la
siguiente manera: 3 a cada lado del bote con un líder al centro y al frente que guía la embarcación.
Cada día las tripulaciones con sus botes se forman en la playa y se les instruye a ir más allá de la
zona segura, remando varias millas a lo largo de la costa. En invierno, el oleaje de San Diego puede
ser de 8 a 10 pies de altura, resultando extremadamente difícil remar a lo largo del mismo, a menos
de que todos participen con cada uno de sus remos. El ritmo de cada remada debe estar
sincronizado al conteo del líder y todos deben poner el mismo esfuerzo, de no ser así, el bote se
volteará fácilmente ante cualquier ola y será volcado de regreso a la playa. Para que el bote alcance
su destino, todos deben remar. ¡No puedes cambiar al mundo sólo! necesitarás ayuda, para llegar
hasta tu destino, requerirás de amigos, colegas, la buena voluntad de extraños y un líder fuerte que
actúe como guía. Si quieres cambiar al mundo encuentra alguien que te ayude a remar.

#3 ¡Mide a las personas por el tamaño de su corazón!.

Después de un par de semanas de duro entrenamiento, mi clase SEAL que empezó con alrededor
de 150 alumnos se había reducido a solo 42; ahora, solo había 6 embarcaciones con 7 miembros
cada una; yo estaba en el bote con el grupo de los tipos altos, pero sin duda la mejor tripulación que
teníamos estaba conformado por tipos de baja estatura a los cuales llamábamos el “Munchkin
Crew”³ ya que ninguno sobrepasaba el metro y 65 cm. de altura. Esta tripulación destacaba por sus
miembros ya que estaba conformada por un nativo indio americano, un afroamericano, un polaco
americano, un griego americano, un italo americano y dos chicos rudos del medio oeste del país;
juntos, como equipo vencerían al resto de los grupos ya que ellos remaban más, corrían más y
nadaban más que el resto de los grupos.

El resto de los hombres altos de las otras tripulaciones siempre hacían bromas acerca de las
pequeñas aletas que los “munchkins” colocaban en sus pequeños pies antes de entrar a nadar, pero
de alguna manera eran estos pequeñines de distintos rincones del país y del mundo quienes siempre
reían al final, logrando alcanzar la costa de manera mucho más rápida en comparación con el resto
de nosotros.

El entrenamiento SEAL entonces, era un gran ecualizador, nada importaba más que tu propia
voluntad de triunfar, no importaba tu color de piel, tus antecedentes étnicos, tu educación o tu
estatus social. Si quieres cambiar el mundo mide a las personas por el tamaño de su corazón no por
el tamaño de sus aletas.

#4 ¡La vida no es justa, supéralo!

En muchas ocasiones a lo largo de la semana, los Instructores alineaban a los alumnos para hacer
inspecciones del uniforme; el cual era un proceso bastante concienzudo. El gorro o sombrero, tenía
que estar perfectamente almidonado, tu uniforme perfectamente planchado e inmaculadamente
limpio, la hebilla del cinturón debía estar brillante y sin ningún rasguño o desperfecto, pero parecía
que no importaba cuanto esfuerzo y tiempo dedicaras a planchar tu uniforme o a pulir tu hebilla ya
que nunca era lo suficientemente bueno, los Instructores siempre encontraban algún elemento mal
o deficiente. Por fallar en esta inspección, el estudiante debía correr completamente vestido en la
zona del oleaje, después y una vez que estuviese completamente mojado y húmedo de pies a cabeza
tenía que rodar por la playa hasta que cada parte de su cuerpo quedara completamente cubierta
de arena, este efecto era conocido como “galleta de azúcar” y tenías que permanecer el resto del
día, frío, húmedo y arenoso.
Había muchos estudiantes que simplemente no podían aceptar el hecho de que todos sus esfuerzos
fuesen en vano, no importaba cuánto intentaran mantener el uniforme en perfecto estado, este
esfuerzo no sería apreciado; esos estudiantes no pasaron el entrenamiento, esos estudiantes nunca
comprendieron el propósito de esta dinámica. Nunca ibas a tener éxito, nunca ibas a tener un
uniforme perfecto, los Instructores nunca iban a permitirlo. Hay ocasiones en la vida en las que no
importa lo mucho que te hayas preparado o lo bien que te hayas desempeñado, igual terminarás
como una galleta de azúcar, es simplemente como a veces funciona la vida. Si quieres cambiar al
mundo, supera el hecho de ser una galleta de azúcar y sigue moviéndote hacia adelante.

#5 ¡No sucumbas ante el fracaso!.

Cada día durante el entrenamiento eras desafiado con numerosas actividades físicas, largas
carreras, sesiones de nado, cursos y circuitos de obstáculos, horas de ejercicios de calistenia, todos
diseñados para probar tu resistencia. Dichas pruebas, tenían estándares, un mínimo de tiempo para
ser completadas; si fallabas en cumplir con este tiempo mínimo requerido, si no cumplías con los
estándares, tu nombre era publicado en una lista y al final del día aquellos que se encontraban en
esa lista eran invitados a lo que conocíamos como “circo”.

Un circo consistía en dos horas adicionales de calistenia, diseñadas para desgastarte, para agotarte,
para romper tu espíritu, para quitarte la voluntad y forzarte a renunciar; nadie quería estar en esos
circos. Los circos representaban el hecho de que en ese día en particular no habías dado el ancho,
los circos representaban mayor fatiga por día para el estudiante, por consiguiente el siguiente día
apuntaba a ser aún más difícil producto de esta fatiga previa y debido a esto era muy probable que
siguieras participando en "circos" durante los próximos días. Por lo menos una vez durante el
entrenamiento SEAL, todos, ¡todos! estaban en la lista del circo.

Sin embargo, algo interesante sucedió para aquellos que aparecían constantemente en esta lista;
con el tiempo estos estudiantes que hacían dos horas extra de calistenia al día se volvían más y más
fuertes, el dolor del circo construía en ellos fortaleza mental y fortaleza física de manera progresiva.
La vida está llena de circos, fallarás, y seguramente lo harás en repetidas ocasiones, será doloroso,
será desmoralizante; a veces pondrá a prueba hasta lo más profundo de tu ser, pero si quieres
cambiar al mundo, no le temas a los circos.

#6 ¡Supera los obstáculos!.

Al menos dos veces por semana los estudiantes debían pasar por el circuito de obstáculos. El circuito
de obstáculos constaba de 25 obstáculos diferentes, incluyendo una pared de 10 pies, una red de
carga de 30 pies, una red de alambre de púas donde debías gatear por debajo de la misma para
superar el obstáculo, esto por mencionar algunos, pero el obstáculo mas desafiante era el que
llamábamos el “slide for life”, tenía 3 niveles con una torre de 30 pies de altura en un extremo y
otra torre de 1 solo nivel al extremo opuesto, ambas torres se encontraban unidas por un tramo de
cuerda de 200 pies de largo. Para superar este obstáculo, tenías que escalar la primera torre de 3
niveles, una vez en la cima, tenías que tomar la cuerda, balancearte debajo de la misma y atravesar
la cuerda jalando con una mano a la vez hasta llegar del otro lado.

El récord para esta parte del recorrido de obstáculos había sido el mismo por años cuando mi clase
empezó en 1977, el record parecía imbatible, hasta que un día un estudiante decidió pasar por este
obstáculo con un enfoque distinto, recurriendo a un método completamente diferente, con la
cabeza primero, en vez de balancear su cuerpo por debajo de la cuerda, con valentía se montó sobre
la cuerda para deslizarse hacia abajo, era un movimiento peligroso, en apariencia tonto y lleno de
riesgo, el fracaso se traducía en una lesión segura y además en ser sacado del curso, pese a esto y
sin titubear, el estudiante se deslizó en la cuerda con mucha rapidez, al final en vez de varios
minutos, le tomó la mitad del tiempo completar el obstáculo, rompiendo el récord al final de su
recorrido. Si quieres cambiar al mundo, a veces tendrás que deslizarte en el circuito de obstáculos
con la cabeza primero.

#7 ¡Hazle frente a los tiburones que se presenten en tu vida!.

Durante la fase de operaciones terrestres y marítimas del entrenamiento, los estudiantes son
llevados a la Isla de San Clemente, ubicada en la costa de San Diego, las aguas de esta isla son la
zona de apareamiento del gran tiburón blanco. Para aprobar el entrenamiento SEAL hay largas
sesiones de nado que debes completar; en algunas ocasiones de nado nocturno.

Previo a estas sesiones de nado, los Instructores -con gran alegría- le informan a los estudiantes al
respecto de las especies de tiburones que habitan las aguas de San Clemente, sin embargo les
aseguran que ningún tiburón se ha comido a algún estudiante (al menos ninguno que ellos puedan
recordar), pero también te enseñan que cuando un tiburón comienza a nadar en círculos alrededor
de tu posición, es vital que mantengas tu territorio, que no nades temeroso para tratar de huir, que
no muestres miedo y que si el tiburón hambriento en búsqueda de un bocadillo nocturno, se lanza
decidido hacia ti, es necesario juntar toda la fuerza posible en tu persona para enviar un golpe fuerte
y certero dirigido al hocico, una vez hecho esto podrás nadar en dirección opuesta. Hay muchos
tiburones en el mundo, si quieres cumplir tus objetivos tendrás que enfrentarte a ellos, así es que si
quieres cambiar al mundo no huyas de los tiburones y hazles frente.

#8 ¡Conserva la compostura hasta en los momentos más difíciles!.

Como Navy SEALS una de nuestras tareas es conducir ataques bajo el agua contra embarcaciones
enemigas, para ello practicamos este tipo de técnicas de manera extensiva durante el
entrenamiento. Una misión de ataque a un barco consiste en el despliegue de un par de buzos a las
afueras de un puerto enemigo, una vez ahí deben nadar aproximadamente 2 millas bajo el agua
usando solamente un medidor de profundidad y una brújula para llegar al objetivo. Durante todo
este trayecto aún debajo de la superficie del agua hay cierta luz que atraviesa la misma y que alcanza
al buzo, resulta reconfortante saber que hay aguas abiertas por encima de ti. La historia cambia al
aproximarse a la embarcación enemiga que se encuentra anclada cerca del puerto; la estructura
metálica del barco empieza a cubrir la luz de la luna y de las lámparas cercanas, bloquea todo tipo
de luz, genera total obscuridad. Para tener éxito en la misión, debes nadar debajo de la embarcación
hasta encontrar la quilla⁴; pero ésta se encuentra en la parte más profunda del barco, éste es tu
objetivo, el cuál se encuentra también en la parte más oscura del barco, donde no puedes ver ni la
palma de tu mano aún si la tienes frente a tus ojos, donde el sonido de la maquinaria del barco
ensordece, donde es fácil desorientarse y donde puedes fallar. Cada SEAL sabe que debajo de la
quilla, en el momento más oscuro de la misión es donde debes estar más calmado, cuando debes
guardar la compostura, cuando todas tus habilidades tácticas, tu fuerza física y tu fuerza interna
deben entrar en acción. Si quieres cambiar al mundo debes ser la mejor versión de ti mismo en los
momentos más oscuros.

#9 ¡Canta, aún estando frente a la adversidad!.

A la semana de entrenamiento nocturno se le conoce como “La semana infernal”. Consiste en 6 días
de no dormir nada, de un constante acoso físico y mental por parte de los Instructores y un día
especial en los “mudflaps”. Se conoce como “mudflaps” (lodazales) a una extensa área de terrenos
pantanosos entre Tijuana y San Diego donde el agua del río de Tijuana se agota y forma lo que se
conoce como el “Slew de Tijuana”, una zona lodosa y pantanosa donde el terreno puede devorarte
fácilmente por la vasta cantidad de lodo y barro.

El día miércoles de la semana infernal, es cuando los estudiantes tienen que remar hasta los
pantanales, en donde pasarán las siguientes 15 horas en una prueba que consiste en sobrevivir a un
frío congelante, al viento helado que aúlla y a la presión constante que ejercen los Instructores para
obligarte a renunciar.

Cuando el Sol comenzaba a ocultarse en la tarde del miércoles, mi clase habiendo cometido
infracciones y violaciones al reglamento, fue seleccionada para ir al lodazal. El lodo rápidamente
cubrió a todos y cada uno de nosotros hasta que lo único visible de nuestros cuerpos era la parte
superior de nuestras cabezas, los Instructores nos dijeron que podíamos salir del lodo si tan solo 5
hombres renunciaban. Solo era necesario que 5 hombres renunciaran para que saliéramos de ese
frío opresivo, provocando claro, que todo el grupo reprobara la prueba. Echando un vistazo
alrededor, me parecía evidente que muchos estudiantes estaban listos para rendirse, aún faltaban
8 horas antes de que el sol apareciera de nuevo, 8 horas más de un frío que calaba los huesos. El
sonido del chirrido producido con los dientes y de los cuerpos temblorosos de mis compañeros era
tan fuerte que hacía difícil escuchar otro sonido. Súbitamente una voz rompió el silencio de la noche
y los sonidos del sufrimiento que padecíamos en este lugar, una voz cantaba una canción
terriblemente fuera de tono, pero la misma era cantada con un entusiasmo tal que una voz se
convirtió rápidamente en dos, dos voces se convirtieron en tres hasta que pronto todos los
miembros de la clase cantábamos al unísono. Los Instructores amenazaron con exigirnos más
tiempo en el lodo si el canto persistía, aún así el canto no cesó, repentinamente el lodo parecía un
poco más caliente, el viento parecía más taimado y el amanecer parecía no estar tan lejano.

Si he aprendido algo en mis viajes por el mundo es el poder de la esperanza, un Washington, un


Lincoln, un Mandela, un King, incluso una niña de Pakistán llamada Malala, una persona puede
cambiar al mundo al darle esperanza a otras personas. Si quieres cambiar al mundo empieza a cantar
aun cuando estés cubierto hasta el cuello de lodo.

#10 ¡No te rindas!.

Por último, en el entrenamiento SEAL hay una campana; una campana de latón colgando al centro
del complejo de entrenamiento, a la vista de todos los estudiantes, todo lo que tienes que hacer
para renunciar al entrenamiento es tocar la campana; toca la campana y todo se acaba, no tienes
que despertarte nunca más a las 5 de la mañana, toca la campana y no tendrás que nadar nunca
más en las aguas heladas, toca la campana y no tendrás que volver a pasar por el circuito de
obstáculos, ni tendrás que correr más, toca la campana y no tendrás que hacer todos los ejercicios
de calistenia, ni tendrás que aguantar todos los sufrimientos del entrenamiento; ¡todo lo que tienes
que hacer es tocar la campana para largarte!. Si quieres cambiar al mundo, nunca; ¡pero nunca!
toques la campana.

A la clase de 2014: Están a momentos de graduarse, están a un par de minutos de iniciar su viaje
por la vida, están a un momento de empezar a cambiar al mundo para bien. Tengan por seguro que
no será fácil; pero ustedes son la clase de 2014, la clase que afectará la vida de 800 millones de
personas en el próximo siglo, empieza cada día a día con una tarea completada, encuentra a alguien
que te ayude a lo largo de la vida, respeta a todos, acepta el hecho de que la vida no es justa y de
que fallarás a menudo; pero si tienes el valor de tomar riesgos, si redoblas tu esfuerzo en los
momentos difíciles, si enfrentas a los abusadores, si aumentas el ritmo de la marcha y nunca, nunca
te rindes; si haces estas cosas, la siguiente generación y las que le siguen vivirán en un mundo mucho
mejor al que tenemos actualmente y lo que empezó aquí realmente habrá cambiado al mundo para
bien.

Traducción del discurso de William H. Mc Raven a la clase de graduados de 2014 de la Universidad


de Texas (UT).

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