Sei sulla pagina 1di 1

“Tampoco hay que abusar del repertorio de juegos y actividades lúdicas en el aula.

El juego no
debe reducirse a un recurso didáctico más. No es cuestión de reemplazar “la letra con sangre
entra” por “la letra con juego entra” como si se cambiaran figuritas o se sustituyera una
tecnología por otra. El juego como herramienta educativa (como embudo por donde entran
más fácilmente los conocimientos) es una idea reaccionaria y conservadora, porque arraiga en
la premisa decimonónica de que los niños son frasquitos que hay que llenar y no personas que
hay que formar.”

Scheines, G. en “Juegos Inocentes, Juegos terribles”

“Tampoco hay que abusar del repertorio de juegos y actividades lúdicas en el aula. El juego no
debe reducirse a un recurso didáctico más. No es cuestión de reemplazar “la letra con sangre
entra” por “la letra con juego entra” como si se cambiaran figuritas o se sustituyera una
tecnología por otra. El juego como herramienta educativa (como embudo por donde entran
más fácilmente los conocimientos) es una idea reaccionaria y conservadora, porque arraiga en
la premisa decimonónica de que los niños son frasquitos que hay que llenar y no personas que
hay que formar.”

Scheines, G. en “Juegos Inocentes, Juegos terribles”

“Tampoco hay que abusar del repertorio de juegos y actividades lúdicas en el aula. El juego no
debe reducirse a un recurso didáctico más. No es cuestión de reemplazar “la letra con sangre
entra” por “la letra con juego entra” como si se cambiaran figuritas o se sustituyera una
tecnología por otra. El juego como herramienta educativa (como embudo por donde entran
más fácilmente los conocimientos) es una idea reaccionaria y conservadora, porque arraiga en
la premisa decimonónica de que los niños son frasquitos que hay que llenar y no personas que
hay que formar.”

Scheines, G. en “Juegos Inocentes, Juegos terribles”

“Tampoco hay que abusar del repertorio de juegos y actividades lúdicas en el aula. El juego no
debe reducirse a un recurso didáctico más. No es cuestión de reemplazar “la letra con sangre
entra” por “la letra con juego entra” como si se cambiaran figuritas o se sustituyera una
tecnología por otra. El juego como herramienta educativa (como embudo por donde entran
más fácilmente los conocimientos) es una idea reaccionaria y conservadora, porque arraiga en
la premisa decimonónica de que los niños son frasquitos que hay que llenar y no personas que
hay que formar.”

Scheines, G. en “Juegos Inocentes, Juegos terribles”

Potrebbero piacerti anche