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De sujetos. ~aberes v estrt1ct11m:; 37

1950, s ino a las tendencias que se desarrollan desde las décadas del '60 y '70
consultados. Este proceso no sólo es producto del pragmatismo y de la hasta la actualidad.
urgencia de los grupos, sino que es facilitado porque los principales indica-
Subrayo que para ciertas miradas a-históricas, estos cambios. o por lo
dores diagnósticos que manejan los grupos -pero también los curadores de
menos algunos de ellos, suelen ser leídos en términos de crisis, genera ndo
distinto tipo- permiten que a través de los mismos indicadores se diagnos-
en algunos casos la idea que la biomedici na estaría en una situación de cri-
tique, 'por ejemplo, gastroenteritis o empacho, posibilitando una articula-
ción práctico /ideológica entre las diferentes formas de atención y estable- sis permanente. Más aun, segú n algunos autores estaríamos asistiendo a un
derrumbamiento de la misma, augurándose su reemplazo más o menos
ciendo una conexión entre ellas a través de la carrera del enfermo
(Menéndez, 1984, 1990a; Osario, 1994; Peña, 2006). inmediato por algunas formas de atención "alternativas". Otras tendencias,
Este tipo de aproximación epidemiológica -que denominamos sociocul- por el contrario, están en una suerte de exitismo cientificista, que sólo con-
tural- posibilitaría además observar cuáles son las formas de atención más cibe el cambio en términos de progeso técnico más o menos infinito, pero
usadas y las que tienen mayor eficacia para abatir, controlar o disminuir que demuestra escasa sensibilidad para detectar y explicar los cambios ins-
determinados daños en términos reales o imaginarios. Al igual que también titucionales, culturales y económico/políticos que indudablemente están
afectando el saber médico. ~
podríar.10s registrar cuáles son los factores de tipo económico, técnico o
ideológico que se oponen o facilitan la articulación de las diferentes formas Estas propuestas simplemente las señalo pero sin analizarlas, ya que lo
de atención, a través de las prácticas cotidianas de los conjuntos sociales. que busco es, por una parte, subrayar que los cambios y modificaciones no
Pero ahora no voy a desarrollar el análisis integral de los diferentes sabe- tienen que ver n ecesariamente con crisis, derrumbamientos ni con progre-
res y formas de atención, sino que a modo de ejemplo me concentraré en los sos tecnológicos, y por otra que uno de los aspectos más significativos que
que considerarnos los dos saberes dominantes de atención a los padeci- observamos tiene que ver con el constante proceso de expansión de labio-
mientos en un contexto como el mexicano actualT, es decir la biomédica y la medicina.
autoatención. Para lo cual primero describiré algunas características básicas En los países desarrollados y sudesarrollados denominados "occidenta-
del saber biomédico, haciendo hincapié en aquellas que limitan la posibili- les", y pese al incremento de medicinas paralelas y alternativas, la forma de
dad de una articulación mayor y más eficaz con la autoatención, y luego atención que más se expande directa o indirectamente luego de la autoaten-
haré lo mismo con la autoatención, para concluir proponiendo algunos ción, es la biomédica. Pero, además, si bien en algunos· países occidentales
mecarµsmos de articulación posibles. se están estableciendo y desarrollando actividades correspondientes a otras
tradiciones médicas académicas, en los países que han originado dichas tra-
diciones como Japón, India o China está expandiéndose e incluso pasando
Biomedicina: algunos rasgos y limitaciones a ser hegemónica la biomedicina, subalternizando y/o desplazando a las
medicinas académicas locales.
Distintos hechos evidencian dicha hegemonía, siendo el más evidente el
En principio recordemos que la biomedicina en tanto institución y pro-
que la biomedicina es la única forma de atención que ha conseguido orga-
fesión se caracteriza por su constante aunque intermitente modificación y
nizar una institución internacional a la que adhieren oficialmente la mayo-
cambio y no por su inmovilidad, y cuando señalo esto no me refiero sólo a
ría de los países del mundo actual, como es el caso de la Organización Mun-
cambios técnicos y científicos, sino también a cambios en sus formas domi-
nantes de organizarse e intervenir no sólo técnica sino además económica, dial de la Salud (OMS). que además tiene sedes regionales a nivel de los
social y profesionalmente. Por lo cual el análisis que estamos realizando en diferentes continentes y en el caso de América se expresa a través de la Orga-
este texto no refiere a la biomedicina que se practicaba en 1850, en 1920 o nización Panamericana de la Salud (OPS). Proceso que no ocurre con ningu -
na otra forma de atención a la enfermedad. Este es un hecho tan obvio que
ni siquiera se reflexiona sobre él en términos del papel hegemónico que
cumple y expresa.
7. Por supuesto que en estos contextos encontraremos distintas formas de articulación entre
biomedicina y autoatención, en función de las características socioeconómicas, étnicas, Más a llá de su real cualidad científica y de su eficacia, debemos asu-
religiosas, etc. de los diferentes grupos y sujetos sociales. mir que la biomedicina y la expansión biomédica constituyen una de las
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Qe sujetos. saberes y es1ruc111ras
E uUARDO L. MEi-- t:-DF.Z
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la enfermedad, · a las dive rsas situaciones donde se registra
· b an transgresio-
,. ,
principales expresiones sociales e ideológicas de la expansión capitalista, nes a la ética médica, así como a otros procesos. Varias de estas cnticas eS t ªn
o si se prefiere de "Occidente", en términos frecuentemente de hegemo- a la base de las propuestas de Atención Primaria Integral desarrollad~s
nía /subalternidad. desde los '60, pero que luego de un primer impacto redujeron l~s expectati-
Es el conjunto de estos procesos, que alcanza su expresión má~ notor!a vas de sus propuestas, así como disminuyeron también las crí~1~as.
en la expansión del consumo de medicamentos producidos_por la mdus!na Pero en los '80 y sobre todo en los '90 reaparecen las cnticas, tal vez
químico/íarmacéutica, el que respalda nuestras interpretaciones. En pa1ses menos ideologizadas que en los '60, denunciando otra vez 1~ inefic~cia de la
como México dicha industria, en forma directa y/o a través del sector salud. biomedicina puesta de relieve en el retomo de la morb1mortahdad ~?r
ha conseguido colocar algunos de sus productos en los lugares más remotos tuberculosis broncopulmonar, cólera o dengue; en la fulminante expans10n ·
y aislados del país, siendo actualmente parte de las estrategias de atención
del VIH-sida; en la imposibilidad de curar la mayoría de las enfermedades
de los diversos grupos étnicos mexicanos. Es justamente a través de los
crónicas ya que hasta ahora sólo es posible controlarlas; en el incremento
medicamentos que observamos una constante expansión de la biomedicina
constante de la desnutrición y no sólo en países pobres y subdesarrollados;
en países pertenecientes a otras tradiciones culturales como son la mayoría
de los países africanos y asiáticos. en la persistencia de proble mas éticos, y en toda una gama de aspectos de
Pese a la evidencia de esta tendencia, se sostiene la pérdida de importan- los diferentes procesos des/e/a. Gran parte de estas críticas durante los dos
cia de la biomedicina a través de diferentes argumentos. Si bien la principal lapsos señalados se concentran en ciertas características del saber biomédi-
causa sería la expansión de las denominadas medicinas alternativas, otros la co, y especialmente en su biologicismo excluyente.
atribuyen a la ineficacia biomédica especialmente en campos como el de la Pero nuevamente estas críticas están disminuyendo, y el eje estructura-
salud mental, dado que en varios países occidentales se observa no sólo una dor sigue estando colocado en el biologicismo de la manera de pensar y
reducida eficacia biomédica para toda una serie de padecimientos menta- actuar biomédica. La biomedicina sigue depositando sus expectativas en el
les, sino también un constante descenso en el número y/o porcentaje de desarrollo de una investigación biomédica que da lugar al surgimiento de
psiquiatras. Y así, por ejemplo, desde hace unos veinte años decrece cons- explicaciones biológicas sobre la causalidad de los principales padecimien-
tantemente en los EE.UU. el número de estudiantes de medicina que eligen tos y de soluciones basadas en la producción de fármacos específicos, así
la orientación psiquiátrica, mientras en el caso de México desciende cons- como en una constante biologización de las representaciones sociales del
tantemente el porcentaje de psiquiatras por habitante. Pero estos argumen- procesos/e/a (Menéndez, 2001, 2002).
tos son muy débiles comparados con los que evidencian la constante expan- Más allá de críticas y crisis, lo que observamos es una continua expan-
sión biomédica. sión de la biomedicina, que afecta el desarrollo y su relación con las otras
Lo señalado no niega que existen situaciones conflictivas y desarrollos de formas de atención. Dicha expansión se caracteriza por un proceso de con-
saberes y formas de atención que parciálmente reemplazan o complemen- tinuidad/discontinuidad, donde la continuidad está dada por el constante
tan a la biomedicina. Así como críticas de muy diferente tipo a las caracte- aunque intermitente proceso de expansión basado en la investigación bio-
rísticas y funcionamiento de la biomedicina, que ha conducido en diferen- médica y en su eficacia comparativa, en la producción farrnacológicá y en la
tes momentos a sostener la crisis del saber y a instituciones biomédicas. medicalización no sólo de padeceres sino también de los comportamientos;
Pero hasta ahora la biomedicina ha encontrado siempre "soluciones" que Y la discontinuidad por las orientaciones críticas surgidas al i'nterior y fuera
siguen asegurando su expansión.
Posiblemente la mayor crisis operada dentro de la biomedicina, por lo
?e la propia biomedicina, así como por las actividades y representaciones
impulsadas por las otras formas de atención y especialmente por las prácti-
menos a nivel de los críticos, se dio entre mediados de los '60 y fines de los cas de los diferentes conjuntos sociales para asegurar la atención y solución
'70. Las críticas iban dirigidas hacia la pérdida de eficacia de la biomedicina real y/o imaginaria de sus padecimientos.
ha:i~ ~l desarrollo de una relación médico/paciente que no sólo negaba 1~
Este_proceso_de expansión se basa en toda una serie de procesos que se
su1et1V1dad del paciente sino que incrementaba la ineficacia curativa, al
desarro~lo de ~na biomedicina centrada en lo curativo y excluyente de lo pote?~1an. BI pnmero es el constante apoyo a nivel privado y oficial de labio-
preventivo, al mcremento constante del costo económico de la atención de med1cm~; _m~s allá del porcentaje del producto interno que los gobiernos de
cada prus mVIerten en el sector salud, lo que necesitamos reconocer es que
.ll) l:11t111t11<1 l .. \-11::\l::-:u11 ()e Sll}l!IOS, .1<1/)('1"('.I ,, · ,·., tr11c1111·m ,11

dichas i11wrsio11t'S son dedicadas t!n su totalidad o rasi tutaliclnd a la bio111c- '70, que incluso ha co nducido a alguno~ autores a negar dirho proceso, no
dkinn. Si bit'n 1'sto t!S obvio. ddH•111os asunllrlo como un hecho qtll' lwmos cabe duda que el 111is1110 no sólo existió si no que sigue vigente. l.o que las
normali1.ndo, pl't\l que suponl' que, salvo excepciones, el resto de los salieres investigaciones y re llexiones actuales lrnn cuestionado es la visión omnipo-
y formas de atl'nción. por lo menos en los países occidentales, 110 cuentan lente y unilateral con que eran -y 1odavia son- observados estos procesos,
ron la legitimnl'ión y sobre todo con los apoyos cconúmico~ y políticos otl - segtln In cual la bio111edicina podía im pon<'r a los sujetos y gruros sociales y
dalcs. Si bit'n también t'S obvio, dchetlhlS adcm:ls recordar que n niwl priva- casi si n modilkncioncs y oposiciones por parte de éstos, sus maneras de
do la rnsi totalidad de las inversiones est,in dedicadas n In llionwdid trn. explicar y atender los padeceres.
Estas invcrsionl'S se trnducirfo t'n la cobertura de ntendón, en las rn m- Considero que la descripción y análisis de los procesos de 111edicali1.ación
pai\as de pre,·endón. en t'I mlmcro ele camas de hospitnlizaci<\11, nsí como en térm inos de hegcmonía/subalternidad posibilita reducir o directamente
en la producdcin y consumo de productos biomédicos, especialmente eliminar In tendencia a pensar la medicalización a partir exclusivamente de
mi.'<linuncntos. la biomedicina, del "poder médico". La inclusión de las transacciones socia-
El segundo proct•so refiere a la demanda de atención biomédicn, y si bien les que operan ent re los sectores hegemónicos y subalternos, en la medida en
no lo ,r;unos n describir. lo que dl'bcmos nsu mir es que esta demanda crece que no sólo pensemos en términos el~ hegcmonía/subalternidad. sino tam-
en todos los t.>Stt;Hos sociales n través de un proceso que articula los objeti- bién en términos de contrahcgemonía, conduce o posibilita tomar en cuen-
vos e intcr1.'scs t'mpresarinlcs y estntnles, por una pnrtc, y los de los sujetos y ta el papel de los sectores subalternos (Menéndez, 1981 ).
conjuntos sodaks, por otro. M:is aun crece en In mayoría de nuestros gru- Son estos y otros procesos y tendencias los que operan en las relaciones
pos étnicos. de la biomedici na co n los otros sabere:; y formas de atención: siendo espe-
Pero aderm\s la expansión opcrn a tmvcs de lo que se denomina proceso cialmente en la actualidad la medicina alopática la que establece las condi·
de medicalización. el cual implica convertir en enfermedad toda una serie de ciones técnicas, sociales e ideológicas dentro de las cuales se desarrollan las
episodios vitales que son parte de los comportamientos de In vida cotidiana relaciones con los otros saberes.
de los sujetos, y que pasan a ser explicados y trntaclos como enfermeclndes Ln biomedicina actual se caracteriza.por una serie de rasgos técnicos,
cuando previamente sólo eran aconteceres ciudadanos. Este proceso impli- profesionales, ocupacionales, sociales e ideológicos que hemos descripto y
ca no sólo que los sujetos y grupos vayan asumiendo dichos aconteceres ciu- analizado en varios trabajos, y que expresan la orientación dom inante de la
dadanos en términos de enfermedad y no de lo que trndicionahnentc han medicina alopática, así como las características y funciones a través de las
sido, es decir conflictos y padeceres, sino que pasen a explicarlos y atender- cuales trnta de imponer y mantener su hegemonía y sobre todo su uso.
los, en gran medida, a través de técnicas y concepciones biomédicas. Si bien he descripto y analizado la biomedicina en términos de formns de
Incluso observamos que se desarrolla toda una serie de conceptos que atención y de saber, necesito subrayar que en función de varios objetivos
potencialmente supondrían la inclusión de las dimensiones sociales y cul- metodológicos que he desarrollado en varios trabajos. decidí trabajar ade-
turales en la explicación e intervención respecto de los procesos de -$/e/a, más con el concepto de modelo. Yfue a partir de principios de la década del
como es el caso de los denominados "eventos críticos", pero dichos concep- '70 que comencé a elaborar mi propuesta de modelos médicos y especial-
tos tendieron también a ser biomedicalizados. mente de lo que denominé modelo médico hegemónico (MMH)H respecto
Esta medicalización supone no sólo convertir en problema de salud deter- del cual he identificado, descripto y analizado alrededor de unas treinta
minadas situaciones cotidianas -como fue y es el caso de la hiperkinesis características estructurales9, de las cuales sólo comentaré algunas que nos
infantil o trastornos de atención-, sino además convertir en problema quin\r-
gico la situación de parto, a través de la generalización de la cesárea en países 8. Cuando hnblo de modt'lo m¿dico hegemónico referido n In medicina alopática, lo hngo en
como México, donde no sólo alrededor del 35% de los partos en las institucio- términos de unn construcción metodológica manejndn en un nito nivel de ubstrncción, ele tnl
mnncra que, como tocio modelo, constituye un instrumento pnru In indngnción el,• la rrnli·
nes oficiales y privadas se hacen a través de cesáreas que en su mayoría son dnd, pero no t'Onstituye lu rcnlidnd.
innecesarias, sino que esta tendencia se incrementa constantemente. 9. He agrupado lns car.u:terfsticns del !\·IMH en siete bloques: n) concepciones tetlricu/ ideoló-
Si bien respecto del proceso de medicalización existe actualmente una gicns dominante (división cuerpo/ulma, biologicisrno, evolucionismo, énfasis en lo patoló-
concepción menos unilateral y mecanicista que la dominante en los '60 y gico. individunlismo): b) exclusiones (ahisroricidnd, n-socinlidud, u·culturulidad, cxdusi,in
cid sujeto): e) rclución instituciones medicas/paciente (nsimctrín. exclusión del saber dd
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4:! E1111 \ Rl)CI L. M EN l' :-.lll:/ De .w jetns. saberes y esrrnc111ms

pe rm itan especialmente obse rvar ciertas tendencias que posibiliten ob~er- sociales, de las condiciones econó micas, de la prevención respe cto de ~os
var las relaciones de la bio medicina con las formas de autoate nción de los procesos des/e/a. y por otra impulsan una form ación unila1eralmente tec-
padecimientos. nica y excluyente que contradicé sus consideraciones verbales,_dado que las
Coincidiendo con la mayoría de los analistas del saber biomédico, consi- escuelas de medicina que dirigen van a producir un profesional . que _n o
dero que el primer rasgo estructural dominante de la biomedicina es el bio- podrá enfrentar en té rminos profesionales lo que dichos func10nanos
logicismo, por lo menos a nivel ideológico / técnico, dado que es el factor que denuncian como objetivos incluso prioritarios. ·
no sólo refiere a la fund amentacion científica del diagnóstico y del trata- Por lo tanto el médico, salvo el caso de una pa rte de los salubristas, no
mien to, sino que constituye el principal criterio de diferenciación con las tiene formación profesional respecto de los procesos socioculturales Y ec~-
otras formas de atención. Si bien el saber biomédico, especialmente en algu- nómico/políticos que inciden en la causalidad y desarrollo de los padeci-
nas de sus. especialidades y orientaciones, toma en cuenta los niveles psico- mientos, por lo cual si le preocupan estos procesos sólo puede actuar a tra-
lógicos y sociales de los padecimientos, la biomedicina en c1,1anto institu- vés de sus habilidades personales, pero no de su formación profesional.
ción tiende a subordinarlos o excluirlos respecto de la dimensión biológica. El biologicismo inherente a la ideología médica es uno de los principales
La dimensión biológica no es meramente un principio de identificación factores de exclusión funcional de los procesos y factores históricos, socia-
y diferenciación profesional, sino que es el núcleo de la formación profesio- les y culturales respecto del proceso des/e/ a, así como de diferenciación de
nal del médico. El aprendizaje se hace a partir de contenidos biológicos, las otras formas de atención consideradas por la biomedicina como expre-
donde los procesos sociales, culturales y psicológicos son anecdóticos, y siones culturales no científicas, y en consecuencia excluidas o por lo menos
donde no hay información sistemática sobre otras formas de atención. Es de subalternizadas. Pero a su vez la dimensión biológica es la que el médico
la investigación biológica, bioquímica, genética que la biomedicina extrae mejor maneja y la que le posibilita su eficacia diferencial.
sus explicacim1es y sus instrumento~ de atención. Esta afirmación no igno- A partir de estos señalamientos me interesa reflexionar sobre si el perso-
ra la importancia del trabajo médico clínico cotidiano, pero éste aparece nal de salud, y especialmente el médico, considera los procesos culturales y
como un campo aplicativo y subordinado al campo de investigación, que es económico/políticos como significativos para explicar la causalidad, desa-
el que genera las explicaciones y el tipo de fármaco específico a utilizar por rrollo e intervención respecto de las enfermedades; y de ser significativos,
los clínicos. El paso a primer plano de la investigación genética en los últi- i Cómo los utilizaría a través del acto médico clínico para contribuir a aliviar,
mos veinte años ha reforzado aun más esta tendencia. controlar o curar el padecimiento?
Subrayo, para evitar equívocos, que al señalar el peso del biologicismo no Frente a este interrogante debemos reconocer que en el nivel de la inter-
ignoro obviamente sus aportes; ni tampoco niego el uso por parte del perso- vención la casi totalidad de los médicos dejan de lado dichos aspectos, aun
nal de salud de relaciones personales, incluida la dimensión posicológica, reconociendo su importancia. Ya que una cosa es reconocer que la situación
no sólo en la relación afectiva con el paciente sino también en la estrategia de extrema pobreza y marginalidad incide en la desnutrición, y otra poder
curativa y hasta diagnóstica, pero estas habilidades personales aparecen operar con dichos factores a través de la intervención clínica, más allá de un
como secundarias desde la perspectiva de la biomedicina en términos de proceso de rehabilitación que frecuentemente no puede evitar la recidiva, a
institución y de formación profesional.
menos que haya un mejoramiento de las condiciones de vida y de alimenta-
Más aun, en las últimas dos décadas se ha desarrollado un doble dis-
ción generado por el desarrollo y distribución socioeconómicos, o por lo
curso en los funcionarios que dirigen las principales carreras de medicina
menos que existan programas de alimentación complementaria o contra la
en México, ya que por una parte señalan la importancia de los procesos
pobreza que incluyan acciones antidesnutricionales pero no en términos
episódicos sino a través de una cierta continuidad en el tiempo.
paciente, el paciente como construcción, medicalización de los comportamientos); d) el tra-
Prácticamente ningún médico ignora esta situación, y si bien puede asu-
bajo médico (dominio del trabajo clínico asistencial, diagn óstico y tratamiento basados en mir la importancia de factores como la extrema pobreza en el desai:rollo y
la eliminación del síntoma, concepción de la enfermedad como ruptura y desviación); e) mantenimiento de problemas de salud, a nivel técnico e institucional su
pragmatismo médico; O autonomía médica (profesionalización formalizada, identificación manejo de estos aspectos es, por decirlo suavemente, limitado, y más allá de
con la racionalidad científica); y g) la enfermedad y la salud como mercancías.
que tenga o no formación profesional que le permita tener una visión social
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de los problema., de salud \b, aun t'n el ca,n 11l' la pr,k\ka pri\'ad,1. 1"!-1~·- do111inan1c~ en 1,, rehu itin nirtliro/paciente y la nc>lt",idad de revertir la
cialmcnll' de las ~r:ind~ c-u rporanon~ mc'."dit-a,. el mane10 de C"'º' a,¡wr· oril' flt,1ción de lo,; ,;erv,c,os clr -..,lud. lo que se desarrolla en los hechos es
to, social~. e<""Onomh'o'- ~ ,·ullu1ales qut-dan t·,d\11dos. \' t·n el, a,o 1\c 1.l., una ll'ndcnlia a redudr cada vn má.,; el tM?mpo ele la relacion médi -
institucion~ oficiales d<'1wnd,•1a de la c\lstcm ,a de program,1, t',pec1hco\, co/paden le y especialmente el tiempo dado a la pak1bra del paciente. Es
pero donde el traba jo nw<l11 (l ('~ c,dul-1\'amcntc dinic-o. y <icntro dt' el tam - decir que c;e potencian la tendencia histórica de la b111mcdicina para es1a-
poco Sl' manejan 1<,s factorM ~ pro<:('SOS -.ei\aladm,. por lo meno~ t·n el c.1,0 blecer una relación ~imétrica. y lac; dinámicas lnstitunonales actuales. que
tienden a refor1.ar dicha orientac ión de la hiomedicin,1 más allá de los drs-
mexicano.
Esta onentación la podemo., Qt\..~n·ar a u ave!> de lo, a~pectos má!- <leci· cur,os y renexiones de analistas médicos, de lo.e; científicos sociales y de las
sivos del trabajo mÑ11co Dt'sde por lo men0i. la década del '50 difc1cn1cs propias autoridades sanitarias. Así. por ejemplo en el Instituto Mexicano del
tendencias de la psiml~ de la sociología. de la antropolo¡~fa y especial- Seguro Social (IM5S}. que da atención a cerca del 50% de la población mexi-
mente de la b1om~1nna , ~ nffi ~flalando la 1mportanaa de la relación cana, la media actual del tiempo de la segunda consulta y de las subsecuen-
m('dico!paciente, para el d,agnóstK"O y para el tratamiento. y en consecuen- tes es de cinco (5) m inutos o aun meoos 10 (Menéndei:. 1990b: Salas. 1997).
cia la necesidad de me,orarla. de hacerla má~ s,métlica, de inclu ir no sólo la La relación m édico/ paciente ,;e caracteriza, especialmente en el primer
palabra del paciente <.tno q 1s referencias soc10('ulturales, dado que las mis- nivel de atención pero también a nivel de especialidades, por la duración
mas tienden a ser exdu1déll> por la mayoría de los médicos. De allí que parte cada vez menor del tiempo de la consulta. por reducir cada Ve'Z. más la pala-
del mejoramiento de la calidad de los ~rv,cios médicos está depositada jus- bra del paciente, pero también por reducir cada vez más la palabra del pro-
tamente en la modificaaón de aspecto!> de la consulta. De esto son cons- pio médico. En la mayoría d e las instituciones médicas oficiales mexicanas
cientes gran parte de )05 medicos. y reiteradamt>nte se propone la necesidad ya no se realizan historias clínicas en el primer nivel de atención o han sido
de mejorar dicha relación. induyendo el dar más tiempo a la pa labra del reducidas a enumerar algunos datos económico/demográficos y algunas
paciente. características del tratamiento -generalmente la enumeración de los tipos
Dentro del e.ampo a.ntropológlco se ha desarrollado u na corriente lidera- de fármacos y de las dosis prescripta.s- coÓSignándose muy escasa informa-
da por médicos de formaaón antropológica que desde los ai'lo s '70 y sobre ción de tipo diagnóstica y de evolución del padecimiento.
todo desde los ·so \·tenen proponiendo la necesidad de que el m édico no La anamnesis médica casi ha desaparecido pese al reconocimiento téc-
sólo posibilite que el paciente narre su enfem1edad, sino que además apren- nico de su utilidad; y así, por ejemplo, varios de los principales especialistas
da a decodificar cultura1 y medicamente el significado de dichas na rrativas. en alcoholismo a nivel mexicano e internacional, como Velazco ~rnández o
Esta propuesta tiene sus dos principaJes centros de influencia en las escue- G. Edwards, consideran decisiva la profundización de la indagación clínica
las de medicina de Harvard y de Berkeley, y ha implicado el desarrollo de un especialmente para el paciente con alcoholismo crónico y/o dependiente,
programa especial de formaoón de med1cos dentro de esta concepción proponiendo incluso la necesidad de desarrollar en el médico habilidades
(Good y !)el Vecchio Good, 1993). clínicas y existenciales especiales. Pero reconociendo que ya no es posible
Pero debemos recordar que, más allá de algunas particularidades, esta realizarlas, pese a subrayar, sobre todo en el caso de Edwards, que la anam-
propuesta reitera lo señalado por diferentes corrientes antropológicas. y por nesis médica es decisiva para establecer un buen diagnóstico y orienta r efi-
supuesto biomédicas, desde por lo meno!> la década del '20; y subrayo lo de cazmente el tratamiento.
reiteración, porque dicha propuesta opera más en el plano de la reflexión Antes de seguir con este análisis quiero indicar que no estoy proponien-
teórica. de las experiencias t.lJÚ\lersitarias y de algunos grupos especiales que do ningún lamento por formas perdidas de Mhumanismo médico", sino
en el plano de los servicios de !.alud, los cuales -por lo menos en algunos señalar algunas tendencias actuales de la biomedicina, que desarrollan
aspectos significativos-- suelen orieni.arse en un sentido inverso de lo reco- aspect~ contrarios o divergentes a los que las ciencias sociales y sobre todo
mendado por los que analizan y reflexfonan wbre la relación médi -
co/paciente y su papel dentro de los servicio!> de !.alud oficiales y/o privados.
l..a observación de sistemas d.e !.alud como el británico o el mexicano nos 10. Existen. por ,upuhlO, oru.-n1ac101~ biomédica.,, que proponen otras formas de relación
mMk:ol paciente que po.s¡btlira.n urw mayor expresión de la palabro del paciente. pero que
indica que pese a reconocer Las crit.ica!, t.eñaladas r ~ t o de 1.c. caracterfstica!> no de-s.anoUaremos en este 1raba,o.
46 E!HJ\Hl lll l.. :\li :-. 1);lll'/ ()e rnjctos. salwres _\' es1m ct11m.~ H

la propia biomedicina, consid<'ran corno óplimos e n 1érminos de la calidad según el cual el pe rsonal de salud suele ac hacar a la ignorancia. falla de
de la ate nció n. educación y/o desidia de la población lo que por lo menos e n determina-
Por lo ta n10, observamos la reducción del tiempo de la relación médi- dos casos fue consecuencia de un de1erm inado uso médico original que
co/ paciente a través de la propia 1raycctoria histórica de la biomedicina, tra- la gente apre ndió en forma directa o indirec1a a 1ravés del propio perso-
yectoria que además indicaría que el médico ha ido abdicando cada vez más nal de salud.
de su propia capacidad y posibilidad de detectar y analizar síntomas -y no Una simple y no demasiado ·profunda indagación histórica posibililaría
sólo signos- rcspec10 de los padecimientos, al referirlos cada vez más a indi- observar que algunas formas incorrectas de utilizar los antibióticos, el disul-
cadores objetivos. Actualmente la posibilidad de establecer diagnósticos y firán o el clorofenicol durante el lapso 1940-1960, los pacien1es las apre ndie-
tratamientos no se deposita en el análisis de los síntomas, ni en los signos ron del personal de salud. Que el amamantamiento al seno materno fue
detectados por el "ojo" y "mano" clínicos, sino en los signos producidos por cuestionado por las instituciones médicas, incluso a nivel de sus organiza-
los diferentes lipos de análisis, es decir por pruebas objetivas, lo cual ha teni- ciones internacionales, durante las mismas décadas, sobre todo por razones
do consecuencias no sólo para la relación médico /paciente sino también de higiene, e influyó junto con otros factores en el reemplazo de la leche
para la identificación profesional del médico consigo mismo (Reiser, 1978). materna por las fórmulas lácteas. ·
La trayectoria de la biomedicina entre fines del siglo XIX y la actualidad Además, como sabemos, el consumo de ciertas drogas psicotrópicas
se caracteriza por el paso de la hegemonía del síntoma focalizada en la pala- actualmente consideradas adictivas fue facilitado por trata mientos médi-
bra del paciente, a la hegemonía del signo expresada cada vez más unilate- cos, incluso desde la primera infancia. Los jarabes conteniendo codeína, la
ralmente por el peso de las "pruebas objetivas". expansión del consumo de ritalina y el uso indiscriminado de diazepán en
Subrayo, para evitar malas interpretaciones, que no niego ni rechazo la instituciones médicas oficiales mexicanas, no deberían desconetarse del
importancia de contar con indicá dores diagnósticos objetivos, sino que incremento del consumo de sustancias consideradas adictivas.
estoy analizando las implicaciones que el desarrollo de determinados pro- La aplicación de la dimensión histórica posibilitaría observar la gran can-
cesos pueden tener para la biomedicina, para la relación médico/paciente y tidad de éxitos farmacológicos generados desde la biomedicina, pero tam-
para la autoidentificación profesional del médico, los cuales no pueden ser bién la cantidad de usos incorrectos que la población aprendió directa o indi-
realmente reflexionados y comprendidos si no se incluye la dimensión his- \ rectamente de la intervencion médica, entre ellos el de la polifarmacia. Si
tórica, que sin embargo aparece excluida frecuentemente de la reflexión y bien ·este aspecto lo retomaremos luego, al hablar de la automedica~ión, me
de la acción médicas. Y justamente la a-historicidad es otra de las caracterís- 1 interesa subrayar la exclusión de la dimensión histórica porque dicha exclu-
ticas básicas del saber médico. sión cumple varias funciones, entre ellas favorecer la omisión no sólo de los
La exclusión de la dimensión histócica del saber médico adquiere carac- \ efectos negativos de la prescripción médica, sino de su notoria influencia en
terísticas especiales si la referimos a lo que actualmente es el núcleo de la el uso de la automedicación por la población. Lo cual, y lo recuerdo, no es un
relación médico/paciente, es decir la prescripción del tratamiento, que en 1 hecho del pasado, sino que sigue vigente, como es el caso del mal uso de ani-
gran medida es la prescrición de medicamentos. tibióticos por parte del personal de salud en los tratamientos de gastroente-
Desde la perspectiva que estamos desarrollando, la inclusión de la ritis, lo que ha ~i~o observado reitetadamente a través de estu'tlios realizados
dimensión histórica posibilitaría observar los beneficios de la prescripción recientemente e'n países subdesarrollados y desarrollados;.~.--·-: · ' '
de determinados fármacos para el abatimiento o control de determinados . Por último, y como expresión privilegiada de lo que estamos señalando,
padecimientos, pero también los efectos negativos de los mismos, tanto en la a-historicidad posibilita dejar de' lado uno de los procesos rtiás trabajados
té rminos de un uso inmediato que evidencia una determinada eficacia, por las ciencias sociales, la psiquiatría crítica y en menor medida la medici-
como en términos de un uso prolongado que evidencia que dicha eficacia es . na:social: el_d~mominado proceso de medicalización, al cual ya nos hemos
momentánea, o que su aplicación podría generar más problemas que su no referido. ·Dicl'ió proceso, primero a través de padecimientos psiquiátricos y
utilización. Estos procesos no aparecen incluidos en la formación profesional luego de enfermedades crónico/degenerativas y de "violencias", ha eviden-
ni en la práctica médica como aspectos reflexivos de su intervención, de tal ciado -entre otro·s·procesos- la capacidad de la biomedicina para construir
manera que se genera un efecto interesante en la relación médico/paciente, (inventar) síndromes que dan lugar no sólo a la elaboración de criterios
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-1 11 Er,; 11<1••!.. \1 1'\1-, 1>11 /Je s11ietos, .,,. t,,,,<'S 1· ,·,1nw111rm 49
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diagn1lsticos y dt• his!Orias na1urall'-. de la~ enfermedades, ~ino 1arnbién a la y act ividade-. prevc1111vas ;iplicadas especialmente a partir de 2003/2004. De
p1op11cst,1de tratamientos en gran medida basados en medicamentos. tal manera que pacientes que hasta ahora no eran considerados diabéticos
Como ya lo señalamos, los proceso~ de medicalización fueron intensa- o con probk-mas cardíacos en fu nción de los indicadores de riesgo que se
mcntt• estudiados desde los años ·:;o y especialm ente desde los ·oo hasta la manejaban biomédican1t'nte, siguen sin ser considerados "enfermos", pero
actualidad, y si bien observamo!-. én fasis diferentes a lo largo de dicho se les recom ienda preve111ivamente desarrollar ciertas conduelas saludables
período, existe sin embargo un a not ab le conti nuidad en poner de manifies- y también util izar de1crm inados medicamento~.
to que determinadas enfermedades han sido construidas por el propio La revisi<in histórica de estos procesos de medicalización evidencia que
saber médico, o por lo menos se acentuaron rasgos de las mismas para jus- los mismos generan construcciones profesionales "innecesarias" desde el
tifi car intervenciones por razones económicas, de control profesional o de · punto de vb ta del paciente; que dichas propuestas y acciones son parte de
control político. los procesos de hegemonía/subalternidad que se juegan a través de las ins-
Desde los trabajos ant ipsiquiátricos que plantearon "la manufactura de lituciones biomédicas, así como tien en que ver con procesos económi -
las enfermedades mentales" hasta las "disease mongering" actuales, pasan- co/ financieros en los cuales está11 coludidas las empresas químico/ farma-
do por las internaciones psiquiátricas forzadas aplicadas en la antigua céuticas, las corporaciones médicas empresariales y frecuentemente el
URSS, las intervenciones quirúrgicas innecesarias o los padecimientos sector salud. Pero además dichos procesos deben ser descriptos y analiza-
inventados o hipertrofiados como la hiperkinesis infantil, observamos una dos para entender los tipos de autoatención - incluida la automedicación-
línea dominante, que no sólo fue descripta por científicos sociales, sino que son usados por los pacientes.
también, en gran medida por médicos clínicos. Tal vez los aspectos más excluidos por la biomedicina son los que corres-
Durante los '90 y los primeros años de 2000 se han subra)rado especial- ponden al campo cultural; si bien el personal de salud suele reconocer la
mente los aspectos económicos del proceso de medicalización, describien- significación de la pobreza, del nivel de ingresos, de la calidad de la vivien-
do la patologización y medicalización de comportamientos cotidianos. y la da o del acceso al agua potable como factores que inciden en el proceso de
conversión de fa ctores de riesgo en cuasi-enfermedades que en ambos s/e/ a, sobre wdo en los últimos año~ ha disminuido no tan to el reconoci-
casos requieren de tratamientos específicos, especialmente de tipo farma - miento sino la inclusión de los factores religiosos o de las creencias popula-
cológico. res respecto del proceso des/e/a por parte de la biomedicina.
Esta corriente de estudios ha dado lugar a la acuñación. a fines de los '90 Mienrras hace unos cuarenta o cincuenta años sobre todo la orientación
del término "disease mongering", que ha sido traducido al español como salubrista reparaba en la importancia de los factores culturales generalmen-
"tráfico de enfermedades inventadas" o "negocio de enfermedades inventa- te como mecanismos negativos o como procesos que indicaban determina-
das". Si bien este tipo de "enfermedades" ha sido impulsado por la industria das tendencias patologizantes en un grupo social determinado, en la actua-
químico-farmacéutica, no cabe duda que la biomedicina tanto a nivel priva- lidad dichos factores han sido cada vez más excluidos de las acciones
do como oficial tiene un papel determinante en su legitimación, expansión prácticas. En las décadas del '40, '50 y '60 una parte del salubrismo reconocía
y uso. Son médicos los que han "inventado" -o si se prefiere reorganizado- que ciertas creencias culturales podían oponerse a la expansión biomédica,
criterios diagnósticos e indicadores de riesgo, y son médicos los que diag- idea que opera en la actualidad, por ejemplo, respecto de los programas de
nostican dichos padecimientos y prescriben medicamentos -o intervencio- planificación familiar o respecto del uso de protecciones en las relaciones
sexuales; pero mientras en dichas décadas se pensaba en cómo modificar
nes quirúrgicas- específicos.
Como ya indicamos, uno de los mecanismos más utilizados en la actua- culturalmente los saberes populares, actualmente se piensa a través de qué
lidad para medicalizar comportamientos es el de establecer umbrales de mecanismos administrativos y médicos puede generarse esta modificación,
riesgo cada vez menores respecto de los niveles de glucosa o de colesterol, para lo cual se proponen diferentes estrategias que van desde la estimulación
lo cual se traduce en la necesidad de prevenir a través de medicamentos, en económica al equipo de salud para elevar el número de mujeres "controla-
forma cada vez más temprana, constituyéndose no sólo en parte de las prác- das", que incluye la aplicación de esterilizaciones femeninas y en menor
ticas privadas de atención, sino en parte de las políticas de las instituciones medida masculinas frecuentemen te sin consentimiento informado, hasta la
oficiales, como lo hemos podido observar en México a través de las políticas aplicación de programas conlra la pobreza donde la planificación familiar
50 EDUARDO L. M E:- 1:\ DEZ De sujetos, saberes y estructuras 51

aparece como uno de los objetivos básicos de la solución de la misma o por Podría seguir enumerando otros rasgos de lo que denomino modelo
lo menos de reducción de algunas características consideradas simultánea- médico hegemónico, a través de los cuales observar procesos que explica-
mente como su efecto/causa. Es decir que el equipo de salud y/o el de desa- rían el distanciamiento, subordinación, exclusión o negación de otros sabe-
rrollo social, más que actuar sobre las condiciones culturales, opera a través res y formas de atención por parte de la biomedicina, pero para concluir me
de acciones médicas que incluyen la estimulación económica. referiré a una característica a través de la cual la biomedicina se diferencia
La dimensión cultural es cada vez menos utilizada salvo respecto de cier- con fuerza de la mayoría de las otras formas de atención. Y me refiero a su
tos padecimientos, aunque debe subrayarse que los que más se suele tomar identificación con la racionalidad científica, expresada sobre todo a través
en cuenta son los procesos sociales y no los culturales, aun en el caso del de la ya citada dimensión biológica. Es en este rasgo donde se sintetiza, a
VIH-sida o de las adicciones. En las décadas del '50 y '60 to~a una corriente través de la autoidentificación profesional con "la ciencia", la exclusión de
epidemiológica se preocupó por detectar y establecer en América Latina las otras formas identificadas justamente con criterios no científicos y cori la
cuáles eran los patrones culturales de consumo de sustancias adictivas, que dimensión cultural. Si bien la eficacia, la eficiencia o las condiciones de
en aquella época se centraban básicamente en el alcohol, lo cual contrasta atención de la biomedicina constituyen criterios importantes, el criterio
con las tendencias epidemiológicas actuales respecto de las adicciones decisivo refiere a la racionalidad científico/técnica.
-incluido el alcohol-, donde esta orientación ha desaparecido y no ha sido El conjunto de las características -y de las funciones- del MMH, y no
reemplazada por ninguna otra búsqueda de factores y procesos culturales. cada característica en sí misma, tiende a establecer una relación de hegemo-
Pero en el caso de México además observamos que por lo menos una nía/subalternidad de la biomedicina respecto de las otras formas de aten-
parte de los epidemiólogos especializados en adicciones hablan de la ción no biomédicas, de tal manera que tiende a excluirlas, ignorarlas o estig-
importancia de los comportamientos culturales para la prevención de matizarlas aunque también a una aceptación crítica o incluso a una
determinado problema, pero sin generar las investigaciones para obtener apropiación o a un uso complementario sobre todo de ciertas técnicas, pero
este tipo de información, y menos aun la aplicación de acciones de tipo cul- siempre con carácter subordinado.
tural (Menéndez, 1990b; Menéndez y Di Pardo, 1996, 2003). Reitero que no niego la importancia de la investigación biomédica; ni los
No obstante, es importante subrayar que tanto hace cuarenta años como aportes de la farmacología, ni la capacidad de detección diagnóstica a través
en la actualidad la biomedicina utilizó y utiliza la dimensión cultural sobre de pruebas e indicadores objetivos, sino que lo que me interesa señalar es
todo para evidenciar aspectos negativos de la población. Tiende a señalar que los usos de estas y otras características e instrumentos contribuyen a
como los factores culturales favorecen el desarrollo de padecimientos o se excluir, negar o secundarizar los otros saberes y formas de atención no bio-
oponen a prácticas biomédicas que podrían abatirlos o por lo menos redu- médicos a través de criterios que sólo refieren a la dimensión científica del
cirlos, pero no se incluyen las formas de ~ención "culturales" que podrían proceso de s/eta11.
ser utilizadas favorablemente para abatir los daños. Si bien el uso de algunas Este proceso adquiere un cariz especial en el caso de las relaciones que
de estas formas de atención, sobre todo las consideradas "tradicionales", fue se establecen entre la biomedicina y la autoatención de los padeceres, ya
propuesto por las estrategias de atención primaria y se han generado inves- que a través de dichas relaciones se generan con mayor frecuencia conflic-
tigaciones al respecto, las mismas en el caso de México han sido escasamen- tos tanto a nivel de la relación médico/paciente como de la r~lación sector
te impulsadas por el sector salud, salvo en contextos específicos y reducidos, salud/conjuntos sociales. Lo cual ocurre por dos razones básicas; porque la
y sobre todo en función de una concepción de ampliación de cobertura a autoatención es la forma de atención a la enfermedad más frecuentemente
bajo costo y para poblaciones marginales rurales. utilizada por los grupos sociales, y porque la autoatención es parte de la
Es a través de tomar en cuenta los procesos y factores culturales que mayoría de los usos de las otras formas de atención, y en particular de la
podemos observar la existencia de otras formas de atención de la enferme- atención biomédica.
dad, cuyas principales diferencias radican no sólo en el tipo de técnicas uti-
lizadas sino también en el sentido y significado cultural con que se las utili-
za, residiendo en ello gran parte de su función cultural más allá de su
1 l. Es obvio que en este proceso de secundarización y exclusión inciden factores de tipo ocu-
eficacia específica. pacional y de competencia en el mercado.
52 F.()11\Rlll I L MF-.(\º111 / /)r S11j1•fol . snberrs y rsrri,c111ms 53

Estas afirmaciones, que sustento a tra\'éS de nut·~t ras propias investign- que se requieren para asegurar la reproducción biosocial de los sujetos y
ciones y de estudios dt>sarrollado~ por otros investigadores orientados por grupos a nivel de los microgrupos y especialmente del grupo doméstico.
este enfoque, parten de considerar la autoatencion a través de toda un.i Formas que son utilizadas a parlir de los objetivos y normas establecidos
serie de características que- analiza~ más adelante-, pero sobre todo de por la propia cultura del grupo. Desde esta perspectiva podemos incluir no
obser\'arla como proceso, lo cual sc diferencia dc las mvrstigaciones gene- sólo la a tención y prevención de los padecimientos, sino también las activi-
radas desde la biomedidna que la c-onsideran c-omo una enticfad rn sí y sólo dades de preparación y distribución de alimentos, el aseo del hogar, del
referida a actividades muy específicas.. lo cual conduce a un notorio suhrc- medio ambiente in mediato y del cuerpo. la obtención y uso de agua, etc.,
gistro de las acti\idadcs dc autoatcnción incluso cn sus investigaciones ele., etc. Son parte de la autoatención el aprendizaje de la relación con la
sobre este procero. y a no captar su papel constantc y frcc\lcntcmcntc deci- muerte en los diícrentec; términos prescriptos por cada cultura, que pueden
si\'O en el pl'OC'cso de articulación de las diferentes formas de atención y incluir el cuidado del sujeto moribundo, el ayudar a morir, o el manejo del
especialmente con la biomedicina. cadáver en función del sistema de creencias. La autoatención tal como la
estamos definiendo, más allá de que fiertos actos se expresen fenoménica-
mente a través de individuos, refiere a microgrupos y especialmente a aque-
Autoatención como proceso estructural llos que más inciden en los procesos de reproducción biosociaJ y que inclu-
yen sobre todo al grupo doméstico. pero también al grupo de trabajo, al
grupo de adolescentes, etc., etc., etc.
La autoatención constituye una de las acti\idades básicas del proceso
La definición restringida refiere a las representaciones y prácticas aplica-
saJud / enferrnedad / atención. siendo la actividad nuclear y sintetizadora
das intencionalmente aJ proceso des/e/a. Por supuesto que es dificil esta-
desarrollada por los sujetos y grupos sociales respecto de dicho proceso. La
blecer un claro corte entre algunas actividades de la autoatención en senti-
autoatención constituye una actividad constante au nque intermitente
do amplio y en sentido restringido, pero debemos asumir que este corte
desarrollada a partir de los propios sujetos y grupos en forma autónoma o
-<:orno casi todo corte de tipo metodológk:o- opera como un mecanismd de
teniendo como referencia secundaria o decisiva a las otras formas de aten-
ordenamiento de la realidad, y que en consecuencia dicho corte excluye
ción. La autoatención puede ser parte de las acciones desarrolladas por las
- por s upuesto que metodológicamente- determinados hechos. como por
otras formas de atención. dado que frecuentemente es un paso necesario en
ejemplo la permeabiJidad entre diferentes tipos de actividades. Desde una
la implementación de las mismas.
perspectiva procesual, por ejemplo. la crianza de los hijos supone desarro-
Por autoatención nos referimos a las representaciones y prácticas que la
llar y aplicar saberes a toda una serie de aspectos de la realidad (amamanta-
población utiliu a nivel de sujeto y grupo social para diagnosticar, explicar,
miento, otros tipos de alimentación, aseo, control de esfínteres, formas de
atender, controlar, aü\'iar, aguantar, curar, solucionar o prevenir los procesos
descanso incluidas las horas y tiempos de sueño, aprendizaje de relaciones
que afectan su saJud en términos reales o imaginarios, sin la intervención
microgrupales básicas, y un espectro enorme de otros comportamjentos), y
central, directa e intencional de curadores profesionales, aun cuando éstos
varios de estos comportamientos refieren en forma general o específica a
pueden ser la referencia de la actividad de autoatención; de tal manera que
procesos des/e/a pero entramados a través de los mismos saberes.
la autoatención implica decidir la autoprescripción y el uso de un tratamien-
Por lo tanto, el corte metodológico, si bien suele ser arbitrario, posibilita
to en forma autónoma o relaúvamente autónoma. Es decir que la autoaten-
concentrarnos justamente en la autoatención de tipo restringida, pues es la
ción refiere a las representaciones y prácticas que manejan los sujetos y gru-
que nos interesa analizar, pero a partir de asumir que en los procesos con-
pos respecto de sus padeceres, induyendo las inducidas, prescriptas o
cretos aparecerán incluidos aspectos de la autoacención ampliada.
propuestas por curadores de las diferentes formas de atención, pero que en
La autoatención suele ser confundida o identificada por la biomedicina
función de cada proceso específico, dt l.a!i condicion~ M>ciales o de la situa-
exclusivamente con la automedicación, es decir con la decisión más o
ción de los sujecos conduce a que una parte de dicho proce!>O de prescripción menos autónoma de ulilizar determinados fármacos para lratar determina-
y uso se aulonomice, por lo mt:no~ en términos de autonomía relativa. dos padecimientos sin interwnción directa y/o inmediata del médico o del
Pero la autoa1ención puede ser pensada en do~ niveles, uno amplio y personal de salud habilitado para eUo. Pero la automedicación sólo es parte
otro restringido. El primer ni\'el refiere a roda~ las forma~ de auroatención

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