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Entre pasivas reflejas e impersonales reflejas

TRABAJO FIN DE GRADO


Grado en Español. Lengua y Literatura

Departamento de Lengua Española y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada

Autor:
Enrique José Mundo Casas

Dirigido por:
María Jesús Fernández Leborans

Madrid, septiembre 2014


Regido vuelve cenit
tu costura
tematiza ¡alto! tu rama
—querencia
de quien predica mi verbo.

2
ÍNDICE

1. Introducción 4
2. Estado de la cuestión: características fundamentales de ambas estructuras 5
3. El concepto de impersonalidad 7
4. El argumento interno 10
5. Medio pasivas y medio impersonales 18
6. Breve origen de la pasiva refleja e impersonal 24
7. Conclusiones 27
8. Referencias bibliográficas 28

3
1. Introducción

¿Qué es la partícula se? Esta es la pregunta que se plantearon las gramáticas


tradicionales y que aún hoy es objeto de debate. Primeramente, el término partícula
desprende el desconcierto del hablante —y del lingüista— sobre la naturaleza de este
elemento átono y, consecuentemente, sobre su vano intento de clasificarlo. ¿Existen
acaso tantas formas gramaticales como tipos de oraciones surgidas de su combinatoria
con otras palabras? ¿Qué cualidad(es) ha(n) propiciado tal diversidad, si no hay nexo
aparente entre los ses reflexivo e impersonal?
El objeto del presente trabajo, lamentablemente, no es la respuesta a las
cuestiones propuestas. Se trata, pues, de un estudio meramente descriptivo que ha
procurado definir dos varillas del abanico del se no paradigmático: las oraciones
denominadas pasivas reflejas e impersonales reflejas.
No obstante, como podrá comprobar el lector una vez más al final del estudio, la
lengua no puede ser estudiada por parcelas. El tradicional complemento directo cobra
relevancia a la hora de dar explicación a la variación existente en la actualidad. De igual
forma, la alternancia anticausativa es un eslabón más de la cadena de gramaticalización
del reflexivo.
El trabajo consta de cinco apartados, más los dos correspondientes a la
introducción y la conclusión. Se ha procurado ante todo conservar el paralelismo de la
pasiva y la impersonal reflejas, de manera que cada apartado las describe dependiendo
de la peculiaridad que se focalice.
El segundo apartado versa sobre las peculiaridades de estas dos construcciones.
Se describirá su estructura sintáctica, así como los verbos que admiten ambas. La
diferencia entre la pasiva perifrástica y la pasiva con se no será soslayada.
El tercero intentará desambiguar el concepto de impersonalidad, tanto en la
impersonal refleja como en la pasiva con se, adentrándonos en esta última en la
polémica del denominado Complemento agente para demostrar la agentividad en la
construcción.
El cuarto se centrará en los requisitos que debe cumplir el sujeto pasivo de la
construcción refleja en relación con la determinación y el carácter animado o humano
de este mismo. Estos factores asimismo se verán vinculados con la preposición a y la
consiguiente trasformación del sujeto pasivo en CD de una oración impersonal.

4
Finalmente, el apartado quinto describirá un subtipo de oración pasiva cuyo
origen, en común con las oraciones que vendremos a analizar, se verá bosquejado
diacrónicamente en el capítulo sexto.

2. Estado de la cuestión: características fundamentales de ambas estructuras

Como señala la tradición gramatical, la estructura de la denominada pasiva


refleja consta de un verbo transitivo con el que concuerda en tercera persona el sujeto
gramatical, constituyente en el que recae la acción expresada por el verbo, más el clítico
se1. Esto permite la correspondencia de este constituyente con el de la función de objeto
directo en la correspondiente oración activa. A diferencia de estas, las impersonales
reflejas se construyen con un verbo y el clítico se. Este verbo puede ser copulativo (1),
intransitivo (2) o transitivo (3), pero con la imposibilidad de gozar de una flexión
variable: *Se hablan francés y alemán. Estos últimos ejemplos de verbos transitivos
configuran el contexto sintáctico donde radica mayor ambigüedad2.

(1) Cuando se es padre, se es feliz


(2) Cuando se triunfa en la vida; se sube alto o no se sube
(3) Se come mucha verdura en esta zona; se habla francés

La pasiva refleja alterna con la perifrástica o de participio desde el origen del


español, aunque hay un mayor empleo de la voz pasiva con su estructura refleja que con
la perifrástica, tanto en la lengua escrita como en la oral, siendo más natural y requerida
con ciertos tipos de verbos que no admiten la pasiva de participio, más restrictiva en

1
Es polémico el estatuto del elemento se. Sánchez López (2002: 138-140), en su estado de la cuestión,
recoge varias perspectivas de diferentes autores que no han logrado unificar la naturaleza del clítico en las
construcciones medias, pasivas e impersonales: aparece relacionado con las categorías de concordancia,
tiempo y aspecto, bien como afijo verbal, bien valiéndose de la teoría de prototipos (Vera Luján) o
manteniéndolo como pronombre de referencia indefinida. La RAE (2009) lo trata como pronombre,
distinguiéndolo del se paradigmático. Bosque y Gutiérrez Rexach (2011: 415) advierten que es «no
pronominal o ―más exactamente― característico de la "no persona", en tanto que no hay variación o
alternancia posible en la especificación del rasgo de persona que manifiesta». Gómez Torrego (2007), por
su parte, lo sitúa como mera partícula que vela el agente.
2
Mendikoetxea (1999b) apunta a una confusión entre el significado y la paráfrasis de construcciones
reflejas pasivas o impersonales con verbo transitivo. Por tanto, la interpretación activa o pasiva,
posibilitada por la indeterminación del agente, es debida a factores externos a la propia estructura formal.
Más específicamente, no se ha determinado el grado de implicación de este agente que las diferencie,
pues lo que interesa es la acción verbal y no el sujeto nocional. El Esbozo (RAE 1973: §3.5.6c) ya
propuso como único elemento desambiguador el contexto, ya que, desde la forma, ambas interpretaciones
son posibles.

5
este aspecto. Mendikoetxea (1992) y, fundamentalmente, Sánchez López (2002)
recogen los predicados verbales que pueden formar estructuras pasivo-reflejas y no, en
cambio, perifrásticas: los verbos ditransitivos (4), intransitivos con objetos cognados
(5), de movimiento con objetos locativos (6), verbos livianos (7) y de entendimiento,
lengua o sentido cuyo complemento es una oración (8).

(4) Se dio el paquete al encargado


(5) Se canta la canción con sentimiento
(6) a) Se corrieron unos cien metros
b) Se cruzó la calle
(7) A veces se dan buenos consejos
(8) a) Se comprendió que hay que cuidar el puesto de trabajo en estos
tiempos
b) Se dijo que había que traer impresos los ejercicios
c) Se quiso que viniera y no fue posible

Su origen común, las estructuras reflexivas, nos abre el camino de estudio hacia
un proceso en que el pronombre reflexivo se ha dado origen a estructuras sucesivas de
cada vez menor restricción gramatical en cuanto a la naturaleza de predicados,
iniciándose con las estructuras medias existentes en el latín (Sánchez López 2002: 123-
125).
Otra diferencia crucial entre ambas es la intencionalidad del agente: mientras
que en la pasiva refleja el agente es difuminado, la perifrástica necesita la explicitación
de los agentes determinados. No obstante, existe la pasiva perifrástica sin explicitación
del agente, casos como Fue hallada una niña de dos años, tratada más adelante.
Por último, la bibliografía escogida3 corrobora la naturaleza remática de la
pasiva refleja, lo que posibilita su validez para expresar juicios de valor general (9) o
para expresar instrucciones (10), en oposición al carácter temático de la pasiva
perifrástica con el sujeto en posición de tópico y su especialización para acciones de
carácter puntual.
(9) Las novelas se escriben combinando recuerdos
(10) El rebozado se hace con huevo y pan rallado

3
Básicamente, los textos escogidos: Mendikoetxea (1999b), Sánchez López (2002) y RAE (2009).

6
3. El concepto de impersonalidad

La oración impersonal con se y la pasiva refleja son consideradas,


tradicionalmente, como impersonales. El sentido de impersonalidad reside en la
desaparición del sujeto nocional, a saber, de aquel del que se predica la acción verbal.
Así pues, Se venden casas como Se quiere hablar siempre sobre política ocultan el
agente y únicamente mencionan la acción y la entidad que la recibe. No obstante,
siguiendo a Sánchez López (2002), hay medios que demuestran la existencia de un
agente implícito en la pasiva con se.
En primer lugar, la posible admisión de adverbios agentivos, adjuntos a la
oración, que hacen referencia a una entidad que lleva a cabo la acción manifestada (Se
analizó el poema atentamente); y, en segundo lugar, la expresión del agente implícito
mediante el SP adjunto, introducido por la preposición por. Este SP encuentra una
mayor resistencia a su anexión frente a la pasiva perifrástica en los casos en los que
designa individuos definidos, como se ejemplifica en (11) y (12) (Mendikoetxea
1999b).

(11) a)*Se solucionó el problema por el fontanero


b) Se solucionó el problema; lo solucionó el fontanero
(12) El problema fue solucionado por el fontanero

No obstante, debemos advertir que la aparición del adjunto4 en la pasiva refleja


queda limitado a documentos jurídicos y administrativos, donde recibe una
interpretación de instrumento o medio en oposición a la pasiva perifrástica, donde el
mismo SP suele recibir la función semántica agentiva de acuerdo con su interpretación
en la correspondiente activa. Y, de la misma manera, no es general la expresión de este
agente en la pasiva perifrástica (textos periodísticos).
Actualmente, los agentes introducidos por este SP «se refieren a entidades
abstractas, inespecíficas, o tienen interpretación de tipo» (Sánchez López, 2002: 61).
Por consiguiente, son designados difícilmente por singulares definidos, como observan

4
En español antiguo, era más laxo el uso de estos adjuntos agentivos de carácter definido, pero
predominaba, como en español moderno, cuando se trataba de complementos de entidades genéricas,
típicas o de grupo: La Sangre Preciosa del Divino Jesús que todos los días se ofrece por misioneros; este
código parece que se adoptó primero por los venecianos establecidos en Constantinopla, en RAE (1992).

7
Mendikoetxea (1999b) y la RAE. (2009), pues estos SSPP hacen referencia a colectivos
o instituciones:

(13) Se sostiene por el gobierno que el narcotráfico representa una amenaza para
el sistema

Finalmente, los sujetos gramaticales con temas semánticos de fuente o


destinatario de un verbo transitivo en la oración activa, como bien señala Cristina
Sánchez (2002), basándose en Mendikoetxea (1999b: 1683), no pueden explicitarse en
la correspondiente pasiva. Este es el caso de *Se recibió el premio por el ganador /El
premio fue recibido por el ganador.
Pese a que la pasiva perifrástica permite este adjunto (tradicionalmente
bautizado como complemento agente, si bien puede desempeñar otros papeles
temáticos: experimentante, fuente o destinatario), es usual en la prensa el uso de
estructuras pasivo-perifrásticas sin expresión del sujeto nocional («En una marcha
contra esta ley, el 19 de diciembre de 1986, fue detenido un grupo de manifestantes a
los que se tuvo preso [sic] un año».5
Cabe, por último y como variante de la preposición por, añadir el empleo de la
locución prepositiva por parte de como introductora de adjuntos que expresan causa: Al
no haberse concedido el indulto por parte de S. M. la Reina; Algo que se corta
bruscamente por parte de Julián).
En lo que respecta a las impersonales reflejas, la inespecificidad del sujeto
nocional viene dada por el empleo de la tercera persona, rasgo compartido con las
llamadas impersonales de sujeto inespecífico, y por el hecho de que se implica perder el
rasgo definido de la flexión verbal, de manera que no tiene referencia, como recoge
Sánchez López, aunque Bosque y Gutiérrez-Rexach (2011: 416) optan por la
concordancia del verbo de la impersonal con un pronombre nulo indeterminado o
genérico. En cualquier caso, las impersonales toman la referencia del contexto y, en
concreto, las reflejas, aunque incluyan o no al hablante (casos del tú genérico o uno, con
los que la referencia personal queda velada), no mostrarán una relación tan cercana
respecto a este como las opciones comparadas en (14) (Sánchez López 2002: 25); las
impersonales reflejas se distinguen así de las denominadas impersonales no reflejas de

5
Ejemplo extraído de Garaño y Pertot (2007: 293).

8
sujeto inespecífico, donde el hablante y oyente se excluyen: Llaman a la puerta (R.A.E.,
2009,§41.9). De cualquier manera, construcciones pasivas como Se agradecen tus
comentarios o Se le perdona todo con esa carita también ocultan al hablante con el
mecanismo de impersonalización.

(14) a) Siempre se quiere hablar sobre {uno / *sí} mismo


b) Siempre quiere hablar sobre {*uno / sí} mismo

A pesar de la relación entre las pasivas y uno, tanto el se como el indefinido no


son exactamente iguales semánticamente. Vera Luján (1990) advierte de que «uno
presupone un conocimiento de primera mano por parte del sujeto de la enunciación
respecto de lo enunciado» (15b), lo que conllevaría la alternancia con el femenino si
fuera emitido por una mujer (16a), mientras que se, en calidad de genérico, no poseería
tal relación con el enunciador (15a) y (16b).

(15) a) Se pasa mucho frío si se viaja en tren en invierno


b) Uno pasa mucho frío si viaja en tren en invierno
(16) a) Una intenta reivindicar {los derechos de la mujer / sus derechos}
b) Una intenta reivindicar {los derechos de la mujer / *sus derechos}

Las impersonales predican de entidades humanas6. Así pues, son gramaticales


secuencias como Se está tranquilo aquí; se habla francés en buena parte de África y no
otras como *Se ocurría lentamente (‘las cosas ocurrían lentamente’). Parafraseando a la
RAE (2009: §41.10), según la interpretación inespecífica de las impersonales reflejas,
estas pueden dividirse en dos grandes grupos: genéricas y existenciales. Las
impersonales genéricas (17) suelen verse favorecidas con tiempos imperfectivos
(presente e imperfecto) o verbos no perfectivos (*se explotó la bomba) y van
acompañadas de expresiones como generalmente, por lo común o habitualmente, entre
otras. Son parafraseables por expresiones genéricas como la gente, cualquiera o uno.
Las existenciales o episódicas (18) ―en común con Mendikoetxea (1999)― son

6
Se añaden aquellos usos en los que se incluyen entidades no humanas a las que se personifica o dota de
conciencia (un pato dijo a la vaca: “se nace, se vive y se muere sufriendo en esta granja”), y los que
animalizan (En esta casa, no se ladra) o cosifican (no se brilla demasiado en el panorama cultural con
esos trabajos) por metáfora respecto a los sujetos de los que se predica.

9
construcciones con tiempos perfectivos y el agente está en la mente del que habla, es
decir, un alguien al que puede desconocer o al que no puede identificar el hablante:

(17) a) En invierno, se duerme menos la siesta que en verano


b) Se trabaja en esta empresa concienzudamente
c) Si se es asaltado por la calle, se debe dar parte a la policía inmediatamente
(18) a) Se le recibió con plena cortesía
b) No se volvió a hablar de este asunto

Una característica de estas impersonales, compartida con las de sujeto


inespecífico y las genéricas con uno, es la necesidad de una locación o la descripción de
un estado de cosas (inductores de genericidad) que predican de la acción del verbo.
Consecuentemente, se establece una relación semántica que garantiza la validez
universal (Mendikoetxea, 1999: 1645-1946), como se ve en (19) y (20). En cambio, el
sujeto inespecífico no permite ser contrastado en las impersonales reflejas genéricas:
*En esa fábrica, se trabaja más que nosotros, frente a en esa fábrica, trabajan más que
nosotros (RAE, 2009: §41.10).

(19) a) Uno fuma mucho cuando está nervioso


b) Se fuma mucho {cuando se está nervioso / en este local / por placer}
(20) a) Fuman mucho cuando están de exámenes

4. El argumento interno

En condiciones normales, el sujeto gramatical de las pasivas reflejas debe


cumplir con un par de restricciones encadenadas. En primer lugar, la estructura pasivo-
refleja se concibe como inacusativa o de un solo argumento, el cual es interno al SV y
de inmediata rección estructural con respecto del núcleo predicativo, muy
probablemente por su naturaleza remática. En dicha posición estructural, este
constituyente no precisa una determinación concreta7 (puede ser un SN escueto: se
venden flores; inespecífico: Se busca una secretaria; un SN con determinación
indefinida: Se construyeron varios edificios o con determinación fuerte: Se

10
construyeron los edificios del ala sur), a no ser que se anteponga, por razones
discursivas, al SV, para lo cual debe acompañarle una determinación fuerte8 (Los
edificios se construyeron en abril), pues se concibe como tópico o foco. Algo parecido
ocurre en el siguiente par de ejemplos:

(21) #Los cocineros se necesitan con urgencia


(22) Los cocineros se necesitan con urgencia, pero las camareras no corren prisa.

Este tipo de construcción, como se deduce, corresponde a contextos marcados


donde prevalece una interpretación de tipo, lo que posibilita que el sujeto gramatical se
anteponga al SV por contraste con el segundo elemento y que, al ocupar la posición
prominente de sujeto sintáctico, se vea en la necesidad de determinación.
Debemos tener en cuenta, como describe Mendikoetxea (1999), que los sujetos
humanos no pueden ser definidos, sino que pueden no tener determinación o, en
cambio, tener una determinación débil como los indefinidos y numerales. Ejemplos
como (23) entran dentro de la pauta sintáctica refleja, pero no (24).

(23) a) Se busca camarero


b) Se buscan {varios camareros / cinco becarios}
(24) a) *Se buscan esos camareros
b) *Se contrataron los camareros

La razón se debe al cambio de interpretación suscitado en estas estructuras, bien


reflexiva, bien recíproca, dependiendo del número del verbo. Para evitarlo, recurrimos a
la pauta impersonal refleja con el SP introducido por la preposición “a”9. Por tanto, y
excluyendo los casos expuestos, el sujeto gramatical de las pasivas reflejas no puede ser
[+definido][+humano] (Sánchez López 2002: 55). No obstante, la RAE (2009, §41.12)
recoge que los sintagmas definidos con artículo podrán ser sujetos pasivos únicamente

7
Observado en la lectura de los textos recogidos en las referencias bibliográficas, fundamentalmente de
Mendikoetxea (1999) y RAE (2002).
8
Como afirma Mendikoetxea (1999), «En las oraciones pasivas con se es posible encontrar ejemplos de
sujetos antepuestos que carecen de determinante: ¡Cangrejos así de grandes se cogían en este río! ¡Pisos,
y no chalets, se vendieron! En ambos ejemplos el sintagma nominal antepuesto es un elemento
focalizado». Vemos que la anteposición se debe a razones discursivas.
9
La R.A.E. (1973: §3.5.6) explica el origen de la impersonal a partir de la construcción pasiva refleja. El
resultado es «una oración activa de sujeto indeterminado» con un CD preposicional y humano. El número
del verbo se hace invariable en tercera persona, ya que se rompe la concordancia.

11
si tienen una interpretación genérica o referencia débil, virtual (Solo se admitirán los
estudiantes que hayan aprobado el primer ciclo completo) o, asimilados a estos, puestos
o cargos (Todavía se tiene que nombrar el nuevo embajador del Perú), otorgando
importancia a la interpretación y no a la forma. Pese a ello, no es difícil encontrar
construcciones con el CD preposicional en tales casos:

(25) Todavía se tiene que nombrar al nuevo embajador


(26) Solo se admitirá a los estudiantes que hayan aprobado

De esto se deduce que la impersonal con se con verbo transitivo presenta un


paralelismo con la oración activa correspondiente, diferenciándose de la pasivo-refleja
en que la posición de más directa rección con respecto al verbo no es ocupada por el
sujeto gramatical, sino por el mismo CD de la activa: cfr. Necesitan a los cocineros con
urgencia / Se necesita a los cocineros con urgencia. En consecuencia, la estructura
pasiva refleja no puede formarse con verbos en activa con CD animados
preposicionales, pues obtendremos la construcción impersonal. Pero no solo la
preposición a impide la pasivo-refleja, sino todo verbo que rija otra preposición,
siguiendo con la descripción exhaustiva que realiza Mendikoetxea (1999), como sucede
con aquellos verbos que pueden introducir SSPP, además de SSNN (Se discutió sobre
varios asuntos / Se discutieron varios asuntos).
Como he tratado de hacer ver en este subapartado, un análisis más detallado del
complemento directo preposicional de la oración activa arrojaría luz sobre la confusa
variación y ambigüedad entre las pasivo-reflejas y las impersonales con se, análisis en el
que lamentablemente no podremos profundizar debido a la extensión limitada del
presente trabajo. Siguiendo a Torrego Salcedo (1999), se trata de un fenómeno complejo
que depende tanto de la naturaleza del verbo como de la de sus argumentos.
La autora destaca las diferencias al respecto entre los verbos transitivos según
rijan o no la preposición, a pesar de que también hay verbos que pueden llevarla. A ello
se suma la restricción de animacidad del CD preposicional (27) y la del sujeto (28), la
definitud del CD (a la que nos hemos referido anteriormente) y la especificidad de este,
la agentividad del sujeto (29) y la afectación del CD (30), así como las alternancias
léxicas (31), la preposición como elemento desambiguador (32), e incluso la telicidad
del verbo a la hora de imponer la preposición al complemento directo animado (33).
Véanse, a continuación, los ejemplos:

12
(27) a) Trajeron una maleta
b) *Trajeron a una maleta
(28) *La ópera conoce a muchos aficionados
(29) a) Este abogado escondió a muchos prisioneros
b) Esta montaña escondió (*a) muchos prisioneros
(30) a) Golpearon a un extranjero
b) *Golpearon un extranjero
(31) a) Perder algo
b) Perder a alquien
(32) a) Perseguía el guardia el ladrón)10
b) *Marta insultó un compañero)11

En lo que respecta a la restricción de animacidad que hemos mencionado, cabe


decir que no todos los CD humanos son preposicionales (33) y no todos los CD no
preposicionales son inanimados (34). Existen entidades inanimadas con una
transitividad atípica, empleando el término de Torrego Galcedo (1999) en ejemplos
tales como (35). Sí es cierto que es regular el empleo de la preposición con nombres de
persona o animales (36).

(33) Juan busca novia


(34) a) Veo el perro del vecino
b) veo al perro del vecino
(35) El adjetivo precede al sustantivo
(36) a) Veo a Marisa
b) Veo a Chispa

10
Carmen Pensado (1995) señala que el español tiene un orden marcado (sujeto –vbo–CD) a pesar de no
tener un orden fijo de palabras (Lo mismo hicieron las masas de Roma / Las masas de Roma hicieron lo
mismo) que favorece una primera interpretación de este tipo de oraciones ambiguas. En lo referente al
ejemplo, donde los posibles sujeto y objeto son internos al SV, entra en juego nuestro conocimiento del
mundo (es más común que un policía persiga a un ladrón y no a la inversa). Sin embargo, en estos casos
en los que la posición del sujeto y el CD no es mínimamente habitual, aumenta el uso de la preposición:
perseguía el guardia al ladrón / Perseguía el ladrón al guardia).
11
Torrego Salcedo (1999: §28.2.3) señala que los verbos télicos imponen la preposición, y por extensión,
los predicados terminativos, frente a los atélicos (las llamadas realizaciones). Estos, ejemplificado con el
verbo besar, participan en una alternancia aspectual según aparezca la preposición (besaron un niño /
besaron a un niño), caso en que individualizarían al objeto. La alternancia Conocer un músico y Conocer

13
Las características que se acaban de enumerar no se manifiestan individualmente
en las oraciones, sino que interactúan en la sintaxis oracional. Así pues, en la oración
(37), es obligatoria la preposición a pesar de que el objeto directo es indefinido, lo cual
determinaría una impersonal (Se encarceló a un narcotraficante) y no pasiva (#Se
encarceló un narcotraficante12), pues el objeto del verbo encarcelar debe ser humano;
en lo que respecta a (38), la lectura inespecífica, que tradicionalmente se vincula con un
complemento directo no preposicional, pesa menos que el rasgo humano que conlleva la
preposición a. Recuérdese, como recoge Fernández Leborans (2005), que la
especificidad y la individualización o definitud referencial solicitan un CD
preposicional; en cambio, la inespecificidad o no-individualiación del CD no impide la
presencia de la preposición.

(37) Encarcelaron a un narcotraficante (Torrego Salcedo 1999: 1782)


(38) Cuando se contrata a un trabajador por primera vez13

Por su parte, un nombre animado, pero no humano, puede, por razones


estilísticas entre otras, formar parte de un CD preposicional: Veo a un perro [ejemplo
extraído de Carmen Pensado (1995)]. Finalmente y de acuerdo con Carmen Pensado
(1995), el estudio del CD preposicional no debe quedar limitado por un corpus de
fuentes escritas (y añado, dentro de las fuentes escritas, que no se limite a publicaciones
periodísticas, literarias o administrativas, sino publicidad, comentarios de los
internautas y hasta redacciones de contenido de páginas oficiales), ya que «se puede
falsear la realidad del uso».
El ejemplo (38) constituye el contexto donde la ambigüedad entre pasivo-
reflejas o impersonales con se tiene lugar. Corresponde a argumentos internos al SV
animados e indefinidos con dos lecturas: indefinida y específica (Se busca a una
secretaria que contratamos el año pasado) e indefinida e inespecífica (Se busca una
secretaria que sepa francés), según si existe o no en el universo del discurso la entidad
que constituye el antecedente de la oración de relativo, lo que conlleva que el
antecedente denote un referente concreto que presenta las características que se

a un músico también se ve explicada por la interpretación del predicado con CD preposicional como
télico (Conocieron a un músico de Jazz en media hora).
12
Cabe la posibilidad de una interpretación marcada como reflexiva.

14
explicitan en la relativa (lectura específica) o que denote una clase en general (lectura
inespecífica). La especificidad, consiguientemente, establece una pauta para la aparición
del CD preposicional, lo cual posibilita una u otra.
Compárense los ejemplos (26) y (38). Como hemos apuntado, (38) señala una
extensión del régimen preposicional del verbo con respecto al rasgo [+humano], forma
marcada, ya que la débil referencialidad no implica un CD preposicional. En el caso de
(26), el CD preposicional no entraría en conflicto con el contexto de baja referencia que
se plantea. Conllevaría, igualmente, una extensión del régimen preposicional del rasgo
[+humano], que se añadiría al carácter referencial no individuado que pueden asumir los
SSNN definidos en contextos de opacidad (inducida por el futuro), como bien explica
Pérez Saldanya (1999) con SSNN definidos con relativas en subjuntivo: Me compraré
la chaqueta de lana que más me guste, si es que hay alguna que me guste. Así pues, la
oración (26) vendría a denotar el conjunto de individuos que responden a una
descripción.
Para finalizar, debemos tener en cuenta las peculiaridades léxicas de los verbos.
Carmen Pensado, en su estado de la cuestión, esboza de manera sencilla la restricción
del complemento en la rección verbal. Saludar, frente a comer, tienen CD de persona, y
extienden el empleo de la preposición en usos marcados con complementos inanimados
(39). Sin embargo, los verbos que suelen regir CD inanimados pueden o no tener un CD
preposicional con rasgo humano (40). Torrego Salcedo (1999: 1800) analiza este último
ejemplo de acuerdo con la agentividad del sujeto, es decir, el acero del enemigo «es el
causante de la acción, pero no es semánticamente el que ejecuta la acción de segar».

(39) Saludar a los lirios con los versos de Mayo


(40) El acero del enemigo… había segado veinte mil campeones castellanos

Pensado evidencia el comportamiento de ciertos verbos junto con CD expresado


por SSNN singulares o plurales escuetos (tomar esposa, enviar emisarios, reclutar
soldados…) que guardan entre sí una relación semántica que consideramos próxima a
las colocaciones. RAE (2009) explica la alternancia de la preposición en estos verbos
señalando la posibilidad de que su CD refiera a individuos o a cargos. Mendikoetxea

13
Ejemplo extraído de Anónimo. “Claves de éxito para contratar un trabajador”, [en línea]. No indicado,
10/ 03/2014, [25/06/2014]. Disponible en la web: http://www.infoautonomos.com/informacion-al-
dia/gestion-empleados/claves-de-exito-para-contratar-un-trabajador/

15
(1999), por su parte, recoge estos mismos verbos (nombrar, elegir, reclutar,
sobornar…) como transitivos cuyo objeto siempre es de persona, pero con la
característica notable de que no requieren la preposición cuando el CD no tiene
determinante. De esta manera, obtenemos dos estructuras con estos verbos (41). No
obstante, la autora acepta la secuencia Se reclutó soldados, debido a esta no
obligatoriedad de la preposición.

(41) a) Se reclutó a soldados


b) Se reclutaron soldados

Este último ejemplo suscita un tratamiento polémico. Bosque y Gutiérrez


Rexach (2011: 419) declaran que la pasivo-refleja y la impersonal refleja confluyen
cuando el argumento interno es indefinido (42). Nos encontramos sin duda en una
encrucijada: podemos optar por un criterio normativo por el cual la variante concordada
(pasiva refleja) es la correcta (RAE 2009: §41.12)14 o tratar de describir estas
construcciones que, por ejemplo, Mendikotexea (1992: §26.3.2.2) incluye como
variantes de la pasiva refleja, sujetas a un cúmulo de factores más allá del de la mera
posposición del sujeto.

(42) a) Se busca secretarias con experiencia


b) Se buscan secretarias con experiencia

Esta autora añade que son más usuales las no concordadas con SSNN plurales
sin determinante Se necesita aprendices; Se alquila cuartos), posiblemente por su
posposición (*Aprendices se necesita aquí). Asimismo, el aspecto imperfectivo facilita
la ausencia de concordancia (Se vende libros/*Se vendió libros), al igual que la
introducción de elementos entre el verbo y el sujeto (Se veía a un lado y al otro del
camino las mansiones señoriales de familias venidas a menos). Reconoce, por último,
una relajación en la concordancia en los verbos modales y en las perífrasis aspectuales
(Se puede pagar los envíos por medio de un cheque y Se ha empezado a construir las
vías férreas para llevar el AVE a la frontera).

14
Si bien la RAE (2009: §41.13) opta por la concordada como forma preferible para los SSNN definidos
humanos, admite ambas (Se {firmarán~firmará} los acuerdos en los próximos días) para los SSNN

16
Los SSNN nominales indefinidos y humanos no son el único motivo de
discusión. La pronominalización del argumento interno conllevaría una doble
interpretación de oraciones como (43), ejemplo de Vera Luján (1990). Gómez Torrego
(2007), aunque de un modo normativo, señala el uso de «oraciones impersonales en
ciertos contextos donde en España usamos pasivas reflejas. Ejemplo: Los resultados se
los conoció mucho antes (en España decimos: los resultados se conocieron)». La RAE
(2009: §41.12) también recoge este uso de los clíticos correferentes con SSNN no
animados en alternancia con la correspondiente pasiva (44), un uso que no queda
limitado al área hispanohablante: Las cosas difíciles parecen posibles en cuanto se las
piensa un poco, pero se hacen imposibles si se las piensa de más15.

(43) a) Se acuñó entonces una medalla curiosa


b) Se la acuñó
(44) a) Si se lo usa mal
b) Si se usa mal

Oraciones como Se venden casas tienen un sujeto en posición posverbal, propia


del CD, sin determinación, y además, este sujeto no desempeña el papel de agente, sino
de paciente de la acción del verbo. Estos factores contribuyen en gran medida a la falta
de concordancia con el verbo16, rompiendo consecuentemente con los patrones
sintácticos que hemos visto al inicio de este tema: ¿es una construcción pasivo-refleja
no concordada, lo cual incurriría en una contradicción terminológica o es el estadio en
que devendrá la pasiva con se en su proceso de gramaticalización, aún en vigencia?
Al margen de la (a)gramaticalidad de la variante pasiva no concordada, sí es
unánime, tomando como ejemplo RAE (2009: §41.12), la consideración como
incorrectas de construcciones del tipo: Se premiaron a los mejores alumnos, Se buscan
a los mejores culpables, aunque sí fueran frecuentes en la lengua antigua.

definidos inanimados. También reconoce que la falta de concordancia se produce con el verbo en presente
y en determinados ámbitos textuales (prensa, publicidad).
15
Ejemplo extraído de RAE (2009), perteneciente a su vez de Javier Marías (1999).
16
La ruptura de la concordancia del sujeto posverbal respecto con respecto al verbo en oraciones activas
no aparece registrada en la NGLE, salvo la producida en contextos de concordancia de sintagmas u
oraciones que reciben la función sintáctica de sujeto.

17
5. Medio pasivas y medio impersonales

Las construcciones medio-pasivas y medio-impersonales tienen, en esencia, la


misma configuración sintáctica que las pasivo-reflejas e impersonales, pero se
diferencian crucialmente de estas últimas en su interpretación. Las construcciones
impersonales con se y pasivas reflejas que hemos estudiado hasta el momento denotan
procesos o eventos que tienen lugar en un momento determinado (45a), por lo que
permiten expresiones temporales que lo expliciten. En cambio, las construcciones
medio-pasivas y medio-impersonales denotan propiedades, es decir, poseen una
interpretación estativa, y por consiguiente, no eventiva (45b). Así pues, compárense
estas dos oraciones impersonales:

(45) a) Se engañó a Juan para que no sufriera [y no entiendo cómo. ¡Si es muy
listo!]
b) A Juan se le engaña fácilmente

Las medio-pasivas y medio-impersonales denotan propiedades del sujeto


paciente o del CD, respectivamente. De acuerdo con Mendikoetxea (1999b),
consideraremos este tipo de oraciones estativas como subtipo de oraciones pasivas e
impersonales. Sin embargo, según manifiesta su denominación, en ellas está contenido
un sentido medio, lo cual ha favorecido su tratamiento junto con las oraciones
incoativas17 (46) por esta autora.

(46) La puerta se abrió

La tradicional voz media se caracteriza por que la acción verbal se desencadena


en el sujeto gramatical, en el cual tiene su origen y su desarrollo. No hay desacuerdo en
la bibliografía en lo referente a su naturaleza: son construcciones que contienen verbos
de cambio de estado (47a), de posición (47b), de reacción emocional (47c) y verbos
pronominales puros (47d).

(47) a) El plástico se derritió

18
b) El pesquero se hundió
c) Telesforo se enfurece por cualquier cosa
d) Se queja siempre cuando va en coche

En estas oraciones, en las que no entraremos en demasiado detalle, el sujeto


gramatical resulta afectado por la acción del verbo, correspondiéndose con el objeto
semántico o nocional de los verbos transitivos. La llamada alternancia causativa
corrobora el vínculo del sujeto de la construcción media (CD en la oración transitiva
correspondiente) con el papel semántico de tema u objeto afectado, ya que, según
explica Mendikoetxea (1999a: 1590), entre otros autores, se trata de «un proceso de
‘detransitivización’ o ‘decausativización’»: la causa externa, expresada por el sujeto
gramatical de la oración transitiva ((47), variantes transitivas de 48(a, b y c)), no se
manifiesta; consiguientemente, el objeto nocional pasa a construirse como sujeto
gramatical:

(48) a) El fuego derritió el plástico


b) El temporal hundió el pesquero
c) Casimiro enfurece a Telesforo siempre que puede

Se destaca la naturaleza del sujeto gramatical afectado como peculiaridad


compartida con la pasiva refleja y la medio-pasiva. Estas tres son estructuras
inacusativas, en tanto que el sujeto, como reiteramos, se define como objeto nocional.
Véanse los siguientes ejemplos de Mendikoetxea (1999b: 1654):

(49) a) El bosque se quemó [voz media]


b) En verano los bosques se queman fácilmente [medio pasiva]
c) Se quemaron los bosques para acabar con la plaga [pasiva]

Ahora bien, la diferencia entre las tres es la siguiente. Las oraciones pasivas
(49c) expresan una acción en la que un sujeto agente no manifestado puede aún
rastrearse (véase §3). Las oraciones medio-pasivas no son eventos, como las anteriores,

17
Nombre elegido por Mendikoetxea. A pesar del sentido laxo de la voz media en la tradición
(Mendikoetxea 1999b: 1654) y Sánchez López (2002. 75), Sánchez López se decanta por el término voz
media.

19
sino que la acción expresada se predica del sujeto para caracterizarlo; por consiguiente,
el sujeto nocional no aparece ni puede ser implícito (49b). Finalmente, las
construcciones medias, como acabamos de ver, son procesos derivados de verbos de
cambio y no tienen una naturaleza estativa como la segunda, pues son procesos que se
desarrollan en el objeto nocional, coincidente con el sujeto gramatical (49a).
De igual manera, el concepto de propiedad vincula este tipo de estructuras. De
acuerdo con Sánchez López (2002: 132), en la oración anticausativa o de voz media, las
propiedades intrínsecas del sujeto provocan un cambio en él mismo, mientras que, en la
medio-pasiva, el predicado verbal denota las propiedades de clase a la que pertenece el
sujeto. Por consiguiente, «en ambos casos, el sujeto está a caballo entre una
interpretación semi-agentiva o de causa interna (características de las construcciones
medias) y una interpretación de paciente (propia de las pasivas)».
A continuación, haremos una breve descripción de las peculiaridades de las
medio-pasivas con se y las medio impersonales. Como se puede observar en (45a) y
(45b), las medio-impersonales (y también medio-pasivas) no son compatibles con
tiempos perfectivos, ya que estos tiempos rechazan la interpretación genérica o
atemporal.
Siguiendo a Sánchez López (2002), aunque esta autora se centra en las medio-
pasivas, podemos señalar que la interpretación de propiedad en ambas construcciones
no es compatible con estos tiempos a los que acabamos de aludir (50a), con perífrasis
progresivas (50b), con imperativos (50c) ni oraciones de infinitivo con función de
predicativos orientados al CD (50d).

(50) a) ?El suelo se ha lavado fácilmente


b) #El suelo se está lavando
c) Suelo, ¡lávate!
d) Veo al suelo lavarse fácilmente

El sujeto gramatical o el CD preposicional, ya sea pasiva refleja o impersonal


con se, se anteponen en el caso de estas construcciones medias, ya que son temas o
tópicos oracionales. Ahora bien, anteriormente vimos que el sujeto humano de las
pasivas reflejas no podía tener una determinación fuerte. Las oraciones con sujeto
paciente antepuesto recibían una interpretación marcada como recíproca (24b) o como
tipo (22).

20
Según Mendikoetxea (1999b: 1658), una oración medio-pasiva del tipo (51), con
sujeto sin determinación, resultará anómala, es decir, no podrá tener tal interpretación, si
subordina a una oración causal que refuerce su valor de propiedad. Por consiguiente, la
determinación está estrechamente vinculada con la posición preverbal del sujeto.

(51) #En esta tintorería, se lavan camisas fácilmente porque son de algodón

Por lo que respecta a las restricciones del objeto nocional de ambas


construcciones, Mendikoetxea (1999b: §26.2.2.3) evidencia una distinción que las
diferencia. Según esta autora, las oraciones medio-pasivas generalmente tienen como
objeto nocional o semántico una entidad inanimada; por el contrario, las medio-
impersonales predican de entidades animadas. La autora basa su análisis en la
posibilidad que tienen algunos verbos como temer o detestar de formar oraciones
medio-impersonales, pero no medio-pasivas, en relación con el rasgo animado. En la
oraciones transitivas de (52), si el objeto nocional posee este rasgo, posibilita la
construcción medio-impersonal, dado que las cualidades del objeto «participan de una
forma activa en la consecución de la acción». Si el objeto es inanimado (52b), el peso de
las propiedades semánticas del experimentante en la acción impedirían la desaparición
de este argumento, es decir, no facilitarían la interpretación media. Véase con los
ejemplos aportados por la misma autora:

(52) a) La gente teme a los ogros


b) La gente teme las guerras
(53) a) A los ogros se les teme con intensidad
b) *Las guerras se temen con intensidad

No obstante, Mendikoetxea (1999b: 1662) no niega la existencia de medio-


impersonales con objetos inanimados (A las guerras se las teme con intensidad). Según
esta autora, se trata de animizaciones del objeto nocional y apunta a la extensión de la
proposición a objetos inanimados. Es un ejemplo más que muestra la vacilante
alternancia de la presencia de la preposición en el CD.
Negroni (2002) y Sánchez López (2002) señalan la íntima unión de estas
peculiares pasivas con un valor modal. Para Negroni (2002: 286-290) y de acuerdo con

21
lo que hemos dicho, (54a) y (54b) se diferencian de acuerdo con la interpretación
estativa y eventiva respectivamente.

(54) a) Esa casa se vende fácilmente


b) Esa casa se vendió fácilmente [y todavía no lo puedo creer]

Y la lectura estativa de (54a) es acorde, para la autora, con paráfrasis como es


fácil de vender, es fácilmente vendible o es de fácil venta, ya que denotan propiedades
inherentes del sujeto gramatical. Por el contrario, las estructuras eventivas (45a) y (54b)
permiten expresiones como las añadidas entre corchetes, las cuales ponen en duda o
niegan (si añadimos concesivas del tipo aunque en general no es así) el proceso o
evento que se predica del sujeto.
En relación con esto último, Negroni, en esas mismas páginas, señala cuáles
pueden ser los contextos en los cuales (54a) puede admitir expresiones como Y todavía
no lo puedo creer o Y eso me sorprende. Un caso es la interpretación iterativa (55),
ayudada por el adverbio temporal; otro es la polifonía textual (56), es decir, una
situación «en la que el locutor L1, responsable del enunciado, hace mención de las
palabras de otro interlocutor (L0 = Esa casa se vende fácilmente) pero sin hacerse cargo
de ellas».

(55) Esa casa siempre se vende con mucha facilidad y no entiendo cómo
(56) Esa casa se vende fácilmente, dicen, (y no entiendo cómo /y eso me
sorprende /y todavía no lo puedo creer

El adverbio fácilmente, tan empleado en cada uno de los ejemplos, puede


determinar la interpretación medio-pasiva o medio-impersonal, como se ha podido
observar. No obstante, Negroni (2002: 294-298) aporta un ejemplo para demostrar que
la presencia de adverbios de manera no es una característica restrictiva de este tipo de
construcciones. En palabras de Sánchez López (2002: 65), quien sintetiza esta cuestión
en la introducción de su libro, «tales modificaciones parecen únicamente prescindibles
cuando la propiedad descrita por el predicado afecta al nombre en cuanto denotador de
una clase». Así pues, en (57), la diferencia estriba en que, en (57a), el predicado
«describe la clase a la que está adscrito el sujeto» mientras que, en (57b), el predicado

22
denota que, de entre ese conjunto o clase, una entidad tiene la propiedad expresada por
el adverbio para cumplir con la propiedad del conjunto o clase:

(57) a) La silla se pliega


b) La silla se pliega fácilmente

Ahora bien, no siempre pueden originarse estos pares mínimos. En lo que


respecta a (57), las sillas pueden ser plegables o no serlo, pero los libros no pueden no
ser leíbles (58), sino fáciles o difíciles de leer. La propiedad de ser leído es inherente a
un libro, de ahí que (58b) responda a contextos marcados en los que, como expresa
Negroni, una entonación diferente sugiera una interpretación de propiedad,
parafraseable por El libro es muy leíble:

(58) a) El libro se lee con dificultad


b) # El libro se lee

Para concluir, anteriormente distinguimos las oraciones medio pasivas de las


pasivas reflejas según su interpretación estativa o eventiva respectivamente, pero ¿entra
también en juego el aspecto léxico del predicado verbal en lo referente a la creación de
oraciones medio pasivas? Según González Vergara (2006: §5.3), apoyándose en Feliú
Arquiola (en prensa) todas las clases de predicados, exceptuando los que denotan
estados, pueden dar lugar a oraciones medio pasivas y añade que los verbos de
percepción ver y oír tienen propiedades compartidas con los eventos, puesto que
también posibilitan oraciones medias como (59). Saber, para estos autores, estaría
excluido (60).

(59) Los agujeros negros no se ven


(60) *Las tablas de multiplicar se saben fácilmente

Por su parte, Cristina Sánchez (2002: §2.3.2), basándose en Mendikoetxea


(2000), concluye que únicamente las realizaciones pueden constituir oraciones medio
pasivas, como ocurre en lenguas como el alemán o el inglés. Sin embargo, los ejemplos
que proponen con los verbos de percepción anteriormente citados son dudosos:

23
¿presentan solamente una interpretación eventiva como pasivas reflejas o hay en ellos
una lectura de propiedad?

(61) La torre Eiffel se ve desde lejos


(62) A las sirenas se las oye desde aquí

Finalmente, compárense (60 y (63). Es unánime, como hemos dicho, que los
estados no pueden construir oraciones medio pasivas, pero ¿por qué resulta gramatical
(63)? La respuesta nos la ofrece Sánchez López (2002: 118): «la existencia de un estado
final en el objeto que de alguna manera depende de la responsabilidad del agente y que
también implica un cambio en el estado de éste. Saberse la lección [...] implica un
proceso cuya culminación es tener la lección aprendida». El verbo saber en Saber
matemáticas y Saberse la historia de España es el mismo, solo que en el segundo caso
es coaccionado aspectualmente por el llamado se aspectual, convirtiéndolo en una
realización.

(63) La historia de España se sabe bien o no se sabe

6. Breve origen de la pasiva refleja e impersonal

Debido a la extensión limitada del trabajo y a la difícil tarea de sintetizar los


aspectos fundamentales que diferencian ambas estructuras en el marco sincrónico, nos
vemos obligados a ofrecer un breve recorrido desde el se reflexivo que, aunque somero,
sí estimamos suficiente para aportar al lector la idea de continuum, aún en
gramaticalización.
Bogard Sierra (2006: 779) y Mendikoetxea (1999b: 1649) coinciden en afirmar
que el clítico podía expresar ya en el latín otros valores a parte del de reflexivilidad18.
Parafraseando a Sánchez López (2002: 124-133), quien sigue a Dahlén (1964: 111-122),
en latín arcaico existían construcciones medias con el uso pleonástico del pronombre
personal que, más tarde y por analogía, extenderían su uso a otros verbos,

18
Estos valores marcados de los que estamos hablando varían en ambos autores. Para Mendikoetxea, el
clítico aportaba en latín nociones «de reflexividad, medio de interés y reciprocidad»; en cambio, Bogard
Sierra señala que el clítico podía asumir, además del valor de reciprocidad, un empleo como elemento
enfático y uno impersonal.

24
mayoritariamente a los de movimiento y a los de cambio de estado. En este segundo
tipo, el empleo del reflexivo alcanzó el sujeto no animado ―Neque herba nascetur,
neque lutamenta scident se (Dahlén 1964: 111-122)―, desde las cuales se extendió este
proceso hasta la aparición de las impersonales y de las medio-pasivas (estructuras de
valor modal cuyo predicado denota una propiedad del sujeto; por tanto, no agentivas,
sino estativas). En ello confluyen dos factores:
Uno es la naturaleza intransitiva que asume la estructura pronominal (como ya
señalamos, el uso pleonástico del pronombre, usualmente en dativo), que asumió un
valor medio debido a que en latín se asociaba la voz media con construcciones
sintácticamente intransitivas. Asimismo, los verbos deponentes poseían la misma
naturaleza intransitiva y el mismo valor medio.
Como segundo factor, la desaparición de la morfología deponencial (mecanismo
que convivía con el pronombre pleonástico y compartía su uso) trajo consigo la
especialización pasiva de la pasiva perifrástica y favoreció la herencia del contenido
medio por la reflexiva, tanto en sujetos animados (pues, en estos contextos, recae en el
sujeto parte de una acción que tiene su origen y su desarrollo en él), como inanimados
(cambio espontáneo en el sujeto —causa interna, pues es aún participante activo—
proveniente de las cualidades intrínsecas del mismo).
La estructura media con sujetos inanimados sufre un reanálisis por el cual se
reinterpreta como medio-pasiva, es decir, este cambio al que nos hemos referido se
concibe como una propiedad que se predica del sujeto (este sujeto ya no es participante,
como hemos visto) de forma permanente o atemporal, de modo que solo es compatible
con el presente o el imperfecto, que posibilitan una interpretación genérica. Cuando la
acción se entiende como perfectiva, la construcción pierde su sentido medio-pasivo.
La impersonal con se supuso un avance en la evolución del reflexivo: el sujeto,
su único argumento, pasó a ser complemento producido por la pérdida de la
concordancia, y así arrojaría luz a las pasivas reflejas con sujetos animados, pues, a
pesar de no concordar el verbo y el argumento interno, los hablantes recurrieron a la
preposición: Se cree a los mágicos (Monge 1955). Sin embargo, pese a que se
documentó por primera vez en el siglo XIII ―E si se cree los mágicos, expellen las
tempestades con el cerco de aquesta e contrastan a los relámpagos y rayos [Monge
(1955: 373)]―, aún en el siglo XVII, como supone Sánchez López, la forma sin
concordar no había calado en la lengua escrita, bien porque no fuese aceptada esta
construcción ―plenamente viva en la oralidad― en los textos literarios o bien por ser

25
poco natural a ojos de los escritores del momento. Bogard Sierra (2006: 811), en su
anαlisis del corpus de textos comprendidos entre los siglos XII y XVI, encuentra tan solo
un ejemplo datado del siglo XII (63), aunque existen otros dos más (64), estos del siglo
XVI. El autor señala que estas construcciones, aun en el siglo XVI, resultaban extrañas.

(64) Por el escudo de cristal de Pallas entiende se los cuatros saberes del
quadruuio, que enssennan al omne la razon poro aprende departir las cosas
qual es cada una (Solalinde, Kasten y Oelschläger 1957)
(65) a) Y porque entre esta Nueva España y provinçias a ella comarcanas y tierra
firme e Higueras concurren governaciones e más, que se cree que vuestra
majestad divjdira de la de aquj de Temistitan a Panuco y Guatimala y
Guaçacualco, que se puede bien hazer y divjdir estas governaciones pues ay
tierra para todas (Company 1994)
b) passauamos por las plaças do se vendia pan y otras provisiones (Madison
1987)

En cuanto al origen de las impersonales reflejas, se han postulado dos posibles


caminos. Podemos considerarlas como último estadio de la evolución del reflexivo,
derivadas de las estructuras pasivo-reflejas, como explica brevemente Mendikoetxea
(1999b: 1649). Estas construcciones entrarían en conflicto con las reflexivas o
recíprocas en los casos de sujeto definido y humano, por lo que se emplearía la
preposición a como elemento imposibilitador de concordancia entre el verbo y su sujeto
posverbal. Sin embargo, Monge les atribuye un origen paralelo al de las pasivas: en las
estructuras medias con sujeto animado, es inviable que el sujeto sea el afectado y, a la
vez, la causa interna, de manera que vendría a analizarse como CD.
Funcionalmente, el pronombre se ha variado poco, de manera que actualmente
mantiene las mismas funciones que en el siglo XII, según afirma Bogard Sierra (2006:
§9.6). No obstante, este autor ha dado cuenta de que el empleo de la pasiva refleja se
cuadruplicó (15,3%) en el siglo XIV y que alcanzó el 27,2% en el siglo XVI, en
comparación con el porcentaje de aparición en textos del siglo XII (un 3,8%). Para
Bogard (2006: 854), este incremento coincide con la disminución del uso pronominal
con valor de reflexivo o recíproco (de un 25% en el XII a un 16, 5% en el XVI).

26
7. Conclusiones

Con el presente trabajo, se ha pretendido ofrecer al lector una visión de la


enorme complejidad actual de discernir las oraciones pasivo-reflejas de las impersonales
con se. Estas dos estructuras nacieron del pronombre reflexivo y, a pesar del origen
derivado de la impersonal (SSNN definidos y humanos), hoy en día compiten por la
extensión de la estructura impersonal a otros contextos sintácticos, como bien ilustran la
alternancia de la preposición en la rección del verbo, la pérdida de la concordancia en el
orden V(erbo)-S(ujeto) o la pronominalización.
El complemento directo influye decisivamente en la dicotomía entre ambas. De
la misma manera, la presencia, seleccionada o no, e incluso posible en contextos de baja
referencialidad, donde la especificidad entra en juego (entre otros factores), producen
oscilaciones que no son más que, una vez más, pruebas de una gramaticalización
inacabada que dificulta un estudio rigoroso y simplificador.
Por otro lado, el estudio del se no debe incurrir en una clasificación
desintegradora. Hemos dado cuenta de la estrecha relación entre la anticausativa, la
medio-pasiva y la pasiva refleja, siendo la segunda un estadio intermedio en torno al
concepto de propiedad.
Para finalizar, sí es observable, personalmente, dos patrones de comportamiento
distintos que no han de por qué ser opuestos desde el estadio pasivo-reflejo, bien a una
impersonal con se o bien a lo que parece ser tratado como subtipo de pasiva refleja. Un
caso es el de la extensión de la preposición a en uso marcado de rasgo de persona (típica
relación estructural del verbo transitivo con el argumentos directo, es decir, X algo o a
alguien, tal que X es un verbo), que podría ser la causa de híbridos (Se necesitan a
varios camareros). El otro es la falta de concordancia debido a la posposición del sujeto
la que, independientemente del origen, produce alteraciones aún no aceptadas
unánimemente por la comunidad de hablantes (Se vende casas).

27
8. Referencias bibliográficas

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