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Juicio moral es un acto mental que permite diferenciar entre lo correcto o incorrecto. Es
una valoración que la persona realiza frente a una acción juzgando si es buena o mala.
En principio es en el hogar en donde enseñan cuales son los valores morales, luego las
instituciones educativas y por último el medio ambiente que nos rodea. Asimismo, el juicio
moral se va formando en base a las experiencias vividas de cada persona que van
evaluando lo que es correcto dentro de una sociedad, por medio del juicio moral se
establece si una acción carece de principios éticos o contraría a los mismos.
El juicio moral está comprendido por 3 elementos; el objeto está referido por la conducta
elegida por el sujeto, las circunstancias es el grupo de condiciones que acompañan el
acto y la intención es aquello por el cual el hombre realiza una determinada acción.
La moral en filosofía intenta formular una teoría del comportamiento humano y analizar las
razones que se tienen al actuar, es decir, la moral busca elaborar un sistema comprensivo
de principios que guie las acciones del hombre, de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto,
de lo correcto o incorrecto. La moral filosófica la posee aquel que actúe acorde a unos
principios filosóficos y no el que hable de una forma y actúa de otra.
Juicio ético
De allí que el juicio ético sea una herramienta fundamental para la toma de decisiones,
especialmente cuando necesitamos optar por la más acorde en relación con aquello en
que una sociedad se identifica con lo bueno o lo malo.
La importancia de desarrollar la capacidad para el juicio ético radica en que nos posibilita
discernir de manera más eficiente las razones que justifican nuestras decisiones, así
como comprender mejor dónde se encuentra el problema ético y cuál es su solución más
adecuada.
Ejemplos de juicios éticos los encontramos a lo largo de nuestras vidas. Por ejemplo, en
la escuela nos forman para hacer juicios éticos en relación con aquellas acciones que
convengan mejor a nuestros propósitos de ser personas honradas y honestas. De allí que
hacer carrera en el mundo del crimen o del narcotráfico sean opciones frente a las cuales
nos enseñan a reflexionar sobre las consecuencias que acarrean. En ese sentido, un
juicio ético establecería que el crimen tiene consecuencias atroces en nuestras vidas y las
vidas de nuestros seres queridos y, en consecuencia, por nuestro bien y el de nuestros
más cercanos, no debemos contemplar esa opción.
El juicio ético y el juicio moral son cosas diferentes. Mientras que el juicio ético supone la
consideración razonada de las consecuencias éticas de una acción, determinación o
conducta, en relación con el sistema de valores y reglas que una sociedad comparte;
el juicio moral se refiere más bien a la facultad de juzgar y valorar una acción,
determinación o conducta, en función de si es correcta o incorrecta y de si sus
consecuencias son buenas o malas. En este sentido, el juicio ético se enfoca en el
raciocinio, en la capacidad para reconocer un dilema ético y para determinar cuál es la
manera más correcta de actuar en relación con nuestro sistema de valores y con las
alternativas que poseemos, mientras que el juicio moral se limita a hacer valoraciones
positivas o negativas en torno a acciones o conductas.