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Espiral descendente: inicio, permanencia y cronicidad.

“La teoría de la desviación sostiene que los individuos “homeless” presentan un modelo de
conducta retraído como resultado de las tensiones que provoca la no-adaptación a normas y
valores que hacen a la integración y al correcto funcionamiento social. Así, se señala que estas
personas transitan por experiencias disfuncionales y traumáticas que finalizan en un estado de
retraimiento o desprendimiento (detachment). Desde la perspectiva interaccionista de la
desviación, se señala que el problema se desplaza al plano entre al plano entre el individuo
etiquetado de esa manera y quien aplica dicha etiqueta.” (Esto estaba en una nota al pie)

La persona etiquetada como desviada por los “agentes de control” ve alterada su identidad, es
excluido del acceso a oportunidades y de esta forma se promueve la reiteración de dicha
conducta.

Algunas investigaciones sostienes que los que comienzan una trayectoria de calle van aceptando
esa situación, adaptándose a la calle como “forma de vida”, y terminan en una cronicidad.

Ciertas “fuentes de tensión” (puede ser problemas familiares, económicos, psiquiátricos,


adicciones) causan el alejamiento de adolescentes de sus hogares desde edades muy tempranas.
Empiezan con trayectorias intermitentes de calle y terminan en una cronicidad.

Se identifican tres fases: primero, al encontrarse en situación de vulnerabilidad, van y vienen de


sus hogares; luego hay un alejamiento de sus vínculos en el hogar y esporádicamente duermen a
la intemperie; por último, se reduce la posibilidad de realojarlos y aumenta el riesgo de situaciones
delictivas o adicciones.

A este proceso se le llama “proceso de espiral descendente” con tres fases: inicial, intermedia y
tardía; o de corto plazo, largo plazo y cronicidad. Al adaptarse a la calle, el sujeto construye
“vínculos de calle” que cumplen una función social, psicológica e instrumental. Esto reduce las
posibilidades de salir de la situación, ya que participan de una subcultura donde encuentra
beneficios (justifica y afianza su conducta desviada, facilita el acceso a soluciones prácticas,
comparten un sentido de destino y problemas en común).

Otros trabajos señalan que hay cuatro “carreras” posibles: 1) tiempo breve en las calles, 2) de
carácter episódico, 3) integración permanente a un nicho institucional fuera de la sociedad
convencional (liminal plateau / meseta), 4) tiempo prolongado (años o décadas) pero volviendo
luego a la sociedad convencional. El patrón más común es el de episodios repetidos de situación
de calle. Estos estudios señalan que el hecho de atravesar en algún momento de sus vidas una
situación de calle no significa indefectiblemente terminar en una cronicidad. Si existen alternativas
concretas de volver a un alojamiento convencional, prefieren salir de la calle.

Estudios más recientes muestran que estos episodios de dormir en la calle pueden ser un único
aspecto de una situación de la que el sujeto entra y sale, sumada a otras circunstancias de vivienda
inseguras.

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