Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Resumen: En este
texto se asiste a un diálo-
go entre dos autores:
Paul Ricoeur y Paulo
Freire. Lo que se pre-
tende es acercar el concepto de
identidad narrativa de Ricoeur a
la importancia que Freire con-
cede a contar la propia historia.
En esa línea, se revisa el modelo
educativo comunicacional di-
alógico propuesto por el educa-
dor brasileño y se retoman los
conceptos de identidad, concor-
dancia, discordancia e identidad
narrativa del filósofo francés. El
diálogo que se establece entre
ambos autores permite profundi-
zar en otros aspectos: la identi-
dad narrativa en América Latina,
la pluralidad y alteridad, la re- dialogic educative model pro-
lación práctico-transformadora posed by the Brazilian educator
con el Otro, la resiliencia y la and the concepts of identity, con-
relación entre ciudadanía y nar- cordance, discordance and nar-
ración. Todo lo anterior permite rative identity of the French phi-
reflexionar acerca de cómo nos losopher. The dialogue established
construimos sobre narraciones y here between both authors makes
cómo vamos siendo a partir de it possible to study in depth other
los textos que nos relatamos. aspects: narrative identity in Latin
America, plurality and alterity, the
Abstract: In this paper a practical-transformer relation with
dialogue between two authors the Other, resilience and relation
can be found: Paul Ricoeur and between citizenry and narration.
Paulo Freire. Its aim is to relate These elements make is pos-
Ricoeur’s concept of narrative sible to reflect on how we
identity to the importance given construct ourselves on
by Freire to the fact of narrate narrations and the way
our own history. The author re- we are hence the texts we
views both the communicational- narrate each other.
E
l curso La construcción de la doctorado en Filosofía Iberoameri-
identidad en América Latina cana de la UCA– dejó en mí varias
–impartido por la doctora An- inquietudes y profundas reflexiones.
drea Díaz Genis, uruguaya, en octu- Hubo una idea que, desde que la
bre del año pasado, como parte del leí, me atrajo particularmente:
Desde ese momento, los plan- que en alguna parte había leído
teamientos de Arthur Danto y Paul que para este educador brasileño
Ricoeur captaron mi interés. A nin- la alfabetización iba más allá de un
guno de los dos había leído, pero mero aprendizaje de lectura y escri-
me parecía que debía acercarme tura, es decir, las personas debían
al menos al francés Ricoeur (1913- alfabetizarse para algo más: contar
2005), cuyas ideas acerca de la su propia historia, eso era lo real-
identidad como ipse y mismo y sus mente valioso, lo que en el fondo
investigaciones acerca de la identi- importaba. Pero no estaba seguro
dad narrativa resonaron con fuerza de si Freire había dicho eso o había
en mi interior. formulado algún planteamiento en
esa dirección. Tampoco había leído
Fue tiempo después, al enfren-
a Ricoeur. Y sin embargo empecé a
tarme a la posible estructura del
recorrer ese camino.
trabajo final, cuando, me parece,
encontré el porqué de esa atrac- Con la idea en la cabeza, releí
ción: me pareció que esos concep- cuatro libros de Freire y leí varios
tos podían acercarse a los de un capítulos de dos libros de Ricoeur.
autor que, aunque no había leído Mi propósito, al iniciar la lectura,
mucho, creía dominar: Paulo Freire era aparentemente sencillo: acercar
(1921-1997). Recordaba vagamente el concepto de identidad narrativa
2. El “método” Freire
M
e parece que un primer aquello que tenía que contar, algo
aspecto que debe tratarse que sentía la necesidad de relatar.
es cómo entendía Freire Pero eso requería de un momento
el proceso de alfabetización. Ello previo: vivir en el pueblo al que se
establecerá el punto de partida para iba a alfabetizar. No había límite
acercarnos a la idea de la escritura de tiempo. La idea era instalarse
de la propia historia como parte en el lugar y dejarse afectar por los
fundamental del proceso de desa- demás. Solo así los alfabetizadores
rrollo personal de cada ser humano podían darse cuenta de las circuns-
para, bastante más adelante, enlazar tancias específicas que unían a esas
esa idea con el concepto de identi- personas. Y solo así, esas personas
dad narrativa. se sentirían en libertad y propiedad
de hablar, de contar situaciones
Lo primero que debe decirse
existenciales importantes, afectiva-
al respecto es que Freire no tenía
mente importantes.
un método para alfabetizar. Como
veremos, ese aprendizaje depen- Muchas veces, para motivar
día mucho del contexto social y la participación, los educadores y
cultural en el que se movieran los las educadoras –quienes ya habían
educandos y el educador mismo. convivido con los pobladores–
Sin embargo, sí es posible señalar mostraban láminas o dibujos que
ciertos elementos que se encuentran reflejaban determinadas situaciones
a la base de ese proceso que Freire de la vida diaria del lugar que vi-
denomina dialógico. sitaban. A partir de esas represen-
taciones, las personas hablaban de
Un primer aspecto que sobre-
los problemas que se les presentaba
sale de inmediato es la ausencia
y con los que tenían que habérselos
de libro. Para Freire una primera
para salir adelante.
clave radicaba en “simplemente”
escuchar, en un diálogo horizontal. Así, durante la conversación
¿Escuchar qué? Precisamente las aparecían ciertas palabras que Frei-
historias de vida de cada persona, re denominó generadoras porque,
De este modo, ya desde los aclara de una buena vez eso de acto
años cincuenta, Freire establecía político de educar: “No está de más
una relación entre la alfabetización, repetir aquí la afirmación, todavía
los contenidos por estudiar y el acto rechazada por mucha gente no obs-
político de educar. Respecto a este tante su obviedad, la educación es
último punto, el educador brasileño un acto político. Su no neutralidad
afirmará, muchos años después, exige de la educadora que asuma su
cerca de su muerte, las siguientes identidad política y viva coherente-
palabras con las que, a mi parecer, mente su opción” (Freire, 1994).
A
ntes de considerar aspectos críticamente, cómo están siendo en
del pensamiento de Paul el mundo, en el que y con el que
Ricoeur, me parece preciso están (…) De esta manera, la edu-
agregar algunas reflexiones más cación se rehace constantemente en
respecto a la manera de concebir la la praxis. Para ser, tiene que estar
educación que tenía Freire. siendo” (Freire, 1970).
De lo que se ha señalado en De allí que el modelo educativo
el apartado anterior, puede des- comunicacional dialógico se centra
prenderse la siguiente aseveración: en que los interlocutores (personas-
para la persona, aprender a leer docentes-estudiantes-comunidad)
es aprender a decir su palabra, piensen y transformen permanente-
entendida como palabra y acción. mente su realidad a través del diálo-
El pensamiento y la existencia no go, la concientización, la reflexión-
caminan por separado. Se trata de acción. Esta teoría del diálogo se
una palabra viva y dinámica, que caracteriza por la colaboración, la
dice y transforma el mundo. Así lo unión, la organización y la síntesis
plantea Paulo Freire: de la cultura2.
“La tendencia, entonces, tanto “Nuestro papel no es hablar al
del educador-educando como de pueblo sobre nuestra visión del mun-
los educandos-educadores es la do, o intentar imponerla a él, sino
de establecer una forma auténtica dialogar con él sobre su visión y la
de pensamiento y acción. Pensarse nuestra. Tenemos que estar conven-
a sí mismos y al mundo, simul- cidos de que su visión del mundo,
táneamente, sin dicotomizar este manifestadas en las diversas formas
pensar de la acción. La educación de su acción, refleja su situación en
problematizadora se hace, así, un el mundo en el que se constituye.
esfuerzo permanente a través del La acción educativa y la acción
cual los hombres van percibiendo, política no pueden prescindir del
L
os estudios del filósofo y antro- de este trabajo —y con los elemen-
pólogo Paul Ricoeur abarcan tos de la pedagogía de Freire como
aspectos de existencialismo, eje—, me centraré en los plan-
psicoanálisis, filosofía del lenguaje, teamientos que este autor francés
hermenéutica, filosofía analítica, elabora respecto de la identidad na-
semiótica, lingüística y estructuralis- rrativa y personal. Específicamente,
mo. Sin embargo, para los objetivos sigo acá los estudios quinto y sexto
A
ntes de reflexionar respecto a prueba o a un desafío (predicament)
qué resulta de todo esto —de que reclama un pensamiento, una
este diálogo entre Ricoeur y acción o ambos. La respuesta que
Freire— (aunque algunos puntos de se dé a dicha prueba supondrá la
encuentro resaltan desde ya con su- conclusión de la historia”. Y de he-
ficiente evidencia), quiero detener- cho, “el paso decisivo a una identi-
me en algunos conceptos de ambos dad narrativa personal se da cuando
autores que, me parece, terminan se pasa de la acción al personaje y
por acercarlos aún más. se dice que es el personaje el que
hace la acción en el relato. Desde
Para Ricoeur (1999), una his-
esta perspectiva, narrar es decir
toria (story) describe una serie de
quién ha hecho qué, por qué y
acciones y de experiencias llevadas
cómo, desplegando en el tiempo la
a cabo por algunos personajes rea-
conexión de puntos de vista” (Díaz
les o imaginarios. Esos personajes
Genis, 2004).
aparecen representados en situa-
ciones que cambian; más aún, los Ahora bien, la acción que
personajes reaccionan cuando se cuenta el relato, y que es llevada
modifican las situaciones. A su vez, por el personaje, posee concor-
“esos cambios ponen de relieve dancia: el principio de orden que
aspectos ocultos de la situación y rige la manera en que se disponen
de los personajes, y dan lugar a una o distribuyen los hechos, desde un
esa situación límite, con lo que su intentará superar todos los obstácu-
vida vuelve a la “normalidad”, sin- los posibles para escribir su palabra
tiéndose “en concordancia” consigo y transformarse por dentro.
misma. Sin embargo, dos semanas
Definitivamente, qué importan-
después, aparece de nueva una
cia tiene la alfabetización en la vida
situación “discordante”, y vuelve a
de las personas. No se trata solo de
empezar el ciclo.
aprender a leer y escribir. Más bien,
Apliquemos eso a la vida de la conseguir contar la propia historia.
persona que lee. Su identidad narra- Sin la menor duda posible, todos
tiva se ve fortalecida al leer relatos y todas tenemos algo que narrar.
en los que, al igual que sucede en ¿Qué relatos leo que se acercan a
su cotidianidad, aparecen puntos de mí?, ¿con qué relatos del país o de
quiebre que requieren de un acción la región me estoy identificando
del personaje. ¿Qué hará ahora? ahora? Además, ¿qué relatos estoy
¿Cómo solventará ese giro inespe- escribiendo que proyectan mi ser
rado en su vida? ¿De qué manera y con los que me identifico?, ¿qué
sus decisiones afectarán la trama relatos se están escribiendo ahora
de la historia y la vida de otros acerca del país o de la región, que
personajes? ¿Qué consecuencias a la larga contribuirán a configurar
se derivarán? Todas son preguntas nuestra identidad latinoamericana?
que la persona que lee se hace tam-
En todo caso, narrar la propia
bién cuando en su vida aparecen
historia es clave. Es fundamental.
situaciones límite que requieren
No hay más espacio para el silencio
ser superadas. De esta manera,
y la autocensura. De nuevo: todos
entonces, se identifica plenamente
tenemos algo que decir.
con el relato y su identidad se va
construyendo, “configurando”. 6.5. Una joven mujer, una historia
de vida
Apliquémoslo ahora a la vida
de la persona que escribe. Se siente Cristina Orellana es una joven
dichosa de poder decir su propia de 23 años, originaria de Guarjila,
palabra. No importa que no sea un Chalatenango, al norte de la capi-
cuento, mucho menos una nove- tal, San Salvador, en El Salvador.
la, sino apenas dos o tres párrafos Estudia cuarto año de la carrera de
en los que relata cómo se siente, Comunicación Social en la Univer-
qué le está afectando, cómo va sidad Centroamericana José Simeón
haciendo para superar problemas y Cañas (UCA) gracias a una beca
salir adelante, quiénes la colman de que consiguió en su comunidad y
afecto y la animan a salir adelante. que gestionó el sacerdote jesuita
Relata su historia de vida y de esa Jon de Cortina, quien dedicó la ma-
manera construye y descubre su yor parte de su vida a las personas
identidad. El texto es todavía un in- de esa zona del país que tuvieron
“P
ensando en la relación de intimidad entre pen-
sar, leer y escribir, y en la necesidad que tene-
mos de vivir intensamente esa relación, yo suge-
riría a quien pretenda experimentarla rigurosamente que se
entregue a la tarea de escribir algo por lo menos tres veces
por semana. Una nota sobre una lectura, un comentario so-
bre algún suceso del cual tomó conocimiento por la prensa,
cer. Una tarea concreta que está dependen de muchos factores para
en mis manos llevar a cabo, y que solidificarse, nada de eso ha dis-
terminará por constituirse en un minuido, en Nita5 y en mí mismo,
punto de partida, es la de animar y la esperanza con que llegamos a
motivar a mis estudiantes a escribir El Salvador, con que vivimos en
su propia historia de vida a través El Salvador y con que dejamos El
de múltiples relatos y desde múlti- Salvador. La misma esperanza con
ples lenguajes: escrito, radiofónico, la que termino esta Pedagogía de la
audiovisual, haciendo uso también esperanza”.
de las nuevas tecnologías. Creo en
La identidad latinoamericana es
la fuerza del poder de la palabra.
un proceso en construcción. Somos
Así concluye Freire sus reflexio- siendo. No podemos quedarnos con
nes de su visita a este país: “Las los brazos cruzados.
más duras dificultades del pueblo,