Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
ISSN: 1134-3478
info@grupocomunicar.com
Grupo Comunicar
España
Temas
COMUNICAR 12, 1999; pp. 79-88
79
T EMAS
80
COMUNICAR 12, 1999
81
T EMAS
82
COMUNICAR 12, 1999
83
T EMAS
de los estereotipos sociales en general. Pode- los dos últimos decenios ha sido notable. Uno
mos definirlos como «creencias consensuadas de los elementos esenciales lo ha supuesto la
sobre las diferentes características de los hom- presencia de la mujer en diversos ámbitos
bres y mujeres en nuestra sociedad». Este sociales de los que se ha visto excluida tradi-
conjunto de creencias que atañen a las catego- cionalmente desde su participación en la cien-
rías hombre y mujer, que llamamos género, cia a su incorporación al ejército profesional,
tiene una gran influencia en el individuo, en su pasando por su integración en campos profe-
percepción del mundo y de sí mismo y en su sionales variados (abogados, jueces etc.). Aun-
conducta. que esto es cierto, no lo es menos que la mejora
Respecto al contenido de los estereotipos del estatus de la mujer no se produce por igual
de género parece que la dicotomía de rasgos de en todos los niveles de la vida social, de forma
personalidad que se asocian tradicionalmente que aún persisten ciertos sectores que presen-
a hombres y mujeres se sigue manteniendo tan una fuerte resistencia a aceptar una igual-
actualmente. A pesar de los cambios sociales dad plena hombre-mujer.
que acercan a la mujer a todas las actividades Las justificaciones del mantenimiento de
sociales, estas creencias no se han modificado esta desigualdad se han centrado histórica-
con la amplitud deseable. mente en las diferencias fisiológicas y psicoló-
Se han utilizado varios términos para gicas existentes entre ambos sexos. Así, las
designar el concepto: «estereotipos sexuales», diferencias de inteligencia explicarían el des-
«estereotipos de rol sexual», «estereotipo de igual acceso histórico a la enseñanza universi-
género» y «estereotipo de rol de género». Aun- taria y el predominio diferencial de tipos de
que a veces se utilicen indistintamente los inteligencia justificaría los diferentes perfiles
términos sexo y género, se tiende a manejar el de elección de carrera. A la par, la diferente es-
término sexo para referirse a las característi- tructura de carácter estaría en la base de las
cas biológicas asociadas a cada clase sexual y diferencias en el desempeño de profesiones:
el término género para referirse a las caracte- hombres, ingenieros de camino; mujeres, en-
rísticas psicosociales (rasgos, roles, motiva- fermeras o trabajadoras sociales.
ciones y conducta) que se asignan diferen- Una aproximación psicosocial sencilla que
cialmente a mujeres y hombres. Al hablar de explica en parte esta cuestión compleja la
estereotipia de género nos referimos exclusi- proporcionan Williams y Best (1990): Ciertas
vamente a las características psicosociales que diferencias biológicas entre hombres y muje-
se consideran prototípicas de las dos catego- res, entre ellas el embarazo, lleva a las mujeres
rías excluyentes. También se utilizan a veces a asumir roles diferentes a los de los hombres.
de manera confusa los términos «rol de géne- De aquí surge una división de tareas sociales
ro» y «rol sexual». Desde las Ciencias Sociales en masculinas-femeninas. Para justificar esta
se utiliza el constructo «rol» para referirse a la división se atribuyen a mujeres y hombres ca-
posición que un individuo ocupa en una es- racterísticas psicológicas diferentes y se cierra
tructura social organizada, a las responsabilida- el ciclo; ciertas diferencias biológicas de par-
des y privilegios asociados a esa posición y a tida explican la asunción de roles diferentes
las reglas de conducta que gobiernan las inter- que, a su vez, ponen en marcha estereotipos
acciones de los individuos. Sólo a los diferen- justificativos, olvidándose el sentido cronoló-
tes conjuntos de roles asignados a hombres y gico del proceso. En definitiva, se pierde la
mujeres se les denomina «roles sexuales» o comprensión del proceso y se entremezclan las
«roles de género». diferencias biológicas, los roles sociales distin-
tos y los estereotipos diferenciales.
3. Evolución del estereotipo hombre-mujer Si este proceso es así, podría servir para
La evolución de la sociedad española en explicar por qué se van produciendo avances
84
COMUNICAR 12, 1999
85
T EMAS
86
COMUNICAR 12, 1999
cia a la superación de los hombres ante esos buscarlas en los condicionamientos culturales
mismos resultados. Estos procesos cognitivos asociados al sexo, es decir, en el género. Este
están íntimamente relacionados con los dife- constructo cultural refleja la dicotomía que se
rentes estilos atributivos. Si la mujer tiende a suele establecer entre lo que se considera como
atribuir sus fracasos a falta de habilidad, no masculino y típico de los hombres, y por otro
confiará en sus capacidades y tenderá a la lo considerado como femenino y típico de
indefensión y depresión. mujeres.
4. Teorías basadas en expectativa-valor. Los estereotipos de género se adquieren
Esta teoría explica que tendemos a aproximar- en un proceso de aprendizaje en el que, además
nos a una tarea con vista a conseguir su logro de los factores culturales comunes a la socie-
en función de dos factores motivacionales: la dad, es importante el contexto social más
motivación hacia el éxito y la motivación para inmediato, sobre todo la familia y la escuela.
evitar el fracaso; y otros importantes factores Williams y colaboradores (1975; 1990) seña-
relacionados con las expectativas-valor: la lan seis aspectos importantes relacionados con
probabilidad de éxito y de fracaso y el valor del el aprendizaje de las categorías sexuales: 1)
incentivo del éxito y fracaso. Desde este plan- aprender a identificar el sexo de las personas;
teamiento, Eccles (1985) comprueba empíri- 2) aprender a identificar el propio sexo y la
camente que las distintas elecciones de tareas constancia del género; 3) identidad de rol de
y roles de mujeres y hombres se deben a di- género; 4) aprender las características y con-
ferencias en tres aspectos: a) Tanto unas como ductas de los padres; 5) aprender qué juegos y
otros otorgan diferentes valoraciones subjeti- actividades están ligadas a cada sexo y 6)
vas de la tarea a las distintas opciones de logro; adquirir las creencias que sobre los rasgos de
b) para las mujeres, el peso del valor subjetivo personalidad distinguen a hombres y mujeres.
de las tareas es más fuerte, en sus decisiones de Referido a la cuestión evolutiva de los es-
elección, que para los hombres; y c) en el valor tereotipos de género, Martin (1989) y Biernat
que las mujeres otorgan a varias actividades de (1991) encontraron que al aumentar la edad, el
logro influyen factores diferentes a los que esquema de género se vuelve más elaborado
intervienen en el valor que los hombres aso- hasta llegar a constituir un constructo unidi-
cian a las mismas actividades (Eccles, 1985: mensional y bipolar en el que lo femenino se
127). coloca en un extremo de esa dimensión y lo
Tomemos una u otra teoría para intentar masculino en el otro. Un dato destacado por los
explicar la situación. Es necesario reconocer y investigadores digno de tenerse en cuenta se
en numerosas investigaciones (Deaux y Lewis, refiere a que con la edad, la relación que se
1984; López Sáez, 1995) se pone de manifies- establece entre atributos masculinos y femeni-
to, la importancia de las variables de género nos se va haciendo más negativa, más diver-
para discriminar, tanto en hombres como en gente. La explicación de cómo afecta el género
mujeres, entre las personas que eligen un rol –que es un constructo social– a la conducta
típicamente femenino y aquéllas que eligen un individual, ha ido pasando de los modelos
rol típicamente masculino. También es facti- cognitivos, que explican la conducta basándo-
ble reconocer actualmente la influencia de los se en la identificación del individuo con los
estereotipos de género en la percepción de las rasgos de personalidad típicamente femeninos
personas y que se continúa utilizando un es- o masculinos, a modelos multifactoriales ca-
quema bipolar a la hora de hacer estimaciones racterizados por tener en cuenta no sólo la
los unos sobre las otras y a la inversa: lo fe- faceta del género, los rasgos de personalidad,
menino se opone a lo masculino y viceversa. sino todas las facetas de identidad personal
Desde una perspectiva psicosocial, las que están relacionadas con el género, como el
diferencias entre hombres y mujeres hay que rol profesional, rasgos físicos, rol familiar,
87
T EMAS
etc. Por otro lado, las investigaciones centra- chology, 45; 991-1004.
das exclusivamente en la influencia del auto- EAGLY, A.H. & STEFFEN, V.J. (1984): «Gender Stereo-
types Stem from the Distribution of Women and Men into
concetpo del sujeto han ido dando paso a tra- Social Roles», en Journal of Personality, 44;226-242.
bajos que tienen en cuenta tanto los factores ECCLES, J. (1985): «Sex Differences in Achievements Pat-
cognitivos como otros relacionados con el terns», en SONDEREGGER, T. (Ed.): NebraskaSymposium
contexto social más amplio, como es la reali- on Motivation: Psychology and Gender. Lincoln, University
Nebraska Press, vol. 32; 97-132.
dad de que hombres y mujeres ocupan diferen- LEÓN RUBIO, J.M. y OTROS (1996): «Estereotipos, pre-
tes roles y estatus en nuestra sociedad. juicios y discriminación», en LEÓN, J. y OTROS (Ed.): Psi-
La solución para cambiar radicalmente cología Social. Una guía para el estudio. Sevilla, Kronos;
los estereotipos de género no parece próxima, 139-148.
LEVINE, R.A. y CAMPBEL, D.T. (1972): Ethnocentrism:
dada su persistencia a pesar de los cambios Theories of Conflict, Ethnic Attitudes and Group Behavior.
sociales. No obstante, muchas personas, sobre Nueva York, Wiley.
todo mujeres, han modificado sus conductas MACKIE, M.M. (1973): «Arriving at Truth by Definition:
de rol y esto debe, sin duda, influir a la larga. Case of Stereotype Innacuracy», en Social Problems, 20;
431-447.
Cabe esperar que los cambios sociales modifi- MARTIN, C.L. (1989): «Children´s Use of Gender-related
quen los prototipos y por tanto los estereotipos. Information in Making Social Judgments», en Develop-
mental Psychology, 25;80-88.
Referencias MILLER, A.G. (1982): «Historical and Contemporary Pers-
BIERNAT, M. (1991): «Gender Stereotypes and the Rela- pectives on Stereotyping», en MILLER, E. (Ed.): In Eye of
tionship between Masculinity and Feminity: A Develop- the Beholder. Contemporary Isues in Stereotyping.New
mental Analysis», en Journal of Personality and Social York, Praeger.
Psychology, 61; 351-365. WILLIAMS, J.E. & BEST, D.L. (1990): Measuring Sex
DEAUX, K. & LEWIS, L.L. (1984): «The Structure of Gen- Stereotypes: a Multination Study. Newbury Park, Sage.
der Stereotypos: Interrelationships among Components and TAJFEL, H. (Ed.) (1984): Grupos humanos y categorías
Gender Label», en Journal of Personality and Social Psy- sociales. Barcelona, Herder.
nes
xio
efle
R e e l bu
tac
ón
d esd
© Enrique Martínez-Salanova '98 para C OMUNICAR
88