CURSO: Mariología ESTUDIANTE: Pedro Velazco Berríos
INFORME 01
Texto: “La Mariología en el capítulo VIII de la Constitución Lumen Gentium y el pensamiento
de los cristianos de otras confesiones.” (Blas Rivera Balboa)
El capítulo VIII de la constitución Lumen Gentium, referido a la Virgen María y su relación
con el misterio de Cristo y de la Iglesia, evidencia con claridad –según el autor– el deseo conciliar de presentar armónicamente la doctrina mariana, desde un horizonte ecuménico e integrador. Los ejes temáticos abordados en el artículo permiten identificar la propuesta doctrinal mariana del Vaticano II (minimalista y eclesiotípica) y su recepción por otras confesiones cristianas. En primer lugar, el Vaticano II presenta una mariología de enfoque minimalista. El concilio elige este enfoque porque presenta a María desde una óptica bíblica e íntimamente vinculada a la cristología y la eclesiología en perspectiva ecuménica. Los padres conciliares, con esta opción, responden a la tensión producida entre el enfoque maximalista –que entiende la figura de María adornada de atributos, muchos de ellos de difícil fundamentación bíblica pero afianzados en el magisterio católico– y el silencio mariológico que es propio de la doctrina protestante que concibe la única mediación salvífica de Cristo como excluyente a otro tipo de mediación. En segundo lugar, el concilio al presentar la doctrina mariana dentro de la constitución sobre la Iglesia opta por una mariología eclesiotípica –que, desde una perspectiva ecuménica, acentúa los lazos entre María y la humanidad, integrándola en el pueblo de Dios e insistiendo en su mediación subordinada la única medición salvífica de Cristo. El Vaticano II mitigó la mariología cristotípica porque acentuaba las funciones de María análogamente a las funciones salvadoras de Cristo e insistía en el rol corredentor mariano; asimismo, presentaba la figura de María en paralelo a Cristo y distante de la humanidad. En tercer lugar, Rivera presenta las diferentes aproximaciones de otras confesiones cristianas a las opciones conciliares respecto a la doctrina mariana. En ellas se evidencian los grandes avances y las dificultades en la recepción de la propuesta conciliar. El autor resalta los aspectos positivos de esta recepción que permitieron su aceptación en ámbitos protestantes. Entre ellos destacan: el énfasis conciliar de la única mediación salvífica de Jesucristo, la fundamentación bíblica de la mariología (método teológico), la intención ecuménica de las opciones teológicas conciliares (mariología minimalista y eclesiotípica), la comprensión de María de modo tipológico (modelo, ejemplo e imagen de la iglesia y de la humanidad), la presentación de María como miembro de la comunidad de la Iglesia, y la comprensión de la mariología profundamente vinculada a la cristología y eclesiología. Asimismo, fue motivo de mucha valoración la resistencia de los padres conciliares en aceptar nuevos dogmas marianos, de fundamentación principalmente magisterial que entrampaban el diálogo ecuménico. Respecto a las fortalezas y debilidades de la exposición del autor, es importante considerar que hay una exposición clara y precisa de las principales tensiones intracatólicas que contribuyeron en la doctrina mariana conciliar. Asimismo, el autor presenta con claridad la diversidad de la recepción de los postulados conciliares por parte de otras confesiones cristianas. No obstante, en algunos párrafos es reiterativo al destacar las virtudes de esta recepción obviando la complejidad de este proceso; no obstante, se presentan algunos testimonios discordantes significativos que matizan esta recepción. Finalmente, me queda una interrogante a partir del artículo leído: Si las opciones conciliares por una mariología minimalista y principalmente eclesiológica fueron recibidas con aceptación por otras confesiones cristianas ¿Por qué aún la figura de María sigue generando disonancias en algunas comunidades cristianas no católicas?
Le Llaman Guerrero, Jehová Es Mi Guerrero, Eres Señor Vencedor, El Poderoso de Israel, Cantare Al Señor Por Siempre, Enemigos de JEhová, Tomas Su Autoridad